Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

sábado, 5 de abril de 2014



MI MUSICA




Es sábado y mi viejo El Gallo, cumple años, llueve sobre la ciudad de Buenos Aires, en estas condiciones es ideal escribir sobre algunos recuerdos.
Silvio en su blog publico sobre la génesis de algunas de las canciones que mas le piden o han dejado mayor huella en la gente, también ha sido el disparador de este post.

La música que nos acompaña en la vida es algo personal y como dice el dicho “para gustos se han hecho los colores”, esta tiene que ver con tus vivencias y donde estuvo esa música en tu vida. Recuerdo cuando hacia mi primera incursión conciente en la música clásica (aunque a mi vieja siempre le encanto Chopin y por tanto lo escuche de chico) en los primeros años de carrera en la URSS, tenia 19 años y “Yuri el gimnasta” compañero no de carrera sino de albergue me prestaba algunos discos con música de Glinka, algunas obras no me gustaban y yo se lo hacia saber, entonces con cierta amabilidad me decía “…mientras mas abras tu alma, mas música necesitara ella para alimentarse…”, sabias palabras de un chico de mi edad pero mas evolucionado espiritualmente. Como he dicho en otras ocasiones con gran pasión me dedique a escuchar mucha clásica rusa y no rusa, Natalia, mi novia de entonces, de quien guardo lindos recuerdos, contribuyo con lo suyo a esta nueva pasión, llegue a coleccionar 60 o 70 long play con el mismo concierto o sinfonía interpretada por distintas orquestas, se me agudizo el oído por entonces y podía discernir una buena interpretación de una mala cuando asistía a la sala de concierto del Conservatorio Chaikovski de Moscú. Hoy la música clásica me alimenta como cualquier otra música y de aquella época el Concierto para Piano No. 2 de Rachmaninov deja en mi esa conmoción interna mezcla de tristeza y esperanza.

En la radio de la Argentina muchas veces a los oyentes se le hace la concebida pregunta ¿Qué música te llevarías a la tumba?, para denotar esas melodías cercanas con la cual uno no se cansaría de escuchar ni siquiera pasando al otro lado de este Universo. Siempre quise dejarle a mi hija el hecho, de que conociera por mi mismo, sobre cual serian para mi esa música infaltable para llevarme de este Mundo y que aun hoy me siguen acompañando como amigos inseparables. El Concierto para Piano No. 2 estaría entre ellas, pero no es la única.

En mis años de secundaria y preuniversitario uno fue un rockero angustiante para otros, porque no solo escuchábamos esas guitarras y sintetizadores que alteraban a nuestros padres y vecinos, sino que además nos gustaba escucharla a un volumen alto, por cierto, esto ultimo lo mantengo como costumbre aun hoy, pero solo lo aplico en esas dos horas que dedico, de ida y vuelta al trabajo en el auto, que por respeto, que antes no tenia, lo hago con las ventanillas cerradas para mo torturar al medio ambiente. “Pura” la madre de Rodolfito nos debe estar gritando todavía desde el cielo a su hijo, a el Ruso, a Orestes y a mi por martirizarla con aquella “BULLA” que no solo no soportaba por el volumen alto sino porque no entendía como nos podía gustar aquella música en ingles de Deep Purple, Kansas o Led Zeppelín. De aquella época me acompaña “Escalera al Cielo” de Led Zeppelín como un himno a la combinación perfecta de una balada al inicio con una guitarra eléctrica encabronada de Page que desafía la melancolía de tu corazón.

A Silvio lo empecé a escuchar en el primer año del Pre “El Cepero”, seria 1978, fue de la música cubana contemporánea la que mas me llego, por entonces hice mis primeros versos influenciado por la Nueva Trova que hoy no guardo conmigo. Si bien en las fiestas de los gitanos de Lawton se escuchaba y cantaba mucho Tango, por historia de familia y por la predilección que tenia mi tío Pepe por este genero, yo que me emocionaba y hasta lloraba como los demás por ella, no era conciente todavía de que esa música formaba parte del alimento de mi alma, con lo cual no solo esa, sino otra música que no fuera Rock o Nueva Trova no sentía necesidad de buscarla y deleitarme con ella. Mi primo Fernando, que hoy vive en los Estados Unidos y al cual le llevo un año, era un gran admirador de la música cubana y recuerdo hoy con una cierta complacencia nuestras discusiones sobre el Rock de KISS y la música de Barbarito Díez y Beny Moré de cual él, ya en esa época temprana era un fanático inusual. Pasarían muchos años para que aquella música formara parte de mi acervo cultural y mejor todavía, alimentara mi alma.

A Silvio lo seguí escuchando en la URSS gracias a Carlos Galvizu, compañero de carrera, éramos “los criogénicos” y él un fanático de Silvio. En unos de sus viajes a Cuba como estimulo por sus resultados académicos, seleccionado por los casi 250 estudiantes que estábamos en el “Energético de Moscú”, Carlos trajo los tres discos del “Tríptico” de Silvio, muchas noches de té y habladuría nos acompaño la música del trovador. Sin embargo de Silvio hay una canción que me acompañará toda la vida y que me emociona una y otra vez cuando la escucho, “Compañera”, que fue conocida en su disco “Silvio”, otra trilogía de discos que grabo y que se titulan con su nombre y sus dos apellidos. “Compañera” hoy me recuerda a un amor que no fue, a una amiga del corazón, es una sublime canción que un poco me recuerda a mi.

Luego conocí la lírica de Carlos Varela y su música me acompaño en los años 90, con la fuerza de una generación que quería dar el debate para hacer una mejor sociedad, su “Jalisco Park”, hoy todavía me conmueve y en aquella época fue un grito por una mejor Cuba.
En Octubre del 2000 deje a mis padres y a mi hermano, deje a mi barrio, deje mi trabajo y lo mas importante, deje a mi hija, Argentina me acogió con su Tango y su Folklore, aquel lunfardo que poco entendía en mi adolescencia me penetro con su melancolía, mi alma sufría el desarraigo y comería con voraz apetito las nuevas cosas que proponía Fito Páez, yo ya lo conocía desde la Habana y hasta lo había visto en vivo en el teatro “Karl Marx”, pero Elisa, mi mujer argentina de entonces me lo desayunaba todos los domingos en Lawton y en Buenos Aires con un buen revuelto. Su canción “Al Lado del Camino” se convirtió en mi bandera de todos los días, era genial que un rockero en castellano pudiera con tremenda música y una letra apabullante recoger ese sentimiento que uno guardaba adentro, tanta coincidencia no podía ser, mi casa en Cuba esta en Armas 495 y el teléfono de la casa rosarina de la niñez de Fito empezaba con 495, “Al lado del camino” me sigue a todas parte y talvez cuando me muera, los pocos que estén, deberían ponerla a todo volumen así me guía del otro lado.

Por supuesto Gardel, el polaco Goyeneche y la gata Varela, con sus tangos engordan mi alma, sin embargo cuando el gitano Cigala decidió incursionar en los Boleros cubanos como en los Tangos argentinos, fue la combinación perfecta que transfundiría las añoranzas de mi alma, ese Tango de 1941 con música de Mariano Mores “En esta tarde gris” interpretada por este kalo santísimo hace que “me ahogue en llanto” cada vez que lo escucho.

Hace tres años atrás mi cuñado Rafael me grabo “El Arriero”, interpretada por el grupo de Rock argentino “Divididos”, es una letra y una música del gran Atahualpa Yupanqui, pero Mollo hace de esta versión una música inolvidable que me hace acordar la guitarra de Jimmy Page y me estremece como humano.

Nuestra existencia es corta, se hace a la mar, caminando y luchando todos los santos días, mi música es la compañera que fortalece mi espíritu, si algo me llevaría de este Mundo para seguir escuchando en el otro, sin dudas estaría en esta lista:

  • Concierto para piano No. 2 de Rachmaninov
  • “Stairway to Heaven” de Led Zeppelín
  • “Compañera” de Silvio Rodriguez
  • “Jalisco Park” de Carlos Varela
  • "Al lado del camino" de Fito Paez
  • “En esta tarde gris” interpretada por Diego Cigala
  • “El Arriero” interpretada por Divididos

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