Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

lunes, 29 de febrero de 2016

Dejo esto en este blog como documento histórico de LA GRAN MENTIRA con que quieren convencer al Pueblo Argentino de que pagar 15 000 millones de dolares al 7% de los bonistas (lease FONDOS BUITRES, CHUPASANGRES de los pueblos) que no quisieron negociar ni en el 2005 y ni en el 2010, es bueno para la prosperidad de todos. Lo volvieron hacer, esta derecha neoliberal que atrasa y nos vuelve esclavos de una minoría mundial enriquecida con el dolor de los humildes, pero también con el voto cómplice de los que dicen llamarse "representantes del pueblo".

LOS BENEFICIOS DE ACORDAR 

Acceso al crédito 
La Argentina, como cualquier país, necesita del crédito internacional de largo plazo, tanto para obras de infraestructura de los Gobierno nacional y provinciales, como para las empresas para expandirse y estar al día con la última tecnología en sus plantas de producción. Cerrar el capítulo del default aumentará la oferta de préstamos y bajará el costo del dinero 
Inversión productiva
La normalización de la economía, primero con el fin del cepo cambiario, previa eliminación de las retenciones a la mayor parte de las exportaciones del campo; luego con la revisión de las tarifas de luz; más el inicio de la depuración del empleo público "ñoqui" y una política monetaria restrictiva, derivaron en una sustancial caída del índice de riesgo país y ahora con la cercanía de un acuerdo con los holdouts, se prevé derivará en la llegada de inversión externa
Empleo y salario
Un nuevo ambiente saludable para los negocios, con menos restricciones y más apertura a las relaciones internacionales pronto se manifestarán en un cambio de tendencia de la demanda laboral. El escenario del mundo es complejo en general, en particular por la crisis en Brasil, pero los incentivos para volver a poner en marcha la actividad productiva y comercial posibilitarán crear empleos privados netos y mejorar los salarios por productividad. La esperada baja de la inflación y la menor tensión cambiaria serán los mejores aliados de los trabajadores, más aún de los desempleados
Pobreza e indigencia
Superados los efectos del sinceramiento de las variables reprimidas en los últimos cinco años y el inicio de la normalización de la economía comenzará a revertirse aceleradamente el deterioro de la calidad de vida de la población. A la suba de las asignaciones familiares y la instrumentación de la Tarifa Social para el consumo de luz, se agregará la esperada reactivación del comercio exterior, primero del agro, luego de la industria, y más gradualmente del mercado interno, después, constituyéndose en los caminos que conducirán a disminuir rápidamente la pobreza e indigencia
Crédito hipotecario
Es una de las grandes asignaturas pendientes en la historia argentina de los últimos 50 años. Ahora, con un Gobierno que busca alinearse con las politicas de las economías económicamente exitosas, vía la normalización de las relaciones internacionales y no tener deudas en litigio, junto con la recuperación de la disciplina fiscal y monetaria, es de esperar que los préstamos para la vivienda se constituyan en un pilar de política, como lo han planteado los nuevos presidentes del Banco Nación, del Provincia, también del Ciudad.

viernes, 26 de febrero de 2016

La LISSO, ha sido y es una gran mujer, una madre (que como es la mía) la mejor, una Abuela, que no ha dejado atrás a nadie, como dice la canción, "y en nosotros nuestros muertos pa´que nadie quede atrás", el próximo mes me cumple 79 años, como tanto ella como yo somos medios despistados con nuestros cumples (ella me enseño que cualquier día se puede regalar amor), y ademas la vieja necesita que la quieran mucho, porque mucho a dado a los demás, acá le dejo unas cancionistas que me recuerda a ella cuando las escucho. VAMOS VIEJA QUE USTED SIEMPRE HA LUCHADO...

En cada pedazo de Luna escribiré sin reparo...



when I feel like it's too much
this music always reveals
this is our healing
this music is our healing
lord knows we need some healing



...Un beso de amor a la luz de la Luna, pero suerte y margarita
(me recuerda los carnavales de Lawton, cuando íbamos todos los gitanos, a comer arroz moro y calamares)

jueves, 25 de febrero de 2016

Por si acaso te explico OBAMA...

Con bombos y platillos los medios de la Argentina han festejado la próxima visita del Presidente yanqui a Cuba, sobre todo para justificar que dos días mas tardes llegue al Rio de la Plata y permanezca hasta el 24 de Marzo en Buenos Aires mientras se conmemora el 40 aniversario del Golpe Militar dado en su momento con la anuencia del Imperio del Norte. Nada es al azar, y en este Mundo que en lo político se emiten constantemente "señales", es de esperar que Obama, haga lo que hace poco leí en la última novela de Umberto Eco "Numero Cero" , ( ..."nunca he entendido si esta moda de pedir perdón indica un ejercicio de humildad o de desfachatez: haces algo que no deberías, luego pides perdón y te lavas las mano"), vaya a la Escuela de Mecánica de la Armada y pida perdón por los 30 000 desaparecidos entre 1976-1983.

A el Ingeniero Macri lo quieren convertir, como en su momento utilizaron a Menem para la vitrina del Neoliberalismo en América Latina, en la punta de lanza de los "Derechos Humanos", que pareciera que donde único no se respetan en esta parte del Continente, es en Cuba y Venezuela, porque por supuesto matar periodista en México y Guatemala, "es más bien un safari multicolor para los turistas".

Está claro que Barack Obama no es responsable personal de lo realizado por su país no solo en la Argentina, en Republica Dominicana, en Chile, en Nicaragua, en Paraguay, en Colombia, en Guatemala, en Cuba, va, como diría cualquiera de la CIA, "en nuestro patio trasero", y por tanto cree que con un "discurso de compasión" se olvidaran las penas y también la historia.

Yo apruebo que Obama vaya a Cuba, es mas, considero que sin su voluntad política no se podrá terminar nunca el bloqueo, que hemos padecido tanto los cubanos, solo por el hecho de considerarnos una nación soberana, que no le gusta que nadie le diga lo que tiene que hacer, donde nuestros problemas (que son unos cuantos, mirándolo con un solo ojo) lo resolvemos como en cualquier hogar del Mundo, de la puerta para adentro sin invitar al vecino.

Obama tendrá que entender que esta todo bárbaro que seamos moradores fronterizos y hasta socios civilizados en el futuro, pero hemos comido nosotros los cubanos mucha croqueta para mantener lo más apreciado que hemos conservado, nuestra independencia nacional y si su intensión es aplicar un nuevo tipo de "guerra de baja intensidad", de nada le vale su remisión, pues los objetivos del Imperio que antes apoyo los Golpes Militares en nada difieren con los objetivos que él se propone.

Por si acaso te explico Obama que es una croqueta, pero la nuestra, no la que se hace con carne tipo gourmet, deja que aprendamos y podamos mejorar nuestra croqueta, no hace falta que te metas a decirnos "como".





LA CROQUETA
(Héctor Zumbado)

Había sido de todo. Ayudante de electricista, peón de albañilería, plomero, ponchero, cargabates, parqueador de guaguas, entongador, taxista. De todo. Tenía una abundantísima experiencia acumulada en los más disímiles trabajos y una disposición formidable para todo. Listo siempre. Sin titubeos ni boberías.
Por eso dijo que sí, que no faltaba más, cuando le preguntaron si quería hacerse cargo de un quiosco de croquetas. Bueno, dale, eso es tuyo, le dijeron.
Pero entonces se enfrentó a un problemita que no había tomado en consideración. Se enfrentó, de pronto, al problema de cómo hacer una croqueta, cosa que no había hecho nunca.

Primero se quedó unos segundos con la mirada en blanco, igual que Kant cuando meditaba sobre la cosa en sí, reflexionando filosóficamente sobre la croqueta. Y por un momento pensó que, sin experiencia alguna en el contexto culinario de la croqueta, sería imposible acometer la tarea.
Entonces se le iluminó el cerebro. ¡La memoria, claro! Recurriría a la memoria. ¿Cuántas croquetas se habría comido desde la aparición, desarrollo, auge y estabilización de la croqueta?

Recordando que el fenómeno croquético había surgido a mediados de la década del 60, comenzó a reconstruir mentalmente una especie de retrospectiva de la croqueta, viéndose a sí mismo degustando croquetas en los más diversos contextos. Las había comido, que recordara, en cafeterías y restoranes, quioscos, comedores, terminales de ómnibus, cortes de caña, bodas, fiestas de quince, montado en camiones, pedaleando e bicicleta, viajando en avión, caminando, corriendo tras una guagua, empujando un cochecito, subiendo escaleras, bajando en elevador, parado en un andamio, acostado al anochecer, al despertarse, a media mañana, en almuerzos, meriendas y recepciones, en la playa, bajo un sol radiante, en tardes lluviosas y en medio de un ciclón.

En los últimos lustros, pensó, a un promedio por lo bajito de dos croquetas diarias, había deglutido unas 730 croquetas anuales, sin contar los años bisiestos, lo que haría un total de 12 410 croquetas. ¡Doce mil cuatrocientas diez! ¡Qué bárbaro! Las visualizó todas juntas, una detrás de otra, en fila india, y calculando que cada croqueta promediaba unos diez centímetros de largo, vio ante sí una longaniza de 124 100 centímetros, o sea, 1 241 metros de croquetas. ¡Se había comido un kilómetro y cuarto de croquetas! Era un experto. ¡Cómo no se iba a acordar del gusto peculiar, único, sui géneris, de la croqueta!.

Todo se reducía entonces a una cuestión sencilla: hacer un esfuerzo de memoria, de representarse mentalmente los diferentes componentes de la croqueta. Así, dejándose llevar por los recuerdos, concentrándose profundamente como un yoga, quedó como un yogur en reposo, inspirado en el budismo Zen, en la contemplación absoluta, en el éxtasis místico que le permitiera conseguir la sabiduría, penetrar en los secretos de la intimidad de la croqueta. Recordar. Recordar a qué sabía una croqueta.

Y se puso a trabajar. Cortó en tiritas cuatro hojas de papel gaceta, que separó en un platico. Luego batió dos yemas de huevo y picó en trocitos un tallo de soga de tendedera. Añadió una cucharadita de engrudo y espolvoreó con aserrín de pinotea. Derritió un cuarto de vela de las grandes y cortó finito un cordón de botas cañeras. Lo mezcló todo bien y obtuvo una masa del color de la muralla de la Habana. Entonces, con amor en las manos, le dio forma a una croqueta, la cual envolvió con ternura en un pedazo de tela de mosquitero. Ralló un pan de jabón Batey para empanizar, y comenzó a freírla en la sartén, con la candela baja.

Esperó con ansiedad a que la croqueta se dorara lentamente al fuego. Y cuando al fin estuvo doradita, la sacó de la sartén y la escurrió.
Ya iba a morderla, cuando pensó, de pronto, que su opinión pudiera estar parcializada.

Llamó a su mujer y le entregó la croqueta

- Dime

La mujer tomó la croqueta con la punta de los dedos, se la llevó a la boca y la mordió por la mitad. Comenzó a masticarla con lentitud. Tragó. Lo miró fijamente y dijo:


- Está bajita de sal.

miércoles, 24 de febrero de 2016

VOY A PEDIR ASILO POLÍTICO EN HAITÍ

(por Eduardo Del Llano en su  blog https:// eduardodelllano.wordpress.com)

Estados Unidos es un gran país para vivir. Probablemente el mejor del mundo. Uno puede criticar su política exterior, la estupidez y arrogancia de sus turistas, la salud y las armas y esas cosas que critica Michael Moore, pero la verdad es que hay que ser idiota para negar las ventajas de radicarse allá.

Ahora bien, Estados Unidos no es el mundo, aunque parece fácil olvidarlo una vez allí. Muchos emigrados cubanos radicales insisten en que la búsqueda de democracia y libertad fue la razón fundamental de su partida, en que el comunismo no les dejó alternativa. Bueno, de que detestaban el sistema no me cabe duda, pero quien huye de la represión, quien está verdaderamente en peligro no se pone muy selectivo, y sin embargo la inmensa mayoría se fue a USA, a Canadá, a España o Francia a pesar de que, con escasas excepciones (Corea del Norte, China, Cuba, algunas naciones islámicas y poco más) el mundo está conformado por democracias capitalistas. Siete de cada diez, cuando emigran a sitios como Guatemala, Honduras o Botsuana, lo hacen con la idea de saltar después a los Estados Unidos. Hasta donde sé, ninguno de esos detractores sistemáticos -no ya del régimen cubano sino de la ética y la ejecutoria de los artistas cubanos y de cualquiera que vive en Cuba- lo hace desde democracias capitalistas como Namibia o Paraguay. Suena como que el objetivo no eran tanto la libertad y la democracia como un país concreto, ¿no? Algunos presos políticos y opositores en activo sí han sufrido y sufren persecución, pero los demás… vamos, seamos sinceros, díganme que querían mejorar, reformular su cachito pá vivir, ir al seguro in the fast lane, que diez Terceros Mundos no hacen un Primero, eso puedo entenderlo y aplaudirlo, pero no lo politicen más allá de lo necesario, no me digan que este es el país del fracaso si dondequiera hay gente con motivos para decirlo del suyo. Claro que ellos no tienen Ley de Ajuste. De 1959 a la fecha ha habido dictaduras verdaderamente sangrientas en un montón de países latinoamericanos (Argentina, Uruguay, Paraguay, Guatemala, Haití, Nicaragua, Brasil, Chile, etcétera), pero no existe ni ha existido Ley de Ajuste Chileno, Ley de Ajuste Haitiano o Argentino. El diez por ciento de los dominicanos vive en Nueva York, centenares de mejicanos y salvadoreños y haitianos intentan pasar cada día a territorio de USA, sin Ley de Ajuste a su favor, y nadie dice que su fuga refleja el fracaso de la democracia capitalista en esos países, ¿verdad?, sólo que son pobres y querían una oportunidad. Well, there you go.

Y es que la dirección del viaje lo es todo. Si usted se va de Cuba a USA, no digo yo si creerá haber llegado al Paraíso… por lo menos al principio. Y por supuesto que desde esa perspectiva Cuba les parecerá un sitio primitivo y estático. Con todo, no se justifica renegar del Tercer Mundo, olvidar que existe, que de allí se proviene. Por lo general cuando tienen chance y oportunidad para viajar, esos emigrados se van a conocer Europa, Canadá o Japón, es muy raro que vuelen a países pobres, y si lo hacen es más raro todavía que se alejen del hotel más de lo imprescindible para tirar fotos. El resto del mundo –porque lo hay, ¿saben?- es algo que aparece en las películas de Hollywood, de fondo para que el americano ayude a los nativos, o en la tele. Bueno, claro, también está Internet, pero que levante la mano aquél que en los últimos diez años ha buscado en la red información acerca de la situación política en Yibuti. De hecho, que la levante aquél que sabía de la existencia de Yibuti.

Ya lo he dicho antes, tengo buenos amigos emigrados, y nada contra el hecho de marcharse. (Como tampoco contra quien regresa, llámese Issac Delgado o Yoani Sánchez). Aquellos que se vean retratados tomen esto como, ehhh, una crítica constructiva a ese microscopio que a veces interponen entre ustedes y su país de origen, entre ustedes y el Tercer Mundo. No crean que saben lo que pasa aquí mejor que nosotros, aunque nuestra prensa sea una mierda, no nos juzguen si no han puesto un pie por acá en veinte años o vienen una semana para refugiarse en Varadero con la familia, no traten de demostrar lo indemostrable, esto es, que quien huye muestra más valor que quien se queda.

Respeten y no se hagan los yumas.

P.S.: Mi película Omega 3 se presenta por estoy días en Praga, en el festival La Película, dedicado al cine hispanoamericano, junto a obras de Julio Medem, Jaime Rosales y otros directores.

(23 de febrero 2016)

lunes, 22 de febrero de 2016

ECO: ¿NUMERO CERO?

(Por Eduardo Mora Basart, publicado en el blog de Iroel Sánchez "La pupila Insomne" https://lapupilainsomne.wordpress.com)

La disección de la cultura desde una dimensión estética o comunicológica signó la obra de Humberto Eco, uno de los paradigmas del pensamiento contemporáneo. La noticia de la desaparición física del autor de El nombre de la Rosa, me sorprendió sumido en la lectura de su última novela Número Cero, un crítica al periodismo actual, donde defiende la tesis de que los medios masivos no rinden tributo a la verdad sino a quienes los financian. Como en esta obra, la mirada crítica de Eco a los medios masivos es constante. Por ello, aseguraba que “estamos obsesionados por los medios de comunicación que, ciertamente, son uno de los males de nuestro tiempo. Son un mal como en un tiempo eran las epidemias: la peste. Así como mucha gente logró sobrevivir a la peste, también podrán sobrevivir muchos a los medios de comunicación”.

Varios de los principales titulares que colmaron la prensa italiana subrayaban: “Italia está de luto”, “Ahora somos más pobres”, “El hombre que lo sabía todo”. El periodista Gianni Rotta en La Stampa de Turín, lo definió con mediana precisión: “Filósofo, padre de la semiótica, escritor, profesor universitario, periodista, experto en libros antiguos: en cada una de sus almas Umberto Eco era una estrella internacional, pero con sus estudiantes, lectores, colegas, jamás Eco exhibió la pose snob que tal vez otros escritores sí habrían adoptado de haber publicado best sellers como El nombre de la rosa o El péndulo de Foucault. Umberto Eco reía, se informaba de las novedades y —encendiendo un cigarro— contaba la última broma antes de presentar una nueva teoría lingüística”.

Los amantes del periodismo atesoramos ensayos comoApocalípticos e integrados y Hacia una guerrilla semiológicacomo textos de culto. Aún están vivas en mi memoria las encendidas polémicas en las aulas de la Universidad de las Artes de La Habana (ISA), guiadas con mesura y sapiencia raigal por la doctora Magalys Espinosa, donde nos sumergíamos en la historia de la estética desde encendidas polémicas y en el camino por los laberintos de las vanguardias artísticas era de obligada recurrencia apelar a Duchamp, Morawski, Mukarowski y los aportes de Eco resultaban omnipresentes. Una y otra vez releí La obra abierta, el texto que le encargó Italo Calvino, génesis de toda su producción semiótica e indispensable para interpretar las dinámicas estéticas contemporáneas.

Eco sentenciaba: “Cada vez estoy más convencido de que, para comprender mejor muchos de los problemas que aún nos preocupan, es necesario volver a analizar los contextos en que determinadas categorías surgieron por primera vez”. Quien no ha leído Cómo se hace una tesis, obra que puso en mis manos como de obligada lectura el doctor Gilberto Valdéz. De ella se mostraba orgulloso Humberto Eco y dijo: “Millones de estudiantes la han usado en todo el mundo como guía. Sigue siendo útil en la era de internet aunque yo lo haya escrito a mano. Después de mi muerte, ese será el único libro que me sobrevivirá”.

Sin embargo, El nombre de la Rosa es una obra que redimensionó las letras en la segunda mitad del siglo XX. En ella rinde homenaje a Conan Doyle y al filósofo escolástico Guillermo de Ockham, uno de los padres del pensamiento moderno, quien aseguró que “la explicación más sencilla suele ser la verdadera”. Ninguna de las novelas de Eco desde El péndulo de Foucault hasta Número Cero, pasando por La isla del día antes, Baudolino, La misteriosa llama de la reina Loana o El cementerio de Praga, se elevó hasta su altura. Al cuestionársele la grandeza de una novela que no fue superada por el autor, ripostó: “También es una ley de la sociología del gusto, o mejor dicho, de la sociología de la fama. Si uno se hace famoso por haber matado a Billy de Kid, cualquier cosa que haga después —desde llegar a ser presidente de Estados Unidos, hasta descubrir la penicilina— a los ojos de la gente seguirá siendo siempre el que mató a Billy de Kid”.

En una entrevista concedida al periodista español Xavi Ayén testimonió: “Era hijo de un tipógrafo, tuve 12 hermanos, no podía comprarme libros y me iba a los quioscos a leer los fascículos de las novelas por entregas, hasta que el quiosquero me echaba, me iba a otro quiosco y allí leía otro trozo. Colecciono aún libros impresos por mi abuelo. Yo leía en su casa, recuerdo Los tres mosqueteros de Dumas ilustrados por Maurice Leloir. Cuando murió, se le quedaron muchos manuscritos por editar en una caja, novelas populares a las que nadie hizo caso, y yo, a los 8 o 10 años, devoré esos manuscritos, eran aventuras fantásticas. La otra influencia fue mi abuela materna, una mujer que no tenía educación, tal vez la primaria, pero sí una pasión increíble por la lectura, se iba a las bibliotecas y siempre tenía un montón de novelas en casa. Leía Balzac o Stendhal como si fueran una novela rosa, sin sentido crítico, pero me prestaba esos libros y yo me sumergía en la gran novela francesa ya a los 12 años”.

La despedida de ese icono de la cultura mundial se realizará este martes en el Castello Sforzesco, una joya arquitéctonica del siglo XV que Humberto Eco contemplaba extasiado desde una de las ventanas de su casa en Milán, Italia. Esta semana verá la luz su obra Crónicas de una sociedad líquida donde según su editor Mario Andreose, hay pasajes que son de una comicidad espléndida, y otros en los que Eco “analiza la identidad del papa Francisco, al que tenía en gran estima”. Su análisis y disección de la cultura de masas centró una parte fundamental de su obra pues según Eco: “en la cultura cada entidad puede convertirse en fenómeno semiótico. Las leyes de la comunicación son las leyes de la cultura. La cultura puede ser enteramente estudiada bajo un punto de vista semiótico. La semiótica es una disciplina que puede y debe ocuparse de toda la cultura”.

Por ello, se regocijaba al dedicar una parte de su tiempo a leer comics, a quienes confirió trascendencia como componente fundamental de la cultura de masas. Una muestra elocuente de ello es su valoración de Mafalda: “Ya nadie niega hoy que el cómic (cuando alcanza niveles de calidad) es un testimonio sobre el momento social: y en Mafalda se reflejan las tendencias de una juventud inquieta, que asumen el aspecto paradójico de una oposición infantil, de una eccema psicológica de reacción a los medios de comunicación de masas, de una urticaria moral producida por la lógica de los bloques, de un asma intelectual originado por hongos atómicos. Puesto que nuestros hijos se preparan para ser -por elección nuestra- una multitud de Mafaldas, nos parece prudente tratar a Mafalda con el respeto que merece un personaje real.”

Leyendo las noticias sobre la muerte de Eco rememoraba a José Pablo Feinmann –a quien muchos legitiman como el Humberto Eco argentino, aún cuando se confiese discípulo de Sartre – en una de sus conferencias del curso de filosofía del canal Encuentros. En ella aseguraba que la despedida es sólo asunto de mortales, pues la finitud de sus vidas no les ofrece la certeza de un nuevo encuentro: los inmortales no se despiden. Por ello, rememorando a Santo Tomás de Aquino, el pensador que según Eco lo curó milagrosamente de la fe, Humberto Eco no ha muerto pues es patrimonio de la eternidad.

(GRACIAS POR TUS ECOs)

sábado, 20 de febrero de 2016

Un portavoz y algo más, de sus amos  que se sientan en algunas oficinas de Washington, nos relata su  visión de la  discusión actual en Latinoamerica. Este "intelectual"  con  el título de  distinción en La Escuela de las Américas en Panamá nos hacen creer que es un liberal.

LA GUERRA NUESTRA DE CADA DÍA
(Carlos Alberto Montaner, leído en www.infobae.com)

Digámoslo rápido. El enfrentamiento actual que divide a medio planeta, y especialmente a los latinoamericanos, es entre el neopopulismo o democracia autoritaria contra la democracia liberal. Acabo de desarrollar un breve curso sobre el tema en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. No conozco otra institución tan comprometida con la libertad económica y política. Impresionante.

En la esquina neopopulista del ring comparecen, a la izquierda, el padre Marx,el estatismo, el clientelismo, la Teología de la liberación, la Teoría de la Dependencia, Eduardo Galeano, Che Guevara, Ernesto Laclau, Hugo Chávez, Evo Morales, Fidel Castro, "todos revolcaos", más el caudillismo, el gasto público desbordado, la ALBA, el Socialismo del siglo XXI, el Foro de Sao Paulo y un tenso etcétera con el puño cerrado y la consigna callejera a flor de labio.

En la esquina liberal se encuentran, el padre Adam Smith, Mises, Hayek y los Austriacos, Milton Friedman y el mercado, James Buchanan y la Escuela de Elección Pública, Douglass North y los institucionalistas, la responsabilidad individual, la empresa privada, el estado de derecho, la ALCA, el comercio libre y global, los Tigres de Asia, la exitosa reforma chilena, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Mario Vargas Llosa, el estado pequeño y eficiente.

Este eje de confrontación es relativamente nuevo.

El siglo XIX fue el de liberales a la antigua usanza contra conservadores, también de viejo cuño. El XX vio, primero, la batalla entre las supuestas virtudes de la hispanidad frente a los defectos de los anglosajones (el Ariel de Rodó y las conferencias encendidad del argentino Manuel Ugarte). La revolución mexicana de 1910 se cocinó en esa salsa antiimperialista.

A lo que siguió la aparición del marxismo y del fascismo, primos hermanos que acabaron pareciéndose mucho. Los años veinte fueron los del psiquiatra argentino José Ingenieros, con alma y paraguas rojos, y los de José Carlos Mariátegui y sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana.

Poco después, en la Italia de Mussolini un joven militar argentino observaba con admiración la experiencia fascista. Se llamaba Juan Domingo Perón y a su regreso a Buenos Aires puso en marcha su "Tercera vía". Ni comunismo, ni capitalismo: justicialismo. O sea, peronismo puro y duro. Era la expresión criolla del fascismo.

Tras la Segunda Guerra, inmediatamente vino la Guerra Fría. Antes y durante, América Latina se llenó de espadones santificados por Washington. El eje de confrontación pasaba entonces por los cuarteles contra los comunistas, o todo lo que oliera a ellos.

En esos años cuarenta se abrió paso otra fuerza: la izquierda democrática. Comenzaron a triunfar en Guatemala (Juan José Arévalo), Costa Rica (José Figueres), Cuba (Carlos Prío), Venezuela (Rómulo Betancourt), y Puerto Rico (Luis Muñoz Marín). Eran demócratas anticomunistas que procedían de la izquierda. Luchaban contra el militarismo desde posiciones anticomunistas.

Constituían, además, una dulce variante vegetariana del populismo. Creían en el estado benefactor paternalista, y no rechazaban las medidas estatistas. En el campo económico reinaba su majestad Lord Maynard Keynes y los políticos utilizaban el presupuesto nacional y el gasto público para impulsar la economía. Maravilloso. Estaban intelectualmente legitimados para dilapidar fortunas. Simultáneamente, distribuían las rentas y ejecutaban reformas agrarias que casi nunca lograron sus objetivos.

En 1959 volvió a cambiar el signo de la lucha. Fidel y Raúl Castro, junto al Che Guevara, con la inocente ayuda de otros grupos democráticos, derrocaron la dictablanda militar de Batista, con el objeto de establecer una dictadura comunista calcada del modelo soviético. Se proponían, fundamentalmente, destruir los gobiernos de la izquierda democrática, definiendo al adversario por sus relaciones con Estados Unidos y con la propiedad.

Si eran pronorteamericanos y promercado, aunque fueran de izquierda y respetaran las libertades, eran enemigos. Cuba atacó a Uruguay, Venezuela, Perú, Panamá, a todo lo que se moviera o respirara. También, claro, a los viejos dictadores militares como Somoza, Trujillo o Stroessner, pero no por tiranos, sino por proamericanos y procapitalistas. La isla era "un nido de ametralladoras en movimiento". Estados Unidos se sumó a la guerra y en 1965, en medio de una guerra civil, desembarcó marines en República Dominicana para, decían, "evitar otra Cuba".

Con Allende en 1970 se inició el peligroso juego de la democracia autoritaria y terminó a tiros tres años más tarde. Pinochet, que era un hombre de Allende, o eso creía D. Salvador, acabó bombardeándolo. Sin embargo, como el general no sabía una palabra de economía, les entregó esas actividades misteriosas a unos jóvenes chilenos graduados de las Universidades de Chicago y de Harvard. Pronto comenzaron a darle la vuelta a la situación.

Era la primera vez que en América Latina se oyó hablar de Friedrich Hayek (Premio Nobel en 1974), o de Milton Friedman (1976). A mediados de los años ochenta era evidente que el populismo había hundido a América Latina en un charco de corrupción, inflación y gasto público irrefrenable. La región había fracasado. Se habló entonces de la "década perdida".

Surgió así el primer ciclo liberal de América Latina. Sus principales protagonistas procedían de otra cantera ideológica, pero eran personas flexibles e inteligentes. Entre otros, incluía al boliviano Víctor Paz Estenssoro, que regresaba al poder en 1985 a enmendar los desaguisados de 1952; el tico Oscar Arias, el argentino Carlos Menem, el mexicano Carlos Salinas de Gortari, el colombiano César Gaviria y el uruguayo Luis Alberto Lacalle.

Más que las convicciones liberales los movía la certeza del fracaso populista. Desgraciadamente, las acusaciones de corrupción contra Salinas y Menem, más el aumento desmedido del gasto público en Argentina, desacreditaron aquella reforma liberal y los enemigos comenzaron a atacar eficazmente "la larga noche neoliberal".

En 1999, finalmente, comenzó a gobernar Hugo Chávez y se inició otra fase de democracia autoritaria. Ésta que ahora llega a su fin, hundida en la miseria, el desabastecimiento y la corrupción, dándole paso al nuevo ciclo de la democracia liberal, acaso iniciada con la victoria de Mauricio Macri en Argentina. Esperemos que dure.