Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

jueves, 13 de febrero de 2020


BOLSONARO DESTROZÓ BRASIL EN 400 DIAS
(Por Eric Nepomuceno, en PAGINA12, desde Rio de Janeiro)


El ultraderechista Jair Bolsonaro viene de cumplir poco más de 400 días como presidente de la nación más extensa, poblada y económicamente poderosa de América Latina, Brasil.

Tiempo suficiente para imponer un retroceso que alcanza a todos, absolutamente todos, los aspectos de mi país. No hay un único sector, un mísero segmento, que no haya sido blanco de su furia devastadora.

La educación pública está destrozada en todos los niveles – inclusive en los que no dependen directamente del gobierno federal –, el medioambiente experimenta una destrucción incomparable, el patrimonio público está siendo subastado a precios ridículos y en condiciones vergonzosas, la política externa construida a lo largo de muchas décadas ha sufrido un vuelco sin antecedente, inclusive si se considera la dictadura militar (1964-1985) que Bolsonaro niega que haya existido.
El espacio consolidado desde hace al menos veinte y cinco años dejó de existir, abatido por muestras vergonzosas de vasallaje ilimitado frente a Washington y un dar de espaldas a lo que se construyó por décadas.

Los programas sociales creados a lo largo de los últimos 30 años, antes inclusive de la llegada de Lula da Silva a la presidencia, son vaciados de manera silenciosa e implacable.

Actuando en nombre de ‘desideologizar’ el gobierno, Bolsonaro y compañía han impuesto una ideología de ultraderecha radical, que abarca todos los sectores de la vida cotidiana, lo que incluye la imposición de un neoliberalismo fundamentalista en la economía a manos de Paulo Guedes, ministro de Economía.
Una de sus frases refleja exactamente su pensamiento: ‘Si dependiera de mí, yo privatizaría hasta el Palacio da Alvorada’, en mención a la residencia presidencial.
A propósito, el modelo soñado por Guedes, exfuncionario de Pinochet instalado por Bolsonaro en el ministerio de Economía, es el mismo que hundió Argentina en el pantano heredado por Alberto Fernández, y que a la vez llevó a la explosión social que mantiene desde más de tres meses al derechista Sebastián Piñera arrinconado en un Chile paralizado.

El gobierno de Bolsonaro teje autoelogios mencionando la creación de unos 640 mil puestos de trabajo en 2019.

Se olvida de que son puestos en condiciones mucho inferiores a las que tuvieron alguna vez los más de once millones de brasileños que no tienen empleo alguno, y de los otros 34 millones que lograron subempleos o trabajos precarios e intermitentes.

Cuando viene de cumplir el primer mes de su segundo año como presidente, Bolsonaro da hartas y amplias muestras de que pretende concentrar fuego en uno de los blancos más detestados por él, los derechos de los indígenas brasileños. Y el ataque, que promete ser implacable, viene siendo armado desde hace mucho.

Documentos internos de la Funai, la Fundación Nacional del Indio, que bajo Bolsonaro pasó a manos de un comisario de la policía, indican la develación de una "antropología de línea trotskista", un "marxismo ortodoxo" y una "amenaza comunista" en las ocupaciones, por parte de pueblos originarios, de áreas que ya fueron determinadas, luego de exhaustivos exámenes, por la Justicia, para ser demarcadas, pero que el gobierno desoye impune.

Es decir: mientras manda al Congreso un proyecto de ley indicando que áreas de preservación sean dedicadas a la agricultura – agrotóxicos inclusive – o a la pecuaria, totalmente ausentes de las culturas originarias, Bolsonaro pretende que se libere la minería, que contamina ríos y arroyos con el mercurio utilizado.

Hay que reconocer, en todo caso, que el ultraderechista no hace más que pretender legalizar todas las ilegalidades que estimula desde que depositó su humanidad en el sillón presidencial.

Lo que falta constatar, o al menos calcular, es qué país restará luego de que Bolsonaro y compañía logren imponer su saña devastadora.

La misión básica del ultraderechista brasileño es dar combate final a un comunismo que él detecta, amenazador, hasta en su heladera cada vez que procura un agua fría, y que hace que duerma poquísimas horas a cada noche, y siempre con una pistola en la mesita de luz.

Una obsesión o tara que lo lleva a ver un enemigo a ser abatido al precio que sea cualquiera que no coincida con sus ideas delirantes.

Que hace que su gobierno impida a funcionarios de la Funai, la entidad encargada de proteger a la cultura y la vida de los indígenas, que visiten áreas llevando canastas básicas.

Y que describa a los ambientalistas como ‘esos tipos que viven en departamentos, tomando whisky y fumando cigarrillos, mientras defienden al medioambiente lejano’.

De mesiánico, Jair Messias (en portugués se escribe con doble ‘s’) no tiene nada.
Bueno, será un mesiánico destrozador.

Nunca, nunca – vale reiterar –,ni siquiera en tiempos nefastos de una dictadura cuya existencia él reniega, mi país ha sido tan violado, destrozado.

Nunca.







JACULATORIA

Era solo un beso
un beso hecho sin el codo
con la mandíbula giratoria de un si
un beso pasacalle para mi
beso a la provenzal
beso temblor en onda corta
de unos labios con beso
beso transpirado de tanto correr
beso con hambre
sin estomago el beso
beso con beso, sin pan
beso hecho lista
memorándum
epitafio para parir beso
beso de guerra
beso a lo judas, pero al fin beso
beso en tiritas y queso
con guacamole a lo taco beso
beso postergado
en pileta para morir beso
beso, eso, beso
era solo un beso






LA CUOTA DIARIA
(Silvio Rodríguez)
“Todos pagamos nuestra cuota diaria de humillación”--Fidel Castro


Los impunes me echaron la jauría
y entre nuevos colmillos me abro paso.
Pero soy de mi día
con mi pecho y mis brazos
y mi sangre corriente todavía.
Mi Parnaso.

Los impunes escalan las alturas
donde fundan capillas, parapetos.
Y en la piel de armaduras
van tatuando amuletos
contra el paso del tiempo que satura
los secretos.

El dolor no me saca de la cueva
donde canta mi ejército de sol.
Yo no tengo cadenas,
es decir, sólo apenas 
el amor.

Con mi cuota habitual de humillaciones,
con mi barro, con mis alumbramientos
cargaré mis prisiones,
pagaré mis descuentos
mientras floten susurros y canciones
en el viento.





El Gobierno anunció que incorporará 1.100 investigadores al CONICET y aumentó el presupuesto
( en “EL DESTAPE”)


El Gobierno anunció este mediodía la incorporación de 1100 investigadores al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y un aumento del 25% en los subsidios destinados a proyectos de investigación de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. El organismo, a partir de ahora, sumará a su planta a 1100 personas, de los cuales 300 serán destinadas al área técnica y 800 a la investigación.

La medida fue comunicada por el ministro de Ciencia Y tecnología (y ex director del CONICET), Roberto Salvarezza, durante una conferencia de prensa que ofreció en la Casa de Gobierno, tras un encuentro que mantuvo con el presidente Alberto Fernández, junto a la titular del CONICET, Ana Franchi y Fernando Peirano, tiular de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

El funcionario resolvió que la convocatoria a ingresos al CONICET en 2020 pasará de 450 a 800 cargos para investigadores y de 150 a 300 para el personal técnico. Durante la conferencia se informó que los 1.100 nuevos ingresos se contraponen con los 600 en total por año que otorgó el gobierno anterior.

"El objetivo es recuperar una parte del poder de compra perdido durante los últimos cuatro años por los científicos y científicas para que puedan continuar con sus proyectos de investigación", se indicó. Estas medidas, junto al incremento del monto de las becas anunciados recientemente "muestran que la ciencia argentina comienza a ponerse de pie", se indicó.


Entrevista a María Olivia Mönckeberg, fundadora del Partido de la Dignidad
(Por Juan Manuel Boccacci, en PAGINA12)


“La Constitución de Pinochet perpetúa el modelo neoliberal”
Para la académica Mönckeberg la Carta Magna de la dictadura sentó las bases del modelo que hoy los chilenos rechazan en las calles. Por eso decidó participar en el proceso de reforma constitucional.  

La dictadura de Augusto Pinochet en Chile cumplió con el objetivo de instalar un patrón de acumulación a sangre y fuego. Tal como lo describiera Rodolfo Walsh para el caso argentino en su Carta abierta a la junta militar, también tras la cordillera el gobierno de facto propició la llegada de la “economía de mercado”. Un elemento fundamental para sentar las bases de ese modelo fue la Constitución sancionada en 1980. 

Hoy Chile se encuentra inmersa en un estallido social que tuvo entre sus principales exigencias cambiar la Carta Magna. “La Constitución de Pinochet tenía el objetivo de perpetuar para siempre la dominación política y económica instalada en dictadura”, explicó a PáginaI12 María Olivia Mönckeberg, periodista y académica chilena, la estructura económica heredada de la dictadura en su país. Ahora la profesora de la Universidad de Chile decidió sacar un pie de la academia para participar del proceso constituyente. Junto a otros independientes crearon el Partido de la Dignidad y se presentarán en el plebiscito del 26 de abril. Su objetivo es darles participación y voz a los chilenos cansados de un modelo hecho sólo para privilegiados.

Privatización de la salud, la educación, los recursos naturales y una enorme concentración económica. Esas son algunas de las formas que adquirió en Chile el neoliberalismo y que Mönckeberg analizó a lo largo de su prolífica carrera como periodista y académica. Tiene más de diez libros en su haber y decenas de artículos publicados. En ellos mostró cómo ciertos actores económicos ligados a la dictadura luego se adueñaron de los recursos de Chile. Mönckeberg no tiene pelos en la lengua para ponerle nombre y apellido a los saqueadores neoliberales de Chile.

- Usted se dedicó a estudiar las estructuras económicas heredadas de la dictadura y cómo siguieron actuando en democracia. ¿Qué tan importante fue el gobierno de facto para generar ese modelo?

-Muy importante. Porque no hubieran podido hacer lo que hicieron estando en democracia. Necesitaron del golpe poder reprimir con fuerza a la población y de esa manera imponer el modelo de los Chicago Boys chilenos, antecesores de la Unión Democrática Independiente (UDI). Con el Parlamento funcionando, justicia independiente, prensa libre y organizaciones sociales como las que hubo alguna vez en Chile, no hubieran podido generar esos cambios estructurales.

-¿Qué factores de ese modelo llevaron hasta el estallido actual?

-Creo que el principal tiene que ver con la institucionalidad impuesta desde la dictadura. Estamos viviendo al amparo de una institucionalidad heredada. Y por eso llegamos a la necesidad de reformar la Constitución. Son muchos factores, pero lo fundamental es que entre la dictadura y los gobiernos democráticos hubo grupos que se perpetuaron y expandieron. Es el modelo de Milton Friedman que se instaló en los 70 y en los 80 se profundizó con la privatización de las grandes empresas del estado. Además, lo que plantea de fondo nuestra Constitución es un Estado subsidiario. Y eso se ve reflejado en las políticas de educación, de salud, etcétera. Lo que ocurrió es que el Estado fue traspasando dinero al sector privado. Y no a cualquier sector privado. No es a la pequeña y mediana empresa, sino a grandes grupos que se han ido consolidando cada vez más, generando una concentración de riqueza y de ingresos, que derivó en la enorme desigualdad actual.

-Cómo fue ese proceso de privatizaciones?

-A partir de 1985 se intensificó la privatización de las grandes empresas públicas. Te puedo poner el caso de la Sociedad Química y Minera de Chile (Soquimich) que terminó en manos del ex yerno de Pinochet Julio Ponce Lerou. Los hijos de este personaje, es decir, los nietos de Pinochet, tienen fortunas en paraísos fiscales. Mientras tanto el litio y el potasio que produce Soquimich sigue concentrado en sus manos. Ahora también llegaron inversionistas chinos. La educación universitaria es otro tema que estudié bastante y donde se ve las consecuencias de las privatizaciones. También se da en la educación básica y media, pero en la superior hay todo un sistema de financiamiento al sector privado a partir de los créditos que se les da a los estudiantes. Es un financiamiento a la demanda, no a la oferta, que si vemos la torta vas a ver que termina en gran medida en manos de las universidades privadas, muchas de ellas de dudosa calidad. Hay grupos económicos dueños de universidades, que cotizan en bolsa, con declarados fines de lucro. Ese sistema permitió que la educación superior privada aumente de manera exponencial su matrícula sin dar garantías de calidad. Mientras, disminuye la proporción de matriculados en las universidades públicas. Es el típico modelo de mercado.

-Habló también de la idea de la “puerta giratoria”: personajes que estuvieron en el Estado durante la dictadura que después pasaron a ocupar lugares importantes en grandes empresas.

-Dejame ponerte el ejemplo de Andrónico Luksic. Él es el dueño del grupo económico más importante del país. Cuando empezó la revuelta se hizo conocido por que dijo que iba a subir el salario de todos sus empleados. Una estrategia de comunicación en Twitter haciéndose el simpático. Pero el tipo es dueño de una de las principales minas de cobre del país, tiene empresas en el sector industrial, es dueño del Banco de Chile, el Canal 13 de televisión. Dentro del directorio de su empresa matriz, que se llama Quiñenco, figura Hernán Büchi que fue ministro de Hacienda de Pinochet entre 1985 y 1990. Büchi fue uno de los artífices de este modelo. Si seguís la trayectoria de esta gente vas a ver se mueven estableciendo relaciones con todos los lados. Büchi fue también el director y creador del instituto Libertad y Desarrollo, que es donde se configuran las políticas públicas de la UDI. Si te ponés a buscar los contactos uno los ve por todos lados.

-Recién mencionó que Luksic es dueño un canal de televisión. ¿Qué papel tienen los medios en volver opacos esos lazos de los que hablás?

-La gente no ve esas conexiones porque estamos encerrados en medios de comunicación controlados por estos grupos. Te pongo el ejemplo de Alvaro Saieh dueño de Copesa, y que entre otras cosas es dueño del diario La Tercera, La cuarta. Esos medios coinciden también con este modelo y son amigos o conocidos o les abren sus páginas a representantes de estos grupos concentrados. Algunos hasta llegan a sus consejos editoriales. Son parte de lo mismo. La gente no dimensiona la fuerza de estos grupos económicos que me animaría a decir tienen más poder que las tradicionales organizaciones del empresariado.

-¿Por qué decidió intervenir en política partidaria?

-Yo no estaba para nada metida en política. Me siento una persona independiente de verdad, que creo es un valor importante para poder hacer periodismo. Pero junto a un grupo de la gente con la que nos encontramos después del estallido, nos dimos cuenta de que había que poner cada uno un poco de su parte, en un sentido, yo te diría, ético al final. Un sentido de causa. Porque se abrió esta oportunidad de generar una nueva constitución y en ese proceso queremos estar con el Partido de la Dignidad. Yo no me voy a presentar para forma parte de la Convención Constituyente, pero sí quiero ayudar a impulsar que los independientes, la gran mayoría de este país, tengan la posibilidad de ser los que hagan la nueva constitución. Entendemos que es necesario un Estado que en lugar de ser subsidiario como el actual sea solidario. Que tenga un rol regulador de la economía, que sea promotor del desarrollo. No se trata de plantear escenarios estatistas pero es que aquí el estado se ha achicado muchísimo. No puede limitarse al papel subsidiario que le consagró la constitución del 80 y que creemos está en el origen de la injusticia que vivimos hoy día.