Viaje a la Luna

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Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

lunes, 2 de marzo de 2020



EL CORONAVIRUS Y LA SOCIEDAD DE LA MENTIRA GLOBAL
(Por Pedro Luis Angosto, leído en el blog de Silvio Rodríguez “SEGUNDA CITA”)


Durante el año pasado se registraron en España 277.000 casos de cáncer. La mitad de los enfermos morirán en un plazo inferior a cinco años, sufriendo durante el resto de su vida un calvario indecible de idas y venidas al hospital, de quimio y radioterapia, de dolor y sufrimiento y de miedo indescriptible. En una sociedad avanzada y civilizada, las investigaciones para curar o paliar el cáncer, las enfermedades cardíacas y las degenerativas deberían ocupar un lugar preeminente, dedicándoles todos los medios económicos posibles. Del mismo modo, en un mundo civilizado y justo, la Organización Mundial de la Salud, en vez de callar, debería denunciar los precios altísimos de los tratamientos para esas enfermedades que están arruinando a los sistemas estatales de salud, declarar la libertad de todos los países copiar cualquier medicamento que sirva para mejorar la vida de los enfermos y condenar el reparto mafioso y monopolístico de los nuevos tratamientos por parte de los grandes laboratorios. No lo hace, mira para otro lado, y la curación de esas enfermedades que tanto dolor causan a tantísima gente se pospone hasta que la mafia quiera. 

El año pasado murieron en España por accidente laboral casi setecientas personas, resultando heridos de gravedad o enfermos debido al trabajo varios miles de personas. Las causas están claras, precariedad laboral, jornadas interminables, destajo, escasas medidas de seguridad y explotación. Ningún organismo estatal ni mundial alerta sobre el deterioro de las condiciones de trabajo ni esas víctimas, que podrían haberse evitado con muy poca inversión, abren los telediarios ni ocupan más de su tiempo.

No creo que nada de lo que pasa en el mundo sea por casualidad, ni que los informativos ignoren inocentemente el número de muertos por guerras absurdas que cada año asolan al mundo de los pobres

En 2019, seis mil españoles murieron de gripe, una enfermedad tan común como el sarampión que  mata todos los años a miles de personas en África sin que la OMS exija a los Estados miembros que aporten las vacunas necesarias -que valen cuatro perras- para evitar ese genocidio silencioso. Al fin y al cabo, la mayoría son negros.

En 2018, más de cuarenta mil personas murieron en España por la contaminación ambiental, siendo directamente atribuibles a esa misma causa el fallecimiento de ochocientas mil personas en la Unión Europea y casi nueve millones en el mundo, aparte de los millones y millones que padecen enfermedades crónicas que disminuyen drásticamente su calidad de vida.

En 2017 más de seis millones de niños murieron de puta hambre en el mundo mientras en los países occidentales se tiran a la basura toneladas y toneladas de alimentos. Ese mismo año, más de dos mil millones de personas trabajaron jornadas superiores a 15 horas por menos de 10 euros al día. Ningún informativo, ningún periódico, ninguna radio lleva días y días insistiendo machaconamente en esa tragedia que martiriza a diario a media humanidad y amenaza con llevarnos a todos a condiciones de vida insufribles.

La suspensión del Congreso Internacional de Móviles de Barcelona -Congreso que probablemente no se vuelva a celebrar tal como lo hemos conocido en años sucesivos- no se debió al coronavirus, sino a la exhibición que las grandes tecnológicas chinas iban a hacer sobre sus avances en el 5G

Hace unas semanas surgió en una región de China un virus que causa neumonía y tiene una indicencia mortal menor al uno por ciento. Los medios de comunicación de todo el mundo, acompañados con las redes sociales de la mentira global, decidieron que ese era el problema más terrible que había azotado al mundo desde los tiempos de la peste bubónica del siglo XIV que diezmó la población de Europa en casi un tercio. No hay telediario, portada de periódico por serio que sea o red social en la que el coronavirus no ocupe un lugar preferente y reiterativo hasta la saciedad, como si no tuviésemos bastante con las enfermedades ya conocidas que matan de verdad a muchísima gente después de largos periodos de sufrimiento y tortura vital. No sé como surgió ese nuevo virus, tampoco si es nuevo, carezco de conocimientos científicos para ello, lo único que sé es lo que cuentan los especialistas, y es que apenas mata ni deja secuelas importantes. Pese a ello, a que lo saben, los informativos siguen creando alarma a nivel mundial. ¿Por qué?

No creo que nada de lo que pasa en el mundo sea por casualidad, ni que los informativos ignoren inocentemente el número de muertos por guerras absurdas que cada año asolan al mundo de los pobres. Vivimos un tiempo de relevos, la potencia hegemónica -Estados Unidos- tiene por primera vez desde el final de la Guerra Fría un serio competidor que se llama China. Ese competidor fue alimentado desde los años ochenta por las potencias occidentales debido a su enorme población, a su pobreza y a los salarios bajísimos de sus trabajadores. Han pasado cuarenta años y lo que entonces pareció una decisión magnífica para acabar con los Estados del Bienestar, abaratar costes e incrementar riquezas de modo exponencial, ha tomado otro cariz y ahora esa potencia pobre produce casi el 18% de todo lo que se fabrica en el mundo y está en disposición de dar el gran salto que la coloque en como primera potencia mundial, algo que será inevitable haga lo que haga Trump y sus amigos porque tienen el capital, la tecnología y la mano de obra necesaria. La suspensión del Congreso Internacional de Móviles de Barcelona -Congreso que probablemente no se vuelva a celebrar tal como lo hemos conocido en años sucesivos- no se debió al coronavirus, sino a la exhibición que las grandes tecnológicas chinas iban a hacer sobre sus avances en el 5G. Se trataba de impedir de cualquier manera que los chinos pudiesen demostrar que hay campos en los que ya están por delante de Estados Unidos y, por supuesto, de Europa. No hay otra explicación ni otra razón. Con la cancelación del congreso de Barcelona y la información apocalíptica sobre las consecuencias de la expansión del coronavirus se daba un paso más en la nueva guerra fría que se ha inventado Donald Trump, dejando claro a China que todo vale en la guerra y que su ascenso al primer puesto les va -nos va- a costar sangre, sudor y lágrimas.

El coronavirus es una enfermedad que no arroja datos alarmantes, primero porque no se expande al ritmo de las grandes epidemias que ha sufrido el mundo, segundo porque tampoco los porcentajes de mortandad son equiparables a los de otras plagas como la “gripe española”. Sin embargo, y dentro de un lenguaje medieval, se está intentando crear pánico a escala global y por eso cada día nos cuentan el nuevo caso que se ha descubierto en Italia, Croacia, Malasia o Torrelodones, uno por uno, haya dado muestras de quebranto o no. Se trata de alimentar el bicho del miedo a escala global con fines estrictamente políticos y económicos, y nunca antes como hoy, en la sociedad de la desinformación, han existido tantos medios para imponer las mentiras como verdades absolutas al servicio de intereses bastardos. El coronavirus no es el fin del mundo ni nada que se le parezca, es una enfermedad normal, como tantas y con poca mortandad, pero la manipulación mediática interesada puede llevarnos a una crisis de consecuencias devastadoras. 





Balance anual del MINCEX: “Hacer sostenibles los proyectos de inversión extranjera”
(Por Yaditza del Sol González, en CUBADEBATE)



La inclusión de nuevos rubros en el mercado internacional, diversificar el destino de las exportaciones cubanas, sustituir importaciones aprovechando las potencialidades productivas del país, pero sobre todo buscar la sostenibilidad a los proyectos de inversión extranjera (IE), con la premisa siempre de generar divisas y no afianzarse en aquellos negocios que a la larga no son factibles y terminan endeudándonos, es lo que Cuba y su economía necesita.

Este fue, sin dudas, uno de los principales llamados de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba, durante la reunión de trabajo correspondiente al balance anual del Ministerio del Comercio Exterior e Inversión Extranjera (Mincex).

Asistieron además al encuentro Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro; los viceprimeros ministros Ricardo Cabrizas Ruiz y Alejandro Gil Fernández, titular del Ministerio de Economía y Planificación; Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba; Gladys Bejerano Portela, Contralora General de Cuba, Jorge Cuevas Ramos, miembro del secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Rodrigo Malmierca Díaz, titular del Mincex; entre otros invitados.

Hay que revitalizar las maneras y modos de hacer negocios, señaló el mandatario cubano. No es negar los principios con los que se hacía inversión extranjera anteriormente, pero sí adecuarlos al contexto actual. En tal sentido, dijo, apoyamos el concepto de no centrarse solo en los convenios gubernamentales o las grandes corporaciones, sino también orientarnos al intercambio con las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y las cooperativas.

Según Díaz-Canel haber creado nuevas estructuras de administración y gestión en las provincias ha permitido, entre otras fortalezas, conocer mejor las posibilidades de IE en cada territorio, lo cual debe aprovecharse mejor, en tanto urge crear una estrategia para orientar y preparar a los productores y posibles exportadores en las técnicas de negociación.

Por su parte, Manuel Marrero, abordó la necesidad de eliminar las burocracias que a veces se convierten en obstáculo para la aprobación de nuevos negocios y la tramitación de todos los permisos que su establecimiento conlleva.

Asimismo, urge seguir identificando nuevas posibilidades de exportación y, dentro de este esquema, explotar más las oportunidades de exportación de servicios pues, si bien tenemos la experiencia con el sistema de salud, todavía puede hacerse mucho más, aseguró.

«Ratificamos la política de que todo aquel que exporte tiene que ver reflejado en su economía tal resultado. El que produjo un bien exportable tiene que recibir la mayoría de la ganancia tras la acción comercial, pues esto no solo le permitirá mejorar sus condiciones de vida, sino también comprar aquellos insumos para que su actividad crezca».

Según precisó, poco a poco empieza a desmontarse la mentalidad importadora que invadió durante una época al sistema empresarial. En tal cometido, debemos defender la noción de importar solo lo necesario, y potenciar la industria nacional con encadenamientos más eficientes.

Buscar nuevos proveedores; insistir en que la concentración de compra no funciona en ningún escenario económico; apostar por una mayor flexibilidad en función de que las empresas cubanas puedan adquirir los recursos que necesitan para su desarrollo; así como informatizar todos los procesos y gestiones comerciales para que así cualquier entidad en el mundo pueda acceder a las oportunidades de negocios que se crean en Cuba, fueron temas que centraron el análisis conducido por el Primer Ministro.

En relación a la cartera de oportunidades del Mincex, insistió en que esta no puede ser una camisa de fuerza y debe actualizarse constantemente, en tanto, debe prestarse mayor atención a la eficiencia de los negocios de las empresas mixtas.

Respecto a esto último, Manuel Marreo, consideró que muchas veces estos consorcios no tienen condiciones para importar sus materias primas y el Estado tiene que asumir tal gasto, cuando lo útil sería que emprendieran proyectos de exportación que les permitiera desarrollarse y equiparse, con sus propios ingresos. Algo parecido sucede, agregó, con las empresas mixtas que no acaban de constituirse o no lograr los resultados esperados, y resulta ineludible, en estos casos, acelerar su liquidación.

Como líneas de trabajo permanente, recordó, está el fortalecimiento de la estructura de cuadros, el vínculo con los jóvenes, además del pensamiento fresco e innovador para enfrentar los retos que depone el 2020, un año que igualmente será complejo.

Diversificar las exportaciones y encadenar la industria nacional

Según el informe que presentó Rodrigo Malmierca Díaz, titular del sector, urge eliminar los problemas que persisten en la cadena puerto-transporte-economía interna; perfeccionar las estrategias de cobertura de riesgos; aprovechar las preferencias arancelarias; diversificar las exportaciones; incrementar los flujos de financiamiento proveniente de diferentes fondos; así como consolidar la puesta en funcionamiento de las dos ventanillas únicas, la del comercio exterior y la de inversión extranjera.

Al limitado acceso a los recursos financieros, la insuficiente sistematicidad y chequeo a los acuerdos establecidos y la persecución a las transacciones económicas financieras por el bloqueo de Estados Unidos, se la añade también como trabas al impulso del sector la poca diversificación de las exportaciones, la falta de incentivos y de garantías mercantiles, las demoras en los procesos de negociación, y los errores en la concepción de los negocios.

No obstante, el contexto impone nuevos retos y ser más proactivos, aseguró el ministro. «Debemos estar preparados no solo para cumplir tareas sino también para ver las oportunidades y actuar ante escenarios adversos, lograr dinámicas más flexibles, mayor coordinación interna y hacia otras entidades, asegurar el cumplimiento el plan de la economía, especialmente lo vinculado a las exportaciones que tanto impacto tiene en las actividades previstas, y optimizar la efectividad en la gestión y utilización de los recursos que vienen del exterior».

Como resultado positivo, vale destacar, durante el año precedente se evidenció un cambio de mentalidad respecto a la IE, en tanto se privilegia esta actividad frente a la propensión de utilizar créditos externos que repercuten en un mayor endeudamiento.

Durante 2019, se identificaron nuevas oportunidades de inversión extranjera que condujeron a la aprobación de 34 nuevos negocios, detalló Malmierca Díaz. Asimismo, se creó el mapa de las exportaciones cubanas, con productos consolidados, en desarrollo y en fomento, lo cual permitirá establecer cadenas de valor donde estén presentes tanto los productores, como comercializadores, centros de investigación e innovadores, además de elevar el nivel de calidad y competitividad.

Según Ileana Núñez, viceministra del Comercio Exterior, siguiendo estas líneas de trabajo, resulta imprescindible consolidar las relaciones económicas con el grupo de países priorizados, pero también potenciar los vínculos con otras naciones, enfocados a la promoción de las oportunidades de negocios en Cuba y la diversificación de bienes y servicios.

En tal propósito, de conjunto con el Ministerio de Relaciones Exteriores y el trabajo de nuestras Embajadas y Misiones Permanentes, estamos implementado acciones para identificar nuevas oportunidades de negocio y cooperación que permitan avanzar en la batalla económica e incrementar las exportaciones, agregó.

A eliminar las burocracias a la hora de ejecutar los proyectos de inversión extranjera, que estos sean sostenibles y que logremos encadenarlos con los polos de desarrollo que tiene el país y que actualmente no explotamos en su totalidad, convocó, por su parte, Deborah Rivas, directora general de IE.

Respecto a la informatización de los procesos, Anabel Reloba, directora Ventanilla Única de Inversión Extranjera (VUINEX), expresó que la puesta en funcionamiento de las oficinas de tal sistema en enero de este año, contribuirá a perfeccionar el trabajo y eliminar las dificultades internas que aún existen para el desarrollo de los proyectos con capital extranjero.

Aunque ahora mismo estamos solo de manera presencial, el propósito es hacer más expeditos, menos costosos y ágiles todos los permisos, autorizaciones y licencias para ejecutar los proyectos, conectada a todo el país mediante un software que desarrolla la Universidad de las Ciencias Informáticas.






A MEDIA CAMPANA(*)
(José Luis Fariñas)

¡Que imperdonable distracción!
Silvio Rodriguez


A media campanada, nosotros;
mínimo tiempo de pequeños océanos interiores,
imposibles como perros intactos;
dobles del alma sola.
A media campanada,
tan lazados a confines no euclidianos
como cualquier grado de amanecer;
cosas tan cuneiformes y medio silentes
que hasta la tiniebla evita.
A media campanada,
tan equivalentes al cero del asfalto
como una exaltación de furias antiguas.
Nosotros, los que fuimos, los sin cara,
a media campanada de todo centro:
dos cruces y ninguna fatiga en el alma,
imitando la danza final de los guerreros.


“Qué cansada canción me llama, vencida
Soy un viejo que duerme entre sus losas
Soy un niño que sueña tantas cosas”