lunes, 22 de julio de 2024

LOS MENSAJES DE LA REALIDAD QUE ALTERAN LA CALMA PRESIDENCIAL
(Por Ernesto Tenembaum)

 


Mi padre enfermó en marzo del 2018 y murió en noviembre de ese mismo año. En esos meses, progresivamente, se fue desprendiendo de la realidad. Yo trataba de hablar con él pero los temas de siempre -el fútbol, la política, la historia judía, sus nietos, sus recuerdos- no alcanzaban para más de unos minutos. Rápidamente se entregaba de nuevo al sopor.

Ese año, el 2018, fue el año en que el dólar le voló por el aire a Mauricio Macri. El billete norteamericano trepaba sin parar, desde 17 a 42 pesos, mientras mi padre se apagaba. Hasta que, a principios del mes de octubre, Guido Sandleris reemplazó a Luis Caputo en el Banco Central, anunció que no emitiría un solo peso más, y el dólar bajó de 43 a 38, donde se mantuvo un montón de meses. Si no había emisión, el dólar no podría subir, porque nadie tendría plata para comprarlo. Eso pensaban.

En uno de esos días, cuando llegué a verlo, mi padre estaba, como siempre, con los ojos cerrados.

-Papá, tengo un problema—le dije, con la mera intención de conversar sobre algo.

Él movió la pera hacia arriba y hacia abajo, como preguntando qué me pasaba.

-Compré 2 mil dólares a 43 y bajó a 38.

Entonces mi padre insinuó una sonrisa incómoda –debía sentirse muy incómodo-, entreabrió su ojo derecho, levantó suavemente un brazo, abrió una mano hacia mí, y la movió lentamente.

-Vos esperá, ya va a subir de nuevo—quería decir ese gesto.

Unas semanas después, moriría entre sus seres queridos.

Hoy el dólar no está a 38.

Está a 1400.

Tenía algo de razón.

Solo en la Argentina puede haber ocurrido un diálogo semejante entre un hijo y su padre moribundo. Cada uno tendrá su anécdota sobre el tema. Equivocados o no, los argentinos creemos que siempre va a subir: que las caídas son efímeras y las subidas permanentes.

El plan Sandleris se derrumbó en agosto del 2019, cuando la derrota de Macri en las PASO, produjo un shock de desconfianza. Aunque el Gobierno no emitía, había pesos esperando para reaccionar en un momento de shock.

Puedo intuir que ahora mi padre pensaría lo mismo que está pensando la mayoría de los actores del mercado: que el dólar va a subir, como siempre.

En este caso, además de la tradición, hay otro motivo: hemos sido testigos en estos meses de un debate muy ilustrativo en tiempo real, donde Milei y los suyos resultaron humillados.

En abril, el ex ministro Domingo Cavallo fue la primera voz autorizada que gritó que el rey estaba desnudo. Cavallo explicó que a este ritmo de devaluación no habría suficiente liquidación de dólares durante la cosecha gruesa y eso derivaría en problemas serios en el segundo semestre. Con el correr de las semanas, muchos economistas se sumaron a la misma advertencia.

Milei insultó, pataleó, hizo berrinches, revoleó los ojos, ironizó, hizo imitaciones, stand ups, esas cosas que le funcionan tanto. Los que empezaron a repetir la advertencia de Cavallo eran estúpidos, ignorantes, li-li-pu-ten-ses, pifiadores seriales.

Pero las predicciones de Cavallo se cumplieron con precisión milimétrica. No hubo suficiente liquidación de dólares, y empezaron los problemas en el segundo semestre.

Aquello fue, además, una derrota en todos los campos. Por entonces, Milei sostenía que no tenía que devaluar porque los dólares libres estaban al mismo nivel del oficial y ese era el valor de mercado. Con ese criterio, debería devaluar ahora. Pero cambia el argumento.

Un economista que lo quiere y lo critica al mismo tiempo, grafica así su inestabilidad, o sea, el motivo de la creciente desconfianza: “En menos de un año Milei dijo: dolarización con banca Simons, dolarización a la Ocampo, cambiar Leliqs por deuda, competencia de monedas y dolarización endógena. Todos destinos distintos y excluyentes. Así es difícil que alguien crea que hay un rumbo claro”.

La moraleja de la historia parecía clara: mejor cambiar antes de que fuera tarde. Pero la reacción del Gobierno consistió en defender su diseño como si nada hubiera pasado. Cuando -producto de esa obcecación- subieron los dólares paralelos, cayeron las reservas y el riesgo país trepó fuerte, el Presidente y su ministro empezaron a desesperarse.

Anunciaron medidas de apuro durante los fines de semana. Si nada grave estaba pasando, ¿por qué molestar a la gente un viernes a la noche? Si todo estaba bajo control, ¿por qué volver a molestarla dos semanas después un sábado a la tarde, con una comunicación de urgencia desde los Estados Unidos o anunciar una medida cinco minutos antes de un partido de la Selección?

Los resultados no acompañaron. Las reservas caen semana a semana, el riesgo país se mantiene en niveles imposibles. Entonces el Gobierno empezó a ir de acá para allá. Que la deuda del Banco Central pasa al Tesoro, que los pases se transforman en PUTS y los PUTS vaya a saber en qué otra cosa, que el oro se manda al exterior a escondidas para juntar un puñadito más de dólares, que la emisión aumentó pero es una buena noticia, que ahora dejará de emitir, lo que también es buena noticia, que en realidad emitirá para comprar dólares al oficial que luego venderá al paralelo, y con la diferencia se va a comprar otra cosa, lo que es otra excelente noticia.

Luego, el Gobierno mostró más nervios. Un asesor, Fausto Spotorno, señaló errores obvios. Lo echaron a patadas. El Presidente le aplicó un carpetazo. Otro asesor, Teddy Karagozian, señaló otros errores. También lo echaron a patadas. El Presidente dio la orden de que lo humillen en las redes. Uno de sus colaboradores subió una foto del oso Teddy. “El único Teddy valioso”, escribió. “El osito traidor”, lo llamó Milei. Al que habla, ni Justicia.

En el medio de todo esto, escaló, una vez más, el conflicto con la vicepresidenta Victoria Villarruel. El disparador fue el disparatado intento del Gobierno por respaldar a los jugadores de la Selección que celebraron el triunfo en la Copa América con un cantito donde le recordaban a sus pares franceses que eran descendientes de africanos y llamaban “cometrabas” y “puto” a un colega.

Lo primero que hicieron fue echar a patadas a un funcionario que cuestionó el cantito y sugirió que sería una buena idea que la Selección y Messi pidieran disculpas. “Argentina no se arrodilla nunca más”, escribió, orgullosísimo, el Gordo Dan, el tuitero preferido del Presidente. “Ningún funcionario tiene derecho a decirle qué hacer a la Selección Nacional de Fútbol”, bramó un comunicado de la Oficina del Presidente. “Me parece perfecto que lo echaran. Era un hombre que estaba de rodillas a punto de sobarle la quena (sic) a una potencia extranjera”, se sumó la diputada Lilia Lemoine. 

La Vicepresidenta emitió un comunicado repleto de un patriotismo admirable. “Ninguna potencia colonial nos impondrá sus criterios e impedirá que digamos nuestras verdades (sic). Estamos con vos, Enzo!!!”.

Era un festival de patrioterismo, racismo, castigo a los disidentes, homofobia y un toque de delirio, todo en unas pocas horas. Hasta que bajaron a tierra, se enteraron de la furia francesa, y Karina Milei fue a pedir disculpas a la embajada. Desde entonces, toda la culpa cayó en la vice. Lilia Lemoine no había dicho nada. El gordo Dan no había tuiteado nada. Santiago Caputo no había estimulado nada de todo eso. La culpa era de Victoria. Al momento de publicar esta nota, Villarruel mantiene como tuit fijado su comunicado antifrancés.

En plena campaña, Milei anunció que Villarruel se haría cargo de todo lo relacionado con Defensa y Seguridad. Luego, la desplumó para incorporar a Bullrich. Villarruel se retiró furiosa del acto de asunción en el momento en que empezaba el discurso de Milei. Fue desplazada de las reuniones de gabinete, perdió el acceso directo al Presidente, lo desafió en un reportaje en el que lo llamó “pobre jamoncito”. Los libertarios le hicieron campañas humillantes en las redes. Él dejó trascender que en la intimidad la llama “bicha cruel”. Ella no fue a firmar el Pacto de Mayo, argumentando que tenía una gripe. Pero al día siguiente participó de un larguísimo desfile, al aire libre, durante un día helado.

¿Conflicto entre un presidente y su vice en medio de cierta inestabilidad financiera? ¿Qué fantasmas despertará todo eso en la memoria colectiva?

Por si esto fuera poco, Luis -el otro Caputo- salió a tranquilizar a los mercados.

“El que apuesta al dólar pierde”, dijo.

O algo así.

Y Milei apareció el viernes por la noche -otra vez, en fin de semana- para festejar que esta semana el dólar no subió. “Lo querían poner en 1800. Les dejamos el culo como un mandril”.

Sic.

Además, insistió con que Rodrigo Valdés, el ex ministro de Economía de Chile que conduce el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, es un comunista (sic).

Si algún operador financiero quiso encontrar en las dos horas de nota algún indicio de cómo el Gobierno va a conseguir dólares para pagar los monumentales vencimientos de deuda que se acercan, o para mantener el actual esquema cambiario, se quedó con las ganas. Milei se limitó a relatar sus batallas heroicas de siempre.

Por muchas razones me encantaría que mi padre estuviera vivo. Ninguna de ellas tiene que ver con el dólar. Sé perfectamente lo que me hubiera dicho al escuchar lo que Milei y Caputo explicaron.

Algo así como “veremos quién es el mandril”.

A veces, mi papá era gracioso.

Pero no era un economista experto en crecimiento con o sin dinero.

Así que seguro el chiste estaba fuera de lugar.




 

jueves, 4 de julio de 2024

VILLAS Y CASTILLOS

 


Llegamos a Julio de 2024 y “parece” que sobrevivimos, pero lo peor está por venir. Ya sé que me dirán, “Vos siempre con el cuentito de AHÍ VIENE EL LOBO”, “todos los zurdos son iguales”, diría el Presi en uno de sus tantos arrebatos, pero como dicen por acá, el que avisa no traiciona, aunque cualquier gitana famosa que tirara bien las cartas y leyera las manos prediciendo el futuro, acá en la Argentina, ya estaría colgada del obelisco, así que, igual tomen con pinzas mis declaraciones.

Hay mucho para contar en estos siete meses de Gobierno del Tiktokero, devenido en Presidente de todos los argentinos. EL si la ve, nosotros estamos en bola, por desgracia, literalmente.

Lo más relevante es que al final, hemos amanecido con la noticia que la emisión monetaria de los tipos en el primer semestre de este año es mayor que la realizada por el anterior gobierno en el primer semestre de 2023 que serian los causantes, como repite Milei cada vez que le ponen un micrófono,  de una futura hiperinflación de 17 000% y que el paro con su brutal ajuste.

Resulta que nos mintieron todo este tiempo, los Caputos y su pandilla de Wall Street emitieron la frijolera suma de 43,9 billones de pesos argentinos, que en términos reales es del 10% mayor que entonces. Al mismo tiempo han vociferado por los cuatro puntos cardinales que tienen déficit cero, inclusive superávit fiscal todos estos meses y que es la responsable que la inflación, que como insisten desde el Gobierno es un problema monetario de déficit cero, bajo de 25.5% en Diciembre de 2023, cuando asumieron y devaluaron la moneda en un 118% a 4.2% el mes pasado, Mayo de 2024.

Por otro lado el “bendito dólar” (los dólares, los dólares) se ha apreciado de 990 pesos cuando asumieron, a 1430 pesos que cerró antes de ayer, es decir un 44%. Es por ello que “El Mercado” (nunca entendí quien es el famoso “Mercado”, si es rubio de ojos celeste o no, si le gusta el dulce de leche o no toma mate en la mañana) está pidiendo “a gritos” una devaluación “más acorde con la inflación acumulada” que anda por el 83.3% nominales en los primeros seis meses de gobierno, dato hasta Mayo 2024.

¿Los dólares del campo?, bien gracias!, sería una de las mayores cosecha de la historia, y por supuesto mayor que la anterior que fue destruida por una sequia de dimensiones astronómicas, pero, “los chicos del campo”, decidieron guardarla en los silo bolsas hasta que el “famoso mercado” devalué a conveniencia de ellos los pesos argentinos y reciban más por los dólares que liquidaran de dicha cosecha. Es decir literalmente ese Banco Central que compraba dólares a diestra y siniestra hasta Abril, por ingresos de las exportaciones, ha dejado de hacerlo y ahora vende sus magras reservas “acumuladas”. Cuando estaba en su apogeo comprador y la inflación bajaba de 20.6 a 13.1 por mes, más de uno pensó que Milei se merecía un Nobel de economía, la frase de Scioli, candidato de Cristina en el 2015, que le disputo la presidencia a Macri y no la gano por 670 mil votos, quedará para la historia infame de este país. Pero lo cierto es que faltan dólares, y el Banco Central no está en condiciones de enfrentar una corrida cambiaria y mucho menos asumir las deudas en dólares para el mes de agosto no ya las del próximo año, a no ser que el FMI (siempre están estos tipos) decida prestarle a Caputo, si, si el mismo que ya le pidió en el Agosto de 2018 al fondo la “abundante” suma de 54 mil millones de dólares que finalmente quedaron en 45 mil millones y que luego del acuerdo de Guzmán, Argentina tendría que empezar a pagar a partir del 2026.

Hasta aquí un pequeño bosquejo de la Macroeconomía financiera de este real maravilloso país, pero, ¿y por casa como vamos?, ¿y la comida?, ¿y el desempleo?, y ¿la actividad industrial?. Las preguntas anteriores son para largo, pero resumiendo, la cosa esta jodida de verdad. La recesión económica es mayúscula en todas las actividades industriales, fíjense ustedes que en mayo se fabricaron 38884 autos, un 40% menos que igual mes que el año pasado, y en este Junio que termino se fabricaron un 16.7% menos de autos que el anterior mes. Según el INDEC, el IPI, Índice de Producción Industrial manufacturero, cayó en Marzo del 2024 comparado a igual mes del 2023 en un 21.2% y el trimestre de Enero-Marzo de 2024 cayó un 14.8% comparado a igual trimestre de 2023. Veremos que publicará el INDEC para el segundo trimestre de este año Abril-Junio 2024, pero el índice siguió cayendo en picada según muchos analistas en la materia. Hoy mismo han aparecido datos más reciente, a Mayo 2024 la caída de despacho de cemento cayó en un 32.8% comparado con igual periodo del año pasado, lo que denota una parálisis descomunal de la actividad de la construcción.

Esta “hiperecesion” y no hiperinflación, tiene su contrapartida en el desempleo, los datos alarman y comienzan a ser una preocupación acuciante por encima de la suba de los precios. El anterior gobierno dejo un desempleo al cuarto trimestre del 2023 en 5.7%, y ahora a Marzo de 2024, el primer trimestre de este gobierno ya la cifra escalo dos puntos, y se ubico en 7.7%, informo el INDEC. No es que seamos adivino, pero este modelo neoliberal “libertario” si llega a funcionar para unos cuantos, es con mucho desempleo.

La comida es otro tema, que preocupa a todos, ir a comprarla es como ir al Mercadona en España, pero con salarios paupérrimos y en una moneda que cada día vale menos. El dato concreto es que el consumo de leche líquida cayó un 19.6% en el primer trimestre de este año (y esto sigue en el actual trimestre) en comparación con el mismo periodo de 2023 y la de leche en polvo en un 30.4%, “Houston, tenemos un problema” porque esto va aparejado con que la pobreza infantil y adolescente en este país se elevo de un 57.5% en el último semestre de 2023 a un 70,8% en el primer trimestre de este “bendito” 2024 con este gobierno que vino a “liberarnos”. Si hablamos del consumo de Carne Vacuna, que es un “bien nacional”, las cifras desesperan también, el consumo de carne es de un nivel tan bajo que para encontrar algo parecido hay que remontarse a 30 años atrás.

No los voy a cansar con estadística, que a la larga es hablar de personas concreta de carne y hueso, no son meros números, porque hay seres humano como usted y como yo en ellos, se la está pasando muy mal, unos, muchos peores que otros.

Lo fundamental, es que Milei designo a un Ministro de Economía que dentro de su “brillante” curriculum vitae tiene varias perlitas que son para tener en cuenta: Este señor, llamado  Luis Caputo, y a quien “nadie le puede tocar el culo”, dicho literalmente por nuestro Presi en sus declaraciones reciente, es el responsable del “maravilloso” endeudamiento que contrajo Macri por 45 000 millones de dólares con el FMI, además de una deuda “chica” por 100 años de unos 2000 millones de dólares, es el responsable de la escapada “audaz” de sus amigos del JP Morgan Bank el 25 de Abril de 2018 con un dólar a 20.20 pesos, que retiraron del sistema financiero argentino en un día, la bonita suma 1472 millones de dólares que tenían invertidos en las LEBAC (a los amigos hay que ayudarlos), y que como sabemos, luego el dólar continuo su disparada hasta llegar a los 67 pesos, pero ellos, los amigos de Caputo se salvaron antes porque tenían la info privilegiada.

Así que señores, queridos amiguitos, papaítos y abuelitos, Macri ha dinamitado desde adentro el Gobierno de Milei colocando a un compulsivo endeudador serial al frente del Ministerio de Economía, tengo que darle la venia a Cristina cuando dijo  en ese informe que circulo “Argentina en su tercera crisis de deuda. Cuadro de situación”: A diferencia de lo que se afirma habitualmente, en cuanto a que el principal problema de la economía argentina es el déficit fiscal y la principal causa de la inflación, la emisión monetaria necesaria para cubrirlo; nosotros sostenemos que la inflación en Argentina se dispara ante la escasez de dólares y que el endeudamiento compulsivo en dicha moneda no hace más que agravar dicha escasez al profundizar la ya conocida y estructural restricción externa de nuestra economía bi-monetaria. Caputo no resolverá la inflación en la Argentina, nos endeudará mas, no es un problema de creerle a Milei o no, es que nadie le tiene confianza al Caballo de Troya que le coloco Macri a Milei. No están los dólares y dudo que los habrá, ¿que extranjero inversionista pondrá su dinero acá, a pesar que el famoso RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) de la Ley Ómnibus devenida a Combi, recién sancionada, le regale todos los recursos naturales de este país?. Por otra parte los argentinos que tienen casi medio PBI en dólares debajo del colchón dudo que lo saquen para invertir en una Argentina detonada con más del 50% de pobre.

Claro, puede ser que este “zurdito” que escribe, lo vea todo mal y nuestro futuro Premio Nobel de Economía la tenga más que clara,  entonces “mas mejor” para nosotros, porque pronto seremos Alemania (por cierto, eso ya lo había escuchado antes, y no del “Libertario”), hace rato nos prometen Villas y Castillos.