viernes, 20 de septiembre de 2024

LA BATALLA CULTURAL A CUCHARADAS

Milei hizo viral un video en el que coloca a la Argentina de los doce años de Kirchnerismo bajo la pandemia de un virus (KU-K12) que nos volvió zombis,…ahí está su batalla cultural para la total dominación de sus “nuevas ideas liberadoras”…


Solo que en su “amnesia histórica y selectiva”, olvido en que terminaron las políticas que tanto admira, y decide de nuevo implementar en la Argentina. La diferencia de este video que dejo a continuación, es que no fue hecho por computadoras, la apocalipsis que vivimos fue real, con seres humanos de carne y hueso, y por “suerte” no terminamos en zombis…hubo liberación, al menos por 12 años.



Tenemos la advertencia de Santayana desde hace mucho tiempo, “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”, pero no hay dudas que chocaremos con la misma piedra, una verdadera y calamitosa lastima.






miércoles, 18 de septiembre de 2024

 


UNA IMAGEN VALE MAS QUE MIL ei...









lunes, 16 de septiembre de 2024

POR AHORA
 
Me salvo por esa
bella y madura mujer
que me arropa todos los días
Me salvo de este desgraciado país
con maniáticos hijos de putas
en el poder
Me salvo por esa
madre iluminada
que aun viva
se preocupa por mi
Me salvo de aquel
que vive y respira
para poner traspié
Me salvo por esa
hija mía
que es lo único hecho
que vale la pena
y alivia el ir
Me salvo de la pedantería
del que sabe dos cosas
y aparenta la biblioteca
de Alejandría
Me salvo por las cosas simples
de llorar y reír
a tu lado mujer
Me salvo de tantas cosas
Me salvo…
por ahora


Bless your soul…






miércoles, 11 de septiembre de 2024

FIEL A LA RABIA

Puede que ya sea vetusto
para seguir el mismo camino
puede que el fango haya embarrado
aquellas ideas iníciales
puede que los profetas
no solo eran falsos, sino al fin y al cabo
no lo eran
puede que ya nadie lea esto
y lo de comunista
sea una mala palabra
pero créanme
me sigue hirviendo la sangre
si aquel que veo en la esquina
revuelve la basura
para llevar algo a la boca
en esta noche fría


...We fought for the fable, oh
But instead we burn
And in the end of time, oh
Left an empty urn...





viernes, 6 de septiembre de 2024

AL FIN UN MEA CULPA

En este informe que a continuación dejo, Cristina al final hace un mea culpa, era de esperar hace tiempo, pero al menos lo hizo.

Es la economía bimonetaria, estúpido. Aportes para un debate argentino.
(Por Cristina Fernández de Kirchner)
“Hay dos formas de conquistar y
esclavizar a una nación. Una es la
espada, la otra es la deuda.”
John Adams. Presidente de los
Estados Unidos entre 1797 y 1801.

Milei y “las fuerzas del cielo”. Cuadro de situación

A nueve meses de la llegada al gobierno de la primera experiencia global anarcocapitalista, una vez más y como siempre, la realidad se impone sobre las teorías extravagantes, los discursos incendiarios y las frases marketineras.

Milei, el ultra libertario que en campaña prometía eliminar la intervención y el control del Estado sobre la vida de los argentinos hoy, en el gobierno, no sólo interviene y controla, sino que además decide tres de los cuatro precios fundamentales de la economía:

1) el precio del dólar, a través de la tablita de crawling-peg del 2% mensual; 2) el precio del dinero, mediante la fijación de una tasa de interés de referencia ultra negativa;

3) el precio del trabajo, al fijar tope para los acuerdos salariales; 4) solo ha liberado el cuarto precio de la economía; el de los bienes y servicios, aunque con ciertas limitaciones: las tarifas de luz, gas y el transporte todavía conservan exiguos subsidios, en algunos segmentos de usuarios, y el Estado sigue sin contar con datos fehacientes sobre los costos reales de esos sectores.

Si a esta forma de administrar los cuatro precios de la economía le sumamos el ajuste fiscal de Milei -que es inconsistente e insostenible porque lo logra a partir del no pago de deudas exigibles para la administración central y del retiro del Estado de las funciones imprescindibles para la subsistencia misma del país como Nación-, se produce un combo letal.

Este escenario, en el marco de una economía bimonetaria como es la argentina, ha llevado a una caída brutal de la actividad económica y ha provocado que nuestro país sea hoy más caro en dólares que los países desarrollados del mundo. Esto convierte a la tasa de inflación del 3% o 4% mensual, que Milei y su inefable ministro de economía quieren hacernos creer que es un éxito, en una verdadera tragedia social al producirse en el marco de una profunda recesión económica.

Esa tragedia ya es inocultable. Desde el rápido aumento de la desocupación hasta los más de un millón de niños que todas las noches se van a dormir sin un plato de comida (estudio UNICEF). Desde el crecimiento exponencial del avance del narco en las barriadas populares ante el retiro del Estado, hasta la caída vertiginosa del nivel de vida de la clase media. Y como siempre sucede en Argentina, al ajuste le siguen los palos. Las imágenes de argentinos apaleados y gaseados -en esta oportunidad jubilados- no hacen más que confirmar la violencia que engendran ideologías donde los ciudadanos solo son una variable de ajuste. Todo se ha puesto muy feo. Todo está muy mal.

Mientras tanto el gobierno no sólo ha abandonado en la práctica el discurso liberal de anti-intervencionismo estatal, sino que también ha dejado de lado la teoría monetarista que señala a la emisión monetaria como la única y exclusiva causa de la inflación. En efecto, en reiteradas oportunidades los funcionarios han señalado que no van a devaluar porque sube la inflación: ante estudiantes en la Universidad Católica Argentina “Caputo descartó un salto del dólar: ‘Devaluando lo único que se gana es que suba la inflación’” (Infobae. 21 de agosto, 2024). O sea: la inflación en nuestro país está atada al movimiento del dólar . Bienvenidos a la Argentina.

Estas no son las únicas novedades del país en el que suelen morir todas las teorías. Desde hace un tiempo las calificadoras extranjeras, las agencias vinculadas a las finanzas y hasta algunos economistas vernáculos, han comenzado a explicitar públicamente una creciente inquietud acerca de la capacidad de pago de la Argentina respecto de su deuda soberana. No se trata de teorías o interpretaciones económicas, simplemente de sumar y restar frente a la curva de los vencimientos en moneda extranjera que debe afrontar nuestro país. “A los mercados no les inquieta el frente fiscal, sino los problemas del Gobierno para juntar dólares” (Infobae. 25 de agosto, 2024).

El 14 de febrero de este año publicamos el documento: “ARGENTINA EN SU TERCERA CRISIS DE DEUDA -Cuadro de Situación-”. Vale la pena recordar el segundo párrafo del mismo, donde definíamos en forma estructural el problema de la economía argentina.

“A diferencia de lo que se afirma habitualmente, en cuanto a que el principal problema de la economía argentina es el déficit fiscal y la principal causa de la inflación, la emisión monetaria necesaria para cubrirlo; nosotros sostenemos que la inflación en Argentina se dispara ante la escasez de dólares y que el endeudamiento compulsivo en dicha moneda no hace más que agravar dicha escasez al profundizar la ya conocida y estructural restricción externa de nuestra economía bi-monetaria”.

Que nadie se confunda. No pasa por decir “te lo dije”, pero es necesario abordar el verdadero problema de la economía argentina desde el rigor que impone la experiencia concreta frente a cualquier ejercicio teórico. Hoy la Argentina no tiene los dólares para pagar la deuda y los mercados lo saben. Esa misma escasez de dólares fue la que impidió llevar a cabo la dolarización que Milei imaginaba como plan de estabilización para cristalizar la formidable transferencia de ingresos a los sectores más concentrados de la economía producida después de la brutal devaluación y el ajuste fiscal. Dolarización que también era aconsejada, entre otros economistas, por Steve Hanke1. Curiosa paradoja de quien se cree líder amado y admirado a nivel global, pero al que nadie le presta un dólar. A esta altura de la soirée casi, casi que tenemos que hablar de Milei, el ex libertario.

Es la economía bimonetaria, estúpido.

Sería conveniente que, en términos de política económica, nuestros economistas encuentren una definición más rigurosa sobre la regulación para la adquisición de dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) que la de “cepo”. Esa etiqueta fue utilizada para estigmatizar la medida que tuvimos que adoptar en el año 2012, después de una fuerte corrida cambiaria durante el año 2011 (año de elección presidencial), que significó la caída de nuestras reservas con la clara intención de provocar una devaluación del tipo de cambio que, de haberlo logrado, hubiera significado una enorme transferencia de ingresos a favor de los sectores que están dolarizados. Lo curioso de aquella corrida impulsada desde el sector financiero, es que se produjo en el marco de una economía que, después de la crisis global de Lehman Brothers (2008-2009) crecía en forma sostenida y en un escenario de certidumbre política, traducida en el triunfo en primera vuelta por 55% de los votos. Quedó así al descubierto que los discursos del mainstream, acerca de la necesidad de certidumbre y estabilidad política y económica son solo eso, discursos.

En el siguiente cuadro se puede observar claramente el alto nivel de reservas existentes en el BCRA al año 2011 y la caída vertiginosa producto de la corrida que se opera entre agosto (cuando obtuvimos más del 50% de los votos en la PASO) y diciembre de ese año. Como siempre, dato mata relato. 



Desde 1972 se calcula que Argentina atravesó 54 corridas cambiarias. Una corrida cambiaria se define a partir una cierta caída de las reservas internacionales y/o en movimientos del tipo de cambio. Durante las últimas cuatro décadas, coincidentes con el paradigma de valorización financiera instaurado por la última dictadura cívico-militar, Argentina sufrió corridas cambiarias recurrentes, que se interrumpieron temporalmente durante gran parte de la convertibilidad y la presidencia de Néstor Kirchner. 

Durante mis dos mandatos enfrenté corridas cambiarias de una persistencia similar a la del alfonsinismo, mayor a las del menemismo, y únicamente superada por la del gobierno de la Alianza, tal cual podrán ver en el siguiente cuadro. 



Entre 2007 y 2015 las presiones cambiarias se hicieron más frecuentes, totalizando 11 corridas. Estas tensiones se manifestaron en fuertes aumentos de la Formación de Activos Externos (FAE) y en su correlato, la caída de reservas internacionales.

Tampoco el gobierno de Macri, que fue “market-friendly” -en la jerga de los mercados-, se salvó de las corridas cambiarias. Por el contrario, no sólo tuvo una fuerte salida de capitales sino que debió reinstalar el “cepo” que tanto había criticado y que había levantado en 2016 con bombos y platillos y gracias a un feroz endeudamiento externo. Se vio obligado a poner un tope de compra mensual de apenas 200 dólares. Vale recordar que en el período 2012-2015, cuando administramos la compra de dólares en el MULC, el límite que establecimos fue de 2.500 dólares mensuales. Cabe señalar también que dicha regulación (“cepo”) no pudo ser eliminada hasta el día de la fecha y continúa con el tope de 200 dólares. Y eso que pasaron macristas, peronistas y ahora hasta libertarios, todo bajo el estricto control del FMI. Esto no significa santificar el “cepo”, sino entender a partir de la experiencia y no desde la teoría, el funcionamiento de la economía en la Argentina frente a la cuestión del dólar.

Es que, como dice el título de este capítulo, es la economía bimonetaria, estúpido. Una economía donde la moneda que emitimos como Estado sólo es utilizada para transacciones cotidianas (y no para todas. Ej: compra de inmuebles). Para las otras dos funciones que tiene cualquier moneda, que son las de unidad de valor y de reserva o ahorro, los argentinos utilizan el dólar.

Este fenómeno sucede únicamente en la Argentina. La utilización de dos monedas, de las cuales la que no emitimos es precisamente la más requerida para atesorar legal o ilegalmente, sustrayéndola del circuito de funcionamiento de la economía y formando activos en el exterior o, en menor medida, guardándolos “en el colchón”. Esa misma moneda es, además, la única que se puede utilizar para pagar las importaciones que el país necesita para producir, generar riqueza y trabajo bien remunerado. Esta situación permite explicar las dificultades de la macroeconomía argentina; aún en gestiones de gobierno que han llevado a cabo una sustancial reducción de la deuda en dólares, como fue el caso de las desarrolladas en el período 2003-2015.

Si a este fenómeno le agregamos el endeudamiento geométrico -en esa misma moneda que no emitimos- producido durante el gobierno de Macri, con inversores extranjeros o nacionales, con sobretasas y con curvas de vencimientos incumplibles, no hace falta explicar más nada. Aunque, ya se sabe, la Argentina es ese extraño lugar en donde hasta lo obvio debe ser explicado.

Para aquellos que afirman que dicha regulación impide la inversión, cabe recordar que la Inversión Extranjera Directa (IED) durante mi segundo mandato, fue la más alta en los 40 años de democracia, sin privatizaciones. A título de ejemplo: la llegada de Chevron y Petronas -entre otros- con inversiones en Vaca Muerta recuperada por nuestra gestión también. Además, durante el año 2015 y con el asedio de los Fondos Buitre, el riesgo país rondaba los 600 puntos básicos.

La experiencia del gobierno macrista, que decidió levantar el “cepo”, devaluar y eliminar los controles de la cuenta capital para endeudarse, ya sabemos cómo terminó: cuatro años sin “cepo” pero ninguna inversión directa, sólo ingreso de capitales especulativos y retorno del FMI al país para garantizarle los dólares a esos fondos, que después del carry trade “piraron”. A esa experiencia la estamos pagando demasiado caro y sus consecuencias seguirán siendo sufridas por varias generaciones más.

Abordar el problema de la economía bimonetaria y su correlato, la carencia de una moneda fuerte, es lo que debería movilizar a las fuerzas políticas y sociales que siguen creyendo en la Nación. Sin embargo, cuando la anti política se quede sin respuestas por el fracaso de teorías extravagantes que solo causan odio y dolor; no solamente deberemos reconstruir la moneda, sino también la política.

Esto también implica de parte nuestra preguntarnos ¿Y por casa como andamos? En una suerte de revisión de ideas y experiencias.

El peronismo se torció:

Cuando olvidó que los muertos no pagan las deudas y convalido el préstamo multimillonario e irregular que el FMI, violando su propia normativa interna, había otorgado al gobierno de Mauricio Macri para que ganara las elecciones. No sólo eso, se castigó a nuestro país fijándole sobretasas de interés usurarias y curvas de vencimientos incumplibles. Por si eso fuera poco, se permitió además que se apliquen las políticas dictadas por el organismo que dieron comienzo a un proceso inflacionario.

Cuando por primera vez en un gobierno peronista los trabajadores registrados no llegaron a cubrir la canasta básica total (CBT). O sea: el peronismo con trabajadores registrados pobres, pese a que la tasa de desempleo tuvo un excelente comportamiento alcanzando el nivel más bajo de las últimas décadas con el 5,7%.

Cuando no recuperó el carácter universal que caracterizó a sus políticas sociales y que impedían el surgimiento de clientelismos que solo contribuyen a dividir y a enfrentar a los sectores populares entre sí, e irritar a nuestras clases medias.

Cuando mal administró las divisas obtenidas por superávit comerciales excepcionales y debilitó la fortaleza del Estado para administrar la economía bimonetaria de la Argentina.

Cuando, a pesar de haber atravesado la pandemia con una correcta gestión sanitaria que evitó las imágenes de falta de atención médica o respiradores, cementerios creados para los fallecidos de Covid o, como vimos en New York, camiones frigoríficos para trasladar los cadáveres; se anuló la palabra presidencial por la aparición de un documento fotográfico donde se comprobaba la violación de las normas de aislamiento por parte de quien las había firmado.

El peronismo se desordenó:

Cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales de la población económicamente activa, donde los trabajadores registrados en la actividad privada no sólo son minoría, sino que además, sólo el 40% de ellos está sindicalizado. La consecuencia objetiva es que las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo, ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores.

Cuando no avanzó sobre el viejo modelo de Estado omnipresente que derivó en ineficiencia e ineficacia y no construyó una nueva estatalidad más vinculada a la comunidad y su organización a través da la participación de sus diferentes estamentos. La ineficiencia e ineficacia que deriva en burocracia y que es observada por el resto de la sociedad no sólo con mirada crítica por la falta de resultados o de calidad de los servicios en la vida cotidiana, sino porque se termina viendo el empleo estatal como un privilegio frente al resto y, por lo tanto, un “gasto innecesario” que debe ser suprimido.

Cuando no impulso la reversión del déficit fiscal a través de la reducción del gasto tributario existente por eximiciones, exenciones o promociones a sectores concentrados de la economía; junto a una reforma tributaria que no sólo simplificara la administración impositiva, sino que permitiera construir un sistema más racional y equitativo.

Cuando no planteó una revisión y reforma profunda de la educación pública; una de las demandas más sentidas y queridas por todos los sectores, especialmente por aquellos que no pueden reunir el dinero necesario para pagar la cuota de un colegio de gestión privada.

Cuando no pudo superar el consignismo de la desigualdad social por un lado y el gatillo fácil por el otro para abordar un plan de seguridad de carácter integral, e n donde además se aborde el problema cada vez más creciente del avance narco en las barriadas populares como consecuencia del retiro del Estado y la porosidad de las fuerzas de seguridad. Es así como se sustituye la organización estatal por la organización delictiva.

Cuando dejó de recordar que no solo donde hay necesidad hay un derecho sino también una obligación y que el trabajo es un derecho, pero también es un deber, por lo que es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.

Cuando no reparó en las profundas modificaciones surgidas en el campo de la comunicación social por el avance de la tecnología: una trasformación de magnitudes similares a la imprenta de Gutenberg.

Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción: una trilogía indispensable a la hora de formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno.

Septiembre del 2024

Cristina Fernández de Kirchner. -

P/D: Texto y contexto. John Adams fue el segundo presidente de Estados Unidos y la cita del comienzo de este documento debe ser comprendida en el contexto de la discusión interna de ese país en su etapa fundacional, acerca del modelo económico que debían asumir como Nación. En esa discusión el rol de Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro y padre del modelo de acumulación y manejo de deuda de ese país, fue fundamental. Ellos pudieron resolver correctamente ese problema. 

 



jueves, 5 de septiembre de 2024

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE JOE BIDEN
(Por Ignacio Ramonet)



Señor Presidente Joe Biden

Su mandato presidencial se termina dentro de pocos meses. Me permito escribirle, con todo respeto, en nombre de un número importante de personas, movimientos sociales, sindicatos, asociaciones humanitarias y organizaciones no gubernamentales a través del mundo que firman conmigo esta carta y que esperan un gesto de usted para reparar una profunda injusticia cometida el 12 de enero de 2021 por su predecesor, Donald Trump, cuando, a unas semanas de abandonar la Casa Blanca, decidió -sin bases legales reales- reinscribir a Cuba en la infame lista de Estados patrocinadores del terrorismo (lista SSOT, por sus iniciales en inglés).

Señor Presidente, como usted sabe, esa lista SSOT es un mecanismo de política exterior concebido por la Secretaría de Estado (Cancillería) de Estados Unidos para sancionar a aquellos países que "prestan apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional”.

Señor Presidente, en un acto de justicia y de lucidez política, la Administración del presidente Barack Obama, de la cual usted formaba parte, había retirado a Cuba de esa deshonrosa lista en 2015. Lo cual representó un paso muy positivo para forjar, por fin, una relación más constructiva con La Habana. Durante el Gobierno de Barack Obama, siendo usted Vice-Presidente de los Estados Unidos, se pudo en efecto avanzar hacia una normalización de las relaciones diplomáticas entre dos vecinos con sistemas políticos diferentes pero dispuestos a entenderse en base al respeto mutuo.

Señor Presidente, usted no desconoce que Cuba siempre ha denunciado y combatido el terrorismo. Jamás lo ha alentado o patrocinado. Nunca lo ha practicado. Desde hace 65 años, a pesar de las tensiones que han podido existir entre Estados Unidos y Cuba, no se puede citar un solo caso de acción violenta ocurrida en territorio estadounidense que haya sido apadrinado, directa o indirectamente, por La Habana. ¡Ni un solo caso! En cambio, Cuba ha sido uno de los países más atacados por organizaciones terroristas. Más de 3 500 ciudadanas y ciudadanos cubanos han muerto en atentados cometidos por grupos terroristas financiados, armados y entrenados por organizaciones violentas basadas, en su mayoría, en Estados Unidos. O sea, que es el mundo al revés. Y usted lo sabe.

Señor Presidente, tampoco ignora usted que al haber incluido -injustamente- a Cuba en esa lista SSOT, se le aplican a este país y a toda su inocente población, numerosas y dolorosas medidas coercitivas unilaterales. Las consecuencias más atroces se derivan del riesgo asociado a cualquier tipo de ayuda humanitaria, negocio, inversión y comercio que implique a Cuba y, por extensión, a sus ciudadanos. Por ejemplo, a los cubanos con ciudadanía extranjera que reúnen los requisitos para una exención del Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA, por sus siglas en inglés) para viajar a Estados Unidos, se les ha denegado esa exención. A los cubanos residentes en la Unión Europea se les han cerrado cuentas bancarias ya que, por estar su país en la lista SSOT, ellos se convierten automáticamente en “clientes de alto riesgo”. A muchos grupos religiosos se les han congelado los fondos y bloqueado los envíos de ayuda humanitaria a la isla. Las personas que intentan hacer una transferencia de dinero por PayPal o Wise a familiares en Cuba pueden ver sus fondos congelados y sus cuentas bloqueadas. La mayoría de los bancos se niegan a procesar pagos cubanos y han congelado incluso las sumas de dinero destinadas a actividades humanitarias. La presencia de Cuba en esa lista SSOT limita, para los particulares, la apertura de cuentas bancarias en el extranjero, el uso de instrumentos para cobros y pagos internacionales, el acceso a la banca digital, la contratación de servidores y servicios online y mil impedimentos más.

Señor Presidente, la inclusión de Cuba en esa lista SSOT provoca, además, que los viajeros extranjeros de países incluidos en el ESTA que desean visitar Cuba tengan que solicitar un visado especial en el Consulado General de la Embajada de EEUU en su país de origen. Esta política, implementada por su Administración, tiene un impacto nefasto en la industria turística de Cuba, un sector de decisiva importancia para la frágil economía de la isla.

Señor Presidente, como usted sabe, todo esto viene a añadirse a las terribles consecuencias del cruel e ilegal bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba que el Gobierno de su país mantiene desde hace más de 60 años -desconociendo la clara posición de la Comunidad internacional y las sucesivas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas -, con el objetivo de generar una situación de carencias y descontento en la población que conduzca a protestas contra las autoridades cubanas.

Señor Presidente, semejante diseño agresivo, causante de tanto dolor y tanto calvario en la inocente población civil de Cuba, ha alcanzado este último decenio - como pudo constatarlo su propia esposa Jill Biden durante su recorrido por la isla en octubre de 2016- dimensiones de castigo inhumanas. El pueblo cubano carece de acceso a muchos bienes y recursos básicos : medicinas, alimentos, materiales de construcción, fertilizantes, energía, maquinaria industrial, piezas de recambio que no se pueden importar por figurar Cuba en esa lista. La ola migratoria actual de expatriados cubanos hacia Estados Unidos, inédita en su magnitud, es quizás el ejemplo más ilustrativo del impacto devastador y el sufrimiento provocado por las medidas extremas y brutales contra la economía cubana derivadas tanto del criminal bloqueo como de la injusta inclusión de Cuba en la infame lista SSOT.

Señor Presidente, tampoco ignora usted que, en mayo de 2024, el Departamento de Estado tomó la decisión de retirar a Cuba de la lista de "Estados que no cooperan en la lucha contra el terrorismo". Una decisión acertada y justa. A pesar de ello y de manera contradictoria, incongruente, confusa e injustificable, su Administración insiste en mantener a Cuba en la lista SSOT, la de los Estados patrocinadores del terrorismo. ¿Cómo es posible afirmar, al mismo tiempo, que Cuba sí coopera en la lucha mundial contra el terrorismo, y a la vez acusar a La Habana de patrocinar abiertamente el terrorismo ? La mejor manera de clarificar esa contradicción, es sacar a Cuba, de inmediato, de la lista SSOT.

Señor Presidente, Cuba no es un patrocinador del terrorismo. Al contrario, Cuba es un patrocinador de la paz. Y usted lo sabe. Porque sin duda recuerda que, siendo usted Vice-Presidente de Estados Unidos, en 2016, se firmaron en La Habana los Acuerdos de Paz entre el Estado de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), en ese momento consideradas como "organización terrorista", que pusieron fin a más de medio siglo de guerra y de matanzas, y que incluso le valieron al Presidente colombiano Juan Manuel Santos el Premio Nobel de la Paz. Eso no hubiera sido posible sin la activa participación diplomática del Gobierno cubano

Señor Presidente, esa pacificación fue tan impactante que, a partir de 2018, el Gobierno colombiano del Presidente Juan Manuel Santos solicitó a Cuba ser sede de un proceso de conversaciones con dirigentes de otra organización armada, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras la decisión de Ecuador de renunciar a ser sede. Como usted recuerda, estas conversaciones con el ELN se paralizaron tras un odioso atentado cometido en Bogotá en 2019 con coche bomba que arrasó una academia de policía causando numerosas víctimas y cuya autoría reivindicó el ELN.

Señor Presidente, a raíz de esa tragedia, el Gobierno de Iván Duque solicitó la extradición a Colombia de los dirigentes del ELN que, protegidos por un estatuto diplomático especial, se hallaban en Cuba para las negociaciones de paz. La Habana no pudo acceder a esa solicitud. En efecto, los acuerdos diplomáticos internacionales no lo permiten ya que la extradición violaría los protocolos establecidos como garante de las conversaciones de paz entre el ELN y el gobierno colombiano. Noruega, otro país garante clave de esas conversaciones de paz, se mostró totalmente de acuerdo con la posición de La Habana así como la gran mayoría de los Gobiernos. Sin embargo, ese legítimo rechazo de La Habana fue el pretexto esgrimido por su predecesor Donald Trump, en enero de 2021, para volver a incluir a Cuba en la abominable lista SSOT.

Señor Presidente, Cuba no ha cesado de promover la paz. Prueba de ello es que, en 2022, Gustavo Petro, el nuevo Presidente de Colombia, anunció que la solicitud de extradición de los dirigentes del ELN sería retirada como parte de su iniciativa de “paz total”. La Habana, por su parte, aceptó ser de nuevo anfitrión y garante de las conversaciones de paz entre Bogotá y el ELN. Como usted sabe, gracias a la intermediación de Cuba, el 9 de junio de 2023, en La Habana, el presidente Gustavo Petro y Antonio García, comandante guerrillero del ELN, se estrecharon la mano en una reunión donde se acordó, por primera vez, un punto de la agenda pactada y un cese el fuego bilateral que constituye un paso histórico hacia el silencio de las armas y la paz definitiva en Colombia. Este cese el fuego, por cierto, se renovó en La Habana seis meses después, tras cruciales gestiones del Gobierno cubano. Meses después, Cuba acogió una nueva propuesta del Gobierno de Colombia de ser garante y sede alternativa de otro proceso de paz, esta vez con el grupo armado rebelde Segunda Marquetalia.

Señor Presidente, Cuba no sólo es un promotor de la paz sino que, como ningún otro país del mundo, promueve la salud. En el curso de los últimos veinte años, La Habana ha enviado a más de 600.000 profesionales y técnicos sanitarios a unos 165 países. Lo cual ha significado aliviar el sufrimiento de muchos enfermos y salvarle la vida a millones de personas a través del mundo.

Señor Presidente, Cuba no sólo es promotor de paz y de salud sino que, como ningún otro país, promueve también la educación, como lo ha reconocido ampliamente la propia UNESCO. Miles de maestros y de profesores cubanos han intervenido en decenas de países para combatir el analfabetismo e impulsar la escolarización de millones de niñas y niños. Eso es lo contrario mismo de "promover el terrorismo"...

Señor Presidente, en 2021, poco después de que usted se instalara en la Casa Blanca, varios altos funcionarios de su Administración prometieron que revisarían la inclusión de Cuba en la lista SSOT. En octubre de 2022, su propio Secretario de Estado, Anthony Blinken, reiteró esa promesa. En 2023, cuarenta y seis Congresistas, muchos de ellos demócratas, le enviaron a usted una carta pidiéndole que se cumpliese esa promesa. En junio de 2024, durante el 56 período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en una declaración conjunta, nada menos que 123 países le exigieron lo mismo a su Gobierno. Pero, a pesar de las promesas y de tan importantes solicitaciones, usted sigue sin hacer nada para acabar con esa escandalosa injusticia.

Señor Presidente, esa situación se tiene que terminar. Usted lo sabe. No hay ni un sólo argumento válido y razonable para acusar a Cuba y mantener a su población bajo un castigo colectivo ilegal e inhumano. Usted tiene autoridad para, antes de abandonar la Casa Blanca, corregir tan cruel absurdo y sacar a Cuba de la lista SSOT. ¡Hágalo ya!

Con la esperanza de que sepa usted, Señor Presidente, estar a la altura de este momento histórico y atienda este pedido, se despide respetuosamente de usted,

Ignacio Ramonet