Viaje a la Luna

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Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

martes, 3 de noviembre de 2020

Cuba en Datos: ¿Por qué el bloqueo lacera el desarrollo económico y social de Cuba? 
(cubadebate.cu)

El gobierno de Estados Unidos solo pretende “ayudar” al pueblo cubano. Así intentan, desde Washington, justificar la escalada de medidas hostiles hacia la Isla. En realidad, recrudecen, asfixian y hacen la vida más difícil en este archipiélago. Las afectaciones causadas por el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba pueden cuantificarse, pero el dolor no se refleja en números.

Desde diciembre de 2019 fueron suspendidos todos los vuelos de aerolíneas estadounidenses desde ese país hacia Cuba, con excepción de los realizados al aeropuerto internacional “José Martí”, en La Habana.

De abril de 2019 a marzo de 2020, la Empresa Importadora y Exportadora de Productos Médicos (MEDICUBA S.A.) contactó a 50 compañías estadounidenses con el objetivo de importar equipos, medicamentos y otros insumos necesarios en el Sistema de Salud Cubano.

La gran mayoría de estas empresas no respondió, excepto tres que alegaron estar imposibilitadas de comerciar con entidades cubanas por el bloqueo. Como consecuencia no pudieron obtenerse medicamentos para el cáncer de próstata, de mama, pulmón, vejiga, siendo la oncología y la pediatría las áreas más afectadas.

Sin embargo, dicen –ni que el mundo fuera tonto– que están contra el gobierno, no contra los cubanos. Bien pudiera ser esta una historia de humor negro. ¿Acaso bloquear a un país no es bloquear a su gente?

Salud

La Farmacéutica Baxter International INC no ofreció respuesta ante la solicitud de Cuba para obtener líneas pediátricas arteriales y venosas, catéteres de hemodiálisis transitorios para niños pequeños o dializadores pediátricos, los cuales eran necesarios para atender a recién nacidos y lactantes que presentan una insuficiencia renal aguda. ¿No es inhumano?

Educación

La Universidad de las Tunas desarrolla, de conjunto con la Fundación CUOMO, la segunda etapa del Proyecto internacional RENERT, con el objetivo de utilizar las fuentes renovables de energía en esa región del país. Para ello se había destinado un financiamiento de 444 mil dólares, el cual fue depositado por el banco de la contraparte para su transferencia a Cuba. Sin embargo, una entidad bancaria obstaculizó dicha operación, debido al bloqueo, y los fondos aún están retenidos. ¿No es extraterritorial?

Deporte

El gobierno de Estados Unidos canceló el acuerdo firmado entre la Major League of Baseball (MLB) y la Federación Cubana de Béisbol (FCB), justo cuando la Isla anunciara a 34 jugadores que pudiesen haber firmado para jugar en las Grandes Ligas. ¿No trunca sueños?

Cultura

Clientes de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) en Estados Unidos, Italia y Reino Unido han presentado dificultades para el pago directo a esta entidad, por lo que no se ha podido recibir los ingresos de abril de 2019 a marzo de 2020 en su totalidad. ¿No lacera el desarrollo cultural de una nación?

Industria Biofarmacéutica

El Instituto Finlay de Vacunas de Cuba realizó 15 operaciones de abril de 2019 a marzo de 2020, con el fin de importar mercancías de procedencia estadounidense, mediante proveedores de terceros países. Para ello se emplearon 894 mil 693 dólares, mientras que la institución cubana se hubiera ahorrado alrededor de 178 mil 938 dólares de poder realizar dichas operaciones con una empresa norteamericana. ¿No asfixia la economía?

Transporte

Estados Unidos ha impuesto sanciones contra 54 embarcaciones, 27 compañías y tres individuos relacionados con el suministro de combustibles a Cuba, como parte de las medidas coercitivas contra buques, navieras y empresas que transportan el crudo a la Isla. Ello se ha reflejado en fuertes afectaciones a varios sectores de la economía cubana. ¿No es genocida?

Comercio exterior: Entre limitaciones y trabas

Amparado en la activación del Título III de la Helms Burton, el gobierno de Estados Unidos no solo ha impedido convenios con empresarios y entidades de su Estado, sino también de terceros países. El temor que les genera romper los lazos con una potencia económica de su escala se traduce en costos significativos para Cuba.

En el último año hubo un despunte en la cancelación de operaciones comerciales, acciones de cooperación y proyectos de inversión extranjera, fundamentales para el país y que estaban en diferentes niveles de desarrollo. En definitiva: pérdidas a una economía lesionada.

Como si no fuera suficiente, se sumó la medida de embargar la reexportación, desde cualquier nación a Cuba, de artículos que contengan más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses. Acceder a recursos, piezas, productos básicos y tecnologías importantes para la subsistencia y el progreso del sector económico cubano, es casi una misión imposible.

Las afectaciones en el plano comercial, de abril del año pasado a marzo de 2020 se cuantifican en 3 mil 13 millones 951 mil 129 dólares. En esta cifra tienen un peso importante las pérdidas provocadas al sector agrícola, el cual cuenta con productos de alta calidad, demandados a nivel internacional y por el propio mercado norteamericano.

La imposibilidad de exportar a Estados Unidos genera desventaja económica, si se toman en cuenta los costos por conceptos de precios, fletes y condiciones de entrega que generan las negociaciones con Europa, por ejemplo.

Además, las operaciones comerciales se complican por la prohibición del pago en dólares de Estados Unidos a terceros. La búsqueda de intermediarios para acceder a productos y las comisiones que aplican las entidades bancario-financieras, producen un incremento sustancial de los gastos que debe cubrir la empresa cubana.

El aumento de la presión/intimidación del gobierno norteamericano a las instituciones internacionales obstaculizan las operaciones bancarias de Cuba. No solo se han generado trámites burocráticos que propician demoras en los pagos a proveedores o la recepción de ingresos provenientes del exterior, sino que un número significativo se niega a tramitar con bancos y empresas nacionales.

Han acudido a acciones tan extremas como la paralización abrupta de las transacciones, la retención de fondos de entidades cubanas o el caso de las embajadas y consulados, a los cuales se les eliminó el acceso a cajeros automáticos y sus tarjetas de crédito, en países europeos.

¿Y las remesas? No fue suficiente con presionar a las agencias encargadas de ese servicio para que impusieran costos más elevados si el destino era Cuba. Si el objetivo es frenar la entrada de divisas al país, ¿por qué no eliminarlas por completo? Así pensaron, y así lo hicieron.

Hablan de la “libertad” del pueblo, del fin de la “dictadura”, de “cambios”, de su preocupación por el “bienestar” de los cubanos. Es su manera de justificar atropellos, violaciones a los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, al Derecho Internacional, la soberanía.

Estos números, que se cuentan en millones de afectaciones a todos los sectores de la sociedad, no revelan ningún tipo de “ayuda”. Bien pudiera ser esta una historia de humor negro, pero no, es la realidad de una política brutal e invariable de casi sesenta años.

 




 

The War on Cuba: ¿Todo es culpa del bloqueo?
(cubadebate.cu)

The War on Cuba está bajo la realización de Belly of the Beast, medio de prensa dirigido por el periodista norteamericano Reed Lindsay. Foto: Cortesía de Belly of the Beast.

Más de una vez nos hemos preguntado qué fuéramos nosotros, los cubanos y esta Isla, sin bloqueo. Más de una vez hemos preferido no escribir del tema, porque creemos que luego de casi sesenta años de cerco no hay nada nuevo que aportar o recalcar. Y quizás en ello nos equivocamos, pero es cierto: nos han llenado las clases y los libros de historia de un discurso que a veces se aleja de la realidad, y eso ha hecho que algunos digan… “¿bloqueo, otra vez?”.

La pregunta es casi permanente en exámenes. El estudiante se aprende casi de memoria las causas, pero no interioriza las consecuencias. Aprueba, incluso puede sacar la calificación máxima, pero poco sabe, a fondo, del hecho en cuestión.

Para entender cómo hemos sufrido los cubanos esta política, y cómo nos hemos reinventado durante tantos años, hay que salir a las calles, recorrer solares, caminar y cazar esas historias de gente que no para de trabajar y salir pa’lante, que entra en una cola y va para la otra, al campesino que se bate con sus tierras y produce, al médico que lo han expulsado de su misión en Brasil porque Bolsonaro ha decidido imitar a Trump, al joven pelotero, al zapatero, al relojero, al vendedor de croquetas, a los niños con cáncer... Todos, de una forma u otra, hemos sido víctimas. It’s real. El bloqueo es real.

Precisamente ese es el mérito mayor de la miniserie documental The War on Cuba, bajo la realización de Belly of the Beast, medio de prensa dirigido por el periodista norteamericano Reed Lindsay, e integrado por varios profesionales cubanos y extranjeros. Como productores ejecutivos del audiovisual se encuentran Danny Glover y Oliver Stone, mientras la edición estuvo a cargo de René Alejandro Díaz.

The War… se sale del panfleto, del discurso meramente político y humaniza con varios testimonios las consecuencias del bloqueo hacia los cubanos. Lo primordial: la selección de los entrevistados es diversa y muy acertada cuando sabemos que, en solo tres episodios de una duración de 10 a 20 minutos, se quiere brindar una mirada global y justa a un tema que no es para nada novedoso. El reto, para el equipo, fue tremendo.

“Empezamos a filmar en agosto. Originalmente habíamos planificado priorizar historias fuera de La Habana para mostrar otro lado de Cuba que normalmente no se ve representado en los medios estadounidenses, pero no fue posible por las restricciones para controlar la pandemia. Sin lugar a dudas, lo más difícil de este proceso ha sido navegar con las limitaciones impuestas por el nuevo coronavirus.

“Por ejemplo, enfrentamos el desafío de contar historias personales sin poder ver las caras de las personas, porque traían puesto el nasobuco. Por otro lado, ha sido difícil mostrar el impacto de las restricciones que impuso Trump al turismo cuando no hay turistas debido a la COVID-19”, cuenta Reed Lindsay, director de la propuesta audiovisual.

Partamos de algo. Belly of the Beast es un equipo de profesionales que pretende mostrar el impacto de la política norteamericana en el pueblo de la Isla y las diversas formas que los cubanos encuentran para resolver la situación y sobrevivirSu mirada –dirigida, sobre todo, a un público extranjero– es la de contar a Cuba desde su gente, desde distintos espacios y niveles sociales, políticos y culturales. The War on Cuba es la prueba más directa y fresca de eso.

Belly of the Beast es un equipo de profesionales que pretende mostrar el impacto de la política norteamericana en el pueblo de la Isla.

¿Cuáles fueron los motivos para desarrollar una propuesta de este tipo? ¿Cómo seleccionaron las historias? ¿Cómo darle una diversidad y coherencia a los diversos testimonios? ¿Qué mensaje quiere dejar claro en el público? Parte del equipo de este proyecto nos respondieron estas y otras cuestiones.

Reed se asombra cuando muchos estadounidenses le comentan, erróneamente, que la administración de Barack Obama puso fin al bloqueo. Y es que no pocos medios estadounidenses tratan de descontextualizar la realidad de la Isla.

“En Cuba es inevitable estar desinformado del bloqueo, no solo por la cobertura de la prensa nacional, sino por la propia experiencia de vivir sus consecuencias día tras día. Pero nuestra audiencia estadounidense es poco informada sobre el impacto de las políticas de Estados Unidos y los intereses detrás de ellas.

“Nuestro objetivo ha sido mostrar la realidad del bloqueo con la mayor profundidad posible y de una forma que engancha y conmueve a una audiencia joven estadounidense que sabe poco de Cuba y, menos todavía, de las políticas de su propio país hacia la Isla. Por otra parte, al abordar este tema con una perspectiva nueva y a través de historias personales fuertes y un nivel de producción alto, esperamos que esta serie también pueda ser de interés para la audiencia cubana”, apunta Reed Lindsay.

Maité Rizo Cedeño es periodista y productora de la miniserie. Para ella, esta no es su primera experiencia documental, si bien la considera la de mayor responsabilidad. Cuenta que el propósito del equipo consistió siempre en mostrar, “lo más imparcial posible”, cómo el bloqueo afecta el día a día de los cubanos:

“Elegimos historias cotidianas, que se repiten en todos los pueblos de la Isla. Mostramos emprendedores, empresarios privados, campesinos, personas que, sin siquiera tener posiciones políticas definidas, pagan el precio de las medidas impuestas ‘contra el gobierno de Castro para salvar a los cubanos del comunismo’ y otras razones que han justificado el bloqueo durante sesenta años”.

Así, The War on Cuba se centró en buscar historias de personas que han encontrado formas de resistir, de resolver, de salir pa’lante a pesar de los problemas, historias representativas de la realidad cubana que ofrecieran ejemplos concretos del impacto de las políticas del gobierno de Estados Unidos. Para eso, mucho antes de rodar, hubo un tiempo de investigación.

“Trabajamos durante muchos meses antes de empezar a filmar The War on Cuba. Comenzamos de cero, no solo con este proyecto, sino con Belly of the Beast, un medio nuevo que recién se lanza oficialmente este año. Tuvimos que definir nuestro equipo y visión para la serie de documentales y, por otra parte, fue necesario desarrollar un plan de distribución.

“Una parte de nuestro plan ha sido publicar trabajos de periodismo de investigación que acompañarían a los diferentes episodios para poder amplificar el alcance de los videos, y también porque un artículo ofrece posibilidades de profundizar, algo difícil o imposible en un audiovisual. Miembros de nuestro equipo han publicado artículos en The Nation y The Miami New Times, entre otros medios”, refleja Lindsay.

Para Reed –ganador de un premio Emmy– era necesario contar los capítulos de The War on Cuba desde la voz e imagen de un protagonista: “Habíamos considerado la posibilidad de tener diferentes presentadores para cada episodio, pero tuvimos la suerte de encontrar a una periodista con el talento y el carisma para poder presentar la serie completa. Los guiones fueron estructurados, sobre todo, en base a historias personales y, por otra parte, la conexión que la presentadora tenía con cada tema”.

Con un tono desenfadado, coloquial y hasta cuestionador, Liz Oliva Fernández, periodista y conductora de la miniserie, es quien enlaza y guía cada uno de los testimonios. Sin quitarle interés a las historias y los entrevistados, cumple con creces su papel, si bien a veces se vea más cercana y, en otras, puramente profesional.

“La posibilidad de conversar con todas estas personas fue sumamente valiosa para mí, no solo como periodista, sino como ser humano. Son gente increíble que echan pa’lante, cubanos de a pie, con una resiliencia increíble. Al mismo tiempo, me era difícil no indignarme con todo aquello. Creo que una de las cualidades de los cubanos que más admiración causa es la capacidad de reinventarse una y otra vez. Yo solo me pregunto por qué todo tiene que ser tan difícil para nosotros, por qué tenemos que seguir buscando alternativas hasta el cansancio, por qué tenemos que sobrevivir en vez de vivir”, cuenta Liz.

En un momento del primer capítulo, dices que los cubanos estamos aburridos de escuchar hablar sobre el bloqueo todo el tiempo, pero que este es real. ¿Cómo cree Liz que deba contarse esta política contra Cuba para que sea bien recibida por la gente?

“Yo creo que lo fundamental es salirse del discurso común, del panfleto. Dejar de hablar del bloqueo de manera general y profundizar en las particularidades, contar las historias humanas detrás de la política. De hecho, no creo que exista un cubano dentro o fuera de la Isla que no haya sido afectado por el bloqueo por lo menos una vez en su vida. Ya lo vieron en las historias de Ernesto, Xian, Idania, Sergio, Luis, Lyhen, Misael, Yohandra, Mario, Talía y Juan Jesús. La lista es inmensa, porque a cada uno de nosotros el bloqueo nos afecta de manera diferente.

“Mi generación ha crecido escuchando hablar del bloqueo, en mi opinión, en demasía y con muy poca efectividad. Tal vez porque a veces parecieran ser excusas o porque simplemente no lo explicamos bien, y eso es algo que agradecí mucho de la serie documental. Al ser para un público externo, había que contar cómo funciona la política de Estados Unidos hacia Cuba con manzanas y con peras para que todos pudieran entender, y creo que dentro de la Isla falta eso. Pienso que es una deuda que, como periodistas, tenemos con la gente. Así que si me preguntas por dónde empezar te diría que saquemos mangos y guayabas y le expliquemos a nuestra audiencia cómo realmente nos afectan las decisiones que se toman a 90 millas”.

The War on Cuba se centró en buscar historias de personas que han encontrado formas de resistir. Foto: Cortesía de Belly of the Beast.

Las historias de The War on Cuba muestran, con un lenguaje sencillo y preciso, que un campesino no puede usar la prótesis de pierna que necesita, que otro cubano que maneja bicitaxi en La Habana Vieja ha visto reducido su negocio a causa de las restricciones de viaje de Estados Unidos a la Isla. Enseñan también, sin eufemismos, cómo afecta a la economía nacional y personal la persecución a los colaboradores médicos del país en otras tierras, y por qué un trabajador agrícola tiene que recurrir a medios de tracción animal para su cosecha de alimentos, debido al déficit de combustible por las medidas coercitivas de la Casa Blanca contra La Habana.

Sobre la carencia del crudo y su influencia negativa en la vida de cada cubano, Maité Rizo comenta que “Cuba tuvo que reajustar su funcionamiento con solo el 30 por ciento del petróleo que necesitaba. Dicho así, son solo cifras, pero cuando vives aquí es frustrante ver a tu gente esperar por horas el transporte público, empezar a cocinar con carbón, y ver quebrar a los negocios privados que recién florecían”.

Maité ha crecido escuchando hablar del bloqueo, incluso cuando aún “ni entendía qué era ser cubana”. La productora de The War on Cuba cuenta que su trabajo como parte del equipo de la miniserie le hizo “apreciar el impacto en mucha gente que no puede tener medicamentos y equipos de salud debido al cerco económico, esas son quizás las historias más difundidas, pero también reconocí cuántas de mis carencias cotidianas dependen de las medidas que los Estados Unidos imponen sobre Cuba. El embargo, como lo llaman ellos, es quizás para Washington una estrategia política, pero para más de 11 millones de personas es un problema diario”.

Por ello, para Reed Lindsay, dirigir el proyecto de Belly of the Beast ha tenido la responsabilidad de que el público tenga claro el costo humano de las medidas de Estados Unidos contra los cubanos, así como los intereses detrás de esas políticas.

“A pesar del resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses el próximo noviembre, dudo que la guerra económica contra Cuba se detenga, así que estaríamos abiertos a hacer otros trabajos sobre este tema en el futuro”, añade.

Entonces, ¿cómo sería Cuba sin bloqueo? Liz Oliva dice que imaginarlo es complejo:

“No creo que nadie lo sepa con certeza, porque el proceso de la Revolución Cubana y el bloqueo tienen casi la misma edad. Nosotros tenemos muchos problemas a lo interno, problemas que atañan a todos, los de dentro y los de fuera, pero que debemos resolver como cubanos. Pero si a eso le sumas que el país con más influencia del mundo quiere aplastar tu economía con la esperanza de fomentar un cambio de régimen que responda a sus intereses, la cosa se complica. Y yo creo firmemente que los únicos responsables de nuestro destino somos los cubanos. A nadie le duele más lo que sucede con Cuba y su gente que a nosotros mismos”.

La miniserie muestra historias representativas de la realidad cubana, que ofrecen ejemplos concretos del impacto de las políticas del gobierno de Estados Unidos.





 

La recaudación tributaria creció 43,9% en octubre en forma interanual y volvió a superar a la inflación
(infobae.com)

La recaudación de impuestos le volvió a ganar a la inflación

La recaudación tributaria creció en octubre un 43,9% en comparación con el mismo mes del año anterior, reflejándose por segundo mes consecutivo una variación positiva en términos reales superior a los 5 puntos porcentuales en la comparación contra la inflación.

Así lo comunicó el Ministerio de Economía –algo que suele hacer la Administración Federal de Ingresos Públicos– en lo que parece ser una señal más que el ministro Guzmán es quien hoy tiene la suma del poder en el mundo de las decisiones económicas del Gobierno. En el escrito que envió la cartera se señala que el crecimiento en los ingresos vía impuestos estuvo traccionado principalmente por una suba en los impuestos “asociados a la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva (Bienes Personales, Ganancias, Aportes y Contribuciones Patronales, entre otros) que venían siendo afectados por la pandemia COVID-19”.

El comunicado de la cartera que conduce Martín Guzmán señala que, en particular, el subtotal de los tributos de la Dirección General Impositiva (DGI) registró un incremento del 61% interanual. Este impulso fue motorizado principalmente por el impuesto a los Bienes Personales (+592% i.a.), Ganancias (+76% i.a.) e Internos Coparticipados (+46% i.a.).

En cuanto al Impuesto al Valor Agregado, si bien el crecimiento interanual en octubre se encuentra todavía por debajo de la inflación (+26,4% i.a.), viene registrando mejoras significativas en los últimos meses.

“Claramente, colaboró el hecho de que en el mes de octubre de 2019 siguieran vigentes las medidas tomadas post PASO de aquel año, que afectaron fuertemente la recaudación de Ganancias (cabe recordar la suba del mínimo no imponible de este tributo y la devolución de parte de lo abonado por el mismo durante el primer semestre del año pasado)”, señaló el director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, Nadin Argarañaz.

Aunque es un área de AFIP, la comunicación la hizo el Ministerio de Economía

Una realidad diferente se observa en lo que se refiere a los impuestos a la seguridad social, que muestran un incremento de +32,4% interanual. En este caso se puede observar que mientras el ítem Aportes Personales refleja un incremento de 51,3% contra el mismo período del año pasado, en el caso de las Contribuciones Patronales, la recaudación sólo se incrementó 22,9% interanual. Para el Ministerio de Economía esto es consecuencia “particularmente por el impacto de la reducción del 95% de las alícuotas de las contribuciones patronales para las actividades del sector salud y las afectadas en forma crítica por la pandemia, fenómeno que refleja el esfuerzo fiscal que continúa realizando el Estado nacional”.

Sin embargo, algunos observadores entienden que en esa diferencia entre uno y otro también está implícita la diferencia entre el fuerte crecimiento que hay en los diferentes monotributos por un lado y, por el otro, la pérdida de puestos de trabajo.

El informe también detalla la recaudación proveniente de las operaciones de exportación, donde también quedó reflejado que el incentivo de la baja de las retenciones durante octubre pasado no fue suficiente y que buena parte del sector agroexportador había adelantado sus ventas durante el mismo mes del año pasado.

Los tributos provenientes de la Dirección General de Aduanas (DGA) registran una variación interanual de 18,5 por ciento. Según el Ministerio de Economía, este desempeño estuvo influenciado en particular por los impuestos al comercio exterior.

A pesar de la baja en las retenciones, el impuesto mostró un crecimiento de menos de 2% contra igual mes de 2019

Pero en el caso de los Derechos de Exportación –rentenciones– el aporte que hicieron al fisco durante el mes pasado fue bastante bajo, apenas mostrando un crecimiento de 1,8% interanual.

La explicación del equipo de Guzmán es que ese magro porcentaje responde a que “influyó el adelantamiento de las operaciones registradas en igual período de 2019 en detrimento del 2020 y la reducción de las alícuotas de derechos de las prestaciones de servicios, hidrocarburos, minería, determinados bienes e insumos industriales, complejo sojero y sector automotriz anunciada en el mes de octubre”. Respecto a los impuestos a las Importaciones (+15,8% i.a.), su comportamiento se vio afectado producto de la caída de las importaciones en el marco de las medidas de aislamiento.

Un detalle no menor que señala Argarañaz es que el impuesto PAIS mostró una importante desaceleración, y recaudó en octubre $8.527 millones, es decir, alrededor de un 40% de lo que venía recaudando en los meses de agosto y septiembre.

Así, la recaudación total de los 10 meses transcurridos de este año computó una caída real acumulada del 9,1 por ciento.

“En este contexto, la sostenida recuperación de la recaudación nacional es una condición necesaria para la estabilización macroeconómica de la Argentina. Asimismo, la dinámica de la recaudación nacional observada en los dos últimos meses denota señales positivas asociadas a la incipiente reactivación económica tras la irrupción del COVID-19”, culmina el comunicado del Ministerio de Economía.

 

Informe oficial: los datos que desmienten la "ola de éxodos" de empresas de Argentina
(Por Rodrigo Núñez en eldestapeweb.com)

Lo cierto hasta el momento es que anunciaron su salida varias aerolíneas completamente afectadas por el impacto de la pandemia en el sector, tales como LAN Argentina , Air New Zealand, Qatar Airways o Emirates. Por otra parte, Falabella anunció la búsqueda de un socio local.

A su vez, hubo casos donde abandonaron su operatoria en Latinoamérica y que pasaron a manos de otra empresa (como Glovo y Brightstar). En el caso de Glovo, la firma pasó a manos de PedidosYa; en el caso de la distribuidora de celulares Brightstar, los activos pasaron a manos del grupo local Mirgor.

Pero se registraron fake news sobre firmas que en la práctica “jamás anunciaron nada”, como Starbucks o Burger King. Salvo Glovo, “todas estas empresas tuvieron una afectación muy importante en su facturación producto del coronavirus, y en todos los casos el Estado pagó parte de los salarios de las empresas por medio del programa ATP cuando lo solicitaron”, resaltó el documento oficial al que accedió este medio.

También se mencionó que empresas como la alemana BASF o la francesa Saint-Gobain abandonaban la Argentina, lo cual es falso. De hecho, BASF invirtió 1,87 millones de euros en 2020, lo que representa un alza del 15% respecto a lo invertido en 2019 en el país. En el caso de Saint-Gobain, la firma decidió relocalizar en Brasil la producción de parabrisas de la planta de Campana, para especializarse en la producción local de yeso.

Lejos de irse del país, la multinacional tiene un plan de inversiones para 2021 por U$S 8,2 millones para expandir en Argentina la producción de yeso tanto para la exportación como para el mercado interno.

Cabe recordar que de acuerdo a datos de AFIP, fueron más de 25.000 las empresas que dejaron de existir en Argentina entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019.

Más inversiones

A contramano de las operaciones mediáticas, el informe sostuvo que la empresa alemana Volkswagen, la japonesa Nissan, y el Groupe PSA anunciaron diversos planes de inversión durante el año. Además,  la refinería de origen brasileño Raízen, licenciataria de Shell, anunció una inversión por U$S 715 millones en los próximos tres años, y la empresa cervecera de capitales chilenos CCU anunció inversiones por $ 4.500 millones en su planta de Luján.

A su vez,  la minera canadiense Barrick Gold anunció inversiones por U$S 600 millones en la mina Veladero en San Juan, mientras que la canadiense Lundin hizo lo propio por US$ 3.000 millones para un proyecto de cobre, oro y plata en San Juan.

En octubre, la multinacional norteamericana Intel anunció que incrementará su presencia en Argentina, con el fin de convertirla en un centro regional desde el cual brindará soporte a Latinoamérica y Canadá. La firma confirmó que casi duplicará su dotación de personal en Argentina, llevándola a 100 personas.

Por otra parte, la multinacional alemana Puma anunció inversiones por $ 400 millones para aumentar su capacidad de producción en la planta de La Rioja. Al mismo tiempo, Enod (textil), Retex (textil), Hilados (textil), Tetrapak (cartón) y Serranos (colchones) anunciaron en octubre inversiones adicionales por otros $ 2.925 millones.

Previamente, el Grupo SIMPA había anunciado la fabricación de tres modelos de las motos de origen indio Royal Enfield en Argentina con una inversión de $ 700 millones. A su vez, Quilmes había informado un plan de inversiones por $ 5.000 millones para producción local de marcas internacionales de cerveza (Corona, Goose, Island, Michelob, Ultra), con vistas a sustituir importaciones y aumentar exportaciones.