Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

lunes, 23 de octubre de 2023

MENOS MAL (MALO), PERO TODAVIA FALTA


Finalmente una parte de la Argentina, concretamente 9.65 millones entro en razones al dejar a Massa al frente en las votaciones a Presidente de este domingo 22 de Octubre, es un primer paso pero todavía falta el próximo 19 de Noviembre donde será la finalísima.

Hubiera sido más complicado si un Milei, que ya estaba envalentonado por las PASO hubiera quedado al frente para el ballotage.

Parece que una parte de la sociedad ha puesto un límite al delirio de un “partido” que sus asociados y hasta el mismo candidato dicen cosas como las siguientes:

- “El papa es el representante del maligno en la Tierra”“Por consideración a mi religión católica, por respeto, creo que habría que imitar lo que hizo el presidente [Julio Argentino] Roca: suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras en la cabeza prime el espíritu totalitario”

-“No me parece justo que un hombre tenga que hacerse cargo económicamente de una criatura hasta los 18 años cuando no lo quiso tener

- intención de transformar el Conicet en "una oficina de ciencia para limpiar lo que ensuciaron los que escriben estupideces"…"El Conicet como existe hoy no va a existir más".

- “Si querés estudiar, vas a tener un voucher y vas a poder estudiar"

- "entre el Estado y la mafia, me quedo con la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente, la mafia compite". “El estado es el pedófilo en el jardín de infantes con los nenes encadenados y bañados en vaselina”

- "Hoy las calles tranquilamente podrían ser privadas. Acaso cuando pasas por una autopista, ¿no tenés un lector? Entonces tranquilamente podrías instrumentar un sistema de lectura donde las calles son privadas, cada uno se encarga de su calle. Eso te genera ingresos. El GPS te podría decir, usted va a tomar este camino, le va a costar tanto. Y si vos querés también le podés decir, esta está en mejor estado, esta no".

-“la venta de órganos es un mercado más”

- “Una empresa que contamina el rio ¿Donde está el daño?”

- “Si la Gestapo hubiera sido argentina habría matado a mucho menos judíos”

- “San Martin no fue el Padre de la Patria ni el Libertador de América”

- “En Malvinas, los derechos de los isleños serán respetados”

- “Eliminar el Banco Central es fundamental”

- “tenemos los dólares para dolarizar”

- “El primer gobierno de Menem fue el mejor de la historia argentina.”

- “Mi misión es cagar a patadas en el culo a keynesianos y colectivistas hijos de puta”.

- “Soy un economista matemático, un liberal en un país de zurdos, tengo todos los elementos para ser odiado”

- “Estoy a favor de la libre portación de armas”

- “Te podés percibir de lo que quieras. Si te querés percibir como un puma, hacelo, mientras que no me hagas a mí pagar la cuenta”

- Cuando Milei votó en contra de una ley para detectar cardiopatías congénitas en bebés dijo “Implicaba más presencia del Estado e implicaba más gastos. Eso no funciona así. Votamos en función del ideario liberal”.

- “Si vos te querés drogar, hacé todo lo que quieras, pero no me pidas que yo pague la cuenta”

- “Si fuera cierto que las mujeres ganaran menos, las empresas estarían llenas de ellas”

- “…Empecemos por la Verdad no fueron 30 000 los desaparecidos, son 8753. Por otra parte estamos en contra de una visón tuerta de la historia...” “tampoco estamos de acuerdo con los curros de los derechos humanos”. "La verdad que Carlotto ha sido un personaje bastante siniestro para nuestro país, porque con ese cariz de abuelita buena, la realidad es que ha justificado al terrorismo"

Como dice en su artículo Ernesto Tenembaum “Los Limites de la locura”:

“En la tarde de ayer, todo empezó a quedar claro. La sociedad argentina eligió, pese a todo, y con todo en contra, ponerle un límite a la locura.

Las cosas pueden estar mal.

O muy mal.

El Gobierno puede ser malo.

O pésimo.

Pero, aun así, no vale todo. La locura puede rendir hasta cierto punto. Y a partir de allí, ya no. A la gente le da miedo.

Finalmente, una vez más, la sociedad hace saber que un 30 por ciento elige el salto al vacío.

El resto, no: elige a Serio Massa, o a Patricia Bullrich, o a Juan Schiaretti.

Siete de cada diez dijeron que no.”

Todavía la pelea no termino, diría mejor que recién comienza, Milei solo aumento en 500 000 votos su caudal de las PASO, parece su techo, pero en su discurso de ayer a la noche ya lanzo puentes con la gente de Bullrich, al final son de derecha, menos extrema, pero derecha al fin, no veo votando al electorado de Juntos por el Cambio, ese 24% que saco ayer, a Massa. Acá Macri jugará su carta de traición ya esbozada en la previa del domingo, sacará al partido PRO creado por él, precisamente un día como hoy pero del 2005 de la alianza cambiemista y se lo entregará en bandeja de plata a Milei, porque en el fondo, Macri esta más cerca en  ideas y proyectos de Milei, que lo que iba hacer la Bullrich en Juntos por el Cambio.

Milei se tendrá que correr hacia el centro del arco político si quiere rebasar ese 30% adquirido, pero con el peligro de que pierda “su encanto” a la vista de sus seguidores extremos, que lo tildaran de traidor porque tendrá que “embarrarse” con la “casta” que tanto ha odiado en los últimos dos años y que vendría a exterminar, por cierto, ya lo había empezado hacer cuando el sindicalista menemista Barrionuevo lo apoyo con sus 100 ómnibus para llenar el Movistar Arena en su cierre de campaña, además de ofrecerle fiscalizadores en estas elecciones de ayer 22 de Octubre.

La mayoría ya conoce “al gatito mimoso del poder economico” Milei, el lobo seguirá siendo quien es aunque ahora se disfrazará de caperucita roja para hacer lo que hacen todos los políticos en campaña (incluyendo a los peronistas), esconder sus colmillos para más adelante, en definitiva Milei quiere lo que quieren todos, el poder por el poder mismo, no para hacerle la vida más placentera a todos los que estamos aquí abajo.





PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR
(Por Ernesto Tenembaum)

Salga usted a la calle en un rato y haga el siguiente ejercicio. Pregúntele a la primera persona si le parece legítimo que alguien deje morir de hambre a su hijo discapacitado. ¿Qué supone que ocurrirá?

Si la persona es educada, le dirá que no y se alejará. O tal vez se asuste: tiene su lógica que una situación así sobresalte a cualquiera.

O quizás usted reciba un insulto. Tipo:

¿Cómo se le ocurre una cosa así, pedazo de animal?!

Pruebe una segunda vez.

¿Qué cree que puede suceder?

Seguramente, lo mismo: un no extrañado, una huida furtiva, una puteada.

Pruebe una tercera vez.

Hay altas chances de que la situación se repita en alguna de sus variantes hasta el infinito.

¿Cuántas veces tendrá que hacer esta pregunta para que alguien le responda que le parece razonable que un padre deje morir de hambre a su hijo inválido? ¿Cinco mil? ¿Diez mil? Tal vez nunca ocurra.

Sin embargo, en algunos grupos minoritarios esa pregunta suena razonable y alguien que afirma semejante cosa puede ser, incluso, venerado. Lo curioso, para el caso, es que eso ocurre entre algunas personas que tienen una enorme chance de llegar al poder en pocos días en la Argentina. Varias de ellas admiran, pero admiran de verdad, a un autor que sostuvo esas cosas: que un padre tiene derecho a dejar morir de hambre a su hijo discapacitado.

Le cuento.

El miércoles pasado, la candidata a diputada por La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, anunció que presentará un proyecto para permitirle a un hombre renunciar a su paternidad en caso que una mujer lo seduzca “para que acabe adentro (sic)” o en caso de que “le pinche un forro (sic)”.

Cuando se armó revuelo, Lemoine bancó la parada como corresponde a alguien con convicciones.

“Menos Perón y más Rothbard”, escribió.

Para los más jóvenes: por Perón se refería a Juan Domingo Perón, un presidente que fue muy importante durante el siglo pasado. De allí deriva el adjetivo “peronista”. Cristina Kirchner y Sergio Massa, por ejemplo, son peronistas, porque pertenecen al partido político fundado por él.

Por Rothbard, Lemoine se refería a Murray Rothbard un pensador libertario que le cambió la vida a Javier Milei. El candidato a presidente ha contado varias veces su admiración por él. “Cuando terminé de leer a Rothbard, dije: ‘Durante más de 20 años estuve engañando a mis alumnos’”. Uno de los perros de Milei, de hecho, se llama Murray en homenaje a ese señor.

Posteo de Lilia Lemoine

Debajo de la consigna -”más Rothbard, menos Perón”- Lilia colgó la tapa del libro La ética de la libertad, escrito por el norteamericano, y el siguiente párrafo, que serviría para justificar su proyecto de renuncia a la paternidad:

“En la sociedad libre ningún hombre puede tener la obligación legal de hacer algo por otro ya que eso invadiría los derechos del primero: la única obligación que tiene un hombre es la de respetar los derechos del otro. Aplicando nuestra teoría a los padres y a los hijos, esto significa que un padre no tiene derecho a agredir a sus hijos pero también que el padre no debe tener la obligación legal de alimentar, vestir o educar a sus hijos”.

El texto que subió Lemoine se pone luego un poco más picante:

“El padre debe tener el derecho de dejar de alimentar a sus hijos, es decir, de dejarlo morir”.

Lo que ella no incluyó en su cuenta es lo que se lee unas líneas más abajo. No creo que quisiera ocultarlo. Simplemente, no formaba parte del debate.

Pero así continúa:

“Esta norma nos permite resolver algunas cuestiones espinosas, entre otras si les asiste a los padres el derecho a dejar morir (por ejemplo, no dándole alimentos) a un hijo deforme. La respuesta es, por supuesto, afirmativa, en virtud de un a fortiori derivado del derecho, mucho más general, de permitir que muera cualquier niño, deforme o no”.

Deforme, escribió Rothbard.

Por supuesto, que Lilia Lemoine o Javier Milei tienen todo el derecho del mundo a pensar lo que quieran sobre las obligaciones de un padre hacia sus hijos o a admirar a quien sea. Eso no los hace mejor o peor personas. Por lo que se ha visto en estos días en el mundo, además, esta idea no es de las más horrorosas.

La objeción, además, no tiene nada que ver con el hecho de que esa idea de Rothbard tenga alguna posibilidad de ser llevada la práctica por Milei, o por los legisladores de La Libertad Avanza. No es eso. Lo que es llamativo es el poder que probablemente van a tener sobre nuestras vidas personas que admiran, en lugar de rechazar, a un autor que ha escrito semejante cosa.

“Más Rothbard…”, propone la candidata a diputada.

¿Pero cómo? ¿No es Rothbard quien escribió que un padre puede dejar morir de hambre a un niño al que él mismo definió como deforme?

Sí. ¿Y?

Bienvenidos a la nueva Argentina.

¡Libertad! ¡Libertad!

El párrafo citado por Lemoine pertenece al capítulo “Los derechos del niño”, donde figura, precisamente, un concepto que a Milei le ha traído problemas durante la campaña: el del mercado floreciente de compra y venta de niños. Ese capítulo va a pasar a formar parte en poco tiempo de la cultura política argentina.

Se trata de un texto realmente hipnótico, en el sentido del término que cada uno le quiera dar.

”Si un padre puede tener la propiedad de su hijo, puede transferirla a terceros. Puede dar al niño en adopción, o puede vender sus derechos sobre él en virtud de un contrato voluntario. En suma, tenemos que enfrentarnos al hecho de que en una sociedad absolutamente libre puede haber un floreciente mercado libre de niños. Esto suena a primera vista a cosa monstruosa e inhumana. Pero una mirada más atenta descubre que este mercado posee un humanismo más elevado”.

-”Debemos empezar por reconocer que existe ya de hecho este mercado infantil, sólo que, dado que los gobiernos prohíben vender los niños por un determinado precio, los padres se ven ahora obligados a entregarlos a centros de adopción de niños libres de cargas. Y esto significa que el mercado de niños existe, sólo que el gobierno ejerce un control máximo de los precios hasta reducirlos a cero y que restringe, además, las operaciones mercantiles a unas pocas agencias privilegiadas y, por tanto, monopolistas. El resultado ha sido un mercado típico, en el que al rebajar el gobierno los precios del artículo muy por debajo de los del mercado libre, se produce una gran «escasez» de bienes”.

-”La demanda de bebés y niños es de ordinario muy superior a la oferta. Se da a la vez una amplia demanda insatisfecha de niños por parte de adultos y parejas y un elevado número de excedentes, de niños no deseados, desatendidos o maltratados por su padres”.

-”Si se permitiera el mercado libre de niños, se eliminaría este desequilibrio y se llevaría a cabo una transferencia de bebés y de niños desde padres que no los quieren o no los cuidan a padres que desean ardientemente tenerlos. Todos los implicados: los padres biológicos, los niños y los padres adoptivos que los compran saldrían ganando en este tipo de sociedad”.

Más Rothbard y menos Perón.

Si las encuestas tienen algo de razón, Javier Milei será el próximo presidente, más tarde o más temprano. La mayoría de las personas tienen habilidades distintas, por ejemplo, para caminar y mascar chicle. Por eso, puede ser que Milei admire a un pensador como Rothbard, al punto de ponerle su nombre de pila a uno de sus hijos de cuatro patas, no le parezcan aterradoras esas ideas y, al mismo tiempo, tenga buenas cualidades para gobernar el país. Quién dice. Pero también puede ocurrir que sus criterios, sus marcos conceptuales, sean los mismos para analizar la economía y la filosofía. En ese caso, “Houston, estamos en problemas”.

La propuesta de la candidata a diputada generó revuelo en las últimas horas de campaña, donde cualquier error puede costarle a Milei una segunda vuelta. Eso se debió a que no es un hecho aislado. De haberlo sido, habría pasado como una extravagancia. Lo que ocurre es que se suma a tantas ideas y reacciones curiosas: el pago de la educación con vouchers, la privatización de las calles, las puteadas al Papa, las peleas con periodistas, la venta libre de órganos –que el viernes volvió a ser defendida por Alberto Benegas Lynch hijo, otro de los ídolos de Milei--, la reivindicación de la dictadura, la afirmación de que no pasa nada si una empresa contamina un río, el revoleo de ministerios, las metáforas sexuales para explicar el rol perverso del Estado (“el Estado es el pedófilo en el jardín de infantes con los niños encadenados y cubiertos de vaselina”).

Hace pocas horas, “Bertie” Benegas Lynch, agregó un nuevo hit. “Si alguien desea mandar a sus hijos a un lugar donde una drag queen le pase los miembros por la cara, debería poder hacerlo”, afirmó. “Yo no lo haría. Pero si alguien quiere hacerlo…”.

Eso dijo: que permitiría que existiera una escuela donde las drag queen le pasen a los chicos por la cara sus miembros sexuales.

No rebotó en ningún lado porque uno no da abasto.

Esta noche se sabrá si todas estas propuestas que circulan entre los suyos comenzaron a debilitar al gran protagonista de estas elecciones. Hay una diferencia con lo que sucedió en las primarias. Hasta ese momento, las dos fuerzas principales no consideraban a Milei una amenaza real y preferían no agredirlo porque pensaban que sus votantes definirían el balotaje. Entonces, se dedicaron a desgastarse entre ellas. Desde que Milei ganó las PASO, se transformó en un blanco móvil. Con todos sus recursos, las fuerzas mayoritarias intentaron instalar en el debate sus rasgos más controvertidos.

El tema no es si eso afectó a su base, que es la que vota con más convencimiento y fervor, sino si el bombardeo afecta su crecimiento, que es lo que le permitiría ganar en primera vuelta, o -al menos- sacar una ventaja que lo ubique al borde del triunfo. Algunos encuestadores -entre ellos algunos que anticiparon lo ocurrido en las PASO- informan que en las últimas semanas el libertario empezó a caer al nivel de las primarias, con lo cual esperan otro escenario de tercios, con poca diferencia entre el primero y el tercero. Los jóvenes libertarios que anticiparon el resultado de las PASO en función a lo que leen que pasa en las redes anticipan que Milei siguió creciendo en estos dos meses y que tiene chances de dar el batacazo esta noche.

Mientras tanto, qué rara es la vida.

¿Ustedes se dan cuenta las cosas que estamos discutiendo?

 





jueves, 19 de octubre de 2023

MILEI, TOLSTOI Y MI BISABUELO
(Por Sebastián Plut)



I. Todo apellido contiene la cifra de la muerte pues en ese horizonte hacia el pasado, que está escrito en lo más íntimo de nuestra subjetividad, se agolpan nuestros ancestros. Los que ya no están, los que nunca conocimos, los que aportaron un nombre y una tradición, aquellos que nos figuramos como una extensa escalera descendente que nos hace de origen y que, finalmente, nos anticipa un destino.

La diversidad que nos es propia a los humanos, cuyos caracteres posibles son tantos que sería imposible inventariar, nos distingue a unos de otros, y nos estimula porque la diferencia nos sustrae de nuestras cápsulas narcisistas. Sin embargo, esa inabarcable multiplicación de variaciones se conjuga también con un acotado conjunto de universales que nos reúnen, que nos vuelven inexorablemente afines. Así, aunque tales universales son apenas un puñado, y la muerte es uno de ellos, su abarcatividad le otorga un lugar de igual peso junto a la inconmensurable pluralidad.

También es cierto, y pese al humano destino común, que cada apellido es el nombre singular del morir, cada quien escenifica --consigo mismo y con los otros-- los caminos para consentir o resistir la posibilidad de un acelerado retorno a la inercia.

La ética, en última instancia, no es sino una exigencia para la también humana pretensión de ilusionarse con la omnipotencia. Esto es, nos impone asumir la inevitabilidad de nuestro desvalimiento y, sobre todo, nos reclama no ser ajenos, indiferentes, ante el desvalimiento del otro.

II. El apellido Milei, hoy, es el nombre del dejar morir. Aunque su repertorio de frases no es demasiado vasto, aborde el tema que sea su programa político es reductible a eso, dejar morir.

Negacionista del terrorismo de Estado, del cambio climático y de las múltiples desigualdades de clase y de género, su plan de gobierno, en materia de trabajo, economía, seguridad, salud o educación, se condensa en aquel sintagma.

La invalidez de sus rancias teorías se ratifica en cada ocasión en que se anima a hablar más espontáneamente: “si te querés matar, matate, pero no me hagas pagar a mí la cuenta”, “si no es rentable [por ej., pavimentar una calle] no es deseable socialmente”, son apenas dos expresiones, entre tantas otras, de su ominosa cosmovisión.

III. Según relata Eduardo Galeano, en Memorias del fuego III, mi bisabuelo, Isaac Zimerman, se derrumbó y lloró cuando en 1910 se enteró de que había muerto León Tolstoi. Posiblemente, el episodio sucedió en diciembre de aquel año, en la Colonia Mauricio de la localidad bonaerense de Carlos Casares. Isaac y su familia, para ese entonces, hacía poco más de cinco años que habían llegado de Rusia, escapando de la miseria y del antisemitismo.

¡Qué comunidad de sentimientos es capaz de producir la escritura para que la muerte de su autor conmueva así a un inmigrante que, junto con su mujer y sus hijos, trataban de sobrevivir en la otra punta del planeta!

No sé a cuántos estaré plagiando si afirmo que la muerte es el motor de la escritura, pero no solo porque la civilización se empeña en la posteridad, no solo porque la letra perdura más allá de los cuerpos o, como decía Freud, porque la escritura es el lenguaje del ausente.

Escribir es el acto de producir interrogantes, y preguntar es el nombre de la angustia. Escribimos, pues, para sobreponernos al sufrimiento, a un dolor que proviene del propio cuerpo, de los vínculos con otros y de la realidad. Eso también es enseñanza freudiana. Las palabras, entonces, procuran transformar las amenazas en lo opuesto: que el propio cuerpo no perezca antes de tiempo, que el otro devenga un semejante y que la naturaleza sea abrigo.

IV. El apellido Milei, hoy, es el nombre de la crueldad. Sin embargo, el mayor espanto no es la destructividad que anida en su subjetividad, sino cómo, por qué, su personalidad se traduce en una particular psicología social. No habrá, desde luego, una respuesta única, pues no es verosímil suponer una homogeneidad que comprenda a todos sus votantes. Los habrá fascistas, indiferentes, crédulos, incautos, y seguramente las alternativas son más.

Son dos, entonces, las preguntas que sobrevuelan: ¿sus votantes perciben su crueldad? Y luego, si acaso la registran, ¿es que les parece irrelevante o los excita?

No lograremos acertar con las respuestas; no obstante, en todos los casos, contestemos de uno u otro modo sendos interrogantes, el peligro es mayúsculo.

Si no la divisan, si la captan con indiferencia, o se contagian de ella, son tres caminos que convergen en una tragedia irreparable, incluso para esos mismos sujetos.

V. Para la época en que mi bisabuelo se casó, en Rusia, con mi bisabuela, Sara Snirman, León Tolstoi escribió ¿Qué hacer?, libro que fue inspirador de textos posteriores. Por haber visto que los mendigos eran detenidos, allí dice: “no podía comprender que estuviese prohibido que un ser humano les pidiese algo a sus semejantes”.

Se trata, en suma, de comprender al otro como un semejante y, en consecuencia, la sociedad, una comunidad, la humanidad, no puede tener como punto de partida ni como fundamento último la competencia, el mercado o, como repite Milei, “ofrecer un mejor producto a un mejor precio”. Esto es, los vínculos humanos, la intersubjetividad, para Milei no difieren de la relación de cada sujeto con las cosas, una relación de posesión, monetizada o de indiferencia.

En rigor, no se trata solo de ricos y pobres o de qué deben hacer los primeros respecto de los segundos. El asunto, finalmente, es qué es lo que hace que una sociedad se mantenga unida.

VI. La conocida frase que se le atribuye a Tolstoi, “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, sin duda no describe únicamente el isomorfismo entre un pequeño pueblo y la Tierra toda. También nos advierte que un hilo de Ariadna liga cada singularidad con la humanidad, para que nadie se extravíe en el laberinto, sea del desamparo, sea de la opulencia, para que nadie que esté afuera se vea impedido de ser incluido.

VII. Mi abuela paterna, hija de Isaac y Sara, al lamentarse solía exclamar “¡San Pedrito, San Pedrito!”. Durante años me pregunté por qué una mujer judía y rusa invocaba a un santo ante las adversidades. Gracias a textos familiares y de historia de la inmigración, descubrí que en la institución judía que organizaba el traslado desde Rusia de los judíos (pobres y perseguidos) había dos grupos: uno que proponía que se embarcaran solo aquellos que podían costear sus propios pasajes y otro que, en cambio, sostenía que la asociación debía solventarlos. Este segundo grupo, cuya posición prevaleció, tenía su sede en San Petersburgo. Así comprendí, entonces, el lamento de mi abuela.

VIII. El apellido Milei, hoy, es el nombre de la injusticia. Para él, la justicia social no es más que la aspiración envidiosa de los fracasados. Así, opera una deformación trágica que no califica siquiera de reduccionismo; es decir, pretende revestir de envidia lo que no sería sino una injusticia. La solidaridad, para Milei, no tiene lugar, el individuo no se referencia de ningún modo a su comunidad, y basta en su cosmovisión la competencia. ¿Y no es, acaso, esta última la fuente más potente de la envidia, en la aldea de la ley del más fuerte?

IX. Ya señalé que escribimos para crear interrogantes y para transformar las amenazas en algo diverso. Podemos parafrasear a Tolstoi: escucha una entrevista a Milei y escucharás a toda La libertad avanza. Milei no responde preguntas, no las entiende ni las acepta. Solo conversa con periodistas cuyas preguntas ya están respondidas de antemano, cuyas preguntas son apenas el molde diseñado para el contenido que Milei recita una y otra vez. En consecuencia, su discurso y su acción, por su propia naturaleza, no podrían nunca convertir las amenazas en lo opuesto. Al contrario, impone morir, que el otro no sea más que un extraño y que la naturaleza se consuma al calor del mercado.

X. Milei afirmó ya tantas veces que él entiende al Estado como una organización criminal. Que haga tantos esfuerzos por ser presidente, es decir, por ser el Jefe del Estado, nos autoriza a concluir: a confesión de parte, relevo de pruebas.

El antagonismo con su proyecto no podría ser más radical. En efecto, el valor y la necesidad de una economía a escala humana, la cultura edificada durante siglos y la historia de mi propia familia no solo me deniegan toda posibilidad de apreciar la más mínima propuesta de Milei, sino que convergen para advertir su irrefrenable destructividad.

 




jueves, 12 de octubre de 2023

JAVIER MILEI: AVISO DE INCENDIO
(Por Luciano Sanguinetti)



Un gobierno progresista fracasado. Una deuda leonina impagable impuesta por potencias extranjeras al gobierno conservador precedente. Los sectores concentrados de la economía apoyando a un líder histriónico anticomunista. Una inflación imparable. La crisis de las mediaciones culturales producida por una transformación en las tecnologías de comunicación. La omnipresente guerra geopolítica de dos potencias mundiales. No estoy hablando de Argentina, es la Alemania previa a la asunción de Adolf Hitler como primer ministro en 1933.

Conocemos la historia. En 1919, las fuerzas progresistas del partido socialdemócrata alemán y la izquierda socialista formaron gobierno impulsando una serie de reformas que se plasmaron en una Constitución de vanguardia. Ese período de entreguerras se conoce como la República de Weimar. El acuerdo de Versalles le impuso a Alemania concesiones que condicionaron su economía dando lugar a una inflación imparable. Hitler, después del putsch de 1923, irrumpió en la escena política concitando importantes apoyos de la elite conservadora y los grandes grupos económicos, como los Krupp, que le temían al ascenso del comunismo. En el campo de la cultura, todo este periodo fue escenario de profundas modificaciones en el consumo artístico, producto del avance de las entonces nuevas tecnologías de la comunicación como el cine y la radio. En ese marco, dos potencias mundiales en ascenso (Estados Unidos y la Unión Soviética) marcaron todo este periodo hasta llegar a su máxima expresión en la Guerra Fría.

Desde entonces no han parado de escribirse libros que buscan la respuesta a una sola pregunta. ¿Por qué sucedió? Los frankfurtianos como Theodor Adorno o Max Horkheimer explican el proceso como consecuencia de la caída de la autoridad paterna producto del desempleo y la inflación después del crack del 29 y la búsqueda en un líder autoritario que compensara aquella seguridad perdida; el historiador Jeffrey Herf, en Tecnología, cultura y política en la República de Weimar y el Tercer Reich, interpretó, en la amalgama entre antiiluminismo nacionalista y fascinación tecnológica, la constitución de una cultura guerrera y expansionista; para otros la causa fue el manejo omnipotente de los medios de comunicación, en especial la radio, de Joseph Goebbels, quien hizo un uso político de la cultura de masas emergente. No es difícil pensar que las causas eran múltiples y que todo funcionó como un reloj en beneficio del infausto monstruo que llevó a Alemania al horror y a Europa a una de las guerras más cruentas de su historia.

Pero hay una diferencia con la Argentina, Milei no es fascista. Los neoreaccionarios son liberales, son anarcocapitalistas, aceleracionistas de derecha como Nick Land, el ideólogo de este movimiento que hoy vive su retiro en Japón (el verdadero pensador detrás de Steve Bannon), autor de una serie de ensayos, como La Ilustración oscura, que fulguraron en la primera década del siglo XXI. Son los creadores de la singularidad tecnológica. Su argumento es que hoy los consensos del Estado de Bienestar, es decir, lo que Marx llamaría la superestructura ideológica, atrasan el desarrollo de las fuerzas productivas. Y por eso, en esa lucha de clases, el mundo está ante una nueva crisis civilizatoria. ¿En dónde podemos verlo? En las diferencias abismales que las tecnologías están generando en el mundo del trabajo, no solo en cuanto a salarios (en especial el teletrabajo que se paga en dólares) sino también en las rutinas productivas: homeoffice, trabajo cognitivo, gestión deslocalizada. En la descomposición del Tercer Mundo en el que hay islotes de riqueza nunca jamás vista (Dubai, por ejemplo). En el fútbol, como espectáculo global, que mueve millones de dólares de una punta a la otra del planeta sorteando barreras de todo tipo.

En esta encrucijada, los sectores neoreaccionarios quieren aprovechar la crisis para dar otro zarpazo. Y es obvio como se mueven en las sombras (¿Macri?). Porque finamente contra este capitalismo financiero global desterritorializado lo único que lo puede enfrentar son naciones organizadas democráticamente con altos consensos en su interior articuladas con otras naciones del mismo tipo, que defiendan a sus poblaciones, que busquen la igualdad y el interés común de un planeta en riesgo de un cataclismo. Recientemente, el intelectual y exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera lo expresó con claridad en la conferencia que brindó en el Teatro Argentino de la Plata: el auge de los extremismos de derecha es la respuesta combinada de los sectores conservadores a la incertidumbre económica y de los sectores populares a la defraudación de los gobiernos progresistas.

Entonces, cabe la pregunta, ¿qué vamos a hacer para evitar que todo termine como puede terminar? La película de Quentin Tarantino Bastardos sin gloria plantea esta hipótesis, desafiándonos con la idea de que la historia no está escrita para siempre. ¿Podrían haber pasado otra cosa? El filósofo Walter Benjamin, contemporáneo de aquella república alemana idealizada, en un texto titulado Aviso de incendio, inesperadamente actual, dijo que pensar que el capitalismo concluiría inexorablemente en una revolución como la que imaginaba Marx era por lo pronto dudoso. En ese caso, aconsejó, sería mejor apagar la mecha antes de que todo estalle. ¿Podemos hacerlo o estamos atrapados en el juego de los prisioneros en el que movidos por el egoísmo terminan perjudicándose? Los que vivimos el 2001 podemos imaginarlo. Pero la maximización de las ganancias parciales de los protagonistas no siempre funciona. Resulta una paradoja, pero pareciera que la única alternativa es ceder. ¿Cómo lograrlo cuando parece que la consigna es yo o el caos? Si el inconsciente colectivo existe, la expresión de campaña de Patricia Bullrich ya es una confesión de parte: todo o nada. Del lado de la motosierra promueven la desaparición de la casta. Apagar el fuego con nafta no parece lo más prudente. La inteligencia de las fuerzas populares reside en este caso en reconocer los errores cometidos, rearticular un amplio campo popular democrático y tomar medidas redistributivas claras con horizonte de futuro. No es fácil, pero no hay otro camino.

 




martes, 10 de octubre de 2023

 MENEMISMO RECARGADO 2.0

Uno diría primero que si luego de una experiencia fallida, vienen años mejores mantenidos en el tiempo, un “revival de aquello fallido” no sería necesario, la sola imposición de esas nuevas ideas mejores harían trizas esa mala pasada anterior, pero en caso contrario ante la recaída de las nuevas ideas por su mala praxis, habrá más de uno que echara mano a aquellos malos tiempo y los tratara de traer al presente con algún peinado novedoso. Cualquier alusión al estado actual de la Argentina, es pura coincidencia.

El menemismo pudo haber resuelto en un principio la angustiante inflación de finales de 1989, e incluso la privatización del servicio telefónico o de la distribución eléctrica pudo atraer capitales y tecnología que de otra manera en aquellas condiciones de desarrollo iba ser difícil para el Estado Argentino invertir con tantas problemáticas a resolver al mismo tiempo, la táctica, sin embargo se convirtió en estrategia de desarrollo, Menem fue el caballito de batalla en el tercer mundo bajo condiciones “democráticas”, de un primer Mundo que con las políticas neoliberales de Thatcher y Reagan habían fracasado y volvían su mirada al Mundo bajo “su mando”. Menem privatizo “lo que es y no debido”, y un supuesto “crecimiento económico del PBI” vendiendo todas las joyas de la abuela, no se vio acompañado de un crecimiento económico social sentido por la mayoría de la gente, de hecho unos de los indicadores como el desempleo aumento a más del triple en los primeros años (1996, 17.3%), con un pequeño descenso hasta 12.4% (1998) y cuando De la Rua salió chiflando bajito en el helicóptero de la Casa Rosada el desempleo ya era de nuevo grande del 18.3%. Algo, por otro lado, que ya había pasado en Chile durante la dictadura de Pinochet después del 11 de Septiembre de 1973 (el primer ensayo latinoamericano de los Chicago Boys), solo que allí donde había una dictadura sangrienta, no iban a permitir que Pinochet saliera volando como De la Rua. En Chile hubo un ensayo neoliberal bajo dictadura, en la Argentina en condiciones de “democracia”.

Para escribir un poco más de Chile, me he acercado a un estudio realizado por Claudio Llanos R. de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. En ese estudio Claudio platea algunas ideas interesantes, entre ellas que esta bueno acercarse a los mensajes presidenciales de Augusto Pinochet a la nación y las sesiones secretas de la Junta de Gobierno entre 1973 y 1978, donde  se manifiesta la política de balance, discusiones y proyectos de quienes integraban el régimen, sobre los cambios que Chile debía cumplir para integrarse al concierto del desarrollo capitalista de la época, donde tomaba centralidad las políticas de corte monetarista, la pérdida de centralidad del empleo dentro de la economía política a favor de la estabilidad de precios y la inflación, así como los cuestionamientos a las políticas fiscales de orientación pública.

Entre 1960 y 1972, el desempleo en Chile presentaba un desenvolvimiento caracterizado por bajos niveles, en línea con lo que en gran parte de los países capitalistas occidentales representaba tanto la búsqueda del pleno empleo, como la expansión de la función económica del Estado para mantener los niveles de ocupación, producción y consumo. El porcentaje de desocupados que en 1960 fue de 7,1%, había pasado a 5,7% en 1970; 3,8% en 1971; 3,1% en 1972 y 4,8% en 1973. Para la dictadura el crecimiento del empleo hasta el 11 de septiembre de 1973, era el resultado de una historia de distorsión política sobre la demanda de trabajo. Así afirmaban en sus diagnósticos que muchos sectores productivos y de servicios públicos habrían crecido sin ninguna relación con las necesidades y capacidades productivas. Esta línea de argumentos era parte de la crítica que desde la dictadura y sus colaboradores se hacía del desarrollo histórico de la democracia en Chile, particularmente en el gobierno de Salvador Allende.

El genocida de Pinochet y sus acompañantes presentaron una “solución” ante la situación antes expuesta:

1.- Prohibición absoluta de aumentar las dotaciones de personal existentes.

2.- Prohibición de contrato nuevo personal por la vía de la contrata o jornal,

3.- Prohibición para llenar las vacantes que se produzcan, salvo casos justificados de jefatura de los ascensos. (…).

4.- Estudiar concretamente las posibilidades de reducción de personal por sectores de actividad de la Administración pública, en especial:

a - Sector Obras Públicas, mediante el traspaso al sector privado, de acuerdo con la política de entregar las construcciones mismas a este sector a través de propuestas,

b - Sector Recursos Naturales Renovables, mediante la supresión del Ministerio de Tierras y Colonización y la reorganización interna del Ministerio de Agricultura (‘ya iniciada),

c - Sector Vivienda, mediante la reorganización del Ministerio y supresión de duplicaciones con Obras. (…).

Se empezó a ver como normal y hasta beneficioso la idea del desempleo dentro del mercado, lo veían como un factor que podía llevar a un “correcto” funcionamiento de la economía, puesto que éste se daría mayormente en áreas obsoletas e ineficientes, reemplazables y reabsorbidas por el mercado, además se apuntaba a que los trabajadores y sus demandas de beneficios salariales y seguridades laborales eran los elementos responsable de la poca demanda de empleo.

Las medidas económicas tomadas por la Dictadura de Pinochet hicieron que de 1973 al 1977 el desempleo en Chile subió hasta el 16% (cuatro veces), luego bajo al 13% en 1978 y se mantuvo al 10% anual hasta 1982 que volvió a subir grandemente hasta el 20%.



Algo parecido sucedió en la Argentina con Menem y puede verse en el siguiente grafico.

 


Luego de la crisis del 2001 en la Argentina y la llegada primero de Duhalde, y luego de Néstor Kirchner el desempleo comenzó a bajar abruptamente a partir del 2003 hasta un 7.5% en el 2007 cuando asumió Cristina, luego se mantuvo la cifra cerca del 6% cuando dejo su gobierno en el 2015.  La subida tuvo lugar más tarde cuando Macri asumió definitivamente en el 2016 y volvió a aplicar las mismas políticas de Menem, terminando su mandato con un 8.9% habiendo pasado por un 9.10% en el 2018 en plena crisis cuando endeudo a la Argentina en unos 44 000 millones de dólares con el FMI.

 


Los momentos actuales con un desempleo de 6.2% y una alta inflación anual del 140% nos recuerda la misma condición del año 1989 donde había bajo desempleo pero los que trabajaban eran pobre y no llegaban a fin de mes. Sin dudas estamos en presencia de un nuevo ciclo con condiciones creadas para una reproducción de las políticas de los 90 en la Argentina. No por gusto han aparecido en la actualidad tipos como Milei con patillas incluidas como las de Menem.

Me viene a la mente la principal idea del desarrollo humano de Marx que enuncio como universal en medio de aquella maleza ideológica de la segunda mitad del siglo 19, el hombre primeramente necesita comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte y religión.

Marx percibió la historia de la humanidad como una gigantesca espiral que trazaría el desarrollo de la productividad del trabajo (las fuerzas productivas) en relación con la cambiante estructura social en la que tiene lugar (las relaciones sociales de producción). Las fuerzas productivas tienden a crecer a lo largo de la historia, pero su velocidad varía dependiendo de que las relaciones sociales imperantes generen un clima favorable o desfavorable al progreso material.

Evidentemente por los datos que accedemos, el PBI argentino creció entre 1990-1998 en el doble, aunque hacia el 2001 este volvió a los niveles de 1989, en ese mismo periodo el desempleo creció tres veces.

Con la llegada de Néstor Kirchner en el 2003 y hasta 2015, que Cristina dejo su gobierno, el PBI creció 4.5 veces y el desempleo decreció en tres veces. Mirando estas cifras podemos afirmar que un crecimiento de las fuerzas productivas no siempre está vinculado a una mejor situación social de las mismas, porque falta el factor distribución de la riqueza y en ello el Estado es fundamental. El periodo de Menem produjo más agonía en las masas trabajadoras que el desarrollo económico (PBI) que provoco esas fuerzas productivas, la distribución de la riqueza creada se concentro en unos pocos. En el caso de Macri que trato de imitar a su mentor de los 90, hizo todo mal, su PBI se recorto en 1.2 veces del 2016 al 2019 y además vino aparejado al mismo tiempo de un aumento del desempleo.

Los “nuevos” Menemistas ante la situación actual muy parecida a la de 1989, pretenden convencer a una buena parte del electorado que teniendo en cuenta “la espiral de Marx”, podemos pasar por el mismo lugar pero un escalón más arriba, con ello es posible que se le dé una vuelta de rosca al desarrollo de las fuerzas productivas, incluso que el PBI argentino aumente significativamente como a partir del año 1989, pero lo que no te cuentan es las desgracias sociales que se verán con ese “progreso material en el PBI”, entre ellas, el desempleo.

La arremetida comunicacional de estos VIEJOS liberales encabezados por Milei, puede ser explicada por otra espiral, la llamada espiral del silencio que la politóloga alemana Noelle-Neumann ha esbozado en el pasado. En ella Neumann expone una idea fundamental, que se ve reflejada en la práctica,  las sociedades en general intimidan con el aislamiento a los individuos que expresan posiciones contrarias a las asumidas como mayoritarias, de tal forma que el comportamiento del público está influido por la percepción que se tiene del clima de opinión dominante. En general hay una tendencia en nosotros a ir calibrando nuestra opinión personal con las opiniones que se van dando mayoritariamente en el espacio público en que nos desenvolvemos.


Los Multimedios y hoy la internet con sus “redes sociales” crean estados de opiniones favorables o no a determinados estados de ánimos, y determinados conjuntos de ideas. La predisposición de la espiral de Neumann es silenciar a quienes tienen posiciones diferentes a las mayorías, pero se frena cuando se encuentra con un “núcleo duro”, que son aquellas personas que, aunque pocos, se consolidan en sus posiciones y opiniones y no abandonan el empeño de que su voz sea escuchada. Este ha sido el “fenómeno Milei”, amplificado por todos los medios ante sus estridentes pronunciamientos, incluso ideas aberrantes que en otro contexto hubieran sido fuertemente condenadas pero que inmersas en este caldo de cultivo, que es la situación económica y social desesperante de la  Argentina encuentran poco a poco el apoyo ciego y sin razonamiento, incluso de los que serán afectados en el futuro.

Neumann habla de un mecanismo psicológico interesante que se produce: “Los medios de comunicación influyen en que la gente hable o no. En primer lugar las personas son más valientes para apoyar públicamente una opinión si esta aparece como dominante en los medios de comunicación. En segundo lugar, los medios ofrecen a los ciudadanos, las palabras, los textos, los medios, los argumentos e ideas con las que defender las opiniones en debate. Generalmente habla de cómo se forma la opinión pública (el proceso), que parte de la observación que hace el individuo de su entorno social”…”“el resultado es un proceso en espiral que incita a otros individuos a percibir los cambios de opinión y a seguirlos hasta que una opinión se establece como la actitud prevaleciente, mientras que la otra opinión la apartarán y rechazarán todos, a excepción de los duros de espíritu, que todavía persisten en esa opinión”.

Queda claro algo muy importante, si una mayoría se considera minoría, tenderá a declinar en el futuro. A la inversa, si una minoría es vista como mayoritaria, irá en aumento. Milei ha logrado que su minoría sea vista como mayoría, primero gracias a su desempeño en las redes sociales, donde circularon sus “ideas locas”, luego el batacazo del apoyo concreto del 30% de los votantes en la pasada elección de candidatos del 13 de Agosto, y a partir de ahí, los medios de comunicación le hicieron sentir que sus opiniones “podrían” ser mayoritarias. A esta altura ya comienzan a difundir la idea de que Milei podría ganar en primera vuelta el próximo 22 de Octubre. Una vez más la espiral del silencio de Neumann nos ayuda a entender lo que está ocurriendo actualmente en la Argentina.

El menemismo recargado 2.0 está en la puerta de la Rosada, hagamos todo lo posible para que se quede en la entrada. No podemos permitirnos por el bien de todos, que nuestras opiniones mayoritarias den la sensación de ser minoritarias. La debacle a que nos convoca Milei no puede finalmente efectivizarse próximamente, de lo contrario las desgracias de hoy serán niños de pecho comparado a lo que padezcamos en el futuro.