Viaje a la Luna

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Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

jueves, 14 de agosto de 2025

LO PEOR QUE NOS PUEDE PASAR



La irrupción abrupta y desparpajada de Milei en la política argentina con su “Liberalismo-Libertario”, nos ha puesto a todos a pensar, cada uno desde su humilde lugar.

Por debajo de la pornográfica verborragia de Milei hay una ideología, hay un ethos que se quiere implantar en la sociedad y en esto se diferencia considerablemente de la derecha de Macri. La derecha del 2015 al 2019 estaba interesada en la guita, la viyuya, los morlacos, no es que esta de Milei no lo este, pero esto anterior viene aparejado con una intensión profundamente cultural, que la hace doblemente peligrosa. La idea de Milei es “evangelizar” con sentimientos, como mínimo, inhumanos e individualistas al extremo.

Haciendo búsquedas sobre el pensamiento de John Rawls y su Liberalismo igualitario, encontré un libro interesante titulado “El Marxismo y la Justicia Social. La idea de Igualdad en Ernesto Che Guevara” de Fernando Lizárraga, publicado en el 2011. Me ha sido grato constatar que el autor indaga en la Teoría de la Justicia de Rawls, y la utilización teórica del Principio de Diferencia rawlsiano para corregir los defectos del Principio de Contribución marxista y la creación de las bases normativas adecuadas para la implementación del Principio de Necesidades en la sociedad comunista. Si bien mi intuición leyendo la Teoría de Rawls no llego para tanto, al menos es agradable saber que Rawls puede ser un referente para abordar injusticias presentes no solo en el Capitalismo Liberal-libertario que se quiere establecer en la Argentina.

En este libro además Lizárraga se propone argumentar de forma creativa la “superación” del principio de diferencia de Rawls, que solo es posible aplicarlo si los individuos de una sociedad están imbuidos del sentimiento de solidaridad, utilizando “el énfasis ético con que Guevara leería las condiciones de superación del capitalismo: No hay socialismo posible sin una “moral comunista” que apunta hacia un nuevo individuo (la conocida tesis del “hombre nuevo”)”. Y en este empeño teórico de Fernando, la idea sería como bien lo plantea el mismo, “no solo conocer, sino también transformar la realidad en función de algún ideal que sirva para guiar la nave del estado al puerto seguro de la ‘buena sociedad’.

Salvando la distancia, que la idea del libro mencionado, es un acercamiento teórico a “mejorar” la concepción de justicia social que está implícita en la obra de Marx, hay líneas de argumentación que bien podrían utilizarse para enfrentar y contrarrestar la decisiva y desafiante misión cultural que el gobierno de Milei vino a implantar en la Argentina actual, que, en simples palabras seria: piensa en vos y nada más que en vos, pues la solidaridad humana es una aberración.

Hay un pasaje en el libro que me gustaría resaltar, donde se deja claro que un orden social sin orientaciones individuales justas puede ser accidentalmente justo, mas no constitutivamente justo, pues para ello se requeriría de una convergencia normativa entre instituciones justas e individuos inequívocamente comprometidos con los principios que regulan dichas instituciones, o dicho de otra manera para que una sociedad sea justa en el tiempo no basta con que hayan instituciones justas, también se necesita que las personas individualmente estén comprometidas con los principios justos que están presente en esas instituciones. De lo anterior se desprende la necesidad de crear un ethos de la sociedad, solidario y de justeza, entendiéndose el ethos de una sociedad “como un conjunto de sentimientos y actitudes en virtud del cual sus prácticas normales y presiones informales, son lo que son”.

No por gusto y en eso hace hincapié Fernando en su libro, el Che en Cuba, llego a la conclusión de que, para construir un socialismo que “caminara” en el tiempo, no solo era necesario crear instituciones socialista nuevas, sino también crear un nuevo sujeto, con conciencia de clase y de justeza comunista, crear un nuevo ethos justo acorde a la sociedad que se estaba gestando, sin esto último no era posible crear una sociedad constitutivamente socialista.

En estos casi 25 años que llevo viviendo en la Argentina, puedo decir sin temor a equivocarme, que he estado en presencia de un pueblo solidario, un pueblo que se une ante la adversidad, inclusive llegue a sentir en alguna década pasada que había un proyecto mayoritariamente nacionalista proclive a buscar la justicia para todos. Se crearon organismos justos y solidarios, que fueron apoyados por una inmensa mayoría con conciencia de sus principios rectores, sin embargo, la malversación, el despilfarro, la corrupción en algunas de esas entidades, provocaron el desengaño, el desencanto, el hartazgo de una gran mayoría de argentinos, que fue el preámbulo para que irrumpiera en la escena política de este país, un discurso extremadamente individualista y antisolidario.  

Milei en el 2023 con un discurso extremista, tipo la justicia social es una aberración, supo capitalizar esa bronca de la gente por el engaño recibido, su intención no era solo llegar al poder, sino precisamente crear las bases legales para desregular toda la vida social y económica del país, abrir de par en par la nación y sus recursos naturales al capital extranjero, y como meta final destruir el Estado. Para semejante cambio estructural y que perdure en el tiempo, se necesita además implantar el ethos egoísta correspondiente, lo peor que nos puede pasar, es que su revolución cultural tenga éxito.