Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

viernes, 28 de julio de 2023

Los días en que se nublaron los sueños. La primera intervención norteamericana
(Por
Eduardo Torres Cuevas)

Cuando era niño, a finales de los años cuarenta del siglo pasado, una frase era común entre mis mayores para indicar un verdadero desastre: “Le cayó un 20 de mayo”.

Me llevó cierto tiempo entender lo que querían expresar personas sencillas en conversaciones variadas y simples. Cierto es que ese día se celebraban desfiles, actos cívicos, discursos oficiales y no oficiales, pero cierto es también que podían observarse las críticas en las cuales aparecían, reiteradamente, las palabras “Enmienda Platt”, “intervención”, “despojo”, “Guantánamo”.

Fui también un joven afortunado en mis estudios de bachillerato. Entre los más destacados profesores del Instituto de la Víbora estaban los doctores Fernando Portuondo y del Prado y Hortensia Pichardo Viñals, que cubrían la asignatura de Historia de Cuba.

El libro del primero sobre esta materia era el texto de la asignatura. Editado por primera vez en 1949, es uno de los libros que cuenta con más reediciones y reimpresiones; es una joya pedagógica, de rica documentación y fino patriotismo. [1] La doctora Pichardo, por su parte, construyó durante décadas los tomos de sus Documentos para la Historia de Cuba, obra indispensable y no superada para conocer y meditar sobre el pasado-presente de nuestra nación. [2] Era su obsequio a los jóvenes que quieren conocer nuestra historia en sus propias fuentes. Los que pasamos por aquellas aulas supimos por qué las tropas de Calixto García no pudieron entrar en Santiago de Cuba al terminar la contienda con España y leímos los contenidos de la Enmienda Platt.

En aquellos años de formación y de lecturas permanentes, las obras de Emilio Roig, Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos Historia de la Enmienda Platt (por cierto, debían reimprimirse y editarse en digital), [3] así como las de otros destacados estudiosos cubanos, ayudaron a entender parte de la complejidad de nuestro siglo XX.

Sin embargo, para profundizar en un proceso tan complejo como el que conduce al 20 de mayo de 1902, ese conocimiento era insuficiente. Había que penetrar más en aspectos diplomáticos, sociológicos, económicos y, en especial, culturales y de mentalidades; había que comprender mejor el sangriento nacimiento de la época en que surgía la República de Cuba. Durante los últimos 60 años, son numerosos los trabajos específicos, dispersos en libros y revistas especializadas y culturales, nacionales e internacionales, que rodean y cercan el tema de lo ocurrido entre el 1 de enero de 1899 y el 20 de mayo de 1902.

La historia, esa constante aventura del pensamiento que se desliza sobre terrenos quebradizos, conforma una parte esencial de lo que se es y de lo que se piensa. Sufre, como pocos espacios científicos, interferencias ajenas que diluyen en especulaciones resultados de investigaciones serias, ricamente documentadas. Creo que no deben olvidarse las fechas trascendentes, pero no creo que recordarlas el día de su aniversario sea suficiente para tener conocimiento y conciencia históricos de su significación. Es necesario, más allá de un reportaje de ocasión, cultivar la riqueza interior en el individuo que se aproxima a ellas; motivar ideas, sembrar cultura. Las fechas históricas, como la del 20 de mayo de 1902, son el resultado de un proceso histórico concretado en un día. También, el inicio de una nueva complejidad. Un cambio profundo en la historia de la nación cubana.

El 1 de enero de 1899 cesa la soberanía española en Cuba y se inicia la norteamericana. Los independentistas cubanos no habían previsto semejante situación. Se regían por la Constitución de la Yaya, que regulaba el funcionamiento de la República de Cuba en Armas. A tenor de esta carta magna, aprobada en 1897, estaba establecido el Gobierno republicano independentista, cuyo presidente lo era Bartolomé Masó Márquez. Era una constitución provisional. Estaría en vigor, según se estipulaba, mientras durara la guerra. Establecía que, si las armas cubanas no habían triunfado dos años después, se efectuaría una nueva Asamblea Constituyente. Una vez concluida la contienda con el triunfo del Ejército Libertador y pactadas las condiciones de paz con España, se convocaría, según sus artículos 40 y 41, a una nueva Asamblea Constituyente que elaboraría la definitiva carta magna para la República de Cuba, independiente, democrática, laica y soberana. No fue lo que ocurrió. [4]

En los destinos de Cuba estaban interesadas dos fuerzas externas: una en plena crisis y decadencia con potencia mundial, España; la otra, Estados Unidos, en condiciones de presentar sus cartas credenciales como potencia mundial en lo político, lo económico y lo militar. Los políticos españoles sabían que no podrían enfrentar a la potencia del norte, pero preferían una derrota “honrosa” frente a esta que no ante las fuerzas del Ejército Libertador. A comienzo de la contienda, el general Arsenio Martínez Campos le recomendaba a la Corona: “Y si en su empeño a favor de la independencia enviasen los Estados Unidos un cuerpo de ejército, en vez de una guerra deslucida, lucharíamos, tendríamos batallas y si la suerte no nos favoreciese, si perdiéramos a Cuba, la perdería España con honra”. [5] Más que un pacto de familia se prefiere salvar un mal concepto de la honra. En el momento decisivo de la guerra, el jefe del Gobierno español, Práxedes Mateo Sagasta, repite la misma idea: “Perder un pedazo de territorio en lucha con una nación más poderosa es sensible, pero después de todo no es una deshonra (…) Pero un pedazo de terreno perdido en lucha con Máximo Gómez y Calixto García, eso más que sensible, sería verdaderamente deshonroso”. [6]

El secretario de Estado de la unión norteamericana, John Hay, calificó la contienda con España como “una guerrita espléndida”. La contienda en Cuba duró menos de un mes, del 22 de junio de 1898, primera acción militar norteamericana en suelo cubano, al 17 de julio, rendición de Santiago de Cuba. El saldo militar resulta significativo: 3 469 muertos (3 245 españoles y 224 norteamericanos). A ello se añadía la pérdida de lo fundamental de la armada española en Santiago de Cuba y en Filipinas. La honrosa y sangrienta rendición de España no se hizo esperar. Una nueva sorpresa esperaba a los cubanos. No fue invitado el Gobierno de la República de Cuba en Armas a las conversaciones de paz, que culminaron el 10 de diciembre de ese año con la firma del Tratado de París entre España y Estados Unidos. La potencia norteamericana se convertía en la primera no europea en la discusión por el reparto del mundo. Adquiría del León Ibérico las Filipinas y la isla de Guam –perteneciente al archipiélago de las Marianas–, lo que la colocó a las puertas de Asia. Además, España le cedía la isla de Puerto Rico. En cuanto a Cuba, el problema era otro.

La justificación para intervenir en la guerra hispano-cubana se presentó con la explosión del acorazado Maine en la bahía de La Habana. Independientemente de las causas que motivaron el estallido, el cuarto poder en Estados Unidos, la prensa, culpó a los españoles y creó un estado de efervescencia patriótica antiespañola. Acuñaron una vieja consigna, utilizada durante la guerra contra México, “Remember el Álamo”, solo cambiándole el nombre, “Remember el Maine”. La comisión norteamericana encargada de la investigación determinó que la explosión había sido causada por un factor externo; a la comisión española se le impidió actuar in situ. Se sostuvo el absurdo de que los españoles, interesados en evitar una guerra con Estados Unidos, habían causado la explosión. En una investigación tardía se demostró que la explosión había sido interna, accidental. [7] El Senado y la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos emitieron la Resolución Conjunta en la que se afirmaba que “el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente”. Por cierto, no se mencionaba el Maine. El “motivo bélico” era la situación cubana. A tenor de ello, le declararon la guerra a España. En el Tratado de París, la monarquía española renunciaba a cualquier tipo de soberanía y propiedad sobre Cuba, traspasando la soberanía y la administración del país a Estados Unidos. Este se comprometía a cumplir las obligaciones que, por el derecho internacional, se establecen para la protección de vidas y haciendas. Al terminar la “ocupación” –concepto establecido en el propio Tratado– solo se limitarían a “aconsejar” al nuevo Gobierno cubano sobre las obligaciones establecidas para cualquier Estado.

El desconcierto, el caos y la ruina se habían extendido por toda Cuba como consecuencia de la Reconcentración de Weyler, de la guerra desgarradora (denominada Guerra Total), del bloqueo al que la armada norteamericana sometió al archipiélago cubano y de la incertidumbre sobre el destino del país. Los revolucionarios cubanos lo habían sacrificado todo por la creación de una nueva nación, independiente y soberana, donde gozaran de libertad, igualdad, democracia, bienestar y concordia todos los habitantes del país, incluso los españoles.

En medio de las desgracias personales, surgieron los oportunistas sin escrúpulos. Muchos patriotas habían abandonado casa, familia, propiedades. Al terminar la contienda, solo encontraron ruinas y, lo más grave, sin recursos para iniciar una nueva vida. Un mambí, un simple mambí, escribía: “He sufrido mucho, !mucho! (…) Es la historia de todos, casi todos humildes que liberamos a Cuba y hoy no tenemos que comer (…) En mi propio suelo (…) Me veía sin protección o amparo”. [8] Otro libertador afirma: “¿Usted sabe? que, abandonando mis intereses y mi familia, fui entre los primeros en empuñar las armas y secundar la revolución (…) Yo, que he servido a mi país, que todo lo he sacrificado, no puedo ni siquiera tener a mi lado a mi familia por carecer de recursos para ello. No puedo emprender ningún negocio ni reconstruir mi finca por carecer de recursos…”. [9]

Lo más triste era que muchos de los voluntarios que sirvieron en las fuerzas españolas o que las apoyaron se habían enriquecido despojando a los cubanos o especulando en negocios turbios con el poder colonial. El propio cónsul de Estados Unidos en Santiago de Cuba señala: “Las casas de empeño florecieron (…) Los prestamistas se convirtieron en un grupo sin escrúpulos”.

Ante el pedido de créditos, préstamos a bajos intereses o subsidios, el gobernador interventor, John R. Brooke, “después de estudiar la situación”, llega a las siguientes conclusiones, por cierto, muy contemporáneas: primero, desechar lo solicitado, porque ello responde a un sistema paternalista extraño al espíritu de un pueblo libre; segundo, que la solución estaba en los bancos.[10]

Efectivamente, florecieron los bancos; los que no tenían nada, nada recibieron. Comenzaron a exhibirse riquezas y pobrezas. Se entristeció el campo al brotar poderosos latifundios; la ciudad ocultaba cuarterías y espacios de miseria. Sucedió algo inevitable. Ante la falta de justicia y la depredación, muchos comenzaron a tomarse la justicia por su mano. Contra el bandidismo rural en ciernes, se creó la Guardia Rural, el cuerpo armado más importante del futuro Estado. En nada se parecía a la sociedad pensada y soñada por Martí “con todos y para el bien de todos”. No se pensaba en todos ni se actuaba para el bien de todos. Al conformarse la nueva república, ya la sociedad había dispuesto el lugar de cada cual. Los vencedores de la guerra eran los vencidos de la paz.

Un testigo excepcional del proceso de ocupación norteamericana fue el Generalísimo Máximo Gómez. Como jefe del Ejército Libertador, tenía una visión panorámica de los acontecimientos. En su Diario de campaña va dejando constancia de sus impresiones. Ante el pacto hispano-americano, anota: “Se ha firmado la paz, es cierto, pero también lo es que fue una lástima, que los hombres del Norte, largo tiempo indiferentes, contemplaran el asesinato de un pueblo, noble, heroico y rico”. [11] Hace constar: “Aquí se me ha reunido todo un pueblo hambriento y desnudo”. Ya producida la ocupación americana, escribe: “Los americanos están cobrando demasiado caro con la ocupación militar del país, su espontánea intervención…”. [12] Ese mismo día, agrega: “La actitud del Gobierno americano con el heroico pueblo cubano, en estos momentos históricos, no revela a mi juicio más que un gran negocio…”. [13] Termina su diario con el siguiente párrafo:

“La situación pues, que se le ha creado a este pueblo, de miseria material y de apenamiento, por estar cohibido en todos sus actos de soberanía, es cada día más aflictiva, y el día que termine tan extraña situación es posible que no dejen los americanos aquí ni un adarme de simpatía”. [14]

En el terreno político, el movimiento independentista quedó acéfalo. Las tres instituciones que le habían dado su fuerza y coherencia –y sus contradicciones-: el Gobierno de la República en Armas, el Partido Revolucionario Cubano y el Ejército Libertador, por distintas circunstancias, fueron disueltas. Ninguna de las tres había previsto una situación como la que se presentaba. El Gobierno de la República en Armas, cumpliendo con lo estipulado en la Constitución de la Yaya, se disolvió para dar paso a una nueva Asamblea que analizaría el camino ante las nuevas circunstancias y prepararía las condiciones para la redacción de la Constitución de la República de Cuba, independiente, soberana y democrática. No fue oficialmente tenida en cuenta por el Gobierno interventor. Simplemente, la ignoró. Para contribuir más al desastre, los asambleístas fueron incapaces de ponerse de acuerdo. Atacándose entre ellos, llegaron a amenazar al Generalísimo Máximo Gómez.

La desunión impidió la acción coherente. Terminaron, después de varios traslados, por disolverse sin ningún acuerdo. Si algo se hizo evidente, fue la falta de liderazgo. Máximo Gómez expresaba la necesidad de la presencia de José Martí en aquellas circunstancias “porque él si sabía qué hacer”. Cierto que había excelentes tribunos, escritores, abogados, médicos, periodistas, autodidactas, pero ninguno ejercía un verdadero liderazgo sobre la mayoría. Brillantes algunos, carecían de una visión global y real de lo que significaba la ocupación norteamericana, del lugar que se le asignaba a Cuba en la geopolítica de esa nación. El pensamiento de Martí era desconocido por la mayoría. Unos pocos pensaban, como Gómez, “este era el momento de Martí”.

En la pugna entre los nacientes políticos provenientes del bando independentista, el problema del Ejército Libertador ocupaba un lugar especial. Algunos especulaban con un suculento préstamo de Estados Unidos, lo que endeudaría a la república antes de nacer. Lo cierto es que parte de los miembros de las fuerzas libertadoras abandonaban sus filas por creer que, con el fin de la guerra, se había terminado su deber patriótico; otros, por la perentoria necesidad de ocuparse de sus familias hambrientas y desarrapadas. Las tropas con que contaba Máximo Gómez carecían de todo tipo de recursos. Dependían de ayudas espontáneas de los pobladores. Sin embargo, a pesar de lo difícil de la situación, el general Wood y sus oficiales constataban que, pese a la hambruna y la falta de recursos, unidades completas mambisas se mantenían con sus armas, en espera de una definición de la situación. Se siguió la política de no brindar recursos a quienes asumían dicha actitud. El interventor decretó una orden militar que disponía que: “Ningún cubano que porte un arma debe obtener trabajo o comida”. [15] Sin muchas alternativas, y motivado por el desastre político, el Generalísimo pactó el licenciamiento del Ejército Libertador. Al menos, sus miembros recibirían algún subsidio y siempre, por su condición patriótica, en caso necesario, podría contarse con ellos.

La disolución del Partido Revolucionario Cubano fue más simple. Por sus estatutos, había sido creado para lograr la independencia de Cuba y fomentar y ayudar a la de Puerto Rico. Tenía como figura principal a Tomás Estrada Palma, quien había sustituido a Martí como delegado. Internamente, después de la muerte del Apóstol, se observa una clara división y un cambio de política. Estrada Palma suprime la elección anual del delegado, por lo cual se mantuvo en el cargo hasta la disolución del Partido; centra su política en promover la ayuda norteamericana; se distancia del mundo de los trabajadores y desarrolla un acercamiento a la burguesía criolla sin muchas distinciones. Se podía entender que, con el fin de la guerra, Cuba había alcanzado su objetivo, pero también que, en esas circunstancias, previstas por Martí, no se había alcanzado la independencia, real objetivo del Partido. En esta segunda visión, el Partido era más necesario que nunca antes. Primó la primera, el Partido fue disuelto.

Cuba quedó, sin contraparte, al arbitrio del Gobierno interventor, que, por medio de órdenes militares, y apoyado por sectores internos, reorganizó y reestructuró el país. Para algunos ojos avisados, tanto cubanos como norteamericanos, de lo que se trataba era de la organización eficiente y moderna de “nuestra colonia de Cuba”. En el siglo XX, algunos estudiosos le otorgaron al país la condición de “satélite privilegiado”. Sin embargo, lo más trascendente estaba aún por ocurrir. Si Puerto Rico y Filipinas eran el resultado de una trasferencia de posesión, sobre Cuba había un acuerdo de que debía ser “libre e independiente”. El mundo entero conocía este argumento utilizado por Estados Unidos para declararle la guerra a España. Se diseñó un modelo diferente de dominación: formalmente libre, dependiente en lo económico, político y militar. No sería una colonia clásica, al viejo estilo, sino un nuevo tipo de dominación que fue denominada “neocolonial”. En lugar de un territorio físicamente ocupado, crearon un satélite que fuerzas centrípetas –económicas, políticas, militares y culturales– mantuvieran orbitando alrededor de la potente constelación de estrellas.

El 25 de julio de 1900, un año y siete meses después de iniciada la ocupación, el Gobierno interventor consideró que ya estaban creadas las bases para el funcionamiento del nuevo Estado dependiente. Publicó en la Gaceta Oficial la convocatoria a elecciones para conformar la Asamblea Constituyente encargada de redactar la constitución por la que se regiría la nueva república. Fueron electos los asambleístas. Resultó que la mayoría eran prestigiosas figuras del movimiento independentista. Cuba, con dificultad, aún respiraba. Trece altos oficiales del Ejército Libertador, antiguos miembros del Gobierno de la República en Armas y del Partido Revolucionario Cubano conformaban la mayoría absoluta de los constituyentistas. Nombres como Salvador Cisneros Betancourt, Juan Gualberto Gómez, Manuel Sanguily, Juan Rius Rivera, Gonzalo de Quesada, le daban especial calidad patriótica a la Asamblea. El 5 de noviembre se efectuó la sesión inaugural en el teatro Irijoa (hoy Martí) y 56 días después estaban redactadas las bases de la constitución que se sometieron a discusión entre los asambleístas a partir del 25 de enero de 1901. Los 115 artículos divididos en 14 títulos fueron firmados por los constitucionalistas la tarde del 21 de febrero de 1901.

El texto constitucional respondía a las concepciones del pensamiento jurídico liberal de finales del siglo XIX y a la herencia constitucional mambisa. Incluso, era más avanzado que el de otros países de referencia. Cuba dejaba de ser colonia dependiente de una metrópoli para constituirse en república soberana e independiente de democracia representativa estructurada en los tres poderes del Estado liberal: ejecutivo, legislativo y judicial. Se declaraba como Estado laico, por lo que no asumía ninguna religión en particular, y los ciudadanos podían libremente ejercer la de su preferencia. Con ello, se ponía fin al absolutismo de la Iglesia católica dependiente del Real Patronato de los reyes españoles. La Iglesia cubana también era liberada de su atadura colonial. Se organizaba la sociedad civil y se estipulaban los derechos y deberes fundamentales del ciudadano, antiguo vasallo del rey. Hoy, el Estado laico está generalizado, pero en aquellos tiempos de monarquías absolutas y religiones oficiales era un paso de avance en la liberación de las conciencias. Era un triunfo del independentismo liberal radical. El Estado laico francés, uno de los primeros en Europa, surgió tres años después que el cubano.

La Constitución de 1901 establecía la enseñanza pública, gratuita, obligatoria y laica. Uno de los puntos de discrepancia con los interventores era el relativo al voto. En varios estados de Estados Unidos no tenían derecho al mismo ni los negros ni los analfabetos. Los constitucionalistas aprobaron el voto universal masculino, que incluyó a negros y analfabetos. ¿Cómo negarle el voto a gran parte de los hombres que lucharon por la libertad de Cuba? Según la Constitución, todos los hombres eran iguales ante la ley. No es este el espacio para un estudio detallado de la Constitución de 1901, pero es importante tener en cuenta, a la hora de los análisis, qué se logró y qué no se logró en el tránsito de colonia a neocolonia. [16] Era una época en que el marxismo apenas conquistaba posiciones en las ciencias sociales y el leninismo no existía. Las generaciones formadas en el siglo XX entrarían de lleno en el estudio de la problemática social. Incluso, tendrían acceso al pensamiento martiano, cuyos principales documentos eran desconocidos por los hombres de 1902. La carta inconclusa a Manuel Mercado, que define la posición del Apóstol frente a Estados Unidos, no se conoció hasta 1910.

Fue entonces, Constitución en mano, que llegó el golpe definitivo a las aspiraciones cubanas: la Enmienda Platt. Los constituyentistas ignoraban lo que se tramaba en Washington. Nombraron una comisión de cinco miembros para elaborar una propuesta de relaciones bilaterales. El gobernador militar los invitó a una cacería de cocodrilos en la Ciénaga de Zapata. Allí les dio a conocer la posición de su Gobierno sobre el tema: Cuba no podrá concertar acuerdos con potencias extranjeras, sin el consentimiento de Estados Unidos; Cuba otorgaría a esa nación el derecho de intervención cuando lo considerase necesario y el de adquirir tierras para establecer bases navales.

El 27 de febrero, después de deliberaciones secretas, los asambleístas aprobaron cinco bases contrapuestas a la posición norteamericana. La oposición a la imposición creció, tanto dentro de la Asamblea como en la opinión pública, pero sin plan ni liderazgo. En el Congreso norteamericano no se presentó la Constitución cubana como estaba previsto. En ese mes, el Senado norteamericano aprobó con amplia mayoría la enmienda del senador Orville H. Platt a la Ley de Presupuestos del Ejército que contenía las exigencias que le fueron impuestas a Cuba, entre ellas la omisión de la Isla de Pinos del territorio cubano y todas las obligaciones contraídas con el gobernador militar interventor. El 1 de marzo, era aprobada la enmienda por el Congreso de los Estados Unidos; al día siguiente, la sancionaba el presidente de la Unión.

Los constitucionalistas, desorientados, intentaron varias maniobras. Todas fracasaron. La posición norteamericana era intransigente; no había nada que negociar. El gobernador militar fue más explícito: o aprueban la enmienda o no nos vamos. Al final, los asambleístas estaban divididos, unos eran partidarios de aprobarla con tal de que los norteamericanos abandonaran el país; otros, de no ceder ante la imposición externa a la nación.

El 12 de junio de 1901, se aprobó la Enmienda Platt, una enmienda a una ley del Congreso norteamericano, como apéndice a la Constitución cubana, por 11 votos en contra y 16 a favor. Esa fecha es trascendente para la historia de Cuba y no debe ser olvidada; luctuosa por la castración de una república durante un parto doloroso. Para los estudiosos de nuestra historia, significa una nueva época. Habían desaparecido las viejas y obsoletas estructuras del colonialismo; en su lugar, había surgido un nuevo tipo de dominación, la del neocolonialismo. Cuba era la primera carta de presentación del neosistema imperial norteamericano. Lenin llamó a la Guerra Hispano-Americana la primera guerra imperialista. Como lo previó Martí, nacían por Cuba las nuevas formas de dominación y la potencia que dominaría a toda Europa y se extenderían por el mundo:

“En el fiel de América están las Antillas, que serían, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara ya a negarles el poder –mero fortín de la Roma americana–, y si libres –y dignas de serlo por el orden de la libertad equitativa y trabajadora–, serían en el continente la garantía del equilibrio, de la independencia para la América española aún amenazada y la del honor para la gran república del norte, que en el desarrollo de su territorio –por desdicha, feudal ya, y repartido en secciones hostiles–, hallará más segura grandeza que en la innoble conquista de sus vecinos menores, y en la pelea inhumana que con la posesión de ellas abriría contra las potencias del orbe por el predominio del mundo (…) Un error en Cuba es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos”. [17]

Ningún otro político en el mundo apreció en sus verdaderas dimensiones el primer paso por el dominio del mundo que daba Estados Unidos en Cuba. Lo que entonces nacía, tiene hoy sus expresiones más desgarradoras:

“Es un mundo lo que estamos equilibrando: no son solo dos islas las que vamos a libertar. ¡Cuán pequeño todo, cuán pequeños los comadrazgos de aldea, y los alfilerazos de la vanidad femenil, y la nula intriga de acusar de demagogia, y de lisonja a la muchedumbre, esta obra de previsión continental ante la verdadera grandeza de asegurar con la dicha de los hombres laboriosos en la independencia de su pueblo, la amistad entre secciones adversas de un continente y evitar, con la vida libre de las Antillas prósperas, el conflicto innecesario entre un pueblo tiranizador de América y el mundo coaligado contra su ambición!”. [18]

Como consecuencia de la aprobación de la Constitución, se organizaron los partidos políticos electoralistas y se presentaron como candidatos a la presidencia de la República dos candidatos, Bartolomé Masó Márquez y Tomás Estrada Palma. Masó había sido el último presidente de la República en Armas; Estrada, el último delegado del Partido Revolucionario Cubano. Masó era un abierto opositor al apéndice Platt; Estrada un partidario del tutelaje norteamericano. Los dos eran hombres del 68. La balanza se inclinó hacia Estrada. Era conocido nacional e internacionalmente y tenía, en los papeles y en la imagen, la figura de independentista consecuente: levantado en armas en octubre del 68; presidente de la República en Armas durante la guerra del 68; preso en España hasta el fin de la guerra, se negó a regresar mientras estuviese el régimen colonial; maestro de escuela para niños cubanos en Estados Unidos; fundador con Martí del Partido Revolucionario Cubano y su dirigente tras la muerte del Apóstol. Con estas características, no fue necesario imponerlo. Se puso la esperanza en una imagen equivocada.

Pocos conocían, por entonces, el interior de su pensamiento y sus inconsecuencias. Ello fue revelando poco a poco después de su elección, sobre todo cuando provocó la intervención norteamericana en 1906. No tenía fe en el pueblo de Cuba y así lo dejó escrito. Para él, era necesario el tutelaje norteamericano. En 1902, estos aspectos de su pensamiento eran poco conocidos por la mayoría de los cubanos. Hombre honrado, ha pasado a la historia como el único presidente que no robó y el primero que, al no aceptar su derrota electoral, en 1906, y provocar la intervención no deseada ni por los norteamericanos ni por los cubanos, destruyó la imagen democrática de la República e hizo evidente el dominio norteamericano sobre Cuba.

El 20 de mayo de 1902 se iniciaba la República con una constitución secuestrada, sin soberanía; con un pueblo desprotegido, hambriento y sin acceso a los recursos necesarios, y un presidente de mentalidad dependiente. Ver arriar la bandera norteamericana y elevar la cubana constituyó una profunda alegría. ¡Al fin se fueron!, ¡al fin podemos intentar reconstruir los sueños! El nuevo escenario era novedoso y complejo, lleno de contradicciones y paradojas. Los problemas no eran ya los de una estructura obsoleta de dominación colonial; ahora se trataba del naciente y moderno, casi desconocido, ordenamiento neocolonial. De súbditos de la Corona española, los cubanos se convertían en ciudadanos de su república inacabada. Patria, nación, cultura e identidad serían los ejes, y los campos de debates y enfrentamientos de la reafirmación nacional.

La herida era profunda. Un sentimiento de indignación y de frustración recorría amplios y diversos sectores del país. La nueva etapa revolucionaria se inició con el movimiento antiplattista que se convertiría, pocos años después, en el movimiento antimperialista. El insobornable patriota Salvador Cisneros Betancourt, participante en las Asambleas Constituyentes mambisas de Guáimaro, Jimaguayú y la Yaya, promovió los clubes patrióticos antiplattistas. En las nuevas y turbias aguas nadaron y emergieron los oportunistas y los resignados, que le dieron el sello corruptor y demagogo a la república impotente. Por ello, se hicieron más profundos las ideas y sentimientos patrióticos con los instrumentos sociales e ideológicos, propios de la época. Nacieron y crecieron la cultura de la resistencia y las necesarias profundizaciones de la identidad nacional.

La república neocolonial no logró estabilizar el sistema de dominación. Levantamiento de los liberales (conocido como el partido de la chancleta), una nueva intervención, alzamiento de los independientes de color, dos sangrientas dictaduras y dos revoluciones conmovieron, periódicamente, los cimientos mismo de la república inacabada. El 1 de enero de 1959, justo cuando se cumplían 60 años de iniciada la ocupación militar norteamericana, triunfaba la revolución antimperialista. Cincuenta y siete años después, en el pueblo aún se decía, para señalar lo peor, “le cayó un 20 de mayo”.

 Notas:

1 Fernando Portuondo: Historia de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975.
2 Hortensia Pichardo: Documentos para la historia de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973.
3 Emilio Roig de Leuchsenring: Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos, Ediciones La Tertulia, La Habana,1960.
4 Eduardo Torres-Cuevas, Reinaldo Suárez Suárez: “Constitución de la Yaya (1897)”, En El libro de las constituciones. Constituciones, Estatutos y Leyes Constitucionales en Cuba entre 1812 y 1936, Imagen Contemporánea, 2018, Vol I, pp. 215-245.
La Lucha, 26 de noviembre de 1895.
6 Eugenio Lasa Ayestarán: “La Burguesía catalana hace cien años. De la conquista del mercado colonial a la pérdida del imperio”, en Trienio, noviembre de 1997, No. 30, p. 107.
7 Gustavo Placer Cervera: La explosión del Maine. El pretexto. Editora Política, La Habana, 1998.
8 Louis Pérez Jr: Ser cubano. Identidad, nacionalidad y cultura, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006, p. 141.
9 Ibidem.
10 Ibidem.
11 Máximo Gómez: Diario de campaña, vol I, Fundación Máximo Gómez, Santa Domingo, 2007, p. 479.
12 Máximo Gómez: Op. cit., pp. 485-486.
13 Ibidem.
14 Máximo Gómez: Op. cit., p. 487.
15 Hermann Hagedorn : Leonard Wood: Biographiy: 2 vol., New York, 1931, t. 2, p.255. Citado por Louis A. Pérez Jr: Op. cit, p. 221.
16 Eduardo Torres-Cuevas y Reinaldo Suarez Suarez: Op cit.
17 José Martí: Obras Completas, Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963, t. III, pp. 138-143.
18 José Martí: Obras Completas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, t. III, 142-143.

 





jueves, 27 de julio de 2023

SON POBRES, QUÉ MÁS DA DE QUIEN SON 

Ya sabemos que dan los ricos
cuando llegan al poder
pero si sos progre
¿tus pobres no cuentan?
vale el esfuerzo
dicen tus proxenetas,
un carajo
son pobres, que importa
si los hizo Macri o la Virgen María
Hace quinientos años
la misma cantaleta
nosotros acá abajo
esperando la migaja fatal
púdrete, tú y tus colores
para mi
resuelve el problema
luego tendrás esa cosa
que se llama boleta
como una sabana, que te sirve de abrigo
y ya sé, si te he visto no me acuerdo
a probar tu turno de hipocresía
bajo el Sol de tu ignominia

el nene sigue descalzo
la barriga grita sin pan-cartas

 

 

…Mis hermanos no la pasan bien
Están buscando un lugar
Una casa en donde poder vivir
Vivir real, de verdad
Un techo donde rezarle a dios y tomar algo de sol
Duele tanto un plato de comida
El hambre vive en el estómago

 





martes, 25 de julio de 2023

ERA PREFERIBLE DECLARARSE UN INOCENTE…

(La Habana, 1993)
He sido (y lo seguiré siendo) desde que llegue a Cuba de la URSS en 1988 un admirador confesado de Fito Páez, tal es así que cuando dio aquel concierto memorable en la Plaza de la Revolución en 1993 asistí a aquella velada loca y experimente tal emoción que todavía la llevo en mi memoria como algo único en la vida.

Mi hija que había nacido un año antes de aquel acontecimiento mío, cuando fue adolecente también incorporo al Fito entre su música favorita, y tal es así que tuvo la oportunidad de verlo en Miami en su concierto en el Fillmore Theater en el año 2021. Hay un video de esa noche que me envió mi hija por whatsapp que guardo como reliquia y donde ella canta junto a Fito y los presente la canción que se encuentra no solo entre mis preferidas de este maravilloso cantautor sino que se encuentra entre las cinco músicas de todos los tiempos que he escuchado que me gustaría llevarme al otro lado de este Mundo para que me acompañen en mi soledad.



Esa canción es “Al lado del camino”, de su disco “ABRE” de 1999, en ella Fito dice:

En tiempos donde nadie escucha a nadie
En tiempos donde todos contra todos
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos
Habrá que declararse incompetente
En todas las materias del mercado
Habrá que declararse un inocente
O habrá que ser abyecto y desalmado

Yo ya no pertenezco a ningún ismo
Me considero vivo y enterrado
Yo puse las canciones en tu walkman
El tiempo a mí me puso en otro lado
Tendré que hacer lo que es no debido
Tendré que hacer el bien y hacer el daño
No olvides que el perdón es lo divino
Y errar, a veces, suele ser humano

Hace unos días por estos lares la prensa "libre" acogió con “beneplácito” (no era para menos) las declaraciones de Fito sobre Cuba, que dejo a continuación:

https://cdn.jwplayer.com/previews/13wzeyE6

Fito ha sido siempre un irreverente, y como tal hay que tomarlo, su desparpajo para con la vida y su inmenso talento musical me han “copado” pero con su declaración reciente, toco dos temas que para mi imaginario intelectual son intocable, no porque he sido un conservador en la mirada hacia todo lo que me rodea o allá pasado, sino porque uno ha estudiado literalmente los acontecimientos y la atmosfera de la época donde se desarrollan los hechos históricos. Uno de los hechos que menciona Fito, es la muerte de Camilo y el otro el bloqueo genocida de los yanquis a los cubanos que lo padecen todos los días. No es la razón de este post dar un “teque” sobre estas cuestiones, en este blog encontraran material sobre mis posiciones al respecto, solo diré que el desconocimiento en amplitud de Fito sobre esos hechos, le permiten decir cualquier cosa, y desgraciadamente Fito, no se puede decir “cualquiera” de cualquier cosa.

Porque yo me pregunto cómo se sentiría Fito, si uno se pusiera a cuestionar la famosa cifra de los 30 000 desaparecidos en la Argentina, y todo lo que semejante cifra representa en una parte de la historia de los argentinos y la otra gran pregunta que pudiera poner incomodo al cantautor (creo yo) seria cuestionar el reclamo histórico de este país Argentina sobre la Islas Malvinas argumentando para ello, “que ya esta, que tanto reclamo ni reclamo cuando han pasado tantos años”. Por supuesto acá en este blog encontraran reflexiones sobre estos temas argentinos y no emborronare cuartillas ahora sobre ellos, porque ni siquiera se me ocurriría ofender haciendo semejantes preguntas al Fito, tomándolo (si es que se pudiera, nadie lo es verdaderamente) como representante del pueblo argentino.

Lo diré alto y claro las declaraciones de Fito son lastimosas para con el pueblo de Cuba y uno no esperaría de un amigo semejantes palabras.

Has hecho “lo que es no debido”, igual “el perdón es lo divino, y errar, a veces, suele ser humano”, hubiera sido mejor “declararse un inocente”, y no ser un “abyecto y desalmado”.

 



 

 

lunes, 24 de julio de 2023

Pocas veces uno tiene la posibilidad de confrontar con su pasado, uno tiene derecho a cambiar de opinión, sobre todo cuando tu experiencia vivida te dicta una conducta o una manera de pensar distinta. Siempre he tenido este pensamiento anterior taladrándome la sien, me preocupa la “coherencia” en la vida, a otro le podrá importar un bledo esa condición, pero más allá que esta bueno “el cambio” como idea, la coherencia es un concepto filosófico que me gustaría conservar, es algo que me mantiene en pie, y me hace reflexionar que “valió la pena” vivir nuestra minúscula existencia, al menos.

Lo que dejo a continuación fue una reflexión escrita en febrero de 2015, me sigue gustando coincidir con aquellas ideas…

SOCIALISMO Y CAPITALISMO, CAPITALISMO Y SOCIALISMO

No voy a dar una conclusión definitiva sobre estos conceptos porque no tengo la altura intelectual para ello, y mucho menos embarcarme en una simpleza de ladridos mecánicos para preponderar uno u otro tipo de sistema, y en tal caso, más de uno dirá “porque no te callas” entonces, sin embargo pienso, que los que miramos desde el suelo y los que sufrimos los embates de los mesiánicos que “supuestamente” la tienen clara de cómo es una cosa y la otra, tenemos derecho a reflexionar así a lo “bestia”  que pensamos de las sociedades que nos ha tocado vivir.

Hasta los 37 años viví bajo la “lupa” del Socialismo REAL en Cuba, un socialismo sui generis que ha pasado por distintas etapas, desde la más idílica y utópica, pasando por la mas centralizada y estalinista posible, llegando al inmovilismo total y finalmente a una resurrección, que todavía no sabemos cómo termina, es decir animadita la cosa, como para no perderse el show en primera fila., todo eso en apenas 55 años de historia humana, NADA en comparación con el tiempo del universo, pero bastante importante para un niño que nació el 1 de Enero de 1959, y que con buena suerte y rabia puede llegar a los 80 años. Una Sociedad en que sin dudas nos dieron participación por primera vez a los de abajo, aunque siempre “bajo la atenta mirada” de los que concibieron el proyecto de país y que con muchas falencias nos hicieron creer que “ellos” si la tenían clara para llevar la prosperidad y felicidad a los del suelo como uno. La clase dirigente en Cuba se arrogo el derecho de pensar por todos, de cultivar una ideología dogmatica en su proyección práctica, la cual por sí sola no trajo mas frijoles y arroz al pueblo, fuimos dirigidos, para no equivocarnos, el intento siempre tenía que ser avalado “por los de arriba” y los de arriba demostraron no ser Dioses del Olimpo, aunque su enfática propaganda nos demostraba a diario lo contrario.

Pero hay cosas para rescatar aun en medio de nuestras calamidades, y una de ellas podría ser, habernos colocado (“los de arriba”) en la posición de país independiente y soberano, que no es poca cosa, al ver cómo está el Mundo actual, haber llevado la cultura y acabar con el analfabetismo en un país tan pobre como Cuba. Con estas dos cosas solamente es posible que para muchos (entre los que me encuentro)  valiera la pena tener un Socialismo como el que tuvimos, y consagrar el 46 % de la vida, pasando y permitiendo muchas otras calamidades, que para muchos serán de menor cuantía.

Hace 14 años vivo bajo la “lupa” del Capitalismo REAL en Argentina, un Capitalismo sui generis que ha pasado por distintas etapas, desde la más entreguista y brutal, pasando por la mas neoliberal posible, llegando a la “populista” y corrupta, es decir animadita la cosa, como para no perderse el show en primera fila, todo esto en apenas 200 años de historia humana, NADA en comparación con el tiempo del universo, pero bastante importante para la vida de un hombre que apenas puede llegar a los 80 años. Llegue a este país cuando se avizoraba una crisis de gran tamaño, como mas tarde ocurrió en el 2001, conocí por primera vez lo que es ser desempleado, no ya ganar un sueldo que apenas te alcanzaba como en Cuba, sino simplemente no tener donde trabajar y ganarte tu sustento. Mientras tanto “los de arriba”, se disputaba el poder para controlar la tajada que se reparte en esos niveles, eso sí, “tenia libertad de expresión”, podía discutir con desenfado mi punto de vista sin consecuencias laborales y hasta mencionar no cariñosamente los progenitores de los cinco presidentes que se sucedieron en apenas unos meses. Ha sido una sociedad donde “los de arriba” nunca han tenido “la atenta mirada” a los del suelo como uno.

Pero hay cosas para rescatar aun en medio de nuestras calamidades, y una de ellas podría ser que los que hoy “están allá arriba”, se preocuparon por desarrollar la industria nacional, por acabar con el neoliberalismo más feroz, por incluir mas y mas personas a los sistema de salud y educación, por invertir en la ciencia y la tecnología. Con estas cosas, es posible que para muchos (entre los que me encuentro) valiera la pena el último gobierno de la Argentina Capitalista que próximamente va a terminar, y consagrar el 17.5 % de la vida, pasando y permitiendo muchas otras calamidades, tal vez no a mi específicamente, pero si a un numero grande de personas, que aun hoy siguen en la más extrema pobreza.

En este recorrido mío,  del 63.75% de mi vida ( si es que llego a los 80 años), he pertenecido siempre a los del suelo, y he mirado con recelo “a los de arriba”, no creo en las varitas mágicas, ni en los mesías de turno, no hemos construido todavía una sociedad en que no haya “los de arriba” que decidan todo, y no visualizo en el corto plazo, que se construya una sociedad donde “los del suelo” sean los verdaderos protagonistas de la construcción de la sociedad, El Socialismo y El Capitalismo, han dado muestra de su incompetencia total, y son una demostración más de nuestra imperfección como raza humana.

Los defensores apostólicos de alguno de los dos tipo de sistema harán una mueca con lo escrito acá, y se referirán descalificando lo dicho, como la retórica de un trasnochado en la crisis de los 50 años, no los juzgaré, cada cual tiene el derecho a pensar lo que quiere, pero solo aclaro que esto no me impide seguir luchando por la supervivencia en esta selva, a la que tiernamente le hemos llamado, Planeta Tierra.

MI PRIMERA DECLARACION SIN LA HABANA
(Junio 2011)

No muchas veces
uno declara
su incompetencia
Andar por el Mundo
con sus ideas
de hombre muerto
que pone sus manos
y su mente
para llevar simplemente
un bocado a la mesa

No cambiara nada
por hacer unos sonetos
como único dato
de desprolijidad
no solo con el español
sino con la realidad

Me llama poderosamente la atención
que la Tierra
siga como hace 50 años
los humildes
seguimos siendo humildes
y ya no hay
Revolución (al menos)
para nosotros
y por nosotros

 





viernes, 21 de julio de 2023

AGUA DEL RECUERDO
(Nicolás Guillén)

 

¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.

Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:
moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.

Caña
(febril le dije en mí mismo),
caña
temblando sobre el abismo,
¿quién te empujará?
¿Qué cortador con su mocha
te cortará?
¿Qué ingenio con su trapiche
te molerá?

El tiempo corrió después,
corrió el tiempo sin cesar,
yo para allá, para aquí,
yo para aquí, para allá,
para allá, para aquí,
para aquí, para allá…

Nada sé, nada se sabe,
ni nada sabré jamás,
nada han dicho los periódicos,
nada pude averiguar,
de aquella mulata de oro
que una vez miré al pasar,
moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.


No hay nada aquí
Sólo unos días que se aprestan a pasar
Sólo una tarde en que se puede respirar
Un diminuto instante inmenso en el vivir
Después mirar la realidad
Y nada más
Y nada más...






LA RESTITUCION DE PEDRO CASTILLO
(Por Eugenio Zaffaroni y Guido Croxatto)

El pueblo peruano ha salido masivamente a la calle. Pero en las entradas de Lima, a instancias del intendente, dueño de la concesión del Macchu Picchu, la policía pedía pasaporte, como si para el resto de los peruanos, los cholos y cholas de la sierra, entrar a Lima fuera lo mismo que entrar en otro país.

Existe la impresión generalizada de que el debido proceso no importa. La vulneración de las garantías procesales no configuran un acto menor en una democracia. Violar los derechos politicos de un maestro rural de Cajamarca no es excepcional. Violar los derechos civiles –como la libre circulación y derecho a la protesta- tampoco parece importar demasiado en Perú cuando los afectados con este recorte son pobres.

Hubo un tiempo no lejano en que en Perú se habían impuesto tribunales militares con jueces sin rostro juzgando a civiles. El arquitecto de esta barbarie fue Montesinos. Daban su condena en altavoz con la voz deformada. Los condenados no sabían muchas veces ni por qué iban presos ni quien los juzgaba. El aprendizaje procesal y jurídico no ha sido sencillo en el hermano pais. Y no ha terminado. Está aún por hacerse. 

El caso Castillo es parte de este duro aprendizaje: Castillo está preso por lo que es y representa (derecho penal de autor, antiliberal). Al pueblo bajo. Y por las medidas que tomó: no hizo ningún negocio con ningún sector de poder. Por eso fue derrocado en forma inconstitucional y espuria. No han encontrado una sola prueba en su contra. Nada. Buscan levantar el secreto de sus comunicaciones como presidente porque llegando ya a los 8 meses no han encontrado una sola prueba para incriminarlo. Nada. Lo cual habla de lo ilegal de todo el proceso en su contra y de lo ilegal de su prisión actual. Hasta han inventado noticias falsas desde la fiscalía; decretos sin firma que no existen. 

A la inversa, hay pruebas sobradas de delitos graves en la fiscalía y demás, y nadie está preso por estos delitos de falsificación de prueba, falsedad ideológica, títulos que no existen, lavado de dinero. En muchos casos hay pruebas graves, y nadie está preso. No hay una sola prueba en contra de Castillo y está en prisión sin condena hace 7 meses, en forma ilegal. Porque es pobre. Porque es de Cajamarca. Nada más. Y porque cometió el temerario acto de llevar al pueblo silenciado y negado en el interior al gobierno en el centro de Lima. Cuando los cerros bajan.

Persecución

La persecución contra líderes progresistas no es nueva. Antes se daban violentos golpes de Estado con tanques. Hoy se inventan causas para mantener procesados a los dirigentes que incomodan al poder financiero. Castillo es uno de ellos. Como Evo, Lula, Correa, Lugo, Cristina, Zelaya, Pedro Castillo, un hijo del pueblo, primer presidente rural en la historia del hermano país, no aceptó negociar con la prensa local ni con el congreso corrupto y racista que existe en aquel pais, regido aun por la constitución neoliberal de Fujimori, a la que llaman “apocrifa“. 

El Congreso peruano promueve la minería ilegal. Paradojas de nuestras democracias lastimadas: Fujimori está preso por delitos de lesa humanidad, esterilizaciones de mujeres indígenas, pero su legislación anti terrorista, que empleó para perpetrar tales crímenes atroces, se sigue aplicando todavía.

Que un presidente sea destituido sin ser escuchado, que sea apresado violando el reglamento del congreso y la constitución del pais, sin los votos necesarios, sin moción formal, sin notificación, sin derecho de defensa, debiera generar sensación de alarma en todos los defensores del constitucionalismo. Que armas de guerra apunten contra la hija menor del presidente configura una extorsión criminal. También la incomunicación actual de Castillo con su familia. Son todas violaciones graves.

Arbitrariedad

Es tal el nivel de arbitrariedad institucional, que el sistema penitenciario peruano emite normativas ad hoc, especiales, para entorpecer en forma deliberada la defensa del presidente secuestrado hace siete meses. No se le deja comunicarse tampoco con sus abogados extranjeros. Cuando su hija envió una carta a sus dos abogados argentinos (nosotros), al día siguiente, sin disimulo de ningún tipo, el INPE dictaminó medidas arbitrarias, recortando el acceso a los penales del país a los abogados "extranjeros". Debían homologar su título. 

Esta medida es arbitraria e inconstitucional. Viola un derecho básico. El derecho de Castillo a ser defendido. A elegir a sus abogados. A poder conferenciar con ellos en condiciones de seguridad y privacidad, como proclama la Convención Americana, abiertamente violada en el hermano pais. Esa medida no existía hasta que nosotros empezamos a defender a Castillo. Del mismo modo, cuando la cuñada del presidente quiere enviar una carta a sus abogados, lo cual es privado, y hace a la esencia de la defensa, también se quieren requisar y fotografiar esos materiales, vulnerando el trabajo de la defensa del presidente. 

Estas arbitrariedades están a la hora del día. Se siguen cometiendo. No hay derechos civiles ni políticos para Castillo. Es un secuestro. No una detención legal. Sino una detención arbitraria, producto de una vacancia inconstitucional. Una detención ilegal es de hecho y de derecho, un secuestro. Por los 70 asesinatos no hay nadie detenido. Parece que en Perú es más grave leer un discurso que asesinar a 70 personas. Los muertos, aunque no sean de Miraflores, importan.

Restitución

Para la democracia la alternativa es una sola: la restitución de Castillo en la presidencia, de la que fue ilegalmente privado. Y garantizarle en todo caso lo que aún no tuvo: un juicio justo. Un juicio donde su voz pueda por fin ser escuchada.

Que un juez supremo tenga que aclarar que Castillo "no está secuestrado" implica de por sí que la pregunta merece ser respondida. Y merece respuesta porque la forma en que se vacó a Castillo es inconstitucional, violando la constitución y el reglamento del congreso. Lo cual pervierte cualquier fundamento legítimo ulterior para su prisión. Es una prisión ilegal. Y una prisión ilegal, estimados jueces supremos, es un secuestro. No admite otro nombre. 

 




miércoles, 12 de julio de 2023

COLIBRÍ

Hay un colibrí
cosa diminuta que me hace levantar
pero estoy rendido hace siglos
¡Qué Siglos!
desde siempre
me hago ilusión que llegaré a los 80
degluto despacio, o trato
siete raciones de frutos secos a la semana
corro, bailo, nado
estoy en forma
lo logré
y ¿cuándo doblo la esquina?
Hay un delcarajo que sigue ahí
literalmente
bajo la lluvia
duerme con frio y no tiene que comer
pero eso sí, se tapa con una pancarta
¡SERÉ PRESIDENTE PARA USTEDES!
El delcarajo es pueblo, ¿también no?, es un número en las estadísticas
no sé si lo contaron, a decir verdad
pasan por ahí, como yo
porque el colibrí me levanto
como hace siglos
me vuelvo a ilusionar
un día mas, delcarajo, hasta la meta
no sé para qué, si estoy rendido



…en medio de la muerte en plena luz.





Acabamos de conocer la noticia de la muerte del escritor checoslovaco Milan Kundera a la edad de 94 años. Para los que vivimos en un socialismo “real” con la atenta mirada de la URSS (Cuba no estuvo exenta de este condicionamiento, a pesar de haber sido una Revolución autóctona basada únicamente en su historia de colonia primero de España y luego de Estados Unidos), el escritor Kundera fue un distinto, al menos alerto sobre la necesidad de cuestionarse un “sistema” que se daba como “único” y sin necesidad de una  superación propia, el socialismo era así y libracos de “grandes pensadores” lo anunciaban mas como religión que como referencia para batallar un camino frente al Capitalismo brutal que finalmente logro su cometido (siempre circunstancial a la vista de la historia humana). Dejo a continuación dos escritos, uno de Ernesto Estévez Rams y otro mío haciendo alusión a tamaño escritor en el día de su muerte.

EXORCIZANDO LAS LEVEDADES
(Por Ernesto Estévez Rams, en el blog de Iroel Sanchez "LA PUPILA INSOMNE")

«“Einmal ist keinmal”, repite Tomás para sí el proverbio alemán. Lo que ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre puede vivir una vida es como si no viviera en lo absoluto»

La insoportable levedad del Ser

Milan Kundera

Qué tiene la Insoportable Levedad del Ser que el lector, casi desde el mismo inicio, frente a su adictivo ambiente depresivo y contra toda lógica, sigue sumergiéndose en él hasta que es demasiado tarde. Hay algo en sus páginas que trasciende la anécdota para entregarnos la manera escondida en que algunas tormentas se incuban en Europa. En cada uno de sus personajes hay un fantasma ibseniano en un ambiente que bien pudiera ser el adecuado para un grito interminable sobre un puente.

En Europa a todo ahogo social le llega su primavera de Praga. A París le llegó vestido de chalecos amarillos. Que el dramatismo del hecho haya sido disfrazado en los medios no disminuye su potencialmente inmensa trascendencia gestadora.  Si hay gritos que cargaron en sí una esterilidad anuladora en cielo fantasmagórico, el de París, con el tiempo, conduce a decapitaciones de las que no se salvan ni reyes, ni concubinas, ni siquiera esposas.  Lo mejor es que transforman sistemas y destrozan relaciones. Algo más que una catedral se quemó este año en Francia, algo para cuya reparación no sirven todas las donaciones financieras posibles.

Un exultante Ronald Reagan le exclamó al cobarde de Gorbachov en un discurso, conclusión de un aquelarre de mediocres: “Presidente, derribe usted ese muro” a lo que siguió poco después precisamente la caída de esa muralla y la absorción de la RDA por la RFA. Como principio del fin, el efecto dominó no se detuvo hasta la caída de la URSS. La embraguiadora sensación de victoria absoluta que envolvió al capitalismo global condujo a un orgasmo intelectual como el de Fukuyama, que decretó el fin de la historia avanzando una idea que no era ni suya. Desafortunadamente para ellos, la historia tozuda demostró, no mucho después, que el orgasmo era resultado de una masturbación y no el presunto parto del siglo XXI americano.

A los conversos les sucedió además como a los franceses monárquicos, cuyas expectativas luego de la derrota de Napoleón y la restauración no fueron satisfechas ni con mucho. En palabra de William Gaunt “Quice años después de la batalla de Waterloo, la desesperación cundía entre quienes poseían suficiente inteligencia para experimentar alguna emoción. La espléndida época que supuestamente vendría después de terminada la guerra nunca se materializó”.

La misma enseñanza pudiera ser extraída de lo que ha sucedido luego de las derrotas de izquierda en Argentina y otros lugares. Los que añoraban los “buenos” tiempos de Menem, despertaron a la pesadilla de Macri, esta vez, sin embargo, no hubo ni tan siquiera un breve período en que las medidas neoliberales crearan una ilusión de avance.

Ningún salto hacia atrás ha sido feliz, no lo ha sido antes, no lo es ahora, no lo será nunca.

En Cuba están los que añoran, fundamentalmente desde Miami, pero también en el patio, una imagen idílica de la Cuba prerrevolucionaria que nunca existió.  Dibujan un mundo que se les antoja recuperable en un absurdo histórico, dialéctico y sentimental. Su expresión concreta, en estos momentos, es la ley Helms-Burton, que, como realización política y económica de ese anhelo retro, pretende devolver las propiedades a los burgueses criollos y norteamericanos expropiados por la Revolución cubana. Como si ello fuera posible. En un escenario hipotético donde tal cosa aconteciera, es claro que el aborto social sería de magnitud catastrófica. La pesadilla de ese escenario es que tiene detrás, empujándola, a la potencia militar y económica más grande del planeta. La buena noticia es que no lo permitiremos.

Solo la mediocridad cree que hay algo sublime en los retrocesos.

Pero esas nostalgias del pasado se dan en casi todos los contextos y no sólo en términos de desconstrucciones sociales. Hay revolucionarios que paradójicamente creen posible regresar a la década del ochenta, idealizada en términos económicos, políticos e ideológicos. Olvídenlo, es anti dialéctico, no ocurrirá.  Lo más preocupante de ese anhelo es que esconde la idea de que, entonces, al socialismo le iba bien. No es cierto. Lo demostró la historia. En términos económicos las fuerzas productivas enormes que habían dado el salto colosal de convertir a la URSS de un país destruido a una potencia mundial, mostraban un agotamiento resultado de concepciones políticas fallidas y una cultura predominante de la ineficiencia, en particular energética. En términos políticos, la URSS estaba anquilosada y había perdido buena parte de su filo como agente de cambio revolucionario a nivel internacional. En términos ideológicos tampoco la cosa iba bien, un pensamiento rígido había vencido la batalla ideológica interna y sobre su base se erigía una visión positivista de la historia que ocultaba el carácter retrógrado de muchas ideas, y ello ya tenía tal alcance, que algunos consideran que había perdido su capacidad de regeneración.

Kundera juega desde el mismo inicio con la idea del retorno interminable a partir de una idea de la que culpa a Nietzsche: hay determinado orgullo en lo irrepetible pero también hay determinada intrascendencia, aún en lo más heroico. Por el contrario, si la historia fuera el repetir de lo ya ocurrido, cada hecho tendría la responsabilidad que carga su propia recurrencia. Lo no recurrente, como ha sido único, lleva como encargo la levedad de no trascender. Nada de lo que hagamos es realmente importante porque no ha de ser vivido otra vez. En ese sentido, lo recurrente lleva una pesadez inalcanzable por lo otro.  Y entonces la pregunta esencial del libro la resume en ¿Qué es lo positivo, el peso o la levedad?

Es de lógica generacional que los más viejos piensen que sus tiempos fueron paradigmas de lo que debe ser. En todas las sociedades hay tensiones generacionales. Como combustible están los problemas que las generaciones anteriores no pudieron o supieron resolver y que han sido heredadas por las más jóvenes. Estas últimas sienten, colectivamente, que tienen que pagar una factura que no le corresponde. No se dan cuenta que esa factura es también de ellos, porque se contrajo en la búsqueda permanente que es la existencia humana. Quién les dijo que cada generación es independiente y ajeno a un organismo más gigante que los incluye y cuyo tiempo poco tiene que ver con la cortedad de sus presencias. Ese organismo es el que sirve los escenarios incompletos pero reales al que ellos llegan. Pero aun así, si no se les da espacio, te la dejan en la mano y se van a otros lares con la creencia de que tienen en su posesión un cheque en blanco. A pesar del engaño (los cheques en blanco no existen) tienen algo de razón en su discurso.

Contrario a la tesis de Kundera, aunque la realidad es irrepetible, Nietzsche no tenía razón y la memoria colectiva, esa tozuda incorruptible, evita que la levedad se apodere de lo que en apariencia es fugaz. La trascendencia no está en lo que se repite, sino en lo que funda nuevos tiempos.

Quien crea que en Cuba no hay tensiones generacionales tiene la cabeza metida en un cubo.  Por suerte las hay, lo contrario significaría que el cuerpo social está muerto.

El problema no es lo inherentemente subversivo que hay en todo lo joven, sino cuando las generaciones ya mayores, pretenden constreñir a las que han llegado luego, al querer forzarlas a que se parezcan a ellos. En todo esto, hay la pretensión de revivir el mito del retorno eterno. Querer que ellos sean como nosotros y que nuestras heroicidades sean sus heroicidades. Si pretendemos que nos repitan, lo harán por igual de nuestros aciertos y de nuestras cortedades. No fundarán nada cuando hay mucho que fundar. Lo verdaderamente heroico y lo dialéctico para cada generación es siempre no repetir a sus padres.

Lo siento por Tomás, los seres humanos solo vivimos una vida, pero ello no significa que no hayamos vivido. Es cierto que nos vamos, pero la memoria queda de tal manera, que volvemos a vivir con suerte variable en los que nos heredan, aún contra su voluntad, si es el caso. Lo que es cierto es que no vivimos otra vez la misma vida, no hay recurrencia eterna, todo momento siendo continuidad es ruptura. Que no lo olviden los agoreros del calco aburrido, todo su esfuerzo está irremediablemente condenado al fracaso.

Crear agentes de la repetición no gestará al actor social que la Revolución necesita. Lo que se necesita es del talento creador que surge de la irreverencia. Lo otro solo genera mediocridad disfrazada de la incondicionalidad del ovejo (Santiago Álvarez era más radical, decía que al mediocre había que fusilarlo).

Frente a la infeliz idea de que la juventud es la única enfermedad que se cura con el tiempo, vale la pena contraponer aquella máxima de Malraux: La juventud es la única religión a la que terminamos todos convirtiéndonos. Parece que, a pesar de algunos, la juventud es eterna, se renueva constantemente y, por tanto, es una enfermedad crónica y maravillosamente incurable.

No es útil indoctrinar a los jóvenes en ver el pasado, por heroico que sea, como culto, en vez de referencia. La primera visión es más religiosa que marxista, la segunda, puede llegar a ser dialéctica. Fidel dejó como última enseñanza que no le hicieran iconos de adoración. Ello no fue resultado de su mítica modestia, fue resultado de su comprensión dialéctica de la historia como suceso irrepetible.   Quienes ponen esfuerzo en circunvalar esa voluntad, como si de un capricho inconfesable se tratase, no han entendido nada.

Enseñar a pensar, he ahí nuestra ventaja discursiva. El capitalismo no puede darse ese lujo.

Todo esto ya fue dicho por el irrepetible e irreverente Alfredo Guevara. Prefiero contar hasta diez, diez veces, por oir la insolencia contestaria de igual número de jóvenes, que caerme de sueño por oir diez declamaciones iguales, en emulación entre ellas, recitando al mismo ritmo loas empalagosas y poco útiles a la Revolución o buscando quien acompaña el nombre de Fidel con más adjetivos.  El Che los llamaba guatacones. Realmente se debería emplear  el intelecto en algo más productivo para la Revolución.

Desde Céspedes hasta Fidel, la Revolución se hizo por quienes retaron el “sentido común” de los que le precedieron. Ahora que está en el poder, su ejercicio generacional debe basarse en superar la función reproductiva que el capitalismo le da a la historia pretendiéndola como un suceso aburrido de mediocridades. Frente a su empeño en idiotizar a la juventud como mecanismo de fin de la historia, debemos contraponer el de una sociedad que también es distinta al aupar a la juventud a pensar y actuar como superadora constante y dialéctica de todos los pasados incluyendo el nuestro.

Si de juventud se trata, nuestra función, en términos educativos, es impregnarle a la rebeldía del joven el contenido de insolencia cósmica que los haga continuidad de esencias, y no aldeano vil, ignorante del gigante de las siete leguas que va engullendo mundos y de las batallas que se dan en el cosmos por la existencia humana. Nuestra función es ayudarlos a hacerse revolucionarios de esa cualidad que significa hacer que la Revolución renazca distinta e igual con cada generación. Es educarlos a exorcizar la insoportable levedad del ser con el peso sublime de lo que funda.

 

MILAN KUNDERA
(Frank Delgado)

Ya yo te olvide
ya te di pisón
tu guagua se fue
 
Así que no cantes el Himno Soviético
en mi cabaret
devuelve la llave de Praga
tu sabes
ya no hay primavera
y nada de invadirme la Güinera
 
Ya nadie habla de Milan Kundera
y ese no era cualquiera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Checoslovaquia te espera
Ya nadie habla de Milan Kundera
 
Resuelve el entuerto de este puto muerto
Y ve a la oficoda
Y pide la baja que el bobo trabaja
En la noche de boda
Recoge tus ropas
Y retira tus tropas
Para la frontera
Y nada
de camiones con esteras
Como decía pantera
 
Ya nadie habla de Milan Kundera
Tu no me mandes cuatrera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Los tanques para la Güinera
Ya nadie habla de Milan Kundera
 
Déjate de feria y de lenguaje corporal
Deja de apelar a la memoria
Si tú hiciste gárgara bebiendo de mis lágrimas
Espero que te quede buena voz
 
Recoge tu hamaca
Y sal de mi barraca
De una puta vez
Y ve a la bodega
a ver si se te pega
la cuota del mes
ya yo te advertí
me caso contigo el año pasao
porque el año que viene te extrañe
como Cecilia Valdez
 
Ya nadie habla de Milan Kundera
El tipo que denostó al Socialismo
En cada una de sus novelas
Ya nadie habla de Milan Kundera
Porque muerto el perro se acabo la rabia
A ver si la tienes en ediciones brujeras
Ya nadie habla de Milan Kundera
Y de aquellos presidentes de la FEU
Que salieron cada uno
Como bola por tronera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Como tampoco hablaran de ti
El día que salgas echando por esa puerta
Ya nadie habla de Milan Kundera
No hablan de Raini ni de Frank
Ya nadie habla de Milan
Que los 10 millones Van
Ya nadie habla de Milan
Eso decía la JUCEPLAN
Ya nadie habla de Milan
Que quinquenal es el Plan
Ya nadie habla de Milan
Ni de Pello El Afrokan
Ya nadie habla de Milan
Ni de Otto ni de Hassan
Ya nadie habla de Milan
De Lazarito de Elian
Ya nadie habla de Milan
Que tremenda jodedera
de Milan Kundera
Tu no me mandes cuatrera
de Milan Kundera
Los tanques pa`la Güinera
de Milan Kundera
Abajo la Gusanera!
de Milan Kundera
Los cañones con esteras
de Milan Kundera
Con Praga y su primavera
de Milan Kundera
Checoslovaquia te espera
de Milan Kundera
Y la madre pa`cualquiera
de Milan Kundera
Guajira Guantanamera
De Milan Kundera
Y como Checo y Slovaco
Ya me voy
Ya nadie habla de Milan Kundera
No hablan de Raini ni de Frank
Ya nadie habla de Milan
Que tremenda jodedera
De Milan Kundera
Y nos fuimos
Ya nadie habla de Milan Kundera

 


1968

Tal vez porque a uno no le toco hacer Revolución, porque fue Fidel y su generación que dejando a un lado, la buena cerveza, la buena cena bajo la luna, decidieron liberar a un país, que cualquier análisis del pasado viniendo de un inteletualoide como yo, que se regocija de su suerte bajo un ron con hielo, no sea significativo mi análisis, no obstante me atrevo a escribir sobre una parte de nuestra historia, ni siquiera para mi sino para mi hija, con juventud plena, que le caerá la bola de nieve de la historia reescrita cuando sus fundadores no estén sobre la faz de la tierra.

Es increíble comprobar que Fidel y sus seguidores del Comité Central construirían el COMUNISMO al doblar del SODAINIT de Lawton. La historia y sus momentos son grandiosos y para mi releyendo algunos artículos sobre el año 1968, me da la sensación que para aquellos cuarentones con mucho huevo, el COMUNISMO como sociedad se estaba construyendo no solo en ese año en Cuba, sino a nivel Mundial

He leído algunos textos periodísticos donde intentan reescribir la historia, y se que en el futuro esa será una constante, por tanto esta bueno para las nuevas generaciones y para las no tanto como el que escribe, releer de primera mano que se dijo en un momento determinados por los protagonistas de entonces y sacar sus propias conclusiones.

En 1968 yo tenía apenas 4 años cuando las tropas del Pacto de Varsovia entraron en las calles de Praga. Por tanto mi opinión sobre tales acontecimientos está avalada por mis percepciones del Mundo cuando me toco analizarlo  y no por mis vivencias personales por obvias razones. Es muy difícil entonces valorar tales situaciones con las perspectivas del Mundo de hoy. Mucha lluvia debajo del puente. Sin embargo en este Mundo donde “…hoy resulta que es lo mismo, ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual nada es mejor…” me complace volver a las fuentes y analizar un hecho que me conmueve, no por mi situación actual sino porque me preocupa mi Patria en el futuro, y la necesidad de contar con principios sólidos que viajen en el tiempo, mas allá de nuestros fundadores de la independencia total.

Hace poco sobre un articulo que leí sobre el discurso de Fidel, conocido como “Palabras a los Intelectuales” en el blog de Iroel Sánchez “La Pupila Insomne”, escribí espontáneamente lo que me vino a la mente…”Hola, Es todo un tema el que se toca, pero la Frase “ La revolución solo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente contrarrevolucionarios…”, es tan ambigua como la mas famosa conocida, porque siempre deja a ALGUIEN la potestad de definir lo que es INCORREGIBLE, si hay ALGUIEN capaz de juzgar que es la LIBERTAD, entonces no estamos en presencia de ella…sin embargo rescato que hasta ese momento la Cultura era privilegio de pocos, y fue la Revolución la que realmente la hizo masiva, independientemente del poder económico del individuo, pocas veces se ha visto algo igual en la historia de la humanidad, por eso digo, eso es una cosa y la libertad de pensamiento y acción del individuo en su lecho cultural es otra cosa, las “distorsiones” que se dieron mas tarde y que de seguro se siguieron dando aunque no tan masivamente y se darán en el futuro de mantenerse la idea de Fidel, esta dado porque ALGUIEN tuvo y tendrá la potestad de definir el “dentro”, el “contra” y lo “incorregible”…Me gustaría repensar que si le vamos a poner limitaciones a la LIBERTAD esta solo, en el caso de Cuba por su legado histórico, debería ser…La Revolución solo debe renunciar a aquellos que entreguen su independencia como nación…sabiendo que aun así cercenamos la LIBERTAD de los entreguistas. No hay mas vuelta que darle hasta ahora la LIBERTAD de los seres humanos esta condicionada por el sistema en que vivimos, no hay mas LIBERTAD en Cuba que en Argentina o en Alemania y viceversa, tenemos que hacernos cargo que una parte de nuestra LIBERTAD como individuos la entregamos a los que ejercen el poder, sea en Cuba o en Japón. Donde solo “podemos” ser LIBRE verdaderamente es en nuestros pensamiento, lo demás lo entregamos”.

Pongo esta respuesta mía no por apología a mi ego personal, sino porque tiene que ver con que tenemos derecho a repensar nuestra historia, y a sacar conclusiones para el futuro. Sabiendo, y esto es muy importante para las futuras generaciones, que nuestros padres fundadores (Fidel y su generación histórica) nos dieron lo mas puro que es nuestra soberanía TOTAL, pero que en su quehacer revolucionario cometieron errores, dado las circunstancias históricas que le tocaron y que debemos ser claros y críticos para el futuro de la nación.

En 1968 Fidel y su generación pensaban que estábamos a las puertas de construir el COMUNISMO como sociedad suprema de la raza humana. Ese adelantamiento e idealismo histórico le propicio no pocos errores tácticos en el desarrollo de la nación cubana. Si uno estudia con detenimiento  todo lo acontecido después de la Crisis de Octubre, se da cuenta ( y es mi modesta apreciación de un humilde pelador de caña…) que la visita de Fidel de Abril de 1963 (no había nacido entonces, el que escribe) cambio la percepción de este de aquella sociedad y de sus objetivos para Cuba, La URSS de Nikita trataba de mitigar las pifias políticas que habían cometido con la SOBERANIA de una nación que apenas conocían y que trataban con sus misiles como habían tratado hasta entonces con “los países de Europa bajo su INFLUENCIA”. La nación cubana había sido herida como lo hicieron los norteamericanos con Calixto García en Santiago de Cuba y era necesario reparar tal agravio con todas las gentilezas habidas y por haber con el Líder indiscutible de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.

Fidel se entrego a aquellos agasajos de Abril de 1963, y de cierta manera él y su generación perdonaron los agravios de los resultados de la Crisis de los Misiles. Esto condiciono lo sucedido mas tarde en 1968 con la entrada de las tropas del Pacto de Varsovia en la capital de Checoslovaquia. Fidel y su Comité Central de entonces se vio en una gran disyuntiva, avalar el hecho, PERO, dejando su posición TERCER MUNDISTA, muy clara aun hoy para la situación actual del Mundo.

Hay pasajes de la comparecencia de Fidel el 23 de Agosto de 1968 por la televisión cubana, que tratando de dar una justificación salomónica al asunto de la intervención de ejércitos extranjeros en la Republica Socialista de Checoslovaquia, pone a pensar a la ciudadanía cubana sobre el CONCEPTO de SOBERANIA, cuando dice…”Nosotros aceptamos la amarga necesidad que exigió el envió de esas fuerzas a Checoslovaquia, nosotros no condenamos a los países socialistas que tomaron esa decisión…”. Fidel sabe que es una decisión política y no legal y por la primera lo justifica, sin embargo a raíz de que puedo leer el “periódico del Lunes” uno sabe como termino el partido y que aun esa decisión política fue un gran error histórico. Fidel uso también ese contexto para hacer una series de reclamaciones justas, en cuanto a la posición del campo socialista y el Pacto de Varsovia en particular, de ayudar a unos si y a otros no, recuerden que en ese momento además de Cuba, estaba Vietnam y Corea del Norte, y Vietnam estaba hostigada e intervenida por los Estados Unidos, pero lo que mas hago hincapié es en la idea que Fidel instala o trata de instalar en la sociedad cubana sobre el hecho de que se puede posponer el concepto de “soberanía” por un objetivo mas abarcador, algo que me parece no solo en ese contexto sino como idea filosófica futura de la nación cubana un gran disparate (con permiso y arrogancia de mi parte), esto esta reflejado cuando Fidel expresa en aquella comparecencia que “… solo el desarrollo de la conciencia política de nuestro pueblo puede permitir la capacidad de analizar, cuando ello se puede presentar como una necesidad y cuando ello, incluso es necesario admitirlo aun cuando viole derechos, como son el derecho de la soberanía, que en este caso, a nuestro juicio, tiene que ceder ante el interés mas importante de los derechos del movimiento revolucionario mundial y de la lucha de los pueblos contra el imperialismo que a nuestro juicio, es la cuestión fundamental…” “…y nosotros debemos aprender analizar estas realidades y cuando un interés debe ceder a otro interés para no incurrir en posiciones romaticas e idealistas que no se ajustan a estas realidades…”

Muchas veces a mis compañeros de la Argentina les comento, cuantas veces estuve en una plaza horas y horas escuchando a Fidel, o cuantas veces lo escuche por televisión. Releer a Fidel debe ser un compromiso de las nuevas generaciones no solo para encontrar los errores de la época, en que aquellos fundadores de nuestra total independencia operaron, sino porque aprenderemos quienes y que debemos ser en el futuro como nación. 
Soy un defensor a ultranza de la Soberanía y la Independencia de Cuba, me da urticaria cuando desde el poder nos pueden conducir a entregar parte de ella, sea del color que sea, ese debe ser un principio irrenunciable de Cuba como Nación y espero que las nuevas generaciones nunca lo entreguen por más necesidades económicas que tengamos.

Hay pasajes de aquella comparecencia de Fidel del 23 de agosto de 1968 que vale la pena releer, en vista de lo que fue y ha sido la Cuba del siglo XXI, cada cual tiene derecho a pensar como desee, pero vale la pena la lectura y el análisis.