ESTAMOS DE VUELTA
El Neoliberalismo ha sido la toma por "asalto" de esa burguesía
que una vez desplazo a la aristocracia y al rey, solo que ya no es
revolucionaria como entonces, mucha agua bajo el puente para ese sistema económico,
el Capitalismo, que ella ponía otrora en la palestra, de tal manera ha llovido
desde entonces que ha arrasado hasta con el puente que había tendido con su
"enterrador", el papel protagónico que antaño "cedió" a esa
clase política que la representaba, se lo ha retirado para ponerse ella misma a
proclamar leyes y estados de cosas con un egoísmo que no solo da escalofrió,
sino mucha hambre al resto.
La vuelta de la burguesía como clase al poder político (que por otra
parte siempre le perteneció en el Capitalismo) ha venido con el Neoliberalismo
con suficiente odas al aire, con su propio espectáculo. Ella difunde a viva
voz, que en ella se encarnan los valores más elevado con que se puede construir
una sociedad, y lo hace anteponiendo una historia reciente de intentos
naufragados de su oponente histórico, el proletariado estratificado, que dosis
siempre de autoritarismo ha llevado, como si la supremacía de esa burguesía ya
de siglos, no infiere un autoritarismo supremo. El tema ha sido que con su espectáculo
como "dinero que solamente se
contempla", ha ganado adeptos no solo en las clases medias de la
sociedad, sino incluso en la clase trabajadora más humilde, donde los estragos
de su regreso Neoliberal ha vuelto a pintarnos las escenas más burdas del desamparo
humano de finales de siglo XIX y principio del XX, el Cabaret proclamado por
sus medios en sus luminarias, con solo un actor principal, la burguesía
descollante con todas las riquezas en pocas manos, que se le rinde pleitesía y genuflexión
como antaño al Rey para que no estrangule a gobiernos y pueblos del Mundo si
osan enfrentárseles, provoca la conciencia del deseo en nosotros, sus esclavos
de siempre, y al mismo tiempo es nuestra propia destrucción con el elixir entre
los labios que nunca cura, salvo prometiendo a otros después de nuestra muerte,
el paraíso terrenal.
El Neoliberalismo es la encarnación privilegiada de esa Sociedad del Espectáculo
de que hablara Guy Debord, donde "la
mercancía se contempla a si misma en el Mundo que ha creado", el espectáculo
creado por la burguesía en su vuelta, va mas allá, el esfuerzo como mercancía
es un bien apreciado, se pone de ejemplo para crear el deseo, "ella ya
hizo su esfuerzo", se coloco el mameluco para acomodar las cuentas públicas
en favor de "todos", si estamos mal, la culpa ha sido ese Estado
grande, burocrático y corrupto que pone trabas a las libertades económicas de
los individuos, ha sido esa clase política que ella "dejo" para que
representara los intereses de "todos" y nada, han dilapidado el "bien
común", entonces esa burguesía en el poder ahora, repite y les hace
repetir a sus luciérnagas, "alcanzamos la riqueza, porque nos esforzamos",
"ahora te toca a ti". Su discurso es entrador, y nosotros los siervos
de siempre volvemos a comprar la mercancía con que producimos, nuestro
esfuerzo. Es todo muy perverso como es en sí mismo el espectáculo del
Neoliberalismo, preferimos la imagen a la cosa en sí, "disminuye la verdad, crece la ilusión", es que la relación
que nos hicieron establecer entre nosotros, no es sino a través de las imágenes
que nos llegan de los medios, como infirió Debord, explican una realidad
ilusoria actual y futura que ya hoy no se condice con la verdad, pero al fin y
al cabo es una imagen que aspiramos ver. El Neoliberalismo en su vuelta a las
tablas, aprendió a vender esperanza, que es uno de sus actos en el espectáculo,
"ahora la burguesía tomo las riendas, ahora si vamos a salir
adelante".
El espectáculo Neoliberal al que estamos sometido, juega con nuestras
emociones mas individuales y bárbaras, cuando descansamos de la producción
diaria, ahí viene el caballito de batalla para prometer prosperidad, entendida
desde la individualidad, la visión de ser millonario, proliferan los programas
de entretenimiento donde en la punta de la lengua tienes el millón, vienen las
vacaciones televisadas de unos pocos, que vos puedes llegar a disfrutar, la
estampa de una sociedad que no has visto, a tiro de un vuelo en avión, donde el
futuro ya se hace presente, y luego el esfuerzo, el esfuerzo pedido para que
acompañes, a esa burguesía de vuelta, que vino en nombre de "todos", a
que hagas realidad ese tu deseo, que es el de ella, ya logrado, vos puedes,
solo falta el esfuerzo.