Abdala
es la primera vacuna desarrollada y producida en Latinoamérica y que logra
obtener uso de emergencia
(Por: Lissett Izquierdo
Ferrer, Lisandra Fariñas Acosta)
El autorizo de uso de emergencia emitido hoy
por la Autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos
(Cecmed) a Abdala, convertida ahora en vacuna, es un momento importante
porque ha sido un proceso riguroso
de evaluación, donde se ha tenido en cuenta dos aspectos fundamentales: la
evaluación del expediente presentado por el CIGB y la inspección al sistema
productivo.
Así explicó este viernes en conferencia de
prensa la Máster en Ciencias Olga Lidia Jacobo Casanueva, directora del Cecmed,
quien destacó que el uso de emergencia permite la comercialización de esta vacuna en el territorio nacional, así
como su exportación a otros países.
Este paso, subrayó, posibilita también el uso
masivo de la vacuna y recordó que en Cuba se tomó la decisión de hacer una
intervención sanitaria, que se ha venido realizando en grupos y territorios de
riesgo, donde hay una alta incidencia desde el punto de vista epidemiológico de
la enfermedad.
“Pero el autorizo de emergencia significa uso masivo,
es decir, que todas las dosis de Abdala que se vayan fabricando ya se pueden
aplicar en todo el país, y también en un futuro suministrarlas a otras
naciones interesadas en recibir esta vacuna”.
La directora del Cecmed resaltó el orgullo de contar con la primera vacuna
que se fabrica en un país de Latinoamérica y que logra obtener el autorizo de
uso de emergencia. “En la región de las Américas se están aplicando
otras vacunas, pero han sido importadas y el uso de emergencia autorizado por
otras agencias reguladoras”.
Sobre el autorizo de uso de emergencia,
Jacobo Casanueva explicó que es un proceso riguroso de evaluación, que incluye
la revisión del expediente de solicitud, con una serie de requisitos y aspectos
de calidad que deben cumplimentarse, como las informaciones preclínicas (con la
data clínica de todos los estudios clínicos realizados).
Toda esa información, agregó, se evalúa por
un grupo de especialistas del Cecmed, “un trabajo de mucho esfuerzo y
sacrificio, sobre todo porque son procesos de evaluación rápidos, que se hacen
de manera acelerada, sin perder un minuto, aprovechando el tiempo al máximo”.
El CIBG presentó su solicitud el 23 de junio
y 17 días después el Cecmed dio la luz verde. “Hemos observado que otras agencias
reguladoras como FDA (Estados Unidos) se han demorado, como promedio, 21 días
en autorizar los usos de emergencia”.
La directora del Cecmed reiteró que este es
un proceso donde no se puede violar ningún paso, por eso “cuando
decimos hoy que estamos aprobando a Abdala como vacuna, es porque hay una serie
de aspectos que han sido cumplimentados”.
No obstante, reconoció que en condiciones de
emergencia siempre hay cierta flexibilidad, no solo en Cuba sino en el resto
del mundo. “Los procesos de investigación, producción y aprobación de vacunas
pueden llegar a demorar hasta 10 años. Pero en condición de pandemia las
compañías se han tenido que movilizar y hacer estos procesos más acelerados,
mientras que las agencias reguladoras han aplicado procedimientos más
flexibles: recibir paquetes de información, hacer procesos ágiles de revisión,
pero todo eso sin violar los pasos establecidos y cumpliendo los requisitos
nacionales, acorde a las regulaciones internacionales”.
El Cecmed verificó que el 92.28% de
eficacia de Abdala es real
Sobre la profundidad de la evaluación y
la dedicación empelada para el autorizo de Abdala, el experto en
evaluación clínica del Cecmed, doctor Jorge de Jesús Menéndez, comentó que los
especialistas tuvieron que evaluar decenas de experimentos, no solo sus
resultados, sino la forma en que se obtuvieron, los datos que dieron su origen
y otro montón de particularidades, “que no se dejaron de tener en cuenta pese a
la velocidad con que se trabajó”.
Normalmente, dijo, ha existido un buen
vínculo con la industria y un acceso rápido a la información, pero con tiempos
más sosegados, lo cual ha sido imposible en los momentos actuales. Por ejemplo,
hay un tiempo estándar de tres meses para dar una respuesta, y ahora ha sido
“el mínimo e indispensable”, puntualizó.
Igualmente, prosiguió, se ha sustituido el papeleo clásico por los
encuentros cara a cara, lo cual viabiliza la evaluación,
siempre dejando la huella, la documentación de lo que se hace. “Es un proceso
que va acumulando evidencias”.
En el caso de Abdala —como en los otros
candidatos vacunales cubanos—, las cifras de estimado de eficacia presentadas
en el informe parcial fase III son un punto más de una secuencia de evidencias,
que contemplan la etapa preclínica, las inspecciones a las plantas y a los
ensayos, lo cual garantiza que se
tenga confianza sobre la calidad, seguridad y eficacia del producto.
Calificó de acertada la decisión del país de
desarrollar la intervención sanitaria sin esperar por el “número” de eficacia,
“porque había suficiente evidencia de que el producto no causaría daño”,
además, “se sabe que el freno de la epidemia depende de la vacunación de un
grupo importante de población”.
El experto puntualizó que el fabricante de
Abdala le garantizó al Cecmed el acceso pleno a la información primaria, es
decir, a la historia clínica del voluntario, así como a las bases de datos
utilizados para calcular la eficacia, los cuales fueron recalculados, verificándose que el número (92.28%) era
real, porque se correspondía con la información primaria y con un método
estadístico adecuado para ese tipo de cálculo.
El experto apuntó que aun cuando el cálculo
inicial de la eficacia de Abdala fue realizado por un grupo de especialistas
ajeno al staff del fabricante, el Cecmed no se conformó y realizó sus
verificaciones.
El Cecmed verificó que el 92.28% de
eficacia de Abdala es real. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Otro paso que constata el rigor científico
con que se evaluó a Abdala fue la verificación del cumplimiento de las buenas prácticas clínicas.
“Una vez evaluado por el Cecmed el
documento que registra el proceder del ensayo clínico, sus características y
consideraciones éticas y estadísticas, el equipo de inspección se dirigió al
sitio clínico seleccionado para el desarrollo de ese ensayo, con el objetivo de
verificar el cumplimiento de las buenas prácticas clínicas”, explicó Diadelis
Ramírez Figueredo, investigadora titular del departamento de Registros del
Cecmed.
En este lugar, abundó, se evaluó la
competencia del personal —que debe estar calificado y entrenado en buenas
prácticas clínicas— y se verificó cómo se realizó la evaluación del sujeto,
además del comité de ética y de monitoreo de datos, y los laboratorios clínicos
donde se hicieron las determinaciones.
“Con todos estos resultados emitimos un
resultado de cumplimiento de buenas prácticas clínicas y dejamos
recomendaciones, que en el caso de Abdala se ofrecieron desde el inicio con las
inspecciones en todas sus fases (I, II y III). Todo esto son elementos a favor
del cumplimiento de buenas prácticas”.
Ramírez Figueredo agregó que también fue
inspeccionado el proceso de intervención en grupos y territorios de riesgo, en
particular en La Habana, Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma. Por otra parte,
la intervención sanitaria se evaluó en siete municipios de la capital.
La experta dijo que una de las
recomendaciones dejadas fue la homogenización de la documentación y resaltó la responsabilidad del farmacéutico con la
conservación, manejo y entrega en tiempo de la vacuna.
No hacemos nada vacunando a la
población adulta si no protegemos a los niños
Liset Báez Cubas, especialista en evaluación
clínica, argumentó que el autorizo
de uso de emergencia garantiza el empleo de Abdala en mayores de 19 años,
excluyéndose los niños, y recordó que teniendo en cuenta el
comportamiento actual de la pandemia con un salto exponencial de los contagios,
se ha autorizado el ensayo clínico en niños y adolescentes de 3 a 18
años de edad.
“Aunque hemos evaluado con celeridad este
proceso de vacunación, que tiene características especiales, no ha faltado el
rigor científico, siguiendo las pautas nacionales e internacionales”, aseguró.
La directora del Cecmed, Olga Lidia Jacobo
Casanueva, destacó la importancia de proteger a los niños, porque se sabe que,
aunque los adultos se vacunen, pueden contagiarse y transmitir el virus. “No
hacemos nada vacunando a la población adulta si no protegemos a los niños”,
acotó.
“Por eso es tan necesario avanzar
también en los ensayos clínicos pediátricos, siendo el próximo paso en el que
el Cecmed estará poniendo su máximo esfuerzo”.
La vacuna demostró un elevado perfil
de seguridad
Con respecto a los estudios preclínicos
realizados para respaldar el autorizo del uso de emergencia, la Doctora en
Ciencias Beatriz Heredia Caballero se refirió a la estrategia de evaluación experimental en animales roedores como no
roedores, que también debe cumplimentar requisitos regulatorios
estándares del país y a nivel internacional.
La especialista en evaluación preclínica
especificó que estos estudios deben cumplir con requisitos de diseños
experimentales, dígase cantidad de animales y su cuidado durante la
investigación, así como que no se introduzcan errores que puedan alterar los
resultados de eficacia y de seguridad, estudios farmacológicos para determinar
la inmunogenicidad y la respuesta inmune en estas especies, a corto y largo
plazos.
En el caso de
Abdala, en este paso se incluyó una amplia batería de estudios de toxicidad, que han
evaluado la seguridad de las dosis de esta vacuna. “Se ha demostrado
experimentalmente que no inducen reacciones adversas sistémicas al organismo ni
a órganos vitales. Se han realizado estudios muy detallados en el CIGB, que
posee un gremio de científicos con una amplia experiencia en la investigación
preclínica”.
Heredia Caballero señaló que los datos
están avalados por la robustez de la veracidad de los resultados y la calidad
de las respuestas obtenidas en los animales.
Hizo referencia a que la investigación
preclínica es una exquisitez dentro de la investigación de cualquier producto,
porque producir animales de laboratorio requiere una inversión económica
importante, no solo para el mantenimiento de las especies, sino para la
obtención de su calidad genética que demuestren resultados veraces, robustos y
verificables por la autoridad reguladora.
La especialista resumió que Abdala demostró un buen perfil de seguridad, tanto
para el sitio de inoculación, como para toda la actividad fisiológica del sistema
orgánico en general, lo cual se verificó con un fuerte rigor, porque cada
especie tiene sus requisitos y comportamientos diferentes.
Este proceso permite demostrar que el
candidato vacunal es efectivo para la aplicación en humanos, así como conocer la
cantidad de dosis a utilizar y los eventos adversos que se pueden manifestar.
El experto en evaluación clínica del Cecmed,
Jorge de Jesús Menéndez, detalló que los eventos adversos se recogieron de
dos maneras, mediante los ensayos clínicos con una captura activa, cuando se
les pregunta a los participantes voluntarios si han tenido alguna molestia o
síntoma que pueda estar asociado con la vacuna. “Ese evento se recoge y se
puede convertir en reacción adversa, en dependencia de que puede estar asociado
o no casualmente al inmunógeno”, explicó.
Cuando se vacunan miles de personas
pueden sucederse muchos eventos, pero no tienen necesariamente que estar
relacionados con el producto. “Aparecen infartos del miocardio, crisis
hipertensivas, fracturas, eventos que iban a suceder con o sin la intervención
de la vacuna porque están asociados a la incidencia de estas enfermedades”.
Obviamente, continuó, cuando se logra asociar
mediante una investigación este evento con el producto, ya se convierte en una
reacción adversa. “Después que está el producto aplicándose de manera masiva,
hay un sistema del Minsap que se activa para continuar recogiendo los eventos
adversos. Cualquier molestia que la persona se sienta la informa a su médico de
familia y éste lo reporta. Además de ello los productores se comprometen a
hacer un manejo del riesgo, es decir, dar un seguimiento a ese producto en el tiempo, una vez que está
comercializándose”.
El experto reiteró que durante el desarrollo
de los ensayos clínicos las autoridades regulatorias siguieron minuciosamente
la ocurrencia de eventos adversos y la vacuna demostró un elevado perfil de seguridad.
Explicó que aún después de darse el autorizo
de uso de emergencia el Minsap mantiene activo un sistema para la recogida de
cualquier evento que pudiese ocurrir, pues este es un proceso que nunca
termina. “En la medida que se aplica el producto a más personas pueden aparecer
datos relevantes y siempre se tienen en cuenta”.
Para otorgar el uso de emergencia se
evalúa mucho más que la eficacia
La subdirectora del Cecmed, Danay Mora
Pascual, dijo que como parte del proceso de autorizo de uso de emergencia se evalúan no solo los datos de
eficacia, sino un expediente que está conformado por varios módulos que hablan
de la calidad del sistema productivo de vacunas, la experimentación animal
—avala que comienza los estudios clínicos en humanos—, además de un módulo
sobre los resultados de eficacia a partir de los ensayos en humanos
y que son parte del autorizo de emergencia otorgado en el día de hoy.
También se contempla un plan de manejo
de riesgo que significa el seguimiento a la vacuna, “pues este proceso no
termina con el autorizo de uso de emergencia, sino que se tiene que
monitorear y vigilar, pues un producto termina su regulador con un registro y
aún así se mantiene sobre el mismo la vigilancia al ampliar la población a la
cual va a ser suministrado ”, destacó.
Sobre la verificación de la calidad de los
procesos productivos, la especialista dijo que toda esta celeridad ha sido
posible gracias a la utilización de plataformas tecnológicas conocidas. En el
caso de Abdala, usa la plataforma del proceso de producción en pichia pastori,
un proceso igual al empleado por la vacuna contra la hepatitis B que está
precalificada por la OMS, cuyo registro data de 1990.
“Desde entonces hemos venido controlando su
producción por el CIGB, pues como sistema regulador nos corresponde supervisar
”, dijo.
“Como parte del control de la calidad
no es solo verificar que la información esté correcta y que la vacuna tiene
indicadores que hablan de su seguridad, sino que estos se verifican in situ,
mediante las inspecciones de buenas prácticas de fabricación. Para estas
inspecciones que ya se han realizado durante el curso de los ensayos clínicos,
en específico durante la fase III, hay un grupo de normativas que se siguen, que
rigen tanto el componente farmacéutico activo, que es biológico, como el
proceso de formulación, llenado y envase que son más típicos de cualquier
vacuna ”, sostuvo.
De acuerdo con Mora Pascual, en este proceso
de verificación que tuvo lugar del 28 al 2 de julio participaron dos equipos de
inspección. Uno se dirigió al CIGB y el otro a los laboratorios AICA, este
último a cargo de la formulación y el llenado del producto. “Durante dichas
inspecciones se verifican desde las instalaciones donde se hacen los productos
hasta los controles críticos de los procesos, las especificaciones de
seguridad, entre otros elementos ”.
Insistió en que los productos biológicos por
sus características se verifican anualmente. “Los certificados de buenas
prácticas de estos productos son también un elemento que se considera para la
aprobación de productos biológicos que tienen una variabilidad
intrínseca. Son pasos que, unido
con la revisión de un dossier con los datos sobre el producto, permiten
corroborar la calidad y los elementos de seguridad demostrada ”.
En la región, amplió, estos certificados
pueden reconocerse por varias autoridades reguladoras y ello viabiliza el
proceso de autorizo por otras agencias reguladoras para un producto.
Ya se han administrado en el país más
de 6 millones de dosis de Abdala
Abdala ha transitado en su camino regulatorio
por todas las fases establecidas por el Cecmed, afirmó la Máster en Ciencias
Olga Lidia Jacobo Casanueva, directora de la agencia reguladora cubana.
La decisión que hoy tomamos está sustentada
en los datos de eficacia de esta
vacuna, de la cual ya se han administrado en el país más de 6 millones de
dosis.
“Podemos asegurar que se trata de una vacuna
sólida, robusta, consistente en sus procesos de producción, factores que nos
permiten decir que está lista”, aseguró la experta.
(en
CUBADEBATE)