EN LA
INDUSTRIA NO SE SALVÓ CASI NADIE
(Por Javier
Lewkowicz, PAGINA12)
Todos los actores económicos que se dedican a
la producción de bienes sufrieron un retroceso a lo largo del gobierno de
Mauricio Macri. Con la única excepción de los tubos de acero con destino a Vaca
Muerta, 23 sectores industriales acumulan desde 2016 fuertes retrocesos en su
valor agregado, según las cifras oficiales. En el tope de los que perdieron
está el rubro de maquinaria de oficina, con una baja acumulada del 45 por
ciento, seguido por equipos de transporte y del bloque textil. El deterioro se
refleja a las claras en la destrucción de 123 mil puestos de trabajo
industriales registrados. En apenas tres años, la política económica de
Cambiemos destruyó uno de cada 10 empleos de la manufactura de todo el país. Se
espera que la tendencia recesiva no cambie a lo largo del 2019.
Según un relevamiento del equipo de
economistas de la Fundación Protejer, liderado por Ariel Schale, de los 24
sectores en los que el Indec subdivide a la actividad industrial, 23 acumulan
caídas en su valor agregado industrial frente a 2015. El valor agregado
equivale al PBI industrial y se compone de la producción medida en cantidades
descontados los insumos utilizados. Es un cálculo de la evolución de la riqueza
industrial.
Un pronosticador totalmente certero le podría
haber dicho a finales de 2015 a los empresarios industriales y a los
trabajadores manufactureros que al cabo de tres años bajo la administración de
Macri cada uno de ellos tendría un 95,8 por ciento de posibilidades de estar
peor (salvo el empresario que invirtió en la bicicleta financiera y justo a
tiempo cambió su patrimonio a dólares). El que apostó a la producción, perdió.
La única excepción es metales comunes, que
muestra una mejora acumulada del 10,1 por ciento gracias a la venta de tubos.
Según la Cámara del Acero, la producción de laminados terminados en caliente no
planos, que incluye los tubos sin costura que fabrica Techint para la
producción petrolera, fue de 2 millones de millones de toneladas en 2015 y 2,5
millones en 2018 (una suba del 25 por ciento). Si se incluyen los laminados
planos (que bajaron por la crisis de la industria automotriz y línea blanca),
la mejora se reduce al 4 por ciento. En hierro primario, hay una caída del 5,4
por ciento y en acero crudo, un alza del 2,7 por ciento. Es el único sector con
un tinte positivo en términos de producción pero la rebaja de subsidios para la
explotación gasífera en Vaca Muerta abrió un fuerte enfrentamiento con Techint
y establece un horizonte incierto para este año.
En la otra punta, el sector más desfavorecido
es maquinaria de oficina, que a raíz de la desaparición de la producción
nacional de notebooks y tablets acumula desde 2015 una caída del 45 por ciento.
Le siguen el sector de equipos de transporte, con una merma del 29,1 por
ciento, que incluye la fabricación de embarcaciones, aeronaves, bicicletas y
motocicletas. El tercer rubro más perjudicado es indumentaria (-27,4), seguido
de textil (-25,3) y cuero y calzado (-20,4 por ciento). El sector textil
acumula una destrucción de 18 mil puestos de trabajo formales y se estima que
otros 20 mil informales, mientras que en el gremio de calzado calculan la merma
de empleo en 9 mil puestos y en marroquinería, de 3500 puestos.
Completan el grupo de sectores que cayó dos
dígitos el tabaco (-19,9 por ciento), caucho y plástico (-19,3), otra
maquinaria eléctrica (-19,1), muebles y otras industrias (-18,5) e instrumentos
médicos (-17 por ciento). Un rubro industrial muy fuerte como maquinarias y
equipos acumula en tres años una caída del 7,4 por ciento, mientras que la
actividad química, una merma del 6,8 por ciento. En la fabricación de papel, la
baja es del 5,5 y en vehículos, del 5,2 por ciento. En tanto, la producción de
vehículos tiene una merma del 5,2; alimentos, 4,9 y madera, 4,4 por ciento.