LIBRERÍA "CLÁSICA Y
MODERNA". El nuevo "culturicidio" del macrismo
(Por Atilio Boron en su blog)
Un publicista oficial del macrismo, Santiago
Kovladoff, ha declarado al diario La Nación que “dejarla morir (a Clásica y
Moderna, la hermosa y tradicional librería de la Avenida Callao) es renunciar a
que Buenos Aires se reconozca a sí misma”. Corrijo: no es que se la deja morir,
la está matando la política económica y cultural del gobierno de Mauricio
Macri, que ha obligado a miles de pequeñas y medianas empresas a cerrar sus
puertas. Un gobierno saqueador de su pueblo y enemigo jurado de la cultura, la
ciencia y la educación. Lo de Clásica y Moderna es simplemente un episodio más
de un gobierno que se ha convertido en un asesino serial de la cultura y la
ciencia. Lo demuestra lo actuado con el CONICET, con el INTI, con la Biblioteca
Nacional, con el Ballet Nacional, con la asfixia financiera de las
universidades, con la suspensión de proyectos de alta tecnología como el ARSAT,
Atucha III y tantos otros.
Hágase cargo, señor Kovladoff, que el
gobierno que usted y sus colegas supuestamente “bienpensantes”, republicanos y
democráticos defienden con tanto ardor es el culpable de este nuevo crimen
cultural. Más pronto que tarde deberán rendir cuentas ante la sociedad por su
complicidad ante el “culturicidio” del macrismo.
Dejar morir Clásica y Moderna es
renunciar a nosotros mismos
(Santiago
Kovadloff, en LA NACION
Clásica y Moderna, más allá de ser un espacio
emblemático de la cultura argentina y del encuentro entre argentinos, es
fundamentalmente un lugar reconocido por el gobierno porteño como casa de la
cultura, representativa de la ciudad. Por lo tanto, dejarla morir por las
razones que fueren es, de alguna manera, renunciar a que Buenos Aires se
reconozca a sí misma. Es indispensable que el Gobierno de la Ciudad no lo
permita si quiere ser representativo de la cultura argentina. Juventus Lyrica
se encuentra en una situación similar y le han negado su apoyo.
No se trata de que quienes son responsables
de pagar el alquiler que se debe no lo hagan. Se trata de que esa casa se
encuentra en una situación crítica por los problemas familiares que está
atravesando y requiere un acto de confianza y de fe por parte de las
autoridades culturales de nuestra ciudad para que se le de tiempo a sus
propietarios de reasumir las responsabilidades que le caben.
Dejarla morir es renunciar a nosotros mismos.
Esa casa nació en los años 30 como expresión de una conciliación esencial entre
lo clásico y lo moderno, entre la tradición y la vanguardia. El padre de Natu
Poblet, que falleció en 2017, la había creado con la idea de sostener ese
espíritu de conciliación entre el pasado y el presente a través de un símbolo
primordial: el libro.
Aún hoy ese espíritu de encuentro está vivo
allí porque así como figuras muy representativas del mundo de la música y de la
literatura se dan cita en esa casa, también sus puertas están abiertas a los
jóvenes que pueden no solo frecuentarla como lectores sino también como
artistas.
Ese espíritu de convergencia entre el pasado
y el presente hace de Clásica y Moderna una casa singular en un momento como el
que estamos viviendo, cuando el desdén por el pasado está muy acentuado, sin
que se advierta que al perder vínculo con la tradición ahogamos el presente en
una imagen de pura instantaneidad.