El
mismo día que se conocía la situación de pobreza en la Argentina, se organizaba
la cena anual para recaudar fondos para la Fundación Margarita Barrientos, mujer
que desde los horribles años 90 neoliberales, más exactamente desde 1996, se
mudo con nueve hijos propios y tres adoptados al barrio "Los
Piletones", en el Sur de Buenos Aires y decidió ayudar con su esfuerzo
personal inicialmente a establecer un comedor comunitario para brindar ayuda a
los vecinos de entonces, mas tarde su tarea fue apoyada por otras
organizaciones sociales, inclusive grandes marcas de supermercado, Mauricio
Macri desde su cargo como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encontró
en Margarita la posibilidad de acercarse al Mundo de la Pobreza y creó con ella
lazos fraternos de mutua conveniencia que perduran hasta hoy. Lo significativo
de todo esto no es empañar la labor que realiza Margarita Barrientos, sino su utilización
por parte de la burguesía rica local, que dándose cita a estas cenas benéficas,
crean pobres por la mañana y a la noche le dejan caer alguna migaja de la mesa.
SI VES
AL FUTURO DILE QUE NO VENGA
(Por Javier Lewkowicz, publicado en PAGINA12)
El 27,3 por ciento de la población se
encontró en el primer semestre en situación de pobreza por ingresos, lo cual
representa una suba de 1,6 punto porcentual frente a los segundos seis meses de
2017, indicó ayer el Indec. La indigencia se ubicó en el 4,9 por ciento, 0,1
punto por encima del semestre anterior. El deterioro no se verifica en la
comparación anual, en donde las cifras oficiales muestran una mejora de las
condiciones sociales difícil de explicar, que sólo podría encontrar asidero en
el hecho de que el derrape económico empezó en los segundos tres meses del
período en cuestión (abril, mayo y junio). La aceleración inflacionaria en
julio, agosto y los meses que siguen, junto al ajuste fiscal y la aplicación de
una política monetaria ultra-ortodoxa por el segundo acuerdo con el FMI,
ofrecen dudas en materia de estabilidad cambiaria pero certezas en las
condiciones de vida: la pobreza va a seguir aumentando.
La mejora interanual de las condiciones
sociales es muy llamativa porque al mismo tiempo el propio Indec midió una suba
del desempleo en el segundo trimestre, al pasar de 8,7 por ciento en 2017 al
9,6 en 2018. Al mismo tiempo, los ingresos de los trabajadores no registrados,
que componen un tercio de los empleados y pueden considerarse como un universo
similar al de los pobres, crecieron apenas 21,6 por ciento en junio frente al
mismo mes del año pasado, según el Indec. En el mismo período, el organismo
calculó una suba de la canasta básica del 36,9 por ciento. Pese a ello, la
pobreza bajó de 28,6 por ciento en el primer semestre de 2017 a 27,3 en igual
período de este año, en tanto que la indigencia pasó de 6,2 a 4,9 por ciento.
El 41 por ciento de las personas de 14 años o
menos se encontró en situación de pobreza en el primer semestre, seguido por el
32,9 por ciento entre quienes tienen de 15 a 29 años. En los partidos del Gran
Buenos Aires, la pobreza alcanzó al 31,9 por ciento de la población, desde el
29,5 por ciento que registraba a finales de 2017. En el Conurbano se encuentran
más de la mitad de las personas pobres que viven en los 31 aglomerados urbanos
que releva el Indec. La ciudad con mayor nivel de pobreza es Santiago del
Estero-La Banda, con el 44,7 por ciento, seguido de Corrientes (36,8). Por el
contrario, los niveles más bajos se verificaron en Ushuaia-Río Grande, con el
10,4 por ciento de las personas, y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con
el 11,2 por ciento.
En su breve mensaje de ayer, el presidente
Mauricio Macri hizo referencia al aumento de la pobreza. “Cuando asumimos
tuvimos momentos de avance, pero a raíz de esta tormenta los resultados van a
tardar más. Nuestro único objetivo es que cada vez más argentinos puedan salir
de la pobreza y vivir mejor”, afirmó. Enumeró que “realizamos un pago
extraordinario para beneficiarios de la AUH y aumentamos los montos de
programas sociales”. El incremento en los planes a cargo del Ministerio de
Desarrollo Social siguen por debajo de la inflación de este año, con lo cual
esos programas perderán poder adquisitivo. Los titulares de la AUH recibieron una
suma fija de 1200 pesos por hijo en septiembre y obtendrán 1500 pesos
adicionales en diciembre. Macri también mencionó la ampliación de Precios
Cuidados, el programa de ferias en los barrios y los créditos de la Anses para
jubilados (con tasas del 40 al 44 por ciento).
Más allá de la preocupación de Macri y de las
aspirinetas que da el Gobierno, el programa económico de Cambiemos-FMI es el
principal motor de crecimiento de la pobreza. En primer lugar, el reforzado
ajuste fiscal se monta sobre la continuidad en la quita de subsidios a la
electricidad, gas y agua y el transporte público, lo cual impacta con mayor
fuerza en el bolsillo de los sectores de menores ingresos. Según el Indec, los
gastos de servicios públicos vinculados al hogar subieron en el último año un
52,8 por ciento y el transporte, un 45 por ciento. Por otro lado, la brutal
devaluación del peso tiene principal impacto sobre los alimentos, que subieron
3,3 por ciento en mayo, 5,2 en junio, 4 en julio y otro 4 por ciento en agosto.
En tercer lugar, el gobierno expulsa mano de obra estatal y también de la obra
pública, en el marco del recorte de gastos.
En los 31 aglomerados urbanos en donde el
Indec releva la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) se detectaron 7,6 millones
de pobres. Si ese cálculo se extrapola a la población total, se supone que en
el país hay más de 11 millones de pobres, unos 750 mil más que a fines de 2017.
Ese número “va a crecer en los próximos meses”, según admitió el propio Macri,
quien además reiteró que en el segundo trimestre de 2016, según la por entonces
nueva metodología del Indec, la pobreza era del 32,2 por ciento, “que encima
estaba disfrazada por la inflación contenida, un Estado que despilfarraba
recursos y una política tarifaria insostenible”, se quejó, pese a que esas
medidas evitaban una mayor pobreza.
El 27,3 por ciento de las personas en
condición de pobreza equivalen al 19,6 por ciento de los hogares, que en
promedio cuentan con 4,3 miembros y tienen un ingreso total familiar de 12.397
pesos. Esas familias están 7038 pesos mensuales por debajo del ingreso de casi
20 mil pesos necesario para acceder a los bienes y servicios que componen la
canasta básica, aunque el dato excluye el pago del alquiler. Según la entidad
Inquilinos Agrupados, el impacto del alquiler en relación a los ingresos es del
44,6 por ciento. En tanto, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos
Aires calculó que el peso del alquiler sobre los ingresos alcanzó un máximo
histórico del 50 por ciento. Es decir que si la familia en cuestión es
inquilina, va a requerir unos 40 mil pesos para acceder al pago del alquiler y
a canasta que le permita no caer en la pobreza.