UN
INFORME REVELO EL ALCANCE DE LA CRISIS EN LAS GRANDES EMPRESAS ARGENTINAS
(INFOBAE)
La coyuntura macro actual no sólo está
afectando a las pequeñas y medianas empresas. El impacto de la recesión y
el estrés financiero lo están sufriendo todas las compañías, incluso las más
grandes, líderes del mercado. Igual que las pymes, ya manifiestan
problemas con el empleo, con sus planes de inversión y con el financiamiento. Y
muchas cerraron sus balances en rojo.
De acuerdo con un estudio realizado por el
Centro de Economía Política Argentina (CEPA), al que Infobae accedió en
exclusiva, de las 63 empresas líderes, 21% presentaron problemáticas
relacionadas con el sostenimiento del empleo entre 2018 y 2019 (13
empresas), en tanto que el 15% (9 firmas) mostraron dificultades
financieras y el 16% (10 de las 63 compañías) reestructuraron planes
de producción o cancelaron inversiones.
CEPA relevó que entre 2016 y 2018 hubo 246
casos de empresas que entraron en procesos preventivos de crisis y 805 casos de
concurso de acreedores y 2.177 quiebras en CABA y provincia de Buenos Aires
Si se analizan los rubros afectados, se
destaca que las empresas dedicadas al consumo fueron las más afectadas durante
ese período (Arcor o Molinos Cañuelas, por ejemplo), aunque también
sufrieron las energéticas "en un contexto de caída de consumo, altas
tasas, inflación elevada e inestabilidad cambiaria, aún con tarifas dolarizadas
e inviables para el desarrollo de la economía real".
Por otro lado, también hay casos de
compañías -sostiene CEPA- que desde la lógica del negocio lograron
readecuarse al nuevo escenario, como por ejemplo Corven, que impulsó la
importación; Carrefour, que redujo el número de sucursales, o Techint, que
enfocó su plan de inversiones en los Estados Unidos. Pero "desde el punto
de vista sistémico esto tiene un impacto negativo sobre los niveles de empleo y
el equilibrio externo de la economía", precisó el documento.
Molino Cañuelas, otra de las empresas en
crisis: deuda grande y pedido de quiebra
"Cuando los procesos preventivos,
concursos y quiebras aumentan significativamente, como en la actualidad, se
debe a que las condiciones macroeconómicas hacen inviable que se sostenga la
actividad por causas que son ajenas a las empresas", dice CEPA, que además
relevó que entre 2016 y 2018 hubo 246 casos de empresas que entraron en
procesos preventivos de crisis, 805 casos de concurso de acreedores en
Capital Federal y provincia de Buenos Aires, y 2.177 casos de quiebras también
en CABA y territorio bonaerense.
Cuando las empresas llegan a situaciones como
ésas, se produce tanto la ruptura en la cadena de pagos como la destrucción de
puestos laborales. Luego, aparece el efecto cascada sobre los proveedores, que
pueden verse afectados también al punto de echar trabajadores y cerrar.
Sobre los despidos, del análisis de las 63
empresas líderes que realizó la institución, sobre 44.780 empleados se
produjeron 7.300 desvinculaciones (16,3%). Además, entre enero de 2016 y
febrero de este año se registraron cheques rechazados por $893 millones y
deudas impagas con el sistema bancario local por $8.600 millones.
De los rubros afectados, el informe
destaca el textil como uno de los más castigados por la caída del
poder de compra de los salarios, la apertura comercial y los costos de
financiamiento local; algunas empresas del transporte como Ersa
Urbano (dueña de Avis y Expreso Singer), que en febrero entró en convocatoria
de acreedores producto de que la suba de costos, el atraso tarifario y la
devaluación le provocaron una crisis financiera; o Sol Líneas Aéreas, que cerró
sus puertas en 2016.
En cuanto al rubro de la alimentación,
el informe sostiene que el año pasado las firmas más relevantes del sector
entraron en crisis (Molinos Cañuelas) o presentaron pérdidas importantes
(Arcor, Molinos Río de la Plata, Mastellone). "El sector ostentó el uso de
la capacidad instalada más bajo desde el 2001", remarcó CEPA.
El porcentaje de empresas con resultado neto
positivo cayó de 73% al 68% en un año, en tanto que las que tuvieron pérdidas
netas subió del 28% al 33 por ciento
El caso más grave –reafirma el centro de
estudios– es el de Molinos Cañuelas, que actualmente presenta un pedido de
quiebra por parte del Banco Macro. Si bien la compañía presentaba problemas
financieros desde el 2014, a partir de la devaluación la situación se volvió
crítica por tener gran parte de su deuda en dólares. En los otros tres casos,
tuvieron balances negativos: Arcor registró una pérdida operativa de
$1.876 millones por la devaluación y la caída del consumo interno; Molinos Río
de la Plata registró pérdidas por $2.191 millones; y Mastellone tuvo un rojo de
$2.346 millones.
Pérdidas
netas en 30% de las empresas
El informe también realiza un exhaustivo
análisis de los balances de las principales empresas del país publicados en la
Comisión Nacional de Valores (CNV). Según un relevamiento sobre 80 empresas de
distintos rubros, mientras que en 2017 el 79% de las empresas presentaba
resultados operativos positivos y el 21%, negativos; el año pasado este
indicador mejoró para el conjunto de las empresas, ya que 91% de las firmas
tuvo ganancias operativas y sólo 7 firmas, negativos.
Sin embargo, al analizar el resultado
neto antes del impuesto a las ganancias, es decir sin tener en cuenta los
resultados financieros, empeoró del 2017 al 2018. El porcentaje de empresas con
resultado neto positivo cayó de 73% al 68% en un año, en tanto que las que
tuvieron pérdidas netas subió del 28% al 33%, según el informe.
La industria presenta un incremento
del 73% en las ganancias operativasentre 2017 y 2018, pero por efecto de la
devaluación, una pérdida de 15% en los estados financieros. Estos resultados se
explican principalmente por el efecto que tracciona al alza Ternium, explicó
CEPA.
En el segmento de real state, el resultado
operativo cayó 61%, mientras que en el financiero, 36%. En el caso del sector
agropecuario, los resultados operativos crecieron casi 500% en el año, pero por
un crecimiento de la deuda el rojo neto antes de Ganancias subió 222%,
posiblemente por efecto comparativo del año de sequía frente a la cosecha
anterior. La devaluación afectó al sector el año pasado, traccionado por Agrofina
y San Miguel, que perdieron $1.862 y $1.404 millones, respectivamente.
Por el contrario, el sector bancario
aumentó sus resultados operativos (79%) y netos (76%); lo mismo que el rubro
energético (125% en ambos casos). Finalmente, el sector de servicios y
comercio aumentó sus resultados operativos 49%, pero redujo 84% los financieros.