Acabamos de conocer la noticia de la muerte del escritor checoslovaco Milan Kundera a la edad de 94 años. Para los que vivimos en un socialismo “real” con la atenta mirada de la URSS (Cuba no estuvo exenta de este condicionamiento, a pesar de haber sido una Revolución autóctona basada únicamente en su historia de colonia primero de España y luego de Estados Unidos), el escritor Kundera fue un distinto, al menos alerto sobre la necesidad de cuestionarse un “sistema” que se daba como “único” y sin necesidad de una superación propia, el socialismo era así y libracos de “grandes pensadores” lo anunciaban mas como religión que como referencia para batallar un camino frente al Capitalismo brutal que finalmente logro su cometido (siempre circunstancial a la vista de la historia humana). Dejo a continuación dos escritos, uno de Ernesto Estévez Rams y otro mío haciendo alusión a tamaño escritor en el día de su muerte.
EXORCIZANDO
LAS LEVEDADES
(Por Ernesto Estévez Rams, en el
blog de Iroel Sanchez "LA PUPILA INSOMNE")
«“Einmal ist keinmal”, repite Tomás para sí el proverbio alemán. Lo que ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre puede vivir una vida es como si no viviera en lo absoluto»
La insoportable levedad del Ser
Milan
Kundera
Qué tiene la Insoportable Levedad del
Ser que el lector, casi desde el mismo inicio, frente a su adictivo
ambiente depresivo y contra toda lógica, sigue sumergiéndose en él hasta que es
demasiado tarde. Hay algo en sus páginas que trasciende la anécdota para
entregarnos la manera escondida en que algunas tormentas se incuban en Europa.
En cada uno de sus personajes hay un fantasma ibseniano en un ambiente que bien
pudiera ser el adecuado para un grito interminable sobre un puente.
En Europa a todo ahogo social le llega su
primavera de Praga. A París le llegó vestido de chalecos amarillos. Que el
dramatismo del hecho haya sido disfrazado en los medios no disminuye su
potencialmente inmensa trascendencia gestadora. Si hay gritos que
cargaron en sí una esterilidad anuladora en cielo fantasmagórico, el de París,
con el tiempo, conduce a decapitaciones de las que no se salvan ni reyes, ni
concubinas, ni siquiera esposas. Lo mejor es que transforman sistemas y
destrozan relaciones. Algo más que una catedral se quemó este año en Francia,
algo para cuya reparación no sirven todas las donaciones financieras posibles.
Un exultante Ronald Reagan le exclamó al
cobarde de Gorbachov en un discurso, conclusión de un aquelarre de mediocres:
“Presidente, derribe usted ese muro” a lo que siguió poco después precisamente
la caída de esa muralla y la absorción de la RDA por la RFA. Como principio del
fin, el efecto dominó no se detuvo hasta la caída de la URSS. La embraguiadora
sensación de victoria absoluta que envolvió al capitalismo global condujo a un
orgasmo intelectual como el de Fukuyama, que decretó el fin de la historia
avanzando una idea que no era ni suya. Desafortunadamente para ellos, la
historia tozuda demostró, no mucho después, que el orgasmo era resultado de una
masturbación y no el presunto parto del siglo XXI americano.
A los conversos les sucedió además como a los
franceses monárquicos, cuyas expectativas luego de la derrota de Napoleón y la
restauración no fueron satisfechas ni con mucho. En palabra de William Gaunt “Quice
años después de la batalla de Waterloo, la desesperación cundía entre quienes
poseían suficiente inteligencia para experimentar alguna emoción. La espléndida
época que supuestamente vendría después de terminada la guerra nunca se
materializó”.
La misma enseñanza pudiera ser extraída de lo
que ha sucedido luego de las derrotas de izquierda en Argentina y otros
lugares. Los que añoraban los “buenos” tiempos de Menem,
despertaron a la pesadilla de Macri, esta vez, sin embargo, no hubo ni tan
siquiera un breve período en que las medidas neoliberales crearan una ilusión
de avance.
Ningún salto hacia atrás ha sido feliz, no lo
ha sido antes, no lo es ahora, no lo será nunca.
En Cuba están los que añoran, fundamentalmente desde Miami, pero también en el patio, una imagen idílica de la Cuba prerrevolucionaria que nunca existió. Dibujan un mundo que se les antoja recuperable en un absurdo histórico, dialéctico y sentimental. Su expresión concreta, en estos momentos, es la ley Helms-Burton, que, como realización política y económica de ese anhelo retro, pretende devolver las propiedades a los burgueses criollos y norteamericanos expropiados por la Revolución cubana. Como si ello fuera posible. En un escenario hipotético donde tal cosa aconteciera, es claro que el aborto social sería de magnitud catastrófica. La pesadilla de ese escenario es que tiene detrás, empujándola, a la potencia militar y económica más grande del planeta. La buena noticia es que no lo permitiremos.
Solo la mediocridad cree que hay algo sublime
en los retrocesos.
Pero esas nostalgias del pasado se dan en
casi todos los contextos y no sólo en términos de desconstrucciones sociales.
Hay revolucionarios que paradójicamente creen posible regresar a la década del
ochenta, idealizada en términos económicos, políticos e ideológicos. Olvídenlo,
es anti dialéctico, no ocurrirá. Lo más preocupante de ese anhelo es que
esconde la idea de que, entonces, al socialismo le iba bien. No es cierto. Lo
demostró la historia. En términos económicos las fuerzas productivas enormes
que habían dado el salto colosal de convertir a la URSS de un país destruido a
una potencia mundial, mostraban un agotamiento resultado de concepciones
políticas fallidas y una cultura predominante de la ineficiencia, en particular
energética. En términos políticos, la URSS estaba anquilosada y había perdido
buena parte de su filo como agente de cambio revolucionario a nivel
internacional. En términos ideológicos tampoco la cosa iba bien, un pensamiento
rígido había vencido la batalla ideológica interna y sobre su base se erigía
una visión positivista de la historia que ocultaba el carácter retrógrado de
muchas ideas, y ello ya tenía tal alcance, que algunos consideran que había
perdido su capacidad de regeneración.
Kundera juega desde el mismo inicio con la
idea del retorno interminable a partir de una idea de la que culpa a Nietzsche:
hay determinado orgullo en lo irrepetible pero también hay determinada
intrascendencia, aún en lo más heroico. Por el contrario, si la historia fuera
el repetir de lo ya ocurrido, cada hecho tendría la responsabilidad que carga
su propia recurrencia. Lo no recurrente, como ha sido único, lleva como encargo
la levedad de no trascender. Nada de lo que hagamos es realmente importante
porque no ha de ser vivido otra vez. En ese sentido, lo recurrente lleva una
pesadez inalcanzable por lo otro. Y entonces la pregunta esencial del
libro la resume en ¿Qué es lo positivo, el peso o la levedad?
Es de lógica generacional que los más viejos
piensen que sus tiempos fueron paradigmas de lo que debe ser. En todas las
sociedades hay tensiones generacionales. Como combustible están los problemas
que las generaciones anteriores no pudieron o supieron resolver y que han sido
heredadas por las más jóvenes. Estas últimas sienten, colectivamente, que
tienen que pagar una factura que no le corresponde. No se dan cuenta que esa
factura es también de ellos, porque se contrajo en la búsqueda permanente que
es la existencia humana. Quién les dijo que cada generación es independiente y
ajeno a un organismo más gigante que los incluye y cuyo tiempo poco tiene que
ver con la cortedad de sus presencias. Ese organismo es el que sirve los
escenarios incompletos pero reales al que ellos llegan. Pero aun así, si no se
les da espacio, te la dejan en la mano y se van a otros lares con la creencia
de que tienen en su posesión un cheque en blanco. A pesar del engaño (los
cheques en blanco no existen) tienen algo de razón en su discurso.
Contrario a la tesis de Kundera, aunque la
realidad es irrepetible, Nietzsche no tenía razón y la memoria colectiva, esa
tozuda incorruptible, evita que la levedad se apodere de lo que en apariencia
es fugaz. La trascendencia no está en lo que se repite, sino en lo que funda
nuevos tiempos.
Quien crea que en Cuba no hay tensiones
generacionales tiene la cabeza metida en un cubo. Por suerte las hay, lo
contrario significaría que el cuerpo social está muerto.
El problema no es lo inherentemente subversivo
que hay en todo lo joven, sino cuando las generaciones ya mayores, pretenden
constreñir a las que han llegado luego, al querer forzarlas a que se parezcan a
ellos. En todo esto, hay la pretensión de revivir el mito del retorno eterno.
Querer que ellos sean como nosotros y que nuestras heroicidades sean sus
heroicidades. Si pretendemos que nos repitan, lo harán por igual de nuestros
aciertos y de nuestras cortedades. No fundarán nada cuando hay mucho que
fundar. Lo verdaderamente heroico y lo dialéctico para cada generación es
siempre no repetir a sus padres.
Lo siento por Tomás, los seres humanos solo
vivimos una vida, pero ello no significa que no hayamos vivido. Es cierto que
nos vamos, pero la memoria queda de tal manera, que volvemos a vivir con suerte
variable en los que nos heredan, aún contra su voluntad, si es el caso. Lo que
es cierto es que no vivimos otra vez la misma vida, no hay recurrencia eterna,
todo momento siendo continuidad es ruptura. Que no lo olviden los agoreros del
calco aburrido, todo su esfuerzo está irremediablemente condenado al fracaso.
Crear agentes de la repetición no gestará al
actor social que la Revolución necesita. Lo que se necesita es del talento
creador que surge de la irreverencia. Lo otro solo genera mediocridad disfrazada
de la incondicionalidad del ovejo (Santiago Álvarez era más radical, decía que
al mediocre había que fusilarlo).
Frente a la infeliz idea de que la juventud
es la única enfermedad que se cura con el tiempo, vale la pena contraponer
aquella máxima de Malraux: La juventud es la única religión a la que terminamos
todos convirtiéndonos. Parece que, a pesar de algunos, la juventud es eterna,
se renueva constantemente y, por tanto, es una enfermedad crónica y
maravillosamente incurable.
No es útil indoctrinar a los jóvenes en ver
el pasado, por heroico que sea, como culto, en vez de referencia. La primera
visión es más religiosa que marxista, la segunda, puede llegar a ser
dialéctica. Fidel dejó como última enseñanza que no le hicieran iconos de adoración.
Ello no fue resultado de su mítica modestia, fue resultado de su comprensión
dialéctica de la historia como suceso irrepetible. Quienes ponen
esfuerzo en circunvalar esa voluntad, como si de un capricho inconfesable se
tratase, no han entendido nada.
Enseñar a pensar, he ahí nuestra ventaja
discursiva. El capitalismo no puede darse ese lujo.
Todo esto ya fue dicho por el irrepetible e
irreverente Alfredo Guevara. Prefiero contar hasta diez, diez veces, por oir la
insolencia contestaria de igual número de jóvenes, que caerme de sueño por oir
diez declamaciones iguales, en emulación entre ellas, recitando al mismo ritmo
loas empalagosas y poco útiles a la Revolución o buscando quien acompaña el
nombre de Fidel con más adjetivos. El Che los llamaba guatacones.
Realmente se debería emplear el intelecto en algo más productivo para la
Revolución.
Desde Céspedes hasta Fidel, la Revolución se
hizo por quienes retaron el “sentido común” de los que le precedieron. Ahora
que está en el poder, su ejercicio generacional debe basarse en superar la
función reproductiva que el capitalismo le da a la historia pretendiéndola como
un suceso aburrido de mediocridades. Frente a su empeño en idiotizar a la
juventud como mecanismo de fin de la historia, debemos contraponer el de una
sociedad que también es distinta al aupar a la juventud a pensar y actuar como
superadora constante y dialéctica de todos los pasados incluyendo el nuestro.
Si de juventud se trata, nuestra función, en
términos educativos, es impregnarle a la rebeldía del joven el contenido de
insolencia cósmica que los haga continuidad de esencias, y no aldeano vil,
ignorante del gigante de las siete leguas que va engullendo mundos y de las
batallas que se dan en el cosmos por la existencia humana. Nuestra función es
ayudarlos a hacerse revolucionarios de esa cualidad que significa hacer que la
Revolución renazca distinta e igual con cada generación. Es educarlos a
exorcizar la insoportable levedad del ser con el peso sublime de lo que funda.
MILAN
KUNDERA
(Frank Delgado)
Ya yo te olvide
ya te di pisón
tu guagua se fue
Así que no cantes el Himno Soviético
en mi cabaret
devuelve la llave de Praga
tu sabes
ya no hay primavera
y nada de invadirme la Güinera
Ya nadie habla de Milan Kundera
y ese no era cualquiera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Checoslovaquia te espera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Resuelve el entuerto de este puto muerto
Y ve a la oficoda
Y pide la baja que el bobo trabaja
En la noche de boda
Recoge tus ropas
Y retira tus tropas
Para la frontera
Y nada
de camiones con esteras
Como decía pantera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Tu no me mandes cuatrera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Los tanques para la Güinera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Déjate de feria y de lenguaje corporal
Deja de apelar a la memoria
Si tú hiciste gárgara bebiendo de mis
lágrimas
Espero que te quede buena voz
Recoge tu hamaca
Y sal de mi barraca
De una puta vez
Y ve a la bodega
a ver si se te pega
la cuota del mes
ya yo te advertí
me caso contigo el año pasao
porque el año que viene te extrañe
como Cecilia Valdez
Ya nadie habla de Milan Kundera
El tipo que denostó al Socialismo
En cada una de sus novelas
Ya nadie habla de Milan Kundera
Porque muerto el perro se acabo la rabia
A ver si la tienes en ediciones brujeras
Ya nadie habla de Milan Kundera
Y de aquellos presidentes de la FEU
Que salieron cada uno
Como bola por tronera
Ya nadie habla de Milan Kundera
Como tampoco hablaran de ti
El día que salgas echando por esa puerta
Ya nadie habla de Milan Kundera
No hablan de Raini ni de Frank
Ya nadie habla de Milan
Que los 10 millones Van
Ya nadie habla de Milan
Eso decía la JUCEPLAN
Ya nadie habla de Milan
Que quinquenal es el Plan
Ya nadie habla de Milan
Ni de Pello El Afrokan
Ya nadie habla de Milan
Ni de Otto ni de Hassan
Ya nadie habla de Milan
De Lazarito de Elian
Ya nadie habla de Milan
Que tremenda jodedera
de Milan Kundera
Tu no me mandes cuatrera
de Milan Kundera
Los tanques pa`la Güinera
de Milan Kundera
Abajo la Gusanera!
de Milan Kundera
Los cañones con esteras
de Milan Kundera
Con Praga y su primavera
de Milan Kundera
Checoslovaquia te espera
de Milan Kundera
Y la madre pa`cualquiera
de Milan Kundera
Guajira Guantanamera
De Milan Kundera
Y como Checo y Slovaco
Ya me voy
Ya nadie habla de Milan Kundera
No hablan de Raini ni de Frank
Ya nadie habla de Milan
Que tremenda jodedera
De Milan Kundera
Y nos fuimos
Ya nadie habla de Milan Kundera
1968
Tal vez porque a uno no le toco hacer Revolución, porque fue Fidel y su generación que dejando a un lado, la buena cerveza, la buena cena bajo la luna, decidieron liberar a un país, que cualquier análisis del pasado viniendo de un inteletualoide como yo, que se regocija de su suerte bajo un ron con hielo, no sea significativo mi análisis, no obstante me atrevo a escribir sobre una parte de nuestra historia, ni siquiera para mi sino para mi hija, con juventud plena, que le caerá la bola de nieve de la historia reescrita cuando sus fundadores no estén sobre la faz de la tierra.
Es increíble comprobar que Fidel y sus seguidores del Comité Central construirían el COMUNISMO al doblar del SODAINIT de Lawton. La historia y sus momentos son grandiosos y para mi releyendo algunos artículos sobre el año 1968, me da la sensación que para aquellos cuarentones con mucho huevo, el COMUNISMO como sociedad se estaba construyendo no solo en ese año en Cuba, sino a nivel MundialHe leído algunos textos periodísticos donde intentan reescribir la
historia, y se que en el futuro esa será una constante, por tanto esta bueno
para las nuevas generaciones y para las no tanto como el que escribe, releer de
primera mano que se dijo en un momento determinados por los protagonistas de
entonces y sacar sus propias conclusiones.
En 1968 yo tenía apenas 4 años cuando las tropas del Pacto de Varsovia
entraron en las calles de Praga. Por tanto mi opinión sobre tales
acontecimientos está avalada por mis percepciones del Mundo cuando me toco
analizarlo y no por mis vivencias personales por obvias razones. Es
muy difícil entonces valorar tales situaciones con las perspectivas del Mundo
de hoy. Mucha lluvia debajo del puente. Sin embargo en este Mundo donde “…hoy
resulta que es lo mismo, ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro,
generoso, estafador. Todo es igual nada es mejor…” me complace volver
a las fuentes y analizar un hecho que me conmueve, no por mi situación actual
sino porque me preocupa mi Patria en el futuro, y la necesidad de contar con
principios sólidos que viajen en el tiempo, mas allá de nuestros fundadores de
la independencia total.
Hace poco sobre un articulo que leí sobre el discurso de Fidel,
conocido como “Palabras a los Intelectuales” en el blog de Iroel Sánchez “La
Pupila Insomne”, escribí espontáneamente lo que me vino a la mente…”Hola, Es
todo un tema el que se toca, pero la Frase “ La revolución solo debe renunciar
a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente
contrarrevolucionarios…”, es tan ambigua como la mas famosa conocida, porque
siempre deja a ALGUIEN la potestad de definir lo que es INCORREGIBLE, si hay
ALGUIEN capaz de juzgar que es la LIBERTAD, entonces no estamos en presencia de
ella…sin embargo rescato que hasta ese momento la Cultura era privilegio de
pocos, y fue la Revolución la que realmente la hizo masiva, independientemente
del poder económico del individuo, pocas veces se ha visto algo igual en la
historia de la humanidad, por eso digo, eso es una cosa y la libertad de
pensamiento y acción del individuo en su lecho cultural es otra cosa, las
“distorsiones” que se dieron mas tarde y que de seguro se siguieron dando
aunque no tan masivamente y se darán en el futuro de mantenerse la idea de
Fidel, esta dado porque ALGUIEN tuvo y tendrá la potestad de definir el
“dentro”, el “contra” y lo “incorregible”…Me gustaría repensar que si le vamos
a poner limitaciones a la LIBERTAD esta solo, en el caso de Cuba por su legado
histórico, debería ser…La Revolución solo debe renunciar a aquellos que
entreguen su independencia como nación…sabiendo que aun así cercenamos la
LIBERTAD de los entreguistas. No hay mas vuelta que darle hasta ahora la
LIBERTAD de los seres humanos esta condicionada por el sistema en que vivimos,
no hay mas LIBERTAD en Cuba que en Argentina o en Alemania y viceversa, tenemos
que hacernos cargo que una parte de nuestra LIBERTAD como individuos la entregamos
a los que ejercen el poder, sea en Cuba o en Japón. Donde solo “podemos” ser
LIBRE verdaderamente es en nuestros pensamiento, lo demás lo entregamos”.
Pongo esta respuesta mía no por apología a mi ego personal, sino
porque tiene que ver con que tenemos derecho a repensar nuestra historia, y a
sacar conclusiones para el futuro. Sabiendo, y esto es muy importante para las
futuras generaciones, que nuestros padres fundadores (Fidel y su generación
histórica) nos dieron lo mas puro que es nuestra soberanía TOTAL, pero que en
su quehacer revolucionario cometieron errores, dado las circunstancias
históricas que le tocaron y que debemos ser claros y críticos para el futuro de
la nación.
En 1968 Fidel y su generación pensaban que estábamos a las puertas de
construir el COMUNISMO como sociedad suprema de la raza humana. Ese
adelantamiento e idealismo histórico le propicio no pocos errores tácticos en
el desarrollo de la nación cubana. Si uno estudia con
detenimiento todo lo acontecido después de la Crisis de Octubre, se
da cuenta ( y es mi modesta apreciación de un humilde pelador de caña…) que la
visita de Fidel de Abril de 1963 (no había nacido entonces, el que escribe)
cambio la percepción de este de aquella sociedad y de sus objetivos para Cuba,
La URSS de Nikita trataba de mitigar las pifias políticas que habían cometido
con la SOBERANIA de una nación que apenas conocían y que trataban con sus
misiles como habían tratado hasta entonces con “los países de Europa bajo su
INFLUENCIA”. La nación cubana había sido herida como lo hicieron los
norteamericanos con Calixto García en Santiago de Cuba y era necesario reparar
tal agravio con todas las gentilezas habidas y por haber con el Líder
indiscutible de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
Fidel se entrego a aquellos agasajos de Abril de 1963, y de cierta
manera él y su generación perdonaron los agravios de los resultados de la
Crisis de los Misiles. Esto condiciono lo sucedido mas tarde en 1968 con la
entrada de las tropas del Pacto de Varsovia en la capital de Checoslovaquia.
Fidel y su Comité Central de entonces se vio en una gran disyuntiva, avalar el
hecho, PERO, dejando su posición TERCER MUNDISTA, muy clara aun hoy para la
situación actual del Mundo.
Muchas veces a mis compañeros de la Argentina les comento, cuantas
veces estuve en una plaza horas y horas escuchando a Fidel, o cuantas veces lo
escuche por televisión. Releer a Fidel debe ser un compromiso de las nuevas
generaciones no solo para encontrar los errores de la época, en que aquellos
fundadores de nuestra total independencia operaron, sino porque aprenderemos
quienes y que debemos ser en el futuro como nación.
Soy un defensor a ultranza de la Soberanía y la
Independencia de Cuba, me da urticaria cuando desde el poder nos pueden
conducir a entregar parte de ella, sea del color que sea, ese debe ser un
principio irrenunciable de Cuba como Nación y espero que las nuevas
generaciones nunca lo entreguen por más necesidades económicas que tengamos.
Hay pasajes de aquella comparecencia de Fidel del 23 de agosto de 1968
que vale la pena releer, en vista de lo que fue y ha sido la Cuba del siglo
XXI, cada cual tiene derecho a pensar como desee, pero vale la pena la lectura
y el análisis.
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