MACRI TUVO MAS VIENTO DE COLA QUE KIRCHNER
(Por Alfredo Zaiat, PAGINA12)
La economía macrista entregará tres
de cuatro años en recesión, la duplicación del monto nominal de
la deuda, la elevación de la tasa de inflación anual
del 22 al 54 por ciento y la desocupación navegando otra vez en dos
dígitos. Estos resultados tan desastrosos fueron conseguidos a pesar de que los
tres primeros años del mandato de Mauricio Macri tuvieron un
viento de cola externo más favorable que el registrado en un mismo período
de Néstor Kirchner. Viento a favor que continúa en el cuarto año.
La diferencia es notable en la evolución de esos indicadores macroeconómicos en
el trienio de ambos gobiernos. Una ilustrativa investigación académica revela
que la administración Cambiemos gozó de mejores precios internacionales de
materias primas, de cosechas agrícolas más abultadas, de más dólares en total
por la suma de exportaciones, capital financiero y emisión de deuda.
En estos años ha habido una orgía de ingreso
de dólares por un endeudamiento furioso, superando el monto de la emisión
de deuda realizada durante la última dictadura militar (siete
años), también la concretada en la Convertibilidad (diez años
y medio) y, obviamente, en los gobiernos kirchneristas cuando
el mercado financiero internacional cerró el grifo (doce años y medio). En
apenas tres años, el macrismo recibió más dólares por deuda en valores
constante que en cualquiera de esos otros ciclos políticos.
La ortodoxia y heterodoxia conservadora no se
han cansado de instalar la idea de que el kirchnerismo dilapidó las buenas
condiciones externas, perdiendo de ese modo la oportunidad de transformar
la economía argentina. No pocos han creído esa sentencia a partir
de una efectiva estrategia de confusión deliberada. Con los innegables datos
duros de la macroeconomía 2016-2018, ahora sí se puede afirmar que el macrismo
ha sido un dilapidador serial de una cantidad de dólares extraordinaria, y que
también ha rifado un contexto financiero y político internacional fabuloso. Ha
convivido con tasas de interés bajas y con una administración estadounidense
liderada por Donald Trump que ha alineado a la tecnoburocracia
del FMI para que le entregue lo que sea a Macri. El saldo es
una economía con indicadores tan malos que hay que remontarse a la crisis
del 2001 para encontrar peores.
Propaganda
Es un mérito indudable de los
economistas-funcionarios y de los economistas oficialistas la voluntad de
presentarse ante la sociedad como si no hubiesen tenido nada que ver con esos
resultados desastrosos.
Con la inestimable ayuda del más
poderoso blindaje mediáticocon que contó un gobierno democrático
desde 1983, el nuevo fracaso del neoliberalismo en términos de
bienestar general es atribuido a la herencia de doce años de populismo,
como si esta debacle no hubiese sido causada por las propias medidas
implementadas desde el primer día de gobierno. Es necesario reiterarlas en
estos meses de elecciones, donde el oficialismo ha demostrado ser especialista
en el engaño colectivo acerca del origen de la crisis:
· La desregulación absoluta del
mercado cambiario,
que aceleró la fuga de capitales.
· La liberación total para el ingreso
y egresos de capitales especulativos, que incrementó la vulnerabilidad de la
economía.
· La desarticulación de la
administración del comercio exterior, que provocó un incremento de las
importaciones y el consiguiente desplazamiento de la producción nacional.
· La eliminación y reducción de
retenciones, que deterioró las cuentas fiscales, rojo que fue financiado de
la peor manera: con emisión de deuda en dólares.
· Los tarifazos, que fueron un golpe
devastador para la mayoría de los presupuestos de los hogares y para la
competitividad de gran parte de la industria nacional y de los comercios.
· El pago a los fondos buitre, que habilitó un
endeudamiento externo vertiginoso que, en apenas dos años, arrojó a la economía
a las puertas del default.
El derrumbe de la economía fue acompañado con
un aceitado dispositivo de propaganda que promete un futuro venturoso cuando el
presente es sombrío. Y en estos meses de elecciones, sin nada que ofrecer en el
frente económico, al oficialismo sólo le quedó lanzarse a una campaña de agresiones, persecución y macartismo contra
la oposición política, sindical y mediática.
Contraste
La actual calma cambiaria tiene su origen en
la combinación de una política del Banco Central que fomenta la bicicleta
especulativa (tasas muy elevadas, contracción monetaria y emisión de
Leliq), más el aporte de campaña millonario del Fondo Monetario Internacional
(deuda para financiar la dolarización de ahorros ) y la gracia de un
escenario financiero internacional positivo (tasas de interés bajas y estables,
con perspectivas de descenso, y flujo de capitales hacia los mercados
emergentes).
Entre los economistas existen discrepancias
acerca de cuál de estos factores es el más relevante para explicar la
pax cambiaria, pero la coincidencia irrumpe cuando mencionan que sin un
contexto externo favorable el panorama financiero local estaría muy complicado.
El macrismo está gozando de un muy
favorable viento de cola externo, en un momento justo para sus
aspiraciones electorales, puesto que le permite acercarse a las cruciales elecciones
PASO(en agosto) y de primera vuelta (en octubre) sin un desborde cambiario
e inflacionario. Pero ese escenario financiero internacional propicio lo ha
acompañado a Macri en gran parte de su mandato.
Durante los gobierno kirchneristas, en
especial el de Néstor Kirchner, la red de economistas dominantes minimizaban
los factores locales de la muy fuerte recuperación económica, señalando que se
originaba solamente por la fortuna de contar con viento de cola internacional.
Era la forma que tenía la grey de la ortodoxia para desmerecer
la acción y los resultados positivos de una política heterodoxa.
El Centro Estratégico Latinoamericano de
Geopolítica difundió un ilustrativo estudio donde precisa que en doce años y
medio de gobiernos kirchneristas la actividad económica se expandió a un ritmo
de 4,5 por ciento anual (76,5 por ciento acumulado) con la tasa de desempleo
descendiendo. Si se recuerdan los datos arriba mencionados, “el contraste con
el desempeño del gobierno macrista es enorme”, sentencian los investigadores
del Celag Guillermo Oglietti, Pablo Wahren, Nicolás Oliva Pérez y Alfredo
Serrano Mancilla, en el documento “Macri, anatomía de una deuda inútil”.
Viento de cola
El argumento del oficialismo es que en la
primera etapa del kirchnerismo hubo viento de cola, lo que le permitió contar
con recursos extraordinarios, que políticas populistas dilapidaron, mientras
que el macrismo no habría contado con esa ventaja.
El informe del Celag desarticula esa línea de
razonamiento, justificativo del presente fracaso que está en función de generar
una confusión deliberada para conseguir que sectores vulnerados y clases medias
repudien políticas que los benefician, para que terminen legitimando otras que
castigan su calidad de vida.
Este grupo de investigadores señala que en
los primeros tres años del gobierno de Kirchner (2003-2005), los precios
internacionales agrícolas y de otros commodities (por
ejemplo, energía) fueron “notablemente” inferiores a los registrados en los
tres primeros años del gobierno de Macri (2016-2018). A partir de información
de World Commodity Price data, del Banco Mundial, con números índices 2010,
calcularon que, en promedio, los precios de las materias primas energéticas
durante el macrismo fueron 24 por ciento superiores al primer trienio
kirchnerista (la diferencia fue índices 56,51 en los años K y 70,05 en los M).
El diferencial en los granos fue mayor: 45
por ciento más elevados en estos años de Cambiemos (promedio del índice 83,33)
que en los primeros tres de Kirchner (57,46).
El saldo también es favorable para el actual
período en la comparación en el volumen de cosecha. En base a datos
de la Bolsa de Comercio de Rosario, el acumulado de las campañas 2002/3, 2003/4
y 2004/5 fue de 223 millones de toneladas, mientras que las de 2015/16, 2016/17
y 2017/18 totalizaron 336 millones de toneladas, un incremento del 50 por
ciento.
El reporte del Celag muestra que, como
resultado de combinar mayores cantidades con mayores precios, el total de las
exportaciones en el trienio macrista fue de 178 mil millones de dólares, 70 por
ciento superior a los 105 mil millones de dólares en los tres primeros años del
kirchnerismo.
Con el respaldo de estos datos estadísticos
de fuentes insospechadas de tener grabada la letra K en la
frente, los investigadores afirman: “En definitiva, el relato del viento de
cola es un atentado a la realidad que sólo puede prosperar en un país donde la
información no fluye correctamente”.
Más dólares que nunca
Estos años de macrismo han tenido una
disponibilidad de dólares extraordinaria, pero con un resultado muy negativo en
las principales variables macroeconómicas, lo que indica que la utilización de
esos recursos fue malísima. O sea, no hubo un factor exógeno para
explicar la debacle económica, como fue la crisis
internacional de 2008 que alteró el intenso ciclo de crecimiento del
kirchnerismo.
La economía macrista tuvo un ingreso de
dólares adicional proveniente de la emisión de deuda. El estudio del Celag
indica que al sumar exportaciones, deuda externa, inversión extranjera directa
e inversiones especulativas (financieras), los tres primeros años del gobierno
de Macri contó con más dólares comparados con ciclos políticos anteriores. La
estimación de los investigadores del Celag fue la siguiente:
· El macrismo dispuso de más
de 130 mil millones de dólares promedio anual durante el primer trienio de su
gobierno, de los cuales apenas el 56 por ciento fueron de exportaciones.
· El kirchnerismo contó con 89
mil millones de dólares a valores constantes, de los cuales el 86 por ciento
fueron de exportaciones.
· La Convertibilidad tuvo ingresos
de divisas que a valores de 2018 fueron de 65 mil millones de dólares, de los
cuales el 60 por ciento correspondía a exportaciones.
· La última dictadura militar tuvo un ingreso
anual de 28 mil millones de dólares a valores de 2018.
Otro de los contrastes más evidente entre el
gobierno de Néstor Kirchner y el de Mauricio Macri fue que el primero destinó
parte de los ingreso de divisas a cancelar deuda (la del FMI), mientras que el
segundo comenzó un ciclo de endeudamiento acelerado (convocando nuevamente como
acreedor al FMI).
La diferencia en la relación con el FMI es
notable: en el período de gobiernos kirchneristas (2003-2015) se canceló deuda
(capital más intereses) por 12.455 millones de dólares, mientras que en el
macrismo (2016-2019) se contrajo deuda por un total de 50.149 millones de
dólares.
Derroche
La dilapidación de divisas, un activo escaso
y, por la insuficiencia, disparador de la mayoría de las crisis
económicas argentinas, ha sido impresionante. Gran parte de los dólares
fueron destinados a usos financieros (bicicleta, fuga y deuda), sin
contribuir a la expansión del aparato productivo; sólo fueron la vía para facilitar
negocios especulativos .
El informe del Celag precisa que en el primer
trienio macrista 8 de cada 100 dólares se destinaron a pagar intereses, 36 a
financiar la fuga de capitales y 14 al pago de deuda externa: un total de 58
dólares cada 100 disponibles. El resto para la compra de importaciones y para
el giro de utilidades al exterior de multinacionales.
El saldo es un endeudamiento inmenso con una
profunda debilidad de la economía real. En el primer trienio de gestión, el
macrismo incrementó la deuda más que durante toda la última dictadura y en el
segundo año de gestión ya había superado el endeudamiento de toda la
Convertibilidad.
Los investigadores del Celag realizaron el
cálculo de ajustar los valores de la deuda nominal contraída durante la
dictadura y la Convertibilidad a valores reales de 2019, deflactados por el
índice de precios al consumidor de Estados Unidos, para obtener el monto de la
deuda en dólares a valores constantes. Así los 38 mil millones de dólares de
deuda de la última dictadura militar representan aproximadamente 100 mil
millones de dólares a valores de 2019, mientras que los 77 mil millones de
deuda generados durante la Convertibilidad representan a valores actuales 110
mil millones de dólares. El macrismo sumó deuda externa por 121 mil
millones de dólares en 2016-2018.
Con un muy favorable viento de cola
internacional y con más dólares disponibles, la economía macrista ha
tenido resultados desastrosos en términos de bienestar social. Y la
promesa de Macri, en la eventualidad de ser reelegido, es seguir haciendo lo
mismo a mayor velocidad. En ese caso, para la mayoría de la población no habrá
cinturón de seguridad que actúe de protección y salvavidas.