EL
COSTO DE HABER ABANDONADO EL ARSAT-3
(Por Fernando
Krakowiak, publicado en PAGINA12)
El gobierno de Mauricio Macri anunció la
suspensión de Arsat-3 en marzo de 2016.
El gobierno de Mauricio Macri acaba de
alquilarle a la empresa europea SES el satélite Astra-1H para evitar que la
Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) le quite los derechos de uso de
la posición orbital 81º Oeste en banda Ka, que permite brindar servicios de
internet de banda ancha. En esa banda debía operar a partir de este año el
satélite Arsat-3, pero, como su construcción se suspendió a comienzos de 2016,
se decidió alquilar un viejo satélite, que ya superó su vida útil, con el único
objetivo de notificarle a la UIT que la banda está ocupada y así evitar su
pérdida. La maniobra le costó al Estado Nacional la friolera de 7 millones de
euros, que se pagarán en cuotas a lo largo de este año.
El gobierno de Néstor Kirchner creó la
empresa Arsat en abril de 2006 para hacerse cargo del servicio satelital, en
reemplazo de Nahuelsat, un consorcio privado encabezado por la alemana
DaimlerChrysler Aerospace (hoy Airbus) y la italiana Finmeccanica (hoy
Leonardo). A ese consorcio se le había adjudicado en 1991 la provisión y
operación de dos satélites. El primero fue puesto en órbita en abril de 1997 y el
segundo debía estar listo para octubre de 2003, pero cuando se cumplió la fecha
Nahuelsat ni siquiera había comenzado a construirlo y el gobierno se tuvo que
hacer cargo del tema para no perder la posición orbital. Así fue como comenzó
la construcción de Arsat-1, lanzado al espacio en septiembre de 2014. Mientras
se terminaba Arsat-1 comenzó la construcción de Arsat-2, el cual fue puesto en
órbita en septiembre de 2015.
En noviembre de ese mismo año el Congreso
Nacional aprobó a través de la ley 27.208 el Plan Satelital Geoestacionario
Argentino 2015-2035, que contemplaba la ampliación de la flota de dos a seis
satélites, siendo el primero de esa lista el Arsat-3. Sin embargo, en marzo de
2016 el entonces titular de Arsat, Rodrigo De Loredo, anunció la suspensión de
su construcción. En diciembre de ese mismo año, De Loredo aseguró a PáginaI12
que habían tomado la decisión de avanzar con el Arsat-3, pero sin aportes del
Tesoro y sin asistencia crediticia que le quite crédito a otros proyectos de
infraestructura básica que tenía previsto llevar adelante el gobierno nacional.
–¿Pero entonces con qué recursos lo van a
construir? –le preguntó este diario.
–Las alternativas son asociarnos con
inversores privados u obtener recursos provenientes de endeudamiento a riesgo
de la propia empresa.
En julio de 2017 el programa El Destape
reveló que Arsat había firmado un pre-acuerdo con la empresa norteamericana
Hughes, que opera una importante flota global de satélites, para crear una
nueva empresa, controlada por Hughes con el 51 por ciento de las acciones, para
fabricar Arsat-3 y brindar servicios de banda ancha satelital sobre el
territorio nacional desde posiciones orbitales asignadas a la Argentina en
banda Ka. Esa iniciativa recibió numerosos cuestionamientos y desde entonces no
hubo más avances.
La suspensión definitiva de la construcción
del Arsat-3 puso en riesgo la conservación de la posición orbital 81º Oeste en
banda Ka. Por ese motivo, es que ahora la empresa Arsat decidió alquilar un
satélite para reservar ese espacio. “Arsat celebró un acuerdo con New Skies
Satellites B.V. (SES) por el cual se acordó la reubicación del satélite
Astra-1H en la Posición Orbital Estacionaria (POG) 81º L.O. Mediante nota que
se adjunta como anexo I a la presente, SES informó que con fecha 29 de
septiembre de 2018 finalizaron con éxito las maniobras de reubicación del
satélite Astra-1H en la POG 81º L.O.”, afirma Raúl Martínez, vicepresidente de
Arsat, en una nota enviada el 20 de diciembre del año pasado a la subsecretaría
de Planeamiento de la jefatura de Gabinete en la que le solicita que le
comunique la novedad a la UIT entre el 2 y el 4 de enero de 2019.
Página/12 accedió también a la orden de
servicio que Arsat le presentó a New Skies Satellites B.V. (SES) donde se
aclara que “el cliente pagará a SES una tarifa de servicio de 7 millones de
euros”. El cronograma contempla un pago inicial de 1 millón de euros por la
reserva del satélite y otro millón cuando el satélite arribe a la posición
orbital acordada, lo cual se produjo a fines del año pasado. Los cinco millones
restantes Arsat deberá abonarlos en 10 cuotas mensuales de 454.545,45 euros y
una cuota final de 454.545,50 euros.
A cambio de los 7 millones de euros que
desembolsará, recibe en alquiler un satélite lanzado al espacio en junio de
1999, con 15 años de vida útil que se cumplieron en 2014 y solamente dos
transpondedores que operan en banda Ka, es decir, una capacidad muy limitada
para brindar servicios en esa frecuencia.
No es la primera vez que el Estado Nacional
firma un acuerdo con una multinacional para alquilar un satélite destinado a
reservar una posición orbital. Mientras se construían el Arsat 1 y 2, los
gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner firmaron
varios convenios de ese tipo con Intelsat y SES, pero en aquellas ocasiones
había un plan satelital en marcha. Ahora, en cambio, se gana tiempo aunque no
termina de quedar claro cuál es el plan, si es que lo hay.