¿QUIÉN GANO?
Hay algo en medio de todo esto que se llama elección
en un país capitalista que tengo claro, estoy en contra de políticas NEOLIBERALES,
un poco por mi formación ideológica, otro poco porque solo hay que observar la
realidad para demostrar lo que dichas políticas le hacen a la gente de a pie.
Los que ganaron en la Argentina este fin de
semana, no bajaron de la Sierra Maestra, ni Asaltaron al Palacio de Invierno,
no llevan la hoz y el martillo como estandarte, pero hicieron su cometido,
sacar al menos por los próximos cuatro años y espero que por muchos más un
modelo económico que atrasa socialmente y lleva consigo intrínsecamente mucha
desigualdad.
El país se queda dividido como en el 2015, y
son las reglas del juego “democrático” en esta parte del Mundo (a no
deslumbrarse con tantas guirnaldas en la marquesina), solo que ahora le toco a
la otra parte del pastel ser gobierno, 12.3 millones de Argentinos del lado
ganador, 10.4 millones del otro, la diferencia un poco más (tres veces mas como
mínimo) que la vez pasada cuando Macri gano con 670 000 votos por encima de su contrincante,
tampoco es para tirar manteca al techo, hay que consensuar tratando de tener en
el centro de las políticas públicas al ciudadano común, los ricos no necesitan
del Estado (salvo para sus negociados y llenarse sus bolsillos a costa de él),
el resto de los indefensos argentinos si, aquí en estos últimos debe estar
puesta la mirada, sobre todo en la pobreza y la indigencia que duele y mucho.
El trabajo dignifica, los laburantes dan de
comer y restablecen sus fuerzas si tienen trabajo y pueden comprar alimentos.
Hay 2.1 millones desocupados, cifra record desde 2006, a esos hay que atender,
logrando que las fabricas vuelvan a producir. Hay 4.8 millones de trabajadores
en relación de dependencia en la informalidad, por utilizar esa fuerza, el
empresariado no paga nada al estado, además que ellos mismo no cuentan con
todas sus necesidades de cobertura médica y previsional garantizada, a esos hay
que atender. Las políticas económicas de Macri llevaron a una caída abismal del
salario real de la gente, lo que explica que el 35.4% de la población en la
Argentina está por debajo de la línea de pobreza, y más aun lastimoso es el
hecho que el 50% de la niñez y la juventud es pobre, a esos el Estado debe
prestar especial atención.
No se trata del color político de la gente
que gano este domingo, se trata del modelo económico aplicar, con que hagan una
pequeña parte de lo que prometieron guiados por políticas económicas y sociales
que traiga alivio, tranquilidad a las
familias argentinas y se emprenda de nuevo el camino del desarrollo social, económico
y científico, no solo mantendran adeptos entre ese 48% que les dio su voto,
sino que cosecharan agradecimiento a la larga de toda la sociedad.
Al final no es que ganan los que llegan al
poder, ellos deberían sentirse solo el vehículo para que ganemos todos los
argentinos, la historia demuestra con convincente énfasis que la silla los embelesa
en el mejor de los casos, o los hace muy ladinos para sus propios intereses.