Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

miércoles, 13 de marzo de 2024

Toma de decisiones: De la teoría del caos a la psicología
(Por Daniel Piorun, http://www.degerencia.com/dpiorun)

 


Caos no significa desorden ni comportamiento aleatorio, son sistemas complejos “no lineales”, que tienen entre otras propiedades, un comportamiento ordenado y razonable, bajo un disfraz lleno de opuestos y un “aparente” desorden. Por ejemplo, las organizaciones y la economía, son sistemas complejos y caóticos.

 La alta sensibilidad a las condiciones iniciales de estos sistemas, es conocida como el “efecto mariposa de Lorenz”, (matemático y metereólogo, que trabajó en este tema en la década de 1960), el cual dice que “un aleteo de una mariposa en California puede generar un tornado en Japón”. Son sistemas irreversibles, partimos de un estado X y luego el sistema pasa a un estado Y, pero si pudiéramos volver marcha atrás, no volveríamos a X dado que es un sistema complejo, “tal como es la realidad” y en cada transformación se pierde información, por lo cual nunca se pueden reproducir exactamente las mismas condiciones.

Vale el conocido ejemplo que, si colocamos un corcho en lugar preciso de un río y luego verificamos varios kilómetros delante, pasando por varias cascadas, el lugar donde llegó dicho corcho, la explicación del comportamiento del mismo para llegar a dicho lugar va a ser lógica y fue regida por leyes de gravedad y fuerza, pero si hubiéramos querido predecirlo, sería imposible, pues estamos frente a un sistema complejo/caótico donde si repetimos el experimento con otros corchos, todos tendrán un destino diferente.

A esto se refiere el concepto de “sensibilidad a condiciones iniciales”, solo una condición diferente e imperceptible (una ramita, un poco menos de viento, una piedrita) cambian en forma sensible la trayectoria que sumados a otros acontecimientos imperceptibles, logran un resultado final “totalmente distinto” e imposible de predecir.

Cada momento del sistema es único, por eso la forma de estudiar estos sistemas de comportamiento, no es con modelos deterministas predecibles, sino con modelos de simulación que hacen miles de recursividades (tomar el resultado de una acción como input de la siguiente) y los resultados son “escenarios y tendencias” probables.

De ello surge la premisa que cualquier pequeña diferencia al inicio puede generar grandes e impredecibles diferencias al final (como la “Mariposa” ), -no como en los sistemas lineales donde cualquier diferencia al inicio es proporcional y factible de calcular la diferencia al final-.

Si aplicamos esto a las organizaciones o las personas, un pequeño cambio en una decisión inicial puede generar resultados totalmente diferentes al cabo de varios ciclos de decisiones (recursivas) en el tiempo, o sea el resultado de cada decisión genera los datos iniciales para tomar otra decisión.

Es importante, considerar que TODAS las decisiones tienen un componente de “beneficio” y otro de “costo” (algún aspecto negativo que genera la misma, visible u oculto, aunque en el límite tan solo sea el costo de oportunidad de haber podido tomar alguna decisión mejor). En general las decisiones que toma la gente, generan rápidos beneficios y disparan en el tiempo los costos, con lo cual tienden a pensar erróneamente que el costo es cero.

Si asociamos entonces el concepto de “costo de la decisión” al del “comportamiento caótico”, llegaremos a un análisis muy rico y preocupante: el costo (problema, restricción, efecto negativo, etc.) de una decisión, será el input de la siguiente y así sucesivamente en forma recursiva, de manera tal que al cabo de varios ciclos en el tiempo, pequeños costos iniciales pueden generar, grandes variaciones de situación con altos costos finales. Esto –tal como se mencionó- es explicable lógicamente una vez que sucedió pero imposible de predecir exactamente antes, razón por la cual hay que ser muy precavidos en el análisis de costos de cada decisión por pequeño que parezca.

Entonces, el estado de situación de una organización o una economía o una persona en un momento determinado, es la consecuencia ordenada y lógica de decisiones recursivas tomadas, y los males actuales no son otra cosa que la acumulación de costos.

Decisiones no racionales

Dado esto, es menester entrenar a los tomadores de decisiones, en el análisis de las mismas y el diagnóstico a priori de los costos futuros y ocultos (que son los más difíciles), con el fin de minimizarlos o al menos saber que va a suceder. Uno de los factores que mayor problemas generan en este proceso, es la toma de decisiones no racionales (o sea emocionales).

Desde que Goleman, escribió en la década pasada el libro “La inteligencia Emocional” y comenzó a expandirse entre otros, la “Ontología del Lenguaje”, mucho camino se ha recorrido, y el coaching personal y empresarial ha dado un salto cualitativo enorme, pues los beneficios son muy grandes: “entrenar a la gente para la toma de decisiones no emocionales con el fin de bajar los costos de las mismas, lo cual influye drásticamente en mejor eficiencia en el logro de objetivos”.

Desde la visión psicológica, el hecho consumado, no debería ser más, que la vieja pero adecuada premisa de “hacerse cargo”, de lo que cada uno como adulto genera, dado que es una cualidad de los adultos, la de decidir, por eso es importante (si uno lo desea) saber decidir mejor.

Será acaso esta explicación racional, lo que sustenta la vieja frase popular de nuestros abuelos, acerca de que “cada uno tiene lo que se merece”? o sea lo que fue capaz de decidir....

 

(http://www.degerencia.com/articulo/
toma_de_decisiones_de_la_teoria_del_caos_a_la_psicologia)

 

 

 

viernes, 8 de marzo de 2024

LA TRAERÉ PARA TI
 
No me olvido de ese colibrí
a la puerta de nuestra aventura
del hormigueo del frenesí
del alivio que se siente
cuando he recorrido
tu humahuaca florido
Va siendo hora
que la Luna no se aburra
solo contemplando
desde lejos
la traeré para ti
libaremos tus nalgas
devolveré despacio
esos pezones
que varias veces he tragado
el tema es en definitiva
hacer nuestro menage trois









jueves, 7 de marzo de 2024

La carta de los 68 ganadores del Premio Nobel a Javier Milei

Señor Presidente de la República Argentina, Javier Milei.

Señor Jefe de Gabinete de Ministros, Nicolás Posse.

Señor Presidente del CONICET, Dr. Daniel Salamone.

Honorables Senadores y Diputados del Congreso Nacional.

Nos dirigimos a ustedes con respeto y profunda preocupación. Vemos como el sistema argentino de ciencia y tecnología se acerca a un peligroso precipicio, y nos desesperan las consecuencias que esta situación podría tener tanto para el pueblo argentino como para el mundo. Vemos con preocupación la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el despido de empleados administrativos del CONICET y de otros institutos en todo el país, y la rescisión anticipada de muchos contratos el mes próximo. Tememos que Argentina esté renunciando a sus científicos y a sus estudiantes de ciencias. Nos preocupa que la dramática devaluación de los presupuestos del CONICET y de las Universidades Nacionales refleje no sólo una dramática devaluación de la ciencia argentina, sino también una devaluación del pueblo argentino y del futuro de Argentina.

Como científicos internacionales, muchos de nosotros hemos sido testigos de las contribuciones transformadoras de la ciencia argentina. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos, las causas del cáncer de pulmón y la diabetes habrían seguido siendo un misterio durante décadas. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos, careceríamos de los conocimientos y la tecnología que permiten a un país con una pluviosidad modesta alimentar tanto a su propia población como a gran parte del mundo. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos, careceríamos de elementos clave de nuestra comprensión del funcionamiento del Universo, desde el funcionamiento de un simple virus hasta el funcionamiento de un átomo. Como ciudadanos del mundo, nos beneficiamos de este legado. Nos beneficiamos de nuestra aún imperfecta, pero a veces salvadora, capacidad para diagnosticar y tratar el cáncer. Nos beneficiamos de los avances en agricultura y de los alimentos que produce el paisaje argentino.

Vemos los muchos avances notables que han llegado a Argentina a través de la historia y la tradición de la ciencia y la tecnología argentinas. ¿Dónde estaría Argentina -y el mundo- sin esta rica e importante historia?

Devaluar y/o cancelar la ciencia argentina ahora sería un grave error. El mundo tiene muchos problemas, y cualquier economía moderna como la argentina debe ser capaz tanto de generar nuevas tecnologías enfocadas a problemas locales como de aplicar tecnologías generadas por otros en un nuevo contexto local para resolver problemas locales. Creemos en el ideal de que los países que invierten en nueva ciencia compartirán sus tecnologías y sus beneficios, pero seríamos ingenuos si no comprendiéramos que cualquier país que dependa únicamente de este espíritu comunitario perderá rápidamente su independencia económica.

Algunas cuestiones, oportunidades y soluciones son globales, y quizá depender de los conocimientos y esfuerzos de otros puede funcionar en esos casos. Pero muchas cuestiones, oportunidades y soluciones son locales, regionales o nacionales, y no debe esperarse que las inversiones y los inversores de otras naciones aporten los conocimientos y recursos necesarios para abordar esas cuestiones. Sin una infraestructura para la ciencia, un país desciende a la indefensión y la vulnerabilidad. Sin desarrollar su propia tecnología para avanzar ni capacitar a las personas o desarrollar la infraestructura necesaria para el conocimiento científico y tecnológico de otros a los problemas regionales, nacionales y locales, ¿en qué situación quedaría Argentina?

Escribimos con la perspectiva de que Argentina tiene una notable base científica sobre la cual construir si hay voluntad. Argentina es el único país de la región que ha desarrollado su propia vacuna Covid-19, construido y lanzado satélites de comunicaciones, y diseñado y construido reactores nucleares de última generación que no sólo se han exportado, sino que generarán un suministro nacional de radioisótopos para uso médico crucial. Pronto se inaugurará un nuevo laboratorio de terapia de protones, único en el hemisferio sur. Un proyecto multinacional liderado por científicos argentinos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ha instalado el potente radiotelescopio QUBIC a 5.000 metros de altura en la Puna, en Salta. Este telescopio explorará los primeros milisegundos del universo inmediatamente después del Big Bang. Argentina ocupa el puesto 10 del mundo en número de empresas de biotecnología, un logro sorprendente que promete grandes avances en medicina y agricultura. Mediante ingeniería genética, un grupo financiado con fondos públicos ha desarrollado con éxito variantes genéticas de trigo resistentes a la sequía, ampliando así las fronteras de cultivo de cultivos esenciales. Los científicos argentinos destacan en muchas áreas, como la geología, la paleontología, la bioquímica, la biología molecular, la inmunología, la ecología, la física, la arqueología y los estudios medioambientales, atmosféricos y sociales.

Todos estos avances han sido consecuencia del apoyo gubernamental a la investigación básica. El progreso económico y social de las sociedades modernas y la creación de riqueza a partir de los recursos naturales de un país están estrechamente ligados a una fuerte inversión pública en ciencia y tecnología. Por estas razones, le instamos respetuosamente a que restablezca los presupuestos de las restricciones impuestas recientemente al importantísimo sector de la ciencia y la tecnología de su país. La congelación de los programas de investigación y la disminución del número de becarios de postgrado y de jóvenes investigadores provocarán la destrucción de un sistema que costó muchos años construir y que costaría muchísimos más reconstruir.

Firmaron la carta: los ganadores del Nobel de Química Thomas R. Cech, Martin Chalfie, Aaron Ciechanover, Walter Gilbert, Richard Henderson, Avram Hershko, Roald Hoffmann, Brian K. Kobilka, Roger D. Kornberg, Yuan T. Lee, Robert J. Lefkowitz, Jean-Marie Lehn, Tomas Lindahl, Roderick MacKinnon, Paul L. Modrich, Jean-Pierre Sauvage, Richard R. Schrock, Sir John E. Walker, Arieh Warshel, Sir Gregory P. Winter y Kurt Wuthrich; el ganador del Nobel de Economía Finn E. Kydland; los ganadores del Nobel de Medicina Harvey J. Alter, Werner Arber, Francoise Barre-Sino, Elizabeth H. Blackburn, Andrew Z. Fire, Jules A. Hoffmann, Tasuku Honjo, H. Robert Horvitz, Sir Michael Houghton, Tim Hunt, Louis J. Ignarro, William G. Kaelin Jr., Barry J. Marshall, Craig C. Mello, Edvard Moser, May-Britt Moser, Sir Paul M. Nurse, Stanley B. Prusiner, Sir Peter J. Ratcliffe, Charles M. Rice, Sir Richard J. Roberts, Michael Rosbash, Phillip A. Sharp, Susumu Tonegawa, Harold E. Varmus y Torsten N. Wiesel; y los ganadores del Nobel de Física Barry Clark Barish, Steven Chu, Albert Fert, Andre Geim, Sheldon Glashow, David J. Gross, John L. Hall, Serge Haroche, Takaaki Kajita, Ferenc Krausz, Anthony J. Leggett, Michel Mayor, Konstantin Novoselov, Giorgio Parisi, Roger Penrose, William D. Phillips, H. David Politzer, Donna Stricland, Kip Stephen Thorne y David J. Wineland.




miércoles, 6 de marzo de 2024

Considero que este articulo debe ser leído por todo político que quiera ponerse al frente de un país y encarar el destino del mismo. Es una radiografía cabal de lo que siente la gente de a pie como uno ante la problemática de la inflación y es sin duda el porqué se le perdona cualquier barbaridad a un presidente, sea del color que sea, si finalmente mata a ese monstruo que se llama INFLACION. Me pone contento coincidir con alguien como Linera.

EL MONSTRUO DE LA INFLACION
(Por Álvaro García Linera)


Era julio de 1985, y en las legendarias ciudadelas obreras de Siglo XX, Catavi, y Huanuni, lo imposible acababa de suceder. El dictador Banzer, aquel que había mandado encarcelar y masacrar trabajadores mineros entre 1971 y 1977, salía abrumadoramente victorioso en la votación electoral de esos mismos reductos obreros que lo habían combatido hasta la muerte.

No habían pasado ni 10 años, y el mundo parecía colocarse de cabeza. En las elecciones generales, la vanguardia proletaria de Central Obrera Boliviana le había entregado de manera abrumadora su voto al dictador devenido circunstancialmente en demócrata

¿Cómo explicar esta debacle de la historia de una clase social que hasta entonces era el epitome de la conciencia revolucionaria del pueblo boliviano? ¿Que había modificado tan radicalmente la mirada del mundo de esos recios obreros? ¿Un extravió de la razón? ¿Una enajenación política? ¿Un monumental engaño? No. Simplemente, la inflación.

Claro, el candidato izquierdista Siles Suazo que había ganado las elecciones en junio de 1980 y, después de golpes militares, había ocupado el cargo desde octubre de 1982, terminaba el año de su mandato con 600 % de inflación. A la crisis económica heredado de la cleptocracia militar, se le había sumado el boicot empresarial; y lejos de buscar una salida de “ajuste” hacia las clases privilegiadas, sus aliados, especialmente del MIR, optaron por sumarse al saqueo estatal. El resultado inevitable, el acortamiento del mandato, la casi extinción electoral del frente y la disponibilidad popular a políticas de shock neoliberal que perduraron 20 años.

Inflación I

La inflación de dos o tres dígitos es un desquiciador social. Volatiza cualquier lealtad social previa. Ante ella, memoria de luchas, comunidades de afecto y acción previamente constituidas, se disuelven espantadas frente al colapso de todas las referencias de orden de la realidad que provoca la incontenible elevación diaria de los precios.

La inflación transmuta convicciones revolucionarias en adhesiones reaccionarias. Desestabiliza gobiernos, castiga a candidatos y puede encumbrar a anodinos políticos como grandes salvadores. La elevada inflación es un agente de la incertidumbre estructural que agrede el horizonte predictivo con el que las personas concurren al mundo cada día Y, lo más relevante políticamente, abre en la estructura cognitiva de las personas, la desesperada búsqueda de nuevos referentes discursivos y propositivos que le ayuden a recuperar la certidumbre del mundo.

Los que mejor comprenden el efecto social corrosivo de la inflación son los empresarios y los gobernantes conservadores. Por eso, cuando han podido, han utilizado esa herramienta para desprestigiar rápidamente a gobiernos de izquierda, como el de Allende en 1973, o el de Bolivia en 1984 y 2008. Y ahora, entre 2022-2024 en EEUU, a la cabeza de la FED, han estado dispuestos incluso a hipotecar el crecimiento económico y caer en una recesión, con tal intentar pararla. Pese a eso, como lo lamenta el premio nobel de economía P. Krugman, la propia mejora del salario real promedio de los norteamericanos en estos dos años, no ha logrado traducirse un repunte de la popularidad del presidente Biden, precisamente por la aun elevada inflación subyacente que le muestra al ciudadano medio que las cosas hoy valen más que hace 3 años. Claramente, en escenarios de elevación de precios, la estabilidad y continuidad de los gobiernos son inversamente proporcional a la tasa de inflación

Los economistas norteamericanos han utilizado muchos bytes para debatir sobre las causas de la inflación desatada desde el 2021. Con el tiempo, los datos aparecieron, mostrando que hubo problemas de oferta más que de demanda, debido a los problemas de abastecimiento de productos básicos, en las cadenas de suministros, en las gargantas de las líneas de transporte (canal de Panamá, golfo de Adén) etc. Y ello fue aprovechado por empresas con “poder de mercado”, para empujar los precios al alza. Lo cierto en todo caso es que, apoyándose en los factores multicausales de los procesos inflacionarios, siempre y en todo lugar, el que sale ganando es el empresario por la posición de fuerza que tiene en el mercado propietario de medios de trabajo y de dinero. Esto hace de la inflación un espacio de antagonismo redistributivo entre el trabajo y el capital, por la obtención de mayores volúmenes de excedente económico que permita, para el primero, compensar el incremento de los precios del consumo básico y, para los segundos, mayores ganancias en medio del desorden de precios.

El dinero

¿Porque este efecto político y culturalmente tan devastador de la inflación? Por el poder social del dinero (Marx). Y, en el capitalismo, por ser el poder social fundamental.

El dinero, en cualquiera de sus formas, de papel, de moneda, de oro, de títulos, etc., tiene un poder extraordinario, casi bíblico: el de convertirse en el satisfactor de cualquier necesidad social. Ya sea comida, bienes inmuebles, artefactos, herramientas, distracciones, placeres, lealtades invenciones, creatividades, descansos, previsiones, apoyos o estabilidad, el dinero puede comprarlos. Apenas despunta una necesidad humana, la que sea, el dinero puede convertirse en ella y satisfacerla. El único límite temporal a esta cualidad de intercambiabilidad, es decir, de compra, es el monto, un hecho meramente cuantitativo. El dinero se presenta, así como un “dios”: el “dios de las mercancías” que pareciera tener vida propia y por cuya propiedad las personas trituran sus vidas y son capaces de matar o de morir.

En el capitalismo, la capacidad de producir bienes y de intercambiarlos, un poder eminentemente social, de todas las personas, deviene en un poder de una cosa: el dinero. En el dinero, el mundo moderno este contenido; la sociedad está comprimida; todo trabajo humano está depositado; el esfuerzo, los deseos, los sacrificios, las actividades y los sueños de cada persona están almacenados. Tener dinero es, por tanto, tener un pedazo, grande o pequeño dependiendo del monto, del mundo, de la sociedad, de las actividades, de los esfuerzos, de las esperanzas de todos los demás.

Inflación II

Por todo ello, cuando este “poder de influencia sobre la actividad de los otros”, es decir el dinero, comienza a depreciarse el mundo de las personas comienza a desquiciarse. Claro, si los ahorros de toda la vida atesorados a lo largo de años, en medio de trabajos insufribles y privaciones constantes, día que pasa ya no equivalen a 10 quintales de azúcar, o al precio de un automóvil como hace 1 mes, sino a 5 quintales de azúcar o a medio automóvil, entonces la mitad de los infinitos esfuerzos que hicieron las personas para acumular un poco de poder monetario se diluyen sin justificación alguna. Si la capacidad de prever el futuro de los hijos, ahorrando para comprar una casa, o pagar los estudios superiores, se evapora misteriosamente, la única certidumbre de vida a la que muchas personas se aferraron durante décadas, ahorrar, se desploma inútil ante el aumento de los precios de las cosas y el recorte de su capacidad de compra. Si la previsión de ingresos mensuales permite a una madre garantizar la alimentación, los servicios y el pago de deudas; y de manera abrupta está obligada a recortar la mitad de los alimentos de sus hijos porque el dinero que recibe ahora equivale a la mitad de los productos que podía adquirir, el pavor a un futuro que se hunde se apodera de sus pensamientos.

El dinero es el vínculo social por excelencia. Diariamente lúbrica las múltiples actividades de todas las personas. Sostiene su cotidianidad y su horizonte predictivo imaginado. Pero la inflación destruye todo eso. La inflación mutila la previsión del destino familiar. La inflación carcome sus vínculos vecinales o sindicales. La inflación dinamita su capacidad de prever mínimamente el porvenir. Con el tiempo, de persistir y aumenta la tasa de inflación, lleva al colapso de sus vínculos sociales y la hunde en la desesperación y la anomia. La pérdida del poco o mediano “poder social” del dinero es la experiencia en cámara lenta del colapso de las certidumbres sociales y del orden del mundo conocido. No por nada Keynes le asignaba al dinero la función de eslabón entre el presente y el futuro.

Al diluirse el orden más o menos previsible del mundo y al carcomerse todos los vínculos personales mediados por el dinero, las personas sufren un colapso cognitivo, una pérdida de las narrativas que daban hasta entonces sentido al curso de sociedad y su destino. Inicialmente habrá una predisposición a salvatajes individuales, como individual es la experiencia del trastorno de su porvenir. Pero también mostraran una disponibilidad a salidas abruptas, de shock que le permitan regresar lo más pronto posible a recuperar la certidumbre frente al porvenir, sin importar el costo para ello. Las inflaciones elevadas, junto con las guerras, los cataclismos naturales, las pandemias y las revoluciones, son de los pocos acontecimientos que conmocionan desde sus cimientos a la totalidad de las sociedades afectadas y se presentan como hechos políticos totales. Pero es el único acontecimiento social total que inicialmente provoca respuestas individuales.

En Bolivia de 1985, la gente acepto despidos laborales masivos, gigantesca devaluación de la moneda, contracción brutal de la inversión pública, pérdida de derechos laborales y el incremento acelerado de la pobreza, siempre y cuando la inflación se detenga. Y la inflación se detuvo. Lo hizo arrojando a la población al subconsumo y el aumento de la pobreza extrema. Pero el dinero volvió a ser dinero con valor anclado. La gente perdió en el “ajuste” una parte sustancial de su capacidad de compra porque no tenía dinero. Pero sabía que, si algún rato lograba tener un poco, su capacidad de compra, o de ahorro, era previsible. El mundo, no importaba si miserable y precario, volvía a ser mundo, porque el dinero volvía a ser dinero, es decir, la “mercancía imperecedera”.

Las políticas de shock neoliberales no son las únicas maneras de frenar la elevada inflación. Las sociedades pueden también sedimentar experiencias colectivas para enfrentar sus problemas personales y mostrar disposición a salidas por el lado del “ajuste” a la gran propiedad y las grandes fortunas, como mecanismos para proteger a los que menos ingresos tienen. Pero en todo caso, esto también requiere una reverberación de voluntades colectivas populares al lado de una voluntad política determinada a enfrentarse a los poderes de la gran propiedad para devolver una parte del “poder social” del dinero a la mayoría de las clases menesterosas. Como insiste Marx, el Estado no puede crear más riqueza solo emitiendo más dinero, pero si se puede producir nueva riqueza, puede expropiarla a los que tienen mucho, para distribuirla a los que carecen de ella, etc.

Pensando en la inflación argentina, en política no hay que subestimar la capacidad de aguante a castigos sociales que tiene la población, con tal que ello redima el horror de la inflación. Y peor si las voces políticas alternas que pueden alumbrar otros cursos de acción posible solo atinan a mantener las condiciones de las viejas angustias a las cuales la gente quiere escapar a cualquier costo. Pero tampoco ha de menospreciarse la frontera del hartazgo colectivo a los sacrificios, más aún cuando el provenir conservador y monetarista que se ofrece es un fósil económico que carece de porvenir factible mundial. Y entre medio de uno y el otro, siempre habrá espacio para realidades aún más degradadas a las existentes.     



 

lunes, 4 de marzo de 2024

...ES UNA COSTUMBRE…


 En el famoso poema de Borges “Milonga de Manuel Flores” esta la frase irónica “Morir es una costumbre, que sabe tener la gente”.  Me permito parafrasearla,  utilizándola en este otro sentido, que como la muerte, se ha hecho costumbre en mi querida y amada Argentina: “Refundar la Patria es una costumbre, que sabe tener el Presidente Argentino”. Milei ha seguido la tradición en su discurso de apertura de las sesiones parlamentarias el pasado viernes 1 de Marzo de 2024.

“…espero que podamos dejar atrás las antinomias del pasado, abandonar las recetas del fracaso y volver, tal como hicieron nuestros padres fundadores hace más de 200 años, a abrazar de una vez y para siempre las ideas de la libertad…”. “…Este momento histórico no es para cualquiera. No es para dirigentes que especulan políticamente, no es para quienes piensan que gobernar es un concurso de popularidad, no es para los que quieren mantener sus privilegios a costa de un país quebrado y no es para almas bellas, para los cuales las formas o las comas en un texto pesan más que la voluntad de cambio. Es para hombres o mujeres de Estado, para patriotas, para aquellos que piensan en la historia, que están dispuestos a arriesgarlo todo en beneficio de la Nación, porque arreglar este país requiere de enormes sacrificios…”. “…Gobernamos para todos los argentinos, incluso para los argentinos que aún no nacieron. Para que algún día, dentro de 30 años, cuando la Argentina sea una potencia mundial, las generaciones futuras miren para atrás y digan “fue ahí, en la Docta, nuestra querida provincia de Córdoba que comenzó el camino a la prosperidad…”. (Javier Milei, 1 de Marzo de 2024).

Milei no ha sido el único y tampoco será el último, sino fíjense ustedes mismo:

“…La voluntad del pueblo, a través de sus representantes, se hace presente hoy en este augusto recinto para dar testimonio de que se inicia en estos instantes una nueva etapa de nuestra vida nacional. La noción de ser protagonistas de este nuevo comienzo, que será definitivo, nos inspira a todos un sentimiento de responsabilidad acorde con el esfuerzo que hoy emprendemos juntos, y nos infunde el valor para afrontar un conjunto de dificultades muy graves que acosan a nuestra patria.” (Raúl Alfonsín, 10 de Diciembre de 1983).

“…Vamos a refundar un Estado para el servicio del pueblo, y no para el servicio de las burocracias que siempre encuentran un problema para cada solución…” “…El pueblo argentino tiene una cita con la historia. Para responder a ese llamado vamos a tener que hacer un esfuerzo conmovedor, que comenzará en esta reestructuración de nuestro Estado nacional. Ella no se agotará en sí misma, sino que será un paradigma claro, con implicancias en el resto de toda la comunidad…” (Carlos Saul Menem, 8 de Julio de 1989).

“…Debemos asumir la realidad de que asistimos a un Estado endeudado e ineficiente, un Estado ausente y que tenemos el deber de refundar, de reconstruirlo entre todos para que sirva a la gente, para que sea un Estado para la gente, capaz de hacer eficiente la inversión social, eliminando gastos superfluos y reduciendo burocracias parásitas que distorsionan la equitativa distribución de los recursos. Cada peso mal gastado o perdido por la corrupción o la evasión significa un niño sin zapatillas o un chico desnutrido o una escuela sin libros o un hospital sin remedios…” (Fernando de la Rua, 10 de Diciembre de 1999).

“…Pensamos el mundo en argentino, desde un modelo propio. Este proyecto nacional que expresamos, convoca a todos y cada uno de los ciudadanos argentinos y por encima y por fuera de los alineamientos partidarios a poner mano a la obra de este trabajo de refundar la patria. Sabemos que estamos ante un final de época; atrás quedó el tiempo de los líderes predestinados, los fundamentalistas, los mesiánicos. La Argentina contemporánea se deberá reconocer y refundar en la integración de tipos y grupos orgánicos con capacidad para la convocatoria transversal en el respeto por la diversidad y el cumplimiento de objetivos comunes…” (Nestor Kirchner, 25 de Mayo de 2003).

“…La entrada al siglo XXI, que la Argentina en cierto sentido ha retrasado, es una gran responsabilidad de este gobierno y es un motivo de gran excitación, de gran entusiasmo…” “…Invitamos a todos a sumarse a esta apasionante tarea de ser pioneros de un mundo nuevo. Queremos que la Argentina entre en el siglo XXI incorporando políticas de gobierno abierto…” (Mauricio Macri, 10 de Diciembre de 2015).

“…Desde la humildad con la que escucho y desde la esperanza que millones de compatriotas han expresado en las urnas el pasado 27 de octubre, vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano social. Un contrato social que sea fraterno y solidario. Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente; solidario, porque en esa emergencia social es tiempo de comenzar por los últimos para después poder llegar a todos. Este es el espíritu del tiempo que hoy inauguramos, con sobriedad en las palabras y expresividad en los hechos…” (Alberto Fernández, 10 de Diciembre de 2019).

Cristina Kirchner no tuvo que “Refundar la Patria”, porque ya lo había hecho su esposo Néstor cuatro años antes, en eso se salvo de caer en la “costumbre” aunque “ganas y empeño” no le faltaron.

Pobre pueblo argentino que no ha logrado desembarazarse de semejante ciclo eterno de refundaciones patrióticas, construyendo finalmente para todos, algo tan liso y tan llano como, UN PAIS, con lo que eso implica, algunas cosas comunes que le sirvan a todos.