Uno de
los máximos críticos de la desigualdad mundial vino al país invitado por uno de
los cinco empresarios más ricos de la Argentina
(Por Marcelo
Zlotogwiazda, INFOBAE)
Llama la atención que una de las personas con
una fortuna de miles de millones de dólares y que es parte del pequeñísimo
grupo que se ha beneficiado de la inequidad y concentración de la riqueza que
impera aquí y en el mundo haya invitado a un académico con una visión de
izquierda como el serbio Branko Milanovic. Lo peculiar se entiende si se
tiene en cuenta que el Boletín Techint se ha caracterizado en sus 60 años de
vida por publicar muy buenos ensayos y con criterio pluralista.
Además, tal vez otro de los motivos de la
invitación es lo que en la presentación del seminario dijo Guillermo Hang,
el director ejecutivo de la revista: "La creciente desigualdad
constituye un peligro para el capitalismo democrático".
Si los individuos se preocupan
más acerca de su posición relativa en donde viven que lo que pasa en China o en
el mundo entero, esa percepción acerca de la creciente desigualdad neutraliza
las ventajas de la caída en la desigualdad global
La misma preocupación que en reiteradas
oportunidades manifestó desde la ex titular del Fondo Monetario
Internacional, Christine Lagarde, hasta los más acaudalados empresarios
como Bill Gates o Warren Buffet. Incluso, como se verá más
adelante, el World Economic Forum que todos los años reúne a presidentes,
ministros y a lo más selecto del establishment mundial en Davos, acaba de
difundir estadísticas espeluznantes sobre el nivel de concentración y
desigualdad de riqueza.
Eso también explica que figuras como
Milanovic o Thomas Piketty con su best seller El
Capital en el Siglo XXI, suenen como candidatos a Premio Nobel.
Sorprendiendo a quien no haya leído su último
libro publicado aquí, Desigualdad Mundial (está por editarse Capitalism Alone),
Milanovic comenzó la conferencia mostrando que en los últimos años la
desigualdad de ingresos entre las personas en el mundo entero no ha aumentado
sino disminuido. La explicación es que el impresionante incremento en los
ingresos de China y otros países de enorme población, como India e Indonesia,
hizo emerger una gran clase media mundial. El lo denomina "el
rebalanceo del mundo".
Pero de inmediato aclaró un punto central: la
desigualdad mundial ha caído pero la desigualdad dentro de los países ha
aumentado. Y mucho. Tanto si se mide por ingresos como por patrimonio. "Lo
políticamente clave es que las personas perciben la desigualdad en sus
países", dijo.
La concentración del ingreso
reforzará el poder político de los ricos, y eso hará que los cambios a favor de
los pobres en política tributaria, en el financiamiento de la educación pública
y en el gasto en infraestructura sea menos probable
Agregó: "Si los individuos se preocupan
más acerca de su posición relativa en donde viven que lo que pasa en China o en
el mundo entero, esa percepción acerca de la creciente desigualdad neutraliza
las ventajas de la caída en la desigualdad global. Y eso cobra preponderancia
política".
Propone que el acceso a la educación sea
'significativamente igualitario'. Eso quiere decir que no debe haber escuelas
para ricos y otras para pobres, sino que cualquiera pueda elegir donde
estudiar, independientemente de su condición social
Aún cuando entre los 7.500 millones de
habitantes de la Tierra hay menos diferencia que antes, Milanovic aportó datos
que revelan que de todas maneras la desigualdad es obscena. Medido por
ingresos:
–
7 por ciento de gente en el mundo vive en condiciones promedio como hace dos
siglos.
– 45 por ciento como hace un siglo
– 33 por ciento como hace 150 años
– Sólo un 15 por ciento goza del nivel de vida promedio que hoy tiene la humanidad.
– 45 por ciento como hace un siglo
– 33 por ciento como hace 150 años
– Sólo un 15 por ciento goza del nivel de vida promedio que hoy tiene la humanidad.
En su libro se explaya sobre las causas del
fenómeno, que a la vez se potenciarán si la política no introduce cambios en el
capitalismo.
– "Los ingresos de capital están y
seguirán estando muy concentrados".
– "Aquellos que obtengan altos ingresos
de capital y del trabajo serán las mismas personas, lo que exacerbará la
desigualdad".
– "Los individuos altamente
especializados y ricos en capital y en trabajo tenderán a casarse entre
sí".
– "La concentración del ingreso
reforzará el poder político de los ricos, y eso hará que los cambios a favor de
los pobres en política tributaria, en el financiamiento de la educación pública
y en el gasto en infraestructura sea menos probable".
Eso se refuerza por el hecho de que los ricos
se desentienden de lo público, en la medida que ellos se basan cada vez más en
la educación, la salud y la seguridad privada.
Define a ese conjunto de factores como
"una tormenta perfecta".
Milanovic sostiene que, más allá de que en
China gobierne un partido llamado Comunista, que sea único, y que no haya
democracia, en el mundo sólo ha quedado el capitalismo. Pero un capitalismo que
caracteriza como "plutocrático", e incluso como una especie de
"dictadura de la burguesía".
El 46 por ciento de la riqueza
total está en manos de apenas 28 millones de personas, que tienen en promedio
una fortuna de casi 5 millones de dólares
Su diagnóstico crítico da paso a las
propuestas de cambio. Entre ellas sobresalen algunas clásicas como por ejemplo:
–
reformas drásticas en los esquemas tributarios;
– aplicación de impuesto a la herencia;
– mecanismos obligatorios de distribución de la propiedad mediante el reparto de acciones.
– aplicación de impuesto a la herencia;
– mecanismos obligatorios de distribución de la propiedad mediante el reparto de acciones.
Pero aporta algunas ideas muy originales.
Propone que el acceso a la educación sea "significativamente
igualitario". Eso quiere decir que no debe haber escuelas para ricos y
otras para pobres, sino que cualquiera pueda elegir donde estudiar,
independientemente de su condición social.
Y aporta el concepto de "igualdad
existencial", lo que se traduce en que todos deberían tener el mismo
tiempo de vacaciones, trabajar la misma cantidad de horas, por ejemplo.
Para poner números al mundo que explica
Milanovic, los datos que el World Economic Forum divulgó anteayer indican,
sobre un total de riqueza mundial estimada en 280 billones
(280.000.000.000.000) de dólares:
–
70 por ciento de la población adulta tiene menos de 10.000 dólares.
– 21,3 por ciento entre 10.000 y 100.000.
– 7,9 por ciento entre 100.000 y un millón.
– 0,7 por ciento más de 1 millón.
– 21,3 por ciento entre 10.000 y 100.000.
– 7,9 por ciento entre 100.000 y un millón.
– 0,7 por ciento más de 1 millón.
Eso significa que el 46 por ciento de la
riqueza total está en manos de apenas 28 millones de personas, que tienen en
promedio una fortuna de casi 5 millones de dólares.
De acuerdo a cálculos de la
consultora Wealth X, en el país hay algo más de mil personas con un patrimonio
neto superior a los 30 millones de dólares, que disponen en conjunto de 140.000
millones
Milanovic visita un país en crisis pero en el
que la desigualdad no ha sido un tema demasiado presente en la discusión
política. El debate suele focalizarse sólo en la pobreza. Que es parte del
asunto. Pero sólo una parte.
Y eso que la Argentina tiene niveles de
desigualdad de ingresos y riqueza que se han ido pareciendo a los de América
Latina, que son los más elevados del mundo.
Para medir la desigualdad de ingresos se
utiliza un coeficiente llamado Gini. Toma valor cero si todos tienen el mismo
ingreso, y llega a uno en el hipotético caso en que uno tenga todo. Es decir,
cuánto más alto, mayor desigualdad. Según mostró en el seminario la
expositora Roxana Maurizio, en 1974 el Gini de la Argentina era 0,36 y
actualmente (antes del último sacudón) era de 0,46.
Una drástica y dramática suba hasta un nivel
altísimo.
En cuando a la riqueza, de acuerdo a cálculos
de hace un par de años elaborados por la consultora Wealth X, en el país
hay algo más de mil personas con un patrimonio neto superior a los 30 millones
de dólares, que disponen en conjunto de 140.000 millones.
Uno de ellos es Paolo Rocca, que ayer
escuchó atentamente toda la exposición de Milanovic.