Cualquier cadáver se considera con el derecho de manifestar a gritos los deseos que había logrado reprimir durante toda su existencia de ciudadano, y no contento con enterarnos de sus mezquindades, de sus infamias, a los cinco minutos de hallarnos instalados en nuestro nicho, nos interioriza de lo que opinan sobre nosotros todos los habitantes del cementerio.
(Oliverio Girondo, “Poema 11” )
“A la Muerte ”
Solitaria semilla
húmeda y empobrecida
que arrugo su piel
en aquella conversación
de cumpleaños por acuerdo
al final de este siglo
Pudo ser un árbol
como Ceiba con muchos años
donde se depositaran lo males
de este Mundo
sin embargo subió a la cruz
tantas veces utilizadas
para callar su silencio
Sintió soberbia
de no poder decir entiendo
superada por una realidad
que enseño solo a repetir
las fantasías de otros
Experimento la visita
de aquella señora de seda
que llega cuando todo se ha hecho
y te invita hacer el amor
con medias y sombrero
Al país
la negó
por un papel y una menta
que pudiera recoger
sus silencios
conectó sin embargo
su contestador automático
para un próximo ring
en el 2030
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Me leeré varias veces
descubriendo que no he dicho nada
total
hace mucho que estoy ciego
total
hace mucho que soy mudo