A raíz de
algunas lecturas por estos días en algunos blog cubanos y de otros paises, dejo
unas reflexiones que hice el 20 de Junio de 2012, y otra el 1 de Marzo de 2018, además de un post interesante leído
en el blog de Iroel Sanchez y que reproduje aca el 30 de Agosto de 2016.
LA PÍLDORA
DE LA ESPERANZA
En los albores de la humanidad apareció
alguien, quién más listo que los demás, por su inteligencia o por sus
habilidades manuales se gano el liderazgo de un grupo y acto seguido se dio
cuenta que para mantenerse al frente era necesario despertar ese gen dormido
que alguien nos había colocado en la cadena de ADN...La Esperanza.
Los líderes actuales en cualquier latitud han
provocado en algunos casos la destrucción y en otros la confusión de los nucleótidos
en la cadena de la molécula que nos da vida.
Y esto lo planteo por la realidad que hemos
vivido en la historia de la humanidad, un mismo pueblo es capaz de abrazar las
ideas más justas con fervor y en unos pocos años aplaudir a líderes que lo
mismo lo llevan a masacrar a otro pueblos o a gritar jubiloso por un cambio
que sólo recortara el bienestar y los derechos conquistados y eso sólo es
posible explicar sí nuestro gen de esperanza ha sufrido alguna mutación en
algunos casos reversible o en otros definitivo.
Ejemplos de la historia reciente de los
pueblos confirman mi apreciación. Tal es el caso de la Argentina donde hace apenas
una década era llevado por sus líderes a una economía neoliberal que vendía
como ellos mismos afirman "hasta las joyas de la abuela" y
actualmente nuevos líderes llevan jubilosos a su pueblo hacia una política más
nacional y defensora de su patrimonio, el pueblo ha sido el mismo, los
vendedores de esperanzas distintos. España hasta hace poco abrazaba la social
democracia con una cantidad de beneficios sociales nunca antes visto por su
pueblo y en unas elecciones reciente mayoritariamente ha elegido a un líder
capaz de echar atrás lo alcanzado y sometiendo a su pueblo a pagar con su sudor
por varias generaciones, la fiesta que se hicieron los ricachones banqueros que
se bañan en champagne francés.
Mi Cuba no se ha quedado atrás con el deterioro
del susodicho gen, en más de 50 años hemos tenido dos dirigentes (primero Fidel
y ahora Raúl) que han tenido la facilidad como aquellos primeros líderes
humanos de alimentar el gen, hacernos creer una y otra vez que ahora sí y no
antes "estamos en el camino correcto", lo que parecen desconocer es
que este gen en algún momento se atrofiará y habrá que hacer ingentes
esfuerzos para que LABIOFAM desarrolle la píldora de la esperanza.
No terminaría bien estas ideas sí no dejara
en claro que la esperanza no se alimenta sola por amor al arte, los líderes
saben que algo de lo prometido tienen que hacer para seguir dando combustible
al gran motor de la humanidad, así ha sido en todas las latitudes, por ejemplo
Menem en su momento en la Argentina mientras hacia sus negociados con las
privatizaciones, creaba una economía con todos los servicios funcionando como
un relojito suizo para 4 millones de argentinos que con una moneda estable se
permitía ir a Miami y comprar con aquella famosa frase de la clase media de
"dame dos". A su vez esos 4 millones y los dueño de los medios de
comunicación daban la sensación de prosperidad que se convertía en la esperanza
del resto de los 35 millones de argentinos que ansiaban llegar allí.
La Revolución Cubana cambio el panorama de un
país, le dio oportunidades reales de educación y salud a toda la población,
hubo momentos de mayor esplendor en estos temas, pero siempre estuvieron, nos
dio dignidad como país independiente y soberano que no abrazaba como antaño la
bandera de los Estados Unidos, trato de diversificar una industria
nacional prácticamente inexistente antes de ella, creo una base
cientifica-tecnica en un país pobre como el nuestro, llevó a
puestos estelares la diversificación del deporte, la mujer cubana y el
negro fueron vistos y tratados ante la ley como iguales, construyó
escuelas y hospitales como nadie lo hizo en un país del tercer mundo,
construyó carreteras asfaltadas hasta lugares impensados de la isla, estos
logros y otros indiscutibles fueron la base de la medicina para mantener vivo
el tan preciado gen de la esperanza, pero otras esperanzas se desvanecieron en
el camino, nunca se resolvió el problema alimentario, nunca se resolvió el
problema del transporte público, nunca se resolvió el problema de la vivienda,
nunca se resolvió definitivamente el problema del salario, del agua, del
alcantarillado, y así otros más, nunca resolvimos el problema de la libertad a
la crítica sin represalias, nunca resolvimos el problema de cómo y quienes
deciden la suerte de la nación (hasta ahora en manos de un reducido grupo de
cubanos históricos, que no son eternos)...en fin el mar como dice mi hija.
Creo que desde el Homo Habilis hasta la fecha
hemos vivido, amado y hasta hemos muerto con esperanza, los nuevos líderes terrícolas
que siguen siendo más habilidosos que el resto de los mortales están acabando
con lo único que los humildes conservamos, por lo pronto yo espero con
esperanza la píldora que renueve mi gen gastado.
EL CAPITALISMO DE PUNTAJE PEQUEÑO*. Por Andrzej
Szahaj
No fue casual que el gran sociólogo alemán
Max Weber vinculara el nacimiento del capitalismo con la ética protestante, al
afirmar que éste no hubiera podido surgir si los primeros capitalistas no
hubieran estado guiados por ciertas consideraciones cosmovisivas y éticas que
los hacían invertir el dinero ganado, y no gastarlo en el consumo del día.(1)
Aquí los detalles de la argumentación de Weber no son importantes, porque lo
esencial es otra cosa: su convicción de que el capitalismo nació no sólo del
afán de lucro, sino también de profundos móviles éticos. Esta tesis es creíble,
especialmente si tomamos en consideración también a los padres fundadores de
esa forma de administración y organización de la vida social, como Adam Smith o
John Locke. Ellos consideraban el capitalismo (la economía de mercado libre)
como un proyecto ético. El mismo constituiría una medicina para la anterior
limitación de la libertad (no sólo la libertad de administrar, sino la libertad
como tal) y permitir la realización libre de los planes de vida individuales.
En este sentido, los liberales ante todo establecían bases de ideas para la
nueva forma de vida económica, percibían su actividad como profundamente
revolucionaria y —diríamos hoy— emancipatoria. Ésta arrancaría a los hombres de
entre los brazos de un sistema rígido e injusto de dependencias feudales que no
permitían la liberación de la iniciativa de los individuos, bloqueaban los
canales del avance social y contribuían a un enorme despilfarro de fuerzas y
talentos humanos.(2) En este sentido, el liberalismo era una corriente
progresista que aprovechaba los mejores elementos de la ideología de la
Ilustración y que les daba a la gente la oportunidad de alcanzar el éxito y la
realización personales. No hay nada de asombroso en que entre los admiradores
de la economía capitalista estuviera incluso Carlos Marx, quien percibió
claramente ese carácter progresista del capitalismo y su enorme potencial de
liberación de energía humana y de cambio de las relaciones sociales encostradas
y sumamente injustas. No por casualidad escribió aprobatoriamente en el
Manifiesto comunista “hoy todo lo sólido se desvanece en el aire”. Y aunque en
modo alguno consideraba el capitalismo como el cumplimiento de las esperanzas
que de una vida mejor la humanidad tenía, lo apreciaba como sistema que alguna
vez permitiría el cumplimiento de esas esperanzas, aunque fuera por el hecho de
que garantizaría un nivel de productividad que permitiría más tarde
repartir de manera justa la riqueza, y no la pobreza. Tampoco es casual
que en la narración de los Padres Fundadores de los Estados Unidos haya tanta
esperanza ética de tiempos mejores en el Nuevo Mundo, en el que la propiedad
privada usada para el bien de todos devendría fundamento del bienestar y la
libertad.(3)
Podríamos multiplicar los ejemplos de ligazón
de la fe en el mercado libre con valores éticos. Sin embargo, hasta pensadores
neoliberales, con Frederic von Hayek y Milton Friedmann al frente, percibieron
su apego a las ideas del mercado libre en una perspectiva ética, juzgando
que proyectaban no sólo el modo de administración más eficaz, sino también el
más ético. Siguieron sus huellas también los apologistas polacos del
mercado libre, como Miroslaw Dzielski, que se imaginaban que el capitalismo
polaco sería una realización de ciertos ideales éticos, tanto más cuanto que el
mismo obtendría apoyo de parte del cristianismo como doctrina que lo protegería
de las desnaturalizaciones que aparecieron en su seno ya en el siglo XIX y
dieron como fruto vicios tales como la avidez, la falta de miramientos, la
soberbia, o la insensibilidad del corazón4 (esta última la estigmatizó de
manera magnífica Charles Dickens, moralista creyente en la posibilidad de
corregir a los hombres mediante la apelación a su conciencia). Esa esperanza
del reforzamiento ético del capitalismo por la ética cristiana tomaba también
de los ejemplos de grandes capitalistas del siglo XX (ante todo
estadounidenses) que, en enorme medida bajo la influencia de ella, se
entregaban a la actividad filantrópica, fundaban universidades, hospitales,
bibliotecas, salas de concierto, construían barrios modelo para obreros.
También en parte al cristianismo le debemos diferentes ideas para la corrección
de las desnaturalizaciones del capitalismo que se hicieron claramente visibles
en el siglo XIX. Adquirieron la forma de diferentes movimientos que tenían por
objetivo el mejoramiento de la suerte de los obreros, apoyaban las ideas del
establecimiento de un estado social y la destinación de la energía del mercado
capitalista a la satisfacción de las necesidades de todos los estratos sociales
(un ejemplo excelente de este tipo de abordaje fueron las ideas del así llamado
ordoliberalismo, concepción económica y política que después de la Segunda
Guerra Mundial devino el fundamento de la concepción de la economía de mercado
social en Alemania).(5) Si añadimos a esto la constante presión para civilizar
el mercado capitalista que proviene del movimiento obrero organizado y de los
liberales socialmente sensibles (a ellos les debe Gran Bretaña el surgimiento
del estado social), obtenemos una imagen de la situación en la que el
capitalismo como cierto sistema de administración y organización de la vida
social fue sometido a una continua presión ética que lo obligaría a que se
subordinara a las exigencias éticas de limitar el daño humano, la injusticia, y
contribuyera a la maximización del bien. Todo eso condujo a la
constitución, en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, de cierto
consenso de casi todas las fuerzas ideológicas y políticas, consistente en el
consentimiento de la acción del capitalismo con la condición de que éste se
sometiera a los ideales, más importantes que él mismo, del constante
mejoramiento del destino de todas las personas que se hallaran en el círculo de
su influencia. Ese consenso, que se manifiesta ante todo con la aprobación de
la existencia del estado social, fue roto en los años 80 del siglo XX de
resultas de una ofensiva de las fuerzas extremistas, hasta entonces tratadas
como un extremo no peligroso, una curiosidad en la esfera de las ideas, y una
alternativa nada seria para el status quo existente. Esas fuerzas se
congregaron bajo la bandera de algo que en Europa se dio en llamar
neoliberalismo, y en Estados Unidos, libertarismo. Esa “contrarrevolución
neoliberal”, como la llamó el profesor Andrzej Walicki,(6) obtuvo un éxito
deslumbrante al establecer de facto una hegemonía de cierto modo de
pensar sobre la economía y el Estado —entre otras cosas, haciéndole creer
a todos que no hay ninguna alternativa a él. Pero la victoria de los
neoliberales resultó, a decir verdad, pírrica, lo que la última crisis mostró,
además, claramente. Porque hoy ya no cabe ninguna duda de que el
neoliberalismo, en vez de reforzar al capitalismo, lo condujo al borde de un
abismo, lo que motiva que actualmente sea preciso defenderlo de sí mismo. Pero
no es eso lo que más me interesa en este momento. Mucho más importante me
parece la percepción de que ese capitalismo suelto de la correa con el
que estábamos tratando (¡y seguimos tratando!) condujo en el curso de las
últimas décadas a inauditas devastaciones morales. Pruebas de ello tenemos
demasiadas, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Los análisis de
la última crisis, que en este momento ya existen en gran número,
evidencian claramente que en el curso de las últimas décadas tuvo lugar el
proceso de constitución de un modelo del capitalismo como engaño organizado.
Todos trataban de engañar a todos y ser más astutos que todos, al tiempo
que se desmontaban y echaban abajo todas las barreras morales. La moralidad
perdía frente al mercado. En su forma neoliberal, el capitalismo puso de
manifiesto sus peores rasgos y liberó fuerzas oscuras en las personas que lo
realizaban. Esa total descomposición moral del capitalismo, visible de la mejor
manera en los Estados Unidos, tampoco nos pasó por alto a nosotros. No hay día
en que nuestros medios no nos informen sobre casos que violan la ley de las
confabulaciones de precios, intentos de construir monopolios, de servirse de
los instrumentos de la corrupción a fin de obtener la supremacía sobre otros
sujetos económicos, de contratos deshonestos en los que lo más importante
está escrito en puntaje pequeño con la esperanza de que el cliente resulte un
tonto que no leerá eso; la así llamada optimización tributaria, que no es otra
cosa que un intento de engañar a todos los conciudadanos que pagan impuestos en
la convicción de que de esa manera cumplen un deber ciudadano; el desprecio por
las leyes laborales y la maximización de la ganancia a costa del daño (los así
llamados contratos basura son un buen ejemplo de ello); la desvergonzada
ocultación, so capa del aseguramiento de la eficiencia económica, de la
creciente explotación de los trabajadores; el aprovechamiento de la asimetría
informacional con el fin de atraer a las personas a modos de acción de la bolsa
que recuerdan cada vez más una gran pirámide financiera. Particularmente penosa
es la socialización de los jóvenes para la mentira y la manipulación, al
obligarlos a engañar a los clientes. La confrontación del joven de disposición
idealista con la maquinaria de acción de la institución en la que la
preocupación por la ganancia ha desalojado todos los escrúpulos morales, es a
menudo el comienzo del quebrantamiento del carácter. De ese modo se
realiza una depravación en gran escala, que ha adquirido hoy día un carácter
sistémico. Por este último entiendo no sólo la escala de ese proceder, sino
también el hecho de que es condicionado por la situación general de
hipercompetencia, en la que únicamente tienen oportunidades de éxito las
empresas económicas que se adaptan a la lucha de mercado que no respeta
ningunas reglas, incluidas las reglas morales. Si la condición para mantenerse
en el mercado es el empleo de ardides deshonestos, hasta el más moral
empresario o simple trabajador terminará por someterse a la lógica del juego,
en el que o se juega deshonestamente o se cae, y él mismo comenzará a jugar
deshonestamente. De esa manera la desmoralización deviene una condición
sistémica del éxito económico.
¿Qué llegó a ser la causa de esa total
descomposición moral del capitalismo? En mi convicción, no se trata de que las
personas se hayan vuelto hoy, de algún modo esencial, peores desde el punto de
vista moral de lo que eran antes, sino de que con ayuda de la retirada del
Estado del cumplimiento de la función de regulador del mercado y custodio de
las reglas del juego, y también de la eliminación gradual del papel de la
cosmovisión religiosa como regulador factual, y no sólo declarado, de las
acciones humanas, hallaron expresión las fuerzas más destructivas que residen
en el capitalismo desde el principio mismo. Porque éste es un sistema no
particularmente sensible a las consideraciones morales. Su propia lógica de
acción lo empuja hacia el nihilismo. Únicamente el estar sometido a una presión
externa constante, procedente ante todo del Estado, pero también de
instituciones de la sociedad civil como los sindicatos o las iglesias, puede
obligarlo a honrar los principios morales y a cierta decencia en el tratamiento
de todos los que se hallan en la órbita de su influencia. Pero lo más
importante es buscar recetas para su saneamiento no tanto en cursos de ética de
los negocios, sino en una acción legislativa (sistémica) tal que provoque
que la deshonestidad y el engaño organizado se vuelvan simplemente no
rentables. Recientes decisiones del gobierno estadounidense que tenían por
objetivo el castigo doloroso de las instituciones financieras que contribuyeron
a la última crisis (ante todo bancos y agencias calificadoras) indican que una
parte de las élites políticas de los EUA ha tomado conciencia de que no hay que
reparar en nada en el proceso de su autodepuración y autorreparación. La escala
de la hipocresía de la clase dominante en el “capitalismo de casino” sometido a
la financierización, y su habilidad para incluir cínicamente en el
cálculo de riesgo de su acción la necesidad de destinar parte de las ganancias
a los fines de pagar diversas penas, obligan al Estado a apelar a medios que
duelan tanto como para hacer no rentable ese proceder. La toma de conciencia
del grado de depravación de esa clase muestra que el capitalismo desprovisto
del control del Estado se convierte en un mecanismo sistémico de desmoralización
conducente a la desintegración del tejido social (a la anomia). Vale la pena
recordar que la deslegitimación definitiva del capitalismo, que inevitablemente
sobrevendrá de resultas de ese proceso (¿sobrevino ya?), puede conducir a
imprevistas turbulencias sociales de carácter revolucionario. La ira y la
frustración crecientes durante años pueden conducir a una explosión social.
Deben recordar esa posibilidad todos los partidarios del status quo existente
que tratan todas las tentativas de corregir la acción del capitalismo
tendientes a devolverle un rostro más humano como un atentado a la eficiencia
de la administración o a “la sacrosanta ley de la propiedad”. Particularmente
en nuestro país, donde los procesos de estratificación social y la escala de
explotación y dependización del capital extranjero7adquieren dimensiones que
permiten plantear la tesis de una gradual conversión de Polonia en la
Bangladesh de Europa.
Traducción del polaco: Desiderio Navarro
* “Kapitalizm drobnego druku”, Kapitalizm
drobnego druku, Instytut Wydawniczy Ksiazka i Prasa, Varsovia, 2014, pp.
171-178.
(1) Véase M. Weber, Etyka protestancka a duch
kapitalizmu, trad. de J. Mizinski, Test, Lublin, 1994.
(2) Véase S. Homes, Anatomie antyliberalizmu,
trad. de J. Szacki, Znak, Cracovia, 1998.
(3) Véase S. Filipowicz, Pochwala rozumu i
cnoty. Republikanski credo Ameryki, Znak, Cracovia, 1997.
(4) Véase M. Dzielski, Bóg, wolnosc,
wlasnosc, Ksiegarnia Akademicka, Cracovia, 2007.
(5) Véase R. Skarzynski, Panstwo i spoleczna
gospodarka rynkowa, ISP PAN, Varsovia, 1994.
(6) Véase A. Walicki, “Kontrrewolucja
neoliberalna”, Gazeta Wyborcza, 15-05-2014.
(7) “La nueva estructura de propiedad de
firmas y activos financieros que se está formando muestra las limitadas
posibilidades de acción del capital del país y la debilidad económica de la
‘clase media’ y de la élite de los negocios nacionales. Al mismo tiempo, esa
estructura es un importante indicador de la ‘perifericidad’ económica de
Polonia sobre el fondo de los estados euroccidentales de la Unión
Europea. Confirma también los pronósticos de que la liberalización del
comercio con Occidente y la apertura a los libres flujos de capital le asignan
a Polonia el papel de fuente de personal de nivel medio con baja paga y
‘subejecutantes’ de las corporaciones internacionales, que subordinan el
desarrollo de sus secciones locales a las preferencias del capital de los
países altamente desarrollados” (K. Jasiecki, Kapitalizm po polsku. Miedzy
modernizacja a peryferiami Unii Europejskiej, ob. cit. p.227).
Andrzej Szahaj. Filosófo de la
política, historiador de las ideas, profesor de la Universidad Nicolás
Copérnico de Torun. Es miembro del Comité de las Ciencias Filosóficas de la
Academia Polaca de Ciencias y del Comité de las Ciencias de la Cultura de la
misma academia. Últimamente ha publicado los libros Teoría crítica de la
Escuela de Frankfurt (2008), Relativismo y fundamentalismo. Ensayos de
filosofía de la cultura y de la política (2008), Liberalismo, comunitariedad,
igualdad. Ensayos de filosofía de la política (2012), Sobre la interpretación
(2014) y El capitalismo de puntaje pequeño (2014).
NO VIVIR EN ESPERANZAS (escrito el 1 de Marzo de
2018)
Ya lo dijo Nietzsche, la verdad, es la mentira más eficiente, de ahí
la diferencia entre lo bueno y lo malo, donde el primero siempre soy yo, así
que lo que escribiré a continuación solo será del agrado de quien encuentre en
estas líneas, sus propios argumentos ya pensados con anterioridad. En
definitiva eso es lo que hacemos siempre, podemos hasta encontrar un discurso
con tremendísimos argumentos, científicos inclusive, pero seguiremos creyendo
lo que alguna vez pensamos, el Mundo es así como lo imagino yo y punto.
Cuba no tiene oportunidad de ser un país prospero y sostenible, sino
se acaba el bloqueo, pero no solo por ello, aunque sea fundamental, Cuba podrá
vivir en su resistencia 100, 200, 1000 años más, o hasta que el Mundo
desaparezca aislado y frio, porque a Estados Unidos no le cuesta nada someter a
Cuba en su más brutal bloqueo, es mi interpretación más eficiente de la
realidad que se vive. Resistir, es resistir, jamás de ahí se podrá por
"ósmosis" llegar a lo prospero, y sobre esta ultima "metáfora"
póngale lo que le quiera poner a su significado. Se ha creado un
Mundo económico en la Isla, que atrasa indiscutiblemente y se trata de repartir
lo poco que se produce de un manera primitiva, es decir para ser Cuba un país
prospero y sostenible, se deben tener relaciones de producción abiertas,
flexibles, adaptables a las circunstancias cambiantes, de manera natural, sin
traumas y rápidas, para producir se necesita de maquinarias modernas,
eficientes con acceso a los mercados internacionales, que el bloqueo hace
imposible, se necesita de inversiones por montos de 2500 millones de dólares
anuales como mínimo, que hasta ahora no se han producido y que el bloqueo hace
imposible. ¿El tiempo pasa, y que se hace?, Se sobrevive, "lo de prospero
y sostenible", es una quimera convertida en la mentira más eficiente, y
fíjense que acá no hablo de volver al Capitalismo, porque esa sería una mentira
con eficiencia cero para mí.
Veamos algunos datos sacados de un artículo que recientemente he leído
de José Luis Rodriguez en Cubadebate (*).
"...En lo relativo a los 805
medicamentos que conforman el cuadro básico, se presentaron serias dificultades
que se arrastran desde el 2016, ya que si bien la lista de faltantes -producto
de la ausencia de financiamiento oportuno- se redujo de 68 en agosto del 2016 a
44 en diciembre del 2017, estas cifras comprometen la eficiencia de tratamiento
de enfermedades crónicas de gran incidencia en la población y se alejan de las
coberturas que se lograron en la segunda mitad de los años 2000.[1] Para
resolver gradualmente esta situación, en el 2017 se planificó una
importación de medicamentos por 375 millones 600 mil dólares, cifra que resulta
3,5 veces lo ejecutado en el 2015."
"...No
obstante haberse logrado mantener un grupo de indicadores sociales
básicos, en el 2017 se revelaron importantes elementos que ilustran
las tensiones sociales provocadas por problemas que no han podido resolverse en
los últimos 10 años.
En efecto, en la
ANPP en su sesión de julio del pasado año se informó que el déficit
habitacional del país alcanzaba alrededor de 880 000 viviendas, cifra superior
al faltante de 600 000 existente a la altura del año 2004. En este sentido las
viviendas construidas en el 2017, sumando las construidas por el Estado y la población,
fueron 23 200 solamente, a pesar de subsidios por 6 000 millones de pesos que
se han entregado en los últimos años a los constructores por esfuerzo propio.
También agrava la situación habitacional las viviendas afectadas en los últimos
años por los huracanes que han azotado la isla, las que suman 239 863 al cierre
del 2017.[4] Todo lo anterior se conecta con el déficit de materiales de
construcción, en el que se observa que –en relación a 1989-
actualmente la producción es el 29,2% de la lograda ese año."
"...Bajo
estas condiciones el Presupuesto enfrentará un déficit de 11 425 millones de
pesos, equivalente al 11,4% del PIB, que será financiado con deuda pública, de
la que -a su vez- se amortizan este año 2 370 millones de pesos para ir asegurando
la sostenibilidad de nuevos préstamos en el futuro."
"...En
relación al comercio exterior, los pronósticos apuntan a mantener el mismo
nivel de exportación de bienes con un incremento de las importaciones del 5%,
cuestión inevitable a corto plazo, en tanto el saldo de la balanza de servicios
tiende a variar ligeramente. Todo esto lleva a que –si bien la balanza
comercial total se mantiene positiva- el saldo de la misma se reduce, aunque el
saldo favorable de cuenta corriente se prevé que gire en torno a los 2 200
millones de dólares, mientras que en la cuenta de capital se espera un flujo de
inversión extranjera de unos 600 millones de dólares.
Por último cabe
esperar un aumento del 1,6% en el salario medio y del 2,8% en la productividad
del trabajo.
En medio de la
tensa situación por la que atravesará la economía en el 2018, el país ha
definido un conjunto de nueve “prioridades entre las prioridades”,[7]que cubren
desde las inversiones en infraestructura y el crecimiento de los ingresos en
divisas, hasta la recuperación de los daños causados por los huracanes y el
aseguramiento de los medicamentos del país."
Como vemos el país tiene un déficit alto de
casi 11,5% del PBI, las inversiones son de apenas 600 millones de dólares con
la gran necesidad en infraestructura que existe, producimos poco con salarios
magros y nuestra deuda externa es alta. Un combo que de prospero y sostenible
tiene poco. Ahora bien, se resiste y el estado hace lo imposible por garantizar
los logros en educación y salud, pero se es lento para resolver los problemas
de la gente no solamente porque los mecanismo económicos son arcaicos, sino porque
en definitiva hay pocos recursos disponibles.
José Luis Rodriguez, quien fue Ministro de
Economía de Cuba, y actual asesor del Centro de Investigaciones de la Economía
Mundial, en dicho artículo propone algunas cosas para mirar con lupa y tener en
cuenta:
"...–Para
mejorar el equilibrio financiero externo pudieran valorarse un conjunto de
medidas que contribuirían a alcanzar ese objetivo, entre las que cabe destacar:
4.- Obtener nuevos
créditos a mediano y largo plazo para asegurar las importaciones corrientes del
país, tomando en cuenta que el pago de la deuda externa debe asegurarse con
compromisos no mayores del 40% del PIB."
"...- En el
ámbito de la inversión extranjera directa:
b) Crear un fondo
conjunto de inversiones con las remesas que entran al país entre la banca
cubana, los remitentes y los receptores, con pagos de intereses que hagan
atractiva la modalidad y tomando en cuenta la experiencia existente
internacionalmente en este sentido.
c) Promover
centralmente inversiones con capital extranjero para proyectos que permitan
incrementar prioritariamente la producción nacional de alimentos y la de
materiales de construcción. Asegurar de manera independiente las operaciones de
exportación e importación asociadas a estos proyectos.
d) Ampliar la
participación de la banca cubana en bancos multilaterales de desarrollo, tales
como la Corporación Andina de Fomento-Banco de Desarrollo de América Latina
(CAF) con la que ya se han iniciado algunos acuerdos.
–Para mejorar a
corto plazo la eficiencia económica y estimular el incremento de la producción
y la productividad del trabajo, pudiera tomarse en cuenta lo siguiente:
2.- Emitir bonos
de deuda pública que puedan ser adquiridos por los ciudadanos cubanos con
recursos para ello, tomando en cuenta el aumento de la liquidez monetaria que
viene ocurriendo en los últimos 5 años. Esto permitiría contar con fondos
adicionales para financiar presupuestariamente la ampliación de programas
específicos como la construcción de viviendas o las inversiones en el sector
agroalimentario o de la industria de materiales de construcción sin generar
nuevos déficits fiscales.
3.- Tratar de
acelerar la descentralización del proceso de gestión en las empresas estatales,
otorgando las facultades previstas en los documentos de política económica
aprobados y segregando –gradualmente- recursos para materializar esta decisión.
Igualmente, incrementar los recursos fiscales destinados a obras de desarrollo local.
- En relación al
sector no estatal:
a) Crear
condiciones para la venta a precios mayoristas de los suministros básicos que
requieren las operaciones aprobadas para este sector. Aún sin desarrollar
totalmente una red de mercados mayoristas, se puede incrementar el
abastecimiento de productos mediante su importación en consignación y su venta
en CUC previa adquisición de los CUC en moneda libremente convertible.
b) Privilegiar los
mecanismos económicos para regular la actividad del sector privado y
cooperativo y no los mecanismos administrativos. En principio, el Estado deberá
competir con este sector en base a precio y calidad de sus productos,
introduciendo además una política que estimule la inversión de las ganancias
del sector no estatal en la creación de empresas mixtas con el Estado o en la
creación de fondos de inversión conjuntos, entre otras medidas."
En Cuba y fuera de ella, se habla mucho de
los temas políticos, el multipartidismo, el regreso al Capitalismo y otras
yerbas, a ver gente, es como querer jugar al beisbol con pelota de rugby, si la
cuestión de Cuba fuera que con esos temas políticos resolveremos los problemas,
díganme donde está, no ya el "desarrollo económico", sino lo
"prospero y sostenible", en Costa Rica, Republica Dominicana,
Guatemala, Haití, Nicaragua, Belice, etc, inclusive teniendo Capitalismo y
Multipartidismo sus índices sociales son inferiores a los de Cuba.
El tema en Cuba es económico y no quiero
vivir en esperanzas, Cuba tiene pocas posibilidades de llegar a ser
"prospero y sostenible" en los próximos años, si los yanquis
persisten en su tarea de hambrear al pueblo de Cuba con todas sus armas
económicas.
(*) http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/03/26/cuba-y-su-economia-el-2017-recien-concluido-y-un-2018-que-apenas-comienza-v/#.WrkkCC7waM8