A veces esta bueno volver a leer las ideas
enunciadas y predicadas en un momento determinado de la historia que le toco
vivir a uno, ideas, que por otra parte en su esencia me marcaron y que hoy se
ven reflejada muchos años después, un poco vetusto uno, en tu país de origen.
Recuerdo que cuando regresamos a Cuba en Febrero de 1988 de la URSS nos miraban
y nos escuchaban como bichos raros, "ideológicamente" pervertidos,
nada, no me importa que aquellas ideas costaron imponerse, y que más de uno las
acallo con soberbia, imponiendo su jerarquía momentánea por llevar un apellido
que no merecía, por suerte, con muchas dificultades humanas he logrado
mantenerme coherente en esencia con todo el pensamiento político que me formo
como individuo, doy gracias a Dios, de que tuve el inmenso privilegio de vivir
determinadas experiencias humanas de las que salí fortalecido para el futuro.
De aquella época perduran amigos entrañables de los que siempre sentí el calor
humano a pesar que no siempre entendieron o coincidieron con las ideas que uno
pregonaba. No había una "verdad revelada", solo se pedía la
posibilidad de la confrontación y discusión de ideas, toda obra humana es
perfectible, está hecha por nosotros, "tan
abyectos y desarmados" que siempre tendrá errores.
SEGUNDA
PARTE
La interesante entrevista reunida en un
pequeño libro de 1987,"Perestroika: La revolución de las esperanzas.".
Entrevista a Kiva Maidanik, investigador soviético, sobre dicho proceso.
Publicado en: Nicaragua, Editorial Vanguardia 1ª ed., 1987; Honduras, Ediciones
Bandera Roja, PCH, 1987; Venezuela, Vadell Hermanos Editores, 1988; Chile,
Editorial Terranova, 1988; España, Editorial Txalaparta-Gebara, 1988; El
Salvador, Ediciones Sistema Radio Venceremos, 1988; Ecuador, Editorial La
Quimera, 1988. México, Editorial Nuestro Tiempo 1988.
En
la presentación del libro en 1987 su
autora deja dicho lo siguiente:
"Lo
que ocurre actualmente en la Unión Soviética es seguido con gran atención por
el movimiento revolucionario y progresista del Tercer Mundo. Pocos imaginaron
que el proceso iniciado con el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917
sería conmovido tan profundamente, setenta años después, por una “nueva
revolución dentro de la revolución”, como hoy se caracteriza a la perestroika
en el país de los Soviets. Una conferencia de Kiva Maidanik, -historiador
soviético, dedicado a los problemas del Tercer Mundo, investigador del
Instituto de Economía Mundial yRelaciones Internacionales-, en la Escuela de
Cuadros del Frente Sandinista en septiembre en Managua, a la cual tuvimos
ocasión de asistir, motivó esta entrevista. Pensamos de inmediato cuán útil
sería hacer llegar a la información que nos proporciono y sus reflexiones, como
ciudadano soviético y cientista social a quienes hoy están deseosos de conocer
más a fondo, tanto en Nicaragua como en el resto de nuestro continente, el
proceso de cambios que se desarrolla en la URSS. Que este trabajo sea un
modesto homenaje al setenta aniversario de la revolución que empezó a cambiar
la suerte de los oprimidos de la tierra."
Marta
Harnecker
III. LOS EJES DEL NUEVO MECANISMO
ECONÓMICO.
¿Cuáles son los principales ejes del
futuro mecanismo económico?
40. —Se trata de la creación de un mecanismo
autosostenido de desarrollo económico; del paso de la gestión en que dominan
los factores administrativos de “orden y mando”, a la gestión en la que dominan
los factores económicos en todos los niveles; del paso de la preponderancia del
dictado del productor, a la preeminencia de los intereses del consumidor, sea
este el individuo, la empresa o la sociedad; del paso del predominio absoluto
de la acción autoritaria, verticalista, del centro hacia la periferia, a la
integración de ambos; del paso al mejoramiento y perfeccionamiento del sistema
de dirección central coordinado con una amplia autonomía de las empresas. Se
trata de un sistema que está basado, y debe a la vez garantizar, la
coincidencia de tres intereses: el individual, el colectivo y el social. Debe
ser un sistema moderno, dinámico, que asegure la prioridad de la calidad, del progreso
técnico, del ahorro.
41. Pero no basta insistir en todo esto y en
proclamarlo. Estos criterios deben ser garantizados por palancas económicas y entre éstas por el interés
material del trabajador, tanto del productor comodel consumidor y por el
principio de la autogestión, de la participación democrática de los trabajadores
en la gestión de las empresas. Puede y debe superarse la ruptura entre el
productor inmediato y el proceso de producción. O sea, el sistema debe
establecer la unidad orgánica, la conjugación del centralismo renovado con la
democracia que se amplía en forma vertical y horizontal.
42. La Ley de Empresa Socialista constituye
el núcleo del nuevo mecanismo. Fue aprobada hacedos meses. En ella se considera
a la empresa como el eslabón decisivo de toda la economía. Los 10 principios
fundamentales de esta ley son: el autosostenimiento, el autofinanciamiento y la
autogestión de las empresas...
¿Podría explicarme más en qué consiste
la autogestión y esta Ley de Empresa Socialista?
43. —Antes, como le expliqué, la empresa
recibía todos los índices de su actividad, hasta los de suactividad cotidiana,
desde arriba en forma de plan obligatorio. En la nueva concepción de la gestión
económica el número de estos índices se reduce drásticamente y la intervención
desde arriba en la vida cotidiana de la empresa se elimina por completo. Fuera
de los índices señalados, la empresa tiene completa libertad de decisión y de
acción. El colectivo es el usufructuario de la propiedad socialista: elabora el
plan, firma los acuerdos, decide cuantos trabajadores necesita, cuales serán
sus normas de trabajo y salario, a donde mandar su producción y así por el
estilo. No existe un presupuesto destinado a la empresa, se
financia con sus propios ingresos. Los resultados reales de su capacidad
productiva, expresados en el producto final y no en cifras abultadas sirven de base
para el salario así como para la ampliación, modernización, etc., de la
empresa. Por otra parte, mientras más, mejor y más barato produzca, lo que
presupone una innovación técnica permanente, venderá su producción con mayor
facilidad y mayores ganancias.
Hasta aquí se ha referido a los
intereses del colectivo laboral, pero ¿cómo asegurar que éstos coincidan con
los intereses de toda la sociedad?
44. —Para asegurar los intereses, no solo de
la empresa, sino de la sociedad en su conjunto habrá 3 ó 4 palancas
principales:
45. Primera palanca: el Estado proporciona a
la empresa las cifras orientadoras: cuanto necesita la sociedad, cual pudiera
ser la producción, cual pudiera ser la eficiencia mínima, cómo se presenta el índice
más adecuado del reparto de “ganancias”. Estas cifras no tienen el carácter de
“orden y mando”, no son obligatorias; solo son cifras orientadoras que deben
ayudar a la empresa a conocer las necesidades de la sociedad y el nivel mínimo
de la eficiencia económica. La empresa las toma en cuenta cuando elabora el
plan y nada más.
46. Segunda palanca: los encargos o demandas
del Estado. O sea, el Estado, sus organismos
centrales piden a la empresa una determinada
cantidad de productos que ésta debe venderles. Una parte de la producción de la
empresa debe estar destinada a responder a estos encargos que son prioritarios
y varían según la rama de producción. Cuando se trata, por ejemplo, de empresas
de petróleo, de carbón, o de acero, la mayor parte de esta producción debe
responder a encargos o pedidos del Estado. Pero, en lo que a otra clase de
industrias se refiere, se piensa que, por lo general, la mitad de la producción
estará destinada a cumplir la demanda directa del Estado y la otra podrá ser
destinada a quien lo solicite: a otras empresas, a las tiendas, etc.
47. Tercera palanca: las normativas
económicas estables, y subrayo “estables” porque, ¿cómo era antes la
situación?: la empresa recibía el plan y si lo sobrecumplía, al año siguiente
le hacían un plan más exigente, lo que determinaba que la empresa no estuviera
interesada en sobrecumplir el plan. Ahora ya no. Las normativas económicas
serán estables, sólo variaran cada cinco años. Estas se refieren al pago de los
descuentos que la empresa hace al Estado por los recursos que utiliza. La empresa
paga al Estado por la fuerza laboral, la maquinaria, el terreno y otros
recursos que ocupa. Estos pagos constituyen la parte del ingreso
de la empresa que va al Estado. Pero, nuevamentequiero subrayar, son estables,
es decir, si la empresa ahorra en recursos eso redundará en beneficio de la
empresa y no ocurrirá, como ha sido hasta ahora, que a una determinada empresa
le quiten el resultado de su trabajo para apoyar a otra empresa que trabaja
mal.
48. Cuarta palanca: los precios. El Estado
fijará gran parte de los precios. Si la empresa produce más barato, mejor para
ella: como los precios se mantendrán estables, el ingreso de la empresa y de los
trabajadores será mayor. Ahora, para producir más barato la innovación
científico-técnica es el mejor camino.
¿Es efectivo que los colectivos eligen
a los directores de las empresas?¿ Cómo se garantiza en este caso que los obreros
elijan al candidato más eficiente y exigente y no al mediocre que les facilita
un trabajo más cómodo, más fácil?
49. —La empresa funcionará basándose en la
combinación de la dirección centralizada, la dirección de la empresa y la
autogestión socialista del colectivo de trabajadores. Se combina la
elegibilidad de los cargos con la dirección centralizada. Se eligen: el
director de la empresa, los dirigentes administrativos, los jefes de brigadas,
etc., que, además, deben rendir cuentas dos veces al año frente al colectivo de trabajadores. La
asamblea de trabajadores constituye el organismo supremo. Entre las asambleas
existe un consejo del colectivo de trabajo, también electo, donde los representantes
de la administración no pueden constituir más del 20%; el 80% son
representantes directos de los trabajadores. Se trata, por lo tanto, de una
gestión muy diferente a la que había existido hasta ahora, donde son los
trabajadores los que deciden todos los problemas de la organización interna de
empresa, la producción, la plantilla, etc.
50. Uno de los puntos principales y más
conflictivos de esta reforma es el siguiente: la empresa no es responsable por
la situación económica de la rama de producción a la que pertenece. ¿Qué significa
esto? Que el Estado, los ministerios, los órganos de poder, no tienen derecho a
sacar recursos de esa empresa fuera de lo establecido a largo plazo. El
resultado de los ingresos de la empresa serán el resultado del trabajo del
colectivo. No habrá limites a este ingreso. Pero también esto quiere decir que
el Estado no va a mantener a flote una empresa que trabaja mal. No va a seguir
corrigiendo año tras año los planes, pagando las deudas, compensando sus
perdidas. Claro que primero hará lo posible por ayudarla a solucionar sus
problemas a través de créditos, suspensión de pagos, etc., pero si, a pesar de
ello, la situación se mantiene, la liquidara, con la obligación absoluta de dar
trabajo a sus trabajadores.
51. Creo que con lo que le he dicho podrá
entender por qué, aunque puede haber excepciones, la tendencia general y
creciente de los colectivos de trabajadores será elegir al director más
eficiente y más exigente y no al que les puede facilitar las cosas en el
trabajo. Al depender los beneficios económicos y sociales del trabajador
directamente de los resultados económicos de su empresa, éste está interesado
en que su centro de trabajo marche lo mejor posible ya que es así como él
saldrá más beneficiado, y esto solo puede lograrse si el colectivo elige a un
administrador eficiente, creativo pero al mismo tiempo, necesariamente
exigente. Ya se han dado varios casos que demuestran que así vota la masa
trabajadora.
Acláreme, ¿cuál es la función del plan
en este nuevo modelo?
52. —El plan central debe definir las
prioridades y objetivos estratégicos del desarrollo socio-económico del país,
las direcciones de la política de inversiones, del desarrollo científico-técnico,
de la acumulación de potencial científico, educacional, cultural, de defensa,
pero no debe controlar el quehacer cotidiano de la empresa. Se eliminan los
planes anuales, habrá solo planes quinquenales y, lo más importante, planes a
largo plazo (15 años). En ese contexto son los estímulos económicos la palanca
principal y que más incidencia debe tener en la acción cotidiana de las
empresas. Estos deben crear las condiciones para que las empresas, orientadas
por las cifras de control, estén interesadas en buscar los caminos más
eficientes para satisfacer las necesidades de la sociedad, es decir, para
producir más, y lo principal, producir con mejor calidad.
¿Y qué ocurrirá con el suministro
técnico-material? ¿Entendí que antes las empresas recibían todo desde arriba?
53. —El sistema de abastecimiento
técnico-material cambiará por completo ¿Cómo es la situación de hoy? Existe un
suministro centralizado y gratuito. Eso quiere decir que más o menos en el mes de
octubre o noviembre los directores de empresas se aparecen en masa en Moscú y
comienzan a tratar de “exprimir al Estado”. A veces usando la fuerza de su
elocuencia, a veces intentado otros caminos. Esta situación va a cambiar. En 4 ó
5 años a lo sumo debe pasarse del suministro centralizado al comercio al por
mayor. Una empresa debe poder comprar a otras empresas todo lo que necesita
directamente siempre que no se trate de inversiones especiales y especificas:
industria de guerra, grandes obras nuevas y así por el estilo.
5
4. Esto es algo muy importante porque, ¿qué
pasa en la actual situación? Cada director de empresa trata de obtener la mayor
cantidad de reservas, con la intención de prevenir cualquiera situación anómala
que pueda presentarse. Como esto no le cuesta nada no le importa tener una gran
cantidad de productos inmovilizados. Esto explica la enorme suma de reservas
que nosotros tenemos en este momento en las empresas: alrededor de 300 mil
millones de rublos. Casi la mitad de la producción anual de nuestra industria
esta concentrada en peso muerto en las empresas.
¿Y qué pasará en relación con los
precios?
55. Se hará una reforma radical del sistema
de fijación de precios. Sin este paso el nuevo mecanismo económico no podrá
funcionar. Ahora todos los precios y tarifas son fijados por arriba, y algo
todavía más grave, los precios en su mayoría, no reflejan los costos reales
sino que sirven, más bien, para la redistribución de los ingresos entre las
ramas, las empresas, etc. Pero, para que los precios correspondan al nivel real
de los costos de producción como a las necesidades de la modernización, ahorro,
etc., deben dejar de desempeñar el papel de mecanismo de redistribución. Se
aumentaran ante todo los precios de los recursos energéticos.
56. El desarrollo extensivo se basaba, en
gran medida, en que la tierra, el agua, los recursos naturales, o no costaban
nada, o costaban muy poco. Por ejemplo, el petróleo como combustible, para
nosotros, para la industria química, etc., costaba muy barato porque su precio
fue fijado pensando en su utilización para la calefacción de los hogares y así
por el estilo. Una gran parte de las subvenciones va a ser reducida pero no tanto
aquellas relacionadas con los productos que recibe el pueblo este es uno de los
problemas más complejos y conflictivos, sino todas las subvenciones
intermedias, que sirven para apoyar a las empresas que trabajan mal.
57. Y además de los precios centralizados que
van a seguir existiendo, van a aparecer los precios especiales por la
producción nueva, los precios por contrato entre las empresas, y su peso
específico crecerá. Claro que esto, no voy a negarlo, va a provocar problemas,
porque habrá que preocuparse para que la liberalización de los precios no
afecte el nivel de vida de la población y, de modo particular, de los menos
remunerados.
58. También se hará una reforma financiera
general para sanear las finanzas y devolver al crédito su papel real. En la
Unión Soviética el crédito con frecuencia se transforma en asistencia ya que
rara vez llega a cobrarse. La tarea más importante de esta reforma financiera
es la de acabar con la posibilidad de que la empresa reciba beneficios antes
que se venda su producción, antes que las mercancías por ella producidas sean recibidas
y aceptadas por el consumidor (otras empresas o la población). Eso es lo
principal.
59. Estas son algunas de las reformas
proclamadas y proyectadas.
Hasta aquí ha hablado de las empresas,
¿qué ocurre con la actividad productiva individual? ¿Favorecer esta
actividad no significa un riesgo de regreso al capitalismo?
60. —Se hace mucho ruido en torno a esto que
me plantea. Efectivamente, actualmente se permite yfomenta la actividad productiva
individual, igual que las cooperativas de producción y servicios, de tipo
artesanal, desde los zapateros y taxistas, hasta las cosas más pintorescas, con
dos condiciones fundamentales muy importantes: primera, esta actividad
individual debe realizarse fuera del tiempo dedicado al trabajo principal
dentro de la economía socialista. Si el trabajador quiere ganar más, que gane
fuera de su jornada habitual de trabajo, pero esto será permitido solo a los
que trabajen también en las empresas socialistas. Y segunda, está completamente
prohibido usar fuerza de trabajo ajena. Pueden trabajar en eso sólo los
productores mismos, o los miembros de su familia y nadie más.
61. Quizá le interese conocer algunas cifras
al respecto. El producto del trabajo individual equivale actualmente al 0.1%
del producto del trabajo de la URSS y lo que se busca, y tal vez no se logre alcanzar,
es que llegue al 0.5%.
62. Ahora, Ud. misma puede constatar que
tanto esto, como el conjunto de medidas que caracterizan la remodelación, no
significan un regreso al capitalismo. No habrá explotación del hombre por el
hombre; se eliminará, a través de la autogestión, toda alienación del productor
con respecto a sus condiciones de trabajo otro índice del capitalismo; se
mantendrá el principio de la economía planificada, la que sólo cambia de forma,
depurándose tanto de los elementos transitorios y obsoletos, como de las
deformaciones reales; y, se restablecerá y se fortalecerá el principio
socialista principal: a cada uno según su trabajo.
Pero, ¿a qué cree Ud. que se deben
entonces, las expresiones de triunfo en Occidente, por una parte, y las
aprehensiones de algunos sectores de izquierda, por otra, tanto en relación con
el trabajo individual del que hablábamos, como en relación con el nuevo
mecanismo económico en general?
63. —No hablaré de las primeras, ya que entre
los que así se expresan hay algunos que nocomprenden nada; otros están en lo de
siempre: enterrando el socialismo lo están haciendo desde hace ya 70 años,
parece que no los amenaza el desempleo; y, por último, los más inteligentes se
muestran aparentemente contentos, estando internamente preocupados. Las
aprehensiones que tienen importancia mucho mayor son, creo, las de algunos
sectores de izquierda, que también se hacen sentir en nuestro país,
relacionadas, entre otras cosas, con deficiencias en nuestro desarrollo teórico.
Acerca de ellas ya hablaron nuestros dirigentes a mediados de 1986 y en enero
de 1987. En esta entrevista es imposible que me detenga en un análisis
exhaustivo de esta cuestión. Solo me referiré brevemente a varios de los
argumentos utilizados.
64. El primer argumento esta basado en la
interpretación, a mi modo de ver totalmente incorrecta aunque comprensible,
según la cual “socialismo” equivale a “estatismo”, es decir, se piensa que sólo
el Estado puede ser sujeto de la gestión socialista y, por lo tanto, cualquier
estrechamiento de las funciones del aparato central, equivale, en esta óptica,
a debilitar el socialismo y fomentar el capitalismo. Creo que este planteamiento no
se basa en argumentos científicos. Nunca los fundadores del socialismo
científico dijeron eso, nunca. Al contrario, siempre pusieron el acento, hablando
del socialismo y del comunismo, precisamente en los colectivos o asociaciones
de trabajadores, en la autogestión, en la extinción del Estado. El crecimiento
real y enorme del papel del Estado se debe, no a la teoría socialista, sino a
razones históricas concretas nacionales e internacionales. En primer lugar, al
hecho de que las revoluciones hayan triunfado en los países atrasados, donde
sólo el Estado pudo movilizar e integrar a la sociedad y, en segundo lugar, a
las necesidades prioritarias de defensa de estos países contra el enemigo
imperialista. Y sólo después la necesidad fue convirtiéndose en
virtud, elaborándose la teoría y la imagen de que el Estado omnipoderoso y
omnipresente es la encarnación misma del socialismo en todas sus fases y en
todos los países. Creo que como verdad teórica universal este planteamiento es
erróneo, mientras en la práctica todo depende de la situación concreta:
nacional e histórica.
65. Estas aprehensiones se basan también en
un segundo argumento: la afirmación de que el fortalecimiento de las relaciones
monetario-mercantiles, que sí van a desarrollarse dentro del modelo nuevo,
sería incompatible con el socialismo y equivale a dejar entrar el capitalismo
por la puerta de atrás. En lo económico la base real de este argumento es el
hecho de que las relaciones monetario-mercantiles son realmente atributos del
capitalismo. Pero, es necesario recordar que las relaciones de mercado, como
tales, pueden desarrollarse en cualquier régimen de producción, servir a
cualquier régimen de producción, no solo al capitalista: pueden servir al
esclavista, al feudal y también pueden servir al socialista. Para Lenin
(particularmente el de los años 1918, 1921-22) no existía una contradicción
antagónica entre socialismo y mercado Entre socialismo y explotación, sí; entre
socialismo y mercado, no. Claro que el socialismo no puede basarse en el
mercado, pero el mercado sí puede ser una parte del engranaje económico del
socialismo, un instrumento muy eficiente para revelar el valor real,
socialmente necesario de la producción. De la misma manera el capitalismo no
puede basarse en el plan, pero Ud. sabe muy bien que se sirve del plan. Por
supuesto que solo se trata de servirse del mercado y no de llegar a ser su
esclavo. Sin duda hay que mantenerse vigilante para que la forma no haga
degenerar el contenido. Este peligro existe y nosotros, conscientes de ello,
haremos lo posible para que esto no ocurra. Pero este mismo problema tiene
también un aspecto ideológico: las relaciones monetario-mercantiles como
parte del ser social que determina cierta conciencia social e
individual. Aquí la situación es más compleja y contradictoria, aunque no tanto
desde la óptica del socialismo como tal, sino partiendo de la perspectiva del
paso al comunismo...
66. El tercer argumento esta relacionado con
la cuestión de la justicia social. ¿No será esta reforma un atentado
contra los principios de la igualdad, de la justicia social en el socialismo?
Yo creo que en este caso se trata de una percepción inadecuada de lo que es la
justicia social dentro del socialismo al reducirla al problema de la
nivelación, olvidando el principio de “a cada cual según su trabajo”.
Efectivamente el resultado lógico de la acción del nuevo mecanismo será la
diferenciación de ingresos y, como consecuencia de ello, de los niveles de vida
de la población, de acuerdo al rendimiento de cada trabajador, de cada empresa,
de cada institución. Pero eso no sólo no contradice, pensamos, el socialismo,
sino al revés, defiende sus valores: a cada uno según su trabajo y no
según el hecho de encontrarse o hacer acto de presencia simplemente en el lugar
de trabajo, aunque se llegue borracho o se holgazanee ocho horas
dentro de la oficina. Se trata de una remuneración según la cantidad y calidad
real del trabajo, y de un trabajo que sea necesario y no superfluo como
el materializado en esos miles de mercancías que están llenando las bodegas
porque no se venden por su baja calidad.
67. Esto golpeara, sin duda, a los
burócratas, a los holgazanes, pero eso no tiene nada que ver con la infracción
de los valores del socialismo. Si se golpeara a los trabajadores de las
empresas que cierran, eso sí debería preocuparnos; ahí sí se deberían adoptar
medidas, por algo somos un país socialista, por algo la defensa social
significa el principio de toda sociedad socialista. De todos modos la
diferenciación de los ingresos, siempre y cuando el criterio sea el trabajo
realizado y necesario, no contradice en nada al socialismo —otra
cosa sería si habláramos del comunismo.
Ud. habla de socialismo y ya dos veces
mencionó el comunismo. Me surge entonces una nueva pregunta: ¿cómo lograr,
usando estos mecanismos económicos, que surja la conciencia comunista? Le
pregunto esto porque, si el socialismo es un período de transición hacia un
modo de producción pleno que es el comunista, me parece que es necesario ir
avanzando hacia ese objetivo y, por lo tanto, creo que no hay alternativa: o se
avanza hacia el comunismo o se regresa hacia el capitalismo.
68. —Bueno, este es, creo, un argumento más
fuerte. Se basa en el hecho de que se estima que el empleo de las leyes del
mercado, el uso del estímulo material como palanca fundamental, la preocupación
por la ganancia, fomentará la formación de una conciencia individualista. Aquí tocamos
un problema realmente muy conflictivo, pero antes de tratar de discutirlo yo
quisiera recordar las palabras de Lenin: “No confiar directamente en el
entusiasmo sino en la ayuda del entusiasmo que engendra la gran revolución, y
sobre la base del interés personal, el estímulo personal, (...) comenzar a
construir (...) los sólidos puentes que nos llevaran (...) al socialismo”.
69. Creo que no sería realista definir hoy el
estado de ánimo de una gran parte de los trabajadores nuestros como de
entusiasmo revolucionario. De un entusiasmo que correrían el riesgo de ser corrompidos
por el mercantilismo, por el interés material. No es el interés de trabajar más
y mejor para cobrar más lo que constituye el obstáculo, la traba mayor de la
concientización de esa parte de las masas en la URSS, sino la tendencia a
trabajar menos, sin dar importancia a la calidad, a sabiendas de que de todos
modos van a recibir lo mismo. La nivelación de los ingresos y salarios, hoy
día, en muchos casos, se presenta no como el producto de los logros del
socialismo, sino de sus deficiencias, y sirve de caldo de cultivo, tanto a los
privilegios y corrupción de unos como al parasitismo social, de otros.
70. Ahora, con el nuevo mecanismo económico
sí habrá gente que va a tener un salario mayor que otros, y puede darse así un
aumento en el desnivel de los ingresos, que, estoy de acuerdo, es incompatible
con el ideal comunista. Pero creo que, incluso desde el punto de vista de
conciencia comunista, y no solo socialista, será un paso adelante respecto a la
situación en la que el nivel de vida de muchos iguala al de otros, sin que eso
corresponda, ni mucho menos, a un esfuerzo igual. La conciencia comunista del
hombre nuevo es incompatible con el parasitismo social que, de hecho es más
bien a fin a la explotación.
71. Por todo esto, no sería correcto, me
parece, hablar de retroceso respecto a la situación que había, ni
siquiera desde el punto de vista de la conciencia, aunque reconozco que el
problema de como acceder a la conciencia comunista no se resuelve por el nuevo
mecanismo económico. Porque, fuera de lo de la autogestión, este no rebasa el
horizonte del homo economicus que debe ser superado en el camino al
comunismo. Es por ello que damos tanta importancia al otro componente de la perestroika:
a la democratización,
72. Podría, entonces, resumir lo que he dicho
hasta aquí: la reforma económica no debilita el socialismo que fue hace 70 años
la bandera de nuestra revolución sino que esta llamada a superar las formas y
mecanismos propios del período de transición y de la “fortaleza sitiada”, por
un lado, y rectificar las infracciones de los principios socialistas que
surgieron precisamente por no haberlos superado cuando fue necesario, por otro.
Lo que nos proponemos como dice el compañero Gorbachov, es vigorizar el
socialismo, abandonar todo lo que obstaculiza su desarrollo y frena su progreso,
utilizar su enorme potencialidad en función de los intereses del pueblo, poner
en marcha y dinamizar todas las ventajas de nuestro régimen social dotándolo de
formas más modernas.
IV. LA DEMOCRATIZACIÓN: GARANTÍA DE
IRREVERSIBILIDAD DEL PROCESO.
Si el paso al desarrollo económico
intensivo reclama un cambio en el mecanismo de gestión económico, ¿qué es lo
que condiciona su implantación? ¿Cómo ponerlo en marcha y hacerlo funcionar?
73. —Consideramos que sería una utopía pensar
que esto es posible dejando intacta la superestructura de la sociedad. El
mecanismo nuevo presupone el trabajo creador, presupone superar la inercia, el
inmovilismo, la cultura del estancamiento que se ha impuesto durante casi dos decenios
y la resistencia más o menos consciente de las fuerzas que están interesadas en
conservar las cosas tal como están como marxistas sabemos que detrás de todo
mecanismo, de todo sistema, existe el interés, si no de clases, por lo menos de
algunos grupos. Es aquí donde llegamos a lo más profundo de la perestroika, a
la renovación, democratización, de toda la sociedad, según los criterios de
Marx y Lenin. Creo que es aquí donde la idea central de la perestroika: más
socialismo, adquiere todo su significado.
¿Qué relación existe entre las medidas
económicas y el proceso de democratización en marcha? ¿Es una forma de vencer
esa cultura del estancamiento de la que ha hablado? ¿Por qué se insiste tanto
en la importancia del factor humano?
74. —Si uno analiza los planteamientos del
Partido en los últimos 30 meses, se ve que desde el comienzo mismo, desde el
Pleno de Abril, la democratización estuvo presente en la lógica del proceso y
en los documentos del Partido, aunque el peso específico de este elemento ha
ido en aumento constante.
75. Ya en marzo, y de modo particular en
abril del año 1985, fue subrayada toda la importancia de lo que nuestro Partido
define como el factor humano en y para el proceso de aceleración.
Factor humano, primero en el sentido de los factores del crecimiento económico
que dependen directamente del comportamiento humano (individual): más orden,
más disciplina, más iniciativa, más empeño en el trabajo, lo que tiene una
importancia particular para el desarrollo en la fase actual, cuando no ha sido
puesto en marcha todavía el nuevo mecanismo económico y no han podido dar fruto
las nuevas inversiones modernizantes, es decir, cuando todavía no se ha
producido el salto tecnológico. Factor humano, también en un sentido ya más
profundo y constante, para hoy, para mañana y pasado mañana, en el sentido de
dar una importancia mucho mayor que antes a la satisfacción de las necesidades
humanas inmediatas, materiales y culturales, sin postergarlas para el futuro.
Factor humano también, en el sentido de prestar atención, tanto teórica como
práctica a la categoría misma del interés del individuo, sin supeditarlo
como antes, completamente, al interés de la sociedad. Y factor humano como
aspecto central del socialismo, que se desarrolla en torno y guiándose por la
moral y los valores humanos, donde todo debe pasar por el hombre.
76. El factor humano ha ocupado un lugar muy
importante, como le dije, desde el comienzo de los planteamientos del Partido.
En el XXVII Congreso, o sea, un año y diez meses después del Pleno de Abril, el
problema desbordó los marcos de lo económico y social, planteándose los
problemas de la democratización política, la necesidad de la discusión,
de la participación permanente del pueblo en el proceso de elaboración de las
decisiones estratégicas. Pero a mí me parece que fue fundamentalmente después
del Congreso, y de modo particular, desde mediados de 1986, cuando el problema
de la democratización, que está estrechamente vinculada a la renovación de la sociedad
tomada en su conjunto, pasó a ocupar un lugar central.
77. ¿A qué se debe esta evolución? ¿Cuáles
son los grandes hitos en el proceso de democratización?
78. —Yo creo que la evolución se explica por
varios factores. La profundización del trabajo teórico del Partido permitió
descubrir, detrás de muchas fallas concretas en todas las esferas, un mecanismo
que las atravesaba a todas y que fue definido en el Pleno de Enero de 1987,
como el “mecanismo de freno”. Este se hizo más evidente cuando se
descubrió que las raíces de las fallas eran más profundas de lo que algunos
creían en un comienzo. Para llegar a ellas había que analizar no sólo
los últimos años, sino toda nuestra historia. Sin eso no se podría ni
superar los defectos, ni impulsar su rectificación, ni asegurar la
irreversibilidad del problema.
79. Pero no sólo se llega a esta conclusión
gracias a un análisis teórico más profundo. Estoy seguro que no menos
importantes fueron las enseñanzas prácticas del proceso que confirmaron lo
mismo: la fuerza de la inercia, la imposibilidad de superarla sin la
participación directa de las masas y la imposibilidad de lograr esta
participación sin convertir a las masas en sujetos del proceso. Esta ha sido la
gran lección que hemos sacado de la experiencia pasada, de los procesos de
renovación empantanados. Sin la democratización general de nuestra sociedad,
esto no es posible. Y, afortunadamente, poco a poco, ese despertar de las masas
se ha venido alcanzando, son los primeros brotes de “la revolución de las
esperanzas”, como la ha llamado el compañero
Gorbachov.
80. Ya, hoy día, la democratización de toda
la vida de la sociedad se presenta como la condición principal, sine qua
non, de todo el proceso. Así fue enfocado el problema en el Pleno de Enero
y, después, en todos los planteamientos de la dirección del PCUS de este año.
81. En enero de 1987 se dijo que “solo el
individuo que se siente dueño en su casa puede poner orden en ella'” y que esta
idea debía traducirse cada día en actos ya que de otro modo el factor humano
sería ineficaz. Se insistió en que la perestroika no es posible sino
mediante la democracia, gracias a la democracia. “Solo así puede liberarse la
fuerza más poderosa del socialismo: el trabajo libre y el pensamiento libre
dentro de un país libre”.
82. “La democratización constituye el
instrumento que nos permite hacer entrar en la perestroika su fuerza
decisiva: el pueblo. Si no lo hacemos, no podremos realizar los objetivos de la
aceleración; no podremos asegurar la perestroika. Estas son palabras de
Gorbachov.
83. Puedo
citar más: “No se trata solo de que la democratización es la garantía más
eficaz para evitar los errores del pasado. La democratización para nosotros es
tan indispensable como el aire. Si no comprendemos eso y no tomamos medidas
reales y serias para promoverla y superarla, para incorporar a los trabajadores
en el proceso de la perestroika, nuestra política fracasará y la perestroika
será asfixiada”.
84. En febrero de este mismo año, se planteó
que queríamos cambiar radicalmente la situación en la sociedad; que no nos
convenía vivir y trabajar como antes, pero se advirtió que íbamos a fracasar si
no lográbamos romper definitivamente con las fuerzas de la inercia, del freno, que
amenazan con hacer volver al país al estado de quietismo y estancamiento
anteriores. Se vio claro que no habrá aceleración sin saneamiento de todo el
ambiente dentro del Partido y la sociedad.
¿Es entonces la democratización el
instrumento para hacer que el proceso de la “perestroika” se vuelva
irreversible?
85. —La democratización es tanto una
condición de la perestroika como su método y objetivo. Pero tienes
razón, debe ser también la garantía de su irreversibilidad. La gran
preocupación de la dirección del Partido es, justamente, qué hacer para que no
se repitan los viejos errores. Este llegó a la conclusión de que la perestroika
se empantanaría si en todas las esferas: económica, social, política,
cultural, psicológica, administrativa, no participa directamente el sujeto
principal: el pueblo, y que para resolver todas esas tareas existe un solo
camino: la democratización amplia de la sociedad soviética. Otra posición
expresaría falta de fe y de confianza en el pueblo. Mientras más democracia
logremos desarrollar, tanto más rápido iremos por el camino de la perestroika,
de la renovación socialista. El problema se plantea hoy así: o la
democratización, o la pasividad social y el conservadurismo. No existe un
tercer camino. Esto fue repetido con mucha fuerza en el Pleno de Junio de 1987
y es muy lógico que la primera Conferencia del Partido en 50 años, convocada
para el 28 de junio de 1988, estará, en gran medida, dedicada a los nuevos
pasos en el camino de la democratización de la vida del Partido y de la
sociedad.
86. Pienso que es evidente e indiscutible lo
del condicionamiento absolutamente interno del proceso.
¿Por qué insiste en el
condicionamiento interno del proceso?
87. —Porque en Occidente se afirma con
frecuencia que Gorbachov hace concesiones en cuanto a la democratización para
comprar con ello su benevolencia. ¡Cómo si la democracia tuviera que tener
siempre el sello de clase de la burguesía! Para nosotros más democracia quiere
decir más socialismo y más socialismo equivale a más democracia.
Pero entonces, ¿podría explicarme por
qué la democratización se produce 70 años después de la Revolución de Octubre?
¿Qué ha pasado? ¿Acaso el socialismo no debía ser totalmente democrático desde
sus inicios?
88. —Esta pregunta, que considero absolutamente
natural y lógica, sólo puede responderse si se hace un análisis de toda nuestra
historia de 70 años. Aquí sólo puedo contestar de un modo muy esquemático. En
primer lugar, la democracia de la sociedad socialista, reside ante todo en la
esfera social, en la eliminación de la explotación, en la redención y defensa
social de las masas trabajadoras, en sus derechos y libertades sociales. Desde
ese punto de vista, la sociedad revolucionaria primero, y socialista, después,
siempre fue, es y será más democrática que la sociedad basada en la desigualdad
social, en la explotación de la mayoría por la minoría, en la inseguridad
social de esta mayoría.
89. Ahora bien, mucho más complicada fue en
nuestro país la trayectoria de la democracia política.
90. Ni hablar que el acto primero de la
revolución socialista la insurrección de las masas siempre constituye un
apogeo de la democracia. Así ocurrió en octubre y también durante la guerra civil
nuestros. Pero, después, las relaciones masas-Estado revolucionario tienden a
complicarse. Por un lado, tanto la resistencia a muerte de las clases
explotadoras que, como sabemos por Lenin, siguen siendo más fuertes incluso
después que la masa explotada toma el poder, como las intervenciones desde
afuera, la situación de “fortaleza sitiada”, y las necesidades del desarrollo económico
forzado, todas razones que dieron vida a la preeminencia completa del Estado,
del centralismo en las estructuras y mecanismos políticos y económicos; todos
estos factores sirvieron de base material y objetiva para las restricciones de
la democracia política. Son factores que explican, y parcialmente justificaban,
la supeditación completa de los intereses parciales a los intereses supremos,
el carácter notablemente restringido y formal de las normas de democracia política
institucional, la erosión del principio de mantener al pueblo informado, la
existencia de un poder para el pueblo pero no por el pueblo.
91. Hoy día (y de hecho hace 30 años) la
mayor parte de estas restricciones carecen de justificación y son
contraproducentes. Representan el andamiaje obsoleto del proceso histórico que
ya debe ser desmontado. Son muchas las restricciones que pertenecen a ese
andamiaje, sin el cual no se habría podido, tal vez, construir el edificio,
incluso algunas que tienen más de 60 años, por ejemplo, las restricciones
debidas a la guerra civil, etc.
92. Pero, por desgracia no se trata solo de
eso. Al lado de esas restricciones otrora inevitables y con frecuencia usando,
abusando y aprovechándose de ellas, desde finales de los años 20 comenzaron a aparecer,
y en los años 30 tomaron un carácter amplio, fenómenos de otro tipo:
deformaciones, degeneraciones, que actuaban contra los cimientos, contra los
principios mismos de la democracia política socialista, tanto en el Partido
como en el Estado, y que desembocaron en algo todavía peor: en usurpación del
poder, en crímenes que no pueden ser olvidados ni perdonados. Se trata de la
peor trampa de la historia en la que hemos caído, del fenómeno que tiene
un nombre convencional: el culto a la personalidad, que fue la negación
misma de la democracia socialista. Culto que fue denunciado hace 30 años en
el histórico XX Congreso de nuestro Partido desde entonces no hay represiones
ni crímenes políticos, pero, y ahora lo vemos claro, cuyas consecuencias y
huellas se mantuvieron. Se trata de tradiciones, mentalidad, mecanismos,
planteamientos, que quedaron en pie tanto por inercia, como por la pasividad de
las masas y el interés egoísta de algunos grupos. Además, por el estancamiento
teórico que no nos permitió ver lo nuevo, plantear y dar solución a los
problemas. Eso es lo complejo del momento actual. No se trata solo de desmontar
el andamiaje otrora necesario, sino de depurarse de la escoria que no fue
necesaria, ni mucho menos, pero que hoy día forma con aquel andamiaje un todo
único, volviendo en todo, y en toda su profundidad, a los principios y
soluciones leninistas, superando la ruptura entre los métodos y los objetivos,
entre las palabras y los hechos. Se trata de devolver a las masas el papel que
les corresponde, que les fue predestinado por la Revolución de Octubre, de
garantizar que el poder sea de masas, para las masas y por las
masas. Es eso lo que pretende ser, lo que debe ser el socialismo
renovado, renovado en el sentido también de liberado de todas las huellas de lo
negativo, ajeno y restringido que está relacionado con la historia,
terriblemente difícil y hasta trágica, de la construcción del socialismo en nuestro
país.
¿Pero, ¿por qué se llegó a esta
situación tan deteriorada de la democracia política? ¿Cómo permitió el Partido
que se produjeran esas desviaciones y deformaciones?
93. —Existen dos atenuantes: en primer lugar,
el cerco absoluto que debimos sufrir por parte de los enemigos y el imperativo
de apurarnos; la situación de fortaleza sitiada y sin apoyo estatal de ninguna
parte y la tensión terrible que esta situación nos imponía. Las consecuencias
psicológicas y políticas de esta situación terriblemente tensa sirvieron de
base a la tendencia verticalista. Y, en segundo lugar, la falta completa de
experiencia. Como no sabíamos dónde nos esperaban las trampas, tampoco pudimos
prepararnos adecuadamente para afrontarlas. El método de ensayo y error fue el
dominante en nuestra historia, nosotros no podíamos aprender sino de esa
manera. O sea, tuvimos que hacer el máximo de lo posible y de lo imposible en
un mínimo de tiempo y avanzando por terreno desconocido.
94. Citamos otra vez a un dirigente del PCUS:
la difícil suerte de ser pioneros no nos dejaba tiempo para echar una mirada en
torno a nosotros y hacia atrás, esa suerte a la vez nos presionaba a prepararnos
para afrontar las pruebas que veíamos venir. La justa tarea de alcanzar el
poderío económico ocultaba lo que no fue justo, ni mucho menos, en las tareas
del desarrollo social; la animosidad del mundo externo, la tensión extrema de
la situación de preguerra, posibilitaron la justificación de las deformaciones
de la práctica política que culminaron en los crímenes contra el socialismo.
¿Cuáles son las herramientas
principales del proceso democratizador actual?
95. —Decíamos que la democratización
constituye la base y la palanca principal de la perestroika, ahora bien,
el instrumento principal de esta primera fase del proceso democratizador es,
creo, la glásnost.
V. LA GLÁSNOST
¿“Glásnost”?
96. —Se lo digo en ruso porque igual que en
el caso de la perestroika resulta una palabra difícil de traducir. Ante
todo quiere decir: “verdad”. Decir al pueblo la verdad. Otros hablan de “transparencia
informativa”. Debemos acabar, y de modo revolucionario, con la práctica de que
unos cuantos anuncian las verdades desde las alturas del poder, mientras que
los otros se limitan humildemente a escuchar. El socialismo es incompatible con
la situación en que los individuos son apartados de las decisiones acerca de
los problemas vitales. En este caso no se trata de socialismo, sino de algo
profundamente ajeno a ello. De hecho, nuevamente estoy citando a un miembro de nuestro
Buró Político. En relación a este problema de la verdad, pensamos, como ha
dicho el compañero Gorbachov, que esta cuestión no puede plantearse como más
verdad o menos verdad. La verdad es una sola y debe ser total. Pues
se trata del derecho del pueblo a conocer la verdad, solo la verdad y toda la
verdad.
Ud. habla de decir toda la verdad al
pueblo, pero hay quienes piensan que eso puede servir al enemigo, otros que es
caer en el liberalismo...
97. —Si partimos de nuestra situación en la
URSS estoy absolutamente en desacuerdo con tales aprehensiones. Déjeme seguir
desarrollando lo que estaba exponiendo y se dará cuenta por qué. Decir al
pueblo la verdad significa decir basta a los semiengaños y semiverdades, basta
a la situación en la que mucha de la información fue declarada secreta sin
ninguna razón por ello; cuando, por no tener fe en el sentido común y la
madurez del pueblo, no nos dejaban ver y oír los argumentos de los adversarios,
creando con ello un terreno fértil para su acción frente a los “no inoculados”.
El pueblo socialista, dueño de su país y de su destino, tiene el derecho a
analizar y tener una opinión propia en todo lo que se refiere al presente y a
todo lo que esta ligado con su pasado. Basta ya de considerar al pueblo como
un adolescente que jamás llega a estar maduro para conocer la cruda realidad.
Cuando se dijo al pueblo la dura verdad sobre la deplorable situación económica
existente en la URSS, el Partido dio el ejemplo, marcó el hito, el precedente.
Chernobil constituyó el segundo hito. Desde mediados de 1986, la información
acerca de los problemas considerados hasta entonces de circulación restringida
invadieron la prensa. Los tabúes desaparecieron.
¿Qué problemas tabúes empezaron a
aparecer en la prensa?
98. —Todos. El aumento de la mortalidad
infantil y los privilegios, la prostitución y las drogas, las catástrofes
naturales y accidentes por irresponsabilidad, los sueldos de los dirigentes, la
mentalidad real y no inventada de la juventud, los crímenes de los años 30, los
estallidos nacionalistas actuales, y los actos de arbitrariedad de los poderes
locales. Todo lo que antes se oía sólo por las radio-emisoras occidentales en
una forma tergiversada, ha aparecido en las páginas y pantallas soviéticas, con
un resultado bastante deplorable para los servicios de propaganda occidentales,
como lo demostraron las encuestas realizadas. Lo mismo ocurrió con los
argumentos de los adversarios que aparecían en la prensa y en la televisión en
forma no censurada, y se hizo patente que el “fruto no prohibido” resultó
podrido.
99. Pero la glásnost no sólo se
traduce en transparencia informativa sino también en libertad de crítica.
Desaparecieron los cotos cerrados. Se escribe acerca de errores y abusos aun de
los ministerios más protegidos, de los dirigentes del Partido de las
repúblicas. Se publican artículos que luego se discuten durante semanas en cada
hogar de la Unión Soviética. Se desnudan las llagas más vergonzosas. Y, todo
esto, no ha desembocado, como algunos temían, en la desesperación del pueblo,
sino en la rabia contra los males y, aunque parezca mentira, en entusiasmo por
el hecho de que se haya anunciado, reconocido la verdad. Lo que ocurre es que
la mayor parte de esa información era ya conocida por la gente a través de
diferentes canales, entre ellos los medios de comunicación occidentales. Sólo
oficialmente no existía.
100. Fue completamente eliminada la
intervención previa desde arriba a la publicación de los artículos y libros.
Actualmente solo se prohíbe escribir sobre secretos militares, propagar pornografía,
violencia, nacionalismo. El resto depende únicamente de los redactores. Si
alguna idea o material publicado es estimado erróneo e incorrecto se publican
posteriormente artículos criticándolos. La lucha ideológica se da a nivel de
argumentos contra argumentos. Lo mismo en la cultura, las ciencias sociales, el
arte y la literatura. O sea, glásnost significa también crítica y discusión,
como el único medio de la búsqueda de la verdad. Significa además libertad de
creación.
101. Todo esto exige un nuevo método de
trabajo por parte de la dirección del Partido: contactos permanentes, no
formales, con las masas. Estos contactos de los dirigentes con las bases abren
paso a la vertiente democrática del proceso, algo sumamente importante si
tomamos en cuenta que la mayor debilidad inicial del proceso fue la ausencia de
una inserción activa de mayoría en éste. Se hizo evidente la aprehensión de las
masas que temían que otra vez se empantanara el proceso. Cuando Gorbachov sale
a hacer un recorrido, uno escucha por la televisión los gritos que resuenan en
las calles y centros de trabajo: “¡Siga compañero, ni un paso atrás!”.
102. Este es uno de los mayores éxitos ya
alcanzados por la perestroika. El ambiente psicológico y moral ha ido
cambiando. Poco a poco retrocede el miedo a que mañana “se acabará el sueño”.
La nueva permeabilidad, la receptividad a la presión de la opinión publica en
relación a los problemas ecológicos, por ejemplo que hace una y otra vez
retroceder a los elementos burocráticos y tecnocráticos, es también una
expresión de la glásnost.
103. Ha habido reservas y hasta advertencias
de aquellos a quienes no les gusta la nueva situación, contra la glásnost, y,
particularmente, contra la crítica en los medios de comunicación de masas, pero
la dirección suprema del Partido no los apoyó. La glásnost no es ni un
regalo, ni una situación de excepción, sino una norma para hoy y para siempre.
Esta es la posición del Partido al respecto.
104. Todo esto constituyó la línea principal
del proceso de democratización en 1986-87. Pero ya empiezan a aparecer los
procesos de la segunda fase, y la Conferencia de 1988 va a abrir, pienso, la tercera
fase de la democratización.
VI. LA PARTICIPACIÓN DE LAS MASAS Y LA
CONCIENCIA COMUNISTA.
Si la “glásnost” es el eje central de
la primera fase de democratización, ¿ dónde se va a centrar el esfuerzo en la
segunda fase?
105. —Creo que ante todo el problema de la
autogestión económica, la elección de los cuadros de dirección, el sistema de
dirección por asambleas de trabajadores, etc. Además, en la electividad de los
cuadros del partido y de la administración, no por su aparato, sino por la
masa, no desde arriba, sino desde abajo, con pluralismo de candidaturas. Se
hace también un esfuerzo por la reactivación de los soviets a todos los
niveles, la ampliación de sus funciones en el terreno económico, etc. Se busca
dinamizar las organizaciones de masas. Se realizan grandes esfuerzos para
reanimar a la Juventud Comunista, a los sindicatos, por crear organizaciones
nuevas: femeninas, veteranos, etc.
106. El Partido mismo, y eso es lo
interesante, reclama con mucha fuerza la acción autónoma de estas
organizaciones respecto del Partido y el Estado. Y se crea una situación
paradójica: el Partido lo reclama, pero como los cuadros de esas organizaciones
no están acostumbrados a tomar iniciativas, suelen llegar a los aparatos del
Partido diciendo: “Mira, nos dan la instrucción de realizar iniciativas
propias, díganos por favor cuales deben ser esas iniciativas”. Al mismo tiempo,
se adopta una política de promoción de los cuadros sin militancia partidaria a
los puestos de dirección.
107. Ha surgido una nueva línea respecto a
los inconformes, e incluso frente a los disidentes. Sobre la base de una
actitud ofensiva se ha vencido cierto complejo de inferioridad que antes tuvimos.
No se dramatizan las cosas, se discute, se trata de resolver los problemas
reales que los inconformes plantean y existe un esfuerzo por involucrar a todos
los que, criticando uno u otro aspecto de nuestra realidad, están de acuerdo
con el socialismo y la perestroika. Esta línea es importante porque la inconformidad
actual de unos puede resultar más útil que el conformismo de siempre de otros.
108. Se acepta la existencia de
organizaciones informales, que no se crearon desde arriba, sobre todo juveniles,
musicales, culturales, ecológicas, etc. No se las prohíbe o ignora, como antes,
sino que se busca su integración al esfuerzo común.
109. Detrás de esto subyace el reconocimiento
político y teórico del pluralismo de intereses dentro de la sociedad socialista,
de la existencia de contradicciones (aunque no antagónicas) en su seno, de la
necesidad de tomarlas en cuenta, de aprovechar esta diversidad de
contradicciones como resorte del desarrollo auto-sostenido, del enriquecimiento
de la sociedad, de su cultura.
110. Las reformas en el sistema político (de
Estado), están ahora solo en sus inicios. En este terreno se trata de nuevas
leyes y ensayos, de primeros pasos, pero las directrices del movimiento son las
mismas: el pueblo informado y consciente de su responsabilidad debe influir
directa y permanentemente. La discusión, ahora en el tapete, acerca de la
reforma del sistema electoral (pluralidad de candidaturas, etc.) será, creo, un
paso muy importante).
111. Aunque parezca raro, uno de los medios
más generalizados en que el pueblo ejerce la democracia directa son las cartas.
Llegan por decenas y cientos de miles las cartas al Comité Central, a los
Comités Regionales y a los organismos de prensa, etc. Cartas nada formales
donde se dicen las verdades más crueles, incluso opiniones acerca de las
ineficiencias de la perestroika. Ya el pueblo siente la necesidad de pronunciarse
frente a los acontecimientos. Son como un gran plebiscito.
112. Debo decir al respecto que la superación
de la distancia entre las palabras y los hechos tendrá también una importancia
decisiva en la moralización y humanización de la sociedad, en la promoción
de los valores espirituales. Levantar y respetar al grado más alto el valor y
la dignidad del individuo se
transforma en una de las exigencias, vertientes y criterios más importantes de
la democratización. Pero eso es ya un gran tema aparte.
Me ha hablado de la democratización
como uno de los tres componentes principales de la “perestroika”, ¿qué
repercusiones ha tenido este proceso fuera de la URSS?
113. —Las transformaciones democráticas, a
diferencia de las transformaciones económicas, no parecen suscitar inquietudes
dentro de la izquierda, tanto en cuanto a su carácter socialista, en forma
particular, como con respecto al problema del acercamiento al comunismo. Es
evidente para todos que se trata de un retorno a los valores del socialismo de
Marx y Lenin, de 1871 y 1917.
114. Solo para aquellos que ven al socialismo
como un cuartel donde existe una jerarquización absoluta, donde se impone una
disciplina ciega a los de abajo, constituye un debilitamiento de este sistema.
Pero los que así piensan no son numerosos, aunque existen, tanto en la extrema
derecha, como en la extrema... no sé bien como ubicarlos porque no se trata de
izquierda, ¿verdad?. Los primeros proclaman que la democracia política es un
valor instituido por la burguesía, olvidando que la mayor parte de lo que hay
de democracia en el sistema burgués le fue arrebatado a la burguesía mediante
la lucha popular. Este gran engaño, muy eficiente en la lucha de la burguesía por
imponer y conservar su hegemonía, debe en parte su eficacia, precisamente, a
nuestras limitaciones, fallas y errores en este terreno. Los segundos defienden
como el único socialismo genuino aquello que tuvimos en el tiempo de Stalin y
sostienen que ahora se va camino a una degeneración de las costumbres y de la
situación política.
115. Ahora bien, yo creo que para la mayoría
aplastante de los partidarios del socialismo no cabe ni la menor duda de que la
democratización fortalece al socialismo porque es un atributo propio del socialismo;
le da plenitud, integridad. Lo convierte en algo que todo el mundo progresista
y revolucionario saluda: éste si es un socialismo rejuvenecido, depurado y
liberado de los traumas y enfermedades de su nacimiento y desarrollo, liberado
de todo complejo de inferioridad. ¡Un socialismo otra vez a la ofensiva
política bajo las banderas de 1917 y con una base material cientos de veces
mayor! Por algo ya le tienen miedo los profesionales ideológico-propagandístico
de los Estados Unidos. Creo que una de las cosas más interesantes de lo que
pasa hoy en la Unión Soviética es ese espíritu de ofensiva que elimina los
complejos de inferioridad. Sólo ahora estamos comprendiendo que nuestra
relación hacia la propaganda enemiga, nuestra línea en nuestros propios medios
de comunicación estaban marcados por un complejo de inferioridad. Como que
tuvimos miedo... Te voy a poner un ejemplo en otro terreno: había un gran miedo
frente a la activación del trabajo individual, porque se pensaba que este tipo
de trabajo iba a depravar a la sociedad e iba a crear una amenaza al
socialismo. Ahora bien, tomando en cuenta que la actividad individual tenía, más
o menos, el 0,1% y que ha llegado ahora al 0.2% de toda la actividad productiva
de la Unión Soviética, ¿cómo entender ese temor dentro de un país enorme con 70
años de no capitalismo? Eso solo refleja falta de fe en las masas o en el
socialismo, porque si nosotros sabemos que el socialismo es la sociedad del
futuro, si creemos en la fuerza del socialismo, ¿cómo puede asustarnos este
0,2% ó 0,5% o incluso 1% de actividad individual? Lenin no tuvo miedo frente a
los brotes reales de capitalismo en una situación mucho más difícil
precisamente porque creyó en la superioridad del socialismo. Ahora bien, lo
mismo ocurre en cuanto a los problemas de la democracia: si nosotros sabemos
que poseemos la verdad, que la perestroika constituye verdaderamente un
desarrollo del socialismo, si estamos convencidos de que al socialismo se llega
a través de más democracia, entonces no tenemos que tener miedo frente a las
voces de los adversarios ni frente a la actividad de los grupos informales, que
no esta dirigida contra los fundamentos del socialismo. Nosotros hemos
entendido que no es la actividad de grupos como estos sino la pasividad de las
masas, su falta de participación en el proceso, lo que constituye el peligro
real para el socialismo, el caldo de cultivo principal para la ideología y la
mentalidad antisocialistas.
¿Y en relación a la conciencia
comunista...?
116. —Durante muchos decenios pensamos que la
clave del problema era asegurar la abundancia, ya que estábamos convencidos de
que el entusiasmo revolucionario más la abundancia nos darían la conciencia
comunista y muchas otras cosas. Durante mucho tiempo tuvimos efectivamente una conciencia
posrevolucionaria socialista, pero lo que estuvimos muy lejos de lograr fue la
esperada abundancia. Pero ya en los años 60, en las nuevas condiciones, nos
dimos cuenta que la abundancia que todavía estábamos muy lejos de lograr por
sí misma no resuelve el problema y que, con frecuencia, puede más bien
degenerar en consumismo, y, al mismo tiempo, nos encontramos frente a un
entusiasmo revolucionario bastante debilitado.
117. Por otra parte, sabemos que la
conciencia no puede surgir solo de los recuerdos heróicos o del trabajo
ideológico, aunque ambos son necesarios. Sabemos que la conciencia de las masas
puede surgir basada en el ser social actual. Y es evidente, también, ya
hablamos de eso, que el incentivo material prescindiendo del cual no podemos acelerar el
desarrollo tampoco puede ser una palanca decisiva en la creación de la
conciencia comunista. Pensamos que es, precisamente, en el desarrollo de la democracia
socialista, en el enraizamiento del sentimiento de sentirse dueño real de su
destino sea el pueblo, un colectivo o el individuo donde puede surgir y
cristalizar la conciencia comunista.
118. Lenin dijo que comunismo es poder de los
Soviets más electrificación. Y cuando se refería a los Soviets no pensaba
solamente en un organismo real y concreto de la revolución rusa, sino en algo
mucho más amplio: en un poder no sólo para las masas, sino de las
masas; no solo en un poder que sirve al pueblo, sino en un poder ejercido
por el pueblo, un autogobierno socialista.
119. Es precisamente este tipo de poder, de
participación y la mentalidad que se corresponde con él, lo que constituye,
pensamos, el vehículo principal hacia la conciencia comunista. Todo esto no se consigue
mediante consignas. Las palabras no son como el vino que se mejora a medida que
envejece. Es la práctica permanente arraigada en el quehacer corriente la que
decide.