Viaje a la Luna

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Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

viernes, 30 de septiembre de 2022

Una vez más el Parlamento alemán se hace cómplice de la política injerencista y demagoga de Estados Unidos contra Cuba.
(Por Justo Cruz)



A principios de este año el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la plataforma de alojamiento Airbnb a pagar 91,172,29 dólares por aceptar pagos de huéspedes estadounidenses que viajaron a Cuba.

Hace apenas unos días la misma instancia del gobierno estadounidense sancionó a la empresa suiza CA Indosuez Switzerland (CAIS) a pagar más de 720 mil dólares por haber violado el bloqueo a Cuba y a otros países. Como si esas sanciones no fueran suficiente, a partir de ahora según disposiciones del Departamento de Estados de Estados Unidos los europeos y los cubanos con doble ciudadanía, que hayan viajado a Cuba, deberán solicitar una visa de ingreso para visitar a Estados Unidos. Esta medida tiene como objetivo obstaculizar el turismo desde Europa hacia Cuba, un intento más para dañar la economía cubana.

La aplicación de estas sanciones hacen que el mercado cubano sea cada día más difícil para empresas extranjeras y que bancos occidentales traten de evitar transacciones a la Isla por miedo a infrigir las leyes del bloqueo.

Las medidas coercitivas, la persecución financiera, las multas y sanciones se han mantenido a pesar de la pandemia COVID-19 y a pesar de la crisis económica y energética que afecta a Cuba como a todo el planeta. Solo durante la administración Trump fueron sancionadas más de 200 empresas y hoteles cubanos así como agencias de transporte marítimo o buques por haber transportado petróleo venezolano a Cuba.

Hace apenas unas horas el occidente de Cuba fue azotado por un intenso huracán que ocasionó cuantiosos daños materiales, destruyendo a su paso viviendas, lineas eléctricas, grandes cultivos de frutas y vegetales, etc. Las familias damnificadas suman decenas de miles, sin embargo ya sabemos de antemano que está situación de catástrofe humanitaria no será un impedimento para que la administración estadounidense mantenga el inhumano bloqueo contra el pueblo de Cuba. Tres huracanes de categoría 3 han afectado Cuba en los últimos 20 años y en ninguna ocasión los gobiernos de turno de la Casa Blanca han dejado de aplicar sus leyes y sanciones inhumanas siempre en detrimento del bienestar del pueblo cubano.

¿Cómo es posible que todavía existan personas en este mundo, cubanos incluidos, que niegan la existencia del inhumano bloqueo de Estados Unidos contra el pueblo cubano que ya dura más de seis décadas?

¿Cómo es posible que la Organización de Naciones Unidas y el Parlamento Europeo permitan que Estados Unidos siga tratando de resolver sus problemas y desavenencias con otras naciones induciendo a comunidades enteras a desastres económicos y humanitarios convirtiendo a sus ciudadanos en sus rehenes?

El pasado 22 de septiembre la bancada de los partidos Demócratas Cristianos (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) en el Parlamento alemán presentaron una resolución que pretende condenar a Cuba por supuestas violaciones de los Derechos Humanos.

La resolución lleva por título: „Exigir al Gobierno Federal que condicione su política hacia Cuba a la situación de los Derechos Humanos“. La misma fue presentada dos días antes de que fuera puesto a disposición del pueblo cubano el nuevo Código de las Familias para su ratificación en Referéndum después de haber sido sometido a consulta a todos los niveles de la sociedad, incluidos cubanos en el exterior y adoptado por unanimidad en la Asamblea Nacional de la República de Cuba.

Para nadie es un secreto que el principal objetivo de esta resolución presentada por la derecha demócrata cristiana es minimizar el impacto social del referéndum, entorpecer la relaciones entre Alemania y Cuba y obstaculizar el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre los Estados miembros de la Unión Europea (UE) y la República de Cuba, objetivo número uno en la agenda de la Casa Blanca en su política hacia Cuba.

Después de un seudo debate que duró casi 27 minutos se tomó la decisión de enviar la propuesta a la Comisión por los Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria del Parlamento. En pocas palabras, menos cooperación en el ámbito económico y social, menos proyectos de Ayuda a Desarrollo con la Isla, más acoso y sanciones económica para que el pueblo cubano siga sufriendo.

Lo bochornoso en este debate sobre una supuesta violación de los Derechos Humanos en Cuba es el hecho de que un día después de haber sido presentada, el Canciller alemán Olaf Scholz comenzaba una gira por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, con el objetivo de lograr acuerdos energéticos que reemplacen a Rusia como proveedor de gas lo que evidencia la doble moral y la política de doble rasero que caracteriza a los políticos europeos cuando de debatir sobre los Derechos Humanos se trata.

Antes que el Canciller alemán visitara los países del Golfo ya los presidentes de Estados Unidos Joe Biden y el presidente de Francia Emmanuel Macron habían hecho la misma “gira” buscando gas y petróleo haciendo también caso omiso a las graves violaciones de los Derechos Humanos que se cometen en esos países.

El sábado día 23 de septiembre el jefe del gobierno alemán Olaf Scholz llegaba a Arabia Saudita donde fue recibido con un apretón de manos por el príncipe heredero saudita Mahamed bin Salman, según el Departamento de Estado de EE.UU., autor intelectual del asesinato en 2018 del periodista opositor Jamal Khashoggi, quien fuera torturado y descuartizado vivo en el consulado de Arabia Saudita en Turquia.

Estamos hablando de un país donde ser mujer supone por ley tener menos derechos que los hombres, viviendo bajo una especie de tutela que limita sus derechos de libertad y autonomía como ser humano. Todo lo contrario a lo que está estipulado en el nuevo Código de las Familias ratificado por la mayoría de los cubanos el pasado domingo 25 de septiembre.

Un nuevo código que reafirma la visión de una sociedad más justa, más inclusiva, más ética y tolerante, que crea las bases para que se garantice el respeto hacia los más vulnerables, que amplia la protección de niños y adolecentes, que refuerza la tutela ante la discriminación y la violencia del genero, que reconoce los derechos de las personas adultas mayores. Este nuevo Código de la Familia es un acto de amor que garantiza el derecho de todas las personas a fundar una familia y contraer matrimonio, derechos universales inherentes a todos los seres humanos sin distinciones según los estipulado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Segun Amnistía Internacional en Arabia Saudita el 12 de marzo del presente año fueron ejecutadas en solo un día 81 personas condenadas previamente a la pena de muerte. Algunas de las víctimas habían sido acusadas por delitos tales como “perturbación de la tranquilidad ciudadana”, “y por instigación y participación en protestas y manifestaciones”.

Desde hace semanas se está discutiendo la participación o no del equipo de fútbol alemán en la “Copa Mundial de la Vergüenza”, como lo ha titulado Amnistía Internacional haciendo alusión a las fragantes violaciones de los Derechos Humanos de la que son víctimas los migrantes que viven en Qatar, sobre todo aquellos que construyen un moderno estadio para la Copa Mundial de Fútbol de 2022, donde están siendo objeto de trabajo forzado, de abuso, sin garantías salariales que garanticen sus derechos laborales. Desde su elección para celebrar el Mundial en en el país han muerto más de 6000 trabajadores inmigrantes. Nada de esto le interesa a los políticos occidentales.

En el caso de los Emiratos Árabes Unidos según informes de Amnistía Internacional, cito: “el gobierno continua cometiendo violaciones graves de derechos humanos, entre ellas detención arbitraria, trato cruel e inhumano bajo custodia, supresión de la libertad de expresión y violación del derecho a la privacidad. El derecho a la salud se hacía efectivo parcialmente. Emiratos Árabes Unidos (EAU) seguía privando a las personas apátridas del derecho a la nacionalidad, lo que afectaba su acceso a una serie de servicios. Los tribunales impusieron condenas a muerte y se tuvo noticia de ejecuciones”.

Nada de estas violaciones flagrantes de los Derechos Humanos son un impedimento para que el Canciller alemán Olaf Scholz se pasee por estos países casi que implorando para cerrar jugosos contratos que garanticen el envío de gas a Alemania.

Cabe entonces hacerse la pregunta: ¿Por qué el gobierno federal alemán no condiciona las relaciones comerciales con Arabia Saudita, con Qatar y con Los Emiratos Árabes Unidos al respeto de los Derechos Humanos de sus ciudadanos en los respectivos países?

¿Cuándo los demócratas cristianos alemanes van a presentar una resolución de condena a las violaciones de los Derechos Humanos en los países del Golfo?

¿Por qué ese doble rasero a la hora de hacer valer derechos que deben ser inalienables a todos los seres humanos sin distinciones?

¿Por qué ese ensañamiento tan infame contra el pueblo cubano?

¿Si verdaderamente están interesados por el bienestar del pueblo cubano porque no exigen el levantamiento del genocida e ilegal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU., que le ha ocasionado daños a su economía por valor de más de 140 mil millones de dólares, el principal impedimento para un desarrollo económico y social sostenible de la sociedad cubana?

¿Por qué no reclamán derogar la Ley Helms-Burton que incluyen las 243 medidas aplicadas por el expresidente Donald Trump y que aún mantienen vigencia en la administración de Joe Biden en momentos en que Cuba como muchos países del mundo tiene que enfrentar una pandemía y una crisis energética a escala mundial sin precedentes?

¿Por qué si los políticos alemanes están tan preocupados por los derechos Humanos de los cubanos no exigen la eliminación inmediata de las sanciones economicas y las persecución financiera de todas de entidades que comercian con Cuba para apoyar al pueblo cubano en estos momentos tán difíciles?

Para que se tenga una idea del nivel de enajenación y doble moral que caracterizó el seudo debate en el Parlamento alemán sobre la “violación” de los Derechos Humanos en Cuba, voy a reproducir algunas palabras dichas por uno de estos políticos de cuyo nombre no quiero acordarme.

Haciendo alusión a la visita del “comunista” alemán Günter Maschke a Cuba al principio de la Revolución y “decepcionado” por lo que había vivido durante su estancia, este político comentaba así los deshaciertos de Maschke, cito: “Günter Maschke (….) destruyó el mito sobre la Revolución Cubana como levantamiento popular (…..) Maschke desmanteló el cuento de terror que los comunistas habían creado sobre el General Batista (…..), porque bajo la dictadura de Batista a los cubanos le iba mejor que bajo los Castros, siendo el país más saludable de America Latina con el mejor índice de alfabetismo(…)”, fin de la cita.

Sin duda el discurso de este político miembro del Parlamento alemán parece haber sido escrito en un Restaurante de la Calle 8 de Miami de cuyo nombre tampoco quiero acordarme.

Este nefasto análisis no amerita un comentario pero nos da una idea de adónde esta llegando la doble moral de la política exterior de Alemania devenido máximo representante de los intereses geopolíticos de Estados Unidos de América en Europa.

¡Abajo el inhumano bloqueo de Estados Unidos contra el pueblo de Cuba!

 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

 


 “Por qué Ucrania” reúne una serie de entrevistas que el filósofo y lingüista estadounidense dio en torno a la guerra que ya lleva siete meses. A sus 93 años, aporta una mirada distinta repleta de matices para no caer en viejas dicotomías impuestas y afirma que Estados Unidos debería “sentarse a la mesa en la que se negocia la paz”.
(Por Carlos Aletto - Télam S.E.)

En su nuevo libro editado por Marea, "Por qué Ucrania", el pensador, filósofo y lingüista estadounidense Noam Chomsky se aleja de la mirada hegemónica occidental para analizar los matices de la invasión rusa que ya lleva siete meses.

Habituado a expedirse sobre conflictos bélicos y procesos de hegemonía geopolítica, el lingüista, filósofo e intelectual estadounidense Noam Chomsky ofrece en el libro Por qué Ucrania una serie de entrevistas en las que a siete meses de la invasión a Ucrania ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin plantea las razones que subyacen detrás de la guerra y sostiene que Estados Unidos debe renunciar a un estilo de hacer política, consolidado desde los años cincuenta, y sentarse a la mesa en la que se negocia la paz.

La editorial Marea reúne en este libro algunas de las entrevistas a Chomsky que giran en torno a la invasión de Rusia a Ucrania y que fueron publicadas originalmente en Truthout, una organización de noticias sin fines de lucro dedicada a proporcionar reportajes y comentarios independientes sobre una amplia gama de temas de justicia social. Para la segunda parte del libro, la dirección editorial a cargo de Constanza Brunet incluyó algunos de los textos de la sección “Europa en Crisis. Diario del conflicto ruso-ucraniano” escritos por Pablo Bustinduy.

Lo interesante de Truthout es que su línea editorial señala que “trabaja para provocar la acción al revelar la injusticia sistémica y proporcionar una plataforma para ideas progresistas y transformadoras, a través de informes de investigación profundos y análisis críticos” y “para permanecer libre de prejuicios y adherirse a altos estándares editoriales, no acepta publicidad ni respaldo corporativo”.

“Este conflicto nos enseña mucho sobre la cultura dominante porque el ‘grotesco experimento’ se considera altamente elogiable, y porque cualquier esfuerzo por criticarlo se silencia o se castiga duramente con un impresionante torrente de mentiras y engaños”, señala Chomsky en relación a la guerra entre Rusia y Ucrania, que ya lleva siete meses.

El lingüista explica que la amenaza que siente Rusia es la que lleva al actuar de este país contra la ampliación de la OTAN: “Hay una manera muy sencilla de solucionar lo del despliegue de tropas: no desplegarlas. Además, desplegarlas no tiene ninguna justificación. Estados Unidos puede afirmar que son armas defensivas, pero -evidentemente- Rusia lo ve de manera diferente, y no le falta razón.”

Para Chomsky el mundo conoce bien a los Estados Unidos “como modelo de devoción al respeto de la soberanía, sobre todo en los tres casos que, más que otros, han enfadado a Rusia: Irak, Libia y Kosovo-Serbia”, ironiza el pensador. “De Irak no hace falta hablar: el ataque estadounidense enfadó a casi todos. La propaganda humanitaria de los americanos ha encubierto el asalto de la OTAN en Libia y Serbia -dos bofetadas más al poder declinante de Rusia en los años noventa- con virtuosa terminología humanitria, cuya falsedad queda al descubierto con un atento examen, y que hemos documentado ampliamente en otros escritos”, remarca.

“Tampoco hace falta repasar los muchos precedentes estadounidenses en cuanto a respeto de la soberanía nacional de terceros países”, reflexiona con esta fuerte autocrítica. Con otra ironía también deja en claro su postura. Señala que la doctrina oficial de Estados Unidos “impone que afrontemos la gravísima amenaza que es China y mantengamos una posición firme sobre Ucrania, mientras Europa vacila y Ucrania pide calma e intentar la vía diplomática”.

“Afortunadamente para el mundo, Washington se mantiene firme a la hora de defender lo que es justo, aunque se haya quedado aislado, como cuando invade noblemente a Irak y estrangula a Cuba no obstante la casi unánime oposición internacional, por recordar solo dos de los muchísimos ejemplos”, precisa.

La primera de las entrevistas que integran el volumen data de diciembre de 2018 y fue realizada por Valentina Nicolì, quien está a cargo de las ediciones de las conversaciones con Chomsky: “Europa unida: fronteras geográficas y limitaciones políticas”, desde el título de alguna forma resume la postura del intelectual estadounidense nacido en Filadelfia, en 1928.

Las otras siete entrevistas realizadas entre febrero y mayo del 2002 por el politólogo y economista político C.J. Polychroniou dejan en cada título una postura ideológica en contra de las políticas internacionales de su país natal: “El irracional modo de actuar de Estados Unidos”, “La voluntad de poder de Estados Unidos y el conflicto en Ucrania”, “Nadie vencerá en caso de escalada militar”, “Los riesgos incalculables de una zona no-fly”, “Estados Unidos y las conversaciones de paz”, “Guerra atómica y guerra justa” y “Estados Unidos prioriza el enfrentamiento con Rusia, no defender la vida de los ucranianos”.

Para Chomsky, la postura punitivista de Occidente puede deberse a un deseo de cambio del régimen político ruso. Pero advierte: "Es bastante probable que, en el caso de que Putin pierda el poder, lo ocupe alguien peor". (REUTERS)

Durante los conflictos bélicos no hay noticias, hay propaganda política. Existe una seria invasión a Ucrania, condenable, como una condenable invasión monolítica de noticias direccionadas en un solo sentido. Chomsky sale a enfrentar con su voz nonagenaria, de hombre informado y con una coherencia ideológica respetable, esa voz monolítica, en contra del discurso dominante de occidente.

En sus respuestas está claro que las noticias que advierten de movilización de tropas rusas dispuestas a invadir Ucrania son un acontecimiento mediático desde la crisis de 2014, con reportajes puntuales que hablan de decenas de miles, o cientos de miles, de soldados rusos prontos a atacar: “Hoy, estas llamadas de alarma son mucho más insistentes y contienen una mezcla de miedo y de escarnio hacia ‘Mad Vlad’ (Vladímir el loco), como lo llaman ellos”, explica en la entrevista del 16 de febrero de 2022.

Para la protección de las víctimas de la “guerra” Chomsky propone obligar a “los poderosos a que cejen en los crímenes o, en un horizonte temporal más largo, debilitando el poder de los poderosos”. Y señala que esto es lo que miles de “rusos valientes hacen ahora con el loable esfuerzo que llevan a cabo para parar la guerra de Putin”. Y agrega: “como han hecho los estadounidenses cuando han protestado contra los muchos crímenes cometidos por su Estado (arriesgándose a una represión mucho menos fuerte) con buenos resultados, aunque insuficientes”.

Para Chomsky se pueden adoptar medidas para construir un orden mundial menos peligroso y más humano: “A pesar de todos sus defectos, la Unión Europea ha dado pasos adelante. Lo mismo se puede decir de la Unión Africana, por muy limitada que siga siendo. Y, en el hemisferio occidental, lo mismo se puede decir de iniciativas como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Esta última busca una integración latinoamericana-caribeña independiente de la Organización de Estados Americanos (OEA) dominada por Estados Unidos”.

El pensador también hipotetiza sobre las razones por las que Estados Unidos y Reino Unido insisten tanto en las medidas militares y punitivas, y sobre por qué rechazan adoptar una actitud sensata para acabar con la tragedia. Chomsky supone que quizá se esconda detrás la confianza de un cambio de régimen: “Si es así, no solo se trata de una actitud criminal, sino también de algo estúpido. Criminal porque perpetúa la violencia y reduce la esperanza de acabar con la guerra; estúpido porque es bastante probable que, en el caso de que Putin pierda el poder, lo ocupe alguien peor. Es un paradigma recurrente en la decapitación de los líderes de organizaciones criminales”. Un miedo a un futuro incierto, más violento en nombre de la libertad y más reprimido en nombre de la violencia.