Ayer, despues que Macri hizo sus anuncios
leía una nota en CUBADEBATE (http://www.cubadebate.cu/noticias/2018/09/03/macri-reduce-el-gobierno-y-aumenta-impuestos-a-exportaciones-para-enfrentar-la-crisis/#.W46LRM5KiM8)
al respecto, en ella dejaba plasmada mi bronca y de alguna manera me anticipaba
al hecho que la suba de las retenciones anunciadas por Macri eran puro
maquillaje ante la opinión publica "lo que ha hecho Macri hoy se lo
estaba pidiendo la gente hace meses, pero claro se necesitaba devaluar mas la
moneda y ahora el campo entregara unas migajas, porque ademas el impuesto que
acaba de anunciar no lo ha hecho en porcentajes sobre las ventas sino en pesos
argentinos fijos por dolar vendido (tipo 4 pesos por dolar exportado), un
disparate, cualquiera con posibilidades de pensar, se dará cuenta que esas 4000
familias obligaran a Macri a devaluar en 4 pesos argentino mas la moneda
nacional frente al dolar, a estos no les gusta perder ni a las
postalitas…", el engaño es aun mayor, pues en el caso de la soja y
algunas otras exportaciones agrícolas estaba pactado que de un 25,5% que hoy
tienen de impuesto este bajaría al 18% a finales de Diciembre del 2019, y con
el anuncio de ayer le ha bajado el impuesto a 18% de un plumazo, es decir le ha
entregado el 7,5% en dolares hoy y le ha colocado un impuesto fijo en pesos
argentinos hasta fin de este año 2018 (moneda que se devalúa todos los días), y
encima nos quiere hacer creer que "en un país en emergencia" TODOS
tenemos que poner el hombro, por suerte hoy ya aparecen voces que denuncian la
tramoya del que hoy se sienta en el Sillón de Balcarce 50.
EL LADO INJUSTO DEL DISCURSO DEL PRESIDENTE
MACRI
(Por Marcelo Zlotogwiazda, publicado en
INFOBAE, 4 de Sept de 2018)
Hace
algo más de 140 años, Carlos Marx postuló que el principio que debería guiar a
una sociedad comunista es: "de cada cual según sus capacidades; a cada
cual según sus necesidades"
Nadie en su sano juicio puede pretender que
Mauricio Macri cumpla con el precepto marxista, y sería necio criticarlo por no
hacerlo. Pero no es ninguna locura aspirar a que una sociedad capitalista
respete la primera mitad de aquel principio marxista y funcione de manera tal
que cada individuo aporte el esfuerzo acorde a sus capacidades.
Lejos de eso, y en el marco del anuncio para
profundizar el ajuste y llevar el déficit fiscal a cero, el Presidente planteó
ayer que "Todos tenemos que ceder en algo si queremos avanzar".
¿Todos? ¿Incluso los que padecen severas
necesidades y tienen escasos recursos para ceder, y que ya vienen padeciendo el
mazazo de la recesión y de la pérdida de poder adquisitivo?
Es cierto que Macri también dijo que "para
cubrir lo que falta durante esta transición, que se ha transformado en
emergencia, vamos a pedirles a quienes tienen más capacidad para contribuir, me
refiero a aquellos que exportan en la Argentina, que su aporte sea mayor".
En palabras, se parece a la segunda mitad de un postulado marxista compatible
con el capitalismo.
Pero en los hechos, lo que van a aportar los
que en la Argentina tienen más capacidad es tan poco, que las palabras del
Presidente pierden buena parte del sentido.
En los hechos, lo que van a
aportar los que en la Argentina tienen más capacidad es tan poco que las
palabras del Presidente pierden buena parte del sentido
Ejercicio contundente
En primer lugar, suponiendo que quienes
tienen más capacidad para contribuir sean los exportadores, las medidas
anunciadas ayer capturan una parte de la fabulosa ganancia adicional derivada
de la devaluación, pero la parte que capturan es pequeña y el beneficio que les
queda sigue siendo extraordinario. Un par de cálculos elementales lo
demuestra.
Para un exportador de aceite o harina de
soja, si ahora vendiera productos por USD 100 con la cotización de $20 de
principios de año y el viejo esquema de retenciones, obtendría una facturación
neta de $1.540, ya que a los $2.000 se le restarían $460 en concepto de
impuesto (23 por ciento).
Con el dólar a $40, la facturación bruta
sería de 4.000 pesos, a los que habría que restar 720 pesos correspondientes al
18% de la nueva retención y otros $400 derivados de la nueva retención
equivalente a $4 por cada dólar exportado. En definitiva le quedaría un ingreso
neto de 2.880 pesos.
Es decir que en las nuevas condiciones
al exportador le está quedando un ingreso que es casi un 90% superior al que
tendría si se hubiera mantenido la situación como a principios de año.
Por supuesto que la diferencia de
rentabilidad entre un caso y otro no es 90%, ya que la devaluación también
impacta en los costos dolarizados de la producción. Pero sin lugar a duda la
medida de ayer deja a los exportadores con una mejora de tal magnitud que
resulta obsceno presentarla como algo parecido a un aporte equitativo.
La medida de ayer deja a los
exportadores con una mejora de tal magnitud que resulta obsceno presentarla
como algo parecido a un aporte equitativo
La inequidad es tan elemental como que los
exportadores están muchísimo mejor mientras el grueso de la población tiene más
carencias que antes. Es probable que una mejora en la rentabilidad de los
exportadores sea conveniente para el país en su conjunto. Lo que no es
admisible es que en una reconocida situación de emergencia, los de abajo
pierdan y los que están muy arriba ganen demasiado.
En segundo lugar, cuál es el fundamento para
afirmar que "los que tienen más capacidad para contribuir" son solo
los exportadores.
En el país hay una elite con mucha espalda a
la que Mauricio Macri no le "pide" ningún aporte para afrontar la
"emergencia"; lo que es más injusto aún al considerar que buena parte
de los sectores más ricos de la sociedad tienen sus activos bien dolarizados y
también se han enriquecido con la devaluación.
Fue por eso que se veía venir, que estaba
cantado, que había sido aconsejado por economistas de líneas diversas y había
trascendido en los medios, que en la obsesiva persecución del déficit cero
Mauricio Macri iba a incluir un aumento en el impuesto a los Bienes Personales.
Pero tampoco. Hay ciertos privilegios
que no son tocados ni siquiera en un país en emergencia.