ASI
ESTUVO LA ECONOMIA EN LA ARGENTINA EN EL 2019
(en Infobae)
En 2019 cerraron casi 12.000 pymes
registradas en la AFIP y se cayeron más de 100 mil empleos asalariados
El segundo año consecutivo en recesión tuvo
su impacto directo negativo en el mercado de trabajo en los tres frentes: la
cantidad de compañías activas; los puestos de trabajo y el poder de compra de
los salarios. Otro trimestre contractivo
28 de enero de 2020
El sector manufacturero industrial volvió a
ser uno de los más afectados por la extensión del ciclo recesivo
El último año terminó con 544.232
empleadores, del sector público y privado, que hicieron aportes al Sistema de
la Seguridad Social (Anses) por un total de 7,93 millones de trabajadores
ocupados en condición de asalariados, algunos en multiempleos se los clasifica
según la ocupación con el mayor ingreso; mientras que el promedio del año
fue en ambos casos levemente mayor, como consecuencia del segundo año en
recesión que determinó la continuidad de un sendero decreciente, en particular
en la comparación interanual, fueron 548.467 aportes correspondientes a 8
millones de ocupados, según datos de Declaraciones Juradas y pagos recibidos
por la AFIP.
Por tratarse de estadísticas basadas en
presentaciones de Declaraciones Juradas al organismo recaudador y de pagos
ingresados al Anses, en el Ministerio de Trabajo no se asocia directamente la
variación mes a mes, o incluso en un año a bajas o altas en el empleo efectivo.
Aunque no cabe duda de que la disminución en unos 12 mil empleadores y en
110.642 trabajadores entre los extremos del año y 98.751 en el promedio,
respecto de un año antes, se explica en gran parte a la pérdida de
oportunidades laborales en una economía en franca contracción, con debilidad
del consumo y de las exportaciones de manufacturas, y sostenida disminución de
la inversión en máquinas, equipos y emprendimientos fabriles y construcciones
en general.
La disminución en unos 12 mil
empleadores y en 110.642 trabajadores entre los extremos del año y 98.751 en el
promedio, respecto de un año antes, se explica en gran parte a la pérdida de
oportunidades laborales en una economía en franca contracción
Después de un pico de caída de 2,7% en junio
de 2019 en la cantidad de empresas que se mantuvieron activas en comparación
con un año antes, se inicia un proceso desaceleración en el ritmo de baja hasta
2,12% en diciembre último, pero manteniendo una serie de 25 meses
consecutivos con disminución neta, y acumuló la baja de 22.953 empleadores, con
algunas excepciones de casos que sólo enfrentaron restricciones financieras y
cayeron en atrasos en los pagos y presentaciones de las declaraciones
juradas con los aportes patronales y contribuciones personales de la nómina en
relación de dependencia.
Naturalmente, un fenómeno similar se
observó en la población asalariada registrada por el Sistema de Seguridad
Social en ese conjunto de empleadores, habida cuenta de que desde noviembre de
2017, previo al punto de giro de la actividad económica que provocó el
repentino cambio de política económica e intervención del Banco Central por
parte del gobierno de Cambiemos, la estadística oficial acumuló la disminución
de 197.188 trabajadores aportantes a la caja de jubilaciones.
Desde noviembre de 2017, previo al
punto de giro de la actividad económica que provocó el repentino cambio de
política económica e intervención del Indec por parte del gobierno de
Cambiemos, la estadística oficial acumuló la disminución de 197.188
trabajadores aportantes a la caja de jubilaciones
Desempeño
por tamaño de empresa
Dado que el 85% de los empleadores
registrados tienen a su cargo hasta un máximo de 10 trabajadores, el cierre de
establecimientos y la cantidad de morosos con planes especiales de pagos en la
AFIP se concentró en esa franja: 10.330 casos; pero en términos agregados del
empleo que generan el conjunto de esas unidades productivas y de servicios,
propias de emprendimientos unifamiliares y minipymes, la baja de la nómina
representó apenas poco más del 15% del total de la economía formal.
En términos agregados del empleo que
generan en el conjunto de esas unidades productivas y de servicios, propias de
emprendimientos unifamiliares y minipymes, la baja de la nómina representó
apenas poco más del 15% del total de la economía formal.
Por el contrario, en términos de reducción de
empleos la estadística oficial reveló que la disminución de la nómina con
aportes al día al Sistema de Seguridad Social en 110.642 casos, se desagregó en
el último año en 28.300 en la franja de empresas con hasta 10 personas
asalariadas en blanco, mientras que en las de 11 hasta 5.000 trabajadores
la caída fue de poco más de 99.000, pero con la particularidad de exhibir un
aumento en casi 30.000 personas en el plantel de aportantes a cargo de los 82
empleadores con más de 5.000 personas cada una anotadas en relación de
dependencia.
Semejante brecha entre el efecto de la
recesión sobre las muy pequeñas y medianas empresas, más sensibles, y sobre el
empleo que concentran respecto del total; resulta clave tenerlo claro para que
las políticas de incentivos que se diseñen para recomponer el cuadro no generen
efectos contrarios a los buscados.
La brecha entre el efecto de la
recesión sobre las muy pequeñas y medianas empresas, más sensibles, y sobre el
empleo que concentran respecto del total; resulta clave tenerlo claro para que
las políticas de incentivos que se diseñen para recomponer el cuadro no generen
efectos contrarios a los buscados.
La estadística oficial parece clara en
revelar que en términos relativos a su representatividad las mipymes son
mayoría, pero las que más contribuyen a la generación de empleos son las pymes
y grandes, pese al contexto adverso que representa la vigencia de una
legislación laboral que fue quedando obsoleta y con costos no salariales entre
los más altos del planeta no contribuyen a las actividades más intensivas en
mano de obra, han sido las que tuvieron mayor resiliencia.
Subibajas
por rama de actividad
Sobre 19 grandes ramas de actividad, la
recesión estuvo presente, con diferentes grados de intensidad en términos de
cantidad de empleadores afectados, en 13: fueron los casos de los servicios de
transporte y almacenamiento 5,2%; la industria manufacturera 3,6%; servicios
artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento 3,58%; profesionales,
científicos y técnicos 3,21%; hotelería y restaurantes 3,18%; inmobiliarios
2,53%; comercio y reparaciones 2,34%; principalmente.
Por el contrario, las excepciones, las
ramas que sumaron emprendedores fueron las vinculadas con la minería y de extracción
de petróleo y gas 2,73%; suministro de agua, cloacas, residuos y saneamiento
público 2,44%; suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado
1,72%; información y comunicaciones 0,89% e intermediación financiera 0,6 por
ciento.
Mientras que en lo referente a la nómina
de personal asalariado registrado, disminuyeron los planteles en términos netos
11, principalmente: industria manufacturera 4,25%; comercio y reparaciones
3,84%; construcción 3,15%; servicios de alojamiento y de comida 2,63%;
artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento 2,42%; administración y
servicios de apoyo 2,19%; inmobiliarios 2,01%; profesionales, científicos y
técnicos 1,71%; asociaciones y personales 1,38%; e intermediación financiera y
de seguros 1,2%, entre otros.
Como en el caso de las empresas,
también el informe de la AFIP detectó excepciones en los sectores que pese
a la crisis mantuvieron la expansión de la dotación de personal: minas y
canteras 5,9%; suministro de agua, cloacas, residuos y saneamiento público
2,19%; información y comunicaciones 1,97%; transporte y almacenamiento 1,73%;
agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca 1,71%; enseñanza privada
1,32%; salud humana y servicios sociales 0,65%; y administración pública,
defensa y seguridad social obligatoria 0,62 por ciento.
Las expectativas de industriales y
constructores para el primer trimestre de 2020 recogidas por el Indec dieron
cuenta de la continuidad de la senda contractiva de la actividad agregada,
y consecuentemente del empleo y las horas trabajadas, más allá de lo previsible
por la estacionalidad de la economía.
Para peor, la negociación temprana de los
términos de pago de la deuda pública, de la Nación, y también de la provincia
de Buenos Aires, sin un plan económico integral explícito, apareció como un
factor adicional de freno a la posibilidad de reactivación inmediata y
recreación de fuentes de trabajo, aunque surgió como positivo la continuidad de
la desaceleración de la recesión.