PARA RATO
Muchas veces apelamos al pasado para entender
el presente y predecir el futuro, no sé si es lo más conveniente, lo que sí, el
pasado, es la única “certeza” que tenemos, claro hay que decir también, que sabemos
de él porque alguien lo contó o lo vivió, y acá entra otra incertidumbre, hay
que saber quién lo cuenta y desde que lugar lo hace. El futuro lo podemos
imaginar y sabemos de antemano que, aunque en el presente encontremos rasgos y
similitudes de un pasado no tan remoto, predecir en base a ese análisis tiene
sus riesgos, porque por “suerte” los seres humanos como un todo no nos quedamos
quieto.
Dicho lo anterior y atajándose uno “con un
posible penal afuera”, quiero afirmarles, (mal que me pese, incluyendo el dolor
profundo que produce en mis cojones), que tendremos Milei para rato, y cuando
digo para rato, es para al menos hasta 2031, salvo que pasen cosas, tanto
económicas como sociales y políticas, y que también tratare de referirme en
esta modesta reflexión.
He estado leyendo con detenimiento acerca del
Gobierno de Carlos Menem, la situación política y social de la época de su
ascenso, las medidas económicas y sociales que encaro hasta las primeras
elecciones legislativas de 1991, la Reforma Constitucional de 1994, las
elecciones presidenciales de 1995 y el fin de su mandato en 1999. Milei lleva
un año y medio de gobierno, y en Octubre 2025 tendremos el primer plebiscito a
su gestión. Desde ya les digo que su triunfo será indiscutible. Es asombroso,
pero asombroso de verdad, el parecido que uno encuentra en los hechos
políticos, sociales y económico globales de aquella experiencia menemista y de
esta “nueva” Mileista. Es como si hubiese un manual, y claro, el que lo lee y
lo sigue en la práctica, introduce su impronta “creativa” tratando de corregir
lo que entonces no funciono o se quedó a medias.
Veamos de nuevo algo que ya escribí hace un
tiempo. “…Menem recibió un país de
Alfonsín muy parecido filosóficamente hablando al que recibió Milei de Alberto,
el desempleo entonces, el último año de Alfonsín rozaba el 6.2% pero por una
hiperinflación del 4900% anual, los trabajadores con empleo registrado no solo
no llegaban a fin de mes, sino que eran literalmente pobres. Milei recibe de
Alberto-Massa el mismo desempleo y con una inflación galopante del 200%. Nadie
le creía entonces a Angeloz y tampoco le creyeron ahora a Massa que con los
mismos y haciendo lo mismo podían matar a la devoradora de hombres, mujeres y
niños La Bestia de Gévaudan, la INFLACION. El brindar la esperanza
“comunicacionalmente” de que se tenía “el método nuevo” para acabar con la
inflación hizo que entonces Menem ganara en primera vuelta con el 48% de los
votos, e hizo que Milei ganara con el 56% de los votos en el balotage. Menem
mintió con su “Salariazo” y la “Revolución Productiva”, nunca hablo de ajuste
ni venta de todas las empresas del Estado Nacional, Milei en cambio ha sido el
primer presidente de derecha y neoliberal que gano diciéndole a la gente que el
ajuste fiscal y el achicamiento del estado son la herramienta adecuada para
desterrar al monstruo.
Si bien
Menem tardo un año y medio en implantar la convertibilidad de Cavallo (Marzo de
1991), que finalmente hizo bajar rápidamente la inflación en el año 1991 hasta
172%, hay que decir que la inflación de 1990 la bajo de 4900% a 1344% (alta
igual, pero se sintió el efecto), esto se debió a las políticas de ajuste
ortodoxo aplicadas bajo el mando de Erman González durante 1990 y la
acumulación de reservas en el Central.
La
inflación de la Argentina luego de implantada la convertibilidad se redujo
sustancialmente los siguientes años de Menem, hasta alcanzar un 24.9% en 1992,
10.6% en 1993, 4.3% en 1994 y 3.4% en 1995. Este último resultado le permitió a
Menem luego del Pacto de Olivo y la reformulación de la Constitución del 94,
reelegirse por un periodo de cuatro años más…”
Milei con su déficit cero y la no emisión de
pesos por parte del Banco Central que traducido al castellano quiere decir un
ajuste en salud, educación, en empleo público, en obra pública y en la madre de
los tomates, ha logrado en el primer año bajar la inflación de 211,4 % a 117,8
% y la inflación de estos 5 meses ha sido de 13,3%, que si se la anualiza a
todo el año 2025 según algunas consultoras puede llegar a estar entre 25-30%.
Es decir, Milei ha repetido un poco la historia de su admirado Menem.
Pero la similitud y el asombro no está solo en
este aspecto, hay un gran parecido en cuanto al accionar político en ambas
épocas, aunque con actores diferentes. Por supuesto Menem venia del peronismo y
su gran murumaca en el trapecio se dio con el apoyo mayoritario de una fuerza
política que estaba bien organizada, algo que adoleció Milei, que en principio
eran tres gatos que los agarro por sorpresa llegar al poder para hacer y
deshacer a su antojo.
Menem dio vuelta la doctrina de Perón, que
simplificándola puede caber en las siguientes palabras, desarrollista,
defensora de la industria nacional y de los derechos de los trabajadores, de hecho,
basándose en algunas declaraciones que hizo Perón en 1949, veinte meses después
de haber asumido como Presidente de la Argentina, el 16 de Marzo de 1991 convoco
a los peronistas al Teatro Nacional Cervantes a lo que llamo “Movilización
Peronista Actualización Política Doctrinaria”, allí pronuncio un encendido
discurso donde subrayo la necesidad de llevar adelante un profundo proceso de
adaptación cultural en base a los cambios en el mundo, sobre todo a partir de
la caída del muro de Berlín, y a la concepción movimientista del justicialismo
como doctrina viva. Explico allí su programa de gobierno, el proceso de
"cambio estructural sin precedentes", y el rol de los distintos sectores
sociales, defendió la pertinencia de la reforma del Estado, la desregulación
del mercado laboral, las privatizaciones de las empresas públicas y la nueva
política exterior ligada a los acuerdos de libre comercio regional e
internacional. Por supuesto la condición de movimiento y no de partido
político, permitió al peronismo incluir en sus filas a toda la gama de colores,
desde los “rojo rojito abuelito”, hasta los azules prusia, casi violeta. Esa
condición del movimiento peronista, facilito la tarea de reconversión de sus
filas hacia la nueva doctrina neoliberal menemista, sobre todo cuando Menem con
sus políticas había dado muestra que podía domar la inflación, recuerden que
1990 la inflación había bajado, aunque aún era alta, además que 16 días después
de aquel discurso de actualización doctrinaria, el 1 de Abril de 1991, se
declaraba la Ley de Convertibilidad de Cavallo, que sacaría de las cabezas de
los argentinos definitivamente el tormento de la inflación.
Sería bueno recordar que la Provincia de Buenos
Aires estuvo en manos de Eduardo Duhalde a partir de 1991, este había ganado la
vicepresidencia junto a Menem en 1989, pero como no le gustaba el trabajo
legislativo, Menem queriendo desaparecer la influencia de Cafiero en la
Provincia de Buenos Aires, le propuso a Duhalde hacer la postulación para
encarar el gobierno de la Provincia. Me detengo en esto último porque
verdaderamente, Duhalde en su fuero interno nunca estuvo de acuerdo con el
curso neoliberal que tomo el gobierno de Menem, y vio en su nuevo cargo la
posibilidad de tener poder suficiente para desde ese lugar de gobernador,
primero implantar sus políticas económicas y sociales más cerca a la doctrina
peronista, y por otra parte poco a poco enfrentarse con sus criticas al curso
neoliberal del menemismo.
Con la reforma constitucional de 1994, se permitió
la reelección del presidente de la república por periodos de cuatro años y
Menem en 1995, como ya comenté con una inflación domada, logro reelegirse.
Eduardo Duhalde hizo otro tanto en la Provincia de Buenos Aires, reformo la constitución
y con la ayuda de Aldo Rico y su MODIN, logro que se aprobara la reelección también
en la provincia, y por lo tanto le permitió ser relegido para un segundo
mandato de 1995 al 1999. Sin embargo, en este nuevo periodo Eduardo Duhalde
encabezo la corriente peronista que se opuso fervientemente, no ya solo dentro
del peronismo, sino abiertamente ante la sociedad, a las políticas neoliberales
de Menem, por considerar que se alejaban de “la doctrina peronista”, tal es así,
que tan temprano como después de la elección de 1995 para gobernador, Duhalde
dejo explicito su intención de ser presidente para 1999.
Después de 1995 el Peronismo, Menem y el mismo
Duhalde se vieron implicados en hechos de corrupción, y escándalos de todo
tipos, que mellaron grandemente las simpatías populares, además que la inflación,
por estar domada con el uno a uno de Cavallo, dejo de ser una preocupación de
la gente de a pie, y temas como el desempleo, la corrupción y la pobreza
ocuparon los nuevos titulares en el imaginario popular, lo que hizo posible que
en 1997 el Partido Justicialista perdiera esas legislativas y en 1999 cuando
Eduardo Duhalde junto a su vice, el cantante popular Palito Ortega se
presentaran a las Presidenciales, perdiera frente a la Alianza con Fernando de
la Rúa como Presidente y “Chacho” Álvarez como Vice.
Cuento todo esto porque, en el presente,
tenemos a un neoliberal acérrimo como Milei en la Casa Rosada, y a un Estatista
peronista en contra en la Provincia de Buenos Aires con Kicillof. La similitud
es asombrosa, 30 años después de lo comentado arriba. Da la impresión sin
embargo que con Milei todo ocurre a la velocidad de la luz, lo que a Menem le
llevo 6 años, como la inflación, este lo hará en tres, así que si uno se deja
llevar por la historia y esa magia gitana que uno cree tener (pobre mi Abuela que,
si la tenía, según cuentan los registros trasmitidos oralmente), Milei pintará
de violeta el territorio nacional en Octubre de este año en las legislativas y
luego a principio de 2027 empezaran sus problemas más serios. Es evidente que, en
el 2026, la preocupación de la inflación en la gente dejara de existir,
entonces el desempleo y el no llegar a fin de mes lo agobiaran tanto que Milei
llegara a Octubre de 2027 con una imagen mellada, pero aun así a la larga
ganará. Milei lo tendremos hasta 2031 y en su segundo mandato afloraran en toda
su magnitud los desastres sociales que estas políticas neoliberales hacen a
largo plazo, será un desastre total y entonces comenzará una nueva calesita,
espero gracias a Dios, con alguna impronta distinta, pero en esencia será la
misma. Para entonces seré un hombre jubilado y comenzaré a sufrir las penas que
hoy y en el pasado han sufrido los pobres jubilados en la Argentina.