Viaje a la Luna

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Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

viernes, 31 de enero de 2025

ROSAS A CREDITO

 


La plusvalía sigue estando, y es la esencia de la explotación, llevamos más de 160 años supuestamente sabiéndolo, pues entre enero de 1862 y Julio de 1863 el no tan joven Marx preparo el manuscrito que llevaría el nombre de “Teoría sobre la Plusvalía”. El concepto ya había sido abordado por Adam Smith y David Ricardo, aunque no con ese nombre, reconociendo que había un excedente que se lo quedaba el dueño de los medios de producción. Marx desarrollando y criticando la teoría del valor de David Ricardo, pudo llegar a diferenciar entre trabajo y fuerza de trabajo y en El Capital desarrolla con plenitud el plusvalor, como el valor no pagado del trabajo del obrero que crea un “plusproducto” que se lo apropia el empresario dueño. Allí no solo explicita lo anterior, sino que se rebela ante semejante injusticia económica y social.

Milei es un alumno actual del Smith, que en su tiempo defendió a capa y espada que el Estado debía ocuparse únicamente de la defensa, la seguridad y la justicia, y que en definitiva debía garantizar que las personas y las empresas actuaran económicamente libres de cualquier atadura. No por gusto se considera a ese Adam como el padre del liberalismo económico, porque el otro Adán con ene, es el padre de todos los humanos, ¡por Dios!

Ahora bien, El Estado podría, interviniendo social y económicamente de forma eficaz, “reparar” en parte la distribución de esa plusvalía, al menos la concentración de la riqueza no quedaría en manos de unos pocos, al decir que 62 personas en el planeta Tierra amasan la riqueza equivalente acumulada de 3500 millones de seres humanos, sin embargo, los actuales vientos que soplan, en una parte de los países del Mundo, se encaminan a destrozar, lo poco o mucho de “beneficio” alcanzado por el Estado Capitalista actual, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial.

Y fíjense que hasta ahora no hable de Socialismo y mucho menos de Comunismo, aunque nuestro presidente denomina con esos nombres a todo aquel que simplemente quiere distribuir mejor la “torta” de la plusvalía y no acabar definitivamente con ella, socializando todos los medios de producción como nos propuso el “viejito” Marx.

Marx lo decía entonces, la plusvalía en definitiva en un “hecho oscuro” que queda camuflado para el común de las personas y hoy en día, el gran capital hasta ha logrado que se acepte como indispensable para el desarrollo de las personas y los países, se escucha decir con frecuencia en el común de la gente cuando se habla de estos temas, “pero si no hay inversión no hay trabajo y desarrollo”, “Y el tipo tiene que ganar porque él se está arriesgando”, “yo me voy a la casa tranquilo, pero él se queda con la preocupación de si se vende o no la mercadería”…con lo cual ese argumento de la plusvalía y la explotación del hombre por el hombre, no convence a nadie. Y del lado del frente, el intento de socializar los medios de producción y acabar definitivamente con la plusvalía, no logró y no ha logrado donde se aplicó a raja tabla esa solución, el desarrollo de las fuerzas productivas que sean un ejemplo a seguir, ya sea porque el estado al final era un armatoste que tenía dificultades extremas para caminar como por el encadenamiento extraordinario con “violencia y alevosía” de libertades individuales. Se pone en dudas entonces, la idea que, en las condiciones actuales de globalización y distribución del trabajo en el Mundo, un solo país aislado pueda hacer uso de semejante drástica solución de acabar con la plusvalía, en definitiva, no nos queda otro remedio que aceptar la presencia de ella por un largo periodo de tiempo humano y utilizar el estado como interviniente fundamental en la distribución más socializada de los dividendos que se obtienen por su presencia.

Sin embargo, hay otro aspecto introducido en las sociedades capitalista actuales, que viene de vieja data que llama poderosamente mi atención y que es fuente no solo de sojuzgamiento de países poderosos hacia los medianos y pobres países, sino el “nuevo” tipo de sometimiento del empresariado a los trabajadores, me refiero a EL CREDITO.

Recuerdo una famosa novela en Cuba que se pasó por televisión en 1983 y que coronó con el estrellato a la iniciada entonces actriz cubana Susana Pérez, se llamaba “Rosas a Crédito”, la misma estaba basada en la novela del mismo nombre escrita por la escritora ruso-francesa Elsa Triolet, publicada en francés originalmente en 1959. La novela se desarrolla precisamente en ese tiempo europeo después de la Segunda Guerra Mundial, específicamente en Francia de los años 50, donde para su reconstrucción después del desastre de la guerra recibió la enorme ayuda de Estados Unidos con el Plan Marshall, en ese contexto Martine, una joven adolecente pobre, hija de Marie y hermana de varios menores varones, vivía en un cuchitril de madera, en el campo francés, ella estaba perdidamente enamorada de Daniel Donelle, mayor que ella cuatro años e hijo de un cultivador de rosas, que su anhelo más grande, era lograr una rosa con el perfume de la rosa antigua, pero con el diseño y el color de la rosa moderna. Martine por su parte no quería aquella vida miserable y en las noches a oscuras y entre ratas, soñaba con irse de allí, comienza a trabajar en una peluquería cercana a su casa y utilizando los mecanismos que aun hoy se brindan con bastante efectividad, para consumir ya, lo que más tarde tendrás que agenciártela para pagar en cuota, me refiero al mecanismo del crédito, se muda a un moderno departamento en la ciudad y comienza a equiparlo con lo más sofisticado de la época, incluyendo un colchón a muelles. La historia de Martine termina trágicamente cuando ella, llena de deudas y tratando de escapar de la enfermedad del consumismo de la ciudad, regresa y se pierde en el bosque, y allí desmallada es devorada por las ratas, que la habían “acompañado” en el pasado en la pocilga donde vivió con su madre y hermanos, todo un símbolo la escena, para colmo su incondicional amor Daniel Donelle, cuando se entera de lo sucedido decide en conmemoración al sufrimiento de su amada crear un perfume con el nombre “Martine Rosado” que llega hacer un éxito de ventas.

¿Es el Crédito, una “nueva” forma de “plusvalía”, donde se esconde la explotación más despiadada del Capitalismo actual no solo a países sino a individuos propiamente dicho?

No sé si es la pregunta correcta tal vez, lo que, si sería bueno repasar algunos números y situaciones que me ayudan a reflexionar y llegar a la conclusión que, por lo pronto, estamos en presencia de un instrumento de dominación capitalista, incluso con implicaciones en las decisiones de preferencias políticas de los votantes actuales, al menos en la Argentina.

El crédito, en definitiva, es un préstamo de algo, muchas veces de dinero para devolver de a poco (en “cómodas” cuotas, es siempre la propaganda) con un plus encima, que se llama interés. Está claro, el que presta, quiere su dinero, pero también quiere tener ganancias de esa operación, y como casi siempre el dinero se devalúa, pierde valor con el tiempo, el que presta pone un interés por encima de esa devaluación en el tiempo. Mises (de quien es admirador nuestro presi y que ha hecho que al menos, intentemos saber de quien se trata) en su libro “Teoría del dinero y del crédito” planteó cosas interesantes, sobre todo porque su obsesión era explicar de dónde venía la famosa inflación o en definitiva la devaluación del dinero, en ese sentido decía, que el dinero no era un invento con el surgimiento del estado como tal, sino una relación social que se establece en la interacción comercial o no entre los individuos de una comunidad o sociedad, y que además pierde valor de intercambio cuando los estados emiten dinero solo para financiar “sus” gastos sin ningún sustento de convertibilidad. En su teorema de regresión del dinero, plantea que el dinero es una mercancía más y su valor se expresa por el valor que tiene en ese intercambio. En el caso del papel moneda su valor original estaba respaldado en su momento por un producto básico, en muchos casos fue el oro.

Si nos adentramos un poco en la historia del dólar, por ejemplo, su preponderancia Mundial, como patrón de referencia para otras monedas surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Entre el 1 y 22 de julio de 1944 en el famoso entonces Hotel Mount Washington, en Bretton Woods, se llevó a cabo la famosa Conferencia con la participación de 44 naciones que dio lugar más tarde a lo que se conoce como el Acuerdo de Bretton Woods. Allí se determinó que el dólar seria la moneda de referencia de todas las demás existente, pero hay que entender el contexto de aquella determinante conclusión.

En aquel entonces, la mayoría de las naciones del llamado Tercer Mundo, sobre todo de África y parte de Asia aún eran colonias europeas o de Estados Unidos, por lo que no tuvieron representación propia. Los representantes de América Latina eran muy permeables (como si ahora no lo son) al control de la Casa Blanca. India todavía no había alcanzado la independencia plena y su delegación fue de conjunto con la británica. Los países comunistas del oeste, a la cabeza de la Unión Soviética, no eran lo que fueron después en 1955 con el Pacto de Varsovia, pero no ratificaron los acuerdos. En China todavía no había ocurrido la Revolución Comunista de Mao del 22 de enero de 1949, aunque estaba en proceso interno desde 1927, así que participo como la Republica de China y aunque voto a favor, una vez que llegaron los comunistas en 1949 al poder se retiraron del acuerdo. Alemania, Japón e Italia, era el bloque del mal y en 1944 estaban a punto de ser derrotados en la Segunda Guerra Mundial, ya había ocurrido el Día D con el desembarco tarde de “los aliados” por Normandía el 6 de Junio de 1944, los Soviéticos por su parte habían comenzado la ofensiva Leópolis-Sandomierzen en el suroeste de la Unión Soviética y de Polonia Oriental, también había tenido lugar la Operación Bragation que permitió que el Ejército Rojo liberará Bielorrusia, Lituania, Letonia, Polonia oriental, y el este de Rumania. Las naciones de Europa occidental aún eran campo de batalla de la guerra y estaban desangradas, específicamente Francia, donde la Liberación de Paris se logró el 25 de agosto de 1944. En esas condiciones Estados Unidos, que producía la mitad del carbón mundial, dos tercios del petróleo, más de la mitad de la electricidad e inmensas cantidades de barcos, coches, armamento, maquinaria, en fin, era toda una potencia mundial, iba a tener un considerable control sobre las decisiones finales de la conferencia, al punto que terminó imponiendo su diseño, derrotando la propuesta inglesa diseñada nada menos que por John Maynard Keynes (nuestro Presi lo odia).

Es decir, en definitiva, en aquella Conferencia de Julio de 1944 en Bretton Woods, había dos propuestas a discutir, una británica que había elaborado Keynes y otra yanqui que había elaborado el economista, Director del Dpto. del Tesoro Harry Dexter White. La de Keynes era más “solidaria y democrática” y en principio pretendía crear una moneda nueva BANCOR que emitiera un órgano internacional de compensación, a llamarse International Clearing Unión (ICU), que estuviera atada a las monedas fuertes de entonces y fuera canjeable en moneda local por un cambio fijo. Este nuevo órgano ICU sería un intermediario para que los países con excedentes financiaran a los deficitarios, vía transferencia en BANCOR de sus excedentes, por supuesto en forma de créditos, eso haría crecer la demanda y alentaría el desarrollo, siendo beneficioso para todos. La clave de la propuesta británica era que los países acreedores y los deudores estarían obligados a mantener una balanza comercial equilibrada y, en caso de incumplimiento, se pagarían intereses sobre la diferencia; de los Gobiernos dependerían las medidas para mantener una cuenta cero.

Claro está, minga dirían los yanquis, que por ese entonces conservaban en sus arcas el 80% del oro del Mundo y no querían compartir su superávit comercial con una Europa destruida y deudora de por sí. Los británicos y su propuesta estaban en desventajas pues necesitaban de los créditos americanos para avanzar después de la guerra, así que se impuso la propuesta de White en la conferencia, el dólar respaldado en oro como moneda única de intercambio y la creación de un Fondo Monetario Internacional con un capital inicial de 8800 millones de dólares, con cuotas a cumplir por cada miembro en función de su poder de fuego avalado por su PBI. A Estados Unidos le correspondería una cuota de 2740 millones (equivalente al 31,1 %), al Reino Unido 1300 millones (14,8 %), la Unión Soviética 1200 (13,6 %), China 550 (6,3 %) y Francia 450 (5,1 %), para los cinco primeros. y que en definitiva determinó el poder de veto y de aprobación de las decisiones del Fondo a crear y aun hoy en día sigue igual. El restante 29% se repartió entre otras naciones participante del Acuerdo de Bretton Woods, en proporciones muy chica, América Latina en total le toco el 8.38% repartido en 18 paises, entre ellos, México, Brasil, Bolivia, Republica Dominicana, Cuba, Chile, Colombia, Nicaragua, Venezuela, Uruguay, Ecuador, Perú, el Salvador, Panamá, Paraguay. Argentina no participó en la Conferencia de Bretton Woods de 1944 debido a que Estados Unidos la excluyó como represalia por su neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial. A África le toco 2,34% y estuvo representada por "tres Paises", Egipto, Etiopia, La Unión Surafricada. El Oriente Medio disponía de un 2,24 % de votos, con Turquía, Líbano, Irán, Siria, Iraq. Europa Central y del Este tenían un 3,90 % de votos, con Polonia, Checoslovaquia y la Yugoslavia de Tito.

El Acuerdo de Bretton Woods dio lugar sin dudas al Nuevo Orden Económico Internacional, con Estados Unidos asumiendo el patrón de oro para el dólar, establecido en ese momento en 35 dólares fijos para la onza de oro. Al mantenerse fijo el precio del dólar, los demás países deberían fijar el precio de sus monedas con relación a aquella, y de ser necesario, intervenir dentro de los mercados cambiarios con el fin de mantener los tipos de cambio dentro de una banda de fluctuación del 1 %. Con este acuerdo, cada vez que algún país miembro tuviera déficit en la balanza de pago, debían acercarse al FMI de entonces para gestionar prestamos cortos que debían pagar en tres o cinco años.

Aquel acuerdo sirvió y mucho, pero desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, estallo la guerra fría y ante el avance económico y social comunista en Europa Oriental por intervención de la Unión Soviética, Estados Unidos decidió implantar su conocido Plan Marshall al Occidente de Europa, con ideas de “fortalecer las democracias, ampliar la clase media europea y apoyar el desarrollo de la empresa privada”. Para ello usando su dólar como moneda internacional de cambio, y respaldada con mucho oro en sus reservas, a sus “nuevos socios” de Alemania, Italia, Francia e Inglaterra dio préstamos a bajísimos intereses, subsidió a complejos industriales y del campo europeo, financio obras de infraestructuras, proveyó asistencia técnica en administración técnica de empresas importantes.

Escribir sobre la guerra fría y el dólar como patrón de todas las monedas del Mundo es largo y tendido, así que solo llegaremos al punto cuando todo aquel Acuerdo de Bretton Woods se desarmo por el mismo país que lo impulso en su momento, los yanquis.

Volviendo al libro de Ludwig von Mises mencionado arriba, “Teoria…”, encontramos algunos enunciados que nos sirven para lo que vendría después de 1971, como aquello que dice que “El dinero pierde valor cuando los gobiernos emiten billetes no convertibles para financiar sus gastos”. “Las políticas de los bancos que inyectan dinero nuevo en el mercado de préstamos pueden causar malas inversiones”.” La impresión continua de dinero puede hacer que el sistema monetario se vuelva inestable y que los ciclos de auge y caída se vuelvan viciosos”.

Es conocido que la Guerra sucia y despiadada de Estados Unidos en Vietnam fue el detonante del Acuerdo de Bretton Woods, además que por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial en 1971 tenían déficit comercial con todos sus socios de Europa y Japón. Los yanquis necesitaban financiar en cantidades industriales aquella guerra que se extendía en el tiempo por la valerosa resistencia del pueblo vietnamita y su gran líder Ho Chi Minh, Richard Nixon dio la orden y Burns, presidente de la reserva federal le dio a la maquinita de imprimir, olvidándose del respaldo en oro que debía tener cada billete que se imprimiera, volando así por los aires, la primera consigna del Acuerdo firmado en 1944.  Los europeos ni lentos ni perezosos, socios en las ganancias, pero no en las perdidas, exigieron que sus excedentes en dólares en sus Bancos Centrales fueran cambiados por oro, lo que llevo a una disminución brutal de las reservas del vil metal en Fort Knox. Nixon, de un plumazo, y sin mediar palabras, o si, con un discurso que sorprendió a todos, como un gran Emperador ( y todos los presi de ese país algo de eso sienten, y sino fíjense en Trump), el domingo 15 de Agosto de 1971 a la noche, en el horario estelar de la televisión de ese país, interrumpió todas las transmisiones y dijo llanamente “He ordenado al secretario [del Tesoro] Connally que suspenda temporalmente la convertibilidad del dólar por oro", la idea era hacer que las exportaciones estadounidenses fuesen más baratas y aliviar el desequilibrio comercial, además de no acabar con sus reservas en oro que se le exigía del otro lado del Planeta.

A partir de allí el Mundo cambio por completo, el dólar se convirtió en una moneda como las demás flotante, aunque la salvo, al fin y al cabo, otro hecho económico, cuando sirvió de referencia para otro producto básico y escaso como decía Mises, que ya no era el oro, sino el petróleo, dado el acuerdo a que llego Estados Unidos con Arabia Saudita en 1974, para cotizar en exclusiva el barril de petróleo en dólares.

El FMI y ese dólar de referencia se convirtió con Estados Unidos a la cabeza en una nueva forma de dominación, los gobiernos que ha acudido a sus préstamos han perdido su soberanía económica, y deben exigir a su ciudadanía ajustes miserables en su vida diaria para pagar lo que deben. Argentina lo está padeciendo.

Hoy el crédito para mí, es la “nueva” plusvalía que mantiene a países e individuos encadenado a la explotación de los poderosos. Podría decirse que es el cuento del huevo y la gallina, sino pides créditos, no podrás contar con dinero suficiente para desarrollarte rápidamente, y por otra parte cuando lo pides, tu deuda con sus intereses es tan usurera que corres siempre detrás de la zanahoria y llega a estrangularte y en el peor de los casos a ser devorado “por las ratas como le paso a Martine”.

Para muchos economistas identificados con el liberalismo hay un concepto que repiten hasta el cansancio, “una sociedad desendeudada es una sociedad pobre”, sino hay crédito no avanza la sociedad, el crédito y la deuda, es la medida para ellos del progreso de una sociedad.

Siempre ponen de ejemplo a los Estados Unidos como país con crédito y mucha deuda, pero al fin y al cabo prospero, sin embargo, según un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York de noviembre de 2024, el aumento de la deuda hipotecaria, de los préstamos para automóviles, de las tarjetas de crédito y de los préstamos estudiantiles trepó a un máximo de US$ 17,9 billones. Las hipotecas, que constituyen la mayor parte de la deuda de los hogares, aumentaron hasta la cifra récord de US$12,6 billones. Representan el 70% de los saldos totales de los hogares, sin embargo, la FED especifica: “Aunque la deuda de los hogares sigue aumentando en términos nominales, el crecimiento de los ingresos ha superado al de la deuda”, “Aun así, las elevadas tasas de morosidad revelan estrés para muchos hogares, incluso en medio de cierta moderación en las tendencias de morosidad este trimestre”, en definitiva, una “sociedad prospera” debe vivir estresada. Continua el informe de la FED de noviembre de 2024, por décimo trimestre consecutivo, un mayor número de propietarios de viviendas se endeudó usando sus casas de garantía, ya que las líneas de crédito con garantía hipotecaria aumentaron hasta US$387.000 millones. Los saldos de las tarjetas de crédito aumentaron en US$24.000 millones, hasta US$1,17 billones, con la cifra récord de 600 millones de cuentas abiertas. Los créditos para automóviles aumentaron en US$18.000 millones a US$1,64 billones. Además, los préstamos a estudiantes aumentaron en US$21.000 millones a un récord de US$1,61 billones. Si pides crédito progresas, según los liberales.

Ahora veamos esto mismo acá en el Sur. Según el primer informe sobre inclusión financiera publicado en noviembre de 2019 por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), el 51% de las personas adultas poseía en ese momento algún crédito con el sistema financiero. En diciembre de 2015, cuando Cristina Fernández de Kirchner dejó el gobierno, esta proporción era del 46,8%. Cristina dejo una pobreza en la Argentina del 30,1% en el 2015, Macri dejo una pobreza del 35,5% en el 2019. Pobreza y deuda van aparejadas.

Tanto Macri como Milei aplaudían de pie, con las dos manos y los pies que aparecieran los créditos hipotecarios y en general, los bancarios, Macri del 2015 al 2019, y Milei en este año 2024 que paso.

En un estudio presentado en Julio de 2024, por el Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de la Provincia de Córdoba, daba cuenta, a partir de 4200 encuestas realizadas en todo el país, que el 93 por ciento de los hogares argentinos tiene deudas y que, aunque más del 25 por ciento de las familias se endeudan a través de la tarjeta de crédito, también intervienen otros actores como los bancos, las prepagas, los préstamos informales y hasta el fiado. Un dato que preocupa es que el 54 por ciento de las deudas tomadas con crédito corresponden a la compra de alimentos, seguido de lejos (casi 40 puntos por detrás) por la carga de combustible. En ese sentido, el estudio advierte que casi el 60 por ciento de las personas tiene entre dos y tres obligaciones financieras. Ante un contexto que marca inflación alta, salarios bajos y aumento de la pobreza, la deuda deja de ser una opción para convertirse en una necesidad. El primer semestre de 2024 el INDEC marco una pobreza en la Argentina de 52,9%.

Pero hay otro aspecto a tener en cuenta con este tema de los créditos de las familias y es que el tener deuda a pagar en el tiempo condiciona tu voto político en el futuro.

Nadie ha podido explicar a ciencia cierta, y definitivamente, no solo la reelección de Menem en 1995, tampoco el apoyo “popular” por ahora a Milei, yo tampoco tengo una respuesta definitiva para ello, pero solo dejo un intercambio que tuve con un camionero fletero que vivió los 90 con Menem y está viviendo ahora lo de Milei.

- ¿Y cómo te va con todo este lio de Milei y tu trabajo?
- Bien, por ahora tengo trabajo, pero este es un loco y para mí no sale nada bueno de todo esto.
- Che, ¿y vos viviste lo de Menem?, ¿no?
- Si
- ¿Y qué te paso?
- Al principio anduvo, al final estaba todo mal, mucho desempleo.
- ¿Pero lo votaste en la reelección? ¿no?
- Si, pero, ¿sabes qué pasó?, estaba endeudado a mas no poder y el tipo me mantenía la moneda estable, uno a uno, papá.

La deuda externa de los países condiciona no solo su impronta hacia fuera del país, sino su desarrollo interno como sociedad, las deudas individuales o de familia nos acogotan en nuestras preferencias políticas, además de crearnos muchas angustias en un Mundo ya estresado.

 

 

 

 

 

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