¿UNA ALTERNATIVA?
Vivo en el Capitalismo, eso ya lo sé, al menos desde hace 24 años, 9 meses, 5 días, cuando escribo esto, y 14 horas. Sabia en que boca del lobo me metía, acá las reglas del juego son “sálvese quien pueda” y, sobre todo, si ahora tenemos a alguien en el gobierno que grita a todo pulmón “la justicia social es una aberración”. Me crie y me forme como persona, con ideas comunistas, ahora que está de “moda” decir a viva voz, “soy de derecha, ¿y qué?, y los “zurditos” que en este país están mal visto desde el ejecutivo de la nación (para ser suave en la expresión), no vendría mal, dejar claro abiertamente desde el principio desde que ideas uno parte al escribir. Por supuesto, que para muchos “me lavaron el cerebro”, pero les digo, que después que me “lo ensuciaron” en este otro lado del Mundo, hubo un tufillo en el cerebro (pensando sería mejor decir), que me llevo a volver a usar el mismo champú.
¿La verdad?, nunca fui un defensor a ultranza
del “socialismo real”, que se construía no solo en Cuba, sino en la extinta
URSS, donde estudié, aquellas experiencias daban mucho al ser-trabajador, que
durante siglos poco y nada recibió, los cambios en los derechos fueron
abismales y en el caso de Cuba, el solo hecho de lograr por primera vez la
independencia soñada, educación y salud para todos, ya como hechos históricos alternativos,
valían la pena. Ahora bien, como toda experiencia humana, estaban llenas de
errores y en el caso de la URSS, con un Stalin a la cabeza, de atrocidades.
No soy un teórico, estudioso de los temas
filosóficos, soy un simple hombre que quiere saber y que mira desde el suelo
cualquier propuesta humana para hacernos mejores, así que tomen estas líneas
como una “descarga” sin ron de por medio.
Como escribí alguna vez, Marx nos dio el
fosforo en la cueva, o si queremos ser más clásico, Marx fue el individuo que
estando en la cueva de Platón, nos dijo que solo lo que veíamos era nuestra
chinesca sombra reflejada en la pared de la cueva, que esa no era la realidad,
la realidad venia de un “afuera” de la cueva. El tema siempre fue que hacer
cuando lográsemos quitarnos las cadenas y empezar a construir esa nueva
realidad fuera de la cueva. Bueno, ahí estuvieron varios, Lenin, Trotsky, el
mismo Stalin que le gano la pulseada a los dos anteriores, Mao, el mismo Fidel,
el Che y otros tantos. Es bastante complicado hacer y filosofar al mismo
tiempo, la practica revolucionaria para cambiar todo lo que hay que cambiar en
una sociedad burguesa, deja poco margen para teorizar sobre ello. Así que desde
1917 estamos a los tumbos, sabiendo una sola cosa muy importante, el
Capitalismo como sistema en su medula espinar lleva consigo el gen que
desencadena todas las injusticias posibles, la plusvalía, pero hasta ahora es
el sistema que pudo crear la mayor cantidad de riqueza material posible,
inclusive con la paradoja de que la misma podría alcanzar para todos los
humanos sobre la faz de la tierra, pero, “un gran pero”, su gen de injusticia,
no se lo permite.
Todos coinciden, que hoy en la Argentina hay un
gobierno cruel, que, con su discurso teórico liberal-libertario, “respeto irrestricto del proyecto de vida
del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a
la vida, la libertad y la propiedad privada”, no logra construir una sociedad
socialmente feliz, ni tampoco le interesa y para muestra un botón, miremos como
le caen a palos a los jubilados, que cobran una miseria, todos los miércoles frente
al Congreso de la Nación o como desfinancian un Hospital de niño tan importante
como el Garrahan.
Así que la realidad histórica ha demostrado
hasta ahora, que es bastante complejo llevar a la practica un conjunto de “axiomas
teóricos”, sin embargo, ese conjunto de ideas teóricas desde el vamos, podemos
darnos cuenta que llevan intrínsecamente una desigualdad posible.
Hay una gran confusión por estos lares, que
mucha gente repite, cuando los liberales hablan del respeto a la propiedad
privada, lo hacen refiriéndose a la propiedad privada como medio de producción,
es decir la propiedad privada que con ayuda de la plusvalía genera capital,
pues los cachivaches que tenemos, la mayoría de nosotros en casa, incluyendo la
casa y el auto, son propiedad privada personal, así que los liberales, como
tantos otros, desde el principio defienden al Capital.
Es sabido que Marx hizo hincapié, que, para
superar la lógica de la contradicción fundamental del Capitalismo, entre la
forma social de producir y la forma privada de apropiación de las ganancias por
unos poco, había que acabar con la propiedad privada de los GRANDES medios de
producción, pues la concentración de la riqueza en manos de unos pocos
capitalistas genera una creciente desigualdad social y pobreza.
La Rusia de 1917 era fundamentalmente un país agrícola, con un incipiente desarrollo industrial, así que cuando allí triunfo el socialismo, costo “Dios y ayuda” para que aquello se convirtiera, socializando los pocos medios de producción, en un país con un cierto desarrollo industrial, económico y social en general. Después de pasar por la Segunda Guerra Mundial (con todo el destrozo y perdidas humanas que eso implico), la URSS logro emerger como país reconocido, que le disputo desde lo social y desde lo económico la supremacía Mundial, al mayor exponente capitalista de ese momento (que también emergía como tal, después de la Segunda Guerra Mundial), me refiero a los Estados Unidos. Así que, hasta ese momento, la tesis de Marx de la socialización de los grandes medios de producción, no implicaba una pérdida de competitividad, ni de producción, con respecto a las ventajas de la propiedad privada sobre los medios de producción, y mientras tanto esa socialización permitió una distribución de la riqueza mucho más equitativa e igualitaria, me atrevo a decir, que el promedio de la prosperidad socioeconómica de un humano bajo aquel régimen socializado era superior al del humano bajo aquel otro régimen con propiedad privada. ¿Cuánto tiempo se vivió así?.
En 1982 llegue a estudiar a Moscú, que, comparado con Cuba, aquel era un país
desarrollado, pero social y políticamente se veían muchas falencias, que tal
vez hubieran sido las mismas o peores si hubiera viajado a algún país
Capitalista de entonces. El alcoholismo en la URSS, debió ser lo mismo que la
cocaína en USA, por citar algún ejemplo social aislado. Fue en esa época que se
sucedieron, los cambios de mandos políticos de Brézhnev a Andropov, de Andrópov
a Chernenko, y todo aquello en medio de un desprestigio generalizado de lo
político y de la política del PCUS, hasta que finalmente en 1985 llego Gorbachov
con 54 años, y desenmascaro la realidad que no se quería contar públicamente,
pero que era un secreto a voces, la economía soviética estaba estancada, y era
necesario con urgencia una reorganización de la misma. De ese diagnóstico
valiente, surgieron las primeras reformas económicas y sociales que fueron
conocidas como Uskaréniye (Aceleración) y más tarde transformadas junto con la
apertura a nuevas ideas y la transparencia política, conocida como Glasnost, en
lo que se conoció como la Perestroika (Reconstrucción).
Muchos achacan a este último enfoque, La
Perestroika, a la causa del descalabro y final desaparición de la URSS, como un
conjunto de Republicas que habían intentado en la socialización de los medios
de producción, convertirse en una alternativa al Capitalismo Mundial, además
que, este hecho final, de desaparecer de un plumazo el campo Socialista, como
la demostración fehaciente y verídica, constatada con la realidad misma, que la
socialización de los medios de producción, era una tesis fracasada del marxismo
y por tanto borrón y cuenta nueva.
A partir de 1989 con la caída del Muro de Berlín
(como símbolo de un sistema económico que no “funciono”) resurgió el
Liberalismo en el Capitalismo, como la forma capaz de llevar a la humanidad a
nuevos horizontes de prosperidad económica y social.
Hay que decir que en esa confrontación
ideológica en medio de lo que se conoció en la posguerra, como guerra fría, los
trabajadores en los países Capitalistas obtuvieron grandes beneficios y
derechos, como una respuesta de ese Mundo, a los logros sociales y económicos
que iban sucediendo en la URSS, de hecho las ideas del Estado de Bienestar,
aunque las primeras características, como las pensiones públicas y el seguro
social, se desarrollaron a partir de la década de 1880 en los países
industrializados occidentales, no es hasta después de la Segunda Guerra
Mundial, y teniendo en cuenta el famoso Informe Beveridge, Report to the
Parliament on Social Insurance and Allied Services de 1942, realizado por William
Henry Beveridge, economista y político liberal británico, que los países
occidentales desarrollados, comenzaron a pensar en la creación de planes
sociales avanzados para los trabajadores. Es interesante constatar que en el
mencionado Report, Beveridge expone que todo ciudadano en edad laboral debe
pagar una serie de tasas sociales semanales, con el objetivo de poder establecer
una serie de prestaciones en caso de enfermedad, desempleo, jubilación y otras.
Beveridge opinaba entonces que ese sistema permitiría asegurar un nivel de vida
mínimo por debajo del cual nadie debe caer. Para convencer a los conservadores
escépticos, Beveridge explicó que la asunción por parte del estado de los
gastos de enfermedad y de las pensiones de jubilación permitiría a la industria
nacional beneficiarse de aumento de la productividad, y como consecuencia, de
la competitividad. No hay dudas que, sin esa última explicación, era difícil
que el gran Capital entendiera que había que atender socialmente a los
trabajadores.
La justicia que mamé en Cuba, siempre fue la
justicia de las mayorías trabajadoras, se sobreentendía, que los obreros en el
poder podían, por su condición previa de explotación dentro del Capitalismo, irradiar
una justicia solidaria al resto del pueblo. En parte así fue, los beneficios y
derechos solicitados por esa clase obrera desde el poder para sí, no solo en
Cuba sino en todo el Socialismo Real que se construyó en el Mundo, fueron
también beneficios y derechos para el resto de la población. Sin embargo, esa
justicia de mayorías, tuvo bolsones de injusticia hacia determinadas minorías,
que tardaron en recomponerse y en muchos casos nunca recibieron justicia, me
refiero a las “minorías” que pensaban distinto, a los homosexuales, etc. El
respeto a la libertad individual, con todo lo que eso implica nunca fue una
bandera enarbolada, todo estaba bien mientras las aspiraciones personales
coincidían con las aspiraciones colectivas, en caso contrario, nunca se respetó
lo distinto a pesar que muchos líderes desde el discurso repetían con asiduidad
que la construcción de esa sociedad socialista era una construcción voluntaria.
De hecho, la solución que se encontró al hecho anterior fue, que como aquello
era voluntario, el que no quería participar tenía que dejar el suelo patrio,
porque así lo dictaminaba la justicia de las mayorías.
Había supuestamente, una justificación real y
practica a lo anterior, debido a que el sistema Capitalista Mundial tampoco
acepto de brazos cruzados la construcción voluntaria de ese sistema socialista en
un país, que venía a demostrar de alguna manera “su superación” como sistema. Desde
el punto de vista teórico (y practico también) el Socialismo Real que se
construyó no tuvo en cuenta la libertad individual como parámetro. La Dictadura
del Proletariado, que de alguna manera fue llevada a cabo por supuestos
representantes del proletariado, en definitiva, se convirtió en la dictadura de
una burocracia, alejada cada vez mas de las bases proletarias, inclusive se
contó cada vez menos con la opinión y participación popular del pueblo en la
implementación de políticas públicas de justicia social.
Aparentemente la abolición de la propiedad
privada y el ascenso de los obreros y los campesinos al poder eran condiciones
indispensables desde el punto de vista teórico para construir una sociedad más
justa que el Capitalismo, pero en la práctica el no haber tenido en cuenta la
libertad individual, y la participación real cada vez más democrática de la
población en las decisiones de gobierno conllevo a construir sistemas
autoritarios que implosionaron por su propia desidia. La justicia de mayorías
puede que no sea toda la justicia necesaria para construir una sociedad real
que supere al Capitalismo actual, no solo desde el punto de vista práctico sino
inclusive desde el punto de vista teórico.
En 1971 John Rawls escribió su libro “Teoría de
la Justicia”, si uno relaciona el contexto Mundial y local (era estadunidense) con
la aparición de este libro, encontrará algunas implicancias interesantes, entre
ellas las que mencione más arriba sobre la confrontación ideológica de los dos
sistemas mundiales que existían en ese momento, pero también que Estados Unidos
el 8 de marzo de 1965 intervenía con tropas de marines en la Guerra de Vietnam,
pues hasta ese mismo momento participaba con asesores y ayuda militar. La
Guerra de Vietnam, después de la Segunda Guerra Mundial, fue el terreno de
operaciones militares que encontraron los dos sistemas para enfrentarse cabalmente.
Como he mencionado en otras ocasiones el 15 de Agosto de 1971 de un plumazo y
sin previo aviso Nixon anuncio el fin de los Acuerdos Bretton Woods y la
convertibilidad del dólar en oro, así como la imposición de aranceles a todas
las importaciones a Estados Unidos. Por otra parte, Estados Unidos como
sociedad era una sociedad con una fenomenal segregación racial, injusticia que venía
ya como tradición.
Rawls nació en 1921 y murió en el año 2002, su
primer libro, el mencionado arriba apareció cuando cumplía los 50 años, toda su
vida como filósofo y profesor de filosofía política en Harvard la dedico a
partir de la aparición de su “Teoria…” a corregirla de acuerdo a las críticas
que recibía. Si hubiera que etiquetar su postura política, Rawls se enmarcaría
en el grupo de los “liberales igualitarios”, tratando de hacer malabares en la
cuerda floja entre la libertad individual y la justicia social.
Había una necesidad imperiosa por encontrar la reconciliación
entre las desigualdades que provoca el gen ya mencionado, en el Capitalismo y
una justicia social que atendiera a los más desventajados o postergados que
crea ese sistema de por sí. Rawls con sus dos principales postulados teóricos,
el Principio de Igual Libertad y el Principio de Diferencia, pretende crear una
sociedad más justa dentro del Capitalismo, aunque a decir verdad como no hace mención
a la propiedad privada sobre los medios de producción sino a la propiedad
personal, muchos se han animado a pensar que dichos postulados bien podrían ser
aplicados a un “Socialismo de Mercado”.
El primer principio, el principio de igual
libertad, establece que cada persona tiene derecho a un conjunto amplio de
libertades básicas iguales, compatible con un sistema similar de libertades
para todos. Estas libertades incluyen la libertad política, de expresión, de
pensamiento, de conciencia, personal (incluyendo la protección contra la
opresión psicológica y física), y el derecho a la propiedad personal.
El segundo principio, el principio de
diferencia, aborda las desigualdades sociales y económicas. Permite
desigualdades solo si estas benefician a los miembros menos aventajados de la
sociedad, y si están vinculadas a cargos y posiciones accesibles a todos en
condiciones de justa igualdad de oportunidades. En otras palabras, las
desigualdades solo son aceptables si contribuyen a mejorar la situación de los
más desfavorecidos.
No hay dudas que los principios teóricos de
justicia que propone Rawls son deseados racional y humanamente, es más me atrevería
a decir, que bien podrían aplicarse como idea filosófica, en un futuro sistema económico
y social para aquellos que con el fosforo de Marx dejen la cueva. Pero aún más
interesante es prestarle atención al famoso “Velo de la Ignorancia” en la Teoría
de Rawls, en él se concentra un anhelo humano actual, buscando la imparcialidad
en la repartición de justicia. Rawls imagina una sociedad donde los principios
de justicias se eligen por personas racionales que no saben que posiciones ocuparan dentro de esa hipotética sociedad. Esto significa que desconocen su
raza, género, nivel socioeconómico, habilidades, etc. Al estar en esta posición
"original", se asume que las personas elegirán principios de justicia
que protejan a todos los miembros de la sociedad, incluso a los más
vulnerables, ya que podrían ser ellos mismos quienes queden en esa situación.
En esencia, el velo de la ignorancia obliga a
las personas a considerar las consecuencias de sus decisiones para todos los
miembros de la sociedad, en lugar de favorecer solo a aquellos con quienes se
identifican o que comparten sus características. Esto lleva a la formulación de
principios de justicia que sean equitativos y que promuevan el bienestar
general, como el principio de la diferencia, que permite desigualdades solo si
benefician a los menos aventajados.
Hay mucha tela por donde cortar cuando se
escribe sobre John Rawls, me pareció interesante traerlo a colación en la situación
actual del Mundo, me gustaría que algunas de sus ideas teóricas de justicia sirvan de faro y nos muestre el camino para construir una sociedad socialista
superior, sobre todo en lo que respecta a las libertades individuales. Pero no solo esto, en la Argentina actual
donde nos quieren hacer creer, que la justicia social es envidia con retórica y
la ley de la selva de la competitividad salvaje, retirando al Estado como
equilibrador de igualdades, es la solución que nos traerá prosperidad material
y espiritual, que en definitiva engloba desde la practica las ideas de un Liberalismo-Libertario,
sería aconsejable y hasta necesario, enarbolar un Liberalismo Igualitario o
Rawlsiano como alternativa posible.