LA
GLOBALIZACIÓN DE LA ELUSIÓN
(Por
Magdalena Rua, en el blog El Cohete a la Luna)
La globalización financiera incrementó el
poder global de las corporaciones mientras que los Estados perdieron dominio.
El Estado se ha debilitado y el sector privado se ha fortalecido. La pandemia
agudizó esta situación, dada la caída de la recaudación tributaria, en
simultáneo con el crecimiento de grandes empresas durante la crisis. El panel
FACTI de Naciones Unidas ha señalado que, durante la pandemia, la extrema
pobreza en el mundo creció un 7% mientras que los multimillonarios aumentaron
su riqueza en un 27,5% sólo entre abril y julio de 2020.
En las últimas décadas, las grandes empresas
han logrado reducir sus bases imponibles, han visto caer las tasas impositivas
en forma dramática y han desviado mayores flujos financieros hacia guaridas
fiscales. La contribución de las empresas a través de sus impuestos a las arcas
fiscales tenía un peso mucho más relevante en la financiación estatal, mientras
que la influencia de las empresas sobre las políticas públicas que las
benefician aumentó (Nick Buxton). Las corporaciones se han vuelto más poderosas
debilitando la capacidad de los Estados. Las empresas utilizan su poder
económico y político para influir en las decisiones de política pública a nivel
doméstico y en el plano de la gobernanza global. En este contexto, la noción de
Estado Nación se ve debilitada al mismo tiempo que las “coaliciones del sector
privado” adquieren mayor poder de presión y lobby (Pagliari y Young, 2014).
La globalización y la consecuente
liberalización de los mercados financieros internacionales han erosionado la
eficacia de los instrumentos de regulación nacional. En el mundo globalizado,
mientras que el Estado se reduce a una jurisdicción geográfica definida, el
capital posee la libertad de ubicarse en cualquier parte del mundo (Sikka y
Willmott, 2009). Las empresas transnacionales –y también las personas de alto
patrimonio– tienen la capacidad de reorganizarse, dividirse y asignar
actividades en distintas jurisdicciones, de modo de maximizar las ventajas
competitivas y la posición en el mercado (Seabrooke y Wigan, 2015), además de
optimizar sus costos fiscales.
Deslocalización
Adoración Guamán en su artículo The
corporate architecture of impunity (La arquitectura corporativa de la
impunidad) explica la forma en que las empresas transnacionales trabajan en
diferentes países través de largas cadenas de valor logrando reducir costos,
riesgos, obligaciones y responsabilidades, a la vez que concentran los
principales beneficios en la casa matriz.
Las estrategias de deslocalización y
descentralización, cuya dirección es Norte-Sur, se reflejan en el Índice de
Transnacionalidad de Naciones Unidas (TNI de UNCTAD). Muestra que, en promedio,
las 100 principales empresas multinacionales del mundo tienen cada una más de
500 afiliadas en más de 50 países. Tienen siete niveles en su estructura de
propiedad (en otras palabras, los vínculos de propiedad con las filiales
podrían cruzar seis fronteras) e incluyen 20 sociedades holdings que
poseen filiales en múltiples jurisdicciones, con casi 70 entidades en fondos de
inversión extraterritoriales.
Menciona que la deslocalización puede adoptar
distintas formas. Entre ellas, se conforma como inversión extranjera directa
(IED) de empresas multinacionales (EMN) en filiales totalmente controladas o en
empresas conjuntas (joint ventures) en las que la EMN tiene la
responsabilidad directa de la relación laboral. También puede incluir el modelo
cada vez más predominante de abastecimiento internacional según el cual las empresas
transnacionales contratan o subcontratan a proveedores y empresas para bienes,
insumos y servicios específicos, aprovechando las diferencias en las
condiciones laborales para utilizar la estrategia de dumping de
derechos sociales, ambientales y humanos en general.
Señala que, en la mayoría de los casos, la
producción se subcontrata en un gran número de pequeñas y medianas empresas
(PYMEs), generalmente ubicadas en zonas francas o zonas francas industriales.
Las empresas matrices gestionan actividades “no productivas” como la
investigación, la innovación, el marketing y la logística.
Reportes
país por país
En el último tiempo, la presentación de
informes país por país por parte de las empresas multinacionales ha
proporcionado a las autoridades fiscales información sin precedentes sobre la
transferencia de ingresos por parte de las empresas multinacionales a las
distintas jurisdicciones en las que operan, lo que impacta sobre los recursos
fiscales. La publicación de los datos agregados de esos informes ha demostrado
que la escala global del problema supera el billón de dólares en pérdidas
fiscales anuales (Sol Piccioto et. al.).[1] En este
momento, se ha vuelto todavía más urgente resolver esta problemática en la
medida en que la economía mundial se sumerge en una crisis provocada por el
COVID-19.
En los primeros días de febrero se dio a
conocer que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Internal
Revenue Services (IRS) de los Estados Unidos rubricaron un acuerdo
que le permitirá a la Argentina acceder en forma automática a información sobre
las multinacionales establecidas en ese país, con el fin de evitar posibles
maniobras abusivas en materia de precios de transferencia. El acuerdo se da en
el marco de la acción 13 del Plan BEPS (Plan contra la erosión de la base
imponible y el traslado de beneficios), que incluye el informe país por
país, Country-by-Country (CbC) Report. Este requiere que las
empresas multinacionales que tengan ingresos consolidados superiores a 750
millones de euros, reporten anualmente en cada jurisdicción donde se desempeñan
información desagregada con el objeto de limitar la erosión de las bases
imponibles.
En este caso, los informes que recibirá
Argentina consisten en una declaración anual de los grupos multinacionales
establecidos en Estados Unidos que operan en el país y tengan ingresos anuales
totales consolidados a nivel global superiores a 750 millones de euros. El
informe identificará en forma detallada: las jurisdicciones en las que operan,
las distintas entidades que los conforman, las actividades económicas que
realizan, la cantidad de trabajadores, información sobre la asignación de los
ingresos, resultados, impuestos pagados y devengados desarrolladas por cada
entidad componente del grupo alrededor del mundo.
Estados Unidos es uno de los países más relevantes
en términos comerciales para la Argentina. La base de datos de la OCDE que
publica información agregada de los Reportes país por país muestra que, de los
grupos multinacionales que reportan que poseen entidades vinculadas ubicadas en
la Argentina, el 56% posee su última controlante en los Estados Unidos.
Los datos agregados de los reportes país por
país son elocuentes. La OCDE informó que, en promedio, los ingresos
que reportan los grupos multinacionales en partes vinculadas ubicadas en
“centros de inversión” son mayores que en las jurisdicciones de ingresos altos,
medios y bajos. Los “centros de inversión” a los que refiere la OCDE son
jurisdicciones con un nivel de inversión extranjera directa (IED) total por
encima del 150% de su PIB, y que son consideradas como guaridas fiscales por
los especialistas en impuestos. Éstas son: Bahamas, Barbados, Bermudas, Islas
Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Chipre, Gibraltar, Guernsey, Hong Kong,
China, Hungría, Irlanda, Isla de Man, Jersey, Liberia, Luxemburgo, Malta, Islas
Marshall, Mauricio, Mozambique, Países Bajos, Singapur y Suiza.
Los ingresos que se transfieren desde los
grupos multinacionales a las entidades vinculadas ubicadas en estos “centros de
inversión” (o guaridas fiscales) representan el 40% de los ingresos totales del
grupo, mientras que la participación media de los ingresos de las entidades
vinculadas en las jurisdicciones de ingresos altos, medios y bajos se ubica
entre el 5% y el 20%. Esto demuestra que en los “centros de inversión” se
declaran mayor cantidad de ganancias que en el resto de las jurisdicciones.
Entre los países que la OCDE llama “centros
de inversión” se encuentra Luxemburgo, jurisdicción que muy recientemente fue
noticia a raíz de una nueva filtración internacional conocida como Open
Lux. A partir de la creación de un registro público de sociedades en
Luxemburgo, se dieron a conocer 3,3 millones de documentos de 140.000
sociedades luxemburguesas que revelaron la constitución de sociedades en este
país con fines de evasión fiscal.
Diagrama
con distintos tipos de cadenas de propiedad (Fuente: UN FACTI PANEL)
Los
mecanismos de evasión fiscal de los ricos
Un interesante artículo de Mother Jones nos
enseña algunas de las herramientas con las que cuentan los ricos globales: “11
formas de esconder el dinero offshore”. El artículo nos recuerda
una investigación de periodistas de distintas partes del mundo que se conoció
como Jersey Offshore, basada en una filtración de 350.000
documentos desde el interior de una empresa fiduciaria llamada La
Hougue en la Isla de Jersey, un territorio dependiente de la Corona
británica en el Canal de la Mancha, que califica como guarida fiscal.
El artículo muestra un memo de un director
gerente de la firma que ofrece sus servicios offshore para que
sus clientes puedan mover dinero al extranjero, cruzando los límites de la
legalidad. Detalla 11 alternativas como vías de mover el dinero a cuentas offshore.
Entre ellas:
Honorarios de consultoría. Se contrata a una
empresa offshore para que realice una consultoría falsa. El
dinero va a una cuenta propia en el extranjero y puede deducirse como gasto.
Otra consiste en depositar dinero en una
cuenta propia con falsos pretextos, en montos reducidos, que permiten eludir la
normativa contra el lavado de dinero.
Préstamos no devueltos e inversiones que
salen mal. Por ejemplo, perder sumas de seis cifras al otorgar préstamos que no
son devueltos o invertir en empresas que nunca arrojan ganancia.
Comprar opciones. Por ejemplo, en una empresa
de taxis que controla La Hougue, llamada Metrocab (U.K.)
Limited, pagándole el derecho a comprar sus acciones a un precio
determinado, pero nunca se ejercita el derecho de las opciones a comprar las
acciones y luego deduce su costo como una pérdida, dado que la empresa perdió
valor. El dinero que se paga por las opciones ingresa en su cuenta secreta
propia en el extranjero.
Otro método consiste en invertir en un
fideicomiso inmobiliario de La Hougue en Baja California,
México, sabiendo que ese emprendimiento no se desarrollará. El dinero invertido
simplemente ingresa en su cuenta de La Hougue. Si alguien lo
audita, La Hougue proporcionará documentos que demuestren que
la persona no ha ganado dinero con la propiedad y no debe impuestos.
Otra técnica consiste en obtener un préstamo
de una empresa bajo el control de La Hougue y colocarlo en un
fondo en divisas. Este mostrará una pérdida neta a lo largo del tiempo. Luego,
debe devolverse el préstamo y los intereses, por lo cual, dichos pagos van a
una cuenta propia en La Hougue.
Otro método consiste en simular la obtención
de una hipoteca de un prestamista extranjero, garantizada por una propiedad de
titularidad propia. Se pagan los intereses durante un par de años y luego se
incumple con la hipoteca. El prestamista ejecuta la hipoteca y toma el título
de la propiedad, trasladándola al extranjero. El capital de la hipoteca (tal
vez el 70% del valor de la propiedad) se traslada al extranjero por separado.
Si alguna persona le debe dinero a su
empresa, sugiere mantener el pago fuera de los libros contables, y hacer que
entreguen el pago a su cuenta en el extranjero.
Se paga una multa ficticia para salir de un
contrato ficticio. La Hougue lo ayuda a producir un contrato
que dice A) un tercero en el extranjero tiene una opción existente para comprar
un bien de su propiedad; y B) ahora le debe al tenedor de la opción una multa
por cancelar ese contrato. La multa se come su aparente ganancia, lo que
potencialmente reduce sus impuestos, dependiendo de su jurisdicción. En
cualquier caso, el pago de la multa artificial se dirige a una cuenta propia en
el extranjero.
Lo interesante es que cada una de las
opciones ofrece algún tipo de acuerdo comercial ficticio, el cual permite mover
el dinero a una cuenta offshore. Estos acuerdos comerciales sirven
para obtener algún tipo de exención fiscal, ya sea mediante deducciones o
gastos falsos o eliminando artificialmente ganancias.
En el artículo periodístico explican que, a
enero de 2021, existe en las Islas Vírgenes Británicas una empresa, con
propiedad registrada secreta, llamada La Hougue Trustees Limited,
por lo que todavía podría estar en actividad la empresa mencionada en aquel
documento filtrado.
Los huecos que persisten en el sistema global
son muchos. Resulta evidente la falta de un marco regulatorio supranacional
democrático que complemente los sistemas jurídicos nacionales, que aborde de
manera integral las prácticas de evasión y elusión fiscal internacional y fuga
de divisas dentro del sistema financiero que erosionan las bases imponibles de
los países periféricos. Los avances en el marco de la OCDE son completamente
insuficientes porque no abordan las fallas centrales del conjunto del sistema,
la opacidad, la inexistencia de registros efectivos de beneficiarios finales en
todo el mundo y las practicas elusivas de las multinacionales. La falta de
consenso internacional para avanzar en esta dirección –con motivaciones
evidentes en el Norte global– no debe inhabilitar el camino a seguir por el Sur
global.
[1] “For a
Better GLOBE: A Minimum Effective Tax Rate For Multinationals”, de Sol
Picciotto, Jeffery M. Kadet, Alex Cobham, Tommaso Faccio, Javier
Garcia-Bernardo y Petr Janský.
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