RENTA Y
DISTRIBUCIÓN
(Por
Horacio Rovelli)
La matriz productiva y distributiva en la
Argentina actual genera renta y pobreza en una relación directamente
proporcional: cuanto mayor renta, mayor pobreza. Constituye una correspondencia
de causa y efecto, donde la primera es la causa de la segunda.
La renta [i] es la diferencia entre el costo en
dólares de extracción o producción argentina y el precio que se vende ese
producto en el mercado mundial. En primer lugar en la producción agropecuaria,
porque la Argentina es un gran productor y oferente de esos bienes en el
mercado mundial. Obviamente, el costo promedio es muchísimo menor que el del
precio en los mercados internacionales, esencialmente por nuestra pampa húmeda,
que es una de las tierras más fértiles del mundo, donde más rinde por hectáreas
tiene la soja, el maíz, el trigo, el girasol y el sorgo, entre otros cultivos.
Por ejemplo, el precio de la tonelada de maíz
en el mercado de Chicago era de 148,52 dólares en marzo de 2020 y en junio de
2021 es de 271,95 dólares, lo que significa un incremento del 83% medido por la
divisa estadounidense. En ese lapso, el gobierno devaluó nuestra moneda en un
52% (el tipo de cambio vendedor del Banco de la Nación Argentina pasó de $66 a
$100,36) y, sin embargo, el derecho de exportación sigue siendo del 12%, por lo
que esa fabulosa renta se la apropian los grandes acopiadores y
comercializadores de granos sin dar más participación al Estado –que le asegura
y posibilita que así sea– que ese porcentaje.
Esto explica por qué, en el año 2020,
declararon exportar 37 millones de toneladas de maíz en granos, cuando
declararon producir 45 millones de toneladas. Este 2021 la cosecha va a ser
incluso mayor. En los primeros cinco meses ya se exportaron 29,7 millones de
toneladas de la campaña 2020/21, que representa el 65% del total de la
producción de maíz prevista en 46 millones de toneladas por la Bolsa de
Cereales de Rosario (aún falta un mes para finalizar la cosecha). Después nos
preguntamos por qué sube tanto el precio de las carnes (vacuna, porcina, aviar)
en la Argentina cuando se usa el maíz como forraje.
Las exportaciones de soja, de harina de soja,
de aceite de soja, de maíz y de girasol marcaron récords en los primeros cinco
meses de 2021, de manera tal que CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la
República Argentina) y CEC (Centro de Exportadores de Cereales) declararon
ingresar divisas por 13.311 millones de dólares, cifra que supera en un 91% el
ingreso de igual lapso del año pasado.
Igual sucede con los minerales. La Argentina
es un importante exportador de oro y plata, sector que en 2020 declaró ventas
externas por 2.366 millones de dólares. El complejo metalífero, en total, lo
hizo por 3.734 millones de dólares, superando en monto, incluso, a las
exportaciones del complejo petrolero-petroquímico.
Se debe tener en cuenta, por un lado, las
denuncias relativas a que se declara producir y vender menos de lo que
realmente se hace [ii]. Segundo, el impacto ambiental por
contaminación y el uso del agua, y tercero, que el derecho de exportación del
oro es sólo del 8% y su precio pasó de 657,32 dólares en marzo de 2020 a
1.871,91 dólares en junio de 2021, dejando una generosa renta a favor de las
grandes empresas del sector que, mayoritariamente, son empresas
transnacionales.
La actividad goza de la Ley de Inversiones
Mineras (24.196/93) que se encuentra vigente. Estipula que por un período de 30
años las empresas no podrán ver incrementada la carga tributaria total,
determinada al momento de la presentación del estudio de factibilidad. Las
regalías provinciales son sobre el 3% del valor en boca de mina, pero se
deducen del mismo, para su pago, los costos de transporte, flete,
comercialización, y otros, por lo que este valor puede terminar representando
entre el 1,2 y el 1,5% del valor de boca de mina original. El impuesto a las
ganancias sólo se comienza a pagar después de cinco años de iniciado el
proyecto.
Y como semejante renta diferencial no les
alcanza, el gobierno propone un Plan de Desarrollo Minero para darle mayor
impulso.
Renta
financiera
La renta financiera se refleja en la
denominada “deuda cuasi fiscal” del Banco Central de la República Argentina
(BCRA), generada por sus “pasivos remunerados”:
Al 30 de diciembre de 2019 la suma de LELIQs
y Pases Pasivos era de $1.185.108 millones (LELIQs + Pases Pasivos)
equivalentes a 18.811 millones de dólares al tipo de cambio registrado por el
BCRA de esa fecha ($63 por dólar).
Al 2 de junio de 2021 la esterilización por
LELIQs y Pases Pasivos había ascendido a la suma de $3.594.259 millones,
equivalentes a 35.943 millones de dólares (con el dólar a $100).
Por lo tanto, el aumento de la deuda
cuasi-fiscal del BCRA por pasivos remunerados (LELIQs y Pases Pasivos) ha sido
de $2.409.141 millones, equivalentes a 17.132 millones de dólares durante la
gestión actual del Banco.
Tomando las cifras al 2 de junio de 2021, en
materia de pago de intereses por estos pasivos remunerados, las LELIQs que son
a siete días de plazo devengan un interés del 38% nominal anual y los Pases
Pasivos que van de un solo día a menos de siete días de plazo, pagan el 32%
nominal anual. Esos rendimientos, al renovarse las colocaciones con cada
vencimiento (se suman los intereses que son acumulativos), crecen a una tasa
del 45% efectiva anual.
Esto se hace para evitar que los pesos
regresen al mercado y se cambien a dólares. Pero esos intereses para todo 2021
van a ser por un monto superior al $1,5 billón en el año (déficit cuasi-fiscal
del BCRA). Una suma mayor, inclusive, que la presupuestada como déficit de la
Administración Nacional en la Ley 27.591 de Presupuesto Nacional 2021, que es
de $1.453.686 millones.
El gobierno frena planes sociales y gasto público
en medio de la segunda ola de Covid-19 para no superar el déficit fiscal
presupuestado, pese a que la inflación va a ser mayor que la estimada del 29%
para todo 2021. No muestra la misma conducta severa en su política monetaria,
que no genera créditos para la producción, el trabajo y el consumo [iii], y paga generosa y religiosamente a los
bancos las inmovilizaciones de LELIQs y Pases Pasivos.
SISTEMA FINANCIERO ARGENTINO |
|||||
Indicadores monetarios |
30/12/2019
|
02/06/2021
|
Diferencia 02/06/2021 – 30/12/2019 |
En porcentaje
|
|
Base Monetaria |
1.829.109 |
2.664.607 |
835.498 |
45,7% |
|
Circulación Monetaria |
1.147.080 |
1.865.895 |
718.815 |
|
|
Cuenta corriente en el BCRA |
682.028 |
798.712 |
116.684 |
|
|
Reservas Internacionales |
45.190 |
42.066 |
-3.124 |
-7% |
|
LELIQs |
758.453 |
1.919.251 |
1.160.798 |
153,0% |
|
Pases Pasivos |
426.655 |
1.674.998 |
1.248.343 |
292,6% |
|
Esterilización |
1.185.108 |
3.594.249 |
2.409.141 |
203,3% |
|
Porcentaje/BM |
64,8% |
134,89% |
|
|
|
Porcentaje/Circulación Monetaria |
103,3% |
192,63% |
|
|
|
Adelantos al Tesoro |
792.730 |
1.450.450 |
657.720 |
83,0% |
|
Créditos al sector privado |
2.476.189 |
3.518.794 |
1.042.605 |
42,1% |
|
Porcentaje/PIB |
11,25% |
11,00% |
Fuente: Gerencia de Estadísticas Monetarias del BCRA.
Nota: En millones de pesos o de dólares,
según corresponda. Créditos al sector privado en pesos más dólares. El tipo de
cambio comercial del Banco de la Nación Argentina pasó de $62,25 a $100,
incrementándose en un 61,25% entre el 10 de diciembre de 2019 y al 2 de junio
de 2021.
Este panorama tiene un agravante: si tomamos la emisión monetaria desde el comienzo de la gestión, debe ponderarse que el giro de las utilidades del BCRA se considera recurso corriente y no deuda de la Administración Central, por eso punta contra punta da un aumento en los Adelantos al Tesoro del 83% (de $792.730 millones del 30/12/2019 a los $1.450.450 millones el 2 de junio de 2021). Pero en realidad, dichos Adelantos al Tesoro de la Nación fueron compensados en el período analizado por el “señoreaje” de las reservas internacionales que disminuyeron en oro y divisas pero aumentaron en pesos por la devaluación de nuestra moneda. Por ende, la mayor emisión monetaria del BCRA fue para pagar los intereses de las inmovilizaciones de las LELIQs más los Pases Pasivos que se triplicaron en el período.
En síntesis, es mentira que se emite para
financiar el déficit fiscal y/o para financiar planes sociales (Asignación
Universal por Hijo, Asignación Universal por Embarazo, Tarjeta Alimentar, Programa
Potenciar Trabajo, entre otros). Se emite irracional y peligrosamente [iv], para pagar intereses a los bancos por
LELIQs y por Pases Pasivos [v].
La Distribución
John Maynard Keynes sostenía que había que
apoyar todas las políticas que incrementen el consumo para favorecer la
redistribución de los ingresos, porque de otro modo el excedente producido se
fuga y no se invierte en la producción y en el trabajo. El economista británico
fue más allá en su Teoría general de la ocupación, el interés y el
dinero, donde propuso la “eutanasia del rentista”: “Hoy el interés no
recompensa ningún sacrificio genuino, como tampoco lo hace la renta de la
tierra”, postuló.
En una sociedad donde, en estos últimos años,
el ingreso real del trabajo descendió y se precarizaron las relaciones
laborales, el Estado debe garantizar el derecho al trabajo y el trabajo con
todos los derechos, y no propiciar la renta siempre parasitaria y fugadora de
riqueza.
El mismo Estado nacional, a través de un
importante trabajo de su Ministerio de Desarrollo Social y de la ANSES, tiene
920.000 trabajadores identificados y listos para trabajar en el Programa
Potenciar Trabajo. No es posible que a cada uno de ellos se los remunere, en
este mes de junio de 2021, con la suma de $12.204. Tampoco puede ser que el
salario mínimo vital y móvil sea de $23.544 y que la jubilación mínima sólo
alcance el $22.071 mensual.
Se deben multiplicar todos esos haberes
varias veces, no solamente por condiciones de dignidad, sino porque el impulso
al consumo que significa pone en funcionamiento toda la economía nacional. Así
creceremos a tasas sostenidas y se volverá a redistribuir ingresos, en un
circuito virtuoso en el que una mayor demanda exige una mayor oferta
(producción).
Para ello se deben incrementar las tasas de
los derechos de exportación y fiscalizar las declaraciones juradas con la
realidad, como lo demostró la venta de carne vacuna a Uruguay el mes pasado,
por un lado y, utilizar esa masa enorme de inmovilizaciones (LELIQs más Pases
Pasivos) de 3,5 billones de pesos (es en pesos y debe ser en pesos,
equivalentes a 35.000 millones de dólares) para impulsar el trabajo, la
producción y el mercado interno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario