Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.
QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR
lunes, 2 de junio de 2025
SIN LUGAR
PARA DÉBILES (Por Ernesto
Tenembaum)
El jueves, pasado el mediodía, una
manifestación realmente inédita recorría las calles céntricas de la ciudad de
Buenos Aires. Estaba conformada por algunos miles de familiares de niños con
discapacidad que reclamaban por los subsidios directos o indirectos que dejaron
de percibir como parte del plan antiinflacionario del Gobierno. Al pasar frente
a la sede de la Agencia Nacional de Discapacidad, de a poco, los empleados –los
que quedan de ellos- se acercaron a las ventanas del edificio: las cámaras
pudieron captar el momento en que varios rompieron en llanto.
Los testimonios de los afectados eran
desgarradores. En ese contexto, se viralizó una declaración de Marlene Spesce,
la mamá de Ian Mouche, un niño del espectro autista que ha participado de
varias notas televisivas antes de este conflicto. Marlene y Ian contaron en su
momento que Diego Spagnuolo, el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad,
les había dicho que “si una familia tiene un niño discapacitado, el problema no
es del Estado sino de esa familia”. “¿Por qué yo tengo que pagar peaje y vos
no?”, les habría preguntado el funcionario. Consultado por Esteban Trebucq,
Spagnuolo negó esa anécdota. Cuando, luego, Paulino Rodríguez le preguntó a
Marlene y a Ian, este se puso tan nervioso que no pudo terminar la nota.
Naturalmente, ratificaron su versión de los hechos.
El conflicto entre el Gobierno y las familias
de chicos con discapacidad es apenas un capítulo más en la saga de conflictos
que enfrenta en estos días al equipo del presidente Javier Milei con sectores
muy sensibles y desprotegidos de la sociedad. Esta misma semana, el centro del
debate público fue ocupado por los médicos y médicas, enfermeros y enfermeras,
residentes, anestesistas y personal administrativo del Hospital Garrahan, el
prestigioso centro de salud infantil que se ocupa, por ejemplo, de la atención
del 40 por ciento de los niños argentinos con cáncer. El funcionamiento del
hospital ha sido tan virtuoso que parte de sus ingresos proviene de las
derivaciones que recibe de las empresas de medicina prepagas más caras.
Los testimonios de médicos que se encargan de
la terapia intensiva o de residentes que trabajan en el sector de neonatología
eran tan impactantes como los de Ian y su mamá. Personas que dedican su vida a
que los niños puedan seguir su vida pese a haber nacido prematuros, o a salvar
la vida de los hijos de otros, lloraban en cámara mientras argumentaban que la
política oficial no les dejaba otra opción que abandonar el Garrahan, del cual
ya se fueron cien profesionales de alto nivel: los primeros que se van de estas
estructuras son los más capaces porque rápidamente son absorbidos por otras
entidades.
El debate público, por momentos, desdibujó las
fronteras ideológicas habituales. El periodista Antonio Laje explicó: “A ver si
entendemos algo. El Garrahan tiene 250 médicos. Sumale enfermeros, técnicos
radiólogos. Es un hospital modelo, no de la Argentina, sino de toda la región.
Vos no podés tener gente preparada, que estudió ocho años, o a un residente que
trabajó cuatro años más, vos no podés pagarles 800 mil pesos. Vos no podés
pagarle a un médico que está empezando su residencia en el Garrahan 600 mil
pesos. No resiste ninguna lógica. Hace cuatro años también ganaban mal. Pero
hoy, si encima durante todo el año no tuvieron aumento, quedaste
recontradesfasado”. El diputado de centro derecha, Nicolás Massot, explicaba
por su parte que los problemas del Garrahan se podrían solucionar con el dinero
que el gobierno central destina a la Secretaría de Inteligencia del Estado.
El presidente Javier Milei reaccionó en dos
tiempos frente a este clima. El viernes por la mañana concedió una entrevista
en la que dijo que el conflicto del Garrahan estaba “politizado”, que el
hospital estaba “lleno de ñoquis”, depositados allí por “psicópatas
kirchneristas”. Luego razonó en X de esta forma: “REFLEXION SEMANAL. Si todo el
debate público actual gira en torno a mis modos, las peleas en X del @GordoDan
y Dalma Maradona sobre la visión de Dieguito Fernando y las empanadas de sapo
de Ricardito, a la luz del quilombo que heredamos, todo esto indica que vamos
muy bien. TMAP”. TMAP es la sigla compuesta por las iniciales de la expresión
“Todo Marcha de Acuerdo al Plan”, un lugar común de las huestes libertarias.
Milei también explicó: “Cuando uno va contra los curros lo acusan de
insensible” y difundió mensajes que definían como “opereta” a la protesta de
los médicos y médicas del Garrahan. Curros, opereta, ñoquis, psicópatas
kirchneristas.
El Gobierno informó, por su parte, que dos
tercios de la planta del hospital estaba integrada por personal no médico:
burócratas, ñoquis, kirchneristas. No ofreció ningún documento que respaldara
esos números. Era apenas algo que alguien decía. Los trabajadores en huelga
desmintieron que fuera así: según ellos la proporción es exactamente la
inversa. En cualquier caso, aún si los datos oficiales fueran ciertos, ese
argumento no explica por qué el problema no se resolvió durante el año y medio
que lleva la gestión oficial, ni tampoco por qué los residentes ganan 780 mil
pesos y no les aumentaron durante el último año. Sin esos salarios, no se
hubiera producido este conflicto ni la fuga constante de profesionales del
Garrahan.
Mientras pasaba todo esto, cientos de
científicos marchaban caracterizados como El Eternauta, el director nacional
del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria detallaba la manera en que,
con argumentos falsos, el Gobierno lo destruía de a poco. Y las fuerzas de
seguridad lanzaban gases, como cada miércoles, contra la pequeña marcha de
jubilados que reclama un aumento a sus magros ingresos. Un trabajador de la empresa
láctea Verónica quebró en llanto en una radio porque él y sus 700 compañeros
dejaron de cobrar y nadie se hacía cargo de su intemperie.
Todas esas imágenes pueden ser enmarcadas de
maneras diversas. Un crítico del gobierno podría afirmar, con todo derecho, que
son consecuencia de una política oficial insensible que avanza sin tener
reparos prácticamente frente a ninguna situación: desatender a niños con
discapacidad o con enfermedades oncológicas parece realmente una enormidad.
Pero un votante libertario podría defender lo que hace el Gobierno como un
cumplimiento casi literal de las promesas de campaña. Milei está llevando a
cabo un programa que nunca ocultó y fue respaldado por la mayoría de la
sociedad. El entonces candidato expresó con claridad que no creía en la salud
pública, que en todo caso el sistema actual debería ser reemplazado por uno de
vouchers. Ese día en que gritaba “¡afuera!” cuando un periodista le mencionaba
organismos del Estado, incluyó al Ministerio de Salud y al Conicet. ¿O no dijo
que amaba ser “el topo del Estado”, el que lo destruye desde adentro? El apoyo
a las familias de chicos con discapacidad, ¿no es un elemento más de la
justicia social que el mismo presidente aborrece?
La necesidad de tener cuentas fiscales
ordenadas no asoma como un argumento sólido cuando se trata de problemas que se
resuelven con muy poco dinero, y cuando se observan las prioridades generales
del Gobierno. Las denuncias de corrupción que suelen acompañar cada aplicación
del plan motosierra no han logrado convencer a casi ningún juez de su solidez,
y la mayoría de las veces ni siquiera se producen. Si la motivación no consiste
en cuidar el gasto, ni tampoco en cortar “curros”, tal vez haya otra cosa.
En un costado de la discusión hay una
convicción presidencial muy sólida, donde el Hospital Garrahan o la asistencia
a personas con discapacidad son elementos incómodos. Por momentos se disimula,
se justifica con técnicas discursivas o con datos parciales, pero está ahí,
cada vez que Milei habla. Para él, el rol del Estado debe ser tan mínimo como
sea posible: en todo caso será la sociedad, si es que le interesa, la que deba
financiar los problemas de los débiles. Lo ha dicho cientos de veces. Tal vez
por eso, ante el desafío de los trabajadores y trabajadoras del Garrahan, el
Presidente no expresa solidaridad sino que contraataca.
En una sociedad con tradición rebelde como la
Argentina, tiene su lógica que haya protestas ante los efectos de la mirada
libertaria sobre la vida real. Las hay y las habrá. Pero la novedad, la enorme
novedad, es que el Gobierno y sus seguidores pueden avanzar, porque esas
imágenes no dañan su proyecto de acumulación de poder. De hecho, hace solo dos
semanas esas ideas fueron potenciadas por el impactante triunfo que tuvo en la
ciudad de Buenos Aires y, desde entonces, Milei no deja de recibir buenas
noticias. Mientras los familiares de chicos con discapacidad protestan,
recupera algunos puntos de imagen y crece su poder político al sumar dirigentes
de la provincia de Buenos Aires –intendentes, concejales, punteros, diputados—
que hasta hace unos minutos pertenecían al PRO.
La fortaleza de Milei se podría explicar por
una confluencia de factores superpuestos: su evidente carisma, esa capacidad
para perforar la pantalla de los celulares; el control relativo, pero control
al fin, de los precios de la economía; la falta de alternativas políticas
reales, y el recuerdo de los gobiernos anteriores. Todo eso juega un rol, pero
tal vez esté ocurriendo algo más. La elección del sorpresivo Milei reflejó un
fuerte cambio en la escala de valores de un sector importante de la población.
La continuidad del apoyo tal vez exprese que esa nueva cosmovisión ha llegado
para quedarse, aunque incluya la convivencia cotidiana con situaciones humanas
que solían percibirse como muy dramáticas, la construcción de una sociedad
donde los más débiles son abandonados a su suerte, o a la suerte que les depare
la macro.
No es la primera vez que una sociedad decide
que no hay lugar para débiles; tampoco la Argentina es el único país del mundo
donde esto ocurre.
Todo esto seguramente sea coronado por un
triunfo en las elecciones de octubre, con lo cual el Gobierno se sentirá
legitimado para avanzar con el criterio que ha aplicado con los niños con
discapacidad o con el Garrahan. Y lo estará. Así que Ian Mouche, su mamá, y tantas
otras personas deberán buscar caminos alternativos a los que la Argentina les
ofrecía hasta hace muy poco.
Se trata de un radical cambio de régimen.
Y esto, cómo decirlo, recién empieza.
viernes, 16 de mayo de 2025
Éxodo de investigadores por la parálisis casi total
del sistema científico (Por Nora Bär en EL DESTAPE)
Se cancelaron los
contratos con todas las grandes editoriales del mundo. Se suspendieron casi la totalidad de las actividades
vinculadas con el programa Raíces, establecido como política de Estado
por la Ley N° 26.421. Se
desfinanciaron prácticamente todos los programas de colaboración internacional y
multilaterales de cooperación científico-tecnológica. Se eliminaron de hecho
los sistemas nacionales de grandes equipamientos científicos. La Agencia
Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la
Innovación (ANPCyT) sigue incumpliendo
con los contratos vinculados con los proyectos PICT, no realizó nuevas
convocatorias, y no financió las ya evaluadas y aprobadas. Hay parálisis
del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (CICYT) creado por la
Ley N° 25.467. Se interrumpieron los programas Construir Ciencia y Equipar
Ciencia. Es imposible gestionar los certificados
ROECyT (que permiten la exención de gravámenes impositivos para la
importación de bienes y aceleran los trámites aduaneros).
Tal es el diagnostico sucinto que dio a conocer el Consejo
Interuniversitario Nacional, creado en 1985 y que reúne a los rectores de
universidades públicas sin distinción partidaria o ideológica, sobre la
gravísima crisis que enfrentan esas casas de estudio y, por consiguiente, el
sistema de ciencia y tecnología en su totalidad, ya que allí
se origina el 70% de la producción científica local.
Uno de los síntomas
que más claramente delata el impacto de estas decisiones es la pérdida de
empleos en el Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación, que de acuerdo con un estudio del grupo Economía,
Política y Ciencia (EPC), del Centro Iberoamericano de Investigación en
Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciicti), perdió más de 4148 empleosdesde
el inicio de la gestión de Javier Milei. “Tan solo en los últimos tres meses,
se perdieron 531 puestos. Se trata de un hecho de enorme gravedad si se tiene
en cuenta el nivel de profesionalización y especialización del sector”,
advierte el informe. Otros organismos calculan una cifra incluso mayor.
Pérdida de empleos en el sistema científico
De acuerdo con este
análisis, entre los distintos organismos científicos, se destaca la fuerte caída registrada en
el Conicet, que ya perdió 1.513 puestos de trabajo. Le siguen en orden
descendente el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) con 734
pérdidas y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) con 436.
Se deben a despidos de personal administrativo, jubilaciones que dejan lugares
vacantes y no son reemplazados, y a un éxodo de científicos que ya está dejando
de ser anecdótico. Es una sangría que no cesa y representa una enorme amenaza
para la supervivencia de la ciencia local.
Por otro lado,
además de la incertidumbre y la falta de fondos, el deterioro salarial empuja
al poliempleo y a buscar alternativas fuera del país.
Leonardo Amarilla es investigador asistente del Conicet y profesor
adjunto en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Trabaja conservación de la
biodiversidad en relación con el agro. Este
licenciado en genética y doctor en Biología, soltero y sin hijos, se vio
obligado a pensar en alternativas para sostenerse precisamente por la pérdida
de poder adquisitivo. “Tengo una dedicación exclusiva en la UNC
y la diferencia que recibo del Conicet es de apenas 200.000 pesos. Literal. Soy
solo, pero tengo responsabilidades. Mis padres fueron muy,
muy humildes y hoy están jubilados con la mínima gracias a la moratoria. Nosotros,
con mis hermanos, somos la primera generación de universitarios. En el grupo
familiar el deterioro fue tremendo. Tenemos que ayudarlos entre todos para que
la familia sobreviva. Eso me lleva a tener que optar por el pluriempleo. Pero
por ser mis tareas de dedicación exclusiva, tengo muchas incompatibilidades.
Por eso, hago Uber”.
Con una formación de
grado y posgrado que ya llega a los 20 años (tiene 41), y con la exigencia de
tener que afrontar evaluaciones constantes a lo largo de la carrera científica,
Amarilla sin embargo subraya que no considera que el trabajador científico o el
docente universitario deba gozar de más derechos que otro. “Para mí, lo grave acá es que
las personas tengamos que tener tres o cuatro laburos para comer y
satisfacer las necesidades básicas –destaca–. Como otros, tengo que
trabajar 14 horas, porque cumplo como debe ser mis ocho horas diarias en la
Universidad, con mis alumnos, que los amo, y con el Conicet, y a la salida
trato de hacer entre cinco y seis horas de Uber por día. La verdad es que no
doy más”.
Por eso, contra su
voluntad, aclara, el científico es uno de los que viene pensando en emigrar;
por lo menos, por un tiempo. De hecho, en estos momentos está tratando de
cerrar un convenio con colegas brasileños para hacer una estadía en el país
vecino. “Soy
de los que siempre quiso volver a dejar algo en mi país, que tanto me dio, pero
ahora ando medio arrepentido –confiesa, emocionado–. A cada uno nos
toca desde diferentes lugares. Algunos con hijos, ya no pueden pagar la
escuela; otros, como es mi caso, no alcanzan a pagar el alquiler. Pero lo más
grave es la pérdida de expectativas de futuro”.
Ayelen Branca, secretaria general de ATE Córdoba, es graduada en
Filosofía y terminó su tesis de doctorado en Estudios Sociales de América
Latina. Se presentó a un posdoc, sin muchas esperanzas,
porque ya se había adelantado que no iba a haber recursos para el área de
humanidades. “En la convocatoria de
Proyectos de Investigación Plurianuales (PIP), directamente no figuran.
Entonces, la esperanza de poder concretar un
futuro trabajo de investigación en la Argentina es bastante nula”,
cuenta.
Aunque trabaja
algunas horas como docente de nivel medio, y viendo que las condiciones de
trabajo son deplorables, la
única alternativa que encuentra viable en este momento es irse con una beca
posdoctoral al exterior.
“Tengo contactos porque durante
mi licenciatura y doctorado hice estancias en el exterior (principalmente en
México, Brasil y España) –explica–. Ya me presenté a varias”.
Si recibe una respuesta positiva, Ayelén recorrería el camino que ya
transitaron dos de sus tres hermanas, que viven en Australia, y que tal vez
tome la menor de la familia. “Me gustan las estancias en el exterior, me
encanta que la academia tenga una dimensión internacional, pero siempre mi
base fue Córdoba –comenta–. Pero dadas las condiciones... Por un lado los
ajustes que hay en cantidad de becas otorgadas, la falta de ingresos y los
sueldos… Por el mismo trabajo que haría acá, en
México ganaría cinco veces más. En las ciencias sociales lo único que
necesitamos es una computadora. Y ni siquiera eso tenemos en el instituto.
Es como imposible...”
En las Islas
Baleares ya es de noche cuando
Manuela Funes responde la comunicación desde Buenos Aires, una de las que ya se
fue.Nacida en Puerto Madryn y formada en la Universidad
Nacional de la Patagonia, de la misma ciudad, hizo
un doctorado en el Centro Nacional Patagónico (Cenpat) sobre impactos en el
ambiente de la pesquería trabajando en el Golfo San Jorge, donde se
pesca merluza y langostino para exportar. A continuación hizo un posdoctorado
en la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde también dio clases.
“Para ingresar a la carrera del investigador
del Conicet, fui seleccionada con un proyecto sobre pesca artesanal del que
estoy enamorada –recuerda–. Me
notificaron alrededor del 23 de noviembre de 2023. Fue un viernes, pero ni
llegué a festejar porque el domingo ganó Milei. Presentamos
todos los papeles, tratando de llegar antes de que se fuera [la expresidenta
del Conicet] Ana Franchi, que renunció el 10 de diciembre, pero nunca se
efectivizó el ingreso”.
Manuela integra el
grupo de 845 investigadores cuyo ingreso a la
carrera fue aceptado, pero que todavía no fueron incorporados. Y aunque
se considera una “afortunada” porque tenía una prórroga automática que entró en
vigencia el día que le notificaron el ingreso, se le hizo imposible seguir
esperando.
“Con mi marido, que también trabaja en la
universidad, no podíamos subsistir –se emociona–. Nuestro poder adquisitivo se
desplomó, como el de la mayoría de los argentinos. Vivíamos a 40 minutos, en las afueras de Mar del
Plata, y un día yendo al trabajo se nos rompió el auto y no nos alcanzaba para
arreglarlo. Ahí tuve un click emocional y empecé a buscar
opciones para no pasarla tan mal. Me presenté a una beca de posdoctorado “Marie
Curie”, armé un proyecto tratando de seguir conectada con lo que había
presentado para mi ingreso a la carrera, le adjudicaron excelente puntuación
(92%), pero no me la otorgaron. Seguí viendo si podíamos conseguir
financiamiento hasta que me ofrecieron una plaza donde estoy ahora, en el
Instituto Español de Oceanografía. Pedí
licencia de mi beca de posdoctorado y acepté un contrato por cinco años. Pero
lo que hablamos con mi director es que en un un principio estaría un año. Me
gustaría volver”.
Aunque su puesto es
más técnico, le pagan el doble de lo que recibiría en la Argentina. En estos
días se reunirá con su marido, geólogo, y su hijito de cuatro años. Mientras
tanto, sigue manteniendo proyectos en el país. “El lugar en el que trabajo es hermoso,
me recibieron super bien, pero se padece el desarraigo –lamenta–.
Quedan hermanos y padres en la Argentina… Esperemos que vengan a visitar y
poder volver”.
Otra científica
joven que también se fue es Camila
Neder, doctora en ciencias biológicas. En el Conicet trabajaba en el Instituto
de Diversidad y Ecología Animal, en el Grupo de Ecosistemas Marinos y Polares
(Ecomares), pero cuando a fines de 2023 empezó a conocer los
planes del actual gobierno (“Conicet, ¡afuera!”), tuvo que tomar la difícil
decisión de buscar otros horizontes. Hoy está haciendo un segundo posdoctorado
en Chile, en el Instituto de Biodiversidad, Ecosistemas Antárticos y
Subantárticos de la Universidad de Concepción. “Por suerte, siempre en la misma temática, que es la ecología antártica”,
comenta a través de una comunicación telefónica.
Camila hizo tanto su carrera como el doctorado en la Facultad de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), pudo capacitarse también en Alemania, y trabajar en colaboración con
colegas de España, Bélgica e Inglaterra.
“Me vine con una gran tristeza, pero pensando
en un crecimiento profesional, siempre en contacto con la Argentina, generando
puentes, porque soy bien argentina y deseo también el crecimiento de mi
país. A fines de octubre de 2023, empecé
incluso a tener problemas de salud, estaba estresada, nerviosa. Las situaciones
en la universidad eran muy difíciles, sobre todo por esta frase del gobierno
actual de ‘Conicet… afuera, educación… afuera', que nos hacía pensar que no hay
futuro, que se venía el ‘sálvese quien pueda’. Eso fue lo
más doloroso. Ya estaba en el primer año de posdoc y no quería dejar la
ciencia, no quería ver mi carrera tronchada tan joven, entonces decidí buscar
alternativas. Y entre las posibilidades surgió la de venir a este instituto.
Podría haberme quedado un período más dentro de Conicet, pero ya se empezaba a
ver que no había perspectivas de trabajo, incluso no se estaba recibiendo
el dinero [que se adeudaba] de los proyectos financiados. Obviamente que es un
poco desgarrador estar en un país que no es el propio. Mi deseo es contribuir
de alguna manera, pero también es complicado con el contexto actual en el que
no hay interés en financiar la ciencia, la educación y la tecnología”.
Camila dejó aquí padres, tres hermanos y su pareja. En Chile, gana aproximadamente el doble
de lo que recibía del Conicet. “Si bien los costos acá también son altos, por lo menos hay mayor
tranquilidad –comenta–. En la Argentina no sabías si mañana te echaban, como a
muchos de los empleados administrativos a los que les renovaban el contrato
cada tres meses. Creo que lo que más me costó es tomar una decisión individual
y no poder acompañar a mi grupo. Y lamentablemente vislumbrar que se te puede
acabar el camino profesional a corta edad. Es como estar en el borde de un
abismo y con el viento en contra”.
Y concluye: “Estoy agradecida de la educación que tenemos
en la UNC, ¡es impresionante! Cada vez más lo corroboro por mis experiencias en
el exterior”.
Itatí Ibañez es licenciada en Biología Molecular y farmacéutica por la
Universidad Nacional de San Luis (UNSL), especialista en Química Ambiental y
doctora en Biología por la UBA, y Magister en Propiedad Intelectual (FLACSO). Como responsable del Laboratorio de Ingeniería de Anticuerpos del
Instituto de Química Física de Materiales, Medio Ambiente y Energía (Inquimae,
de doble dependencia, UBA/ Conicet), trabaja en el desarrollo de anticuerpos y
nanoanticuerpos para diversas aplicaciones en ciencia básica y aplicada. Junto
con su equipo, generó, por ejemplo un sistema de diagnóstico del virus de
Hepatitis E. Durante la pandemia obtuvieron nanoanticuerpos neutralizantes del
coronavirus y acaban de validar un sistema de diagnóstico para pacientes
infectados con el virus del dengue. Además, participa en proyectos para detección
de virus de papa y bacterias que afectan al cultivo de cítricos, que están
bastante avanzados, y colabora con investigadores de todo el país y de Brasil,
en proyectos relacionados con patógenos que afectan al arroz, abejas, ganado
bovino, equinos y varias enfermedades humanas como ataxias, histoplasmosis,
tuberculosis, enfermedades virales, toxinas, entre otros.
“A
mediados de 2023, cuando empecé a considerar la posibilidad de que el sistema
científico de la Argentina fuera desmantelado/bloqueado/paralizado, pensé
que era un buen momento para reorganizar un poco los objetivos a mediano plazo
y buscar hacer algo diferente fuera del país –cuenta–. Desde ese
momento no tomé más estudiantes para formación y me enfoqué en terminar, con el
dinero que quedaba, los proyectos propios o en colaboración. También di
prioridad a la organización de los proyectos de tesis de las estudiantes que
tengo a cargo para que puedan terminar sus doctorados a pesar de la
desfinanciación de los proyectos”.
Así fue como decidió volver a la ciudad de Gante en Bélgica, donde había
hecho un posdoctorado y ahora le ofrecieron trabajar en un proyecto muy
complejo, y que representa un gran desafío a nivel metodológicopara el cual necesitan a una persona con experiencia en varias técnicas
moleculares.
“Me ilusiona la posibilidad de aprender y
participar en temas desafiantes, para poder poner en práctica todo mi
conocimiento y experiencia, algo que en la Argentina se desestima o desprecia
totalmente –subraya–. A esta altura de mi vida siento que me corresponde
empezar a devolver lo que he recibido, formado estudiantes, generando nuevas
ideas y soluciones a problemas, desarrollando nuevas metodologías. Me duele no poder devolver lo que recibí
a mi país, porque toda mi educación fue pública, pero tampoco me parece bien
quedarme frustrada y enojada, en un escritorio, recibiendo solo mi salario y
sin dinero para poder desarrollar ideas y proyectos, ni transferir el know-how a otras generaciones.
El hecho de que un gobierno o personas, que no tienen la suficiente visión de
futuro (para decirlo suave) para entender que la ciencia, la educación y la
cultura, son pilares fundamentales de la sociedad y que son las bases para su
desarrollo, no va a determinar que no pueda hacer algo con mi conocimiento. Por
eso busqué otras opciones”.
Siempre que estuvo
fuera del país aprendiendo nuevas metodologías, uno de los objetivos de Itatí
era volver para implementar en el laboratorio esas técnicas de frontera, pero
esta vez reconoce que parte con otra idea: “El
instituto al que voy me ofreció un contrato de duración indeterminada y sólo
volvería si se dan las condiciones, no para frustrarme. El hecho de que
personas formadas se tengan que ir del país me hace pensar en los dilemas que
hay a veces con la venta al extranjero de granos o minerales. Se escucha con
frecuencia que al exportarlos se están enviando los nutrientes o recursos de la
tierra, que no se recuperan. Pero al menos a cambio se recibe un pago y el
dinero se puede invertir en otras cosas. Me
pregunto qué gana el país cuando se van los recursos humanos, sin pago alguno y
estás perdiendo importantes capacidades que podrían aportar de diversas maneras
a que el país avance. Pero claro, si considerás que la ciencia no sirve
para nada, te estás sacando de encima una mala inversión. El futuro dirá si
fueron buenas decisiones o no”.
También científico,
a fin de año el marido de Itatí podría emprender el mismo camino.
Alfredo Stolarz trabajó en el Comité Nacional de Ética en Ciencia y
Tecnologíacasi
desde su creación. El organismo se ocupaba del análisis de controversias
en el uso de tecnologías, de las prácticas de la investigación, análisis de
políticas públicas o pedidos de consejo respecto de la formulación de
políticas. Se incorporó en 2004 y se desempeñó primero como asistente y después
como coordinador durante 20 años en los que se sucedieron distintas
administraciones. "Fue un un proyecto que trascendía
lo meramente laboral", subraya.
Sin mediar
notificación alguna, y habiendo tenido poco antes una reunión con la
subsecretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología, en la que había planteado
líneas de trabajo más allá de las que por iniciativa propia se propusiera el
comité, un día simplemente no pudo entrar porque
le cortaron el acceso. Eso fue todo. Los integrantes de la comisión (diez
investigadores que se desempeñaban adhonorem) pidieron reuniones con
esta autoridad, pero jamás les respondieron.
Después de ese
despido abrupto y sin motivo, renunció el resto de la comisión. "No solo no los recibieron, sino que no
respondieron las notas de pedido de reunión ni dieron acuse de recibo de las
renuncias –cuenta Stolarz–. El
destrato es lamentable no solo en lo personal. La Comisión fue pionera en el
mundo en un movimiento que crece por las potencialidades que tienen los avances
científicos y tecnológicos. No había muchos en 2001, cuando se creó.
Solo Noruega y un par de países europeos tenían organismos con las mismas
incumbencias”.
Carolina Mangoni es bióloga y trabajó en el ámbito académico-científico. Además de apostar a una carrera en investigación, siempre disfrutó y
ejerció la docencia en diferentes niveles. En 2020 terminó su posdoctorado y
quedó fuera del sistema, pero siguió presentándose a la carrera del
investigador. Su última presentación fue en 2021 y a fines de 2022 recibió la
noticia de que le habían otorgado el ingreso. En octubre de 2023 salió la
resolución de alta.
“Estaba viviendo en Buenos Aires y el lugar
de trabajo propuesto era Bariloche, lo que significó organizar una mudanza
junto con mi pareja –recuerda–. Tomé
posesión del cargo en febrero 2024. Pero el 29 de febrero me llegó una
notificación informándome que no podían incorporarme a la nómina de pagos por
falta de presupuesto. El mismo mensaje recibieron aquellos que
tomaron posesión los meses posteriores a diciembre 2023. Ese grupo incluía a
personas que residían fuera del país y habían vuelto a la Argentina con sus
familias, ¡y se encontraron sin trabajo ni respuesta más que ‘no hay
presupuesto’! Trabajamos mucho en difundir nuestra situación, además de
consultar cómo podíamos reclamar habíamos ganado. Finalmente -y por sorpresa-,
en diciembre de 2024 nos llegó un mensaje que decía que debíamos tomar posesión
dentro de las 48 horas, caso contrario perdíamos el cargo. Nos movilizamos para
que todos se enteraran. Una fracción del grupo siguió adelante con el proceso,
pero había varios que se encontraban en situaciones en las que les era
imposible hacerlo en tan poco tiempo”.
Así fue como
Carolina inició sus tareas luego de estar casi cinco años fuera del sistema
(aunque siguió realizando colaboraciones y participando en publicaciones). “Me
encontré cansada, sin subsidio propio ni posibilidad de solicitarlo, en un
ambiente abatido y desmotivado –cuenta–. El grupo al que pertenecía había
perdido a quienes venían cursando sus doctorados, posdocs o cargos técnicos y
se había reducido significativamente. Aun así, seguían adelante
cubriendo estas ausencias, pero con un desgaste en aumento. Y un sueldo
estancado. Y una obra social suspendida por falta de pago. La vida
científico-académica siempre tuvo sus falencias, conocidas y aceptadas por
aquellos a los que nos gusta realizar ese trabajo. Yo seguí apostando a eso,
incluso luego de varios rechazos. Cuando finalmente estuve en la posición de
‘estabilidad’, me encontré en una situación precaria donde no iba a poder
ejercer mi cargo. ¿Cómo hacer
investigación sin subsidio, sin recursos humanos? Esta es la situación actual
de toda la comunidad científica, y tememos que va a seguir así durante varios
años”.
Mientras estuvo
fuera del sistema, se desarrolló en el área de análisis de datos y ofreciendo
servicios en el ámbito de la salud pública. “Encontré mucha gratificación en esto. Es un hermoso ambiente donde el
fruto de tu trabajo es valorado de manera expresa, y donde se practica el
trabajo en equipo y el refuerzo positivo”, dice.
Renunció el 1° de
mayo.
Algunos de los
numerosos investigadores e investigadoras con los que habló El Destape no quisieron dar su nombre
para no alterar a su familia ni perjudicar su posición actual. Es el caso
de Fernando (no es su nombre real), químico
que trabaja en almacenamiento de energías renovables(de calcio, potasio y otros materiales),
y en degradación de pesticidas principalmente en el agua, pero al que
cada vez se le está haciendo más difícil continuar con sus líneas de
investigación. “Considero que son
importantes para el país y para la gente, pero al no tener la posibilidad de
obtener subsidios ni tesistas [este año se presentaron un 30% menos que en años
anteriores], estoy viendo qué hacer y evaluando posibilidades”, cuenta.
Casado con una
científica que quedó en “el limbo” de los aceptados del llamado de 2022, pero
que no fueron incorporados, y padre de dos hijos de ocho y 11 años, se
encuentra con que sus ingresos están casi al límite de la línea de pobreza. “Confiábamos en que en algún momento la
situación se iba a revertir –afirma–. No
digo mejorar sustancialmente, pero sí que al menos podríamos trabajar, que es
lo que queremos hacer. Ella ya tuvo ofertas del exterior, pero por
ahora decidimos por lo menos quedarnos hasta fin de año. Si no se resuelve,
vamos a tener que tomar una decisión porque va a ser insostenible. Emigrar es
una posibilidad cierta. No lo hicimos hasta ahora por cuestiones más bien
familiares. Pero todo tiene un límite”.
No es que no conozcan lo que es vivir en el extranjero. Entre 2019 y 2020
toda la familia estuvo en Alemania. Fernando tenía
un contrato de trabajo por tres años, pero después del primero decidieron
volverse porque quería trabajar en su país. “Ahora –confiesa– me siento decepcionado. Cuando
era chico y hasta no hace tanto, de alguna manera sentía que la sociedad nos
protegía, que sentía que podíamos contribuir. Muchos de nosotros
renunciamos a sueldos muy superiores en el exterior y a una vida más
tranquila porque sentíamos que teníamos que volver a trabajar para nuestro
país, para nuestros vecinos. Pero ahora incluso somos foco de
ataques de un sector que decidió minimizar la importancia de las universidades,
del Conicet, de la investigación. Por este programa de gobierno, se han perdido
proyectos valiosísimos”.
Graciela (tampoco es
su verdadero nombre), trabaja actualmente en
oncología en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Empezó un posdoctorado hace menos de un
año, pero está evaluando renunciar porque hace exactamente un año que el
estipendio de su beca está congelado, lo cobra en negro y sin aportes. “Con ese monto, me es difícil llegar a fin de
mes y además, debido a que en la ciencia experimental se trabaja mucho
(inclusive feriados y fines de semana muchas veces), no puedo conseguir un
trabajo adicional. Y como hay menos gente, cada vez más trabajo recae en
nosotros/as. No veo que haya un
futuro para una carrera en investigación en este país. Tengo posibilidades de
irme al extranjero o al mundo privado, y es lo que estoy por hacer”.
NOTA de mi PIE:
Se
está viviendo una catástrofe en la ciencia, no me cabe dudas que en un país
pobre como la Argentina (y rico a la vez), no está de más convocar a un análisis
sobre que investigar y que no, pero bajo este discurso, valido por otra parte,
se ha escondido el verdadero objetivo de este gobierno neoliberal de porquería,
y es que para ellos el estado no se tiene que ocupar de la ciencia y punto.
Los estados que se desarrollaron dedicaron
sumas importantes de su PBI al desarrollo de la ciencia y la tecnología. En los
años del 2003 al 2015, con sus errores también, el estado argentino dedico
dinero y esfuerzo en recuperar una ciencia que había sido destruida en los años
90.
El Programa Raíces, acrónimo de Red de
Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior, llamado también R@íces,
fue un plan del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva destinado
a establecer redes de conexión entre los científicos argentinos en el exterior
y la ciencia que se desarrolla en la Argentina y favorecer la repatriación de
científicos. Comenzó en 2003, durante la presidencia de Néstor Kirchner, como
un programa de la Secretaría de Ciencia y Tecnología. Fue institucionalizado en
2008 a través de la ley 26.421 durante la presidencia de Cristina Fernández de
Kirchner. Hasta julio de 2011 se consiguió la repatriación de 834 científicos y
el 7 de octubre de 2013 se presentó a la científica repatriada número 1000, logrando
revertir -en conjunto con otras medidas y programas- la tendencia histórica de
fuga de cerebros que existía en la Argentina.
Los resultados de la ciencia argentina están a
la vista, el país se encuentra entre los ochos del Mundo que desarrolla tecnología
nuclear propia, se han vendidos reactores de investigación de potencia cero,
prototipo de aceleradores para BNCT, tiene desarrollados y aplicados hace tiempo radiofármacos con instalaciones nucleares propias, Argentina está entre los ochos paises que
desarrolla satélites y lanzadores de los mismos, UniLiB es la primera Planta
Nacional de Desarrollo Tecnológico de Celdas y Baterías de Litio en la
Argentina y también la primera de su tipo a nivel regional. Fue creada por
Y-TEC, la empresa de tecnología de YPF y el CONICET, y la Universidad Nacional
de La Plata (UNLP), fueron
los científicos del CONICET quienes desarrollaron un potencial tratamiento para
el cáncer a partir de anticuerpos monoclonales. Se trata de un anticuerpo
monoclonal anti-MICA que puede ser utilizado como un potencial tratamiento para
el cáncer.Se
realizó la primera licencia de transferencia tecnológica en la región de un
anticuerpo monoclonal con una empresa multinacional.
Lo
anterior es solo un botón de muestra, me temo (para decirlo con la boca de
medio lado) que nuestro Presi, es bastante ignorante en las potencialidades que
tiene la Argentina con su ciencia, me remito a sus propias declaraciones y
acciones contra las Universidades y la Ciencia de este pais.
miércoles, 14 de mayo de 2025
Es muy importante ser coherente, uno puede cambiar, todo cambia, pero la esencia debe mantenerse, eso nos hace quienes somos, nos da al menos una razon para existir en este Mundo cruel y despiadado, pero bello a la vez... GRACIAS PEPE!!!
martes, 25 de marzo de 2025
LA DOLOROSA DERROTA TEÓRICA
DE JAVIER MILEI (Por Ernesto Tenembaum)
El
viernes 14 de marzo, hace apenas nueve días, ocurrieron dos episodios relevantes
casi en el mismo instante. El primero de ellos fue la difusión del índice de
inflación de febrero, ese 2,4% que refleja, al mismo tiempo, el éxito del
Gobierno para bajarla de los niveles recibidos, y los límites de su estrategia
para perforar pisos aún muy altos. En el mismísimo instante, a las cuatro de la
tarde, una inquietud recorría a los operadores de los mercados financieros.
Algo raro estaba pasando. Sobre el final de la jornada cambiaria, la demanda de
dólares libres se había incrementado de una manera inusual, a punto tal que el
Gobierno se vio obligado a intervenir con una suma inusual, superior a los USD
500 millones, para evitar que la brecha diera un salto demasiado pronunciado.
Si alguien abre el cuadro entenderá el motivo de la preocupación. Desde el
arranque del año, hasta ese instante, el Banco Central había perdido USD 4.500
millones de reservas. En la semana siguiente, perdería USD 1.500 millones más.
La Argentina, pese al enorme ajuste realizado en 2024, se aproximaba nuevamente
hacia uno de esos clásicos sacudones.
Algunos
medios y analistas han calificado a lo que ocurrió esta semana, este bimestre,
como una corrida contra el peso. Es difícil saber si corresponde el término ya
que no existe una definición oficial que establezca las magnitudes que lo
justifiquen. Además, es un fenómeno en desarrollo, con lo cual resulta
imposible conocer aun su dimensión. En cualquier caso, la pérdida de reservas
ha sido muy fuerte y muy veloz. Eso ha hecho que el 1 de marzo el Presidente
anunciara la inminencia de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que
no está cerrado 22 días después, que un economista mileísta, de los más
relevantes, anticipe una devaluación, que el ministro de Economía salga a
calmar y logre el efecto contrario, que los diputados le den luz verde a un
acuerdo que desconocen, que el Presidente vuelva a ponerle fecha a ese mismo
acuerdo que no está cerrado. Tanta ansiedad solo ha empeorado las cosas porque
cada día, la fuga se acentuaba.
Explicar
lo que está ocurriendo es materia de profesionales de otras disciplinas. Aun
así, tal vez sirva ordenar algunos hechos públicos para entender algo de todo
este proceso. Desde abril del año pasado, un número muy relevante de
economistas –y en esto no había diferencias entre ortodoxos y
heterodoxos—advierten que el esquema cambiario construido por el Gobierno era
muy frágil porque impedía sumar reservas. La voz más relevante en ese sentido
fue la de Domingo Cavallo, cuya autoridad había sido validada por Milei al
calificarlo reiteradas veces como el mejor ministro de la historia. Pero no era
solo él: Miguel Angel Broda, Hernán Lacunza, Carlos Rodríguez, Carlos
Melconian, Diego Giacomini, Ricardo López Murphy, Martín Redrado, Roberto
Cachanosky, entre tantos otros, advertían sobre el mismo problema.
Milei
se enojaba tanto con ese planteo que dedicó mucha energía a humillar a sus
colegas en público. “Mandriles”, “Mandrilandia”, “vaselina”, “infelices”,
“fracasados”, fueron insultos que se transformaron en elementos del paisaje
durante los largos meses en los que los dólares aún alcanzaban. Por un momento,
pareció que Milei tenía razón. Cavallo había pronosticado que los problemas empezarían
en el segundo semestre: el mercado vería entonces que las reservas se agotaban
y entonces subiría el riesgo país y la Argentina podría enfrentar otra crisis
de deuda o una devaluación brusca. Pero en el segundo semestre el éxito del
blanqueo le dio al Gobierno una vida más y Milei cantó victoria: “Mandriles”.
A
principios de enero las cosas se volvieron a complicar. Y Cavallo insistió: con
este esquema el Estado pierde reservas y eso lleva tarde o temprano a un
problema serio. Milei se enardeció contra él, al punto de que, en un gesto
notable, despidió a Sonia, la hija del ex ministro, que no había hecho nada.
Cavallo volvió a insistir mientras el drenaje se hacía cada vez más profundo y
rápido. A principios de enero, por ejemplo, Luis Caputo anunció un acuerdo con
los bancos que le prestarían USD 1.000 millones a altas tasas de interés. Los
efectos de ese acuerdo se disiparon en horas. El Banco Central –los argentinos-
quedó rápidamente sin el dinero y con la deuda.
En
este contexto, el 1 de marzo, durante la apertura de las sesiones ordinarios,
Javier Milei reconoció implícitamente su derrota al anunciar un inminente
acuerdo con el Fondo Monetario.
Para
entender la magnitud de su derrota solo hay que recordar lo que decía el propio
Milei en 2022 cuando rechazó un acuerdo similar que el gobierno de Alberto
Fernández firmó para renegociar la deuda con el FMI.
-“Este gobierno, con este acuerdo, está tomando deuda. Y hay que tener
claro, que la deuda son impuestos futuros, son impuestos que pagan por ejemplo
personas que no votan: nuestros hijos, nuestros nietos, y personas que ni
siquiera nacieron todavía. La fiesta de la generación presente se la están
cargando en el bolsillo de aquellos que todavía ni nacieron. Estamos frente a
algo profundamente inmoral. Es más, sobrerreaccionan el ajuste sobre el sector
privado para que siga la joda de la política ¿En qué están pensando? ¡Estamos
al borde del abismo y quieren seguir con la fiesta!”
-“El Fondo es una
institución perversa. ¿Sabés por qué? Porque cuando un país, después de hacer
un montón de zafarranchos, y cuando ya nadie lo financia, y está a punto de
explotar, el Fondo le pone la guita y le permite patear el ajuste para
adelante”.
El
Gobierno y sus voceros deberán elongar mucho, realmente, para explicar que
aquellas palabras del candidato Milei no se aplican a la situación que enfrenta
el presidente Milei.
Pero
en este derrotero no solo sobresale el contraste entre el repudio a tomar deuda
y la decisión de hacerlo sino la caída de todo un diagnóstico. Durante los
largos meses en que recibía advertencias, Milei y los economistas que militan
su causa, sostenían que no había ningún problema con la demanda de dólares
porque no existían pesos para alimentarla. ¿Qué habrá pasado entonces? ¿Por qué
la demanda crece y las reservas caen? ¿Era mentira que no había pesos? ¿Hay
factores que presionan sobre las reservas que no tienen que ver con los pesos
que hay en la economía? ¿Se trata de una combinación de factores? En cualquier
caso, parece bastante evidente que los economistas críticos, los mandriles, en
términos de Milei, tenían razón: el esquema cambiario llevaba al país,
rápidamente, a un problema serio. ¿Será difícil ahora escuchar sin desconfiar
los análisis económicos del Presidente, el Ministro, y la media docena de
economistas y consultores que defendían sus postulados y agraviaban a quienes
advertían lo que se venía.
¿Por
qué el Gobierno no vio lo que muchísima gente amiga le señalaba? Una
interpretación posible es la obcecación en un error teórico. En ese caso, Milei
no será postulado a premio Nobel de Economía. Pero eso es lo menos importante.
Porque ese error teórico le costó a los argentinos miles de millones de
dólares. Y si se cometen otros esa cifra se va a multiplicar. Pero hay una
interpretación menos generosa. Carlos Rodríguez, el economista del CEMA que fue
jefe de asesores de Milei durante la campaña, escribió: “El Banco Central está
en una trayectoria de colisión. Cuanto más reservas dilapide en una causa
perdida, menos chances para que alguien ponga dólares para que sigan. Están
timbeando con plata ajena. Nos va a salir muy cara la campaña electoral de La
Libertad Avanza”. Según ese punto de vista, el Gobierno entregó miles de
millones de dólares para mantener alta la imagen del Presidente, que se
sostiene en el dólar bajo y la inflación controlada, su principal efecto. Se le
carga a las generaciones futuras el costo de las campañas de la generación
presente.
El
Gobierno enfrenta ahora un dilema clásico de los esquemas de dólar barato y
regulado. Si devalúa suben los precios y cae la imagen presidencial. Si no lo
hace, caen las reservas y el abismo se acerca. En las próximas semanas,
seguramente se conozca el contenido de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario.
Las generaciones futuras se habrán endeudado por algunas decenas de miles de
millones de dólares más. Los tomadores de deuda dirán, como siempre, que esos
dólares generarán confianza, que a partir de allí el país se podrá volver a
financiar en el mercado y que eso, sumado al equilibrio fiscal, disparará un
crecimiento sostenido de la economía. Los críticos recordarán que, al menos en
la Argentina, los acuerdos con el Fondo fueron siempre el anticipo de una
crisis. De hecho, ¿por qué generará confianza un país que se ha endeudado
tantas veces, en manos de un Presidente que volvió a hacerlo pese a que se
había expresado violentamente en contra? No se conocen aún los montos del nuevo
desembolso ni tampoco las condiciones que deberá cumplir el Gobierno para
recibirlos. Todo muy previsible, de tan repetido.
Todos
estos problemas se producen, además, en el contexto más complicado de todos los
que ha enfrentado el Gobierno hasta ahora. El discurso homofóbico de Davos, la
participación presidencial en el $Libragate, las histriónicas intervenciones de
Santiago Caputo, las dudas sobre si correspondía ayudar o no en la inundación
de Bahía Blanca, la represión a las marchas de jubilados que terminaron con un
joven fotógrafo herido gravemente, la designación por decreto de miembros de la
Corte Suprema, los golpes entre diputados oficialistas, y las reacciones frente
a cada uno de estos episodios constituyen una cadena de desafíos realmente
temerarios para quien pretende -y necesita- conservar el consenso social.
Algunas encuestas –no todas—registran una caída fuerte de la imagen
presidencial.
Mientras
tanto, el protagonismo de Milei ha mermado. Tuitea menos. Concede menos
entrevistas. Incluso ha cancelado tres viajes internacionales previstos, a
Chile, a Israel y a España.
Nadie
explicó por qué.
Debe
estar pasando algo muy serio, para que el Presidente resigne la escena
internacional.
miércoles, 12 de marzo de 2025
Hoy cumpliría 113
años LA PARICHO…
(Rogelito, mi primo y LA PARICHO)
viernes, 7 de marzo de 2025
MAS CLARO, IMPOSIBLE, NO LE ECHE AGUA POR FAVOR...
lunes, 24 de febrero de 2025
El 27 de Febrero
de 2024, hace casi un año, escribí el post “La Bala de Plata”, este escrito
adquiere denominación de “premonición gitana” a raíz de la Criptoestafa de
Milei y que ha logrado bajar la inflación de 211,4% que recibió del 2023 a 117,8%
en el 2024 (alta igual, pero bajada, al fin y al cabo).
Hay otros
hechos históricos que ponen de manifiesto la veracidad de los enunciados en ese
post de “La Bala…” y es el hecho que los grandes escándalos de corrupción que
tuvo Menem (dígase: el pago de sobresueldos a funcionarios de su Gobierno, la
venta del predio de la Sociedad Rural, venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, encubrimiento
del atentado a la Amia, voladura de la fábrica de armamento de Río Tercero) ocurrieron
antes de 1995, año que fue reelecto por cuatro años más según la nueva constitución
que impulso en 1994. Antes de llegar a 1995 Menem había asesinado a la Bestia
de Gévaudan, LA INFLACION, con lo cual todos esos escándalos de corrupción no
mellaron su imagen como presidente. Me puedo equivocar, pero creo que la
Criptoestafa o cualquier otro escándalo que surja en lo adelante, no le hará
mellas tampoco a Milei en octubre de este año, si su cometido de bajar la inflación
con el déficit cero se sigue cumpliendo.
Evidentemente
el pueblo argentino tiene un trauma con la inflación, que perdona todo si esta es
sacada de su vida cotidiana, Milei ha entendido esto a la perfección.
LA BALA
DE PLATA
No hay manera posible que se entienda como una
persona como Milei pudo llegar al poder en la Argentina en apenas dos años sin
estructura política alguna, sino se acude a argumentos alejados de la ortodoxia
y menos aún se entiende que siga en el mismo con el deterioro supersónico que
se ha sentido en apenas 78 días de gobierno.
Milei fue un candidato atípico, las
barbaridades que pronuncio durante su campaña nunca antes en la Argentina se
escucharon por alguien comprometido a ser Presidente de la República, de ello
se ha escrito bastante, incluso en este blog, pero como todo lo que pasa en la
Argentina, eso ya es pasado, la mayoría de los argentinos han desarrollado para
algunas cosas una rara amnesia.
Desde que asumió la Presidencia, Milei no ha
parado de dar sorpresas, todas muy desagradables, incluso se ha visto un
marcado deterioro económico y social en muchos aspectos de la vida cotidiana de
los argentinos, pero por una extraña razón que trato de enunciar acá, sigue
cosechando el apoyo popular de ese 56% que lo voto, que a la larga representa
unos 15 millones de argentinos con capacidad para el voto de los 37 millones
posibles.
Hay una discusión generalizada en parte de la
prensa de este país, que se pregunta a cada rato, ¿hasta cuándo Milei recibirá
ese apoyo, que supo lograr en las urnas el pasado 19 de noviembre?, vuelvo a
repetir hace apenas 78 días atrás asumió. Se lo preguntan porque los aumentos
en todos los rubros de los servicios y alimentos que recibe la población han
sido descomunales hasta tal punto, que en solo dos meses hasta el 1 de febrero
la inflación ha sido de un 25.5% en diciembre y 20.6% en Enero, que en números
efectivos son del orden de 51.3% en apenas dos meses.
La inflación destroza todo, empobrece a todos
por igual, aunque algunos, los más ricos, siempre la sortean mejor, es la gran
Bestia de Gévaudan y para Milei es su UNICA y GRAN oportunidad. Acabar con ella
utilizando el cacareado déficit cero, es su bala de plata, que con un éxito
consumado en los próximos meses podría hacerle terminar su mandato de 4 años, y
además tener la oportunidad real de otros cuatro años más. Esto último a mi
modesto entender es la explicación racional no solo de la paciencia argentina
sino inclusive de la causa de porque Milei llego a la Casa Rosada. La mayoría
de los argentinos dentro del ruido que desato la tormenta Milei en campaña,
escucho el único sonido que necesitaba, “yo voy a eliminar la inflación, pero
llevará su tiempo”, fue música para sus oídos y le creyeron de que lo podría
hacer.
Lo interesante de la comunicación de Milei, es
que él se coloca por fuera de su propio Gobierno, ha tenido la habilidad (hasta
ahora) de transmitir a sus votantes que él, es un “león” que lucha contra todos
los poderes establecidos durante tantos años en la Argentina y en esa lucha, se
percibe y se define como un “incomprendido” del status quo (“No la ven”) pero
cuenta con los únicos que la ven, “el pueblo” que lo voto (que no ha sido
poco). Este último relato lo mantiene, encontrando literalmente todos los días,
a alguien con quien enfrentarse, ya sea en sus declaraciones a la prensa como
con sus escritos cortos en la red X. Por ahora hay que decirlo con todas las
letras, ha tenido éxito, pero ese éxito perdurará en el tiempo, en la medida
que demuestre que la INFLACION es una bestia que puede matar con su única bala
de plata, el déficit cero, que incluye la no emisión monetaria y el ajuste
feroz del estado, inclusive a pesar que esa bala de plata intenta matar no solo
a ese enorme lobo que es la inflación, sino hambrear a los que lo votaron y los
que no.
Es posible que este argumento les parezca poco,
pero créanme escudriñando en la historia pasada de este país, es lo único que
he encontrado para justificar porque este pueblo le tiene la paciencia que le
tiene a los neoliberales como Milei. “Menem lo hizo” fue una frase famosa en
los 90 y allí está la respuesta y el argumento contundente de que domando la
inflación que “siempre ha padecido” este país, todo lo demás se perdona.
Menem recibió un país de Alfonsín muy parecido
filosóficamente hablando al que recibió Milei de Alberto, el desempleo
entonces, el último año de Alfonsín rozaba el 6.2% pero por una hiperinflación
del 4900% anual, los trabajadores con empleo registrado no solo no llegaban a
fin de mes, sino que eran literalmente pobres. Milei recibe de Alberto-Massa el
mismo desempleo y con una inflación galopante del 200%. Nadie le creía entonces
a Angeloz y tampoco le creyeron ahora a Massa que con los mismos y haciendo lo
mismo podían matar a la devoradora de hombres, mujeres y niños La Bestia de
Gévaudan, la INFLACION. El brindar la esperanza “comunicacionalmente” de que se
tenía “el método nuevo” para acabar con la inflación hizo que entonces Menem
ganara en primera vuelta con el 48% de los votos, e hizo que Milei ganara con
el 56% de los votos en el balotage. Menem mintió con su “Salariazo” y la
“Revolución Productiva”, nunca hablo de ajuste ni venta de todas las empresas
del Estado Nacional, Milei en cambio ha sido el primer presidente de derecha y
neoliberal que gano diciéndole a la gente que el ajuste fiscal y el
achicamiento del estado son la herramienta adecuada para desterrar al monstruo.
Si bien Menem tardo un año y medio en implantar
la convertibilidad de Cavallo (Marzo de 1991), que finalmente hizo bajar
rápidamente la inflación en el año 1991 hasta 172%, hay que decir que la inflación
de 1990 la bajo de 4900% a 1344% (alta igual, pero se sintió el efecto), esto
se debióa las políticas de ajuste
ortodoxo aplicadas bajo el mando de Erman González durante 1990 y la
acumulación de reservas en el Central.
La inflación de la Argentina luego de
implantada la convertibilidad se redujo sustancialmente los siguientes años de
Menem, hasta alcanzar un 24.9% en 1992, 10.6% en 1993, 4.3% en 1994 y 3.4% en
1995. Este último resultado le permitió a Menem luego del Pacto de Olivo y la
reformulación de la Constitución del 94, reelegirse por un periodo de cuatro
años más.
Si vemos “el trabajo” de Milei en sus primeros
78 días de Gobierno con Caputo en el Ministerio de Economía haciendo el GRAN
AJUSTE del Estado y acumulando reservas en el Central por 7500 millones de
dólares en este corto tiempo, no hay dudas que estamos ante un revival de
“Menem lo hizo”, y teniendo esto como premisa no hay dudas que si entonces el
pueblo argentino tuvo paciencia para esperar aquel resultado de 24.9 % tres
años después de aquellas despiadadas políticas económicas del menemismo, no sé
porque ahora no la tendrá cuando la bestia de la inflación es lo que más le
preocupa.
Por tanto para mi, Milei tiene la única bala de
plata para que lo sigan acompañando y es demostrar que la inflación está
bajando. Todas las demás penurias y desquiciados exabruptos del presidente
serán perdonados, inclusive que como entonces los jubilados se sigan muriendo
de hambre.
miércoles, 19 de febrero de 2025
RECUERDO
PRESTO
Esta La Historia y la mía también la que me tocó que, aunque no está en los manuales me hizo quien soy Era feliz corriendo bajo la lluvia en alguna acera de Lawton mientras Pepe el gitano trabajaba con el Che de tan maldito que era que me pronosticaron la reja cuando mayor fuera Lo rojo fue lo mío por el corazón de Cristo en la sala de La Paricho allí entendí que no basta con que uno se salve y no somos más que el resto Anunciar muy alto con los pies en contra no era muy recomendable así que se susurraba si de Caballos se hablaba Pero llego el secundario con mis padres divorciados la bolsa de la careta antigás toda pintorreteada que si escuchas Kiss y no Barbarito Diez te estas desviando el pelo largo y las botas rusas te estas desviando había un solo dime que te diré con megáfono desde la tribuna El barrio era heavy con marihuana en la esquina algún que otro ABAJO y desfiles con pañoletas ARRIBA hubo huevos desparramados por aquello de los balseros pero yo partí hacia el padre de hielo cinco años y medio Vaya la perestroika que me lavo el cerebro no pude más escuchar un solo de invierno eso nos costo lágrimas y desconsuelo cuando regresamos al otro espejo Al final había un corrupto con nombre y apellido esbelto dirigiendo todo aquello pero no se le toco ni un pelo era darle la razón al enemigo al acecho Los ochenta fueron años buenos los noventa pa´que acordarse del espanto ex profeso de un día para el otro el dólar fue nuestro compañero un sálvese quien pueda mirando siempre pa´el norte brutal y revuelto Por primera vez se pudo decir lo que tantos teníamos adentro ya no había magia al mago se le habían acabado los conejos Conocí Mundo que me enseño que del otro lado tampoco era el paraíso la suerte era un delirio y tenías que pagar tu derecho al piso Como barquero chamamecero anduve buscando lo que había perdido hasta que un día me di cuenta que lo pasado pisado y solo quedaba este, mi recuerdo presto