Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

LA LUNA DE NOKA

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

jueves, 19 de junio de 2025

AL BALCÓN

 


Finalmente, la película llego a su fin. Los ingentes esfuerzos de los grandes intereses económicos de este país y su poder judicial lograron con la llegada de Milei que la Corte Suprema ratificara la condena a 6 años de prisión (por ahora domiciliaria) de Cristina Kirchner.

Soy un humilde pelador de caña, que mira desde el suelo la realidad de este país, con lo cual afirmar o no que Cristina es corrupta y merece su condena, no lo puedo hacer, sin embargo, a vuelo de pájaro, cualquiera podría afirmar que la justicia en este país esta comprada por los grandes intereses empresariales, y esto hace que precisamente no sea justa, sino Macri, Caputo, Dujovne y hasta el mismísimo presidente Milei tendrían que estar tras las rejas. Recordemos que, frente a los ojos de todos, Milei promociono una criptoestafa de al menos unos 100 millones de dólares, y la justicia poco y nada ha avanzado.

Lo de Cristina comenzó por allá por el 2008 con una denuncia presentada por Elisa Carrió, sobre presuntas irregularidades en la adjudicación de obras públicas en Santa Cruz a favor del empresario Lázaro Báez, entonces corría el primer mandato de Cristina. La causa se reactivó en el 2016, cuando Macri comenzaba su segundo año de presidencia, más exactamente el 27 de diciembre de 2016, el juez federal Julián Ercolini procesa a Cristina Kirchner, Julio De Vido, José López, Lázaro Báez y otros exfuncionarios por los delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública. Se traban embargos por 10.000 millones de pesos para Cristina y De Vido. La investigación estuvo a cargo de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahíques. No voy a entrar en todos los detalles, pero solo diré que el 2 de Marzo de 2018 el juez Ercolini cierra la instrucción y eleva la causa a juicio oral, que comienza un año más tarde en mayo de 2019.

Si uno relaciona las fechas de los pasos que fue dando la “justicia” con respecto a la situación socio-económica y política que se vivió durante el gobierno de Macri, puede observar con claridad, que las resoluciones en la causa del 2008, conocida como Causa Vialidad, están vinculadas a situaciones en las que el gobierno de Macri la estaba pasando mal, y bien era sabido entonces que querían correr de la escena política a un contendiente opositor con amplias posibilidades para volver al poder, algo que los grandes intereses económicos querían frenar a toda costa. Solo mencionar algo sabido, la debacle económica y financiera del gobierno de Macri comenzó en Marzo-Abril de 2018. En Mayo de 2019 las encuestas daban perdedor a Macri en las elecciones PASO de Agosto de 2019, como finalmente ocurrió. En Octubre de 2019 Cristina volvió al poder. A buen lector pocas explicaciones.

Hay que decir algo muy importante, durante los 12 años del Gobierno de Nestor y Cristina del 2003 al 2015, acá el empresariado nacional y porque no el extranjero también, gano a manos llenas, es posible que a partir de comienzo del 2014, hallan mermado las ganancias y es por ello, que esos intereses económicos hayan decidido apostar a un nuevo caballo, en este caso por Macri, que finalmente logró imponerse por 670 mil voto ante un Scioli, que poco y nada recibió apoyo de una Cristina, que ya no se podía presentar a las presidenciales. Esto también explica porque una causa del 2008 contra Cristina a penas se reactivó en el 2016 cuando Macri estaba en el poder.

El gobierno de Alberto y Cristina de 2019 al 2023 fue malo, malo para la gente de a pie, malo para los empresarios, malo para todos. Era de esperar que el poder económico de este país y su justicia como partido político hicieran todo lo posible para deshacerse de Cristina. Así que la condena a Cristina ocurrió durante agosto a diciembre de 2022 y luego entre la defensa de Cristina y las apelaciones correspondientes se llegó a la Corte Suprema, que el 10 de Junio de 2025 deja firme la sentencia a 6 años de prisión de Cristina Kirchner y su inhabilitación perpetua a cargos públicos. Previamente 8 días antes, el 2 de Junio, Cristina anuncia que será candidata por la tercera sección electoral, que incluye 19 municipios del Área metropolitana de Buenos Aires, un bastión peronista que la líder política busca movilizar con vistas a las elecciones legislativas nacionales de medio término que tendrán lugar en octubre de este año. Vuelvo con lo mismo, a buen lector pocas explicaciones.

Y bueno, ahora tenemos a Cristina en el balcón de su casa, con prisión domiciliaria que podrá salir a regar las plantas (que no tiene) y tomar Sol siempre que no alborote a sus seguidores, algo tan ridículo que parece salido de una comedia payasesca. Por lo pronto ayer convoco a una multitud de personas a la plaza de mayo en su primer día de “cárcel” (el tema de las cifras que movilizo es otro capítulo kafkiano que la prensa absolutamente dependiente de ese poder económico utiliza para contrarrestar el hecho).

Pero la pregunta importante acá es ¿Que va hacer en los próximos 6 años esta señora que, con 72 años, ese poder económico con su justicia como punta de lanza a enviado al balcón?

A Cristina no la veo tejiendo con estambre unas bufandas a sus nietos, es una dirigente política de marca mayor, que, aunque condenada, no se va a quedar quieta, ha demostrado sagacidad política, no exenta de algunas pifias (mirándolo con un solo ojo). Fallo en no apoyar a Scioli frente a Macri (a mi modesto entender, la soberbia pudo más, sino soy yo no es nadie) y fallo cuando le hizo la vida imposible a Alberto en su gobierno, cuando fue ella (como toda una emperatriz) con su dedo mágico la que lo designo para las presidenciales del 2019. Ahora bien, dicho esto también digo lo otro, en el 2019 su caudal de voto, como posiblemente sea el de ahora, no rebasaba el 30% de los votantes, se necesitaba alguien moderado que convenciera a una población de un 40% de los votantes que no se identificaba ni con el peronismo ni con la derecha de este país, y a la larga Alberto jugo esa carrera y le fue bien, pues le gano a Macri en Octubre de 2019 un 48% a 40% en la presidenciales.

Desde el balcón Cristina tendrá que volver a demostrar su capacidad de previsión y su astucia para conformar una unidad peronista que meta a todos en una misma bolsa, no solo a los kirchneristas. La convocatoria de ayer logro algo de eso, pero ella seguirá en el balcón, y el peronismo ha demostrado históricamente una máxima, “muerto el Rey, viva el Rey”, la justa por el próximo liderazgo concreto para presentarse en representación de todos a unas presidenciales, acaba de comenzar. No es difícil leer lo que ocurrió más recientemente entre Menem y Eduardo Duhalde, entre Duhalde y Néstor Kirchner, y la incipiente pelea Cristina-Kicillof.

La suerte del próximo peronismo con Cristina desde el balcón, no solo se define por lo que ellos puedan hacer internamente como única fuerza política contraria al rumbo neoliberal actual, sino a la suerte económica y social de este gobierno de Milei. Como he dicho en mi post “Para Rato”…”Es evidente que, en el 2026, la preocupación de la inflación en la gente dejara de existir, entonces el desempleo y el no llegar a fin de mes lo agobiaran tanto que Milei llegara a Octubre de 2027 con una imagen mellada, pero aun así a la larga ganará. Milei lo tendremos hasta 2031 y en su segundo mandato afloraran en toda su magnitud los desastres sociales que estas políticas neoliberales hacen a largo plazo, será un desastre total y entonces comenzará una nueva calesita…”. Precisamente para esa nueva calesita el peronismo tendrá que estar listo, con nuevos dirigentes y con nuevas políticas que no solo enamoren, sino que corrijan los errores del pasado, construir un estado eficiente y prolijo con una cantidad optima de ministerios que garantice no solo dar derechos, sino resolver los problemas concretos de la gente postergados por tanto años, dígase agua, cloaca, vivienda, gas, electricidad, y todo eso hacerlo, sin corrupción. A buen lector pocas explicaciones.




 

miércoles, 18 de junio de 2025

PARA RATO

 


Muchas veces apelamos al pasado para entender el presente y predecir el futuro, no sé si es lo más conveniente, lo que sí, el pasado, es la única “certeza” que tenemos, claro hay que decir también, que sabemos de él porque alguien lo contó o lo vivió, y acá entra otra incertidumbre, hay que saber quién lo cuenta y desde que lugar lo hace. El futuro lo podemos imaginar y sabemos de antemano que, aunque en el presente encontremos rasgos y similitudes de un pasado no tan remoto, predecir en base a ese análisis tiene sus riesgos, porque por “suerte” los seres humanos como un todo no nos quedamos quieto.

Dicho lo anterior y atajándose uno “con un posible penal afuera”, quiero afirmarles, (mal que me pese, incluyendo el dolor profundo que produce en mis cojones), que tendremos Milei para rato, y cuando digo para rato, es para al menos hasta 2031, salvo que pasen cosas, tanto económicas como sociales y políticas, y que también tratare de referirme en esta modesta reflexión.

He estado leyendo con detenimiento acerca del Gobierno de Carlos Menem, la situación política y social de la época de su ascenso, las medidas económicas y sociales que encaro hasta las primeras elecciones legislativas de 1991, la Reforma Constitucional de 1994, las elecciones presidenciales de 1995 y el fin de su mandato en 1999. Milei lleva un año y medio de gobierno, y en Octubre 2025 tendremos el primer plebiscito a su gestión. Desde ya les digo que su triunfo será indiscutible. Es asombroso, pero asombroso de verdad, el parecido que uno encuentra en los hechos políticos, sociales y económico globales de aquella experiencia menemista y de esta “nueva” Mileista. Es como si hubiese un manual, y claro, el que lo lee y lo sigue en la práctica, introduce su impronta “creativa” tratando de corregir lo que entonces no funciono o se quedó a medias.

Veamos de nuevo algo que ya escribí hace un tiempo. “…Menem recibió un país de Alfonsín muy parecido filosóficamente hablando al que recibió Milei de Alberto, el desempleo entonces, el último año de Alfonsín rozaba el 6.2% pero por una hiperinflación del 4900% anual, los trabajadores con empleo registrado no solo no llegaban a fin de mes, sino que eran literalmente pobres. Milei recibe de Alberto-Massa el mismo desempleo y con una inflación galopante del 200%. Nadie le creía entonces a Angeloz y tampoco le creyeron ahora a Massa que con los mismos y haciendo lo mismo podían matar a la devoradora de hombres, mujeres y niños La Bestia de Gévaudan, la INFLACION. El brindar la esperanza “comunicacionalmente” de que se tenía “el método nuevo” para acabar con la inflación hizo que entonces Menem ganara en primera vuelta con el 48% de los votos, e hizo que Milei ganara con el 56% de los votos en el balotage. Menem mintió con su “Salariazo” y la “Revolución Productiva”, nunca hablo de ajuste ni venta de todas las empresas del Estado Nacional, Milei en cambio ha sido el primer presidente de derecha y neoliberal que gano diciéndole a la gente que el ajuste fiscal y el achicamiento del estado son la herramienta adecuada para desterrar al monstruo.

Si bien Menem tardo un año y medio en implantar la convertibilidad de Cavallo (Marzo de 1991), que finalmente hizo bajar rápidamente la inflación en el año 1991 hasta 172%, hay que decir que la inflación de 1990 la bajo de 4900% a 1344% (alta igual, pero se sintió el efecto), esto se debió a las políticas de ajuste ortodoxo aplicadas bajo el mando de Erman González durante 1990 y la acumulación de reservas en el Central.

La inflación de la Argentina luego de implantada la convertibilidad se redujo sustancialmente los siguientes años de Menem, hasta alcanzar un 24.9% en 1992, 10.6% en 1993, 4.3% en 1994 y 3.4% en 1995. Este último resultado le permitió a Menem luego del Pacto de Olivo y la reformulación de la Constitución del 94, reelegirse por un periodo de cuatro años más…”

Milei con su déficit cero y la no emisión de pesos por parte del Banco Central que traducido al castellano quiere decir un ajuste en salud, educación, en empleo público, en obra pública y en la madre de los tomates, ha logrado en el primer año bajar la inflación de 211,4 % a 117,8 % y la inflación de estos 5 meses ha sido de 13,3%, que si se la anualiza a todo el año 2025 según algunas consultoras puede llegar a estar entre 25-30%. Es decir, Milei ha repetido un poco la historia de su admirado Menem.

Pero la similitud y el asombro no está solo en este aspecto, hay un gran parecido en cuanto al accionar político en ambas épocas, aunque con actores diferentes. Por supuesto Menem venia del peronismo y su gran murumaca en el trapecio se dio con el apoyo mayoritario de una fuerza política que estaba bien organizada, algo que adoleció Milei, que en principio eran tres gatos que los agarro por sorpresa llegar al poder para hacer y deshacer a su antojo.

Menem dio vuelta la doctrina de Perón, que simplificándola puede caber en las siguientes palabras, desarrollista, defensora de la industria nacional y de los derechos de los trabajadores, de hecho, basándose en algunas declaraciones que hizo Perón en 1949, veinte meses después de haber asumido como Presidente de la Argentina, el 16 de Marzo de 1991 convoco a los peronistas al Teatro Nacional Cervantes a lo que llamo “Movilización Peronista Actualización Política Doctrinaria”, allí pronuncio un encendido discurso donde subrayo la necesidad de llevar adelante un profundo proceso de adaptación cultural en base a los cambios en el mundo, sobre todo a partir de la caída del muro de Berlín, y a la concepción movimientista del justicialismo como doctrina viva. Explico allí su programa de gobierno, el proceso de "cambio estructural sin precedentes", y el rol de los distintos sectores sociales, defendió la pertinencia de la reforma del Estado, la desregulación del mercado laboral, las privatizaciones de las empresas públicas y la nueva política exterior ligada a los acuerdos de libre comercio regional e internacional. Por supuesto la condición de movimiento y no de partido político, permitió al peronismo incluir en sus filas a toda la gama de colores, desde los “rojo rojito abuelito”, hasta los azules prusia, casi violeta. Esa condición del movimiento peronista, facilito la tarea de reconversión de sus filas hacia la nueva doctrina neoliberal menemista, sobre todo cuando Menem con sus políticas había dado muestra que podía domar la inflación, recuerden que 1990 la inflación había bajado, aunque aún era alta, además que 16 días después de aquel discurso de actualización doctrinaria, el 1 de Abril de 1991, se declaraba la Ley de Convertibilidad de Cavallo, que sacaría de las cabezas de los argentinos definitivamente el tormento de la inflación.

Sería bueno recordar que la Provincia de Buenos Aires estuvo en manos de Eduardo Duhalde a partir de 1991, este había ganado la vicepresidencia junto a Menem en 1989, pero como no le gustaba el trabajo legislativo, Menem queriendo desaparecer la influencia de Cafiero en la Provincia de Buenos Aires, le propuso a Duhalde hacer la postulación para encarar el gobierno de la Provincia. Me detengo en esto último porque verdaderamente, Duhalde en su fuero interno nunca estuvo de acuerdo con el curso neoliberal que tomo el gobierno de Menem, y vio en su nuevo cargo la posibilidad de tener poder suficiente para desde ese lugar de gobernador, primero implantar sus políticas económicas y sociales más cerca a la doctrina peronista, y por otra parte poco a poco enfrentarse con sus criticas al curso neoliberal del menemismo.

Con la reforma constitucional de 1994, se permitió la reelección del presidente de la república por periodos de cuatro años y Menem en 1995, como ya comenté con una inflación domada, logro reelegirse. Eduardo Duhalde hizo otro tanto en la Provincia de Buenos Aires, reformo la constitución y con la ayuda de Aldo Rico y su MODIN, logro que se aprobara la reelección también en la provincia, y por lo tanto le permitió ser relegido para un segundo mandato de 1995 al 1999. Sin embargo, en este nuevo periodo Eduardo Duhalde encabezo la corriente peronista que se opuso fervientemente, no ya solo dentro del peronismo, sino abiertamente ante la sociedad, a las políticas neoliberales de Menem, por considerar que se alejaban de “la doctrina peronista”, tal es así, que tan temprano como después de la elección de 1995 para gobernador, Duhalde dejo explicito su intención de ser presidente para 1999.

Después de 1995 el Peronismo, Menem y el mismo Duhalde se vieron implicados en hechos de corrupción, y escándalos de todo tipos, que mellaron grandemente las simpatías populares, además que la inflación, por estar domada con el uno a uno de Cavallo, dejo de ser una preocupación de la gente de a pie, y temas como el desempleo, la corrupción y la pobreza ocuparon los nuevos titulares en el imaginario popular, lo que hizo posible que en 1997 el Partido Justicialista perdiera esas legislativas y en 1999 cuando Eduardo Duhalde junto a su vice, el cantante popular Palito Ortega se presentaran a las Presidenciales, perdiera frente a la Alianza con Fernando de la Rúa como Presidente y “Chacho” Álvarez como Vice.

Cuento todo esto porque, en el presente, tenemos a un neoliberal acérrimo como Milei en la Casa Rosada, y a un Estatista peronista en contra en la Provincia de Buenos Aires con Kicillof. La similitud es asombrosa, 30 años después de lo comentado arriba. Da la impresión sin embargo que con Milei todo ocurre a la velocidad de la luz, lo que a Menem le llevo 6 años, como la inflación, este lo hará en tres, así que si uno se deja llevar por la historia y esa magia gitana que uno cree tener (pobre mi Abuela que, si la tenía, según cuentan los registros trasmitidos oralmente), Milei pintará de violeta el territorio nacional en Octubre de este año en las legislativas y luego a principio de 2027 empezaran sus problemas más serios. Es evidente que, en el 2026, la preocupación de la inflación en la gente dejara de existir, entonces el desempleo y el no llegar a fin de mes lo agobiaran tanto que Milei llegara a Octubre de 2027 con una imagen mellada, pero aun así a la larga ganará. Milei lo tendremos hasta 2031 y en su segundo mandato afloraran en toda su magnitud los desastres sociales que estas políticas neoliberales hacen a largo plazo, será un desastre total y entonces comenzará una nueva calesita, espero gracias a Dios, con alguna impronta distinta, pero en esencia será la misma. Para entonces seré un hombre jubilado y comenzaré a sufrir las penas que hoy y en el pasado han sufrido los pobres jubilados en la Argentina.




lunes, 2 de junio de 2025

SIN LUGAR PARA DÉBILES
(Por Ernesto Tenembaum)



El jueves, pasado el mediodía, una manifestación realmente inédita recorría las calles céntricas de la ciudad de Buenos Aires. Estaba conformada por algunos miles de familiares de niños con discapacidad que reclamaban por los subsidios directos o indirectos que dejaron de percibir como parte del plan antiinflacionario del Gobierno. Al pasar frente a la sede de la Agencia Nacional de Discapacidad, de a poco, los empleados –los que quedan de ellos- se acercaron a las ventanas del edificio: las cámaras pudieron captar el momento en que varios rompieron en llanto.

Los testimonios de los afectados eran desgarradores. En ese contexto, se viralizó una declaración de Marlene Spesce, la mamá de Ian Mouche, un niño del espectro autista que ha participado de varias notas televisivas antes de este conflicto. Marlene y Ian contaron en su momento que Diego Spagnuolo, el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, les había dicho que “si una familia tiene un niño discapacitado, el problema no es del Estado sino de esa familia”. “¿Por qué yo tengo que pagar peaje y vos no?”, les habría preguntado el funcionario. Consultado por Esteban Trebucq, Spagnuolo negó esa anécdota. Cuando, luego, Paulino Rodríguez le preguntó a Marlene y a Ian, este se puso tan nervioso que no pudo terminar la nota. Naturalmente, ratificaron su versión de los hechos.

El conflicto entre el Gobierno y las familias de chicos con discapacidad es apenas un capítulo más en la saga de conflictos que enfrenta en estos días al equipo del presidente Javier Milei con sectores muy sensibles y desprotegidos de la sociedad. Esta misma semana, el centro del debate público fue ocupado por los médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, residentes, anestesistas y personal administrativo del Hospital Garrahan, el prestigioso centro de salud infantil que se ocupa, por ejemplo, de la atención del 40 por ciento de los niños argentinos con cáncer. El funcionamiento del hospital ha sido tan virtuoso que parte de sus ingresos proviene de las derivaciones que recibe de las empresas de medicina prepagas más caras.

Los testimonios de médicos que se encargan de la terapia intensiva o de residentes que trabajan en el sector de neonatología eran tan impactantes como los de Ian y su mamá. Personas que dedican su vida a que los niños puedan seguir su vida pese a haber nacido prematuros, o a salvar la vida de los hijos de otros, lloraban en cámara mientras argumentaban que la política oficial no les dejaba otra opción que abandonar el Garrahan, del cual ya se fueron cien profesionales de alto nivel: los primeros que se van de estas estructuras son los más capaces porque rápidamente son absorbidos por otras entidades.

El debate público, por momentos, desdibujó las fronteras ideológicas habituales. El periodista Antonio Laje explicó: “A ver si entendemos algo. El Garrahan tiene 250 médicos. Sumale enfermeros, técnicos radiólogos. Es un hospital modelo, no de la Argentina, sino de toda la región. Vos no podés tener gente preparada, que estudió ocho años, o a un residente que trabajó cuatro años más, vos no podés pagarles 800 mil pesos. Vos no podés pagarle a un médico que está empezando su residencia en el Garrahan 600 mil pesos. No resiste ninguna lógica. Hace cuatro años también ganaban mal. Pero hoy, si encima durante todo el año no tuvieron aumento, quedaste recontradesfasado”. El diputado de centro derecha, Nicolás Massot, explicaba por su parte que los problemas del Garrahan se podrían solucionar con el dinero que el gobierno central destina a la Secretaría de Inteligencia del Estado.

El presidente Javier Milei reaccionó en dos tiempos frente a este clima. El viernes por la mañana concedió una entrevista en la que dijo que el conflicto del Garrahan estaba “politizado”, que el hospital estaba “lleno de ñoquis”, depositados allí por “psicópatas kirchneristas”. Luego razonó en X de esta forma: “REFLEXION SEMANAL. Si todo el debate público actual gira en torno a mis modos, las peleas en X del @GordoDan y Dalma Maradona sobre la visión de Dieguito Fernando y las empanadas de sapo de Ricardito, a la luz del quilombo que heredamos, todo esto indica que vamos muy bien. TMAP”. TMAP es la sigla compuesta por las iniciales de la expresión “Todo Marcha de Acuerdo al Plan”, un lugar común de las huestes libertarias. Milei también explicó: “Cuando uno va contra los curros lo acusan de insensible” y difundió mensajes que definían como “opereta” a la protesta de los médicos y médicas del Garrahan. Curros, opereta, ñoquis, psicópatas kirchneristas.

El Gobierno informó, por su parte, que dos tercios de la planta del hospital estaba integrada por personal no médico: burócratas, ñoquis, kirchneristas. No ofreció ningún documento que respaldara esos números. Era apenas algo que alguien decía. Los trabajadores en huelga desmintieron que fuera así: según ellos la proporción es exactamente la inversa. En cualquier caso, aún si los datos oficiales fueran ciertos, ese argumento no explica por qué el problema no se resolvió durante el año y medio que lleva la gestión oficial, ni tampoco por qué los residentes ganan 780 mil pesos y no les aumentaron durante el último año. Sin esos salarios, no se hubiera producido este conflicto ni la fuga constante de profesionales del Garrahan.

Mientras pasaba todo esto, cientos de científicos marchaban caracterizados como El Eternauta, el director nacional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria detallaba la manera en que, con argumentos falsos, el Gobierno lo destruía de a poco. Y las fuerzas de seguridad lanzaban gases, como cada miércoles, contra la pequeña marcha de jubilados que reclama un aumento a sus magros ingresos. Un trabajador de la empresa láctea Verónica quebró en llanto en una radio porque él y sus 700 compañeros dejaron de cobrar y nadie se hacía cargo de su intemperie.

Todas esas imágenes pueden ser enmarcadas de maneras diversas. Un crítico del gobierno podría afirmar, con todo derecho, que son consecuencia de una política oficial insensible que avanza sin tener reparos prácticamente frente a ninguna situación: desatender a niños con discapacidad o con enfermedades oncológicas parece realmente una enormidad. Pero un votante libertario podría defender lo que hace el Gobierno como un cumplimiento casi literal de las promesas de campaña. Milei está llevando a cabo un programa que nunca ocultó y fue respaldado por la mayoría de la sociedad. El entonces candidato expresó con claridad que no creía en la salud pública, que en todo caso el sistema actual debería ser reemplazado por uno de vouchers. Ese día en que gritaba “¡afuera!” cuando un periodista le mencionaba organismos del Estado, incluyó al Ministerio de Salud y al Conicet. ¿O no dijo que amaba ser “el topo del Estado”, el que lo destruye desde adentro? El apoyo a las familias de chicos con discapacidad, ¿no es un elemento más de la justicia social que el mismo presidente aborrece?

La necesidad de tener cuentas fiscales ordenadas no asoma como un argumento sólido cuando se trata de problemas que se resuelven con muy poco dinero, y cuando se observan las prioridades generales del Gobierno. Las denuncias de corrupción que suelen acompañar cada aplicación del plan motosierra no han logrado convencer a casi ningún juez de su solidez, y la mayoría de las veces ni siquiera se producen. Si la motivación no consiste en cuidar el gasto, ni tampoco en cortar “curros”, tal vez haya otra cosa.

En un costado de la discusión hay una convicción presidencial muy sólida, donde el Hospital Garrahan o la asistencia a personas con discapacidad son elementos incómodos. Por momentos se disimula, se justifica con técnicas discursivas o con datos parciales, pero está ahí, cada vez que Milei habla. Para él, el rol del Estado debe ser tan mínimo como sea posible: en todo caso será la sociedad, si es que le interesa, la que deba financiar los problemas de los débiles. Lo ha dicho cientos de veces. Tal vez por eso, ante el desafío de los trabajadores y trabajadoras del Garrahan, el Presidente no expresa solidaridad sino que contraataca.

En una sociedad con tradición rebelde como la Argentina, tiene su lógica que haya protestas ante los efectos de la mirada libertaria sobre la vida real. Las hay y las habrá. Pero la novedad, la enorme novedad, es que el Gobierno y sus seguidores pueden avanzar, porque esas imágenes no dañan su proyecto de acumulación de poder. De hecho, hace solo dos semanas esas ideas fueron potenciadas por el impactante triunfo que tuvo en la ciudad de Buenos Aires y, desde entonces, Milei no deja de recibir buenas noticias. Mientras los familiares de chicos con discapacidad protestan, recupera algunos puntos de imagen y crece su poder político al sumar dirigentes de la provincia de Buenos Aires –intendentes, concejales, punteros, diputados— que hasta hace unos minutos pertenecían al PRO.

La fortaleza de Milei se podría explicar por una confluencia de factores superpuestos: su evidente carisma, esa capacidad para perforar la pantalla de los celulares; el control relativo, pero control al fin, de los precios de la economía; la falta de alternativas políticas reales, y el recuerdo de los gobiernos anteriores. Todo eso juega un rol, pero tal vez esté ocurriendo algo más. La elección del sorpresivo Milei reflejó un fuerte cambio en la escala de valores de un sector importante de la población. La continuidad del apoyo tal vez exprese que esa nueva cosmovisión ha llegado para quedarse, aunque incluya la convivencia cotidiana con situaciones humanas que solían percibirse como muy dramáticas, la construcción de una sociedad donde los más débiles son abandonados a su suerte, o a la suerte que les depare la macro.

No es la primera vez que una sociedad decide que no hay lugar para débiles; tampoco la Argentina es el único país del mundo donde esto ocurre.

Todo esto seguramente sea coronado por un triunfo en las elecciones de octubre, con lo cual el Gobierno se sentirá legitimado para avanzar con el criterio que ha aplicado con los niños con discapacidad o con el Garrahan. Y lo estará. Así que Ian Mouche, su mamá, y tantas otras personas deberán buscar caminos alternativos a los que la Argentina les ofrecía hasta hace muy poco.

Se trata de un radical cambio de régimen.

Y esto, cómo decirlo, recién empieza.

 

 

 

 

viernes, 16 de mayo de 2025

Éxodo de investigadores por la parálisis casi total del sistema científico
(Por Nora Bär en EL DESTAPE)

Se cancelaron los contratos con todas las grandes editoriales del mundo. Se suspendieron casi la totalidad de las actividades vinculadas con el programa Raíces, establecido como política de Estado por la Ley N° 26.421. Se desfinanciaron prácticamente todos los programas de colaboración internacional y multilaterales de cooperación científico-tecnológica. Se eliminaron de hecho los sistemas nacionales de grandes equipamientos científicos. La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (ANPCyT) sigue incumpliendo con los contratos vinculados con los proyectos PICT, no realizó nuevas convocatorias, y no financió las ya evaluadas y aprobadas. Hay parálisis del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (CICYT) creado por la Ley N° 25.467. Se interrumpieron los programas Construir Ciencia y Equipar Ciencia. Es imposible gestionar los certificados ROECyT (que permiten la exención de gravámenes impositivos para la importación de bienes y aceleran los trámites aduaneros). 

Tal es el diagnostico sucinto que dio a conocer el Consejo Interuniversitario Nacional, creado en 1985 y que reúne a los rectores de universidades públicas sin distinción partidaria o ideológica, sobre la gravísima crisis que enfrentan esas casas de estudio y, por consiguiente, el sistema de ciencia y tecnología en su totalidad, ya que allí se origina el 70% de la producción científica local. 

Uno de los síntomas que más claramente delata el impacto de estas decisiones es la pérdida de empleos en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que de acuerdo con un estudio del grupo Economía, Política y Ciencia (EPC), del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciicti), perdió más de 4148 empleos desde el inicio de la gestión de Javier Milei. “Tan solo en los últimos tres meses, se perdieron 531 puestos. Se trata de un hecho de enorme gravedad si se tiene en cuenta el nivel de profesionalización y especialización del sector”, advierte el informe. Otros organismos calculan una cifra incluso mayor.

Pérdida de empleos en el sistema científico

De acuerdo con este análisis, entre los distintos organismos científicos, se destaca la fuerte caída registrada en el Conicet, que ya perdió 1.513 puestos de trabajo. Le siguen en orden descendente el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) con 734 pérdidas y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) con 436. Se deben a despidos de personal administrativo, jubilaciones que dejan lugares vacantes y no son reemplazados, y a un éxodo de científicos que ya está dejando de ser anecdótico. Es una sangría que no cesa y representa una enorme amenaza para la supervivencia de la ciencia local. 

Por otro lado, además de la incertidumbre y la falta de fondos, el deterioro salarial empuja al poliempleo y a buscar alternativas fuera del país. 

Leonardo Amarilla es investigador asistente del Conicet y profesor adjunto en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Trabaja conservación de la biodiversidad en relación con el agro. Este licenciado en genética y doctor en Biología, soltero y sin hijos, se vio obligado a pensar en alternativas para sostenerse precisamente por la pérdida de poder adquisitivo. “Tengo una dedicación exclusiva en la UNC y la diferencia que recibo del Conicet es de apenas 200.000 pesos. Literal. Soy solo, pero tengo responsabilidades. Mis padres fueron muy, muy humildes y hoy están jubilados con la mínima gracias a la moratoria. Nosotros, con mis hermanos, somos la primera generación de universitarios. En el grupo familiar el deterioro fue tremendo. Tenemos que ayudarlos entre todos para que la familia sobreviva. Eso me lleva a tener que optar por el pluriempleo. Pero por ser mis tareas de dedicación exclusiva, tengo muchas incompatibilidades. Por eso, hago Uber”

Con una formación de grado y posgrado que ya llega a los 20 años (tiene 41), y con la exigencia de tener que afrontar evaluaciones constantes a lo largo de la carrera científica, Amarilla sin embargo subraya que no considera que el trabajador científico o el docente universitario deba gozar de más derechos que otro. “Para mí, lo grave acá es que las personas tengamos que tener tres o cuatro laburos para comer y satisfacer las necesidades básicas –destaca–. Como otros, tengo que trabajar 14 horas, porque cumplo como debe ser mis ocho horas diarias en la Universidad, con mis alumnos, que los amo, y con el Conicet, y a la salida trato de hacer entre cinco y seis horas de Uber por día. La verdad es que no doy más”

Por eso, contra su voluntad, aclara, el científico es uno de los que viene pensando en emigrar; por lo menos, por un tiempo. De hecho, en estos momentos está tratando de cerrar un convenio con colegas brasileños para hacer una estadía en el país vecino. “Soy de los que siempre quiso volver a dejar algo en mi país, que tanto me dio, pero ahora ando medio arrepentido –confiesa, emocionado–. A cada uno nos toca desde diferentes lugares. Algunos con hijos, ya no pueden pagar la escuela; otros, como es mi caso, no alcanzan a pagar el alquiler. Pero lo más grave es la pérdida de expectativas de futuro”. 

Ayelen Branca, secretaria general de ATE Córdoba, es graduada en Filosofía y terminó su tesis de doctorado en Estudios Sociales de América Latina. Se presentó a un posdoc, sin muchas esperanzas, porque ya se había adelantado que no iba a haber recursos para el área de humanidades. “En la convocatoria de Proyectos de Investigación Plurianuales (PIP), directamente no figuran. Entonces, la esperanza de poder concretar un futuro trabajo de investigación en la Argentina es bastante nula”, cuenta. 

Aunque trabaja algunas horas como docente de nivel medio, y viendo que las condiciones de trabajo son deplorables, la única alternativa que encuentra viable en este momento es irse con una beca posdoctoral al exterior

Tengo contactos porque durante mi licenciatura y doctorado hice estancias en el exterior (principalmente en México, Brasil y España) –explica–. Ya me presenté a varias”. 

Si recibe una respuesta positiva, Ayelén recorrería el camino que ya transitaron dos de sus tres hermanas, que viven en Australia, y que tal vez tome la menor de la familiaMe gustan las estancias en el exterior, me encanta que la academia tenga una dimensión internacional, pero siempre mi base fue Córdoba –comenta–. Pero dadas las condiciones... Por un lado los ajustes que hay en cantidad de becas otorgadas, la falta de ingresos y los sueldos… Por el mismo trabajo que haría acá, en México ganaría cinco veces más. En las ciencias sociales lo único que necesitamos es una computadora. Y ni siquiera eso tenemos en el instituto. Es como imposible...

En las Islas Baleares ya es de noche cuando Manuela Funes responde la comunicación desde Buenos Aires, una de las que ya se fue. Nacida en Puerto Madryn y formada en la Universidad Nacional de la Patagonia, de la misma ciudad, hizo un doctorado en el Centro Nacional Patagónico (Cenpat) sobre impactos en el ambiente de la pesquería trabajando en el Golfo San Jorge, donde se pesca merluza y langostino para exportar. A continuación hizo un posdoctorado en la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde también dio clases. 

Para ingresar a la carrera del investigador del Conicet, fui seleccionada con un proyecto sobre pesca artesanal del que estoy enamorada –recuerda–. Me notificaron alrededor del 23 de noviembre de 2023. Fue un viernes, pero ni llegué a festejar porque el domingo ganó MileiPresentamos todos los papeles, tratando de llegar antes de que se fuera [la expresidenta del Conicet] Ana Franchi, que renunció el 10 de diciembre, pero nunca se efectivizó el ingreso”. 

Manuela integra el grupo de 845 investigadores cuyo ingreso a la carrera fue aceptado, pero que todavía no fueron incorporados. Y aunque se considera una “afortunada” porque tenía una prórroga automática que entró en vigencia el día que le notificaron el ingreso, se le hizo imposible seguir esperando. 

Con mi marido, que también trabaja en la universidad, no podíamos subsistir –se emociona–. Nuestro poder adquisitivo se desplomó, como el de la mayoría de los argentinos. Vivíamos a 40 minutos, en las afueras de Mar del Plata, y un día yendo al trabajo se nos rompió el auto y no nos alcanzaba para arreglarloAhí tuve un click emocional y empecé a buscar opciones para no pasarla tan mal. Me presenté a una beca de posdoctorado “Marie Curie”, armé un proyecto tratando de seguir conectada con lo que había presentado para mi ingreso a la carrera, le adjudicaron excelente puntuación (92%), pero no me la otorgaron. Seguí viendo si podíamos conseguir financiamiento hasta que me ofrecieron una plaza donde estoy ahora, en el Instituto Español de Oceanografía. Pedí licencia de mi beca de posdoctorado y acepté un contrato por cinco años. Pero lo que hablamos con mi director es que en un un principio estaría un año. Me gustaría volver”. 

Aunque su puesto es más técnico, le pagan el doble de lo que recibiría en la Argentina. En estos días se reunirá con su marido, geólogo, y su hijito de cuatro años. Mientras tanto, sigue manteniendo proyectos en el país. “El lugar en el que trabajo es hermoso, me recibieron super bien, pero se padece el desarraigo –lamenta–. Quedan hermanos y padres en la Argentina… Esperemos que vengan a visitar y poder volver”.  

Otra científica joven que también se fue es Camila Neder, doctora en ciencias biológicas. En el Conicet trabajaba en el Instituto de Diversidad y Ecología Animal, en el Grupo de Ecosistemas Marinos y Polares (Ecomares)pero cuando a fines de 2023 empezó a conocer los planes del actual gobierno (“Conicet, ¡afuera!”), tuvo que tomar la difícil decisión de buscar otros horizontes. Hoy está haciendo un segundo posdoctorado en Chile, en el Instituto de Biodiversidad, Ecosistemas Antárticos y Subantárticos de la Universidad de Concepción. “Por suerte, siempre en la misma temática, que es la ecología antártica”, comenta a través de una comunicación telefónica. 

Camila hizo tanto su carrera como el doctorado en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)pudo capacitarse también en Alemania, y trabajar en colaboración con colegas de España, Bélgica e Inglaterra. 

Me vine con una gran tristeza, pero pensando en un crecimiento profesional, siempre en contacto con la Argentina, generando puentes, porque soy bien argentina y deseo también el crecimiento de mi país. A fines de octubre de 2023, empecé incluso a tener problemas de salud, estaba estresada, nerviosa. Las situaciones en la universidad eran muy difíciles, sobre todo por esta frase del gobierno actual de ‘Conicet… afuera, educación… afuera', que nos hacía pensar que no hay futuro, que se venía el ‘sálvese quien pueda’. Eso fue lo más doloroso. Ya estaba en el primer año de posdoc y no quería dejar la ciencia, no quería ver mi carrera tronchada tan joven, entonces decidí buscar alternativas. Y entre las posibilidades surgió la de venir a este instituto. Podría haberme quedado un período más dentro de Conicet, pero ya se empezaba a ver que no había perspectivas de trabajo, incluso no se estaba recibiendo el dinero [que se adeudaba] de los proyectos financiados. Obviamente que es un poco desgarrador estar en un país que no es el propio. Mi deseo es contribuir de alguna manera, pero también es complicado con el contexto actual en el que no hay interés en financiar la ciencia, la educación y la tecnología”. 

Camila dejó aquí padres, tres hermanos y su parejaEn Chile, gana aproximadamente el doble de lo que recibía del Conicet. “Si bien los costos acá también son altos, por lo menos hay mayor tranquilidad –comenta–. En la Argentina no sabías si mañana te echaban, como a muchos de los empleados administrativos a los que les renovaban el contrato cada tres meses. Creo que lo que más me costó es tomar una decisión individual y no poder acompañar a mi grupo. Y lamentablemente vislumbrar que se te puede acabar el camino profesional a corta edad. Es como estar en el borde de un abismo y con el viento en contra”.

Y concluye: “Estoy agradecida de la educación que tenemos en la UNC, ¡es impresionante! Cada vez más lo corroboro por mis experiencias en el exterior”.

Itatí Ibañez es licenciada en Biología Molecular y farmacéutica por la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), especialista en Química Ambiental y doctora en Biología por la UBA, y Magister en Propiedad Intelectual (FLACSO)Como responsable del Laboratorio de Ingeniería de Anticuerpos del Instituto de Química Física de Materiales, Medio Ambiente y Energía (Inquimae, de doble dependencia, UBA/ Conicet), trabaja en el desarrollo de anticuerpos y nanoanticuerpos para diversas aplicaciones en ciencia básica y aplicada. Junto con su equipo, generó, por ejemplo un sistema de diagnóstico del virus de Hepatitis E. Durante la pandemia obtuvieron nanoanticuerpos neutralizantes del coronavirus y acaban de validar un sistema de diagnóstico para pacientes infectados con el virus del dengue. Además, participa en proyectos para detección de virus de papa y bacterias que afectan al cultivo de cítricos, que están bastante avanzados, y colabora con investigadores de todo el país y de Brasil, en proyectos relacionados con patógenos que afectan al arroz, abejas, ganado bovino, equinos y varias enfermedades humanas como ataxias, histoplasmosis, tuberculosis, enfermedades virales, toxinas, entre otros.

A mediados de 2023, cuando empecé a considerar la posibilidad de que el sistema científico de  la Argentina fuera desmantelado/bloqueado/paralizado, pensé que era un buen momento para reorganizar un poco los objetivos a mediano plazo y buscar hacer algo diferente fuera del país –cuenta–. Desde ese momento no tomé más estudiantes para formación y me enfoqué en terminar, con el dinero que quedaba, los proyectos propios o en colaboración. También di prioridad a la organización de los proyectos de tesis de las estudiantes que tengo a cargo para que puedan terminar sus doctorados a pesar de la desfinanciación de los proyectos”.

Así fue como decidió volver a la ciudad de Gante en Bélgica, donde había hecho un posdoctorado y ahora le ofrecieron trabajar en un proyecto muy complejo, y que representa un gran desafío a nivel metodológico para el cual necesitan a una persona con experiencia en varias técnicas moleculares.

Me ilusiona la posibilidad de aprender y participar en temas desafiantes, para poder poner en práctica todo mi conocimiento y experiencia, algo que en la Argentina se desestima o desprecia totalmente –subraya–. A esta altura de mi vida siento que me corresponde empezar a devolver lo que he recibido, formado estudiantes, generando nuevas ideas y soluciones a problemas, desarrollando nuevas metodologías. Me duele no poder devolver lo que recibí a mi país, porque toda mi educación fue pública, pero tampoco me parece bien quedarme frustrada y enojada, en un escritorio, recibiendo solo mi salario y sin dinero para poder desarrollar ideas y proyectos, ni transferir el know-how a otras generaciones. El hecho de que un gobierno o personas, que no tienen la suficiente visión de futuro (para decirlo suave) para entender que la ciencia, la educación y la cultura, son pilares fundamentales de la sociedad y que son las bases para su desarrollo, no va a determinar que no pueda hacer algo con mi conocimiento. Por eso busqué otras opciones”.

Siempre que estuvo fuera del país aprendiendo nuevas metodologías, uno de los objetivos de Itatí era volver para implementar en el laboratorio esas técnicas de frontera, pero esta vez reconoce que parte con otra idea: “El instituto al que voy me ofreció un contrato de duración indeterminada y sólo volvería si se dan las condiciones, no para frustrarme. El hecho de que personas formadas se tengan que ir del país me hace pensar en los dilemas que hay a veces con la venta al extranjero de granos o minerales. Se escucha con frecuencia que al exportarlos se están enviando los nutrientes o recursos de la tierra, que no se recuperan. Pero al menos a cambio se recibe un pago y el dinero se puede invertir en otras cosas. Me pregunto qué gana el país cuando se van los recursos humanos, sin pago alguno y estás perdiendo importantes capacidades que podrían aportar de diversas maneras a que el país avance. Pero claro, si considerás que la ciencia no sirve para nada, te estás sacando de encima una mala inversión. El futuro dirá si fueron buenas decisiones o no”.

También científico, a fin de año el marido de Itatí podría emprender el mismo camino.  

Alfredo Stolarz trabajó en el Comité Nacional de Ética en Ciencia y Tecnología casi desde su creación. El organismo se ocupaba del análisis de controversias en el uso de tecnologías, de las prácticas de la investigación, análisis de políticas públicas o pedidos de consejo respecto de la formulación de políticas. Se incorporó en 2004 y se desempeñó primero como asistente y después como coordinador durante 20 años en los que se sucedieron distintas administraciones. "Fue un un proyecto que trascendía lo meramente laboral", subraya

Sin mediar notificación alguna, y habiendo tenido poco antes una reunión con la subsecretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología, en la que había planteado líneas de trabajo más allá de las que por iniciativa propia se propusiera el comité, un día simplemente no pudo entrar porque le cortaron el acceso. Eso fue todo. Los integrantes de la comisión (diez investigadores que se desempeñaban ad honorem) pidieron reuniones con esta autoridad, pero jamás les respondieron

Después de ese despido abrupto y sin motivo, renunció el resto de la comisión. "No solo no los recibieron, sino que no respondieron las notas de pedido de reunión ni dieron acuse de recibo de las renuncias –cuenta Stolarz–. El destrato es lamentable no solo en lo personal. La Comisión fue pionera en el mundo en un movimiento que crece por las potencialidades que tienen los avances científicos y tecnológicos. No había muchos en 2001, cuando se creó. Solo Noruega y un par de países europeos tenían organismos con las mismas incumbencias”.

Carolina Mangoni es bióloga y trabajó en el ámbito académico-científicoAdemás de apostar a una carrera en investigación, siempre disfrutó y ejerció la docencia en diferentes niveles. En 2020 terminó su posdoctorado y quedó fuera del sistema, pero siguió presentándose a la carrera del investigador. Su última presentación fue en 2021 y a fines de 2022 recibió la noticia de que le habían otorgado el ingreso. En octubre de 2023 salió la resolución de alta.

Estaba viviendo en Buenos Aires y el lugar de trabajo propuesto era Bariloche, lo que significó organizar una mudanza junto con mi pareja –recuerda–. Tomé posesión del cargo en febrero 2024. Pero el 29 de febrero me llegó una notificación informándome que no podían incorporarme a la nómina de pagos por falta de presupuesto. El mismo mensaje recibieron aquellos que tomaron posesión los meses posteriores a diciembre 2023. Ese grupo incluía a personas que residían fuera del país y habían vuelto a la Argentina con sus familias, ¡y se encontraron sin trabajo ni respuesta más que ‘no hay presupuesto’! Trabajamos mucho en difundir nuestra situación, además de consultar cómo podíamos reclamar habíamos ganado. Finalmente -y por sorpresa-, en diciembre de 2024 nos llegó un mensaje que decía que debíamos tomar posesión dentro de las 48 horas, caso contrario perdíamos el cargo. Nos movilizamos para que todos se enteraran. Una fracción del grupo siguió adelante con el proceso, pero había varios que se encontraban en situaciones en las que les era imposible hacerlo en tan poco tiempo”.

Así fue como Carolina inició sus tareas luego de estar casi cinco años fuera del sistema (aunque siguió realizando colaboraciones y participando en publicaciones). “Me encontré cansada, sin subsidio propio ni posibilidad de solicitarlo, en un ambiente abatido y desmotivado –cuenta–. El grupo al que pertenecía había perdido a quienes venían cursando sus doctorados, posdocs o cargos técnicos y se había reducido significativamente. Aun así, seguían adelante cubriendo estas ausencias, pero con un desgaste en aumento. Y un sueldo estancado. Y una obra social suspendida por falta de pago. La vida científico-académica siempre tuvo sus falencias, conocidas y aceptadas por aquellos a los que nos gusta realizar ese trabajo. Yo seguí apostando a eso, incluso luego de varios rechazos. Cuando finalmente estuve en la posición de ‘estabilidad’, me encontré en una situación precaria donde no iba a poder ejercer mi cargo. ¿Cómo hacer investigación sin subsidio, sin recursos humanos? Esta es la situación actual de toda la comunidad científica, y tememos que va a seguir así durante varios años”.

Mientras estuvo fuera del sistema, se desarrolló en el área de análisis de datos y ofreciendo servicios en el ámbito de la salud pública. “Encontré mucha gratificación en esto. Es un hermoso ambiente donde el fruto de tu trabajo es valorado de manera expresa, y donde se practica el trabajo en equipo y el refuerzo positivo”, dice.

Renunció el 1° de mayo. 

Algunos de los numerosos investigadores e investigadoras con los que habló El Destape no quisieron dar su nombre para no alterar a su familia ni perjudicar su posición actual.  Es el caso de Fernando (no es su nombre real), químico que trabaja en almacenamiento de energías renovables (de calcio, potasio y otros materiales), y en degradación de pesticidas principalmente en el agua, pero al que cada vez se le está haciendo más difícil continuar con sus líneas de investigación. “Considero que son importantes para el país y para la gente, pero al no tener la posibilidad de obtener subsidios ni tesistas [este año se presentaron un 30% menos que en años anteriores], estoy viendo qué hacer y evaluando posibilidades”, cuenta.

Casado con una científica que quedó en “el limbo” de los aceptados del llamado de 2022, pero que no fueron incorporados, y padre de dos hijos de ocho y 11 años, se encuentra con que sus ingresos están casi al límite de la línea de pobreza. “Confiábamos en que en algún momento la situación se iba a revertir –afirma–. No digo mejorar sustancialmente, pero sí que al menos podríamos trabajar, que es lo que queremos hacer.  Ella ya tuvo ofertas del exterior, pero por ahora decidimos por lo menos quedarnos hasta fin de año. Si no se resuelve, vamos a tener que tomar una decisión porque va a ser insostenible. Emigrar es una posibilidad cierta. No lo hicimos hasta ahora por cuestiones más bien familiares. Pero todo tiene un límite”. 

No es que no conozcan lo que es vivir en el extranjero. Entre 2019 y 2020 toda la familia estuvo en Alemania. Fernando tenía un contrato de trabajo por tres años, pero después del primero decidieron volverse porque quería trabajar en su país. “Ahora –confiesa– me siento decepcionado. Cuando era chico y hasta no hace tanto, de alguna manera sentía que la sociedad nos protegía, que sentía que podíamos contribuir. Muchos de nosotros renunciamos  a sueldos muy superiores en el exterior y a una vida más tranquila porque sentíamos que teníamos que volver a trabajar para nuestro país, para nuestros vecinos. Pero ahora incluso somos foco de ataques de un sector que decidió minimizar la importancia de las universidades, del Conicet, de la investigación. Por este programa de gobierno, se han perdido proyectos valiosísimos”. 

Graciela (tampoco es su verdadero nombre)trabaja actualmente en oncología en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Empezó un posdoctorado hace menos de un año, pero está evaluando renunciar porque hace exactamente un año que el estipendio de su beca está congelado, lo cobra en negro y sin aportes. “Con ese monto, me es difícil llegar a fin de mes y además, debido a que en la ciencia experimental se trabaja mucho (inclusive feriados y fines de semana muchas veces), no puedo conseguir un trabajo adicional. Y como hay menos gente, cada vez más trabajo recae en nosotros/as. No veo que haya un futuro para una carrera en investigación en este país. Tengo posibilidades de irme al extranjero o al mundo privado, y es lo que estoy por hacer”.


NOTA de mi PIE:

Se está viviendo una catástrofe en la ciencia, no me cabe dudas que en un país pobre como la Argentina (y rico a la vez), no está de más convocar a un análisis sobre que investigar y que no, pero bajo este discurso, valido por otra parte, se ha escondido el verdadero objetivo de este gobierno neoliberal de porquería, y es que para ellos el estado no se tiene que ocupar de la ciencia y punto.

Los estados que se desarrollaron dedicaron sumas importantes de su PBI al desarrollo de la ciencia y la tecnología. En los años del 2003 al 2015, con sus errores también, el estado argentino dedico dinero y esfuerzo en recuperar una ciencia que había sido destruida en los años 90.

El Programa Raíces, acrónimo de Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior, llamado también R@íces, fue un plan del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva destinado a establecer redes de conexión entre los científicos argentinos en el exterior y la ciencia que se desarrolla en la Argentina y favorecer la repatriación de científicos. Comenzó en 2003, durante la presidencia de Néstor Kirchner, como un programa de la Secretaría de Ciencia y Tecnología. Fue institucionalizado en 2008 a través de la ley 26.421 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Hasta julio de 2011 se consiguió la repatriación de 834 científicos y el 7 de octubre de 2013 se presentó a la científica repatriada número 1000, logrando revertir -en conjunto con otras medidas y programas- la tendencia histórica de fuga de cerebros que existía en la Argentina.

Los resultados de la ciencia argentina están a la vista, el país se encuentra entre los ochos del Mundo que desarrolla tecnología nuclear propia, se han vendidos reactores de investigación de potencia cero, prototipo de aceleradores para BNCT, tiene desarrollados y aplicados hace tiempo radiofármacos con instalaciones nucleares propias, Argentina está entre los ochos paises que desarrolla satélites y lanzadores de los mismos, UniLiB es la primera Planta Nacional de Desarrollo Tecnológico de Celdas y Baterías de Litio en la Argentina y también la primera de su tipo a nivel regional. Fue creada por Y-TEC, la empresa de tecnología de YPF y el CONICET, y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), fueron los científicos del CONICET quienes desarrollaron un potencial tratamiento para el cáncer a partir de anticuerpos monoclonales. Se trata de un anticuerpo monoclonal anti-MICA que puede ser utilizado como un potencial tratamiento para el cáncer. Se realizó la primera licencia de transferencia tecnológica en la región de un anticuerpo monoclonal con una empresa multinacional.

Lo anterior es solo un botón de muestra, me temo (para decirlo con la boca de medio lado) que nuestro Presi, es bastante ignorante en las potencialidades que tiene la Argentina con su ciencia, me remito a sus propias declaraciones y acciones contra las Universidades y la Ciencia de este pais.





 

miércoles, 14 de mayo de 2025

 Es muy importante ser coherente, uno puede cambiar, todo cambia, pero la esencia debe mantenerse, eso nos hace quienes somos, nos da al menos una razon para existir en este Mundo cruel y despiadado, pero bello a la vez... GRACIAS PEPE!!!








martes, 25 de marzo de 2025

LA DOLOROSA DERROTA TEÓRICA DE JAVIER MILEI
(Por Ernesto Tenembaum)



El viernes 14 de marzo, hace apenas nueve días, ocurrieron dos episodios relevantes casi en el mismo instante. El primero de ellos fue la difusión del índice de inflación de febrero, ese 2,4% que refleja, al mismo tiempo, el éxito del Gobierno para bajarla de los niveles recibidos, y los límites de su estrategia para perforar pisos aún muy altos. En el mismísimo instante, a las cuatro de la tarde, una inquietud recorría a los operadores de los mercados financieros. Algo raro estaba pasando. Sobre el final de la jornada cambiaria, la demanda de dólares libres se había incrementado de una manera inusual, a punto tal que el Gobierno se vio obligado a intervenir con una suma inusual, superior a los USD 500 millones, para evitar que la brecha diera un salto demasiado pronunciado. Si alguien abre el cuadro entenderá el motivo de la preocupación. Desde el arranque del año, hasta ese instante, el Banco Central había perdido USD 4.500 millones de reservas. En la semana siguiente, perdería USD 1.500 millones más. La Argentina, pese al enorme ajuste realizado en 2024, se aproximaba nuevamente hacia uno de esos clásicos sacudones.

Algunos medios y analistas han calificado a lo que ocurrió esta semana, este bimestre, como una corrida contra el peso. Es difícil saber si corresponde el término ya que no existe una definición oficial que establezca las magnitudes que lo justifiquen. Además, es un fenómeno en desarrollo, con lo cual resulta imposible conocer aun su dimensión. En cualquier caso, la pérdida de reservas ha sido muy fuerte y muy veloz. Eso ha hecho que el 1 de marzo el Presidente anunciara la inminencia de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que no está cerrado 22 días después, que un economista mileísta, de los más relevantes, anticipe una devaluación, que el ministro de Economía salga a calmar y logre el efecto contrario, que los diputados le den luz verde a un acuerdo que desconocen, que el Presidente vuelva a ponerle fecha a ese mismo acuerdo que no está cerrado. Tanta ansiedad solo ha empeorado las cosas porque cada día, la fuga se acentuaba.

Explicar lo que está ocurriendo es materia de profesionales de otras disciplinas. Aun así, tal vez sirva ordenar algunos hechos públicos para entender algo de todo este proceso. Desde abril del año pasado, un número muy relevante de economistas –y en esto no había diferencias entre ortodoxos y heterodoxos—advierten que el esquema cambiario construido por el Gobierno era muy frágil porque impedía sumar reservas. La voz más relevante en ese sentido fue la de Domingo Cavallo, cuya autoridad había sido validada por Milei al calificarlo reiteradas veces como el mejor ministro de la historia. Pero no era solo él: Miguel Angel Broda, Hernán Lacunza, Carlos Rodríguez, Carlos Melconian, Diego Giacomini, Ricardo López Murphy, Martín Redrado, Roberto Cachanosky, entre tantos otros, advertían sobre el mismo problema.

Milei se enojaba tanto con ese planteo que dedicó mucha energía a humillar a sus colegas en público. “Mandriles”, “Mandrilandia”, “vaselina”, “infelices”, “fracasados”, fueron insultos que se transformaron en elementos del paisaje durante los largos meses en los que los dólares aún alcanzaban. Por un momento, pareció que Milei tenía razón. Cavallo había pronosticado que los problemas empezarían en el segundo semestre: el mercado vería entonces que las reservas se agotaban y entonces subiría el riesgo país y la Argentina podría enfrentar otra crisis de deuda o una devaluación brusca. Pero en el segundo semestre el éxito del blanqueo le dio al Gobierno una vida más y Milei cantó victoria: “Mandriles”.

A principios de enero las cosas se volvieron a complicar. Y Cavallo insistió: con este esquema el Estado pierde reservas y eso lleva tarde o temprano a un problema serio. Milei se enardeció contra él, al punto de que, en un gesto notable, despidió a Sonia, la hija del ex ministro, que no había hecho nada. Cavallo volvió a insistir mientras el drenaje se hacía cada vez más profundo y rápido. A principios de enero, por ejemplo, Luis Caputo anunció un acuerdo con los bancos que le prestarían USD 1.000 millones a altas tasas de interés. Los efectos de ese acuerdo se disiparon en horas. El Banco Central –los argentinos- quedó rápidamente sin el dinero y con la deuda.

En este contexto, el 1 de marzo, durante la apertura de las sesiones ordinarios, Javier Milei reconoció implícitamente su derrota al anunciar un inminente acuerdo con el Fondo Monetario.

Para entender la magnitud de su derrota solo hay que recordar lo que decía el propio Milei en 2022 cuando rechazó un acuerdo similar que el gobierno de Alberto Fernández firmó para renegociar la deuda con el FMI.

-“Este gobierno, con este acuerdo, está tomando deuda. Y hay que tener claro, que la deuda son impuestos futuros, son impuestos que pagan por ejemplo personas que no votan: nuestros hijos, nuestros nietos, y personas que ni siquiera nacieron todavía. La fiesta de la generación presente se la están cargando en el bolsillo de aquellos que todavía ni nacieron. Estamos frente a algo profundamente inmoral. Es más, sobrerreaccionan el ajuste sobre el sector privado para que siga la joda de la política ¿En qué están pensando? ¡Estamos al borde del abismo y quieren seguir con la fiesta!”

-“El Fondo es una institución perversa. ¿Sabés por qué? Porque cuando un país, después de hacer un montón de zafarranchos, y cuando ya nadie lo financia, y está a punto de explotar, el Fondo le pone la guita y le permite patear el ajuste para adelante”.

El Gobierno y sus voceros deberán elongar mucho, realmente, para explicar que aquellas palabras del candidato Milei no se aplican a la situación que enfrenta el presidente Milei.

Pero en este derrotero no solo sobresale el contraste entre el repudio a tomar deuda y la decisión de hacerlo sino la caída de todo un diagnóstico. Durante los largos meses en que recibía advertencias, Milei y los economistas que militan su causa, sostenían que no había ningún problema con la demanda de dólares porque no existían pesos para alimentarla. ¿Qué habrá pasado entonces? ¿Por qué la demanda crece y las reservas caen? ¿Era mentira que no había pesos? ¿Hay factores que presionan sobre las reservas que no tienen que ver con los pesos que hay en la economía? ¿Se trata de una combinación de factores? En cualquier caso, parece bastante evidente que los economistas críticos, los mandriles, en términos de Milei, tenían razón: el esquema cambiario llevaba al país, rápidamente, a un problema serio. ¿Será difícil ahora escuchar sin desconfiar los análisis económicos del Presidente, el Ministro, y la media docena de economistas y consultores que defendían sus postulados y agraviaban a quienes advertían lo que se venía.

¿Por qué el Gobierno no vio lo que muchísima gente amiga le señalaba? Una interpretación posible es la obcecación en un error teórico. En ese caso, Milei no será postulado a premio Nobel de Economía. Pero eso es lo menos importante. Porque ese error teórico le costó a los argentinos miles de millones de dólares. Y si se cometen otros esa cifra se va a multiplicar. Pero hay una interpretación menos generosa. Carlos Rodríguez, el economista del CEMA que fue jefe de asesores de Milei durante la campaña, escribió: “El Banco Central está en una trayectoria de colisión. Cuanto más reservas dilapide en una causa perdida, menos chances para que alguien ponga dólares para que sigan. Están timbeando con plata ajena. Nos va a salir muy cara la campaña electoral de La Libertad Avanza”. Según ese punto de vista, el Gobierno entregó miles de millones de dólares para mantener alta la imagen del Presidente, que se sostiene en el dólar bajo y la inflación controlada, su principal efecto. Se le carga a las generaciones futuras el costo de las campañas de la generación presente.

El Gobierno enfrenta ahora un dilema clásico de los esquemas de dólar barato y regulado. Si devalúa suben los precios y cae la imagen presidencial. Si no lo hace, caen las reservas y el abismo se acerca. En las próximas semanas, seguramente se conozca el contenido de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario. Las generaciones futuras se habrán endeudado por algunas decenas de miles de millones de dólares más. Los tomadores de deuda dirán, como siempre, que esos dólares generarán confianza, que a partir de allí el país se podrá volver a financiar en el mercado y que eso, sumado al equilibrio fiscal, disparará un crecimiento sostenido de la economía. Los críticos recordarán que, al menos en la Argentina, los acuerdos con el Fondo fueron siempre el anticipo de una crisis. De hecho, ¿por qué generará confianza un país que se ha endeudado tantas veces, en manos de un Presidente que volvió a hacerlo pese a que se había expresado violentamente en contra? No se conocen aún los montos del nuevo desembolso ni tampoco las condiciones que deberá cumplir el Gobierno para recibirlos. Todo muy previsible, de tan repetido.

Todos estos problemas se producen, además, en el contexto más complicado de todos los que ha enfrentado el Gobierno hasta ahora. El discurso homofóbico de Davos, la participación presidencial en el $Libragate, las histriónicas intervenciones de Santiago Caputo, las dudas sobre si correspondía ayudar o no en la inundación de Bahía Blanca, la represión a las marchas de jubilados que terminaron con un joven fotógrafo herido gravemente, la designación por decreto de miembros de la Corte Suprema, los golpes entre diputados oficialistas, y las reacciones frente a cada uno de estos episodios constituyen una cadena de desafíos realmente temerarios para quien pretende -y necesita- conservar el consenso social. Algunas encuestas –no todas—registran una caída fuerte de la imagen presidencial.

Mientras tanto, el protagonismo de Milei ha mermado. Tuitea menos. Concede menos entrevistas. Incluso ha cancelado tres viajes internacionales previstos, a Chile, a Israel y a España.

Nadie explicó por qué.

Debe estar pasando algo muy serio, para que el Presidente resigne la escena internacional.