Göbekli
Tepe: los secretos del misterioso primer santuario humano
(Por Alejandra Folgarait, INFOBAE)
Colosales círculos de piedra con pilares
decorados se levantan en el sudeste de Turquía. ¿Quiénes los construyeron y por
qué? Arqueólogos alemanes sostienen que, con una antigüedad de 12.000 años,
estos monumentos prehistóricos constituirían habrían sentado las bases de la
religión antes del surgimiento de la agricultura en la Alta Mesopotamia.
(Göbekli
Tepe es el tiempo cero de la humanidad)
Primero hay que hacer pie en Estambul,
Turquía, y luego viajar en avión varias horas más para llegar a la lejana
ciudad de Sanliurfa, a 60 kilómetros de la frontera con Siria. Todavía es
preciso tomar un taxi y un bus para llegar a las verdes colinas donde se
erige Göbekli Tepe, el impresionante monumento neolítico declarado en 2018
Patrimonio Universal de la Unesco y convertido por el gobierno turco en
atracción principal para el turismo en 2019.
Vale la pena todo el esfuerzo: Göbekli
Tepe es el tiempo cero de la humanidad, el sitio más antiguo donde nuestros
antepasados neolíticos desarrollaron la arquitectura monumental con fines
rituales y donde se congregaron para celebrar lo que hoy podría considerarse el
primer sistema simbólico-espiritual del mundo.
Los operadores turísticos afirman que, una
vez concluida la amenaza de ISIS y pacificada la frontera que dominan los
kurdos, Göbekli tepe se convertirá en un imán para viajeros fatigados de
historia clásica y renacentista. Después de todo, la ciudad de Sanliurfa,
que opera como base para alcanzar el sitio arqueológico, tiene un pasado que se
remonta hasta la antigua Edessa, la ciudad griega fundada por los herederos
seléucidas de Alejandro Magno, y más aún.
(Mezquita
de Sanliurfa)
Sanliurfa también es un centro de
peregrinación islámica para quienes se acercan a ver el lugar donde nació el
profeta Abraham, y es considerada por algunos como la famosa Ur, de los
caldeos. Con todos estos elementos, a la "gloriosa Urfa" –como le
dicen los turcos- le alcanzaron los antecedentes hasta ahora para ocupar un
lugar destacado en la historia de Anatolia y en el turismo doméstico. Pero la
puesta en valor de Göbekli Tepe promete multiplicar todo exponencialmente.
Orgulloso de alegar que es la cuna de la
civilización humana, el gobierno turco apuesta a convocar a millones de
turistas internacionales en los próximos años y ya invirtió en la apertura del
magnífico Museo de Arqueología de Sanliurfa, acaso el mejor del mundo por su
colección mesopotámica. "Este es el año de Göbekli Tepe y el lugar ya está
preparado para recibir a miles de visitantes", se entusiasma la guía Icmi
Culum en perfecto español, mientras recorre las pasarelas del sitio arqueológico
bajo una tenue llovizna. "Este destino turístico va a explotar porque es
el cruce de todas las civilizaciones. A partir de octubre comenzarán a llegar
los contingentes españoles", asegura Culum a Infobae Cultura.
(Mehmet
Tarik Yildiz, excavador local y artista)
Por lo pronto, Mehmet Tarik Yildiz,
miembro del equipo de excavación y pariente del agricultor local que habría
descubierto las primeras señales del monumento de piedra, se apresura a
fabricar reproducciones de los colosales pilares de Göbekli Tepe para vender a
los turistas que descienden como bandadas de golondrinas cuando llega la
primavera. "Son hechos a mano en cerámica, ¿le interesa uno?",
sonríe.
¿Seres
de otro mundo?
El gigantesco monumento circular de piedra,
descubierto hace dos décadas en un montículo artificial ("tepe"),
está revolucionando la Arqueología prehistórica por sus características y
antigüedad: fue levantado unos 7.000 años antes que las grandes pirámides
de Egipto y 6.000 años antes que el más famoso círculo de piedra, Stonehenge,
en Inglaterra. ¿Cómo pudieron cazadores recolectores que se desplazaban en
busca de animales y frutos haberse reunido para edificar estructuras de piedra
de semejante complejidad en un lugar sin agua?
(Jens
Notroff en Göbekli Tepe)
Aunque no faltan quienes echan manotazos a
civilizaciones alienígenas para explicar este monumento prehistórico, Jens
Notroff, uno de los arqueólogos alemanes que excavan en el lugar, lo descarta
de plano. "Sabemos que Göbekli Tepe fue construido por seres humanos que
utilizaron el lugar como centro ceremonial durante varias generaciones, antes
de enterrarlo parcialmente bajo un enorme montículo", dice el investigador
del Proyecto Göbekli Tepe en el Instituto Alemán de Arqueología.
Lo único cierto es que los círculos de piedra
con colosales pilares decorados desafían todo lo que se pensaba sobre los
comienzos de la civilización humana. Los historiadores siempre sostuvieron que
la agricultura fue la condición necesaria para que los humanos pudieran
destinar recursos a desarrollar una cultura simbólica. Sin embargo, Göbekli
Tepe muestra otra cosa. Los arqueólogos dataron los primeros círculos de piedra
en 10.000 a.C., cuando los cazadores recolectores se movían en grupos nomádicos
tras las huellas de mamíferos y aves que les servían de sostén. No había
agricultura ni cerámica entonces. Menos aún, sociedades establecidas con
excedentes para dedicar a la espiritualidad.
¿Qué es Göbekli Tepe, entonces? Avanzados
instrumentos que penetran en los suelos sin destruirlos revelaron recientemente
que existen 20 círculos de piedra bajo las 9 hectáreas que ocupa. Ocho de
estos círculos ya han sido excavados y cuatro se exhiben actualmente al público
en el lugar, bajo un modernísimo techo blanco que los protege al mismo tiempo
que facilita su visita.
(Los
círculos de Göbekli Tepe ya descubiertos)
Cada uno de los recintos expuestos a la
mirada de los turistas, de entre 10 y 30 metros de diámetro, tiene
características decorativas diferentes, pero todos tienen en común un par de
pilares antropomórficos en el centro, hacia el que "miran" los que
están desplegados alrededor.
Mitología
de la Edad de Piedra
¿Qué representan estos pilares centrales? Las
hipótesis van desde una mujer y un hombre (aunque no hay diferencias sexuales
aparentes en las esculturas), una pareja de dioses o, incluso, un par de
mellizos. "Hoy estamos casi seguros de que representan a dos individuos
masculinos", apunta Notroff. En cualquier caso, el hecho de que los muros
circulares tengan una especie de banquetas para sentarse mirando a los pilares
centrales confirma que allí se celebraban ceremonias comunitarias, del mismo
modo que hoy se realizan reuniones en iglesias y estadios. Si se suman las
representaciones de jabalíes, zorros, gacelas, reptiles, grullas, buitres,
patos, arañas y otros miembros de la fauna circundante, se puede imaginar la
existencia de una mitología asociada al monumento neolítico que se destaca
claramente en una geografía sagrada.
¿Qué simbolizaban los pilares y los animales
esculpidos en ellos? "En tanto hablamos de un período prehistórico, que
carece de fuentes escritas, no es fácil explicar la mitología y el simbolismo",
apunta Notroff desde Berlín, días antes de volver a Göbekli Tepe para seguir
excavando. "Debido a la representación de brazos, manos, cinturones y
taparrabos, algunos de los pilares en T pueden ser entendidos como esculturas
antropomórficas, pero la forma general es abstracta. Si se toma en cuenta
que miden hasta 5,5 metros –un tamaño mayor a la figura humana- ,
estos pilares antropomórficos son muy diferentes a las estatuas naturalistas
que se conocen en la zona. En este sentido, deben representar algo
distinto", reflexiona el arqueólogo alemán. "Dudo en calificarlos de
dioses, pero ciertamente representan algo más grande que las esculturas
humanas. Quizás eran ancestros importantes", duda Notroff.
(Pilares
en T en el Museo de Arqueología)
En cuanto a los numerosos animales tallados
en los pilares, son representaciones de la fauna con la que podría toparse
cualquier cazador en ese lugar prehistórico. "Pero también hay animales
peligrosos, como serpientes, escorpiones e insectos, y mamíferos con grandes
colmillos, lo cual evoca una atmósfera amenazante", agrega Notroff.
Banquetes
ceremoniales
Los exploradores científicos alemanes,
liderados por el ya fallecido Klaus Schmidt, llegaron a la zona hace 20
años atraídos por la forma artificial de una colina y un estudio de los´60 que
mencionaba rocas extrañas en el lugar. Schmidt, que había estado excavando en
un lugar prehistórico cercano, notó la importancia del sitio rápidamente. Pero
ni él pudo haber soñado lo que iba a desenterrar junto a su equipo: un centro
de culto comunitario construido por cazadores-recolectores que celebraban allí
festines.
La escena de las periódicas fiestas
prehistóricas se puede experimentar hoy personalmente en el espectacular Centro
de Visitantes construido junto al sitio arqueológico, donde los
turistas se ven inmersos casi alucinatoriamente en animaciones, infografías,
videos y artefactos que permiten comprender el monumental santuario de la Edad
de Piedra.
A pesar de los abundantes rastros de animales
faenados durante el banquete y, quizás, del consumo de bebidas alcohólicas, los
científicos señalan que no hay evidencias de que los humanos prehistóricos
construyeron casas permanentes en Göbekli Tepe. Hasta el momento, todo indica
que los recintos en círculo funcionaban como un punto de reunión al que
llegaban, en determinadas épocas del año, pobladores de diversos lugares para
celebrar un ritual festivo, luego de lo cual se retiraban a sus hogares o se
desplazaban a otros sitios.
(Pilar
en T con zorro, en el museo arqueológico)
Si se toma en cuenta que los primeros
cultivos –trigo, centeno- se domesticaron en las fértiles llanuras de la
Mesopotamia, los arqueólogos piensan que Göbekli Tepe puede marcar la
transición del estadio de una sociedad de cazadores-recolectores a una de agricultores
productores de alimento; y del paso del nomadismo al asentamiento de seres
humanos en ciudades. De hecho, numerosas excavaciones muestran aldeas y
cultivos en época inmediatamente posterior a Göbekli en la planicie de Harran
que lo rodea.
"El hecho de que varios grupos de
cazadores se reunieran y construyeran cooperativamente estos monumentos antes
de la creación de grandes asentamientos, antes de que pudieran acumularse
grandes suministros mediante la agricultura y la ganadería, es algo realmente
impresionante", enfatiza Notroff. "Es cierto que cazadores
paleolíticos desarrollaron un impresionante arte rupestre en cuevas de España y
Francia 10.000 años antes que Göbekli Tepe. Pero lo que es notable de
Göbekli Tepe es la monumentalidad que resultó de sus creencias".
Quizás la construcción de Göbekli Tepe
facilitó la cohesión grupal, el intercambio de obsidiana y la realización de
megaproyectos comunales. Tal vez Göbekli muestra el nuevo poder que adquiere el
ser humano sobre el entorno natural tras el fin de la Era del Hielo. Como sea,
el monumento prehistórico revela que la religión o, más precisamente, los
rituales de culto pudieron haber sido anteriores a la agricultura, y no al
revés como dicen los manuales de historia hasta el momento.
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