Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

miércoles, 9 de enero de 2019

COTILLÓN ¿TERCERMUNDISTA?
(Escrito y publicado el 20 de Febrero de 2017)



Lo bueno de la "nueva" derecha Mundial, es eso, es un simple cotillón que se tira cuando se acaba la fiesta. En la Argentina han sido "inteligentes" (con toda la prensa a favor) para ganar las elecciones (también los contrarios tienen lo suyo), pero el ardid utilizado tiene poca monta para durar en el tiempo, podrán usar mascaras con luces para esperanzar a la gente con "pobreza cero", la lucha contra el narcotráfico y unir a los argentinos, pero como se dice acá "en la cancha se ven los pingos" y lo único que han hecho es lo que históricamente están acostumbrados, favorecer a los que más tienen y crear más desempleo y agonía en los humildes.

No importa que la prensa hegemónica le creen un MURO, bloqueando sus metidas de patas (los Muros es lo suyo), la realidad sale a la luz, y cada vez mas incautos que participaron del show montado y los dejaron ciegos los reflectores utilizados, se dan cuenta de la verdadera cara lavada de estos CEO-delincuentes con traje y corbata.

Esta Derecha NEOLIBERAL, que de NEW tiene poco, no han hecho las cosas así no mas, hay una estrategia bien pensada en los "Think Tank" para volver a tomar las riendas perdidas en la pasada década. El fenómeno no es Tercermundista, si bien en la década del 80 con Reagan y la Tatcher se comenzó esta nueva ola liberal que luego se exporto al Tercer Mundo, cuando el "Modelo" se había "agotado" en ese llamado "Primer Mundo" , lo que está sucediendo actualmente, a mi juicio, es un recorrido inverso, sobre todo después de la experiencia "izquierdista" en América Latina.

Estos "payasos de cumpleaños", han aprendido, sin duda alguna, que lenguaje utilizar, para crear la fantasía en los humildes de este continente, donde una parte no despreciable da muestra de su "niñez política". Todos los días y cada vez más, escucho, a los humildes cumpleañeros que se despiertan de la fiesta que estos "Agedliberales" le montaron. Es una lástima que perdamos cuatro años de nuestra vida soportando lo que ya sabíamos que sucedería, inclusive que se volviera a salir a las calles a reclamar lo que antes ya teníamos como ley, pero los pueblos aprenden de a poco y este es el precio que hay que pagar.



Por suerte esta "AGEDLIBERAL" es pura fiesta de unas horas, lo malo, lo impactantemente malo, es que están jugando con el "descomer" de millones de seres humanos.

CIENTIFICIDIO, POLÍTICA DE ESTADO
(Por Nuria Giniger y Rocco Carbone (*), publicado en PAGINA12)

(“Hay científicos que iban a volver al país y ahora no lo van a hacer”, dijo Kornblihtt.)

Por lo que concierne a la Ciencia y la Tecnología, en tres años de gobierno la Alianza Cambiemos nos ha dejado una enseñanza: que su política de Estado es el cientificidio. 

Desde que asumió Macri venimos denunciando el ajuste brutal que se despliega sobre los organismos de Ciencia y Tecnología. Ajuste que fue agravándose, a pesar de la mayoritaria oposición expresada en las calles, en el Congreso, en movilizaciones, performances y numerosísimas acciones impulsadas por el sector científico. En 2017 dijimos que esta política de destrucción tiene un nombre: cientificidio, retomando otra categoría reflexiva, de denuncia y de lucha –femicidio– propia de un potente movimiento emancipador argentino, latinoamericano y mundial.

Este gobierno pretende asesinar el sistema científico-tecnológico público y de esta forma entregar una porción más de nuestra soberanía y de las potencialidades de desarrollo basado en la producción de conocimiento de/desde/para las grandes mayorías postergadas de nuestra sociedad. El Conicet –el organismo mayor de Ciencia y Tecnología, por lo que concierne a cantidad de trabajadorxs, de centros de investigación diseminados por el país, profundamente ligado a las universidades nacionales y a múltiples organizaciones estatales y populares– tiene su llave de defunción. 

A manera de síntesis, nos detendremos en cinco aspectos a manera de balance del cientificidio en 2018.

1.- La degradación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT) a Secretaría (SinCyT) –esta última sigla en realidad significa “Sin Ciencia y Tecnología”–. Es el sinónimo más visible del cientificidio. Esta desjerarquización no implica solo un problema económico sino especialmente simbólico. Indica la distancia entre el discurso pro-ciencia de Alianza Cambiemos y la acción de desguace del sistema de CyT. 

2.- El desfinanciamiento de los Centros Científico-Tecnológicos (CCT) a través de la subejecución presupuestaria (se les otorgó solo el 40 por ciento de lo estipulado) y el aumento inflacionario, particularmente de las tarifas. Producir ciencia y tecnología en condiciones pre-energía eléctrica es una contradicción inaudita. Lxs trabajadorxs de los CCT están aportando de sus propios salarios para pagar la boleta de luz de los institutos en los que trabajan. La “solución” que planteó el Conicet ha sido que se paguen los gastos con ventas de servicios a terceros. Ya lo discutimos en la década de 1990: no producimos Ciencia ni el Estado financia el sistema de CyT para que se mercantilice un conocimiento adormecido y acrítico. Es responsabilidad del Estado financiar la producción científica, puesto que se trata de un bien social y de un derecho humano.

3.- La falta de disponibilidad presupuestaria para reuniones científicas anunciada a fines de diciembre pasado implica que lxs trabajadorxs del sistema de CyT no podremos organizar congresos, jornadas, seminarios, conferencias financiadxs por Conicet. Esta decisión implica que no podremos planificar una parte esencial de nuestro trabajo y que estaremos aislados de los debates científicos que se articulan tanto en la región como en el mundo. Justo cuando “la Argentina vuelve al Mundo y el Mundo le da la bienvenida”, la Alianza Cambiemos nos priva de los intercambios, las actualizaciones y los debates, componentes centrales de la producción de conocimiento.

4.- El desfinanciamiento de subsidios a los proyectos de investigación: esto implica anular de hecho la posibilidad de seguir produciendo conocimiento. Lxs investigadorxs trabajamos en el seno de equipos de investigación que concursan por subsidios destinados a financiar lo que realizamos. Sin ese dinero no hay producción. Pero no solo no se giran los fondos de los subsidios ya asignados, sino que no se readecuaron a la devaluación. Estas decisiones políticas generan desigualdad, profundizan la meritocracia y el elitismo entre los equipos que consiguen financiamiento externo (de agencias extranjeras o países centrales) y los que no los consiguen. También en nuestro sector se verifica entonces el doble estándar que la Alianza Cambiemos extendió sobre Argentina, entre vidas que valen y vidas desechables. Entre vidas que tienen derechos y vidas que están condenadas a residir en las calles debajo de cartones. Más: los equipos que no consiguen financiamientos internacionales trabajan problemas ligados a temas de educación, salud, vivienda, desarrollo productivo y tecnológico, laboral y un largo etcétera. Problemas propios de nuestra región y nuestros pueblos, que no son de interés para las agencias internacionales.

5.- Lxs trabajadorxs del sistema científico tecnológico hemos obtenido un 25 por ciento de aumento salarial anualizado frente a una inflación que supera por mucho el 40 por ciento. Nuestros salarios son deplorables. Y en el caso específico de lxs administrativxs y lxs becarixs, no alcanzan la canasta básica. Esto se suma a la reducción de cupos en becas e ingresos. Se trata de decisiones políticas que impactan en un éxodo de trabajadorxs: “fuga de cerebros”, expulsadxs del sistema por reducción de cupos (becas e ingresos), aumento de la carga laboral, destrucción de equipos de investigación.

El cientificidio está desplegado desde hace tres años. Lo advertimos en las vísperas de la victoria de la Alianza Cambiemos y se llevó a cabo –con gran resistencia– durante este ciclo político que en 2019 debe ser interrumpido. El nuevo año nos encuentra con una oportunidad histórica: organizarnos (mejor), ser (más) eficaces en la articulación con el resto de lxs agredidxs para detener definitivamente los ataques sistemáticos a la vida del campo popular. Nos convocamos enfáticamente (dejando de lado los sectarismos) a planificar juntxs las acciones de resistencia, respetando nuestras diferencias, para construir una alternativa política unitaria que se proponga un camino emancipador. 2019 no debe ser entendido apenas como un año electoral ni como una disputa coyuntural con el objetivo de tener un gobierno menos malo que el de la Alianza Cambiemos. 2019 significa la disputa por la Historia. Por la Historia emancipada, libre y justa del siglo XXI argentino y latinoamericano. Y nosotrxs nos tenemos que asumir como lxs sujetxs de ese nuevo ciclo vital y humanista.

(*) Investigadores del Conicet; Liberación-Corriente de Universidad, Ciencia y Tecnología.