Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

jueves, 2 de junio de 2016

LOSER

(Por Eduardo Del Llano
en  su  blog https://eduardodelllano.wordpress.com)

Me inquieta el concepto de que la vida es una batalla en la que, para ganar, hay que joder al otro. Y encima, escarnecerlo con epítetos como perdedor o fracasado.

A juzgar por las películas americanas, la de perdedor parece casi una profesión. Steve is a loser, dice un personaje con el tono con el que afirmaría que Steve es músico, equilibrista o diabético. Uno diría que Steve no sólo escogió ese camino sino que ya no puede salirse de él, que es un perdedor nato de la misma manera en que puede ser pelirrojo o enano. Steve padece una condición que lo hace inelegible para ciertas alianzas, para determinadas misiones. Ser un perdedor es peor que tener alguna discapacidad física, pues el discapacitado inspira simpatía y es políticamente incorrecto segregarlo, en tanto al perdedor lo rehúye todo el mundo.

El mundo de hoy nos exige el éxito, la delgadez y la sonrisa. Mantenerse joven. No tener escrúpulos y sí buen sentido de la oportunidad. Saber usar a los demás: la solidaridad es cosa de las ONG.

Más que como un lobo, el hombre se comporta como un espermatozoide en relación con sus semejantes: sólo uno puede ganar, los demás son basura para tirar. Ahora bien, resulta obvio que, de la misma manera que el que pierde en un concurso (musical, literario, de agilidad mental, lo que sea) no es necesariamente mediocre o fracasado, sólo que hay un montón de aspirantes y un único premio, los Steve de este mundo no tienen por qué ser perdedores sistemáticos: ese mismo concursante puede ganar la próxima vez y el vencedor de ahora resultar derrotado. Sin embargo, el triunfador inexperto cree que sólo consiguió el éxito gracias a sus méritos, a su talento, a que es un winner desde el ADN. Al considerar su victoria tiende a soslayar variables como la suerte, el azar y el coeficiente de hijoeputez en sus relaciones con los demás, y prefiere creer que está empotrado en una casta a la que pertenece por derecho. Evita el roce con los perdedores y los satiriza y fustiga cuando puede. Si de algo está seguro es de que nunca será como ellos.

De Spencer a Trump las sociedades modernas, en especial la norteamericana, han educado a los jóvenes para competir ferozmente, han repetido que sobreviven los fuertes, que hay que luchar como sea para llegar arriba, que nadie te ayudará o te regalará nada, que no puedes ayudar a nadie. The rejection, un cuento de Woody Allen, refleja sabiamente esa rivalidad que rige a todos los niveles: un magnate de origen ruso se angustia porque a su hijo no lo han aceptado en el mejor parvulario de Manhattan, lo que desde su punto de vista ya significa que el chico va a ser un fracasado, un loser durante el resto de su vida.

Competir es saludable y necesario, pero aplastar al derrotado y considerarlo inferior resulta enfermizo, una exacerbación del darwinismo social, una manera elegante del fascismo. Tampoco es que el igualitarismo superficial, abrumador y abúlico del socialismo real sea la solución ni mucho menos: descreo de toda igualdad levantada sobre la abolición de la iniciativa. La ambición personal es un buen motor para el progreso… mientras respete el derecho ajeno, como diría Juárez, mientras no justifique y estimule dar de puntapiés al desdichado que atraviesa circunstancias adversas. No es ganar a cualquier precio: tener cada vez más dinero y, en consecuencia, mayor poder, es una filosofía pragmática y deshumanizada, el súmmum del individualismo, que genera frases como la bondad es debilidad o si muestras lo que sientes podrá ser -y será- usado en tu contra.

En la Cuba de hoy ciertos cambios instrumentales están ocurriendo muy de prisa, en tanto los estructurales se dilatan o simulan; mucha gente, ahora, cree que asumiendo la actitud de este es un mundo competitivo que yo no inventé, yo voy a lo mío y lo que te ocurra no es mi problema es más moderna, e incluso que parece más americana.

Tal vez, diciendo esto, estoy fuera de moda. Tal vez soy un poquito como el necio de la canción de Silvio. O quizás, simplemente, me estoy poniendo viejo.

LA MUECA

He hecho ingentes esfuerzos por dominar mi aversión hacia el gobierno actual en la Argentina, he hecho videoterapia de grupo en 3D invocando a Freud, he comido orégano andando en bicicleta de espalda, he corrido como los saltamontes apretándome el huevo izquierdo (no el derecho), pero nada che, es una cosa que los escucho, diciendo las barbaridades que dicen por segundo sin que se les mueva un pelo, y me aparece una mueca agria en el rostro.

 La ultima que han hecho es (con cara de tabla) mezclar Pablo Escobar con la Madre Teresa de Calcuta, a los tipos se les ha ocurrido pagarles (justamente) a los Jubilados que tenían o tienen juicios contra el Estado por injusticias en el pasado en el pago de sus haberes con partes de las ganancias que se obtengan del blanqueo de capitales que proponen para los próximos meses, algo de tal mal gusto, que si Robín Hood apareciera en nuestros días, ni siquiera les reclamaría los royalty por su patente.

Vaya, que para estos tipos,  si un elefante y una bicicleta se mueven, entonces son iguales, me pregunto qué tiene que ver la chicha con la limoná, salvo que las dos, si la tomas con hielo son refrescantes, pero además te quieren hacer creer que eres un "malparido" para con esos pobre abuelos si no estás de acuerdo con que haya un blanqueo de capitales en la Argentina actual.

Despojémonos de prejuicios y analicemos la propuesta,...Los juicios de los reclamos de los jubilados que implican a casi un millón de personas es algo que no viene de este gobierno actual ni del anterior, y por tanto es una deuda de los argentinos para con los de la tercera edad. El gobierno de "Los Kirchner", no resolvió el problema, porque tenía otras prioridades, pero si estableció por ley por ejemplo, el que dos veces al año se le adecuen los haberes a los jubilados según el nivel de inflación, además de que las jubilaciones mínimas subieron gradualmente hasta niveles decorosos en los últimos 12 años. Que el gobierno de Macri quiera hacer una reparación histórica sobre este tema, donde hubieron Abuelos que murieron sin ver resuelto judicialmente sus situaciones es muy loable.

El tema mas allá de lo justo de la propuesta de Macri, es que esta no se hace porque haya una vocación social por el tema de los jubilados, él y su gente despotricó a diestra y siniestra (sobre todo de la primera porque le va bien en esa dirección) cuando el anterior gobierno se embarco en el 2008 y el 2013 en la repatriación de capitales que los argentinos tenían fuera del país, ¿cómo es que ahora acuden a esta solución para un tema tan sensible?, hay una respuesta sencilla, los globos amarillos que echaron a volar, que en el segundo semestre lloverían los dólares (café era obvio), porque los financistas se darían cuenta que "habían llegado unos nuevos iluminados" en la Argentina que "cuidarían de sus inversiones", se han desinflados, y es mejor recurrir a todo aquel que estafo al fisco y llevo sus ganancias sin pagar impuestos al exterior.

Ya realizar un blanqueo es algo vergonzoso, porque de alguna manera es premiar a quien estafo y robo al Estado, que seriamos todos, mientras que si vos dejas de pagar la factura del gas, te cortan el servicio al toque, el asunto es que en el blanqueo propuesto además, se permitirá que funcionarios públicos lo puedan hacer (léase que el Presidente de la Republica Mauricio Macri pueda traer al país los 18 millones de pesos que andan por cuentas en Bahamas), lo que habla de un nivel ético deplorable para no buscar otro calificativo mas fuerte. Si encima, esto va conjugado con la resolución de un tema necesario, el golpe bajo es de dimensiones astronómicas que solo lo pueden llevar a cabo tipos inescrupulosos que les importa un bledo el prójimo y sus dificultades.