porque jugar cuatro esquinas me sabe a domingo…
(“Debo ser feliz”, Israel Rojas – Frank Delgado)
“MI CAMILA NO TUVO REYES”
Estábamos sentados en el comedor de Martha y mi amigo “Mojara”, abuelo de 63 años, herrero y soldador con oros en las manos contaba con los ojos vidriosos como su nieto Felipe había recibido los regalos de los reyes, que hace mas de 2000 años vagan por el desierto desesperados porque llegue el 6 de Enero y puedan rendir homenaje no solo al niño mesías, sino a “CASI TODOS” los niños del Mundo, que no es lo mismo ni se escribe igual.
Felipe había dejado a la tarde del 5 de Enero de 2012 un pequeño bultito de pasto y un jarro con agua fresca en el jardín de la casa de su Abuelo donde vive con sus padres, para de esta manera saciar el hambre y la sed de los camellos de los Reyes Orientales. Sobre las 12 de la noche de ese día ya Felipe quería dormir pero su Abuelo Hugo “Mojara” hizo todo lo posible porque se mantuviera despierto. En un momento determinado los padres de Felipe de acuerdo con el Abuelo hicieron ruido en el Jardín para indicar la llegada de los camellos, Mojara mostro a su nieto el hecho y con mucho misterio lo convoco a que saliera al jardín…allí en varios lugares habían regalos bien envueltos, aquel niño de 4 años entusiasmado y muy expectante abrió lo que le habían traído los Reyes Magos, entretenido en su tarea, sin mirar a su Abuelo le pregunto a este:
- Abuelo, ¿Por qué no me esperaron los Reyes para saludarlos?
Mi amigo Mojara, hombre de trabajo, humilde con una gran sensibilidad humana le contesto:
- Felipe, tú crees que vos sos el único niño en el Mundo, ellos tienen que darse prisa para llegar a todos.
Felipe entendió el mensaje y con una simpleza absoluta respondió,
- Ah!, es verdad.
Y es verdad que no todos tienen la fortuna no solo la de Felipe, ni siquiera la del niño Jesús, que fue el único hijo del pueblo de David y Abrahán que por aquel entonces a pesar de haber nacido en un establo entre animales de corral, recibiera la venia de hombres reyes que siguiendo una estrella, se sentaron a los pies de aquel niño que había nacido hacia muy poco.
Sea verdad o no la historia de los Reyes Magos (para mí no), es una linda historia de las mejores de las mil y una noche y además por estar relacionada con el niño que más tarde cuando llego a su madurez predicara un idealismo difícil de superar “ámense los unos a los otros”.
Yo también tuve mis reyes, no los recuerdo todos, solo dos que no puedo situarlos en tiempo y forma porque la mente no me deja.
Recuerdo que era de madrugada y mis padres me levantaron para buscar los regalos que me habían dejado los Reyes como a Felipe y encontré al lado del refrigerador de piedra construido por Juan Suarez, un traje de cowboy con dos cartucheras con sus respectivas pistolas a lo “Billy el Niño”, ese día por supuesto el barrio Lawton tuvo que soportar varias horas mis fantasías.
Más tarde vendrían los tiempos cuando en Reyes Magos se había convertido la Revolución Cubana con sus barbudos (en ese afán por construir de prisa una sociedad justa) y entonces yo con mis padres hacíamos largas colas en la “Tiendecita de Porvenir” un día entre el 1 y el 6 de Enero para con un numero sorteado previamente con el azar de una lotería ir a comprar tres regalos que me tocaban, el básico, el no básico y el dirigido, por supuesto se perdía la mística del cuento de hadas pero se ganaba en la igualdad necesaria, fijese usted que aun habiendo pasado casi 50 años de entonces, no se ha podido lograr en el Mundo de hoy un juguete para TODOS, niños en África ahora mismo estarían suplicando no ya el regalo de Reyes sino lo que Felipe con tanto amor dejo para los camellos de los Magos, un poco de pasto y un jarro de agua.
Mi Camila no solo no conoció el juguete básico, el no básico, o el dirigido, Camila nacida en pleno 1992, no tuvo como Felipe la ilusión de ver a los Caballeros Orientales o la fortuna del niño Jesús privilegiado en su pueblo por tantos regalos, pero tuvo amor, le fue dado el regalo más grande que puede recibir uno en la vida y es su propia existencia, ojala algún día entienda lo que Felipe comprendió con tanta simpleza, no somos los únicos en el Mundo y hay otros que este 6 de Enero sus padres convertidos en Reyes Malditos solo pudieron regalarles sus lagrimas por sus muertes.
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