LA TAZA
Después de casi 5 años de haber creado este espacio, como mi cable a tierra, no había escrito mas sobre la persona que en su honor este sitio lleva su nombre.
En el verano de 1984 cuando visite a mi familia de vacaciones, después de dos años en la URSS, y de haber muerto LA PARICHO en 1983, lleve un regalo particular para homenajear a mi Abuela y también darle un aliciente a mi tia Noka, que había consagrado toda su vida a cuidar y mimar a la JEFE DE LA FAMILIA.
LA NOKA se había convertido en ese ser maravilloso que pocas veces nos encontramos en esta tierra, que sirve al otro antes de preocuparse por su existencia, mis gitanos, mi familia, saben de lo que hablo.
Mi tia Noka siempre estuvo ahi cuando alguien la necesito, se convirtió en madre a pesar que la vida, su vida, no le dio ese placer, se caso y se divorció mas rápido que un santiamén, Rigoberto, su esposo por una noche, no resultó ser quien todos esperaban, y eso, los gitanos, lo cobramos caro. De la ceremonia de aquel relámpago acontecimiento guardo las fotos que mi madre compaginó como quien asume la hermosa tarea de jugar al rompecabeza, Noka, TERESA SANDIN CUIK, había roto aquellas fotografias como quien construye un caleidoscopio para borrar aquella maldición gitana, y se consagro en cuerpo y alma a criar a mis primos Danielito y Ale, hijos del primer matrimonio de su hermano más pequeño, mio tio Dany, que desde 1980 habia decidido regresar a la tierra de su padre, España.
Como decía arriba, traje de la URSS para La Noka, un SAMOVAR grande y un juego de tazas de Té para deleitar a aquellos gitanos en las tardes domingueras, donde más de uno asistía al edificio de los gitanos en Lawton para conversar profundamente sobre la vida, sobre los que ya no estaban y sobre el porvenir que nos depararia nuestra existencia, basta decir que en esto último, los gitanos son campeones mundiales.
Cuando mi regalo fue entregado, mi tía Noka hizo un juramento, "el día que yo me muera, esas tazas solo las podrá usar Maño". El 30 de Octubre de 2001, La NOKA sacrificada y buena se convirtio en nuestro ángel guardian en este Universo, por ahí anda su lumbre aclarando nuestros caminos y arropando nuestras tristezas, ella fue siempre eso, un organismo de luz que nos acompañó a todos.
Yo abandoné Lawton en el 2000 y cuando regrese en el 2003 al edificio de los gitanos, allí estaban las tazas de Té esperando el justo cumplimiento de la palabra de una gitana.
Sólo me traje dos tazas de aquel juego ruso de 1984 a Buenos Aires, junto con otros recuerdos de aquella comunidad gitana que un día fue. Una de ellas se rompió lavandola y ahí están sus escombros guardados como tesoro de una época pasada, la otra, utilizable en su servicio, la cuidó como oro molido y a cada rato, como ayer, tomo de ella pequeños sorbos de un Té antiguo, que me recorre las entrañas.
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