Viaje a la Luna
Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.
QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR
viernes, 28 de febrero de 2020
“Puede ser que mi verdad sea para ti mentira. Puede ser, sí, la duda es el privilegio de quien ha vivido mucho, tal vez por eso no consigues convencerme para que acepte como certeza lo que me suena a falsedad.”
José Saramago
https://teveo.cu/media/EgBZ5quUjsF6JQpt?fbclid=IwAR1sTK4_kW_1oztgTdwKLNMgjQSa1QHhpD7dAwLtkqXOS6H96Qkc-fP-qg8
jueves, 27 de febrero de 2020
A raíz de
algunas lecturas por estos días en algunos blog cubanos y de otros paises, dejo
unas reflexiones que hice el 20 de Junio de 2012, y otra el 1 de Marzo de 2018, además de un post interesante leído
en el blog de Iroel Sanchez y que reproduje aca el 30 de Agosto de 2016.
LA PÍLDORA
DE LA ESPERANZA
En los albores de la humanidad apareció
alguien, quién más listo que los demás, por su inteligencia o por sus
habilidades manuales se gano el liderazgo de un grupo y acto seguido se dio
cuenta que para mantenerse al frente era necesario despertar ese gen dormido
que alguien nos había colocado en la cadena de ADN...La Esperanza.
Los líderes actuales en cualquier latitud han
provocado en algunos casos la destrucción y en otros la confusión de los nucleótidos
en la cadena de la molécula que nos da vida.
Y esto lo planteo por la realidad que hemos
vivido en la historia de la humanidad, un mismo pueblo es capaz de abrazar las
ideas más justas con fervor y en unos pocos años aplaudir a líderes que lo
mismo lo llevan a masacrar a otro pueblos o a gritar jubiloso por un cambio
que sólo recortara el bienestar y los derechos conquistados y eso sólo es
posible explicar sí nuestro gen de esperanza ha sufrido alguna mutación en
algunos casos reversible o en otros definitivo.
Ejemplos de la historia reciente de los
pueblos confirman mi apreciación. Tal es el caso de la Argentina donde hace apenas
una década era llevado por sus líderes a una economía neoliberal que vendía
como ellos mismos afirman "hasta las joyas de la abuela" y
actualmente nuevos líderes llevan jubilosos a su pueblo hacia una política más
nacional y defensora de su patrimonio, el pueblo ha sido el mismo, los
vendedores de esperanzas distintos. España hasta hace poco abrazaba la social
democracia con una cantidad de beneficios sociales nunca antes visto por su
pueblo y en unas elecciones reciente mayoritariamente ha elegido a un líder
capaz de echar atrás lo alcanzado y sometiendo a su pueblo a pagar con su sudor
por varias generaciones, la fiesta que se hicieron los ricachones banqueros que
se bañan en champagne francés.
Mi Cuba no se ha quedado atrás con el deterioro
del susodicho gen, en más de 50 años hemos tenido dos dirigentes (primero Fidel
y ahora Raúl) que han tenido la facilidad como aquellos primeros líderes
humanos de alimentar el gen, hacernos creer una y otra vez que ahora sí y no
antes "estamos en el camino correcto", lo que parecen desconocer es
que este gen en algún momento se atrofiará y habrá que hacer ingentes
esfuerzos para que LABIOFAM desarrolle la píldora de la esperanza.
No terminaría bien estas ideas sí no dejara
en claro que la esperanza no se alimenta sola por amor al arte, los líderes
saben que algo de lo prometido tienen que hacer para seguir dando combustible
al gran motor de la humanidad, así ha sido en todas las latitudes, por ejemplo
Menem en su momento en la Argentina mientras hacia sus negociados con las
privatizaciones, creaba una economía con todos los servicios funcionando como
un relojito suizo para 4 millones de argentinos que con una moneda estable se
permitía ir a Miami y comprar con aquella famosa frase de la clase media de
"dame dos". A su vez esos 4 millones y los dueño de los medios de
comunicación daban la sensación de prosperidad que se convertía en la esperanza
del resto de los 35 millones de argentinos que ansiaban llegar allí.
La Revolución Cubana cambio el panorama de un
país, le dio oportunidades reales de educación y salud a toda la población,
hubo momentos de mayor esplendor en estos temas, pero siempre estuvieron, nos
dio dignidad como país independiente y soberano que no abrazaba como antaño la
bandera de los Estados Unidos, trato de diversificar una industria
nacional prácticamente inexistente antes de ella, creo una base
cientifica-tecnica en un país pobre como el nuestro, llevó a
puestos estelares la diversificación del deporte, la mujer cubana y el
negro fueron vistos y tratados ante la ley como iguales, construyó
escuelas y hospitales como nadie lo hizo en un país del tercer mundo,
construyó carreteras asfaltadas hasta lugares impensados de la isla, estos
logros y otros indiscutibles fueron la base de la medicina para mantener vivo
el tan preciado gen de la esperanza, pero otras esperanzas se desvanecieron en
el camino, nunca se resolvió el problema alimentario, nunca se resolvió el
problema del transporte público, nunca se resolvió el problema de la vivienda,
nunca se resolvió definitivamente el problema del salario, del agua, del
alcantarillado, y así otros más, nunca resolvimos el problema de la libertad a
la crítica sin represalias, nunca resolvimos el problema de cómo y quienes
deciden la suerte de la nación (hasta ahora en manos de un reducido grupo de
cubanos históricos, que no son eternos)...en fin el mar como dice mi hija.
Creo que desde el Homo Habilis hasta la fecha
hemos vivido, amado y hasta hemos muerto con esperanza, los nuevos líderes terrícolas
que siguen siendo más habilidosos que el resto de los mortales están acabando
con lo único que los humildes conservamos, por lo pronto yo espero con
esperanza la píldora que renueve mi gen gastado.
EL CAPITALISMO DE PUNTAJE PEQUEÑO*. Por Andrzej
Szahaj
No fue casual que el gran sociólogo alemán
Max Weber vinculara el nacimiento del capitalismo con la ética protestante, al
afirmar que éste no hubiera podido surgir si los primeros capitalistas no
hubieran estado guiados por ciertas consideraciones cosmovisivas y éticas que
los hacían invertir el dinero ganado, y no gastarlo en el consumo del día.(1)
Aquí los detalles de la argumentación de Weber no son importantes, porque lo
esencial es otra cosa: su convicción de que el capitalismo nació no sólo del
afán de lucro, sino también de profundos móviles éticos. Esta tesis es creíble,
especialmente si tomamos en consideración también a los padres fundadores de
esa forma de administración y organización de la vida social, como Adam Smith o
John Locke. Ellos consideraban el capitalismo (la economía de mercado libre)
como un proyecto ético. El mismo constituiría una medicina para la anterior
limitación de la libertad (no sólo la libertad de administrar, sino la libertad
como tal) y permitir la realización libre de los planes de vida individuales.
En este sentido, los liberales ante todo establecían bases de ideas para la
nueva forma de vida económica, percibían su actividad como profundamente
revolucionaria y —diríamos hoy— emancipatoria. Ésta arrancaría a los hombres de
entre los brazos de un sistema rígido e injusto de dependencias feudales que no
permitían la liberación de la iniciativa de los individuos, bloqueaban los
canales del avance social y contribuían a un enorme despilfarro de fuerzas y
talentos humanos.(2) En este sentido, el liberalismo era una corriente
progresista que aprovechaba los mejores elementos de la ideología de la
Ilustración y que les daba a la gente la oportunidad de alcanzar el éxito y la
realización personales. No hay nada de asombroso en que entre los admiradores
de la economía capitalista estuviera incluso Carlos Marx, quien percibió
claramente ese carácter progresista del capitalismo y su enorme potencial de
liberación de energía humana y de cambio de las relaciones sociales encostradas
y sumamente injustas. No por casualidad escribió aprobatoriamente en el
Manifiesto comunista “hoy todo lo sólido se desvanece en el aire”. Y aunque en
modo alguno consideraba el capitalismo como el cumplimiento de las esperanzas
que de una vida mejor la humanidad tenía, lo apreciaba como sistema que alguna
vez permitiría el cumplimiento de esas esperanzas, aunque fuera por el hecho de
que garantizaría un nivel de productividad que permitiría más tarde
repartir de manera justa la riqueza, y no la pobreza. Tampoco es casual
que en la narración de los Padres Fundadores de los Estados Unidos haya tanta
esperanza ética de tiempos mejores en el Nuevo Mundo, en el que la propiedad
privada usada para el bien de todos devendría fundamento del bienestar y la
libertad.(3)
Podríamos multiplicar los ejemplos de ligazón
de la fe en el mercado libre con valores éticos. Sin embargo, hasta pensadores
neoliberales, con Frederic von Hayek y Milton Friedmann al frente, percibieron
su apego a las ideas del mercado libre en una perspectiva ética, juzgando
que proyectaban no sólo el modo de administración más eficaz, sino también el
más ético. Siguieron sus huellas también los apologistas polacos del
mercado libre, como Miroslaw Dzielski, que se imaginaban que el capitalismo
polaco sería una realización de ciertos ideales éticos, tanto más cuanto que el
mismo obtendría apoyo de parte del cristianismo como doctrina que lo protegería
de las desnaturalizaciones que aparecieron en su seno ya en el siglo XIX y
dieron como fruto vicios tales como la avidez, la falta de miramientos, la
soberbia, o la insensibilidad del corazón4 (esta última la estigmatizó de
manera magnífica Charles Dickens, moralista creyente en la posibilidad de
corregir a los hombres mediante la apelación a su conciencia). Esa esperanza
del reforzamiento ético del capitalismo por la ética cristiana tomaba también
de los ejemplos de grandes capitalistas del siglo XX (ante todo
estadounidenses) que, en enorme medida bajo la influencia de ella, se
entregaban a la actividad filantrópica, fundaban universidades, hospitales,
bibliotecas, salas de concierto, construían barrios modelo para obreros.
También en parte al cristianismo le debemos diferentes ideas para la corrección
de las desnaturalizaciones del capitalismo que se hicieron claramente visibles
en el siglo XIX. Adquirieron la forma de diferentes movimientos que tenían por
objetivo el mejoramiento de la suerte de los obreros, apoyaban las ideas del
establecimiento de un estado social y la destinación de la energía del mercado
capitalista a la satisfacción de las necesidades de todos los estratos sociales
(un ejemplo excelente de este tipo de abordaje fueron las ideas del así llamado
ordoliberalismo, concepción económica y política que después de la Segunda
Guerra Mundial devino el fundamento de la concepción de la economía de mercado
social en Alemania).(5) Si añadimos a esto la constante presión para civilizar
el mercado capitalista que proviene del movimiento obrero organizado y de los
liberales socialmente sensibles (a ellos les debe Gran Bretaña el surgimiento
del estado social), obtenemos una imagen de la situación en la que el
capitalismo como cierto sistema de administración y organización de la vida
social fue sometido a una continua presión ética que lo obligaría a que se
subordinara a las exigencias éticas de limitar el daño humano, la injusticia, y
contribuyera a la maximización del bien. Todo eso condujo a la
constitución, en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, de cierto
consenso de casi todas las fuerzas ideológicas y políticas, consistente en el
consentimiento de la acción del capitalismo con la condición de que éste se
sometiera a los ideales, más importantes que él mismo, del constante
mejoramiento del destino de todas las personas que se hallaran en el círculo de
su influencia. Ese consenso, que se manifiesta ante todo con la aprobación de
la existencia del estado social, fue roto en los años 80 del siglo XX de
resultas de una ofensiva de las fuerzas extremistas, hasta entonces tratadas
como un extremo no peligroso, una curiosidad en la esfera de las ideas, y una
alternativa nada seria para el status quo existente. Esas fuerzas se
congregaron bajo la bandera de algo que en Europa se dio en llamar
neoliberalismo, y en Estados Unidos, libertarismo. Esa “contrarrevolución
neoliberal”, como la llamó el profesor Andrzej Walicki,(6) obtuvo un éxito
deslumbrante al establecer de facto una hegemonía de cierto modo de
pensar sobre la economía y el Estado —entre otras cosas, haciéndole creer
a todos que no hay ninguna alternativa a él. Pero la victoria de los
neoliberales resultó, a decir verdad, pírrica, lo que la última crisis mostró,
además, claramente. Porque hoy ya no cabe ninguna duda de que el
neoliberalismo, en vez de reforzar al capitalismo, lo condujo al borde de un
abismo, lo que motiva que actualmente sea preciso defenderlo de sí mismo. Pero
no es eso lo que más me interesa en este momento. Mucho más importante me
parece la percepción de que ese capitalismo suelto de la correa con el
que estábamos tratando (¡y seguimos tratando!) condujo en el curso de las
últimas décadas a inauditas devastaciones morales. Pruebas de ello tenemos
demasiadas, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Los análisis de
la última crisis, que en este momento ya existen en gran número,
evidencian claramente que en el curso de las últimas décadas tuvo lugar el
proceso de constitución de un modelo del capitalismo como engaño organizado.
Todos trataban de engañar a todos y ser más astutos que todos, al tiempo
que se desmontaban y echaban abajo todas las barreras morales. La moralidad
perdía frente al mercado. En su forma neoliberal, el capitalismo puso de
manifiesto sus peores rasgos y liberó fuerzas oscuras en las personas que lo
realizaban. Esa total descomposición moral del capitalismo, visible de la mejor
manera en los Estados Unidos, tampoco nos pasó por alto a nosotros. No hay día
en que nuestros medios no nos informen sobre casos que violan la ley de las
confabulaciones de precios, intentos de construir monopolios, de servirse de
los instrumentos de la corrupción a fin de obtener la supremacía sobre otros
sujetos económicos, de contratos deshonestos en los que lo más importante
está escrito en puntaje pequeño con la esperanza de que el cliente resulte un
tonto que no leerá eso; la así llamada optimización tributaria, que no es otra
cosa que un intento de engañar a todos los conciudadanos que pagan impuestos en
la convicción de que de esa manera cumplen un deber ciudadano; el desprecio por
las leyes laborales y la maximización de la ganancia a costa del daño (los así
llamados contratos basura son un buen ejemplo de ello); la desvergonzada
ocultación, so capa del aseguramiento de la eficiencia económica, de la
creciente explotación de los trabajadores; el aprovechamiento de la asimetría
informacional con el fin de atraer a las personas a modos de acción de la bolsa
que recuerdan cada vez más una gran pirámide financiera. Particularmente penosa
es la socialización de los jóvenes para la mentira y la manipulación, al
obligarlos a engañar a los clientes. La confrontación del joven de disposición
idealista con la maquinaria de acción de la institución en la que la
preocupación por la ganancia ha desalojado todos los escrúpulos morales, es a
menudo el comienzo del quebrantamiento del carácter. De ese modo se
realiza una depravación en gran escala, que ha adquirido hoy día un carácter
sistémico. Por este último entiendo no sólo la escala de ese proceder, sino
también el hecho de que es condicionado por la situación general de
hipercompetencia, en la que únicamente tienen oportunidades de éxito las
empresas económicas que se adaptan a la lucha de mercado que no respeta
ningunas reglas, incluidas las reglas morales. Si la condición para mantenerse
en el mercado es el empleo de ardides deshonestos, hasta el más moral
empresario o simple trabajador terminará por someterse a la lógica del juego,
en el que o se juega deshonestamente o se cae, y él mismo comenzará a jugar
deshonestamente. De esa manera la desmoralización deviene una condición
sistémica del éxito económico.
¿Qué llegó a ser la causa de esa total
descomposición moral del capitalismo? En mi convicción, no se trata de que las
personas se hayan vuelto hoy, de algún modo esencial, peores desde el punto de
vista moral de lo que eran antes, sino de que con ayuda de la retirada del
Estado del cumplimiento de la función de regulador del mercado y custodio de
las reglas del juego, y también de la eliminación gradual del papel de la
cosmovisión religiosa como regulador factual, y no sólo declarado, de las
acciones humanas, hallaron expresión las fuerzas más destructivas que residen
en el capitalismo desde el principio mismo. Porque éste es un sistema no
particularmente sensible a las consideraciones morales. Su propia lógica de
acción lo empuja hacia el nihilismo. Únicamente el estar sometido a una presión
externa constante, procedente ante todo del Estado, pero también de
instituciones de la sociedad civil como los sindicatos o las iglesias, puede
obligarlo a honrar los principios morales y a cierta decencia en el tratamiento
de todos los que se hallan en la órbita de su influencia. Pero lo más
importante es buscar recetas para su saneamiento no tanto en cursos de ética de
los negocios, sino en una acción legislativa (sistémica) tal que provoque
que la deshonestidad y el engaño organizado se vuelvan simplemente no
rentables. Recientes decisiones del gobierno estadounidense que tenían por
objetivo el castigo doloroso de las instituciones financieras que contribuyeron
a la última crisis (ante todo bancos y agencias calificadoras) indican que una
parte de las élites políticas de los EUA ha tomado conciencia de que no hay que
reparar en nada en el proceso de su autodepuración y autorreparación. La escala
de la hipocresía de la clase dominante en el “capitalismo de casino” sometido a
la financierización, y su habilidad para incluir cínicamente en el
cálculo de riesgo de su acción la necesidad de destinar parte de las ganancias
a los fines de pagar diversas penas, obligan al Estado a apelar a medios que
duelan tanto como para hacer no rentable ese proceder. La toma de conciencia
del grado de depravación de esa clase muestra que el capitalismo desprovisto
del control del Estado se convierte en un mecanismo sistémico de desmoralización
conducente a la desintegración del tejido social (a la anomia). Vale la pena
recordar que la deslegitimación definitiva del capitalismo, que inevitablemente
sobrevendrá de resultas de ese proceso (¿sobrevino ya?), puede conducir a
imprevistas turbulencias sociales de carácter revolucionario. La ira y la
frustración crecientes durante años pueden conducir a una explosión social.
Deben recordar esa posibilidad todos los partidarios del status quo existente
que tratan todas las tentativas de corregir la acción del capitalismo
tendientes a devolverle un rostro más humano como un atentado a la eficiencia
de la administración o a “la sacrosanta ley de la propiedad”. Particularmente
en nuestro país, donde los procesos de estratificación social y la escala de
explotación y dependización del capital extranjero7adquieren dimensiones que
permiten plantear la tesis de una gradual conversión de Polonia en la
Bangladesh de Europa.
Traducción del polaco: Desiderio Navarro
* “Kapitalizm drobnego druku”, Kapitalizm
drobnego druku, Instytut Wydawniczy Ksiazka i Prasa, Varsovia, 2014, pp.
171-178.
(1) Véase M. Weber, Etyka protestancka a duch
kapitalizmu, trad. de J. Mizinski, Test, Lublin, 1994.
(2) Véase S. Homes, Anatomie antyliberalizmu,
trad. de J. Szacki, Znak, Cracovia, 1998.
(3) Véase S. Filipowicz, Pochwala rozumu i
cnoty. Republikanski credo Ameryki, Znak, Cracovia, 1997.
(4) Véase M. Dzielski, Bóg, wolnosc,
wlasnosc, Ksiegarnia Akademicka, Cracovia, 2007.
(5) Véase R. Skarzynski, Panstwo i spoleczna
gospodarka rynkowa, ISP PAN, Varsovia, 1994.
(6) Véase A. Walicki, “Kontrrewolucja
neoliberalna”, Gazeta Wyborcza, 15-05-2014.
(7) “La nueva estructura de propiedad de
firmas y activos financieros que se está formando muestra las limitadas
posibilidades de acción del capital del país y la debilidad económica de la
‘clase media’ y de la élite de los negocios nacionales. Al mismo tiempo, esa
estructura es un importante indicador de la ‘perifericidad’ económica de
Polonia sobre el fondo de los estados euroccidentales de la Unión
Europea. Confirma también los pronósticos de que la liberalización del
comercio con Occidente y la apertura a los libres flujos de capital le asignan
a Polonia el papel de fuente de personal de nivel medio con baja paga y
‘subejecutantes’ de las corporaciones internacionales, que subordinan el
desarrollo de sus secciones locales a las preferencias del capital de los
países altamente desarrollados” (K. Jasiecki, Kapitalizm po polsku. Miedzy
modernizacja a peryferiami Unii Europejskiej, ob. cit. p.227).
Andrzej Szahaj. Filosófo de la
política, historiador de las ideas, profesor de la Universidad Nicolás
Copérnico de Torun. Es miembro del Comité de las Ciencias Filosóficas de la
Academia Polaca de Ciencias y del Comité de las Ciencias de la Cultura de la
misma academia. Últimamente ha publicado los libros Teoría crítica de la
Escuela de Frankfurt (2008), Relativismo y fundamentalismo. Ensayos de
filosofía de la cultura y de la política (2008), Liberalismo, comunitariedad,
igualdad. Ensayos de filosofía de la política (2012), Sobre la interpretación
(2014) y El capitalismo de puntaje pequeño (2014).
NO VIVIR EN ESPERANZAS (escrito el 1 de Marzo de
2018)
Ya lo dijo Nietzsche, la verdad, es la mentira más eficiente, de ahí
la diferencia entre lo bueno y lo malo, donde el primero siempre soy yo, así
que lo que escribiré a continuación solo será del agrado de quien encuentre en
estas líneas, sus propios argumentos ya pensados con anterioridad. En
definitiva eso es lo que hacemos siempre, podemos hasta encontrar un discurso
con tremendísimos argumentos, científicos inclusive, pero seguiremos creyendo
lo que alguna vez pensamos, el Mundo es así como lo imagino yo y punto.
Cuba no tiene oportunidad de ser un país prospero y sostenible, sino
se acaba el bloqueo, pero no solo por ello, aunque sea fundamental, Cuba podrá
vivir en su resistencia 100, 200, 1000 años más, o hasta que el Mundo
desaparezca aislado y frio, porque a Estados Unidos no le cuesta nada someter a
Cuba en su más brutal bloqueo, es mi interpretación más eficiente de la
realidad que se vive. Resistir, es resistir, jamás de ahí se podrá por
"ósmosis" llegar a lo prospero, y sobre esta ultima "metáfora"
póngale lo que le quiera poner a su significado. Se ha creado un
Mundo económico en la Isla, que atrasa indiscutiblemente y se trata de repartir
lo poco que se produce de un manera primitiva, es decir para ser Cuba un país
prospero y sostenible, se deben tener relaciones de producción abiertas,
flexibles, adaptables a las circunstancias cambiantes, de manera natural, sin
traumas y rápidas, para producir se necesita de maquinarias modernas,
eficientes con acceso a los mercados internacionales, que el bloqueo hace
imposible, se necesita de inversiones por montos de 2500 millones de dólares
anuales como mínimo, que hasta ahora no se han producido y que el bloqueo hace
imposible. ¿El tiempo pasa, y que se hace?, Se sobrevive, "lo de prospero
y sostenible", es una quimera convertida en la mentira más eficiente, y
fíjense que acá no hablo de volver al Capitalismo, porque esa sería una mentira
con eficiencia cero para mí.
Veamos algunos datos sacados de un artículo que recientemente he leído
de José Luis Rodriguez en Cubadebate (*).
"...En lo relativo a los 805
medicamentos que conforman el cuadro básico, se presentaron serias dificultades
que se arrastran desde el 2016, ya que si bien la lista de faltantes -producto
de la ausencia de financiamiento oportuno- se redujo de 68 en agosto del 2016 a
44 en diciembre del 2017, estas cifras comprometen la eficiencia de tratamiento
de enfermedades crónicas de gran incidencia en la población y se alejan de las
coberturas que se lograron en la segunda mitad de los años 2000.[1] Para
resolver gradualmente esta situación, en el 2017 se planificó una
importación de medicamentos por 375 millones 600 mil dólares, cifra que resulta
3,5 veces lo ejecutado en el 2015."
"...No
obstante haberse logrado mantener un grupo de indicadores sociales
básicos, en el 2017 se revelaron importantes elementos que ilustran
las tensiones sociales provocadas por problemas que no han podido resolverse en
los últimos 10 años.
En efecto, en la
ANPP en su sesión de julio del pasado año se informó que el déficit
habitacional del país alcanzaba alrededor de 880 000 viviendas, cifra superior
al faltante de 600 000 existente a la altura del año 2004. En este sentido las
viviendas construidas en el 2017, sumando las construidas por el Estado y la población,
fueron 23 200 solamente, a pesar de subsidios por 6 000 millones de pesos que
se han entregado en los últimos años a los constructores por esfuerzo propio.
También agrava la situación habitacional las viviendas afectadas en los últimos
años por los huracanes que han azotado la isla, las que suman 239 863 al cierre
del 2017.[4] Todo lo anterior se conecta con el déficit de materiales de
construcción, en el que se observa que –en relación a 1989-
actualmente la producción es el 29,2% de la lograda ese año."
"...Bajo
estas condiciones el Presupuesto enfrentará un déficit de 11 425 millones de
pesos, equivalente al 11,4% del PIB, que será financiado con deuda pública, de
la que -a su vez- se amortizan este año 2 370 millones de pesos para ir asegurando
la sostenibilidad de nuevos préstamos en el futuro."
"...En
relación al comercio exterior, los pronósticos apuntan a mantener el mismo
nivel de exportación de bienes con un incremento de las importaciones del 5%,
cuestión inevitable a corto plazo, en tanto el saldo de la balanza de servicios
tiende a variar ligeramente. Todo esto lleva a que –si bien la balanza
comercial total se mantiene positiva- el saldo de la misma se reduce, aunque el
saldo favorable de cuenta corriente se prevé que gire en torno a los 2 200
millones de dólares, mientras que en la cuenta de capital se espera un flujo de
inversión extranjera de unos 600 millones de dólares.
Por último cabe
esperar un aumento del 1,6% en el salario medio y del 2,8% en la productividad
del trabajo.
En medio de la
tensa situación por la que atravesará la economía en el 2018, el país ha
definido un conjunto de nueve “prioridades entre las prioridades”,[7]que cubren
desde las inversiones en infraestructura y el crecimiento de los ingresos en
divisas, hasta la recuperación de los daños causados por los huracanes y el
aseguramiento de los medicamentos del país."
Como vemos el país tiene un déficit alto de
casi 11,5% del PBI, las inversiones son de apenas 600 millones de dólares con
la gran necesidad en infraestructura que existe, producimos poco con salarios
magros y nuestra deuda externa es alta. Un combo que de prospero y sostenible
tiene poco. Ahora bien, se resiste y el estado hace lo imposible por garantizar
los logros en educación y salud, pero se es lento para resolver los problemas
de la gente no solamente porque los mecanismo económicos son arcaicos, sino porque
en definitiva hay pocos recursos disponibles.
José Luis Rodriguez, quien fue Ministro de
Economía de Cuba, y actual asesor del Centro de Investigaciones de la Economía
Mundial, en dicho artículo propone algunas cosas para mirar con lupa y tener en
cuenta:
"...–Para
mejorar el equilibrio financiero externo pudieran valorarse un conjunto de
medidas que contribuirían a alcanzar ese objetivo, entre las que cabe destacar:
4.- Obtener nuevos
créditos a mediano y largo plazo para asegurar las importaciones corrientes del
país, tomando en cuenta que el pago de la deuda externa debe asegurarse con
compromisos no mayores del 40% del PIB."
"...- En el
ámbito de la inversión extranjera directa:
b) Crear un fondo
conjunto de inversiones con las remesas que entran al país entre la banca
cubana, los remitentes y los receptores, con pagos de intereses que hagan
atractiva la modalidad y tomando en cuenta la experiencia existente
internacionalmente en este sentido.
c) Promover
centralmente inversiones con capital extranjero para proyectos que permitan
incrementar prioritariamente la producción nacional de alimentos y la de
materiales de construcción. Asegurar de manera independiente las operaciones de
exportación e importación asociadas a estos proyectos.
d) Ampliar la
participación de la banca cubana en bancos multilaterales de desarrollo, tales
como la Corporación Andina de Fomento-Banco de Desarrollo de América Latina
(CAF) con la que ya se han iniciado algunos acuerdos.
–Para mejorar a
corto plazo la eficiencia económica y estimular el incremento de la producción
y la productividad del trabajo, pudiera tomarse en cuenta lo siguiente:
2.- Emitir bonos
de deuda pública que puedan ser adquiridos por los ciudadanos cubanos con
recursos para ello, tomando en cuenta el aumento de la liquidez monetaria que
viene ocurriendo en los últimos 5 años. Esto permitiría contar con fondos
adicionales para financiar presupuestariamente la ampliación de programas
específicos como la construcción de viviendas o las inversiones en el sector
agroalimentario o de la industria de materiales de construcción sin generar
nuevos déficits fiscales.
3.- Tratar de
acelerar la descentralización del proceso de gestión en las empresas estatales,
otorgando las facultades previstas en los documentos de política económica
aprobados y segregando –gradualmente- recursos para materializar esta decisión.
Igualmente, incrementar los recursos fiscales destinados a obras de desarrollo local.
- En relación al
sector no estatal:
a) Crear
condiciones para la venta a precios mayoristas de los suministros básicos que
requieren las operaciones aprobadas para este sector. Aún sin desarrollar
totalmente una red de mercados mayoristas, se puede incrementar el
abastecimiento de productos mediante su importación en consignación y su venta
en CUC previa adquisición de los CUC en moneda libremente convertible.
b) Privilegiar los
mecanismos económicos para regular la actividad del sector privado y
cooperativo y no los mecanismos administrativos. En principio, el Estado deberá
competir con este sector en base a precio y calidad de sus productos,
introduciendo además una política que estimule la inversión de las ganancias
del sector no estatal en la creación de empresas mixtas con el Estado o en la
creación de fondos de inversión conjuntos, entre otras medidas."
En Cuba y fuera de ella, se habla mucho de
los temas políticos, el multipartidismo, el regreso al Capitalismo y otras
yerbas, a ver gente, es como querer jugar al beisbol con pelota de rugby, si la
cuestión de Cuba fuera que con esos temas políticos resolveremos los problemas,
díganme donde está, no ya el "desarrollo económico", sino lo
"prospero y sostenible", en Costa Rica, Republica Dominicana,
Guatemala, Haití, Nicaragua, Belice, etc, inclusive teniendo Capitalismo y
Multipartidismo sus índices sociales son inferiores a los de Cuba.
El tema en Cuba es económico y no quiero
vivir en esperanzas, Cuba tiene pocas posibilidades de llegar a ser
"prospero y sostenible" en los próximos años, si los yanquis
persisten en su tarea de hambrear al pueblo de Cuba con todas sus armas
económicas.
(*) http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/03/26/cuba-y-su-economia-el-2017-recien-concluido-y-un-2018-que-apenas-comienza-v/#.WrkkCC7waM8
DEUDA Y DESIGUALDAD
(Por Guillermo
Wierzba, en “EL COHETE A LA LUNA”)
Son recurrentes en nuestro país como en otras
naciones periféricas los procesos de endeudamiento, que confluyen con la
agudización de las condiciones de desigualdad social. Su frecuencia e
intensidad han dado un salto cualitativo de gran dimensión a partir de la
consolidación de la globalización y financiarización de la economía mundial.
La Argentina es un ejemplo paradigmático. Se han
producido ciclos de crecimiento desbordado de la deuda asociados a
estancamiento y retroceso del PBI, desindustrialización, caída del nivel de
empleo, retroceso de los salarios reales, reprimarización de la economía y
crecimiento del endeudamiento familiar.
Pablo Chena y Pedro Biscay compilaron una serie
de trabajos en El Imperio de las Finanzas. Deuda y Desigualdad (Miño
y Dávila, 2018), en el que se abordan distintas aristas de esa perniciosa
asociación. La globalización comercial trajo aparejada una disminución global
de los salarios y el debilitamiento del poder sindical, asociado a las
políticas de flexibilización laboral. Otra característica de la época de la
globalización es el impulso de cambios estructurales que persiguen el
achicamiento del Estado, promoviendo el descenso del gasto social. Es siempre
observado que este recorte se asocia por distintos canales con disminuciones de
la tasa salarial y el debilitamiento de las demandas sindicales para evitarlas.
La síntesis de estos conceptos, desarrollados en el texto en un artículo de
Stockhammer y Gouzoulis, es la asociación inversa entre financiarización y
distribución progresiva del ingreso.
Es habitual la exposición vulgar la presentación
de las esferas de la producción y las finanzas como escindidas. Marcó del Pont
y Todesca Bocco definen con precisión que en un patrón de valorización
financiera, la economía en su conjunto “queda sometida a la lógica del capital
financiero”. La separación sólo tiene sentido analítico pero no existencia
real. A su vez, expresan que “esta fusión entre el mundo productivo y el mundo
financiero y la dominancia del último sobre el primero sucede a escala global”.
Las consecuencias de la financiarización mundial es el acotamiento del margen
de maniobra de las políticas nacionales en los países periféricos. Las autoras
de este texto de la compilación marcan la tendencia a la primarización que surge
de la tendencia a la apreciación cambiaria (abaratamiento del dólar) que los
flujos de ingreso de capitales provocan, generando una estructura de precios
relativos que perjudica al sector industrial, en favor de sectores no
transables (los que por razones técnicas no exportan ni importan) de la
economía.
Los perjuicios de la financiarización no sólo
afectan los precios relativos de la industria, sino que también se manifiestan
en las consecuencias sobre la inversión productiva, tanto en su nivel como en
su estructura, que impactan regresivamente sobre la distribución del ingreso.
Así lo señala Bortz en su contribución al tema, agregando que el auge de
sectores como el de la explotación de recursos naturales, la construcción, las
finanzas y los bienes raíces ha llevado a desindustrializaciones prematuras y a
caídas de la participación asalariada en muchas economías. También agrega que
la financiarización incentiva una jerarquización internacional de las monedas
aumentando la posición subordinada de las economías subdesarrolladas, provocada
por la pérdida de funciones de las suyas. Chena y Buccella caracterizan que en
ese modo del capitalismo actual se pueden apreciar “las modificaciones en el
comportamiento corporativo, familiar e institucional que impone el poder
financiero a nivel global”.
La globalización financiera y comercial ha
provocado un retroceso en las condiciones para el desarrollo de los países
periféricos. La apertura y liberalización de las economías favoreció una
evolución de las economías subdesarrolladas hacia formas más subordinadas,
menos integradas social y regionalmente y más desiguales socialmente. Con un
debilitamiento de la vida social por el retroceso del poder de los trabajadores
a través de una dinámica de movilidad internacional de los capitales, mientras
las fuerzas laborales son sometidas por sus limitaciones económicas o por los
muros legales y/o reales a una situación inversa. Así, mientras determinadas
fuerzas productivas mejoran las condiciones tecnológicas de la producción y
modernizan aspectos de la vida cotidiana, las sociedades retroceden, porque se
desarticulan los lazos solidarios y las posibilidades de conflictos progresivos
que motoricen una mejor vida comunitaria.
Con monedas más débiles, polarizaciones sociales
más descarnadas, sectores económicos más extendidos dedicados a la
especulación, menor empleo, ausencia de políticas que estimulen la demanda y,
por lo tanto, aplanamiento de la estructura productiva, las economías
periféricas son inducidas a encadenamientos más dependientes de las decisiones
de los centros de poder financiero. Por otra parte la caída de la participación
salarial y el auge de los negocios financieros condujeron a un endeudamiento
creciente de las familias, incluyendo la de los sectores populares (muchos de
ellos sometidos al crédito usurario). Arias y Ruete señalan que estos problemas
de endeudamiento familiar alcanzan a la Argentina. Caracterizan al sistema de
las AFJP, que fuera sustituido por la restauración de uno de reparto, como un
proyecto consumado de financiarización de la seguridad social. Sostienen que el
sistema hoy vigente puede apalancar la demanda agregada en un modo de
acumulación liderado por el salario, en el que se amplíen las prestaciones de
carácter universal. La expansión del gasto social se asocia a mejores
distribuciones del ingreso, y a condiciones que promueven el crecimiento de la
potencialidad negociadora de los sindicatos frente a las clases propietarias.
Chena y Buccella prueban que la financiarización
del capital se acelera en las instancias en que la restricción externa se
acentúa y las políticas de liberalización financiera profundizan la
inestabilidad macroeconómica que desencadena la crisis, mientras advierten que
la regulación de los flujos comerciales y financieros históricamente
ralentizaron y morigeraron el pasaje a las fases del ciclo financiero en que la
economía se vuelve vulnerable. La Argentina es un ejemplo típico a la hora de
citar ejemplos de estos comportamientos.
En países como la Argentina, la construcción de
una economía más fuerte, independiente, justa y desarrollada en el mundo actual
con hegemonía del capitalismo de la financiarización, requiere de políticas que
vayan en sentido contrario a las promovidas por ese paradigma. La regulación
cambiaria con tipos de cambio diferenciales, como rige actualmente en nuestro
país, constituye un dispositivo necesario en pos de los objetivos planteados,
ya que evita la fuga de capitales siempre facilitada por las medidas de
liberalización financiera. También resultan imprescindibles las intervenciones
del Banco Central en la orientación del crédito y las tasas de interés de los
préstamos. Estas políticas son de raíz distinta y opuesta a la promovida por
los axiomas de la “antirrepresión” financiera afines al neoliberalismo, que
suponen la adhesión a los principios de absoluta independencia de los bancos
centrales, con el objetivo de restar el instrumento de la política monetaria a
las herramientas de política económica con que cuentan los gobernantes que
define el pueblo. En el mismo sentido —con un criterio de pensamiento único— se
establecen metodologías para la construcción de la solvencia de los sistemas
financieros, basándose en el criterio que supone que la fortaleza de las partes
deviene en la solidez del sistema, ignorando que la fragilidad financiera de
origen sistémico es una característica fundamental en las estructuras
financieras, agravada hoy por la financiarización, sin que ninguna entidad —por
más solvente que sea— resulte inmune a sufrir el impacto destructivo de esa
fragilidad. La comprensión de esta cuestión, esencial para la estabilidad
financiera, es abordada por varios artículos del libro comentado.
Los sistemas financieros privilegian, con las
regulaciones que impulsa el neoliberalismo, el crecimiento del financiamiento a
los sectores que ya tienen acceso al mismo, es decir promueven la concentración
del crédito. Sin embargo, se ha popularizado la idea de la “inclusión
financiera”. En general sectores de la población con dificultades de acceso a
bienes de consumo masivo, recurren al financiamiento para adquirirlos, pues sus
ingresos presentes son insuficientes para hacerlo. En la restringida atención
del sistema financiero regulado se los atiende a tasas con un plus que refleja
la dificultad de acceso de esos sectores sociales al crédito, mientras que
finanzas informales les proporcionan un tratamiento aún más oneroso. Gago y
Roig denominan a esta forma de “inclusión financiera” como explotación
financiera.
El viscoso concepto de financiarización que
caracteriza el capitalismo actual global es precisado por Chena y Biscay en la
introducción del texto. Esa categoría, dicen, “sintetiza un cambio de paradigma
en el comportamiento de las grandes corporaciones no financieras, que
sustituyeron sus tradicionales metas de crecimiento en ventas y participación
de mercado, acompañado de incrementos en las plantas de personal y gastos de
innovación, por la maximización del valor de cotización de sus acciones en el
mercado financiero, a través de la distribución de dividendos y la
reestructuración empresarial basada en tercerizaciones, achicamiento de
personal y recortes de costos operativos… (Así) lo que se pregonaba como el
inicio de un ciclo de crecimiento liderado por las finanzas terminó por
consolidar, desde la dinámica de un endeudamiento insostenible, un imperio
financiero que ahogó a los sistemas productivos”, profundizando la dependencia
de las naciones periféricas, mediante un mecanismo que Harvey denominó como de
“acumulación por desposesión” repensando al definido por Marx en otra época del
análisis del capitalismo como “proceso de acumulación originaria”.
Las reflexiones y comentarios expresados y
expuestos en este artículo resultan ilustrativas de la insostenibilidad de la
deuda en divisas en la que el país fue sumergido por el gobierno de Cambiemos
(que en su última etapa compartió la construcción de sus lineamientos
económicos con el FMI), y pretende proporcionar argumentos que sostengan las
extensiones de plazo, la reducción de tasas de interés y quitas que permitan
afrontarla sin destruir las posibilidades de desarrollo de la Nación, sino por
el contrario que sean estas las que construyan su posibilidad de pago. Pero que
resulte una posibilidad de pago que descarte políticas de ajuste y, que por el
contrario, se base en un país con una distribución del ingreso estructuralmente
menos polarizada y que sea promotora de la igualdad social.
Estas premisas no son sustentables sin pensar en
recobrar el objetivo de la Unidad Latinoamericana, en el marco de un proceso
que aspire a construir un proyecto independiente del neoliberalismo
globalizador, con un tamaño de mercado que potencie las condiciones de escala
para el desarrollo. En el plano nacional supone un paradigma social que
destituya la falsa noción del homo economicus que el
capitalismo de la financiarización supone esencia de la condición humana,
reestableciendo la idea-objetivo de una sociedad de cooperación con un proyecto
nacional autónomo y autodefinido, que no debe doblegarse a la idea de un país
que resulta definido por condiciones externas. El proyecto y el programa
deberán contar, entonces, con la construcción de organización política y social
que tenga la densidad para resistir las continuas presiones que desde los
centros del poder de la financiarización ejercerán para evitar su despliegue.
viernes, 21 de febrero de 2020
NUEVO
SATÉLITE ARGENTINO: EL SAOCOM 1B será lanzado por SpaceX
(Por Víctor
Ingrassia, en INFOBAE)
Iniciará su recorrido desde Bariloche hasta
las instalaciones de la empresa de Elon Musk en Cabo Cañaveral para su próximo
lanzamiento a fines de marzo. Brindará servicios para la producción, el
ambiente y la gestión de emergencias
Luego de 18 años de ser concebido en el marco
del Plan Espacial Nacional, y al igual que lo hiciera su gemelo el 1A,
mañana partirá hacia EEUU para ser lanzado el nuevo satélite argentino SAOCOM
1B, ante una gran expectativa por un nuevo hito local.
Es que Argentina integra el exclusivo
club de naciones capaces de construir satélites de observación terrestre, como
lo es la serie Saocom y de comunicaciones como los Arsat, a través de
la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
El Saocom 1B es un satélite de órbita baja
con fines científicos y llevará un radar de apertura sintética (SAR)
Su puesta en órbita será clave para la
producción agrícola ya que permitirá medir la humedad de los suelos y
alertará sobre potenciales inundaciones, entre otros servicios.
Este satélite y el SAOCOM 1A, lanzado en
2018, conforman la Misión SAOCOM, y fueron desarrollados y fabricados en
el país por la CONAE junto con la empresa INVAP, contratista principal del
proyecto, la firma pública VENG, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)
y el Laboratorio GEMA de la UNLP, entre otras 80 empresas de tecnología e
instituciones del sistema científico tecnológico del país. Además contó con la
colaboración de la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Antes de ser embalado, algunos de los
científicos que participaron de la construcción y puesta a punto se tomaron una
fotografía en Invap (Conea)
El traslado se iniciará con la salida del
satélite desde las instalaciones de INVAP/CEATSA, en San Carlos de Bariloche,
en un convoy de camiones que transportará unas 42 toneladas de equipamientos
hacia el aeropuerto.
Allí se cargarán en el avión Antonov AN 124,
el cual despegará de suelo argentino el sábado 22 a la madrugada, con destino a
las instalaciones de la empresa SpaceX en Cabo Cañaveral, para los preparativos
del lanzamiento, previsto para el 30 de marzo.
Características
técnicas del Saocom 1B
Gabriel Absi, gerente del Área Espacial de
INVAP, explicó a Infobae los últimos detalles de la construcción y el
testeo que se llevó adelante en los laboratorios de Invap en San Carlos de
Bariloche. “Después de la construcción encarada en 2015, en las facilidades de
CEATSA se probó con éxito el sistema de pliegue y despliegue de la antena
radar, el principal instrumento de observación del satélite argentino de 35
metros cuadrados”, explicó el ingeniero.
Y agregó: “Así, por última vez se
verificó en tierra el correcto funcionamiento tanto de la plataforma de
servicios fabricada por INVAP, como de las cajas/dispositivos de apertura y los
mecanismos y tramos articulados y eléctricos de la Antena radar de tipo SAR
(Radar de Apertura Sintética), cuya estructura fue fabricada por CNEA (que
también aportó los paneles solares), las mantas térmicas responsabilidad del
laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); y manufacturada
completamente por VENG y CONAE en el Laboratorio de Integración y Ensayos del
Centro Espacial Teófilo Tabanera en Córdoba, Argentina”.
Gabriel Absi, ingeniero electrónico de la UTN
y gerente de Proyectos Espaciales de Invap destacó que en las últimas pruebas y
ensayos ambientales, se comprobó su correcto funcionamiento, y que los
mecanismos de despliegue de la antena fueron capaces de soportar el ambiente de
lanzamiento y las condiciones de vacío y temperaturas simuladas, tal como las
que se verá expuesto el satélite una vez en órbita.
Laura Frulla, investigadora principal de la
Misión SAOCOM, destacó que “el desarrollo de toda la misión fue un desafío
muy importante para la Argentina, porque no teníamos conocimientos previos
sobre la tecnología para la construcción y puesta a punto de satélites de este
tipo”. Y agregó: “Dominar la tecnología de observación con radar es un gran
avance que nos da independencia y soberanía tecnológica”.
La
importancia del nuevo satélite
La Misión SAOCOM lleva al espacio una
compleja tecnología de observación de la Tierra, que representa una importante
mejora en las capacidades de observación respecto de los sensores ópticos
usuales. Se trata de un instrumento activo que consiste en un Radar de
Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés de Synthetic Aperture
Radar), que trabaja en la porción de las microondas en banda L del espectro
electromagnético.
Los satélites SAOCOM fueron especialmente
diseñados para detectar la humedad del suelo y obtener información de la
superficie terrestre en cualquier condición meteorológica u hora del día. Esto
es posible porque las microondas del radar son capaces de atravesar las nubes y
“ver” aunque esté nublado, tanto de día como de noche. Estas características
hacen que los SAOCOM sean especialmente útiles para prevenir, monitorear,
mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas.
El aparato de 3 toneladas de peso y fabricado
íntegramente en el país, servirá para generar sistemas de alerta temprana
de inundaciones elaborar mapas de riesgo de enfermedades de los cultivos,
vigilancia del mar argentino frente a la pesca ilegal, y también para dar
soporte a la gestión de emergencias ambientales, como detección de derrames de
hidrocarburos en el mar y seguimiento de la cobertura de agua durante
inundaciones, entre otras aplicaciones.
Mediante un convenio de colaboración entre el
INTA y la CONAE, la información brindada por la Misión SAOCOM sobre humedad de
suelo ayudará a que los productores sepan cuál es el mejor momento para la
siembra, fertilización y riego, en cultivos como soja, maíz, trigo y girasol.
Más de 80 contratistas intervinieron en la
construcción del Saocom 1B (Conae)
Asimismo, brindará soporte en relación al uso
de productos químicos para el control de enfermedades en cultivos, en
particular para la fusariosis en el trigo. Un aporte no menor para el sector
agropecuario lo constituye el pronóstico de inundaciones, actividad a la que
también contribuye la misión SAOCOM desarrollada en el marco de la cooperación
entre el Instituto Nacional del Agua (INA) y la CONAE.
jueves, 20 de febrero de 2020
¿Y SI
MACRI FUE UN VIVO BÁRBARO?
El porteño, más que el argentino medio en
general, tiene fama (no sé si seria ganada por una verdad, o por un mito
urbano, digamos urbano en el extranjero) de que es un pedante cuando viaja por otras
ciudades de este Mundo, “chamuya” a cualquiera de manera tal, que logra lo que
quiere.
Este hecho discriminatorio hacia el argentino
medio, y aun hacia el porteño, debería ser condenable, pues establece un
estereotipo que como sabemos, hace una generalización que nunca es buena y no
ayuda para nada a entender a una sociedad y a sus ciudadanos, no seré yo quien estando agradecido a este país
por la acogida que me han hecho desde hace ya casi 20 años el que propicie que
dicho mito se siga utilizando, pero bien podría hacer uso de el para analizar al
Ceopresidente Macri concretamente, sin generalizar hacia los demás argentinos,
sobre todo ahora que muy recientemente ha dejado de “hacer sus necesidades” en
la tan respetada casa del Gobierno Argentino, La Casa Rosada.
Es que no se entiende la postura reciente del
FMI con respecto a la deuda Argentina, cuando ayer acaba de publicar que la
misma es “INSOSTENIBLE”. Me parece bárbaro que hayan entendido todos los
argumentos y los “números” que el nuevo presidente de los Argentinos, Alberto Fernández,
les haya mostrado y explicado, pero salta la duda sobre en qué cambio económicamente
la Argentina de Julio de 2018 a la fecha, salvo que los números macroeconómicos
se deterioraron mucho más hasta hoy, y además, que sucedió desde julio de 2019,
cuando los “expertos” del Fondo habiéndose reunido con todas las autoridades
competentes de la Argentina de entonces, entre ellas el Ceopresidente Macri,
hayan dado su visto bueno a la economía, diciendo que todo iba “viento en popa”.
Está claro, como le gustaba decir al Presi, “sucedieron
cosas”, entre ellas que en Agosto del 2019, Macri perdió las elecciones en las
PASO por una abultadísima diferencia con la formula que hoy gerencia a la
Argentina, y que muchas de las “independientes consultoras” replicada en los
mentimedios pronosticaba que iba a ser de apenas tres puntos. Esto junto con la
apuesta del Gobierno de Macri de no salir desde las primeras horas de ese lunes
después de las elecciones a frenar la escalada del dólar, para así “asustar” a
los argentinos de lo que se venía si en Octubre seguían “con el Volver Cristinista”,
hizo que el dólar se devaluara en un 65% sin mucho preámbulo.
Pero todo aquello no había comenzado allí,
sino después de las elecciones de medio término en Octubre del 2017, cuando “eufórico”
con su pintada de amarrillo del territorio nacional por su ganada indiscutible,
se abalanzó con la Reforma Jubilatoria y la famosa quita de 100 000 millones de
pesos a las pensiones y jubilaciones, proponiendo una nueva fórmula para el cálculo
de las mismas. En Marzo del 2018 frente al Congreso defendió su escalada
neoliberal, donde las tarifas de los servicios esenciales de gas, electricidad
y agua habían subido más de 1500%, el despido de muchísimos trabajadores de la
esfera estatal, y el cierre de numerosas pymes era un diario quehacer de su gestión,
además que la timba financiera había llegado al desparpajo crucial permitiendo
la compra de LEBACs a los fondos golondrinas y a ganancias siderales en DOLARES,
aun cuando estos bonos eran en pesos, debido a la libre compra y venta de una
divisa que no se imprime en la Argentina y que solo se adquiría por un
endeudamiento feroz o por las exportaciones que venían cayendo en picada
literalmente.
Hacia Marzo de 2018 después de su visita al
Congreso, el Mundo dijo basta y no le prestó mas a la Argentina, es conocido la
desbandada que se produjo cuando los tenedores de LEBACs se enteraron de
aquella noticia, por supuesto a rio revuelto ganancia de pescadores dice el refrán,
pero además si “algunos” tenía acceso a información privilegiada, la cosa
andaba mejor, así sucedió con los amigos del entonces Ministro de Finanzas,
Luis Caputo, el hecho más sonado, fue el del banco JP Morgan, que en un día,
exactamente el 25 de Abril de 2018, vendió sus LEBACs en pesos argentinos, y
compro 1472 millones de dólares a 20,20 pesos el cambio de entonces para que
una semana más tarde el cambio estuviera a 28,50 pesos (si yo te digo que estos
son piolas). Para que se tenga una idea del desastre que fue todo aquello, les
digo que desde el 5 de Marzo al 4 de Mayo de 2018, tan solo
en dos meses, el Banco Central en la Argentina, tuvo que desembolsar de sus
reservas para "parar" la corrida cambiaria la "frijolera
cifra" de 7.725,2
millones de dólares, que representaban en ese momento el 14% de las reserva
declaradas del Central (55 000 millones de dólares).
Cuando la cosa se hizo insostenible, el
Ceopresidente Macri acudió al FMI, que en menos de lo que canta un gallo, le
desembucho un préstamo para dos años por 57 000 millones de dólares, el MAYOR préstamo
que el FMI haya dado en toda su historia desde su constitución el 27 de
Diciembre de 1945. ¿Cómo lo hizo?, es toda una “incógnita”, aunque como ustedes
saben, en este blog he dejado mi parecer al respecto, sin embargo me gustaría apelar
ahora, a ese “mito” del que escribí al principio de esta reflexión, yo creo que
Macri se chamuyo a la CHRISTINE, pero a la otra, a la LAGARDE, porque como
sabemos la nuestra, LA CRISTINA, siempre estuvo clara de con quien estaba
lidiando.
El FMI tendrá que ir al psicólogo, con la
Argentina no da pie con bola, en el pasado no tuvo “suerte” y ahora “tampoco”, aunque
previamente le aconsejamos dos cosas, una, despedir a todo su staff de “expertos”
en economía, y la otra pasar un curso acelerado sobre el “chamuyo de Macri”, no
vaya hacer que en el 2023 se lo tengan que fumar otra vez con pipa.
El neoliberalismo tiene sus mercaderes de la
palabra, no quiere ceder terreno, la idea siempre es “dejar” al mercado “con
sus leyes” (nunca reconocen que son ciegas) para que regule “el buen vivir” de
la sociedad (siempre el de unos pocos), y es por ello que escriben artículos y
argumentan defendiendo lo indefendible, el Estado siempre será su enemigo, el
que “no deja” que sigan ganando mucho, extremadamente mucho, indecentemente
mucho. Acá dejo los argumentos de uno de sus portavoces, “nosotros” somos los
que mantenemos el mito que ellos tienen que erradicar.
Hasta ayer en la Argentina habiendo bajado
la tasa de interés de las famosas LELIQs (bonos emitidos por el Banco Central) hasta
un 44%, y que de alguna manera debería regular la tasa de interés de los créditos
bancarios a las empresas y a las personas, los banco privados mantenían tasas
de interés anual para las tarjetas de créditos de entre 100 y 200%, niveles no
visto en otras partes del Mundo. El Estado Argentino insto a las entidades
bancarias a rever sus ganancias exorbitantes que ya en el periodo del
Neoliberal de Macri llegaron a la cifra escandalosa bruta de 700 000 millones
de pesos en cuatro años. Los bancos se hicieron “los locos con tonteras” y
siguieron en la suya (que bien Ryan Macken, “el mercado se regula solo”), pero
hasta ayer cuando el Banco Central “obligo” a que la máxima tasa referencial para las tarjetas de créditos tenía que estar en el 55% anual.
Ojo, el grito fue tan descomunal de los banqueros argentinos y extranjeros que ganaron
fortunas, que el radiotelescopio FAST de China está recibiendo ya hoy en la mañana
los primeros ecos extraterrestre del espacio como respuesta a semejante alarido.
EL
CAPITALISMO NO CAUSA EL CONSUMISMO EL ESTADO SI
(Por Ryan Macken, en la web del MISES
INSTITUTE)
Las condenas del consumismo son casi
omnipresentes en los medios modernos y en la cultura popular. Cualquiera que
haya visto «La Navidad de Charlie Brown», producido en 1965, conoce el
ejercicio. Cada vez que vemos a Charlie Brown elegir una Navidad «auténtica»,
al comprar un pequeño árbol de Navidad natural en lugar de uno llamativo de
aluminio producido en masa, recordamos que es importante no vender a los
vendedores corporativos.
Poco ha cambiado desde entonces. «9 ways
to resist the siren call of consumerism», dice un titular reciente de una
revista de estilo de vida. «4 Things To Do Instead Of Shopping In Black
Friday’s Frenzy Of Consumerism», dice otro titular de HuffPo.
Más pesadamente, el Papa Francisco ha
condenado repetidamente el consumismo por su nombre en los últimos meses,
mientras que el político inglés Ken Livingstone insiste en que el
consumismo causa el cambio climático, y por lo tanto «destruirá el mundo de
nuestros hijos».
A menudo, los defensores de los mercados y el
capitalismo toman estas críticas como ataques directos a los propios mercados.
Esta combinación reflexiva de consumismo y
capitalismo a menudo conduce a defensas apasionadas del consumismo de los
defensores del mercado, como si defender el consumismo es necesariamente
también una defensa del capitalismo.
Sugeriría, sin embargo, que esto es un error.
El consumismo y el capitalismo no son lo mismo, ni los dos están necesariamente
conectados.
La izquierda anticapitalista, por supuesto,
quiere hacer esta conexión y quiere generar una oposición pública al consumismo
que luego servirá como una oposición generalizada a los mercados en general.
Sin embargo, al permitir que los izquierdistas establezcan una conexión
incuestionable entre los mercados y el consumismo, solo les ayudamos a
perpetuar un mito.
¿Qué es
exactamente el consumismo?
Con demasiada frecuencia, el debate sobre el
consumismo carece lamentablemente de precisión. Entonces, antes de que podamos
continuar, primero debemos definir qué es exactamente el
consumismo. Para esto, podríamos consultar Wikipedia, que generalmente es útil
para la definición popular de cosas. Wikipedia define el consumismo como «un
orden social y económico que fomenta la adquisición de bienes y servicios en
cantidades cada vez mayores». Mirriam-Webster también proporciona dos
definiciones que son útiles para nuestros propósitos aquí:
1. «la teoría de que un consumo creciente de
bienes es económicamente deseable»
2. «una preocupación y una inclinación hacia
la compra de bienes de consumo».
En todas estas definiciones encontramos un
cierto elemento de insaciabilidad: el consumismo es la creencia de que es
bueno aumentar continuamente el consumo de bienes.
La teoría de que los mercados crean
consumismo y dependen de él
Estas definiciones son todas bastante justas.
Pero, ¿por qué debería culparse al capitalismo por esto?
Después de todo, el capitalismo se ha
asociado históricamente con los avaros y con los teóricos económicos que han
puesto un énfasis considerable en el trabajo, el ahorro y la economía. Ebenezer
Scrooge, por supuesto, es quizás el villano capitalista más famoso de la
literatura inglesa. Sin embargo, Scrooge es notable por su famosa condena de la
Navidad, expresada precisamente porque la Navidad fomentaba el
consumismo. De manera similar, los partidarios pro capitalistas de la
llamada «ética de trabajo protestante», como lo describe Max Weber, condenaron
repetidamente el consumo excesivo, mientras exaltaban el ahorro y el trabajo
duro. Los estudiosos han señalado el papel de «ahorro» como un
imperativo tanto moral como capitalista en la cultura estadounidense durante
los siglos XVIII y XIX.
Entonces, si los capitalistas alguna vez
estuvieron asociados con el uso prudente del dinero, ¿por qué ahora se los
culpa de la supuesta obsesión de hoy por el consumo sin fin?
La teoría que usa la izquierda aquí es
básicamente esta: si el capitalismo ha de sobrevivir, requiere niveles de
consumo cada vez mayores. Si la gente deja de gastar hasta el último centavo en
un consumo conspicuo, el capitalismo colapsará sobre sí mismo. Esto se resume
en una explicación (sorprendentemente no dramática) del consumismo en el Journal
of Politics and Law de Ahmad Jansiz. En su artículo de 2014 titulado «The
Ideology of Consumption: The Challenges Facing a Consumerist Society»,
Jansiz escribe:
Para lograr [ganancia], más producción,
venta, inversión y nuevamente producción se consideran esenciales. Para decirlo
de otra manera, en cada ciclo el objetivo es vender más bienes y obtener más
ganancias.
Inicialmente se creía que las clases más
altas son los principales compradores de los bienes capitalistas, pero luego
descubrieron que la producción en masa también requiere consumidores en masa.
Como las familias de clase alta no eran lo suficientemente grandes en volumen,
se hizo evidente la necesidad de consumidores masivos.
En las producciones primarias, se consideró
importante satisfacer las necesidades biológicas de los consumidores, pero como
las necesidades biológicas de los consumidores son limitadas, las necesidades
no biológicas deberían crearse en las sociedades consumidoras. Las necesidades
no biológicas también serían limitadas, pero los productores no perderían su
característica de producción en masa como uno de sus objetivos. Para este propósito,
se crearon necesidades falsas en los países capitalistas para que los bienes de
masas se consumieran rápidamente. En otras sociedades, este patrón prevaleció y
se debilitaron gradualmente o cedieron al capitalismo. El capitalismo
actualmente mantiene los patrones de producción y consumo dominantes en el
mundo.
Desafortunadamente para los promotores de
esta teoría, esta descripción del capitalismo es bastante errónea.
Ciertamente, parece dar una visión precisa
de algunas industrias. Los fabricantes de autos de lujo y zapatos
de alta gama se benefician cuando pueden convencer a los actores del mercado
para que consuman cosas que van mucho más allá de lo que Jansiz llama
«necesidades biológicas». De manera similar, la necesidad percibida de zapatos
de vestir de marca de 300 dólares podría llamarse plausiblemente «necesidades
falsas» para usar la terminología de Jansiz.
Pero las compañías que venden ropa costosa y
los grandes SUV no son los únicos jugadores en el mercado. También en el
mercado hay compañías que venden servicios como cuentas de ahorro para la
jubilación o instrumentos de inversión diseñados para proporcionar ahorros e
inversiones a largo plazo con el fin de aplazar el consumo.
Seguramente, las empresas que ofrecen fondos
de jubilación y cuentas de ahorro no son menos «capitalistas» que las empresas
que venden pantalones de diseñador. Ebenezer Scrooge sin duda sonreía a las
firmas de fondos de retiro mientras condenaba a los vendedores de autos de
lujo.
Entonces, ¿por qué debemos creer que los
mercados y el capitalismo deben ser incorporados solo por las empresas que
piden a los consumidores que gasten todo su dinero en el consumo inmediato de
bienes de consumo?
Mala economía = La creencia de que el gasto
impulsa el crecimiento económico
La respuesta está en el hecho de que las
nociones populares de crecimiento económico, tanto a la izquierda como a la
derecha, insisten en que un sistema económico sano depende casi exclusivamente
del consumo.
Se nos recuerda esto cada vez que se nos dice
que se debe aumentar la demanda de los consumidores para aumentar el
crecimiento económico o para mantener el auge. Se nos recuerda esto cuando,
durante una crisis económica, los economistas dicen a la gente que deben
gastar, o la economía colapsará.
A veces, este punto de vista se vuelve tan
extremo que se nos dice que el gasto es nuestro deber patriótico. Esto no
es una simple hipérbole. Los escritores financieros y económicos en realidad
dicen esto. En 2001, por ejemplo, cuando la recesión se asentó y los Estados
Unidos reaccionaron al 11 de septiembre. Dick Cheney dijo que esperaba que los
estadounidenses «metan el pulgar en el ojo de los terroristas y ... que no
dejen que lo que sucedió aquí de ninguna manera desestabilice su nivel normal
de actividad económica». Lo que quería decir era simplemente «compra más cosas,
o los terroristas ganan».
La misma idea general surgió nuevamente en
2009, cuando los «expertos» en economía insistieron en que la forma de salvar a
la economía de la gran recesión era que las personas gastaran más. Se nos
advirtió que la «paradoja del ahorro» nos condenaría a todos a una depresión
perpetua si las personas no salieran y explotaran todos sus ahorros en unos
cuantos aparatos electrónicos de gama alta.
Pero las economías no funcionan de esa
manera en absoluto. Como resumió Lew Rockwell en 2010, cuando los
economistas dominantes nos arrebataban para gastar más:
El problema es que el gasto no es la causa
del crecimiento económico. La inversión, que comienza en el ahorro, es la raíz
del crecimiento económico. No importa que el consumo constituya un cierto
porcentaje de la actividad económica. Esa es sólo la superficie que estás
mirando. El gasto y el consumo sin ahorro e inversión son una receta para
devorar las perspectivas de prosperidad en el futuro. En este caso, lo mejor
que pueden hacer los ricos para un futuro de crecimiento económico no es gastar
sino ahorrar para la inversión.
Esto debería ser evidente si consideramos
cómo se enriquecen las personas y las economías en primer lugar. Para que los
trabajadores puedan gastar en bienes de consumo, primero deben producir
suficientes bienes y servicios de un valor suficientemente alto para tener un
excedente. ¿Y cómo pueden los trabajadores producir bienes más valiosos en
menos tiempo? Esto es posible gracias al capital en forma de máquinas,
computadoras, tractores y fábricas. Antes de que todas esas cosas estuvieran
disponibles, la mayoría de los seres humanos pasaban muchas horas rascando una
vida de subsistencia a nivel de subsistencia.
Fue solo después de siglos de acumulación de
capital, la acumulación posible gracias al ahorro y la inversión, que se
produjo la industrialización y los trabajadores pudieron volverse lo
suficientemente productivos como para producir y consumir todos los bienes y
servicios que ahora asociamos con una sociedad orientada hacia el mercado.
Sin el ahorro, la capacidad de mantener,
mejorar, inventar, desarrollar y construir máquinas y fábricas desaparece. Y
cuando eso desaparezca, todos volveremos a escarbar en las granjas de
subsistencia y viviremos en casas de una habitación.
Algunos señalarán: «pero sin consumo, nadie
comprará lo que hacen estas empresas y fábricas, ¡y todo se derrumbará!»
Sí, es cierto que las economías requieren tanto
el consumo como el ahorro para funcionar normalmente. Pero uno no es más
importante que el otro. Afortunadamente, los mercados tienen un mecanismo
incorporado para equilibrar el ahorro y la inversión. Se llama «tasas de
interés». Las tasas de interés son señales que el mercado envía a los
consumidores que les dicen si es una buena idea ahorrar o consumir. Cuando los
ahorros son escasos, las tasas de interés aumentan y los consumidores ahorran
más dinero para aprovechar las altas tasas de interés. Cuando los ahorros son
abundantes, las tasas de interés bajan, lo que indica a los consumidores que es
un buen momento para aprovechar las bajas tasas de interés, pedir prestado más
y consumir más autos, casas y otros bienes.
Cuando los gobiernos intervienen para
estimular más gastos
Sin embargo, este sistema se rompe cuando los
gobiernos y los bancos centrales intervienen para «estimular» la economía a
través de un mayor gasto gubernamental y a través de los bancos centrales que
obligan a bajar las tasas de interés.
Este «estímulo» se realiza con el propósito
de que los consumidores gasten más. Pero no es algo que los mercados o los
capitalistas puedan hacer. Requiere la intervención del Estado y, por lo tanto,
no es parte de la economía de mercado.
Sin embargo, no se puede negar que esto
conduce a más gastos, por un tiempo. Pero este tipo de intervención
gubernamental también produce niveles de deuda insostenibles, bajos niveles de
ahorro y gastos excesivos. En otras palabras, son las políticas gubernamentales
las que causan lo que ahora llamamos «consumismo».
Curiosamente, sin embargo, su capitalismo y
sus mercados son los culpables.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)