Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

viernes, 31 de enero de 2025

ROSAS A CREDITO

 


La plusvalía sigue estando, y es la esencia de la explotación, llevamos más de 160 años supuestamente sabiéndolo, pues entre enero de 1862 y Julio de 1863 el no tan joven Marx preparo el manuscrito que llevaría el nombre de “Teoría sobre la Plusvalía”. El concepto ya había sido abordado por Adam Smith y David Ricardo, aunque no con ese nombre, reconociendo que había un excedente que se lo quedaba el dueño de los medios de producción. Marx desarrollando y criticando la teoría del valor de David Ricardo, pudo llegar a diferenciar entre trabajo y fuerza de trabajo y en El Capital desarrolla con plenitud el plusvalor, como el valor no pagado del trabajo del obrero que crea un “plusproducto” que se lo apropia el empresario dueño. Allí no solo explicita lo anterior, sino que se rebela ante semejante injusticia económica y social.

Milei es un alumno actual del Smith, que en su tiempo defendió a capa y espada que el Estado debía ocuparse únicamente de la defensa, la seguridad y la justicia, y que en definitiva debía garantizar que las personas y las empresas actuaran económicamente libres de cualquier atadura. No por gusto se considera a ese Adam como el padre del liberalismo económico, porque el otro Adán con ene, es el padre de todos los humanos, ¡por Dios!

Ahora bien, El Estado podría, interviniendo social y económicamente de forma eficaz, “reparar” en parte la distribución de esa plusvalía, al menos la concentración de la riqueza no quedaría en manos de unos pocos, al decir que 62 personas en el planeta Tierra amasan la riqueza equivalente acumulada de 3500 millones de seres humanos, sin embargo, los actuales vientos que soplan, en una parte de los países del Mundo, se encaminan a destrozar, lo poco o mucho de “beneficio” alcanzado por el Estado Capitalista actual, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial.

Y fíjense que hasta ahora no hable de Socialismo y mucho menos de Comunismo, aunque nuestro presidente denomina con esos nombres a todo aquel que simplemente quiere distribuir mejor la “torta” de la plusvalía y no acabar definitivamente con ella, socializando todos los medios de producción como nos propuso el “viejito” Marx.

Marx lo decía entonces, la plusvalía en definitiva en un “hecho oscuro” que queda camuflado para el común de las personas y hoy en día, el gran capital hasta ha logrado que se acepte como indispensable para el desarrollo de las personas y los países, se escucha decir con frecuencia en el común de la gente cuando se habla de estos temas, “pero si no hay inversión no hay trabajo y desarrollo”, “Y el tipo tiene que ganar porque él se está arriesgando”, “yo me voy a la casa tranquilo, pero él se queda con la preocupación de si se vende o no la mercadería”…con lo cual ese argumento de la plusvalía y la explotación del hombre por el hombre, no convence a nadie. Y del lado del frente, el intento de socializar los medios de producción y acabar definitivamente con la plusvalía, no logró y no ha logrado donde se aplicó a raja tabla esa solución, el desarrollo de las fuerzas productivas que sean un ejemplo a seguir, ya sea porque el estado al final era un armatoste que tenía dificultades extremas para caminar como por el encadenamiento extraordinario con “violencia y alevosía” de libertades individuales. Se pone en dudas entonces, la idea que, en las condiciones actuales de globalización y distribución del trabajo en el Mundo, un solo país aislado pueda hacer uso de semejante drástica solución de acabar con la plusvalía, en definitiva, no nos queda otro remedio que aceptar la presencia de ella por un largo periodo de tiempo humano y utilizar el estado como interviniente fundamental en la distribución más socializada de los dividendos que se obtienen por su presencia.

Sin embargo, hay otro aspecto introducido en las sociedades capitalista actuales, que viene de vieja data que llama poderosamente mi atención y que es fuente no solo de sojuzgamiento de países poderosos hacia los medianos y pobres países, sino el “nuevo” tipo de sometimiento del empresariado a los trabajadores, me refiero a EL CREDITO.

Recuerdo una famosa novela en Cuba que se pasó por televisión en 1983 y que coronó con el estrellato a la iniciada entonces actriz cubana Susana Pérez, se llamaba “Rosas a Crédito”, la misma estaba basada en la novela del mismo nombre escrita por la escritora ruso-francesa Elsa Triolet, publicada en francés originalmente en 1959. La novela se desarrolla precisamente en ese tiempo europeo después de la Segunda Guerra Mundial, específicamente en Francia de los años 50, donde para su reconstrucción después del desastre de la guerra recibió la enorme ayuda de Estados Unidos con el Plan Marshall, en ese contexto Martine, una joven adolecente pobre, hija de Marie y hermana de varios menores varones, vivía en un cuchitril de madera, en el campo francés, ella estaba perdidamente enamorada de Daniel Donelle, mayor que ella cuatro años e hijo de un cultivador de rosas, que su anhelo más grande, era lograr una rosa con el perfume de la rosa antigua, pero con el diseño y el color de la rosa moderna. Martine por su parte no quería aquella vida miserable y en las noches a oscuras y entre ratas, soñaba con irse de allí, comienza a trabajar en una peluquería cercana a su casa y utilizando los mecanismos que aun hoy se brindan con bastante efectividad, para consumir ya, lo que más tarde tendrás que agenciártela para pagar en cuota, me refiero al mecanismo del crédito, se muda a un moderno departamento en la ciudad y comienza a equiparlo con lo más sofisticado de la época, incluyendo un colchón a muelles. La historia de Martine termina trágicamente cuando ella, llena de deudas y tratando de escapar de la enfermedad del consumismo de la ciudad, regresa y se pierde en el bosque, y allí desmallada es devorada por las ratas, que la habían “acompañado” en el pasado en la pocilga donde vivió con su madre y hermanos, todo un símbolo la escena, para colmo su incondicional amor Daniel Donelle, cuando se entera de lo sucedido decide en conmemoración al sufrimiento de su amada crear un perfume con el nombre “Martine Rosado” que llega hacer un éxito de ventas.

¿Es el Crédito, una “nueva” forma de “plusvalía”, donde se esconde la explotación más despiadada del Capitalismo actual no solo a países sino a individuos propiamente dicho?

No sé si es la pregunta correcta tal vez, lo que, si sería bueno repasar algunos números y situaciones que me ayudan a reflexionar y llegar a la conclusión que, por lo pronto, estamos en presencia de un instrumento de dominación capitalista, incluso con implicaciones en las decisiones de preferencias políticas de los votantes actuales, al menos en la Argentina.

El crédito, en definitiva, es un préstamo de algo, muchas veces de dinero para devolver de a poco (en “cómodas” cuotas, es siempre la propaganda) con un plus encima, que se llama interés. Está claro, el que presta, quiere su dinero, pero también quiere tener ganancias de esa operación, y como casi siempre el dinero se devalúa, pierde valor con el tiempo, el que presta pone un interés por encima de esa devaluación en el tiempo. Mises (de quien es admirador nuestro presi y que ha hecho que al menos, intentemos saber de quien se trata) en su libro “Teoría del dinero y del crédito” planteó cosas interesantes, sobre todo porque su obsesión era explicar de dónde venía la famosa inflación o en definitiva la devaluación del dinero, en ese sentido decía, que el dinero no era un invento con el surgimiento del estado como tal, sino una relación social que se establece en la interacción comercial o no entre los individuos de una comunidad o sociedad, y que además pierde valor de intercambio cuando los estados emiten dinero solo para financiar “sus” gastos sin ningún sustento de convertibilidad. En su teorema de regresión del dinero, plantea que el dinero es una mercancía más y su valor se expresa por el valor que tiene en ese intercambio. En el caso del papel moneda su valor original estaba respaldado en su momento por un producto básico, en muchos casos fue el oro.

Si nos adentramos un poco en la historia del dólar, por ejemplo, su preponderancia Mundial, como patrón de referencia para otras monedas surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Entre el 1 y 22 de julio de 1944 en el famoso entonces Hotel Mount Washington, en Bretton Woods, se llevó a cabo la famosa Conferencia con la participación de 44 naciones que dio lugar más tarde a lo que se conoce como el Acuerdo de Bretton Woods. Allí se determinó que el dólar seria la moneda de referencia de todas las demás existente, pero hay que entender el contexto de aquella determinante conclusión.

En aquel entonces, la mayoría de las naciones del llamado Tercer Mundo, sobre todo de África y parte de Asia aún eran colonias europeas o de Estados Unidos, por lo que no tuvieron representación propia. Los representantes de América Latina eran muy permeables (como si ahora no lo son) al control de la Casa Blanca. India todavía no había alcanzado la independencia plena y su delegación fue de conjunto con la británica. Los países comunistas del oeste, a la cabeza de la Unión Soviética, no eran lo que fueron después en 1955 con el Pacto de Varsovia, pero no ratificaron los acuerdos. En China todavía no había ocurrido la Revolución Comunista de Mao del 22 de enero de 1949, aunque estaba en proceso interno desde 1927, así que participo como la Republica de China y aunque voto a favor, una vez que llegaron los comunistas en 1949 al poder se retiraron del acuerdo. Alemania, Japón e Italia, era el bloque del mal y en 1944 estaban a punto de ser derrotados en la Segunda Guerra Mundial, ya había ocurrido el Día D con el desembarco tarde de “los aliados” por Normandía el 6 de Junio de 1944, los Soviéticos por su parte habían comenzado la ofensiva Leópolis-Sandomierzen en el suroeste de la Unión Soviética y de Polonia Oriental, también había tenido lugar la Operación Bragation que permitió que el Ejército Rojo liberará Bielorrusia, Lituania, Letonia, Polonia oriental, y el este de Rumania. Las naciones de Europa occidental aún eran campo de batalla de la guerra y estaban desangradas, específicamente Francia, donde la Liberación de Paris se logró el 25 de agosto de 1944. En esas condiciones Estados Unidos, que producía la mitad del carbón mundial, dos tercios del petróleo, más de la mitad de la electricidad e inmensas cantidades de barcos, coches, armamento, maquinaria, en fin, era toda una potencia mundial, iba a tener un considerable control sobre las decisiones finales de la conferencia, al punto que terminó imponiendo su diseño, derrotando la propuesta inglesa diseñada nada menos que por John Maynard Keynes (nuestro Presi lo odia).

Es decir, en definitiva, en aquella Conferencia de Julio de 1944 en Bretton Woods, había dos propuestas a discutir, una británica que había elaborado Keynes y otra yanqui que había elaborado el economista, Director del Dpto. del Tesoro Harry Dexter White. La de Keynes era más “solidaria y democrática” y en principio pretendía crear una moneda nueva BANCOR que emitiera un órgano internacional de compensación, a llamarse International Clearing Unión (ICU), que estuviera atada a las monedas fuertes de entonces y fuera canjeable en moneda local por un cambio fijo. Este nuevo órgano ICU sería un intermediario para que los países con excedentes financiaran a los deficitarios, vía transferencia en BANCOR de sus excedentes, por supuesto en forma de créditos, eso haría crecer la demanda y alentaría el desarrollo, siendo beneficioso para todos. La clave de la propuesta británica era que los países acreedores y los deudores estarían obligados a mantener una balanza comercial equilibrada y, en caso de incumplimiento, se pagarían intereses sobre la diferencia; de los Gobiernos dependerían las medidas para mantener una cuenta cero.

Claro está, minga dirían los yanquis, que por ese entonces conservaban en sus arcas el 80% del oro del Mundo y no querían compartir su superávit comercial con una Europa destruida y deudora de por sí. Los británicos y su propuesta estaban en desventajas pues necesitaban de los créditos americanos para avanzar después de la guerra, así que se impuso la propuesta de White en la conferencia, el dólar respaldado en oro como moneda única de intercambio y la creación de un Fondo Monetario Internacional con un capital inicial de 8800 millones de dólares, con cuotas a cumplir por cada miembro en función de su poder de fuego avalado por su PBI. A Estados Unidos le correspondería una cuota de 2740 millones (equivalente al 31,1 %), al Reino Unido 1300 millones (14,8 %), la Unión Soviética 1200 (13,6 %), China 550 (6,3 %) y Francia 450 (5,1 %), para los cinco primeros. y que en definitiva determinó el poder de veto y de aprobación de las decisiones del Fondo a crear y aun hoy en día sigue igual. El restante 29% se repartió entre otras naciones participante del Acuerdo de Bretton Woods, en proporciones muy chica, América Latina en total le toco el 8.38% repartido en 18 paises, entre ellos, México, Brasil, Bolivia, Republica Dominicana, Cuba, Chile, Colombia, Nicaragua, Venezuela, Uruguay, Ecuador, Perú, el Salvador, Panamá, Paraguay. Argentina no participó en la Conferencia de Bretton Woods de 1944 debido a que Estados Unidos la excluyó como represalia por su neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial. A África le toco 2,34% y estuvo representada por "tres Paises", Egipto, Etiopia, La Unión Surafricada. El Oriente Medio disponía de un 2,24 % de votos, con Turquía, Líbano, Irán, Siria, Iraq. Europa Central y del Este tenían un 3,90 % de votos, con Polonia, Checoslovaquia y la Yugoslavia de Tito.

El Acuerdo de Bretton Woods dio lugar sin dudas al Nuevo Orden Económico Internacional, con Estados Unidos asumiendo el patrón de oro para el dólar, establecido en ese momento en 35 dólares fijos para la onza de oro. Al mantenerse fijo el precio del dólar, los demás países deberían fijar el precio de sus monedas con relación a aquella, y de ser necesario, intervenir dentro de los mercados cambiarios con el fin de mantener los tipos de cambio dentro de una banda de fluctuación del 1 %. Con este acuerdo, cada vez que algún país miembro tuviera déficit en la balanza de pago, debían acercarse al FMI de entonces para gestionar prestamos cortos que debían pagar en tres o cinco años.

Aquel acuerdo sirvió y mucho, pero desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, estallo la guerra fría y ante el avance económico y social comunista en Europa Oriental por intervención de la Unión Soviética, Estados Unidos decidió implantar su conocido Plan Marshall al Occidente de Europa, con ideas de “fortalecer las democracias, ampliar la clase media europea y apoyar el desarrollo de la empresa privada”. Para ello usando su dólar como moneda internacional de cambio, y respaldada con mucho oro en sus reservas, a sus “nuevos socios” de Alemania, Italia, Francia e Inglaterra dio préstamos a bajísimos intereses, subsidió a complejos industriales y del campo europeo, financio obras de infraestructuras, proveyó asistencia técnica en administración técnica de empresas importantes.

Escribir sobre la guerra fría y el dólar como patrón de todas las monedas del Mundo es largo y tendido, así que solo llegaremos al punto cuando todo aquel Acuerdo de Bretton Woods se desarmo por el mismo país que lo impulso en su momento, los yanquis.

Volviendo al libro de Ludwig von Mises mencionado arriba, “Teoria…”, encontramos algunos enunciados que nos sirven para lo que vendría después de 1971, como aquello que dice que “El dinero pierde valor cuando los gobiernos emiten billetes no convertibles para financiar sus gastos”. “Las políticas de los bancos que inyectan dinero nuevo en el mercado de préstamos pueden causar malas inversiones”.” La impresión continua de dinero puede hacer que el sistema monetario se vuelva inestable y que los ciclos de auge y caída se vuelvan viciosos”.

Es conocido que la Guerra sucia y despiadada de Estados Unidos en Vietnam fue el detonante del Acuerdo de Bretton Woods, además que por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial en 1971 tenían déficit comercial con todos sus socios de Europa y Japón. Los yanquis necesitaban financiar en cantidades industriales aquella guerra que se extendía en el tiempo por la valerosa resistencia del pueblo vietnamita y su gran líder Ho Chi Minh, Richard Nixon dio la orden y Burns, presidente de la reserva federal le dio a la maquinita de imprimir, olvidándose del respaldo en oro que debía tener cada billete que se imprimiera, volando así por los aires, la primera consigna del Acuerdo firmado en 1944.  Los europeos ni lentos ni perezosos, socios en las ganancias, pero no en las perdidas, exigieron que sus excedentes en dólares en sus Bancos Centrales fueran cambiados por oro, lo que llevo a una disminución brutal de las reservas del vil metal en Fort Knox. Nixon, de un plumazo, y sin mediar palabras, o si, con un discurso que sorprendió a todos, como un gran Emperador ( y todos los presi de ese país algo de eso sienten, y sino fíjense en Trump), el domingo 15 de Agosto de 1971 a la noche, en el horario estelar de la televisión de ese país, interrumpió todas las transmisiones y dijo llanamente “He ordenado al secretario [del Tesoro] Connally que suspenda temporalmente la convertibilidad del dólar por oro", la idea era hacer que las exportaciones estadounidenses fuesen más baratas y aliviar el desequilibrio comercial, además de no acabar con sus reservas en oro que se le exigía del otro lado del Planeta.

A partir de allí el Mundo cambio por completo, el dólar se convirtió en una moneda como las demás flotante, aunque la salvo, al fin y al cabo, otro hecho económico, cuando sirvió de referencia para otro producto básico y escaso como decía Mises, que ya no era el oro, sino el petróleo, dado el acuerdo a que llego Estados Unidos con Arabia Saudita en 1974, para cotizar en exclusiva el barril de petróleo en dólares.

El FMI y ese dólar de referencia se convirtió con Estados Unidos a la cabeza en una nueva forma de dominación, los gobiernos que ha acudido a sus préstamos han perdido su soberanía económica, y deben exigir a su ciudadanía ajustes miserables en su vida diaria para pagar lo que deben. Argentina lo está padeciendo.

Hoy el crédito para mí, es la “nueva” plusvalía que mantiene a países e individuos encadenado a la explotación de los poderosos. Podría decirse que es el cuento del huevo y la gallina, sino pides créditos, no podrás contar con dinero suficiente para desarrollarte rápidamente, y por otra parte cuando lo pides, tu deuda con sus intereses es tan usurera que corres siempre detrás de la zanahoria y llega a estrangularte y en el peor de los casos a ser devorado “por las ratas como le paso a Martine”.

Para muchos economistas identificados con el liberalismo hay un concepto que repiten hasta el cansancio, “una sociedad desendeudada es una sociedad pobre”, sino hay crédito no avanza la sociedad, el crédito y la deuda, es la medida para ellos del progreso de una sociedad.

Siempre ponen de ejemplo a los Estados Unidos como país con crédito y mucha deuda, pero al fin y al cabo prospero, sin embargo, según un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York de noviembre de 2024, el aumento de la deuda hipotecaria, de los préstamos para automóviles, de las tarjetas de crédito y de los préstamos estudiantiles trepó a un máximo de US$ 17,9 billones. Las hipotecas, que constituyen la mayor parte de la deuda de los hogares, aumentaron hasta la cifra récord de US$12,6 billones. Representan el 70% de los saldos totales de los hogares, sin embargo, la FED especifica: “Aunque la deuda de los hogares sigue aumentando en términos nominales, el crecimiento de los ingresos ha superado al de la deuda”, “Aun así, las elevadas tasas de morosidad revelan estrés para muchos hogares, incluso en medio de cierta moderación en las tendencias de morosidad este trimestre”, en definitiva, una “sociedad prospera” debe vivir estresada. Continua el informe de la FED de noviembre de 2024, por décimo trimestre consecutivo, un mayor número de propietarios de viviendas se endeudó usando sus casas de garantía, ya que las líneas de crédito con garantía hipotecaria aumentaron hasta US$387.000 millones. Los saldos de las tarjetas de crédito aumentaron en US$24.000 millones, hasta US$1,17 billones, con la cifra récord de 600 millones de cuentas abiertas. Los créditos para automóviles aumentaron en US$18.000 millones a US$1,64 billones. Además, los préstamos a estudiantes aumentaron en US$21.000 millones a un récord de US$1,61 billones. Si pides crédito progresas, según los liberales.

Ahora veamos esto mismo acá en el Sur. Según el primer informe sobre inclusión financiera publicado en noviembre de 2019 por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), el 51% de las personas adultas poseía en ese momento algún crédito con el sistema financiero. En diciembre de 2015, cuando Cristina Fernández de Kirchner dejó el gobierno, esta proporción era del 46,8%. Cristina dejo una pobreza en la Argentina del 30,1% en el 2015, Macri dejo una pobreza del 35,5% en el 2019. Pobreza y deuda van aparejadas.

Tanto Macri como Milei aplaudían de pie, con las dos manos y los pies que aparecieran los créditos hipotecarios y en general, los bancarios, Macri del 2015 al 2019, y Milei en este año 2024 que paso.

En un estudio presentado en Julio de 2024, por el Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de la Provincia de Córdoba, daba cuenta, a partir de 4200 encuestas realizadas en todo el país, que el 93 por ciento de los hogares argentinos tiene deudas y que, aunque más del 25 por ciento de las familias se endeudan a través de la tarjeta de crédito, también intervienen otros actores como los bancos, las prepagas, los préstamos informales y hasta el fiado. Un dato que preocupa es que el 54 por ciento de las deudas tomadas con crédito corresponden a la compra de alimentos, seguido de lejos (casi 40 puntos por detrás) por la carga de combustible. En ese sentido, el estudio advierte que casi el 60 por ciento de las personas tiene entre dos y tres obligaciones financieras. Ante un contexto que marca inflación alta, salarios bajos y aumento de la pobreza, la deuda deja de ser una opción para convertirse en una necesidad. El primer semestre de 2024 el INDEC marco una pobreza en la Argentina de 52,9%.

Pero hay otro aspecto a tener en cuenta con este tema de los créditos de las familias y es que el tener deuda a pagar en el tiempo condiciona tu voto político en el futuro.

Nadie ha podido explicar a ciencia cierta, y definitivamente, no solo la reelección de Menem en 1995, tampoco el apoyo “popular” por ahora a Milei, yo tampoco tengo una respuesta definitiva para ello, pero solo dejo un intercambio que tuve con un camionero fletero que vivió los 90 con Menem y está viviendo ahora lo de Milei.

- ¿Y cómo te va con todo este lio de Milei y tu trabajo?
- Bien, por ahora tengo trabajo, pero este es un loco y para mí no sale nada bueno de todo esto.
- Che, ¿y vos viviste lo de Menem?, ¿no?
- Si
- ¿Y qué te paso?
- Al principio anduvo, al final estaba todo mal, mucho desempleo.
- ¿Pero lo votaste en la reelección? ¿no?
- Si, pero, ¿sabes qué pasó?, estaba endeudado a mas no poder y el tipo me mantenía la moneda estable, uno a uno, papá.

La deuda externa de los países condiciona no solo su impronta hacia fuera del país, sino su desarrollo interno como sociedad, las deudas individuales o de familia nos acogotan en nuestras preferencias políticas, además de crearnos muchas angustias en un Mundo ya estresado.

 

 

 

 

 

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jueves, 23 de enero de 2025

LA ECONOMIA PRONOSTICADA Y LA QUE FUE
(Por Gustavo González)



No son “mandriles de la especie ecochantas” como este viernes los volvió a llamar Javier Milei.

En todo caso, los “ecochantas” son aquellos profesionales que venden su expertise como si fuera una ciencia exacta capaz de anticipar lo que vendrá con decimales. O los que acomodan sus opiniones a las necesidades del poder de turno.

El resto son economistas que intentan desesperadamente asir el futuro con las herramientas que mejor conocen: números, promedios, series históricas. Y como el futuro es esencialmente imprevisible, sí, se suelen equivocar.

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Pronóstico y realidad. 

A fines de 2023, los técnicos del Fondo Monetario sostenían que ese año la economía caería un 2,5%, pero que se recuperaría en 2024 con un crecimiento de 2,8%.

Ya se sabe lo que ocurrió: el PBI 2023 cayó 1,6% y, este año, en lugar de crecer como anticipaba el FMI, caerá en torno al 3%. De hecho, hasta el mes pasado el FMI afirmaba que la caída llegaría al 3,5%, pero esta semana la limitó al 2,8%. El mismo 2,8 que pronosticaba de crecimiento, aunque ahora en sentido negativo.

En cuanto a la inflación, ese informe del FMI preveía para el año que pasó un 69% de suba, contra un 118% en que efectivamente terminó. Margen de error: 70%.

El REM es el tradicional Relevamiento de Expectativas de Mercado con el que el Banco Central recopila los pronósticos de 42 consultoras, entidades financieras y centros de investigación nacionales e internacionales. El resultado es un promedio, lo que debería aminorar la posibilidad de errores extremos.

Un año atrás, el REM preveía que en 2024 el PBI caería un 2,6%, empezando el primer trimestre con -2,9% y un segundo trimestre con -0,4%. Todavía no se conoce la cifra oficial de la caída anual, pero en los primeros tres meses de 2024 la economía cayó un 5,1% y otro 1,7% en el segundo trimestre. Margen de error: 75% y más del 300%, respectivamente.

En cuanto a la inflación prevista por los 42 especialistas que reúne el Central, hace un año proyectaron 213% de aumento. El desfasaje con la realidad fue del 80%. O sea, habían previsto más inflación y menos recesión, y es posible que la mayor crisis que no contemplaron haya moderado el aumento de precios que hubo.

El FMI y el consenso económico fallaron en sus proyecciones para 2024. Ahora son optimistas sobre 2025

En diciembre de 2023, el valor imaginado del dólar al término de 2024 fue de $ 1.700 ($ 1.820 para el top ten de los consultores con mayores aciertos). Pero el último 31 de diciembre, el valor real fue $ 1.060; entre un 60% y un 70% menor al previsto.

Se ve que ninguno de los expertos creyó, tras la megadevaluación en un solo día de casi el 120%, que el nuevo gobierno iba a cumplir con su promesa de microajustes del dólar del 2% mensual frente a índices inflacionarios en pesos que se preveían de dos dígitos para los primeros meses de su gestión. “¿Para qué devaluarían tanto en un solo día, si meses después el valor real del dólar volverá a estar cerca del punto de partida?”, se podrían haber preguntado antes de hacer su pronóstico fallido sobre la cotización de la divisa.

El error de estos consultores no quita que, en efecto, en términos reales el tipo de cambio hoy sea similar al existente cuando Luis Caputo consideró imperioso hacer una megadevaluación, pese al previsible impacto inflacionario que tendría. Lo que generaría una nueva pregunta: ¿Si, como dice el Gobierno, el dólar actual no está retrasado; y si en términos reales el tipo de cambio es similar al de cuando asumió, para qué se hizo esa megadevaluación para corregir un supuesto megarretraso de la cotización, si ahora se sostiene que el retraso no existe?

La profundidad de la crisis.

La costumbre en esta columna de revisar cada año la distancia entre lo que ocurrió y lo que se decía que iba a ocurrir, debe aclarar siempre que si los expertos fallan en países estables es lógico que fallen cuando trabajan sobre la volatilidad argentina. Por eso, lo grave no son tanto los errores, sino la perseverancia de algunos expertos en seguir presentando sus hipótesis como si fueran las conclusiones infalibles de una ciencia dura. La suerte para ellos, como para los magos, es que no deja de haber gente dispuesta a pagar por tal fantasía.

Hoy, el consenso mayoritario entre los economistas, es que 2025 será un buen año para el país. Ojalá esta vez tengan razón.

Los expertos del FMI, por ejemplo, acaban de informar que la economía argentina crecerá un 5%. Mientras que el promedio del REM estima un 4,5% de crecimiento, una inflación del 25,9% y un dólar a diciembre de 2025 de $ 1.205. Dentro de un año veremos qué tan acertados fueron sus pronósticos.

Mientras tanto, los índices de la economía real no terminan de alinearse con el optimismo del consenso.

El dato del uso de la capacidad instalada industrial conocido ahora y correspondiente a noviembre, es del 62,3%. Menor al 63,2% de octubre y menor al 66,4% de hace un año, cuando el PBI ya estaba en caída.

La actividad industrial registró una merma del 1,7% interanual y la construcción una baja del 23,2%.

Hay que recordar que la comparación es con un mal año económico, de sequía histórica y de máxima incertidumbre electoral y política.

Según la consultora especializada Scentia, la caída del consumo masivo entre diciembre de ese mal año y diciembre de un 2024 que el FMI pronosticaba en crecimiento, es muy profunda: 18% abajo. Con 17,3% de caída en Supermercados, 18,7% en Autoservicios y 21% en Productos de Higiene.

Según la Cámara que agrupa a las medianas empresas (CAME), el año que terminó arrojó una caída de ventas del 10%. En un promedio que incluye una disminución del 12% en alimentos y de un 20% en productos de Farmacia.

Para el Observatorio Pyme e IPA (Industriales Pymes Argentinos), en 2024 se perdieron cerca de 10 mil empresas y 217 mil empleos registrados. La misma fuente prevé para 2025 la pérdida de otras 25 mil pymes y otros 300 mil empleos.

Algunos ejemplos de la crisis, conocidos estas semanas: la fabricante de neumáticos Bridgeston pidió ampliar el procedimiento preventivo de crisis presentado a mediados de 2024, lo mismo ya había hecho la argentina Fate; Ferroglobe, la siderúrgica mendocina desde 1973, anunció la suspensión de sus operaciones desde febrero; Los Grobo informó que no podrá pagar su deuda con bancos por US$ 10 millones; Agrofina también reconoció que no afrontará deudas por US$ 9 millones; Surcos, una firma de fitosanitarios desde 1974, anunció el incumplimiento de sus obligaciones negociables; Campo de Avanzada, una empresa que cultiva 7 mil hectáreas en Entre Ríos, cayó en default; Acíndar, el gigante del acero, paró su planta de Villa Constitución por tercera vez, hoy trabaja el 50% de la empresa.

Nuevas lecciones en Davos.

Antes de su llegada a Davos, Milei recibió el informe anual del Foro sobre los riesgos para la economía argentina de este año. Le señalaron cinco: 1) Recesión, 2) Pobreza, 3) Inflación, 4) Deuda pública y 5) Desempleo.

Pero si, esta vez, el optimismo del consenso económico se termina corroborando en la realidad, entonces los especialistas de Davos no tendrán de qué preocuparse.

Cuando conocieron al Presidente argentino en el Foro anterior, supieron que, según él, ellos eran corresponsables de que el mundo fuera cooptado por el comunismo y que hasta los economistas más ortodoxos eran funcionales al marxismo internacional.

Cuando esta semana lo vuelvan a ver, les repetirá que el mundo será anarcocapitalista o no será nada y les aportará dos novedades con las que espera conmoverlos.

Les dirá que, tras aplicar “el mayor ajuste de la historia de la humanidad”, la Argentina comenzó a atravesar un boom económico.

Y les avisará que, desde su pasada visita hasta hoy, ya se convirtió en “el máximo líder mundial de la libertad” junto con otro político que mañana regresará a la presidencia de los Estados Unidos.

 

 

 

 

miércoles, 22 de enero de 2025

 ¿Τιτάν o la Suspensión de Incredulidad?

 


Los titanes fueron previos a los Dioses del Olimpo, y se reconocen 12 como los apóstoles (sin ninguna casualidad), estaban relacionados a lo que primero venero el hombre, en este caso los griegos, el océano, la bendita Tierra, el Sol, la Luna, el Cielo, la memoria, la Ley Natural, el Tiempo. Como todo en la antigüedad estos Titanes primogénitos tuvieron descendientes y se enfrentaron a los que vinieron después que se establecieron en el Monte Olimpo, a la cabeza de estos últimos estaba Zeus, que le gano la pulseada a Crono, mas por picardía que por fuerza según se relata en uno de los pocos escritos que han quedado.

La palabra Titán más recientemente  trata de mantener el significado de sus inicios, denominando a la persona que se destaca por algún aspecto, físico o intelectual, algo de superhombre hay en esa denominación.

En mi infancia y adolescencia solo conocí a un Titán, y ese era El Titán de Bronce, Antonio Maceo y Grajales, hombre corajudo si los hay, que tenía tanta fuerza en la mente como en su brazo, y que encarna como nadie, la resiliencia, el estoicismo y la bravura del pueblo de Cuba. Maceo llevo consigo durante su vida 26 heridas de bala y una de sable, habiendo participado en al menos 600 acciones combativas, de ellas 200 combates de gran envergadura para liberar a Cuba del yugo español. Para mí su denominación como Titán le queda corta.

Pero llegamos a nuestros días y está claro que una parte de la cultura masiva yanqui sobre todo la que se vende al resto del planeta Tierra, está relacionada con la creación de Superhéroes o “nuevos” Titanes, es la mejor manera que tienen de transmitir su cultura de SUPERPOTENCIA, aunque también sabemos que como la mayoría de los imperios anteriores, incluso aquellos primeros titanes previo al Olimpo, sus días o años están contados, es la Ley de nuestra selva humana y contra eso no ha habido nadie que se interponga, ni siquiera el gran Cesar en su tiempo, sobre todo si tenemos en cuenta que China ni lento ni perezoso en apenas 40 años ya no le pisa los talones sino que le está pisando su hallux.



Así que teniendo en cuenta lo anterior, en una edición especial de la revista TIME,  han dibujado al presidente argentino, Javier Milei, como todo un “SUPER”, con bufanda Argentina y patines, al parecer de hielo (por supuesto con la ola polar en el norte y nosotros con tanto calor…mmm pero ¿no es superhéroe de Argentina?). Además  en la Hispanic Inaugural Ball, en el OMNI Hotel de Washington DC, acaba de recibir el premio LWS 2025 Titán de la Reforma Económica, es decir de la noche a la mañana y a un año de su presidencia, ya tenemos a un Titán, y parece que muy bien merecido, mirando con un solo ojo la sonrisa de oreja a oreja que recibió de La Georgieva del FMI en su encuentro (algo amoroso) después de recibir tamaña denominación.



No hay dudas que Milei, nuestro Titán, bajó la inflación en el año 2024, si miramos de punta a punta, este año 2024 termino con 117,76% contra un 211.4% que tuvo el desastroso gobierno de Alberto Fernández en el 2023, es decir un 93.64% menos, semejante logro no es para cualquiera, y por supuesto la cantidad de heridas que este logro trajo, no ha recaído en el cuerpo hermoso de nuestro Titán.

Donde sí se pueden encontrar heridas, unas cuantas de muerte, es en la población argentina que “sin chistar”, algo que parece “increíble”, aguanto el mal trago envenenado que le propuso el gobierno de Milei.

Para lograr semejante hazaña en la baja de la inflación, nuestro Titán de la reforma económica paso por varias “pruebas increíbles” como el Ulises:

·         Ajustó como nunca se hizo antes los haberes de nuestro jubilados y pensionados, quitándole entre otras cosas los medicamentos gratis.

·         Ajustó los salarios privados y públicos muy por debajo de esa “maravillosa” inflación, que sigue siendo alta.

·         Despidió en cantidades industriales a trabajadores del sector público, incluyendo a sectores claves de un país como es la ciencia.

·         Paralizó de golpe la obra pública, teniendo una incidencia brutal en los despidos de trabajadores de la construcción.

·         Desregularizó todos los precios de la economía, sobre todo los de los alimentos, lo que ha provocado una catástrofe alimenticia en la población, que ha bajado su consumo en casi un 20%.

·         Liberó las importaciones de todo, lo que conlleva a la quiebra de la industria nacional y por ende al despido masivo de trabajadores en ella.

·         Pisó el cambio oficial del dólar con el mantenimiento del cepo y de devaluaciones controladas a un 2% mensual, que ha hecho ineficiente por primera vez en décadas al Complejo Agroindustrial Argentino.

·         Alentó con “violencia y alevosía” la timba financiera, trayendo grandes dividendos a los ladrones de cuello blanco de este país y endeudando por 100 mil millones de dólares mas a la fundida Argentina. En definitiva en términos reales dejo el valor del dólar como lo recibió del Alberto y con Reservas del Banco Central negativas por 10 mil millones de dólares. Ah!!! y mientras tanto el PBI Argentino se contrajo en el 2024 en un 2.8%.

 

Podría seguir, pero el drama económico-social que ha traído el cambio de paradigma económico de nuestro Titán no se puede resumir en palabras, un número podría intentarlo tal vez, el 61% de los argentinos llegó a tener, en este año 2024 que termino, problemas para tener cubierto ya sea la canasta básica total o familias enteras con problemas de acceso a vivienda, salud, seguridad social o educación, hay que estar en la calle y sentir lo que la gente siente, eso sí, en honor a la verdad, por alguna “extraña” razón, si ahora mismo fueran las elecciones presidenciales, nuestro superhéroe con bufanda y patines de hielo ganaría por goleada.

Son los nuevos vientos que soplan y parece que adormecen la cara y peor aun el pensamiento, como escuche hace poco decir a Alejandro Dolina, refiriéndose a un concepto aplicable a las distintas formas de arte, del poeta y filosofo ingles Samuel Taylor Coleridge hay una SUSPENSÍON DE INCREDULIDAD, y el relato payasesco de nuestro Titán se CREE más que la realidad concreta que vive cada argentino. Esta “suspensión…” no es la primera vez que ocurre en este país, algo parecido sucedio con Menem en los noventa. Si nos remontamos a aquellos tiempos, tenemos Titán para al menos 7 años más.



 

LA DISTRIBUCION VA EN BICICLETA
(Por Horacio Rovelli) 



El gobierno de Javier Milei realizó y realiza un fuerte ajuste fiscal y económico. En el primer caso, la Secretaría de Hacienda de la Nación estima una reducción del gasto de la Administración nacional en 3,8% del PIB en el año 2024. El total de las erogaciones significó el 15,3% del PIB en 2024, contra 19,1% del PIB en el año 2023, con un PIB que el BCRA evaluó que descendió en el año 2024 en un 3,8% [1] en el total de bienes y servicios producidos.

La reducción del gasto de la Administración nacional representa aproximadamente un 30% del total de las erogaciones. Las variables de ajuste son la obra pública (prácticamente paralizada; las de menor ejecución son las obras viales, de allí que se proponga su concesión al capital privado), los haberes previsionales y las transferencias a las provincias (esencialmente en transporte y en energía).

Y el ajuste económico se visualiza en un superávit comercial en el orden de los 17.000 millones de dólares, dado que a noviembre de 2024 las exportaciones de bienes ascendieron a 72.642 millones (acrecentándose en un 18,1% con respecto a igual lapso de 2023) y las importaciones a 55.444 millones de dólares (disminuyendo en un 20,2% con respecto al año anterior).

Si bien es de destacar las ventas de energía y combustible por 8.626 millones de dólares hasta noviembre de 2024 (se acrecentó en un 20% con respecto a igual período del 2023), lo cierto es que también aumentaron considerablemente las exportaciones de carne vacuna y de leche y demás productos lácteos, cuando se produjeron en el país, en el año 2024, récords de baja de consumo per cápita de carne y de leche y sus derivados, por lo que hay hogares con niños que no consumen ni carne vacuna ni leche.

La razón está en su precio, que se acrecentó notablemente con respecto al de noviembre de 2023. Por ejemplo, el litro de leche en sachet al consumidor estaba en los supermercados a 155 pesos en noviembre de 2023 y esa misma marca y cantidad costaba 1.300 pesos en diciembre de 2024. A su vez, los grandes distribuidores, en noviembre de 2023, le abonaban al tambero 27 centavos de dólar por litro de leche, y en diciembre de 2024 le abonaban 43 centavos de dólar por litro (452,5 pesos). Se acrecentó el precio en divisas porque el dólar mayorista (que es el del comercio exterior) se acrecentó en el año casi tres veces, al pasar de valer 378,37 pesos el 30 de noviembre de 2023 a 1.052,50 pesos el 30 de diciembre de 2024, pero creció mucho menos que el precio al consumidor de la leche (casi nueve veces).

La leche está más cara en dólares, y mucho más en pesos. Pero los insumos para el productor, como el gasoil se pagaba 292 pesos por litro en diciembre de 2023 1.123 pesos la suma de 292 pesos y en diciembre de 2024 sufrió un incremento del 384,6%. Esto afecta la producción agropecuaria  y explica la fuerte disminución de la renta que perciben los agricultores, pero no sólo la agropecuaria, porque se trata de un insumo básico para la producción en general.

En síntesis, la exportación de leche y sus derivados se acrecentó en el año 2024, pero, al encarecerse internamente midiéndola en dólares, es posible que para este año 2025 se la importe desde Uruguay (donde se le paga al tambero 0,38 dólares por litro de leche fluida).

Y a esta situación se arribó porque el gobierno devaluó nuestra moneda en más de un 100% el 12 de diciembre de 2024, y dejó que los grandes formadores de precios “cazaran en el zoológico” ante  las cadenas de supermercados y los mercados cautivos, con nombre y apellido, como la leche y sus derivados,  la carne,  el arroz, las harinas, los aceites, azúcar, etc.

Paralelamente, el salario mínimo, vital y móvil fijado por el gobierno, incluso el salario promedio, y las jubilaciones y pensiones, crecieron muy por debajo de los precios, y también del 117,8% de inflación anual [2] que afirma el INDEC para el año 2024. Esto significó la transferencia de ingresos de los asalariados y jubilados y pensionados a las grandes empresas formadoras de precios.

La “libertad” de precios y el margen exorbitante de ganancias en pesos (y acrecentados al convertirse en dólares) explican por qué las acciones de las grandes empresas mencionadas crecieron en su cotización en los mercados de valores en más del 100% en dólares el año pasado (a las que se deben sumar los grandes laboratorios medicinales y las empresas extractivistas y distribuidoras de petróleo, gas y electricidad).

Carry trade

En ese marco, los títulos públicos ajustables por el Índice de Precio al Consumidor del INDEC (IPC) pagaron una tasa anual de 117,8%, y el costo de volver a dólares Contado con Liqui, fue de solo el 20%; por ende, tuvieron un rendimiento no menor al 95% en dólares.

La Administración nacional en once meses de 2024 logró un superávit fiscal primario de 11.706.855 millones de pesos que utilizó en su totalidad para pagar los intereses y el capital de una deuda pública que nunca se investigó. El ajuste fiscal continuó en diciembre de 2024 y enero de 2025; la prioridad para el gobierno es pagar la deuda. Sin embargo, es tal su magnitud, acrecentada por el ajuste por IPC, que en diciembre de 2024 sumó 475.980 millones de dólares. En sólo el primer año de Milei  se incrementó en 73.224 millones.

La renta financiera por el diferencial de precios en pesos y en divisas generó utilidades extraordinarias a los compradores de títulos y acciones, que el gobierno pretende seguir alimentando al anunciar que el dólar oficial se ajustará al 1% mensual desde febrero de 2025, para asegurar la renta financiera de los títulos públicos en pesos ajustados por el IPC e incluso por tasas fijas, pero mayor que la inflación, y también de las acciones de compañías que logran fijar precios. El problema es qué actividad productiva o comercial lícita puede competir con la renta financiera que garantiza el gobierno de Milei.

Se empobrece a los jubilados y pensionados, se obliga a competir en relaciones cada vez más desventajosas a las pequeñas y medianas empresas que no tienen dólares blanqueados. Aumenta la desocupación y la marginalidad, se endeuda cada vez más al país, y se pone en venta el patrimonio nacional a cambio de dicha deuda. 

 

[1] El gasto de la Administración nacional fue del 23,6% del PIB en 2022, por lo que gran parte del ajuste se venía realizando en el gobierno de Alberto Fernández; había sido del 27,5% del PIB en el 2020 (COVID mediante), y del 24,2% del PIB en 2021.

[2] El SMVyM de diciembre de 2023 fue de 156.000 pesos y el de diciembre de 2024 de 279.718 pesos, el incremento fue de 79,3%.




 

martes, 21 de enero de 2025

LA REVOLUCION MUNDIAL EN LA QUE JAVIER MILEI ES UN ÍDOLO INDISCUTIBLE
(Por Ernesto Tenembaum)



En octubre de 1998, Carlos Menem vivió uno de los momentos más increíbles de su extensa presidencia. En los años previos, muchos países, en distintos confines del planeta, habían atravesado crisis serias: los exitosos tigres del sudeste asiático, México, Brasil, Turquía, Rusia. Pero la convertibilidad se mantenía incólume. Menem parecía el creador de un milagro. Por eso, por una vez en la historia, un presidente argentino ingresó en la Asamblea Anual del Fondo Monetario junto a su par norteamericano, que era Bill Clinton, y fue ovacionado de pie por unas cinco mil personas. “Sentado en el auditorio y escuchando al presidente Menem (…) uno pudo sentirse orgulloso de ser argentino. La Argentina probablemente sea el país que refleje el mayor éxito del FMI desde su fundación”, escribió entonces el consultor Miguel Ángel Broda. El economista Juan Aleman agregó que el Fondo había querido “exhibir a nuestro país ante el mundo sobre cómo es posible encarrilar una situación desquiciada. Somos un leading case (caso testigo)”.

Como Menem entonces, este fin de semana, Javier Milei parece tener el mundo a sus pies. El viernes, el Presidente viajó a los Estados Unidos para participar de la asunción de Donald Trump, algo inédito en la historia argentina: que el Presidente sea invitado a un evento de esa naturaleza. Eso ya sería mucho si solo se debiera a la buena relación personal e ideológica que Milei tiene con Trump. Se le suma que los hombres más ricos y poderosos del mundo, empezando por Ellon Musk, han puesto su mirada, e incluso su afecto personal, en el jefe libertario local. El Fondo Monetario Internacional, por su parte, insinúa que financiará aún más a su principal deudor. Y la prensa mundial ha empezado a rendirse: progresivamente, reemplaza la narrativa que describía a Milei como un líder autoritario y extravagante, por otra que destaca su éxito en reducir la inflación y ordenar la economía.

En aquellos lejanos años, los noventa, Menem encarnaba las ideas y valores dominantes en el mundo occidental. Meses después de su asunción había caído el Muro de Berlín. Parecía que la historia había terminado con el triunfo definitivo del capitalismo y la democracia. La biblia económica sostenía que los países debían ajustar sus presupuestos, abrir sus economías, privatizarlas y desregularlas. Menem iba en esa dirección más rápido y decidido que nadie. El supuesto éxito argentino era uno de los argumentos a favor de ese enfoque: justo en la Argentina, un país desquiciado por la hiperinflación, la implementación de esas medidas mostraba su eficiencia y sustentabilidad en el tiempo. Los que advertían sobre los peligros del camino elegido no eran escuchados.

En estos tiempos, Milei también es el símbolo de una corriente que sacude al mundo y barre con muchísimos conceptos que parecían sólidos como rocas. Tal vez la más relevante de las nuevas ideas tiene que ver con el rol de los multimillonarios en una sociedad. Trump, Milei y Musk coinciden en que la justicia social es lo peor que puede ocurrirle a un país, y que los países progresarán a medida que los ricos más ricos entre los ricos del mundo sean liberados de cualquier control y atadura, o incluso ocupen los lugares centrales de poder. De hecho, el primer guiño que recibió Milei por parte de Musk, ocurrió cuando este tuiteó un video del argentino donde decía: “La justicia social es injusta. No hay nada más injusto que la justicia social. Cuando vos adherís a la idea de justicia social, lo que implica una redistribución del ingreso, lo que estás haciendo es usar el aparato represivo del Estado para distribuir arbitrariamente de acuerdo a los deseos de quienes ocupan el poder”.

-We need to talk, Elon (tenemos que hablar, Elon)—le respondió entonces Milei.

Javier Milei y Elon Musk

Hace pocas semanas, Amalia González, la pareja del presidente, reveló que Milei y Musk conversan largo por teléfono muy asiduamente.

Lo curioso, lo realmente curioso, es que esas ideas han triunfado por vía democrática. Una de las cualidades del sistema democrático es que todos los votos valen uno más allá del poder económico de quienes los emiten. Eso ha permitido emparejar un poco las cosas. Como los ricos siempre, por definición, son menos que los pobres, los gobernantes debieron pensar siempre en los pobres a la hora de tomar decisiones. Pero eso es el pasado. Los pobres han empezado a votar para que gobiernen los más ricos entre los ricos.

Habitantes de villas de la ciudad de Buenos Aires, coyas que pasean ganado en la puna argentina, latinos que emigraron como pudieron a los Estados Unidos, puertorriqueños que son tratados como “bolsas de basura” en los actos de los candidatos triunfantes, todos ellos eligen a quienes les dicen, como honesta propuesta de campaña, que el paraíso les llegará cuando el Estado deje de ayudarlos y cuando los ricos paguen menos impuestos.

De eso se trata esta gran revolución, que es el sueño de Milei. Lo que está ocurriendo en Washington en estas horas parece el comienzo de una era, una en la que Milei –el raro y solitario profesor de economía que hace pocos años mendigaba espacio en la tele—juega un rol relevante.

La asunción de Trump está atravesada por debates de una profundidad y novedad estremecedoras. En su discurso de despedida, Joseph Biden recuperó un término que parecía oxidado: oligarquía. “Una oligarquía está tomando forma en América, en la cual personas de extrema riqueza, poder e influencia amenazan nuestra democracia, nuestras libertades y las posibilidad de progresar de todos”. El senador Bernie Sanders hostigó con ese término a Scott Bessent, el secretario del Tesoro elegido por Trump, otro de los hombres más ricos del mundo, proveniente de un Fondo de Riesgo. Bessent le recordó a Sanders la amistad de Biden con George Soros.

Biden además advirtió sobre los peligros que devienen del crecimiento del poder de los multimillonarios del mundo tecnológico. Hace muy poquitas semanas se publicó en Argentina un libro tremendo llamado La generación ansiosa. Con abundante evidencia científica, su autor, Jonathan Haidt advierte sobre los daños psicológicos que sufren las generaciones que han caído en la infancia en la adicción a los teléfonos inteligentes: depresión, problemas de sueño, dificultad para establecer relaciones sociales, déficit serios de concentración. A todo ello se le agrega la exposición de los menores al acoso sexual de mayores muy experimentados, el grooming, o el acceso libre de niños y adolescentes a sitios de pornografía. “Protejamos a nuestros niños”, dijo Biden. Los magnates tecnológicos tienen todo el derecho a escuchar estas advertencias con sorna: hoy, son los dueños del mundo.

La asunción de Trump representa, por otra parte, un desafío muy serio a la comunidad científica internacional. El hombre designado para encabezar el Ministerio de Salud, Robert Kennedy Jr., ha discutido la evidencia científica histórica sobre la utilidad de las vacunas, entre ellas la vacuna de la polio, que prácticamente erradicó esa enfermedad de occidente, luego de los conmovedores descubrimientos de Jonas Salk y Albert Sabin. Ese desafío a la ciencia se expresa también en el enfoque taxativo de Trump en contra de la idea de que la actividad humana está generando el calentamiento global. De allí, su consigna de campaña, orientada hacia la producción de más y más energía no renovable: “Drill, baby, drill”. (¡Perfora, nena, perfora!). Esos puntos de vista son respaldados por campañas muy eficientes en las redes, donde todo parece discutible: desde la llegada del hombre a la Luna hasta los postulados de Galileo Galilei. Difícil saber hasta dónde llegará este movimiento, cuando se percibe cuán lejos ha llegado.

En el centro de los debates figura la situación de los inmigrantes. Trump ha prometido que el combate contra ellos no se limitará a las zonas de frontera y que intentará producir la deportación de millones de personas, incluídos padres indocumentados de hijos que ya son ciudadanos de Estados Unidos. El hombre designado para esa tarea, Tom Homan, anticipó que en las horas posteriores al juramento presidencial el público debe esperar un operativo que creará “shock y asombro”.

Es una revolución que ubica a los multimillonarios en el centro del poder, idolatra a la tecnología que hoy entra en las casas de las familias de todo el planeta sin imponer ninguna regulación, discute evidencias científicas históricas sobre las vacunas, , habilita el desprecio a minorías sexuales, promueve la libre portación de armas, se propone perseguir y deportar a millones de personas provenientes de países más pobres, y reivindica la masculinidad como un valor central.

Cada uno puede tener sus gustos y sus opiniones. Pero está claro cuáles de ellos son los predominantes en Estados Unidos y cómo crecen esos valores en el mundo occidental. Por eso queda bastante claro por qué la asunción de Trump no es un mero ejemplo de alternancia en el poder. Como probablemente no lo haya sido la asunción de Milei. Se trata de experimentos inesperados, radicales, que dejarán marcas profundas en la historia de todos los seres humanos.

Mientras esto ocurre fuera del país, el Presidente además debilita a los dos ex mandatarios –que fueron protagonistas excluyentes de la vieja normalidad- con los que compite. Al pobre Mauricio Macri, lo tiene a mal traer. Mientras lo trata cordialmente en público, en privado le roba dirigentes en todo el país. El último caso fue el de Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero. El anterior fue el de Luis Juez, presidente del bloque macrista en el Senado. Y se preparan para la huida, si es que Milei los acepta, los gobernadores de Entre Ríos y de Chubut. Milei trata a Macri como, hace muchos años, Kirchner –en el comienzo de su propia era— hacía con Eduardo Duhalde. Uno y otro siempre pensaron que el poder no se comparte. Va a ser un año difícil para el fundador del PRO: ni el kirchnerismo lo destrato tanto.

Y a Cristina Kirchner, Milei parece haberla derrotado en un área conceptual sensible. La popularidad de Milei se mantiene muy alta en un contexto de disminución brutal del consumo. El eficiente aparato de propaganda oficial ha logrado que no trascendiera demasiado un informe de la consultora Scentia según el cual, en diciembre de 2024, el consumo en supermercados y bocas de expendio de todo el país cayó un 18 por ciento. Si eso ocurre en promedio, es claro que cae bastante más cuanto más debajo de la pirámide se ubica una familia. Parecen, realmente, los números de una guerra. Desde que Scentia realiza esta medición, es la primera vez en la que el consumo cae todos los meses del año contra igual mes del año anterior. El dogma de la ex presidenta sostenía que para ganar una elección el consumo popular debía aumentar, aún a costa de convivir con una inflación creciente. La experiencia de Milei parece sugerir que es al revés: la sociedad está dispuesta a ajustarse, y mucho, el cinturón si, a cambio de eso, los precios se serenan.

En 1998, Menem era mimado en los Estados Unidos porque encarnaba una época.

La Argentina era un ejemplo de cómo se podía encarrilar una economía desquiciada.

Ahora es el turno de Milei, testigo y referente de una revolución mundial sorprendente.

Y otra vez, la Argentina aparece como un ejemplo de cómo encarrilar una economía desquiciada.

Otra vez, somos un leading case.

Pavada de destino, el destino argentino.