LA
DISTRIBUCION VA EN BICICLETA
(Por Horacio Rovelli)
El gobierno de Javier Milei realizó y realiza
un fuerte ajuste fiscal y económico. En el primer caso, la Secretaría de
Hacienda de la Nación estima una reducción del gasto de la Administración
nacional en 3,8% del PIB en el año 2024. El total de las erogaciones significó
el 15,3% del PIB en 2024, contra 19,1% del PIB en el año 2023, con un PIB que
el BCRA evaluó que descendió en el año 2024 en un 3,8% [1] en el
total de bienes y servicios producidos.
La reducción del gasto de la Administración
nacional representa aproximadamente un 30% del total de las erogaciones. Las
variables de ajuste son la obra pública (prácticamente paralizada; las de menor
ejecución son las obras viales, de allí que se proponga su concesión al capital
privado), los haberes previsionales y las transferencias a las provincias
(esencialmente en transporte y en energía).
Y el ajuste económico se visualiza en un
superávit comercial en el orden de los 17.000 millones de dólares, dado que a
noviembre de 2024 las exportaciones de bienes ascendieron a 72.642 millones
(acrecentándose en un 18,1% con respecto a igual lapso de 2023) y las
importaciones a 55.444 millones de dólares (disminuyendo en un 20,2% con
respecto al año anterior).
Si bien es de destacar las ventas de energía
y combustible por 8.626 millones de dólares hasta noviembre de 2024 (se
acrecentó en un 20% con respecto a igual período del 2023), lo cierto es que
también aumentaron considerablemente las exportaciones de carne vacuna y de
leche y demás productos lácteos, cuando se produjeron en el país, en el año
2024, récords de baja de consumo per cápita de carne y de leche y sus
derivados, por lo que hay hogares con niños que no consumen ni carne vacuna ni
leche.
La razón está en su precio, que se acrecentó
notablemente con respecto al de noviembre de 2023. Por ejemplo, el litro de
leche en sachet al consumidor estaba en los supermercados a 155 pesos en
noviembre de 2023 y esa misma marca y cantidad costaba 1.300 pesos en diciembre
de 2024. A su vez, los grandes distribuidores, en noviembre de 2023, le
abonaban al tambero 27 centavos de dólar por litro de leche, y en diciembre de
2024 le abonaban 43 centavos de dólar por litro (452,5 pesos). Se acrecentó el
precio en divisas porque el dólar mayorista (que es el del comercio exterior)
se acrecentó en el año casi tres veces, al pasar de valer 378,37 pesos el 30 de
noviembre de 2023 a 1.052,50 pesos el 30 de diciembre de 2024, pero creció
mucho menos que el precio al consumidor de la leche (casi nueve veces).
La leche está más cara en dólares, y mucho
más en pesos. Pero los insumos para el productor, como el gasoil se pagaba 292
pesos por litro en diciembre de 2023 1.123 pesos la suma de 292 pesos y en
diciembre de 2024 sufrió un incremento del 384,6%. Esto afecta la producción
agropecuaria y explica la fuerte disminución de la renta que perciben los
agricultores, pero no sólo la agropecuaria, porque se trata de un insumo básico
para la producción en general.
En síntesis, la exportación de leche y sus
derivados se acrecentó en el año 2024, pero, al encarecerse internamente
midiéndola en dólares, es posible que para este año 2025 se la importe desde
Uruguay (donde se le paga al tambero 0,38 dólares por litro de leche fluida).
Y a esta situación se arribó porque el
gobierno devaluó nuestra moneda en más de un 100% el 12 de diciembre de 2024, y
dejó que los grandes formadores de precios “cazaran en el zoológico” ante
las cadenas de supermercados y los mercados cautivos, con nombre y apellido,
como la leche y sus derivados, la carne, el arroz, las harinas, los
aceites, azúcar, etc.
Paralelamente, el salario mínimo, vital y
móvil fijado por el gobierno, incluso el salario promedio, y las jubilaciones y
pensiones, crecieron muy por debajo de los precios, y también del 117,8% de
inflación anual [2] que
afirma el INDEC para el año 2024. Esto significó la transferencia de ingresos
de los asalariados y jubilados y pensionados a las grandes empresas formadoras
de precios.
La “libertad” de precios y el margen
exorbitante de ganancias en pesos (y acrecentados al convertirse en dólares)
explican por qué las acciones de las grandes empresas mencionadas crecieron en
su cotización en los mercados de valores en más del 100% en dólares el año
pasado (a las que se deben sumar los grandes laboratorios medicinales y las
empresas extractivistas y distribuidoras de petróleo, gas y electricidad).
Carry
trade
En ese marco, los títulos públicos ajustables
por el Índice de Precio al Consumidor del INDEC (IPC) pagaron una tasa anual de
117,8%, y el costo de volver a dólares Contado con Liqui, fue de solo el 20%;
por ende, tuvieron un rendimiento no menor al 95% en dólares.
La Administración nacional en once meses de
2024 logró un superávit fiscal primario de 11.706.855 millones de pesos que
utilizó en su totalidad para pagar los intereses y el capital de una deuda
pública que nunca se investigó. El ajuste fiscal continuó en diciembre de 2024
y enero de 2025; la prioridad para el gobierno es pagar la deuda. Sin embargo,
es tal su magnitud, acrecentada por el ajuste por IPC, que en diciembre de 2024
sumó 475.980 millones de dólares. En sólo el primer año de Milei se
incrementó en 73.224 millones.
La renta financiera por el diferencial de precios
en pesos y en divisas generó utilidades extraordinarias a los compradores de
títulos y acciones, que el gobierno pretende seguir alimentando al anunciar que
el dólar oficial se ajustará al 1% mensual desde febrero de 2025, para asegurar
la renta financiera de los títulos públicos en pesos ajustados por el IPC e
incluso por tasas fijas, pero mayor que la inflación, y también de las acciones
de compañías que logran fijar precios. El problema es qué actividad productiva
o comercial lícita puede competir con la renta financiera que garantiza el
gobierno de Milei.
Se empobrece a los jubilados y pensionados,
se obliga a competir en relaciones cada vez más desventajosas a las pequeñas y
medianas empresas que no tienen dólares blanqueados. Aumenta la desocupación y
la marginalidad, se endeuda cada vez más al país, y se pone en venta el
patrimonio nacional a cambio de dicha deuda.
[1] El gasto de la
Administración nacional fue del 23,6% del PIB en 2022, por lo que gran parte
del ajuste se venía realizando en el gobierno de Alberto Fernández; había sido
del 27,5% del PIB en el 2020 (COVID mediante), y del 24,2% del PIB en 2021.
[2] El SMVyM de diciembre
de 2023 fue de 156.000 pesos y el de diciembre de 2024 de 279.718 pesos, el
incremento fue de 79,3%.
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