Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

jueves, 19 de junio de 2025

AL BALCÓN

 


Finalmente, la película llego a su fin. Los ingentes esfuerzos de los grandes intereses económicos de este país y su poder judicial lograron con la llegada de Milei que la Corte Suprema ratificara la condena a 6 años de prisión (por ahora domiciliaria) de Cristina Kirchner.

Soy un humilde pelador de caña, que mira desde el suelo la realidad de este país, con lo cual afirmar o no que Cristina es corrupta y merece su condena, no lo puedo hacer, sin embargo, a vuelo de pájaro, cualquiera podría afirmar que la justicia en este país esta comprada por los grandes intereses empresariales, y esto hace que precisamente no sea justa, sino Macri, Caputo, Dujovne y hasta el mismísimo presidente Milei tendrían que estar tras las rejas. Recordemos que, frente a los ojos de todos, Milei promociono una criptoestafa de al menos unos 100 millones de dólares, y la justicia poco y nada ha avanzado.

Lo de Cristina comenzó por allá por el 2008 con una denuncia presentada por Elisa Carrió, sobre presuntas irregularidades en la adjudicación de obras públicas en Santa Cruz a favor del empresario Lázaro Báez, entonces corría el primer mandato de Cristina. La causa se reactivó en el 2016, cuando Macri comenzaba su segundo año de presidencia, más exactamente el 27 de diciembre de 2016, el juez federal Julián Ercolini procesa a Cristina Kirchner, Julio De Vido, José López, Lázaro Báez y otros exfuncionarios por los delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública. Se traban embargos por 10.000 millones de pesos para Cristina y De Vido. La investigación estuvo a cargo de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahíques. No voy a entrar en todos los detalles, pero solo diré que el 2 de Marzo de 2018 el juez Ercolini cierra la instrucción y eleva la causa a juicio oral, que comienza un año más tarde en mayo de 2019.

Si uno relaciona las fechas de los pasos que fue dando la “justicia” con respecto a la situación socio-económica y política que se vivió durante el gobierno de Macri, puede observar con claridad, que las resoluciones en la causa del 2008, conocida como Causa Vialidad, están vinculadas a situaciones en las que el gobierno de Macri la estaba pasando mal, y bien era sabido entonces que querían correr de la escena política a un contendiente opositor con amplias posibilidades para volver al poder, algo que los grandes intereses económicos querían frenar a toda costa. Solo mencionar algo sabido, la debacle económica y financiera del gobierno de Macri comenzó en Marzo-Abril de 2018. En Mayo de 2019 las encuestas daban perdedor a Macri en las elecciones PASO de Agosto de 2019, como finalmente ocurrió. En Octubre de 2019 Cristina volvió al poder. A buen lector pocas explicaciones.

Hay que decir algo muy importante, durante los 12 años del Gobierno de Nestor y Cristina del 2003 al 2015, acá el empresariado nacional y porque no el extranjero también, gano a manos llenas, es posible que a partir de comienzo del 2014, hallan mermado las ganancias y es por ello, que esos intereses económicos hayan decidido apostar a un nuevo caballo, en este caso por Macri, que finalmente logró imponerse por 670 mil voto ante un Scioli, que poco y nada recibió apoyo de una Cristina, que ya no se podía presentar a las presidenciales. Esto también explica porque una causa del 2008 contra Cristina a penas se reactivó en el 2016 cuando Macri estaba en el poder.

El gobierno de Alberto y Cristina de 2019 al 2023 fue malo, malo para la gente de a pie, malo para los empresarios, malo para todos. Era de esperar que el poder económico de este país y su justicia como partido político hicieran todo lo posible para deshacerse de Cristina. Así que la condena a Cristina ocurrió durante agosto a diciembre de 2022 y luego entre la defensa de Cristina y las apelaciones correspondientes se llegó a la Corte Suprema, que el 10 de Junio de 2025 deja firme la sentencia a 6 años de prisión de Cristina Kirchner y su inhabilitación perpetua a cargos públicos. Previamente 8 días antes, el 2 de Junio, Cristina anuncia que será candidata por la tercera sección electoral, que incluye 19 municipios del Área metropolitana de Buenos Aires, un bastión peronista que la líder política busca movilizar con vistas a las elecciones legislativas nacionales de medio término que tendrán lugar en octubre de este año. Vuelvo con lo mismo, a buen lector pocas explicaciones.

Y bueno, ahora tenemos a Cristina en el balcón de su casa, con prisión domiciliaria que podrá salir a regar las plantas (que no tiene) y tomar Sol siempre que no alborote a sus seguidores, algo tan ridículo que parece salido de una comedia payasesca. Por lo pronto ayer convoco a una multitud de personas a la plaza de mayo en su primer día de “cárcel” (el tema de las cifras que movilizo es otro capítulo kafkiano que la prensa absolutamente dependiente de ese poder económico utiliza para contrarrestar el hecho).

Pero la pregunta importante acá es ¿Que va hacer en los próximos 6 años esta señora que, con 72 años, ese poder económico con su justicia como punta de lanza a enviado al balcón?

A Cristina no la veo tejiendo con estambre unas bufandas a sus nietos, es una dirigente política de marca mayor, que, aunque condenada, no se va a quedar quieta, ha demostrado sagacidad política, no exenta de algunas pifias (mirándolo con un solo ojo). Fallo en no apoyar a Scioli frente a Macri (a mi modesto entender, la soberbia pudo más, sino soy yo no es nadie) y fallo cuando le hizo la vida imposible a Alberto en su gobierno, cuando fue ella (como toda una emperatriz) con su dedo mágico la que lo designo para las presidenciales del 2019. Ahora bien, dicho esto también digo lo otro, en el 2019 su caudal de voto, como posiblemente sea el de ahora, no rebasaba el 30% de los votantes, se necesitaba alguien moderado que convenciera a una población de un 40% de los votantes que no se identificaba ni con el peronismo ni con la derecha de este país, y a la larga Alberto jugo esa carrera y le fue bien, pues le gano a Macri en Octubre de 2019 un 48% a 40% en la presidenciales.

Desde el balcón Cristina tendrá que volver a demostrar su capacidad de previsión y su astucia para conformar una unidad peronista que meta a todos en una misma bolsa, no solo a los kirchneristas. La convocatoria de ayer logro algo de eso, pero ella seguirá en el balcón, y el peronismo ha demostrado históricamente una máxima, “muerto el Rey, viva el Rey”, la justa por el próximo liderazgo concreto para presentarse en representación de todos a unas presidenciales, acaba de comenzar. No es difícil leer lo que ocurrió más recientemente entre Menem y Eduardo Duhalde, entre Duhalde y Néstor Kirchner, y la incipiente pelea Cristina-Kicillof.

La suerte del próximo peronismo con Cristina desde el balcón, no solo se define por lo que ellos puedan hacer internamente como única fuerza política contraria al rumbo neoliberal actual, sino a la suerte económica y social de este gobierno de Milei. Como he dicho en mi post “Para Rato”…”Es evidente que, en el 2026, la preocupación de la inflación en la gente dejara de existir, entonces el desempleo y el no llegar a fin de mes lo agobiaran tanto que Milei llegara a Octubre de 2027 con una imagen mellada, pero aun así a la larga ganará. Milei lo tendremos hasta 2031 y en su segundo mandato afloraran en toda su magnitud los desastres sociales que estas políticas neoliberales hacen a largo plazo, será un desastre total y entonces comenzará una nueva calesita…”. Precisamente para esa nueva calesita el peronismo tendrá que estar listo, con nuevos dirigentes y con nuevas políticas que no solo enamoren, sino que corrijan los errores del pasado, construir un estado eficiente y prolijo con una cantidad optima de ministerios que garantice no solo dar derechos, sino resolver los problemas concretos de la gente postergados por tanto años, dígase agua, cloaca, vivienda, gas, electricidad, y todo eso hacerlo, sin corrupción. A buen lector pocas explicaciones.




 

miércoles, 18 de junio de 2025

PARA RATO

 


Muchas veces apelamos al pasado para entender el presente y predecir el futuro, no sé si es lo más conveniente, lo que sí, el pasado, es la única “certeza” que tenemos, claro hay que decir también, que sabemos de él porque alguien lo contó o lo vivió, y acá entra otra incertidumbre, hay que saber quién lo cuenta y desde que lugar lo hace. El futuro lo podemos imaginar y sabemos de antemano que, aunque en el presente encontremos rasgos y similitudes de un pasado no tan remoto, predecir en base a ese análisis tiene sus riesgos, porque por “suerte” los seres humanos como un todo no nos quedamos quieto.

Dicho lo anterior y atajándose uno “con un posible penal afuera”, quiero afirmarles, (mal que me pese, incluyendo el dolor profundo que produce en mis cojones), que tendremos Milei para rato, y cuando digo para rato, es para al menos hasta 2031, salvo que pasen cosas, tanto económicas como sociales y políticas, y que también tratare de referirme en esta modesta reflexión.

He estado leyendo con detenimiento acerca del Gobierno de Carlos Menem, la situación política y social de la época de su ascenso, las medidas económicas y sociales que encaro hasta las primeras elecciones legislativas de 1991, la Reforma Constitucional de 1994, las elecciones presidenciales de 1995 y el fin de su mandato en 1999. Milei lleva un año y medio de gobierno, y en Octubre 2025 tendremos el primer plebiscito a su gestión. Desde ya les digo que su triunfo será indiscutible. Es asombroso, pero asombroso de verdad, el parecido que uno encuentra en los hechos políticos, sociales y económico globales de aquella experiencia menemista y de esta “nueva” Mileista. Es como si hubiese un manual, y claro, el que lo lee y lo sigue en la práctica, introduce su impronta “creativa” tratando de corregir lo que entonces no funciono o se quedó a medias.

Veamos de nuevo algo que ya escribí hace un tiempo. “…Menem recibió un país de Alfonsín muy parecido filosóficamente hablando al que recibió Milei de Alberto, el desempleo entonces, el último año de Alfonsín rozaba el 6.2% pero por una hiperinflación del 4900% anual, los trabajadores con empleo registrado no solo no llegaban a fin de mes, sino que eran literalmente pobres. Milei recibe de Alberto-Massa el mismo desempleo y con una inflación galopante del 200%. Nadie le creía entonces a Angeloz y tampoco le creyeron ahora a Massa que con los mismos y haciendo lo mismo podían matar a la devoradora de hombres, mujeres y niños La Bestia de Gévaudan, la INFLACION. El brindar la esperanza “comunicacionalmente” de que se tenía “el método nuevo” para acabar con la inflación hizo que entonces Menem ganara en primera vuelta con el 48% de los votos, e hizo que Milei ganara con el 56% de los votos en el balotage. Menem mintió con su “Salariazo” y la “Revolución Productiva”, nunca hablo de ajuste ni venta de todas las empresas del Estado Nacional, Milei en cambio ha sido el primer presidente de derecha y neoliberal que gano diciéndole a la gente que el ajuste fiscal y el achicamiento del estado son la herramienta adecuada para desterrar al monstruo.

Si bien Menem tardo un año y medio en implantar la convertibilidad de Cavallo (Marzo de 1991), que finalmente hizo bajar rápidamente la inflación en el año 1991 hasta 172%, hay que decir que la inflación de 1990 la bajo de 4900% a 1344% (alta igual, pero se sintió el efecto), esto se debió a las políticas de ajuste ortodoxo aplicadas bajo el mando de Erman González durante 1990 y la acumulación de reservas en el Central.

La inflación de la Argentina luego de implantada la convertibilidad se redujo sustancialmente los siguientes años de Menem, hasta alcanzar un 24.9% en 1992, 10.6% en 1993, 4.3% en 1994 y 3.4% en 1995. Este último resultado le permitió a Menem luego del Pacto de Olivo y la reformulación de la Constitución del 94, reelegirse por un periodo de cuatro años más…”

Milei con su déficit cero y la no emisión de pesos por parte del Banco Central que traducido al castellano quiere decir un ajuste en salud, educación, en empleo público, en obra pública y en la madre de los tomates, ha logrado en el primer año bajar la inflación de 211,4 % a 117,8 % y la inflación de estos 5 meses ha sido de 13,3%, que si se la anualiza a todo el año 2025 según algunas consultoras puede llegar a estar entre 25-30%. Es decir, Milei ha repetido un poco la historia de su admirado Menem.

Pero la similitud y el asombro no está solo en este aspecto, hay un gran parecido en cuanto al accionar político en ambas épocas, aunque con actores diferentes. Por supuesto Menem venia del peronismo y su gran murumaca en el trapecio se dio con el apoyo mayoritario de una fuerza política que estaba bien organizada, algo que adoleció Milei, que en principio eran tres gatos que los agarro por sorpresa llegar al poder para hacer y deshacer a su antojo.

Menem dio vuelta la doctrina de Perón, que simplificándola puede caber en las siguientes palabras, desarrollista, defensora de la industria nacional y de los derechos de los trabajadores, de hecho, basándose en algunas declaraciones que hizo Perón en 1949, veinte meses después de haber asumido como Presidente de la Argentina, el 16 de Marzo de 1991 convoco a los peronistas al Teatro Nacional Cervantes a lo que llamo “Movilización Peronista Actualización Política Doctrinaria”, allí pronuncio un encendido discurso donde subrayo la necesidad de llevar adelante un profundo proceso de adaptación cultural en base a los cambios en el mundo, sobre todo a partir de la caída del muro de Berlín, y a la concepción movimientista del justicialismo como doctrina viva. Explico allí su programa de gobierno, el proceso de "cambio estructural sin precedentes", y el rol de los distintos sectores sociales, defendió la pertinencia de la reforma del Estado, la desregulación del mercado laboral, las privatizaciones de las empresas públicas y la nueva política exterior ligada a los acuerdos de libre comercio regional e internacional. Por supuesto la condición de movimiento y no de partido político, permitió al peronismo incluir en sus filas a toda la gama de colores, desde los “rojo rojito abuelito”, hasta los azules prusia, casi violeta. Esa condición del movimiento peronista, facilito la tarea de reconversión de sus filas hacia la nueva doctrina neoliberal menemista, sobre todo cuando Menem con sus políticas había dado muestra que podía domar la inflación, recuerden que 1990 la inflación había bajado, aunque aún era alta, además que 16 días después de aquel discurso de actualización doctrinaria, el 1 de Abril de 1991, se declaraba la Ley de Convertibilidad de Cavallo, que sacaría de las cabezas de los argentinos definitivamente el tormento de la inflación.

Sería bueno recordar que la Provincia de Buenos Aires estuvo en manos de Eduardo Duhalde a partir de 1991, este había ganado la vicepresidencia junto a Menem en 1989, pero como no le gustaba el trabajo legislativo, Menem queriendo desaparecer la influencia de Cafiero en la Provincia de Buenos Aires, le propuso a Duhalde hacer la postulación para encarar el gobierno de la Provincia. Me detengo en esto último porque verdaderamente, Duhalde en su fuero interno nunca estuvo de acuerdo con el curso neoliberal que tomo el gobierno de Menem, y vio en su nuevo cargo la posibilidad de tener poder suficiente para desde ese lugar de gobernador, primero implantar sus políticas económicas y sociales más cerca a la doctrina peronista, y por otra parte poco a poco enfrentarse con sus criticas al curso neoliberal del menemismo.

Con la reforma constitucional de 1994, se permitió la reelección del presidente de la república por periodos de cuatro años y Menem en 1995, como ya comenté con una inflación domada, logro reelegirse. Eduardo Duhalde hizo otro tanto en la Provincia de Buenos Aires, reformo la constitución y con la ayuda de Aldo Rico y su MODIN, logro que se aprobara la reelección también en la provincia, y por lo tanto le permitió ser relegido para un segundo mandato de 1995 al 1999. Sin embargo, en este nuevo periodo Eduardo Duhalde encabezo la corriente peronista que se opuso fervientemente, no ya solo dentro del peronismo, sino abiertamente ante la sociedad, a las políticas neoliberales de Menem, por considerar que se alejaban de “la doctrina peronista”, tal es así, que tan temprano como después de la elección de 1995 para gobernador, Duhalde dejo explicito su intención de ser presidente para 1999.

Después de 1995 el Peronismo, Menem y el mismo Duhalde se vieron implicados en hechos de corrupción, y escándalos de todo tipos, que mellaron grandemente las simpatías populares, además que la inflación, por estar domada con el uno a uno de Cavallo, dejo de ser una preocupación de la gente de a pie, y temas como el desempleo, la corrupción y la pobreza ocuparon los nuevos titulares en el imaginario popular, lo que hizo posible que en 1997 el Partido Justicialista perdiera esas legislativas y en 1999 cuando Eduardo Duhalde junto a su vice, el cantante popular Palito Ortega se presentaran a las Presidenciales, perdiera frente a la Alianza con Fernando de la Rúa como Presidente y “Chacho” Álvarez como Vice.

Cuento todo esto porque, en el presente, tenemos a un neoliberal acérrimo como Milei en la Casa Rosada, y a un Estatista peronista en contra en la Provincia de Buenos Aires con Kicillof. La similitud es asombrosa, 30 años después de lo comentado arriba. Da la impresión sin embargo que con Milei todo ocurre a la velocidad de la luz, lo que a Menem le llevo 6 años, como la inflación, este lo hará en tres, así que si uno se deja llevar por la historia y esa magia gitana que uno cree tener (pobre mi Abuela que, si la tenía, según cuentan los registros trasmitidos oralmente), Milei pintará de violeta el territorio nacional en Octubre de este año en las legislativas y luego a principio de 2027 empezaran sus problemas más serios. Es evidente que, en el 2026, la preocupación de la inflación en la gente dejara de existir, entonces el desempleo y el no llegar a fin de mes lo agobiaran tanto que Milei llegara a Octubre de 2027 con una imagen mellada, pero aun así a la larga ganará. Milei lo tendremos hasta 2031 y en su segundo mandato afloraran en toda su magnitud los desastres sociales que estas políticas neoliberales hacen a largo plazo, será un desastre total y entonces comenzará una nueva calesita, espero gracias a Dios, con alguna impronta distinta, pero en esencia será la misma. Para entonces seré un hombre jubilado y comenzaré a sufrir las penas que hoy y en el pasado han sufrido los pobres jubilados en la Argentina.




lunes, 2 de junio de 2025

SIN LUGAR PARA DÉBILES
(Por Ernesto Tenembaum)



El jueves, pasado el mediodía, una manifestación realmente inédita recorría las calles céntricas de la ciudad de Buenos Aires. Estaba conformada por algunos miles de familiares de niños con discapacidad que reclamaban por los subsidios directos o indirectos que dejaron de percibir como parte del plan antiinflacionario del Gobierno. Al pasar frente a la sede de la Agencia Nacional de Discapacidad, de a poco, los empleados –los que quedan de ellos- se acercaron a las ventanas del edificio: las cámaras pudieron captar el momento en que varios rompieron en llanto.

Los testimonios de los afectados eran desgarradores. En ese contexto, se viralizó una declaración de Marlene Spesce, la mamá de Ian Mouche, un niño del espectro autista que ha participado de varias notas televisivas antes de este conflicto. Marlene y Ian contaron en su momento que Diego Spagnuolo, el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, les había dicho que “si una familia tiene un niño discapacitado, el problema no es del Estado sino de esa familia”. “¿Por qué yo tengo que pagar peaje y vos no?”, les habría preguntado el funcionario. Consultado por Esteban Trebucq, Spagnuolo negó esa anécdota. Cuando, luego, Paulino Rodríguez le preguntó a Marlene y a Ian, este se puso tan nervioso que no pudo terminar la nota. Naturalmente, ratificaron su versión de los hechos.

El conflicto entre el Gobierno y las familias de chicos con discapacidad es apenas un capítulo más en la saga de conflictos que enfrenta en estos días al equipo del presidente Javier Milei con sectores muy sensibles y desprotegidos de la sociedad. Esta misma semana, el centro del debate público fue ocupado por los médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, residentes, anestesistas y personal administrativo del Hospital Garrahan, el prestigioso centro de salud infantil que se ocupa, por ejemplo, de la atención del 40 por ciento de los niños argentinos con cáncer. El funcionamiento del hospital ha sido tan virtuoso que parte de sus ingresos proviene de las derivaciones que recibe de las empresas de medicina prepagas más caras.

Los testimonios de médicos que se encargan de la terapia intensiva o de residentes que trabajan en el sector de neonatología eran tan impactantes como los de Ian y su mamá. Personas que dedican su vida a que los niños puedan seguir su vida pese a haber nacido prematuros, o a salvar la vida de los hijos de otros, lloraban en cámara mientras argumentaban que la política oficial no les dejaba otra opción que abandonar el Garrahan, del cual ya se fueron cien profesionales de alto nivel: los primeros que se van de estas estructuras son los más capaces porque rápidamente son absorbidos por otras entidades.

El debate público, por momentos, desdibujó las fronteras ideológicas habituales. El periodista Antonio Laje explicó: “A ver si entendemos algo. El Garrahan tiene 250 médicos. Sumale enfermeros, técnicos radiólogos. Es un hospital modelo, no de la Argentina, sino de toda la región. Vos no podés tener gente preparada, que estudió ocho años, o a un residente que trabajó cuatro años más, vos no podés pagarles 800 mil pesos. Vos no podés pagarle a un médico que está empezando su residencia en el Garrahan 600 mil pesos. No resiste ninguna lógica. Hace cuatro años también ganaban mal. Pero hoy, si encima durante todo el año no tuvieron aumento, quedaste recontradesfasado”. El diputado de centro derecha, Nicolás Massot, explicaba por su parte que los problemas del Garrahan se podrían solucionar con el dinero que el gobierno central destina a la Secretaría de Inteligencia del Estado.

El presidente Javier Milei reaccionó en dos tiempos frente a este clima. El viernes por la mañana concedió una entrevista en la que dijo que el conflicto del Garrahan estaba “politizado”, que el hospital estaba “lleno de ñoquis”, depositados allí por “psicópatas kirchneristas”. Luego razonó en X de esta forma: “REFLEXION SEMANAL. Si todo el debate público actual gira en torno a mis modos, las peleas en X del @GordoDan y Dalma Maradona sobre la visión de Dieguito Fernando y las empanadas de sapo de Ricardito, a la luz del quilombo que heredamos, todo esto indica que vamos muy bien. TMAP”. TMAP es la sigla compuesta por las iniciales de la expresión “Todo Marcha de Acuerdo al Plan”, un lugar común de las huestes libertarias. Milei también explicó: “Cuando uno va contra los curros lo acusan de insensible” y difundió mensajes que definían como “opereta” a la protesta de los médicos y médicas del Garrahan. Curros, opereta, ñoquis, psicópatas kirchneristas.

El Gobierno informó, por su parte, que dos tercios de la planta del hospital estaba integrada por personal no médico: burócratas, ñoquis, kirchneristas. No ofreció ningún documento que respaldara esos números. Era apenas algo que alguien decía. Los trabajadores en huelga desmintieron que fuera así: según ellos la proporción es exactamente la inversa. En cualquier caso, aún si los datos oficiales fueran ciertos, ese argumento no explica por qué el problema no se resolvió durante el año y medio que lleva la gestión oficial, ni tampoco por qué los residentes ganan 780 mil pesos y no les aumentaron durante el último año. Sin esos salarios, no se hubiera producido este conflicto ni la fuga constante de profesionales del Garrahan.

Mientras pasaba todo esto, cientos de científicos marchaban caracterizados como El Eternauta, el director nacional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria detallaba la manera en que, con argumentos falsos, el Gobierno lo destruía de a poco. Y las fuerzas de seguridad lanzaban gases, como cada miércoles, contra la pequeña marcha de jubilados que reclama un aumento a sus magros ingresos. Un trabajador de la empresa láctea Verónica quebró en llanto en una radio porque él y sus 700 compañeros dejaron de cobrar y nadie se hacía cargo de su intemperie.

Todas esas imágenes pueden ser enmarcadas de maneras diversas. Un crítico del gobierno podría afirmar, con todo derecho, que son consecuencia de una política oficial insensible que avanza sin tener reparos prácticamente frente a ninguna situación: desatender a niños con discapacidad o con enfermedades oncológicas parece realmente una enormidad. Pero un votante libertario podría defender lo que hace el Gobierno como un cumplimiento casi literal de las promesas de campaña. Milei está llevando a cabo un programa que nunca ocultó y fue respaldado por la mayoría de la sociedad. El entonces candidato expresó con claridad que no creía en la salud pública, que en todo caso el sistema actual debería ser reemplazado por uno de vouchers. Ese día en que gritaba “¡afuera!” cuando un periodista le mencionaba organismos del Estado, incluyó al Ministerio de Salud y al Conicet. ¿O no dijo que amaba ser “el topo del Estado”, el que lo destruye desde adentro? El apoyo a las familias de chicos con discapacidad, ¿no es un elemento más de la justicia social que el mismo presidente aborrece?

La necesidad de tener cuentas fiscales ordenadas no asoma como un argumento sólido cuando se trata de problemas que se resuelven con muy poco dinero, y cuando se observan las prioridades generales del Gobierno. Las denuncias de corrupción que suelen acompañar cada aplicación del plan motosierra no han logrado convencer a casi ningún juez de su solidez, y la mayoría de las veces ni siquiera se producen. Si la motivación no consiste en cuidar el gasto, ni tampoco en cortar “curros”, tal vez haya otra cosa.

En un costado de la discusión hay una convicción presidencial muy sólida, donde el Hospital Garrahan o la asistencia a personas con discapacidad son elementos incómodos. Por momentos se disimula, se justifica con técnicas discursivas o con datos parciales, pero está ahí, cada vez que Milei habla. Para él, el rol del Estado debe ser tan mínimo como sea posible: en todo caso será la sociedad, si es que le interesa, la que deba financiar los problemas de los débiles. Lo ha dicho cientos de veces. Tal vez por eso, ante el desafío de los trabajadores y trabajadoras del Garrahan, el Presidente no expresa solidaridad sino que contraataca.

En una sociedad con tradición rebelde como la Argentina, tiene su lógica que haya protestas ante los efectos de la mirada libertaria sobre la vida real. Las hay y las habrá. Pero la novedad, la enorme novedad, es que el Gobierno y sus seguidores pueden avanzar, porque esas imágenes no dañan su proyecto de acumulación de poder. De hecho, hace solo dos semanas esas ideas fueron potenciadas por el impactante triunfo que tuvo en la ciudad de Buenos Aires y, desde entonces, Milei no deja de recibir buenas noticias. Mientras los familiares de chicos con discapacidad protestan, recupera algunos puntos de imagen y crece su poder político al sumar dirigentes de la provincia de Buenos Aires –intendentes, concejales, punteros, diputados— que hasta hace unos minutos pertenecían al PRO.

La fortaleza de Milei se podría explicar por una confluencia de factores superpuestos: su evidente carisma, esa capacidad para perforar la pantalla de los celulares; el control relativo, pero control al fin, de los precios de la economía; la falta de alternativas políticas reales, y el recuerdo de los gobiernos anteriores. Todo eso juega un rol, pero tal vez esté ocurriendo algo más. La elección del sorpresivo Milei reflejó un fuerte cambio en la escala de valores de un sector importante de la población. La continuidad del apoyo tal vez exprese que esa nueva cosmovisión ha llegado para quedarse, aunque incluya la convivencia cotidiana con situaciones humanas que solían percibirse como muy dramáticas, la construcción de una sociedad donde los más débiles son abandonados a su suerte, o a la suerte que les depare la macro.

No es la primera vez que una sociedad decide que no hay lugar para débiles; tampoco la Argentina es el único país del mundo donde esto ocurre.

Todo esto seguramente sea coronado por un triunfo en las elecciones de octubre, con lo cual el Gobierno se sentirá legitimado para avanzar con el criterio que ha aplicado con los niños con discapacidad o con el Garrahan. Y lo estará. Así que Ian Mouche, su mamá, y tantas otras personas deberán buscar caminos alternativos a los que la Argentina les ofrecía hasta hace muy poco.

Se trata de un radical cambio de régimen.

Y esto, cómo decirlo, recién empieza.