Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

martes, 18 de febrero de 2020


Como la memoria de muchos de nosotros es bastante corta, esta bueno recordar lo que publicaba el 23 de Septiembre de 2019…era un secreto a voces, pero alguien con cierta “autoridad” lo decía…

Joseph Stiglitz: “Macri y el FMI provocaron el desastre”
(Por Eduardo Febbro, PAGINA12)



El profesor Joseph Stiglitz es una excepción lúcida en el castillo calculador del imperio liberal. Consiente, según escribe, de que “el experimento neoliberal ha sido un fracaso espectacular”, Stiglitz promueve hoy lo que el denomina “un capitalismo progresista” como reemplazo al fracasado ultra liberalismo. No es un antiliberal pero si un reformista y, sobre todo, un acérrimo adversario de las políticas del FMI. Precisamente, cuando ocupaba el puesto de economista  jefe del Banco Mundial, sus posturas adversaras el FMI le valieron el Premio Nobel de Economía en 2001. A sus casi 77 años Stiglitz perdura con toda la legitimidad de su voz alternativa. Tanto más legítima cuando que, en lo que toca a la Argentina, sus premisas se hicieron una realidad fatal. En sus planteos contra el esquema actual, las experiencias argentinas de los últimos años ocupan un lugar especial. Entre las políticas económicas nacionales erradas y los organismos multilaterales de crédito que las alentaron y las financiaron con un endeudamiento suicida, Stiglitz ve todo el abanico negativo que va desde la desregulación de los mercados, el corte de los impuestos para los más pudientes, la financiarizacion de la economía, la austeridad, el ahogo del crecimiento, tasas de interés descabelladas, la inflación, la devaluación y la deuda. 

Stiglitz ha sido un critico del modelo macrista y en más de una ocasión predijo que la Argentina podría terminar como Grecia y el dólar en la estratosfera. También se ha mostrado muy mordaz con el Fondo Monetario Internacional y sus “modelos impregnados de ideología”. Ambas líneas, la política del presidente Macri y la intervención de los organismos multilaterales de crédito, han sido, asegura Stiglitz, el desencadenante del desastre argentino. 

En esta entrevista de Página/12 con el premio Nobel realizada en París, Stiglitz sostiene que la política económica del gobierno fue “una apuesta fallida” respaldada por una comunidad internacional “enceguecida” por modelos caducos.

Hace unos días, se voto en la Argentina una Ley de emergencia alimentaria. Parece cada día más un paso hacia una ficción negra: hay urgencia alimentaria en el país cuya retórica nacional ha sido, durante décadas, ser “el granero del mundo”. ¿Es para usted el fracaso rotundo del proyecto que llevó en 2015 al presidente Mauricio Macri a la Presidencia?

- Escribí un artículo cuando el presidente Macri empezó a aplicar su política económica. Ya advertí que el presidente estaba corriendo un gran riesgo con la reducción de las retenciones a la exportación. Le aportó ganancias al gobierno, pero derivó en el aumento de los precios de los alimentos en la Argentina y el empobrecimiento de muchos trabajadores. De alguna manera, fue una apuesta por la idea de que se produciría en la Argentina una fiebre de fondod extranjeros hacia el país y que, con ello, Macri podría pagar la enorme suma de dinero que estaba pidiendo prestado con unas tasas de intereses escandalosamente altas. No puede haber ninguna inversión si se pagan tasas de interés del orden del 70 por ciento anual. En un momento las tasas de interés por las nubes desencadenan el efecto contrario. Creo que fue una apuesta fallida. Los inversores extranjeros no acudieron para respaldar la apuesta de Macri. Desafortunadamente para el país, Macri apostó mal y ahora Argentina paga un precio muy alto por ese error que fue respaldado por mucha gente que ya conocemos dentro de la comunidad internacional.

Al principio del mandato se celebró la retórica según la cual “La Argentina vuelve al mundo”. Luego ahondaron la idea de que “el mundo nos apoya”. Y siguen con eso, pero la situación demuestra lo contrario. El mundo abandonó a la Argentina en estos años.

- Una de las cosas que se hizo cuando Macri se convirtió en presidente fue decir que la Argentina había heredado muchos problemas. Pero una de las cosas buenas que él heredó fue precisamente una deuda externa muy baja. Pero él cambió esto y convirtió a un país con una deuda externa muy baja en otro con una deuda exterior altísima. Esto se llevó a cabo con la connivencia y el apoyo de la comunidad internacional. Ahora se está pagando el precio.

La responsabilidad del Fondo Monetario Internacional y de su Directora Gerente, Christine Lagarde, es ineludible.

- No sólo se trata de dinero. Ha sido un enorme error de juicio y quedan preguntas que ya se han planteado. ¿ No se trató acaso de un análisis económico contaminado por un análisis político? Tal vez había algunas personas dentro de la administración estadounidense que si deseaban que el plan tuviera éxito y también apoyar la apuesta de Macri. Pero hay preguntas sin respuestas, como en el caso de Grecia y la precaución inicial que debería preceder todo análisis económico, y que en ese caso también fue fallida.

¿Qué le espera como solución a un próximo gobierno con una herencia tan pesada?

- La situación se ha deteriorado tan rápido que es muy difícil en este momento emitir un juicio. Creo que la Argentina, en estos últimos cuatro años, no debería haber contraído esos enormes préstamos del FMI y de la comunidad internacional como respuesta a sus problemas. La pregunta sobre lo que se debería hacer concierne ahora a la comunidad internacional dado que fue ella quien también cometió esos errores. Se trata de saber hasta donde está dispuesta a llegar la comunidad internacional reconociendo el papel que desempeñaron en crear esta nueva crisis en tan pocos años. No puedes culpar del todo a la Argentina si alguien en la comunidad internacional te dice que te dará 60 o 70 mil millones. Por supuesto, estás tentado a decir que sí aún si piensas que los banqueros te dirán que no. Son los banqueros quienes detentan el caramelo y también ellos quienes deberían decir que es irresponsable, que no se puede. Debo decir una vez más que es a los banqueros a quienes habría que criticar, incluyendo, en este caso particular, al Fondo Monetario Internacional. Se equivocaron al suministrar esos fondos. El problema fue también que Macri cometió una serie de errores, como cuando empezó a eliminar los impuestos a la exportación para después comenzar de nuevo. Luego están los errores cometidos por el Banco Central con la forma en que se llevó a cabo la política monetaria y la estabilización. ¿ Se hizo el trabajo de la manera correcta? Ellos cometieron toda una serie de errores. El FMI debió hacer sonar el silbato. Si el Fondo Monetario Internacional dijo que la política económica estaba bien y que por ello iban a aportar 50 mil millones de dólares, eso fue pensamiento mágico, eso correspondía a un juicio enturbiado por la ideología. El FMI no estaba ayudando a la Argentina, sino violando la política de no intervención o intentando modelar la política argentina.

Después de las elecciones en las PASO, el peronismo quedó en una posición muy favorable para las elecciones de octubre. Ahora bien, dentro de la comunidad internacional mucha gente tiene miedo del peronismo. Los medios reiteran ese cuento de que se vuelve al pasado, de que la Argentina se va del mundo. ¿Usted le tiene miedo al peronismo ?

- No, no tengo miedo. La Argentina encontró soluciones optimas después de la crisis del 2001 y 2002 y estas soluciones acarrearon un crecimiento. Durante el mandato de Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner criticó al gobierno y dio pruebas de su independencia. Néstor Kirchner demostró ser un hombre integro. Ya sabemos que la política es siempre algo muy difícil, y que con la política no hay promesa para el futuro. Pero esto es un indicativo de que se proseguirá con lo que se cree correcto en materia de política económica. Por lo que he recopilado, cuentan con un amplio número de asesores que están más en contacto con la realidad económica que, desafortunadamente, los consejeros de Macri. 



LOS TRES ENTIERROS DE LA ESFERA DIGITAL CUBANA
(Por Harold Cárdenas Lema, en “LA JOVEN CUBA”)


Un grupo de nerds creó Internet creyendo que un mundo conectado tendría que ser mejor. En 2012 Mark Zuckerberg escribió que Facebook haría del mundo “un lugar más abierto” y Fidel Castro calificó la web de “instrumento revolucionario». Todos se equivocaron. Hoy el mundo no es mejor, las redes sociales son un escenario hostil y muchos cubanos se radicalizan allí hacia posturas conservadoras. La utilización de Internet como arma política está marcando el 2020. Empezó con una canción de Silvio Rodríguez, una décima de Ray Fernández y un video de Eduardo del Llano, tres escenas donde el diálogo nacional perdió ante el ventajismo político.

En diciembre de 2016 Edgar Welch entró con un rifle de asalto a una pizzeria de Washington DC. El joven de 29 años asaltó el lugar para salvar los niños que Hillary Clinton explotaba en su red de prostitución infantil. Al no encontrar los esclavos sexuales del partido demócrata, fue arrestado y reconoció estar motivado por teorías conspirativas en las redes sociales y foros de opinión no especializada. Los conservadores habían activado un soldado de fe ciega. 

Existe abundante bibliografía sobre la utilización de las redes sociales como armas de guerra. El libro LikeWar: The Weaponization of Social Media, explica la metodología: crear una narrativa, transmitirle emoción, darle un toque de autenticidad, reunir una comunidad alrededor de ese discurso e inundar la web. Este manual de operaciones describe el comportamiento de actores radicales en nuestras redes sociales. Desde el nuevo macarthismo cubanoamericano promovido por Otaola y los medios que lo acogen, al fanatismo de algunos funcionarios en La Habana y sus acólitos, los extremos son muy similares el uno al otro.

Cuando Silvio Rodríguez criticó el uso de un fragmento de su canción y Orishas le respondió, surgió una oportunidad para las tribus. El periódico Granma, que nunca publica los comentarios políticos del trovador en su blog, vio oportuno entonces salir en su defensa. La derecha cubanoamericana, olvidando sus reclamos al grupo de hip-hop por haber participado en el concierto Paz sin Fronteras, salió a defenderlo de la “arremetida” de Silvio. Las redes sociales se llenaron entonces con análisis de usuarios que estiraban los hechos y la legalidad para llegar a resultados que satisfacían sus preferencias políticas.

Hace dos semanas, Ray Fernández compartió una décima en su página de Facebook criticando a los que embadurnaban con sangre los bustos del Apóstol de Cuba. Como los Clandestinos ya eran símbolo de la oposición, las críticas al músico no se hicieron esperar. El horror llegó cuando Fernández se declaró comunista, era difícil entender cómo un artista contestatario con canciones críticas podía ser a la vez comunista. La derecha que hasta ayer lo suponía hijo pródigo, lo denunció en intentos de bullying digital e intentó cancelarlo culturalmente sin éxito. Y mientras más visceralmente lo criticaban desde un extremo, con más ahínco lo defendían del otro. Cubadebate, que nunca reprodujo el mayor éxito de Ray, Lucha tu Yuca, le dedicó entonces artículos elogiosos sobre sus declaraciones.

Eduardo Del LLano lleva una década creando videos y películas que cuestionan la realidad nacional. En su página de Wikipedia se le describe como un “crítico del gobierno cubano”. Cuando hizo un video pidiendo que no se utilizara políticamente el fallecimiento de tres niñas en un derrumbe en La Habana, fue la debacle. Medios de agenda opositora como ADN Cuba, CiberCuba y Diario de Cuba, pronto cambiaron el tono elogioso que hasta ese momento le dedicaban al realizador. Posiblemente algunos militantes partidistas que celebraron el video compartido por Del LLano, hasta ese momento lo consideraban un agente de la CIA.

Detrás de las críticas a Silvio, Ray y Eduardo, hay más que un ejercicio de opinión ciudadana. Mientras crecen las sanciones económicas a Cuba, fluyen los fondos para cambio de régimen a manos de los medios y figuras de la oposición y el exilio cubano. Sería interesante conocer cuántos de los que rasgan vestiduras por la democracia en Cuba aceptan fondos para influir en la política doméstica nacional, algo que Estados Unidos prohíbe en su territorio, es ilegal según el derecho internacional y resulta inaceptable para cualquier país en cualquier sistema político. Que te llene los bolsillos la misma persona que ahoga tu pueblo, es una interesante muestra de patriotismo. Hay gente que se montó en el carro con Trump y les gusta fingir que van con Obama, o Martí.

Abundan en la Florida medios y emprendimientos digitales que no son periodismo, pero su propaganda política es buen negocio. Algunos recibiendo fondos federales para influir en Cuba y otros compitiendo para entrar en el juego, todos se alimentan del morbo de una audiencia de emigrados que busca canalizar su nostalgia y siente impotencia por la situación en la isla. El gobierno cubano, que tuvo una política discriminatoria a sus emigrados durante décadas, los entregó a esa industria del resentimiento que hoy los radicaliza políticamente con valores conservadores. Esto ocurre en Estados Unidos con fondos federales, cabe preguntarse si es legal activar políticamente un sector vulnerable de emigrados a favor del partido republicano. No lo creo.

Hay varios tipos de influencers en las redes sociales, algunos más responsables que otros pero la mayoría con tendencia al escándalo y los shows que aumenten su audiencia. Tampoco debe sorprendernos que los cubanos pasen de la apatía política a la crítica visceral de derecha, en ocasiones con tonos racistas, totalitarios y abundante falta de ortografía. Y si Trump tiene una audiencia para su show, Cuba tiene un público para el chanchullo y el morbo.

Hay señales de que el gobierno cubano ha creado grupos organizados en Internet para insertar narrativas digitales que le sean favorables, así como hay evidencia de que medios pagados por el contribuyente estadounidense, como Martí Noticias, crean perfiles falsos en las redes para distribuir sus contenidos y crear una imagen de apoyo popular. Mientras esta guerra digital continúa en ascenso, la dinámica de las redes sociales promueve las peores prácticas. A menudo los politólogos tienen menos seguidores que los emprendedores de la opinión y un análisis experto no es tan leído como una estridencia.

Tres oportunidades tuvo la esfera digital cubana en el último mes para que no se impusieran los objetivos a corto plazo de sus grupos beligerantes. En cada una de ellas el diálogo murió desde el inicio. Nadie reconoció la hipocresía de asimilar o desechar a tres artistas en disputa ni lo que significa eso para la construcción de la nación y el proceso reconciliatorio pendiente. Las redes sociales en particular se hicieron tóxicas, desde las pandillas en Twitter hasta los grupos de amigos en Facebook, todos dándose likes entre ellos. Tener la posibilidad de seleccionar nuestros contactos nos confinó a un círculo de personas con ideas afines que refuerzan nuestras propias creencias. Vivimos en una cámara de eco constante creyendo que representamos la mayoría.

El 29 de Octubre de 1969 un estudiante de UCLA, Charley Kline, intentó transmitir la palabra login hacia una computadora en Stanford. Después de las letras l y o, el sistema se bloqueó. Con este error y un mensaje a medias surgió ARPANET, que luego daría lugar a Internet. Quizás tenemos que enterrar el diálogo una y otra vez hasta encontrar la fórmula para una convivencia digital, pero mucho me temo que la interacción humana es más compleja que la tecnología. Charley Kline debió escribir otra palabra en su teclado: love.