hay ganas de quedarse plantado en este verso!
(“Los anillos fatigados”, Cesar Vallejo)
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CUANDO PIDO PERDON Y TU NO TE ENTERAS
Vale la guitarra
con cuerdas de lagrimasy un océano de viento
sobre mi cara
siento la penumbra
del destino
caminando ahora en el desierto
Vale un pájaro
de mal agüerouna cristalina calavera
del olvido
para saber que no existo
no teniendo tus piernas
sobre mi ombligo
Vale la noche cálida
el morapiocomo fragancia de tu boca
para amarte
a oscuras
sin ni siquiera
tu saberlo
Pido que me perdones
ahora desechotransitando solo
mis faltas
en pleno aguacero
de espectros
por lo que fue
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