UN
REGALO POR LOS 50
Hay edades en las cuales uno hace resumen de
vida, o al menos una parte de ella, los 50 años es un número redondo que
impresiona, y tal vez por ello, algunos seres humanos, entre los que me
encuentro, se cuestionan todo lo vivido. Es decir como en muchas cosas de mi
vida, no soy nada original, ni creativo, por proponerme algo así, sino bastante
del monto…(son pocos los que alcanzan la luz, aportando algo a los demás, el
resto de los mortales, vivimos como podemos).
Cuando por allá por 1979, decidí estudiar
alguna cosa que tuviera matemática, física y química, en contraposición de lo
que hasta ese momento quería mi vieja, que tenía que ver con sangre y
hospitales ( “tienes que ser un eminente cirujano,…no se dé que,…pero
cirujano”), no me equivoque, la ciencias físicas, el porqué de este Mundo, ha
sido mi pasión, y no cualquier ciencia, sino más bien una ciencia aplicada, que
sirva no para engrandecer el éter de la sabiduría, sino que le sirva a la
gente, aunque a decir verdad, algunos de mis compañeros teóricos, estarían muy
enojado, porque atravesándome su espada justiciera, me dirían, “para construir
algo, primero hay que entender los cimientos de las cosas”, y no dejan de tener
razón, solo que algunos de ellos se han quedado en el solo entendimiento, sin
pasar a “manos a la obra”.
Cuando comencé en mi querido CEADEN en 1988,
el Dr. Carlos Cruz y el Lic. Antonio Leyva (El Tony), hoy convertido en todo un
Doctor en Ciencias Físicas, ejercieron
una gran influencia en mi formación, ellos me enseñaron el arte de la
investigación y sobre todo de plasmar en un artículo científico para publicar,
o presentar en algún evento científico, los resultados obtenidos de algún
experimento, recuerdo como si fuera ahora, mis discusiones con “El Tony”, sobre
las formas de redacción y el estilo a utilizar en aquellos primeros artículos
científicos, y mi pedantería al terminar en muchas ocasiones aquellas
discusiones con “…bueno Tony tu eres Pushkin, yo soy Lermontov”, lejos
estábamos los dos de semejante comparación, pero en los comienzos de este largo
camino hace ya 25 años y unos meses, uno pretendía “comerse el Mundo en una
cucharada”.
Allí quedaron las largas noches sin dormir
sintetizando en aquella mufla alemana del Laboratorio de Materiales, nuestras
primeras pastillas de material superconductor de Ytrio, Bario y Cobre, a los
cuales luego las someteríamos a ensayos para medirles la temperatura critica y
su diamagnetismo ideal en aquel Refrigerador Gifford MacMahon del Laboratorio
de Mossbauer que La Débora cuidaba con tanto tesón y que pusimos en marcha para
que pudiera llegar a la temperatura de 12 Kelvin (-261.15 oC). Al poco tiempo
de todo aquello y en ese afán mío por hacer algo que sirviera, con El Tony
desarrollamos los primeros sensores de nivel de líquidos criogénicos, que nos
valió nuestra primera y única patente en 1991, y que más tarde en un intento
por desarrollar un equipo que utilizara estos sensores para comercializarlos,
obtuve mi primer fracaso tecnológico, y el RAS (como le llamamos a aquel primer
prototipo de medidor de nivel para líquidos criogénicos) quedo en la nada.
Luego vino la época a partir de 1994, después de la pasta de oca
y la bicicleta china para ir a trabajar, en que comenzamos a hacer ciencia,
como estructura organizativa, a través de proyectos científicos y tecnológicos,
y vinieron los Proyectos con nombres “muy sugerentes y creativos” que todavía
anda dando vuelta por el CEADEN algunos de ellos, los proyectos “TENSO”,
“VISCO”, donde asumí el desafío, de agrupar a tres o cuatros colegas entre
físicos e ingenieros electrónicos con vista a desarrollar equipamiento de muy
diversos tipos, lo mismo para medir tensiones residuales en procesos de
soldadura, como viscosidad cinemática in situ en petróleo, nada…, músico, poeta
y loco, seria la conclusión, pero todo aquello me sirvió para aprender los
conceptos básicos de organización de un grupo humano con metas y objetivos bien
definidos.
Llegado el año 1997, se me dieron todas las
libertades para junto a un grupo de magníficos profesionales, lleváramos el
Departamento de Análisis y Ensayo del CEADEN, hasta límites inimaginables en
cuanto a eficiencia económica, desarrollo profesional, servicios científicos-técnicos
de alta calidad, investigaciones aplicadas en la rama de los materiales, y
estudios medioambientales y colocar así la ciencia y la técnica al servicio de un
país que lo necesitaba mucho más que antes de 1991, allí trabaje codo a codo
con Félix Sendoya, Jorge Félix, la Yareli, el Pupo, Juanito, Magaly, Frías, Débora,
Vicky, el Padilla…y algunos otros más, la lista es larga, los cuales hicieron
posible que en 1998, el CEADEN fuera un centro de investigación autofinanciado.
En todo ese tiempo desde Febrero de 1988
hasta el 14 de Octubre de 2000, intente hacer ciencia, desde la posición de
“Adiestrado”, hasta “Investigador Auxiliar”, sembrar plátanos micro jet, poner
cristales a 20 metros de altura en Expo Cuba, hacer mezcla y pintar para el edificio
de la micro brigada del CEADEN, limpiar los filtros de los aire acondicionado
haciendo de ayudante del Técnico de Refrigeración, meterse dentro de la caldera
de la Termoeléctrica de Santa Cruz a 50 metros de altura para detectar una
fisura en los tubos porque no había luz en media Habana, pedalear 28 km por día,
con un almuerzo de arroz y frijoles y a veces un huevo duro que nos daba Servando,
gracias a Dios, tener que aguantarme que
un tipo como Rosales que no había terminado la Universidad y que dirigía las
pautas de lo que se investigaba o no en la Secretaria para Asuntos Nucleares te
pusiera o no el capote de “personal confiable o no” y entonces te dejara salir
a eventos y becas al extranjero, se intento de todo, divertirte cada 28 de
Octubre, en una fiesta hecha con una alegría inmensa, por ser un aniversario
más de la Institución Científica-Tecnológica en la que trabajabas, amabas y
puteabas, cuando las cosas no te salían bien, hicimos amigos al calor de la
fragua de los años y del respeto por el otro, de haber pasado las mil y una,
todos juntos por el amor a la ciencia y a tu país, eso me conformo, me moldeo,
me pego un parche en medio de la frente hasta el día de hoy, me sirvió para enfrentar
la ciencia y la técnica en otro país, para conocer Bolivia, México, Paraguay,
Brasil, Argentina, Madagascar, Alemania, España. Holanda, Italia, me sirvió
para saberme mínimo ante el conocimiento humano y también ante su sufrimiento,
me hizo lo que soy, lo que sé hacer y lo que me gusta hacer.
Con mi llegada a la Argentina, seguí remando
para variar, pero lo que aprendí allá, en mi Cuba, me sirvió para emprender por
mi mismo con una premisa clara, uno solo no puede llevar a cabo ninguna
empresa, se necesita de un equipo de gentes.
A medida que trataba de volver a insertarme
en la ciencia, ayude a crear emprendimientos privados juntos a otros
profesionales que me diera sustento, el nombre de mi madre LISSO, se convirtió
en marca registrada dentro del automovilismo argentino, con el desarrollo de un
banderillero electrónico para autos de carrera, QUENA, fue una maquina de
medición de volumen por sonido, que se impuso ante su par americano, por su
diseño ingenioso, sus prestaciones y su exactitud, ninguna de estas cosas me
hizo millonario ni tampoco lo quería ser, no ha sido la razón de la vida,
siempre comprendí que el dinero en este Mundo tan injusto, solo tiene que
servir para darte tranquilidad y dejarte hacer lo que más te apasiona, que es
crear.
Y al final logre mi cometido que era volver a
trabajar en un Centro Atómico, con la ayuda de quien es hoy el Director del
CEADEN, Iván Padrón, que en una de sus visitas a la Argentina me recomendó a
un grupo de investigación que necesitaba nitrógeno liquido, y a quienes les
propuso que yo podría echar andar una maquina productora de este preciado
liquido que hacía 10 años se encontraba tirada en un galpón abandonado del
Centro Atómico Constituyentes en la Argentina.
Al cabo de trece años de haber
llegado a este país con una mano adelante y otra atrás, pude volver a encabezar
con mi “Manual de Pepe”, bajo el brazo, a un grupo de talentosos muchachos y no
tan muchachos, como mi amigo el Pety, Mojara (Hugo Zarate), Carlos Piñeyro, Bergueiro, Padulo, Asoia, Daniel, Julian,
Walter, Matias, y otros mas, por la confianza brindada por el Jefe del Proyecto
el Dr. Andres Kreiner para encarar el desarrollo de un Acelerador de protones
para la Terapia del Cáncer por Captura Neutrónica en Boro (BNCT, por sus siglas
en ingles) y que al cabo de cinco años de ingentes esfuerzos, hayamos podido
construir un primer paso, un Acelerador de 200 KeV, y que hace dos días hayamos
podido pasar apenas unos segundos el primer haz de protones de 1.7 mA de
corriente. Ha sido una hazaña para nosotros en un país como la Argentina, y un
regalo que me he dado por los 50, construir entre todo un equipo de trabajo, los
elementos fundamentales de este Acelerador, la fuente de iones, las cámaras de
alto vacio, los tubos de aceleración, los sistemas de refrigeración, la
estructura de soporte del Acelerador, las interface de comunicación para que
trabajen bajo condiciones de Alto Voltaje, los cuádruplos electrostáticos con
una gran precisión, todo esto y mucho más en los talleres del Centro Atómico o
utilizando a la Industria Nacional Argentina, diseñado, construido y armado todo
esto, por Físicos, Ingenieros, Técnicos, Torneros, Soldadores.
Desde mi “пленка есть…”, cuando hacia mi
tesis de grado como ingeniero criofísico hasta nuestros días, a punto de
cumplir 50 años, uno siempre soñó en participar en algún proyecto científico
tecnológico, donde el objetivo y su envergadura fuera tan grande que uno o dos
personas serian incapaces de hacerlo por sí solo, y se necesitaría de la
competencia, el ingenio y el esfuerzo de un grupo humano con conocimientos y
experiencia en distintas ramas de la ciencia y la tecnología. Hoy estoy donde
quería estar, y trato de disfrutar de este momento, haciendo resumen del tiempo transcurrido, no se ha hecho mucho, pero todo lo encarado le he puesto pasion y dedicacion. A punto en unos días más,
de llegar a mi medio siglo, sigo proponiéndome cosas y me repito una y otra
vez, la canción de Silvio, que tanto me recuerda a una persona muy querida:
…Entre
drama y comedia
he llegado trovando
a la edad media;
torpe, pero sincero,
aún no soy caballero
(y que el cielo
me libre de cordura)
No me embriaga la altura
ni me aburren los sueños;
no es por moda que estallo
y que me empeño.
El amor sigue en brete
y el camino a machete,
más no lloro por tal
ni me amilano,
si conservo mis manos,
mi sudor y el humano corazón.
he llegado trovando
a la edad media;
torpe, pero sincero,
aún no soy caballero
(y que el cielo
me libre de cordura)
No me embriaga la altura
ni me aburren los sueños;
no es por moda que estallo
y que me empeño.
El amor sigue en brete
y el camino a machete,
más no lloro por tal
ni me amilano,
si conservo mis manos,
mi sudor y el humano corazón.
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