Lo que contaba al final de la
entrada “Un Oso Polar en la 9 de Julio” el pasado 26 de Octubre sucedió, y el
Gobierno de Alberto logró intervenir intensamente en el mercado financiero,
bajar ese dólar y calmar los ánimos, pero hay quienes apostaron fuerte a la devaluación
que no ocurrió, perdieron “algunos”, y como se dice en las peleas callejeras,
afilan sus cuchillos con el “ya te voy a buscar”…
LOS DEVALUADORES PIERDEN Y
ESTAN FURIOSO
(Por Alfredo Zaiat,
en PAGINA12)
El equipo de los devaluadores está perdiendo
mucho dinero desde hace varios meses. Quebrantos que permiten explicar en parte
la furia especuladora para forzar un brusco ajuste cambiario. La campaña
mediática desenfrenada por una devaluación es otro reflejo del revés recibido
por las fuertes caídas de los dólares Bolsa (mep y ccl) y blue en
estos días.
En los últimos cuatro meses, en el
mercado de dólar futuro quienes han estado apostando por una devaluación
acumularon un quebranto de 10.200 millones de pesos. Ese monto es la
contrapartida de ganancias anotadas por el Banco Central, el principal operador
en la punta vendedora en ese tipo de transacciones.
Ante la consulta de este diario, un operador
muy entendido del mercado de dólar futuro Rofex, analizó las posiciones de
compra y de venta durante el período julio-octubre. El saldo de ese
relevamiento ha sido muy negativo para los promotores de la devaluación.
En esta pulseada el Banco Central ha
ganado en cada uno de esos cuatro rounds. Los siguientes montos son una herida
que exhiben cuando presionan por una devaluación regresiva para recortar estas
pérdidas:
* Julio, 1200 millones de pesos.
* Agosto, 2900 millones de pesos.
* Septiembre, 3100 millones de pesos.
* Octubre, 3000 millones de pesos.
* Total: 10.200 millones de pesos
Pérdidas
Aunque la percepción social construida por el
inmenso dispositivo de difusión de la derecha política y mediática sea de un
Gobierno acorralado en el frente cambiario, los devaluadores están
perdiendo mucho dinero.
Las pérdidas en el mercado de dólar futuro se
pueden contabilizar con precisión, como las que se informan aquí. Pero el
quebranto global en la plaza cambiaria es más abultada por los últimos cierres
de las cotizaciones, puesto que en estos días hubo una intensa caída de
los dólares Bolsa (mep y ccl) y blue.
Un retroceso de casi 30 pesos por dólar es un
golpe que a algunos especuladores les significará molestias al momento de
sentarse este fin de semana.
Buscarán revancha después de ese derrape porque
así funcionan los mercados financieros. Pero ese mazazo ha sido impactante
teniendo en cuentas que estaban jugados con suficiencia a superar los 200 pesos
por cada billete verde.
El resultado fue otro: el ccl terminó en
148 pesos, el mep en 143 pesos y el blue en 169.
Este lunes continuará el partido en un
escenario cambiario que sigue siendo complicado, pero los promotores de una
devaluación desestabilizadora finalmente perdieron el invicto a manos de
la dupla Martín Guzmán-Miguel Pesce.
¿Qué es
el dólar futuro?
Son operaciones financieras que adquirieron
mayor visibilidad en el espacio público a partir de la denuncia delirante
de Federico Pinedo, Mario Negri y Alfonso Prat-Gay contra el gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner y 14 funcionarios, que el juez Claudio
Bonadio utilizó como parte de su estrategia de persecución política, y que
sectores del Poder Judicial la continúan hoy impulsando el juicio oral.
En forma esquemática el negocio del
dólar futuro se estructura de este modo:
* Las operaciones del mercado a
término no involucran reservas del Banco Central.
* Son transacciones que se cancelan
en pesos sobre la base de la cotización oficial del tipo de cambio.
* Para algunos es un negocio
especulativo y para otros es una operación de cobertura cambiaria, en
el caso de exportadores e importadores.
* Se concretan sobre la
diferencia entre el precio del dólar pactado y el que finalmente resulta
del tipo de cambio oficial (comunicación BCRA A3500) en cada jornada hasta la
fecha de expiración del contrato (fin de cada mes).
* Esa brecha se cubre en pesos; no
en dólares, aspecto que es relevante para entender de qué se trata este
mercado, en el sentido de que no afecta las reservas del Banco Central.
* Esa diferencia se va saldando en
cada jornada, a favor o en contra, según la cotización del contrato pactado
hasta su expiración a fin de cada mes.
El siguiente ejemplo colabora en la
comprensión de cómo resulta estas transacciones financieras: en este mes que
acaba de concluir el tipo de cambio oficial mayorista cerró a 78,32 pesos.
A lo largo de octubre hubo compradores de contratos con valores de 80 pesos
para arriba porque especulaban con una devaluación, que no se concretó.
Quienes vendieron esos contratos (cada
uno por el equivalente a 100 mil dólares o por 1 millón de dólares, convertidos
a pesos al valor pactado), siendo la mayoría ejecutado por el Banco
Central, ganaron la diferencia en pesos (entre el tipo de cambio
oficial y el precio del dólar superior especulado).
¿Por
qué?
Porque el precio final del tipo de cambio fue
78,32 pesos, y no uno superior, diferencia que tuvieron que aportar
quienes compraron esos contratos apostando a una fuerte devaluación.
Pulseada
La cobertura cambiaria mediante contratos de
dólar futuro, por una eventual devaluación publicitada por economistas de la
city y presionada por grupos económicos y mediáticos, resultó un fiasco en
términos financieros.
Es habitual en el mercado que financistas
busquen redoblar la apuesta para recuperar lo perdido, aunque algunos
puede ser que se hayan convencidos de que no les conviene.
Por ahora la pulseada continúa y si
no se concreta una brusca devaluación, que ha sido negada en varias
oportunidades por el presidente Alberto Fernández y los principales ejecutores
de la política económica -el ministro de Economía y el titular del Banco
Central-, volverán a anotar fuertes quebrantos.
La bronca de financistas por perder en este
juego especulativo no es un factor para desestimar en las burdas
operaciones mediáticas desplegadas acerca de la evolución del mercado
cambiario, las reservas del Banco Central y la intervención oficial en la plaza
de dólar futuro.
Respecto a esto último es bastante peculiar
que financistas atemoricen acerca de la emisión extraordinaria que debería
hacer el Banco Central si se devalúa por la cantidad de contratos a futuro
vendidos, cuando lo que está pasando en esa plaza es lo opuesto a lo que dicen,
porque el Banco Central está barriendo con pesos de los bolsillos de
devaluadores frustrados.
Antecedentes
Como se mencionó, existe una causa
judicial "dólar futuro", una de las más delirantes impulsada por la
alianza macrismo-radicalismo. Antes de fallecer, Claudio Bonadio,
magistrado que se dedicó a perseguir judicialmente a CFK, la había elevado a
juicio oral.
La disparatada acusación es por
administración fraudulenta y perjuicio a las cuentas públicas. Hay una pericia
que determinó que la intervención del Banco Central no generó esas consecuencias.
El aspecto más insólito de esa acusación es
que la última gestión del Banco Central durante el segundo gobierno de CFK, a
cargo de Alejandro Vanoli y con el vicepresidente Miguel Pesce (hoy
titular de la entidad monetaria), contabilizó ganancias por 5500 millones de
pesos por operaciones con dólar futuro.
Las pérdidas posteriores fueron ocasionadas
por la decisión de devaluar del equipo económico de Mauricio Macri, medida que
benefició además a varios integrantes de ese Gobierno por sus anteriores
apuestas financieras.
El Banco Central macrista debió realizar
pagos por unos 55.000 millones de pesos y el origen de ese desembolso no fue
por la operatoria en sí, sino por el ajuste cambiario del 40 por ciento con el
que inauguró la Alianza Cambiemos su gestión.
La estrategia de intervención oficial en la
plaza de dólar futuro apuntaba a desalentar las presiones devaluacionistas. En
el 2015 se frenaron hasta que el entonces ministro de Economía Alfonso
Prat-Gay -el mismo que hoy da consejos sobre qué hacer con el dólar-
devaluó, generando esas pérdidas financieras además de un shock
inflacionario.
Ese mismo bloque financiero y de poder que
se benefició con la devaluación de entonces presiona ahora por un fuerte ajuste
cambiario, lo que implicaría las mismas consecuencias: pérdidas para el Banco
Central y ganancias para financistas.
Esos operadores de la city hoy no están en el
gobierno como en el 2015, cuando se acomodaron en los dos lados del mostrador:
definieron el precio del dólar al tiempo que embolsaron utilidades por sus
contratos de compra de dólar futuro, entre ellos el padre del
endeudamiento descontrolado, Luis Caputo.
Otra
herencia
Existe una tendencia en la city y sus voceros
mediáticos de no mencionar que las actuales tensiones cambiarias tienen origen
en el desastre financiero realizado por uno de los suyos: Luis Caputo, que
a esta altura puede considerarse el peor ministro de Finanzas de las
últimas décadas. Es una ofensa al Messi jugador de fútbol que haya tenido ese
apodo ese mesadinerista que dejó un caos en la deuda pública.
Sólo la complicidad obtenida por
los negocios que regaló a sus amigos financistas oculta la sucesión de
disparates realizados en la administración de los pasivos públicos, que hoy se
siguen pagando.
Uno de ellos ha sido uno de los motores de la
disparada del dólar contado con liquidación. El equipo económico liderado
por Martín Guzmán está en camino de arreglar ese desaguisado para aflojar las
tensiones en ese mercado.
La más reciente inestabilidad cambiaria en el
ccl fue motorizada por dos grandes fondos de inversión internacional
(Pimco y Templeton), que suscribieron bonos emitidos por Caputo y ahora, luego
de contabilizar pérdidas inmensas, están presionando para venderlos y salir del
mercado local. Y lo hacen a través de operaciones ccl.
Esos dos fondos fueron los principales
compradores del Bono del Tesoro en pesos a tasa de política monetaria
(Botapo o TJ20), emitido por Caputo el 21 de junio de 2017, por un
total de 75.000 millones de pesos. El monto de ese bono luego fue ampliado el
25 de agosto del mismo año por 29.399 millones de pesos, hasta totalizar
104.399 millones de pesos. El 21 de junio de 2019 se sumaron otros 37.978
millones de pesos.
En total fueron 142.378 millones de pesos de
bonos TJ20. Esa operación ruinosa para los fondos de inversión también fue
muy onerosa para las arcas del Tesoro Nacional: acumula pagos de intereses por
157.990 millones de pesos. No hay error en las cifras: en tres años el Tesoro
tuvo que pagar más intereses que el capital emitido.
Para aliviar la presión de esos fondos de
inversión que buscan convertir esos activos en pesos en dólares ccl, lo que
disparó al alza esa cotización, Economía emitirá un bono de 750 millones
de dólares esta semana para darles salida y despejar un poco esa franja
del mercado cambiario.
Día a
día
Las tensiones cambiarias seguirán hasta el
último día del gobierno de Alberto Fernández. La clave para aflojarlas y así
administrar la crítica situación será mantener el control del mercado día
a día con todas las herramientas a disposición, ya sean financieras,
cambiarias, regulatorias, de fiscalización y de conversaciones amigables o no
tanto con banqueros y agentes bursátiles.
La semana pasada fue la prueba que demostró
que aplicando esa estrategia se obtienen resultados positivos parciales. Es una
estrategia que debe ser adaptada -con más o menos flexibilización- en cada
momento para no correr detrás de los movimientos especulativos de los
financistas.
La brecha cambiaria seguirá presente mientras
exista un férreo control de capitales y su relajación no se encuentra en
un horizonte cercano. Bajarla al 50 por ciento como umbral superior es el
objetivo inmediato, para luego seguir reduciendo esa brecha para limitar su
influencia negativa sobre las expectativas devaluatoria y, por lo tanto, en la
dinámica de la recuperación económica.
Sacachispas todavía no puede gritar un nuevo
gol pero junto al Banco Central, que acumula ganancias en el mercado de dólar
futuro a cuenta del equipo de los devaluadores, pasó a controlar la pelota
para dominar el juego en el campo cambiario.
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