¿Cómo
se puede alguien molestar porque el pueblo defiende a su Revolución?
(Por
Eugenio Martínez)
Llama la atención que algunos teóricos, en su afán de enfrentar al Gobierno
y criticarlo, se alarmen porque el Presidente del país llamó a combatir. Aunque
leen tanto, no leen que combatir es defender la paz y la tranquilidad.
Se molestan porque el Gobierno llama a una parte del pueblo a seguirlos,
cuando el Gobierno entonces, según esta preocupación intelectual, debería ser
un árbitro de las partes, no unirse con una.
Curiosamente repiten lo mismo que sale de Washington. Asombrosa
sincronización. Washington que estimuló y promovió los desórdenes y el
enfrentamiento a las instituciones en Cuba ahora pide que el pueblo no las
defienda ni que enfrente los desórdenes y que permita, tras observar
pasivamente, que el país derive en el caos.
Tanto han querido estos teóricos que nos parezcamos a una democracia
burguesa que cuando un día nos obligan a parecernos, nos critican por hacer lo
que hacen todas: enfrentar las protestas, con la diferencia que no se
utilizaron bastones eléctricos, perdigones saca-ojos, gases lacrimógenos,
tanques lanza agua con ácido, artefactos ensordecedores y lanzadores de
proyectiles múltiples.
Parece que voltear patrullas de policías es el nuevo deporte de domingo y
quienes lo practican son protestantes pacíficos que el pueblo no puede
enfrentar porque es un deporte que requiere observación desde las gradas y
silencio para la concentración de los esforzados atletas.
¿Cómo se puede alguien molestar porque el pueblo defiende a su Revolución? Aquella solución de Cervantes para explicar el delirio y las fantasías de El Quijote por leer tantos libros de caballería, parece que se repite.
Así
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