Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

sábado, 13 de noviembre de 2021

En agosto de 2012, cuatro años antes de la muerte de Fidel Castro, se me ocurrió este cuento corto que publique aquí, lo dejo ahora de nuevo en este blog… nunca la realidad es como uno la imagina, pero crea alertas.

DECISIONES IMPERCEPTIBLES

Lo vio venir por el espejo exterior del auto a pesar de la noche, abrió su puerta y se dirigió hacia la trasera del lado del acompañante.

- Buen día Esperanza – con una sonrisa a medias aquel hombre alto de cierta corpulencia y pelo bien corto, saludo entrando al auto.

- Buen día Diputado Orlando- le contesto una mujer rubia de ojos azules acomodándose la pistola Makarov que llevaba escondida en el trajecito y pantalón negro que usaba como vestido.

- Hoy es un día importante Esperanza, le afirmo con voz de discurso, tomando el periódico Granma que en su página principal tenia la foto de una mujer, la actual presidenta de los Estados Unidos, y unas letras grandes en azul y rojo que decían “WELCOME, BIENVENIDA PRESIDENTA”.

- Así es, lo espera el Consejo en Palacio, - le contesto ella mirándolo fijamente por el espejo retrovisor.

Se abrió la compuerta del Garaje y dos autos negros mas lo esperaban para custodiarlo. Frente a la casa del barrio de Lawton donde salía el auto, había una pancarta gigante con un hombre de traje saludando con la mano derecha arriba donde se podía leer: “El Diputado Orlando es del pueblo”.

- Esperanza pasaremos a rendirle homenaje, por EL es que llegamos aquí.

- Bueno, Diputado Orlando, como usted quiera.

El auto tomo la Avenida Porvenir a toda velocidad, el Diputado Orlando dejo a un lado el diario y recostó su cabeza sobre la ventanilla del vidrio calobar, miraba lejos y cerca a la vez, su pensamiento, ahora mientras se adentraban en la Avenida de los Framboyanes de 10 de Octubre se conectaba con un túnel del tiempo, ¿Cómo había llegado allí?, ¿fue premeditado o pequeñas imperceptibles decisiones lo llevaron a ser el Presidente de los cubanos?, ¿Dónde había estado la gran decisión de la vida?, muchas veces lo atormentaban aquellas preguntas, y ¿y si no hubiera levantado la mano por el impulso del deber en aquella reunión donde nadie quería ir a sembrar plátano microjet?, y ¿y si EL en sus últimos momentos no lo hubiera recomendado para el Consejo de Estado?, no sabía bien, si la vida esta predeterminada por un Dios todopoderoso, por el libre albedrío o por la consecuencia de pequeñas, apenas consciente, mínimas decisiones, ¿y si echara todo atrás y no hubiera conocido aquella bella jamaiquina en lo de Esteban?, es increíble que él, negro de piel, fuera finalmente el primer Presidente de la Revolución Cubana que reivindicaría las libertades de expresión y de huelga tan cacareados en el “Mundo Libre”, desde entonces, Cuba ya no fue lo que era, a cada rato pequeños grupos de personas que a veces no llegaban a diez podían paralizar La Rampa y todo se convertía en un caos, con las guaguas que tenían que cambiar de rumbo y la gente llegando tarde a los trabajos, muchos lo maldecían por aquello, otros lo respetaban por su decisión, “mis derechos terminan donde empiezan los tuyos”, era una frase que se había puesto de moda, para solicitar racionalidad en las protestas callejeras, pero el Diputado Orlando  se preguntaba mientras dormitaba en el auto camino a Palacio, ¿Cómo era que había llegado a convencer al Consejo de que aquella medida era necesaria?, ¿era lo que le había dicho su mujer en perfecto ingles en la mañana de aquel Consejo donde se aprobó 14 a 13 su propuesta?, no lo sabía a ciencia cierta, no se imaginaba el Diputado Orlando que hubiera dicho EL si lo hubiera escuchado dando sus argumentos, es verdad que la gente no aguantaba más, pero el Diputado Orlando no tenía el carisma de EL.

- Disculpe Diputado Orlando, - Esperanza lo saco de su meditación, - me han informado que cerca del Zoológico, hay manifestantes quemando banderas de los Estados Unidos y con pancartas suyas pidiéndole su renuncia.

- Bueno, busquemos otra vía, de la orden a los otros autos,- su respuesta era apenas audible, quería seguir en sus pensamientos.

¿Cuándo el terremoto de Haití fui sin pensarlo o consciente de que mi especialidad de pediatría ayudaría a aquellos niños que deambulaban por las calles?, realmente ahora que lo pienso no sé cómo se dio todo, ¿Por qué fue que decidí presentarme en aquella reunión del Hospital Calixto García?, creo que me ayudo como humano todo aquello, además conocí a Grace, con mi ingles de entonces, no sé cómo me entendió, ella reía mucho por aquella época y no estaba tan preocupada como ahora con que me pase algo, con tanto descontento que hay por las últimas leyes que hemos promulgado. Fue difícil que me dejaran visitarla en Kingston, pero les demostré que no me quedaría, es más, el país gano otro médico, porque finalmente después de vivir dos años en Jamaica con ella en misión, los dos volvimos a Cuba y ahí empezó todo.

Varios golpes en el techo lo despertaron, Esperanza freno bruscamente y de los autos negros se escucharon ráfagas de tiros al aire.

- ¿Qué paso Esperanza?

- Un grupo de caderitas han lanzado piedras contra el auto, pero han corrido cuando escucharon los disparos.

- Dígale por favor a Benítez y a los otros que continuemos y que no pierdan la calma.

En la Asamblea de la circunscripción 36 ¿No fue Ambrosio, “el comunista soviético” del barrio el que me propuso?, nunca le pregunte porque lo hizo, ya nadie le hacía caso cuando hablaba, yo no sabía dónde meterme aquella vez, me sentía incomodo, pero acepte, allí nació lo del “Diputado Orlando”, ¿y después?, durante casi 8 años en el Parlamento Cubano no dije mucho, bueno participaba en las comisiones por la restructuración del Estado, EL supo de mi y entonces lo conocí personalmente, ¿Qué decir de aquel encuentro?, fue increíble, EL tenia una fe enorme en la juventud, aunque ya yo peinaba mis años, ya EL por entonces publicaba poco pero cuando lo hacía iluminaba los cielos.

Yo no creí que alguna vez estaría entre los 27, pero llevaba su aval, fue una época mala cuando EL murió, el consejo tenía una gran responsabilidad, se habían tomado muchas medidas económicas importantes pero el país no avanzaba como se quería y la gente ya nos había dado mucho tiempo, fue por ese entonces que comencé a pensar en que se necesitaban cosas más audaces, el bloqueo norteamericano,  llevaba tiempo más que suficiente, había que hacer algo. Cuando el hermano de EL cumplió sus 10 años de mandato prometido yo era la persona indicada para tomar la Presidencia del Consejo, era negro, medico y hablaba muy bien ya el ingles, además que había contado en su momento con la confianza de EL.

Pequeñas decisiones o grandes, no sé, empecé a tomar desde el Consejo, teníamos que romper el bloqueo, pero ¿Cómo?.

- Diputado Orlando, - interrumpió de nuevo Esperanza todas sus reflexiones, - disculpe pero tengo algo que preguntarle, - Esperanza estaba algo tensa y nerviosa, su voz era algo inquisidora

- ¿Cree usted realmente que privatizar las Empresas Nacionales de Electricidad y de Teléfono a las trasnacionales americanas es una buena solución para el país?

El Diputado Orlando no esperaba una pregunta así de Esperanza, y máxime en ese tono a tan pocas horas de recibir a Ms. Oldwrite en el antiguo Palacio Presidencial.

- Lo importante no es lo que piense yo Esperanza, hay un Consejo de Estado y luego un Parlamento que ha votado por unanimidad la Ley de Privatización de esas dos empresas.

- Pero ¿y lo que piensa el pueblo?, usted que como se dice siempre por televisión “El Diputado Orlando es del pueblo”, ¿no lo tiene en cuenta?

- Bueno, en las Asambleas de los Centros de trabajo, la gente lo que quiere es que se acabe el bloqueo de una vez, y esta Ley entre las otras medidas de libertad individual que hemos promulgado por consenso, es lo que ha facilitado para que hoy Ms. Oldwrite este acá, algo esta cambiando y pronto se derogara la Ley Helms-Burton.

Esperanza freno de golpe por tercera vez, cuando observo que el auto de Benítez giraba en U en el centro de la Plaza de la Revolución,…, era la señal,… saco su Makarov con la mano derecha al mismo tiempo que se daba la vuelta, coloco la palma de la mano izquierda debajo de la culata de la pistola, sin mediar palabras disparo en la frente del Diputado Orlando, el cristal trasero se rompía y la sangre dispersada creaba una mezcla calidoscópica de vidrios rojos y verdes.

Esperanza lo había hecho, así era como se rendía homenaje, con sangre fría salió del auto, levanto el puño izquierdo apuntando a las dos estatuas blancas que ahora presidian la plaza, la de EL y la del Apóstol, corrió entonces dejando la puerta abierta del auto para abrazar a sus compañeros.


FIN







 

 

 

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